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Etiqueta: reactivación económica

Mujeres por Costa Rica hace propuesta para eje reactivación económica

SURCOS recibió el siguiente documento del Colectivo Mujeres por Costa Rica:

Como parte del proceso Costa Ria Escucha, Propone y Dialoga el Colectivo Mujeres por Costa Rica propone:

I. INTRODUCCIÓN

La pandemia ha expuesto con magnitud microscópica los límites de un estilo de desarrollo que favoreció por más de tres décadas la producción articulada al mercado externo sin que lograra encadenar otros sectores de la economía orientados al mercado nacional. Un estilo de desarrollo que acentuó desigualdades estructurales que ante la actual crisis sanitaria, económica y política requiere de transformaciones profundas.

La protección y creación de nuevos empleos demanda acoplar ambos motores de la economía desde el paradigma del desarrollo humano sostenible para eliminar las condiciones estructurales que generan desigualdad, exclusión y pobreza. Ello exige transformaciones importantes en la estructura tributaria, la inversión pública, en el modelo educativo, en el sistema financiero y en la participación del Estado para garantizar más emprendimientos innovadores y empleos dignos. De particular importancia es la incorporación de las mujeres y la perspectiva de la igualdad de género en la elaboración y en la gestión de las propuestas, pues es sobre nosotras las mujeres –y muy particularmente las más pobres- sobre quienes recae el mayor peso de las desigualdades estructurales del estilo de desarrollo impulsado en las últimas décadas.

La reactivación deberá tomar en cuenta tanto las desigualdades estructurales internas, como las capacidades generadas por nuestro país para enfrentar los desafíos que nos impone la recuperación global. Esto demanda participación y sincronía de muchos actores e instituciones públicas y privadas para afrontar en el corto, medio y largo plazo cambios globales en los patrones de inversión, financiamiento, producción y consumo de bienes y servicios. Sin duda Costa Rica acumula gran experiencia en el sector turismo, en la agricultura para la exportación, comercio, servicios profesionales y tecnológicos, lo que nos permitirá ser una nación líder en desarrollo humano sostenible.

Nuestro país debe poner sus esfuerzos en actividades económicas que garanticen responsabilidad laboral y ambiental y para ello deberá hacer un esfuerzo importante en innovar procesos de producción, comercialización y consumo.

II. PRINCIPIOS Y PRIORIDADES

El conjunto de políticas, estrategias y medidas concretas que se asuman para impulsar la reactivación económica en materia de inversión, financiamiento, recomposición del diverso tejido empresarial y del empleo, deberán estar diseñadas a partir de las siguientes prioridades:

  1. Alimentación suficiente y de calidad para toda la población.
  2. Infraestructura y programas para garantizar la salud integral y la atención universal.
  3. Educación innovadora acorde a las necesidades del desarrollo inclusivo y ambientalmente sostenible.
  4. Instituciones de cuido para que las mujeres puedan integrarse al mercado laboral.
  5. Investigación y apoyo para la creación de nuevos emprendimientos orientados al desarrollo tecnológico.
  6. Infraestructura que permita la movilidad, producción y comercialización de los bienes y servicios de la nueva era del consumo global en el marco del desarrollo sostenible.
  7. Recreación y producción cultural.
  8. Desarrollo de diversos segmentos de turismo acordes con el desarrollo humano sostenible.
  9. Uso de energías alternativas favorables a la descarbonización.

