Skip to main content

Etiqueta: recesión

Costa Rica y el FMI: Los Eslabones Perdidos

Luis Paulino Vargas Solís.
Economista
Director a.i. CICDE-UNED
Grupo Economía Pluralista

Acuerdo con el FMI… Hay problemas en lo que incluye y, en especial, en cómo lo incluye. Pero el mayor problema está en lo que no incluye, en lo que dejó fuera e ignoró.

¿Por qué desde 2009 la deuda pública ha venido creciendo sostenidamente? Bueno, porque ha habido un déficit fiscal considerable, resultante de una reducción relativa de los ingresos del gobierno, pero, sobre todo, de un incremento considerable de sus gastos corrientes, incluyendo remuneraciones y transferencias. Esa es la respuesta rápida, la usual entre nuestros economistas, pero también es la respuesta fácil y superficial.

Es preciso entonces agregar: la deuda ha crecido también, y principalmente, porque la economía crecía relativamente poco y las tasas de interés sobre la deuda han sido excesivamente altas y, en particular, claramente superiores al propio ritmo de crecimiento de la economía. En esa relación entre tasas de interés sobre la deuda y tasas de crecimiento de la economía está, desde el punto de vista matemático, la clave de la insostenibilidad de la deuda, porque implica un crecimiento automático de ésta por encima del crecimiento de la economía.

Pero en el momento en que entramos a considerar la tasa o ritmo de crecimiento de la economía, volvemos al principio de nuestra historia, ya que si los ingresos del gobierno han tenido un comportamiento insatisfactorio, que agudiza los desequilibrios fiscales, en buena medida es por causa del mediocre dinamismo de la economía. No es difícil entender la razón: una economía dinámica, que crea muchos empleos y pone en marcha un intensificado flujo comercial, con ello mismo genera acrecentados ingresos por concepto de impuestos que desembocan en las arcas públicas.

Pero además acontece que si los gastos los vemos más grandes, es precisamente porque los comparamos con una economía que es más pequeña de lo que debería ser, lo cual, a su vez, es reflejo de su insatisfactorio dinamismo durante más de un decenio. Es decir, también en este caso lo decisivo son las cifras relativas más que las absolutas, o sea, el gasto del gobierno comparado con el tamaño de la economía.

Desde luego, otros factores también inciden. El fraude fiscal, la inequidad del sistema tributario y la baja tasa de tributación son algunos de ellos. De momento omitiré detalles al respecto, pero sí enfatizo: en los tres casos hay sólida evidencia empírica que respalda la hipótesis de que, en efecto, son problemas importantes.

Pero, en fin, y volviendo a lo que más arriba indiqué, la variable atinente al dinamismo de la economía es de decisiva importancia, aun cuando no sea la única que debamos considerar. Y es especialmente importante, si de poner bajo control la deuda se trata.

El caso de Grecia ilustra ese punto con claridad. Se sometió a la población griega a un sacrificio brutal e inhumano, cuyo objetivo era generar un superávit fiscal primario (o sea, un excedente de los gastos sobre los ingresos, sin incluir los pagos por intereses). Lo lograron (a un costo inenarrable), pero ello no impidió que la deuda, expresada como porcentaje del valor de la producción nacional de Grecia (su Producto Interno Bruto, PIB), siguiera subiendo. Hoy es más alta de lo que era al inicio de la crisis, allá por 2009-2010, a causa de que las políticas de recorte y austeridad aplicadas provocaron un pavoroso desplome de la economía. Al año 2019, el PIB de Grecia era un 23% más pequeño de lo que era en 2007. Con la pandemia ese hueco se amplió a casi 30% en 2020. Ello significa que al hacer la división “deuda/PIB”, el denominador de esa razón (el PIB) se contrajo violetamente, elevando en consecuencia la proporción respectiva. La deuda, que representaba un 126,7% del PIB en 2009, alcanzó un 180,9% en 2019. La crisis asociada a la pandemia del Covid-19 ha agravado la situación, llevando la cifra a 205,2% (los datos provienen del World Economic Outlook Database, del Fondo Monetario Internacional, FMI: https://www.imf.org/en/Publications/WEO/weo-database/2020/October).

Una primera conclusión que se deriva de lo anteriormente planteado tiene que ver con el hecho de que el problema fiscal es mucho más que un asunto de sumas y restas. No se agota, ni mucho menos, en la mera contabilidad de gastos e ingresos del gobierno. Es una cuestión multifacética y compleja, respecto de la cual destaco aquí solamente lo siguiente: entre los equilibrios (o desequilibrios) fiscales y la economía en general, hay una relación de doble vía. Para bien o para mal, ambos se influyen mutuamente.

Ello tiene importancia, a la hora de evaluar los efectos esperables que podrían derivar del acuerdo que el gobierno ha negociado con el FMI, en cuanto éste está formulado en términos tales, que claramente sugieren efectos negativos sobre el desenvolvimiento de la economía de Costa Rica en los próximos años, lo que, en bucle de retroalimentación negativa, impactaría sobre las finanzas públicas.

Recordemos que durante todo el período posterior a 2008, el desempeño general de la economía costarricense tendió a ubicarse por debajo de sus estándares históricos previos. Esa pauta se hizo más clara luego de 2013, y todavía más pronunciada luego de 2018. Con la pandemia del Covid-19, la producción nacional sufrió una significativa contracción (estimada por el Banco Central en un -4,5%), la más severa desde la crisis de 1980-82.

Como ya expliqué más arriba, ese crecimiento económico relativamente mediocre, ha impactado negativamente, y de diversas formas, sobre los desbalances fiscales. Pero aquí se hace necesario agregar algo más: el empleo. Puesto que éste determina el ingreso de las personas y los hogares, asimismo influye sobre su capacidad de consumo y, en último término, sobre su capacidad para generarle ingresos al gobierno mediante el pago de impuestos. El problema -muy serio problema- es que desde 2009 en adelante, este año incluido, la situación del empleo en Costa Rica, es terriblemente insatisfactoria, y se hundió en forma cataclísmica en 2020, bajo el impacto de la pandemia.

Nada en lo negociado con el FMI, ni en las leyes y reformas que le acompañan, toma esto en cuenta. Es decir, no hay políticas en materia de reactivación de la economía y creación de empleos. Son como al modo de eslabones perdidos, y su ausencia puede tener graves consecuencias. A lo sumo se reitera la tesis de la “austeridad expansiva”, frecuente en las disertaciones de Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central, la cual se plantea más o menos así: “el programa de recorte fiscal hará bajar las tasas de interés y devolverá la confianza a los empresarios, incentivando la expansión de la producción y el aumento de las contrataciones de personal”.

Esta es una tesis comprobadamente falaz, ampliamente desacreditada. Lo que sí está bien comprobado, es que, todo lo contrario, la austeridad fiscal tiene efectos depresivos sobre la economía. Y el efecto puede ser aún más problemático en una economía que ha sufrido una severa recesión, y que, además, arrastra graves problemas de empleo.

Según lo negociado con el FMI, el ajuste fiscal propuesto, es decir, la reducción esperada del déficit fiscal es por una magnitud de 4,75% como proporción del PIB, en el quinquenio 2021-2025, la mayor parte del cual (cerca de 3,5%) se concretaría en los tres primeros años. Esa es la magnitud total del recorte a la demanda en la economía, que necesariamente implicará menos ventas paras las empresas y menos flujos de comercio. Difícilmente eso incentivaría la confianza empresarial, ni les induciría ampliar su producción y su empleo.

Es un ajuste menos severo que el que, por ejemplo, se le impuso a Grecia, lo que, en principio, haría esperables efectos negativos no tan groseros. Pero esos efectos inevitablemente se sentirán. Con un agravante: se aplican sobre el telón de fondo de una economía que el año pasado tuvo una contracción significativa, y que arrastra horripilantes niveles de desempleo.

Se abre así una perspectiva preocupante: estancamiento económico y alto desempleo por un largo período, lo cual debilitaría las bases económicas indispensables, sin las cuales la sostenibilidad de las finanzas públicas se vuelve muy incierta.

Artículo relacionado: Costa Rica y el FMI: un camino trillado, un fracaso seguro

Compartido con SURCOS por el autor, publicado en su espacio digital:
https://sonarconlospiesenlatierra.blogspot.com/2021/02/normal-0-21-false-false-false-es-cr-x.html?m=1

 

De nuevo el mimetismo en la política de Costa Rica

Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor costarricense.