III. PROPUESTAS

  1. Reactivación de las actividades agrícolas, pecuarias y pesqueras para garantizar la soberanía agroalimentaria y nutricional. Para esto se deben impulsar las técnicas de producción en armonía con el ambiente con menor dependencia de las semillas genéticamente modificadas y menor uso de agroquímicos; así como el impulso de los mercados justos, generación de cadenas de valor y creación de empleo rural de calidad, especialmente para las mujeres, cuyos empleos suelen ser ocasionales, informales y mal remunerados.
  2. Ampliación de las posibilidades de financiamiento para las diversas actividades productivas, a tasas preferenciales, períodos de gracia y plazos más amplios para los nuevos emprendimientos. La Banca para el Desarrollo debe dar el acompañamiento técnico necesario para que los proyectos resulten exitosos. En general, todo el sistema bancario nacional debe recuperar su papel de impulsor del desarrollo nacional.
  3. Estímulo a la demanda interna de bienes y servicios producidos en el país, impulsando la capacitación para el comercio de estos en plataformas digitales.
  4. Construcción de toda la obra pública que los recursos estatales o bien las alianzas público-privadas permitan para generar empleo, dinamizar la economía, y al mismo tiempo reducir el rezago de años que tiene el país en este campo. El tren eléctrico metropolitano debería construirse para mejorar la movilidad urbana en la GAM. Si se decide hacerlo mediante una alianza público-privada se debe contemplar el riesgo que toda inversión implica, de manera que no sea asumido solamente por el Estado.
  5. Fomento de alternativas limpias de uso energético, producción y consumo, así como formalización de pequeñas empresas dedicadas al reciclaje y la reutilización de materiales.
  6. Impulso a la economía del cuido poniendo al servicio de las personas que se dedican a esta actividad, casi siempre mujeres, una remuneración justa, contando con los recursos de las diversas instituciones nacionales que puedan aportarlos para este fin: IMAS, INA, CCSS, INAMU.
  7. Estímulo a diversas modalidades de turismo que encadenen emprendimientos locales y la industria nacional en sintonía con la protección del patrimonio cultural y natural.
  8. Fortalecimiento de los gobiernos locales para que asuman un rol determinante en la identificación, creación y promoción de emprendimientos locales por medio de alianzas público-públicas y público-privadas.
  9. Ampliación y fortalecimiento de la infraestructura de conectividad digital, democratización de su acceso, capacitación para avanzar en la digitalización de las instituciones, empresas y comercio digital.

FECON: Llamado al ecologismo costarricense

La crisis mundial y nacional actual (con sus componentes político, económicos y sanitarios) nos presenta enormes retos y nos brinda también posibilidades. Saldremos de ella, implementando una agenda ecologista, social justa y solidaria, y no una agenda capitalista neoliberal, patriarcal y extractivista.

Por lo tanto, proponemos:

1) Apoyar la re-activación de un amplio Movimiento Nacional, constituido por sectores sociales y políticos que impidan la destrucción de las conquistas sociales del pueblo costarricense, alcanzadas a un alto precio y con muchos esfuerzos. La unidad y las alianzas son imprescindibles ante enemigos poderosos.

2) La base de la reactivación económica debe ser la seguridad y soberanía alimentaria, rescatando las propuestas milenarias de pueblos ancestrales. Hemos visto con crudeza, pero también con claridad en estos meses, qué es lo estrictamente necesario para sobrevivir. Proponemos abandonar la economía de supuesta abundancia que significa acumulación en pocas manos, para centrarnos en una economía de la sobrevivencia, donde lo primordial sea la satisfacción de las necesidades más esenciales para todas las personas: techo, trabajo, alimento y agua pura en cantidad y calidad suficiente, tanto para la humanidad como para los seres animales y vegetales que coexisten en nuestro planeta.

3) Tierra para quien que quiera trabajarla y producir alimentos: Con extrema urgencia el campesinado sin tierra debe recibirla, además, se debe reconocer el derecho a la tierra de las mujeres que la están habitando y trabajando, construyendo redes de apoyo mutuo, en producción y comercialización, fortaleciendo relaciones campo-ciudad, de manera bidireccional.

4) No es el monocultivo, plagado de pesticidas y uniforme, el que nos garantizará la sobrevivencia. Debemos impulsar de manera masiva la producción agroecológica de alimentos, tanto en la ciudad como en el campo, considerando las necesidades humanas y las de seres polinizadores y dispersores (insectos, aves, mamíferos). Debemos proteger y dispersar nuestras semillas nativas, criollas, y fomentar el intercambio de conocimiento de prácticas agroecológicas. Producir lo que comemos y comer lo que producimos, reduciendo progresivamente las cadenas de dependencia alimentaria del exterior.

5) Esta crisis sanitaria nos ha mostrado que nuestras posibilidades de sobrevivencia se reducen si no contamos con buena salud. Se debe rechazar de manera radical todo lo que nos enferma y nos condena: comidas y bebidas basura, que son origen de diversas patologías y factores de riesgo como diabetes e hipertensión, sobrepeso, obesidad, etc.

6) No es solo con una producción y un consumo más racional y más local que sobreviviremos, sino que también es necesaria otra realidad de producción y consumo basada en la economía social solidaria, en la autogestión de los recursos verdaderamente cooperativa, basada en la organización local, tanto rural como urbana.

7) Debemos conducirnos hacia un modelo de verdadera democracia participativa y de control y defensa del territorio local y nacional, incluido el de nuestros propios cuerpos. Existe una necesidad de constituir unidades locales de poder real para la toma de decisiones políticas sobre los usos del territorio y sus recursos, para potenciar un bienestar integral y distribuido equitativamente, por sobre los procesos de acumulación por desposesión que trata de validar el desarrollismo globalista, amparado en estructuras institucionales centralizadas y con jerarquías complejas cooptadas por el poder hegemónico.

8) Nos comprometemos a luchar contra la implementación del programa neoliberal que propone esta administración, basado en el desmantelamiento de las conquistas sociales de nuestro pueblo, el ultra-endeudamiento y la venta de activos estatales y empresas públicas. Todo abuso, todo privilegio insultante debe ser eliminado. Aspiramos a una sociedad caracterizada por la ecosuficiencia, la ecoeficiencia y una distribución social de la riqueza que asegure una vida digna a todas las personas y no opulenta para unas pocas.

9) Rechazamos la falsa premisa que el desarrollo minero y petrolero será una solución económica para los problemas del país y sus pueblos. No es con más destrucción y más contaminación que lograremos una sociedad ambientalmente sana y socialmente justa. Urge un diálogo real sobre la matriz energética que necesitamos. El futuro no es el oro ni el petróleo.

10) El pueblo debe tener acceso a una renta básica universal, como derecho humano. La riqueza, inmoralmente súper acumulada durante las décadas pasadas en manos de una pequeña élite, debe ser redistribuida. Un nuevo pacto social se hace necesario. Es la única forma de evitar un derrotero violento.

11) Nos unimos al llamado de otros movimientos sociales de impulsar una Ley de Contingencia Fiscal Progresiva y Solidaria.

12) Con los pueblos indígenas, hacemos un llamado a sumarse respetuosamente a sus agendas de trabajo en pro de la recuperación y defensa de sus tierras y territorios, el empoderamiento del recurso hídrico, el respaldo a las prácticas culturales de producción e intercambio de trabajo, apoyo a los sistemas de uso tradicional de los recursos naturales (para alimento, medicina, materiales), a las fincas multicultivos (por su diversidad de productos), y al manejo comunitario de los bosques desde su cosmovisión.

Imagen UCR.

13) Es momento de hacer rupturas claras con el orden impuesto que por más de 30 años ha corroído la institucionalidad del Estado. Las dificultades del gobierno para atender en lo económico las necesidades más básicas de la población en media pandemia, es una clara muestra de los efectos nocivos del desmantelamiento institucional y el sobreendeudamiento público. Sin resolver las condiciones básicas para la estabilidad social en el país, es políticamente inviable iniciar un diálogo.

14) Como movimiento ecologista creemos que el diálogo es necesario y urgente, pero con condiciones claras: requerimos de espacios transparentes, respetuosos, efectivos, participativos, que lleven soluciones en distintos niveles (corto, mediano y largo plazo), y no con agendas definidas con anterioridad y a la medida de los grandes grupos de poder económico. Un diálogo que nos lleve a disminuir las desigualdades históricas, y camine hacia una justicia social, ambiental y de género.

Por un verdadero acuerdo nacional

Guillermo E. Zúñiga Chaves

No quiero ser aguafiestas, pero es mejor señalarlo a tiempo.

1-El Gobierno ha llamado a un proceso de diálogo y escucha. Para ello ha habilitado unos correos electrónicos donde podremos mandar ideas. Posiblemente recibirá cientos de miles de sugerencias, enviadas por los habitantes, con la mejor intención. Pregunta: ¿quién escoge las que pasan a la siguiente ronda? ¿Cuáles son los criterios que se usan para filtrarlas? Pues ¡solo Dios lo sabrá! O, mejor dicho, ellos, los señores del Gobierno.

2- El proceso propuesto nos pone a hablar de tres temas en forma separada:

a- del acuerdo con el FMI y las finanzas públicas;
b- de la reactivación económica y
c- de la generación y protección del empleo.

Aquí hay un problema de método. La creación de empleos se da porque hay un esfuerzo productivo robusto. Entonces, ¿cómo tratarlos por separado? La forma en que se diseñe el apoyo la producción va a afectar la generación de empleo.

Peor, aún, ¿cómo separar la discusión del acuerdo con el FMI (y soluciones a las finanzas públicas), al margen del espacio discusión de las políticas para la producción? Un acuerdo con el FMI definirá un enfoque particular de política económica (tributaria, de gasto público, niveles de endeudamiento público, políticas monetaria, cambiaria, crediticia), que va a condicionar a las políticas productivas y por tanto tendrá efectos en el empleo. No se puede ver por aparte.

3- El proceso propuesto no deja claro los resultados que se esperan pues no señala cuál es la prioridad nacional que se busca atender. De esa manera, “todo vale”; y los esfuerzos bienintencionados se pueden perder. Si todo es prioritario, nada es prioritario.

La prioridad tiene que ser la protección y la generación del empleo bien remunerado, sobre la base de una alta productividad del trabajo. Para ello se requiere una actividad productiva vigorosa, sólida, competitiva, eficiente. La política económica debe enfocarse en atender esta prioridad y esa debe ser la guía de la negociación con el FMI.

4- En consecuencia, la negociación con el FMI nunca debe estar antes de la definición de la política productiva y de empleo. Si se hace así, se le pondría una camisa de fuerza al desarrollo nacional. Pero ¡ojo!, en el cronograma propuesto, la negociación con el FMI es el primer tema que se cierra (28 de agosto). A los otros dos, les dan un mes más, hasta el 30 de setiembre. Francamente esto me resulta inquietante, para decir lo menos. Pregunta; ¿cerrado el tema del FMI, qué clase de acuerdo nacional por el empleo podemos llevar adelante?

5- El Gobierno debe llamar a un espacio para construir un acuerdo nacional verdadero. La situación da para este esfuerzo. Y no debe tomar mucho tiempo. Ya se nos pasaron 5 meses. Este proceso debe cumplir unas condiciones mínimas, como son, identificar con claridad a los actores, definir en conjunto las reglas de juego, criterios para tomar las decisiones, un método claro de trabajo, que incluye el compartir la misma información para todas las partes, tener claro lo que se espera del esfuerzo, y muy importante, garantizar el cumplimiento de los acuerdos. Sería deseable contar con observadores externos que respalden lo actuado.

6- Un acuerdo nacional requiere que se definan plazos de puesta en marcha, cronogramas de acciones, responsables, medición de resultados, recursos necesarios, controles de cumplimento. Un acuerdo de este tipo es la base del modelo de desarrollo futuro, y, en consecuencia, debe identificar el costo de ponerlo en práctica y el origen de los recursos necesarios. Por ello, la negociación con el Fondo debe venir después de este acuerdo. No al revés. Sería poner la carreta delante de los bueyes.

CONCLUYO. Hay una gran diferencia entre escuchar y negociar. En la situación que estamos negociar es perentorio. ¡Cuidado, luego es tarde!

Texto publicado en el blog http://notasaltema.blogspot.com/ y compartido con SURCOS por el autor.

Sin ruta para reactivar economía y generar empleo

“No hay una hoja de ruta que permita visualizar la reactivación económica para generar empleo”.

Así lo considera Lenin Hernández Secretario General del Sindicato Nacional de Enfermería y Afines al referirse a la tasa de desempleo del 15,7%.

Además, cuestionó que el presidente Alvarado “se lavara las manos diciendo que el Estado no es el que genera puestos de trabajo”.

Según el dirigente sindical el Estado tiene la obligación de generar políticas que promuevan el emprendedurismo para evitar que sean las grandes empresas las que dominen los mercados.

 

Imagen ilustrativa.

La realidad de la deuda pública y la solución correcta y posible

Óscar Madrigal

11 MIL MILLONES DE COLONES POR DÍA es lo que tiene que pagar Costa Rica diariamente por la deuda pública. Al mes representa ¢330 mil millones de colones.

Para poder dimensionar esta cantidad, podríamos decir que con ese monto se le podría dar un subsidio de ¢125.000 colones mensuales a 2.640.000 personas. Más de la totalidad de la fuerza de trabajo del país.

De esos ¢330 mil millones mensuales, el 80% corresponde al pago de intereses. Casi no abonamos nada a la deuda.

Solo en intereses pagamos los costarricenses ¢264.000 millones de colones POR MES.

El servicio de la deuda, calculado en dólares, cada mes es de $582 millones de dólares. Es superior al préstamo que dará el FMI y por el cual está poniendo como condición vender activos del Estado.

El Gobierno pretende resolver los problemas sobre más endeudamiento. Tiene planeada la aprobación de unos $3.100 millones de dólares para paliar la crisis.

De tal manera que con solo cinco meses de moratoria de la deuda podría tener una cantidad igual o superior a todo el endeudamiento previsto, con los condicionamientos e hipoteca aún mayor sobre el futuro del país.

Sin una moratoria de la deuda, es decir, sin una posposición del pago de la deuda, el país no saldría bien librado de esta crisis. No se trata de no pagar, sino de lograr 12 o 24 meses de posposición de los pagos.

Con un año de moratoria el Gobierno podría disponer de ¢4,01 billones de colones, lo cual le permitiría tener los recursos suficientes para la reactivación económica, el impulso a infraestructura incluyendo el tren eléctrico y la subvención a los trabajadores y trabajadores y empresarios golpeados por la crisis.

¿Es imposible una moratoria? En el plano internacional se están dando condiciones inmejorables; hasta el FMI y el BM hablan de moratoria a los países más pobres. Respecto a la deuda interna habría que buscar los mecanismos para ajustar el principal y los intereses a un año plazo.

El Presidente Alvarado hizo un llamado a la comunidad internacional a finales del mes de marzo donde dijo: “asistencia financiera otorgada… deberían ser excepcionales en cuanto a interés, periodo de gracia y tiempo de pago. Debe a su vez, avanzarse con un arreglo de pago de las carteras existentes, y eventualmente disponer la suspensión de pagos”.

El Presidente plantea una vía correcta y posible: hacer un arreglo de pago de las deudas existentes, lo que significa una especie de moratoria de la deuda. Pero aún más el Presidente habla de la eventualidad de una SUSPENSIÓN DE PAGOS.

Esta es la salida menos traumática y más humana a la crisis actual y venidera.

(Los datos utilizados son con fundamento en el Ministerio de Hacienda).

Reapertura sería una oportunidad que depende de conducta social

Dado que la curva de contagios por Covid-19 en Costa Rica durante 50 días se no se disparó en cifras alarmantes y más bien cada día se reportan menos casos nuevos por coronavirus, el Ministerio de Salud y el Poder Ejecutivo dentro de poco tiempo podrían permitir la reapertura de las algunas actividades estrictamente programada y protocolizada. Eso sí, de no acatarse lo establecido y se incrementen los contagios se regresaría a las medidas de aislamiento ya conocidas.

Sobre estas posibles decisiones del Ejecutivo y la cartera de Salud de reactivar algunos sectores de la actividad económica, Juan José Romero, coordinador de la maestría de Epidemiología que imparte la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional (EMV-UNA), indicó que desde hace tres semanas se reportan menos casos por día, lo que significa haber “aplanado” la curva, lo cual podría interpretarse como positivo en comparación con otros países.

Romero comentó que por esa razón Costa Rica podría darse la oportunidad y recalcó NO ES UN LUJO, de adoptar ciertas medidas de apertura programada, paulatina y estratégica en cierta población sin los factores de riesgo ya conocidos. “Esto implica que la población de riesgo deberá seguir en su condición de teletrabajadores en el tanto no se levante por completo las restricciones.

El epidemiólogo, expresó que muchas personas se preguntarán: por qué Costa Rica piensa reabrir algunas actividades, cuando por ejemplo en España e Italia aún se mantienen las medidas restrictivas; esto explicó Romero, obedece a que, en las últimas semanas, en esas naciones europeas la cantidad de contagios están en el orden de tres mil nuevos casos diarios y mantiene cerca del 8 al 12% de mortalidad en la población infectada.

Romero, quien a la vez destacó como profesor del actual jerarca de Salud, en la maestría de Epidemiología de la UNA, aseveró que la idea sería abrir bajo un plan estructurado entre la empresa y el Ministerio de Salud para garantizar el máximo posible de seguridad tanto para los trabajadores como los clientes.

Agregó que está decisión de reapertura busca que la crisis económica que surgió producto de la emergencia sanitaria se vaya superando. “Es como soltar y ajustar; la soltamos un poquito ahora y medimos la respuesta. Si por alguna razón la cantidad de nuevos casos se incrementa, volverán las medidas restrictivas, pero si la cantidad de nuevos casos se conserva estable, la medida que se aplicó se mantiene y se incorporarán otras actividades, pero de forma lenta”, dijo Romero.

****Mayor información con: Dr. Juan José Romero-UNA (8815-0717).

 

Enviado por UNA Comunicación.

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¿Por qué la economía está frenada y a punto de precipitarse al barranco?

Luis Paulino Vargas Solís


Una primera y muy poderosa razón: el consumo de la gente -la fuerza principal que mueve la economía- está casi paralizado porque: 1) los salarios del sector privado tienen una década entera sin mejoría alguna; 2) el endeudamiento de personas y familias es ya insoportable. Súmele que el plan fiscal en aplicación garantiza que: 3) los salarios del sector público se deterioren, y que 4) se recorte el consumo del sector público, o sea, se reduzca la compra de bienes y servicios por parte de las instituciones públicas.

Una segunda importante razón: las exportaciones que no gozan de los privilegios de las zonas francas, que son también las que más empleos generan, están estancadas y en retroceso.

Otra razón clave: la rentabilidad empresarial está averiada, por razones diversas, incluso por ese fuerte frenazo de las exportaciones y de la demanda de consumo público y privado, pero también por otras causas menos visibles. Esto repercute en una caída de los planes de inversión de las empresas, lo que a su vez frena la creación de empleo, y, enseguida, frena también el consumo de personas y hogares.

En resumen: es un conjunto complejo de fuerzas que empujan hacia abajo, y se alimentan las unas a las otras, generando un peligroso círculo vicioso.

Se debe lograr romper esa espiral descendente y revertir el movimiento.

Nada en lo que se está haciendo permite creer que se logrará, porque esencialmente se ha optado por un camino regresivo y de involución: deteriorar las condiciones de la población trabajadora (privada y pública) para bajar costos y recuperar la rentabilidad.

Pero ello simplemente fortalece las fuerzas descendentes al tirar hacia abajo el consumo, tanto privado como público.

 

*Texto original en la página de Facebook del autor*.

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Quince apuntes sobre reactivación económica y un país que no quiere evitar la crisis

Luis Paulino Vargas Solís

Economista, Director CICDE-UNED

1) El tema de la reactivación se puso de moda con excesiva tardanza, tan solo hace alrededor de un año. Yo venía insistiendo en el punto (inútilmente desde luego) desde mucho antes, años ha.

2) El énfasis en lo fiscal, en mucho motivado ideológicamente, impidió reconocer la necesidad de la reactivación. Contradictoriamente, ello implicó crear condiciones para que el propio problema fiscal se agravase, y para que su solución se hiciese mucho más costosa. Simple: una economía comatosa y entrampada en graves problemas de empleo, constituye la peor noticia para la salud de las finanzas públicas.

3) El tema fiscal quedó así inmerso en una borrachera ideológica anti-estatista, cargada de odio contra empleadas y empleados públicos y de un malsano furor antisindical. Desde ahí las élites políticas, económicas y mediáticas, acordaron un plan fiscal que constituye una propuesta antitética respecto de cualquier posible reactivación: agravaría irremediablemente la crónica anemia económica y dificultaría seriamente cualquier esfuerzo de reactivación.

4) La reactivación de la economía solo tendría sentido como un esfuerzo masivo destinado a rendir frutos en un plazo corto, y concebido como un primer paso dentro de un proceso refundacional que defina nuevos énfasis y derroteros de desarrollo para Costa Rica. Lo primero, sin lo segundo, suponiendo que tuviese éxito, tan solo daría lugar a una reanimación económica momentánea, que se agotaría al chocar contra los obstáculos más profundos –por lo tanto estructurales– que el actual “modelo económico” impone.

5) Ninguna de las anteriores condiciones –absolutamente elementales– han estado presentes, ni en las propuestas gubernamentales, ni en las del empresariado ni en las de los economistas de la ortodoxia dominante, pero tampoco en las que se presentan como “propuestas alternativas”. Ni se reconoce que el esfuerzo debe ser masivo –de gran envergadura– para tener posibilidades de éxito, ni menos se reconoce su engarce con el necesarísimo, y cada vez más urgente, proceso de reorientación del desarrollo del país.

6) Un dato es claro: si excluimos las zonas francas –un universo paralelo con apenas unos muy débiles vínculos con la economía costarricense– lo cierto es que se sufre un estancamiento económico en toda la línea: la economía está congelada, y a un pelito de caer en números rojos, aunque hay sectores que ya entraron a terreno negativo. Reactivar la economía significaría relanzarla desde ese piso al que ha caído, hasta alturas del 5-6% de crecimiento anual u ojalá más.

7) A eso me refiero cuando apelo a la “masividad” del esfuerzo requerido. Saltar del 0% al 5-6% o más, solo es posible mediante una movilización a gran escala de recursos ¿Cómo lograrlo?

8) Las versiones oficiales (las del gobierno y las del empresariado y sus economistas), o bien optan por agravar los extendidos fenómenos de precarización laboral, o bien se distraen en medidas que podrían ser necesarias y positivas (como la simplificación de trámites), pero de efectos anodinos. Lo primero intenta reducir costos salariales para tratar de recuperar rentabilidad, pero, por otra parte, ello agrava el estancamiento económico al frenar el consumo de las personas y las familias. Lo segundo, siendo quizá políticas necesarias, no alcanzan, ni remotamente, el carácter masivo y de gran envergadura, que la situación demanda. Es como poner un niño de 4 años a empujar un auto varado.

9) Últimamente el énfasis se ha trasladado hacia medidas que intentan estimular el consumo. El Banco Central asumió un cierto liderazgo, con diversas medidas destinadas a reducir tasas de interés y, presuntamente, poner más crédito a disposición de la gente (lo cual no pasa de ser una burda tontería: el crédito siempre “está a disposición” y se concreta solo si hay demanda). Transcurridos seis meses desde que iniciaron estas políticas los “no-resultados” están a la vista: cero mejoría. Otras ideas, como las de limitar las deducciones sobre salarios de personas funcionarias del sector público altamente endeudadas, agregan ruido a algo que es solo una esperpéntica sinfonía de ocurrencias.

10) Hay propuestas “alternativas” que van en la misma línea. En particular, a los proyectos de ley para poner tope a los intereses de usura. Algo sin duda necesarísimo pero, a corto plazo ¿cuál sería la magnitud de los recursos que esto movilice para estimular el consumo y reactivar la economía? Insignificante, en el mejor de los casos.

11) ¿Aumentar los salarios para reactivar el consumo y empujar la economía? Esta es otra de las ideas del progresismo. Creo que la cuestión debe ponerse en el contexto de una economía capitalista que, casi, casi, está en recesión, y que arrastra un larguísimo período –todo un decenio– de empobrecidos índices de crecimiento, con grave debilidad en la formación de nuevas capacidades productivas (inversión productiva) y nulo avance en la productividad ¿Lo soportarían las pequeñas y medianas empresas?

12) Un detalle es importante: el movimiento de una economía capitalista, tiende a ser acumulativo y auto-reforzante. O sea: las fuerzas que arrastran a la economía, lo mismo en sentido descendente como ascendente, se refuerzan las unas a las otras, y con ello profundizan y amplían el movimiento. De ahí que desde finales de 2015, y por ya cuarto año al hilo, el dinamismo de nuestra economía se mueve cuesta abajo. Algo debería romper ese círculo vicioso que nos jala en sentido descendente, y revertir el movimiento. Solo hay un mecanismo que podría lograrlo: un masivo programa de inversión pública.

13) Cierto: hay muchos “peros” que dificultan llevar adelante algo así, y muy poco interés y ninguna voluntad para romper esos “peros”. El primer “pero” tiene que ver con la conocidísima situación de déficit fiscal, lo cual, sin embargo, se podría eludir si se lograsen desarrollar –cosa que no es fácil pero sí factible– mecanismos innovadores y alternativos para el financiamiento de la obra pública. Pero eso genera mucho “susto”, lo que a su vez provoca parálisis. Hay otros “peros” (la corrupción, la burocracia, las trabas administrativas, etc.), los cuales, para ser resueltos, demandarían diálogo, generosidad y mucha capacidad de liderazgo. Todo lo cual es hoy escasísimo en Costa Rica.

14) Dije que hay muchos “peros” para hacer lo que se debería, y poco interés en dar la lucha para superar tales obstáculos. En realidad, agrego, más bien pareciera haber complacencia en que tales “peros” existan, como si se estuviese a la caza de pretextos para no hacer nada. Dije que, además, ello causa “susto”, aunque, a decir verdad, más susto debería ocasionar la posibilidad, nada descabellada, de que la economía caiga en depresión. Se prefiere entonces, no reconocer ese peligro. Un ejercicio de negación, tan vano como irresponsable.

15) En resumen: creo que se ha perdido, y se sigue perdiendo, tiempo valiosísimo ¿Podría esto cambiar? Lo dudo: no hay ni el coraje ni la visión para cuanto menos intentarlo, y ello vale lo mismo para los sectores dominantes que para los que se autoproclaman “alternativos”. No sé si la economía podría sufrir un colapso, aunque tampoco lo descarto. Lo que sí veo como muy probable es que el deterioro continúe y pase mucho tiempo antes que se registre ninguna mejoría.

 

Tomada del blog: https://sonarconlospiesenlatierra.blogspot.com/2019/10/quince-apuntes-sobre-reactivacion.html?m=1

Enviado Marcela Dumani.

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Reactivación económica y devaluación interna: una falsa solución

El juguetito nuevo de las élites económicas, políticas y mediáticas –gremio de economistas incluido– se llama “reactivación económica”. El problema es muy viejo, pero esta gente acaba de descubrirlo, cayendo de paso en un irrefrenable “frenesí de creatividad”, que les hace ametrallarnos con sus propuestas. Examinaré aquí algunas de éstas.

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