El cambiante escenario político y social de la Costa Rica de los últimos meses, en medio de un fenómeno como la así llamada “pandemia”, la que si bien se exterioriza en el orden de lo clínico, donde se torna amenazante para la salud, la supervivencia y la vida de la población, pero que también está inextricablemente unido a las dimensiones del orden de lo político, social y económico, dada la enorme complejidad que reviste, aunque muchos no lo puedan entender. Es aquí donde el gobierno y la clase política orientados, de una manera casi unánime, sin importar gran cosa los rótulos partidarios a que quedaron reducidos los viejos partidos políticos, consideraron que había llegado la oportunidad de darle la estocada final al estado social de derecho, establecido por los reformadores sociales durante las décadas de los cuarenta y cincuenta del siglo anterior, por lo que se abocaron a tomar medidas para proceder a su desmantelamiento, eliminando las conquistas sociales de las clases trabajadoras y vendiendo los activos más rentables del estado costarricense. Desde luego que lo hicieron también de manera preventiva, en un primer momento, aprobando una reforma fiscal regresiva hace ya dos años y una legislación para limitar el derecho de huelga y de protesta contra las políticas sociales y económicas del régimen imperante, dando lugar a que en lo sucesivo, con esa legislación aprobada a golpe de tambor, sus efectos no pasarían de ser un saludo a la bandera, casi un mero acto ritual.

La recesión, alimentada por una reducción del poder de compra de los habitantes, se expresó en la quiebra de innumerables negocios, además de muchas pequeñas y medianas empresas que no soportaron la reducción de la demanda agregada de bienes y servicios, a lo largo del año 2019, mucho antes de que empezara la pandemia. Al estallar ésta, en el mes de marzo anterior, con las medidas restrictivas en cuanto a la movilidad de los habitantes que trajo, los efectos de la recesión se aceleraron y colocaron al borde del abismo del hambre y la miseria a grandes sectores de la población, imposibilitados de salir a trabajar y carentes de otros recursos para hacerle frente a la situación. Actividades como el turismo, la pesquería y el agro acusaron el golpe durante muchos meses, en medio de la mayor desesperación para quienes se dedican a ellas. Sólo ahora, en los últimos días de septiembre y primeros de este octubre que está empezando, con la oleada de bloqueos o cierres de carreteras, a todo lo largo y ancho del país, es que reaccionaron ante el cinismo de la clase política, protagonizando una desobediencia civil masiva, dentro de la tradición de Thoureau, Gandhi y Martin Luther King, con lo que la mayor parte del país rural se encuentra al borde de la rebelión, lo que tomó por sorpresa tanto al gobierno, cuyo equipo económico responde a los intereses del capital financiero y a las posturas neocon o neoliberales, como a la Asamblea Legislativa donde el cada vez más totalitario “partido único neoliberal” (PAC PLN PUSC RN NR y otros) ha seguido aprobando legislación laboral que intensificará los efectos más perversos de la recesión económica, tal fue el caso del congelamiento de las anualidades de los trabajadores del sector público durante los dos años venideros, esto traerá la pérdida de más empleos en el sector privado, aunque mucha gente que ha interiorizado el pensamiento económico neoclásico de los neoliberales no lo entienda todavía, a pesar de que están entre quienes habrán de sufrir sus consecuencias.

Como un segundo momento, en medio de la pandemia, y como resultado de una propuesta del gobierno, para firmar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y acceder a un préstamo de 1.750 millones de dólares, cuyo destino no está muy claro, ha estallado un poderoso movimiento social, cuyo liderazgo nacional y regional responde más a las consignas y propuestas reformistas de la vieja socialdemocracia liberacionista, abandonadas por el PLN, con líderes visibles como José Miguel Corrales, Célimo Guido, Óscar Campos y otros de esa procedencia histórica, que a las de una extrema derecha representada por la UCCAEP y algunos libertarians o liberales(neo) reciclados, quienes en un principio quisieron sacar provecho de él, lanzando una campaña contra los trabajadores del sector público, a quienes culpan mentirosamente de los problemas fiscales, a las vez que “atacaron” los nuevos impuestos propuestos por el gobierno(los que desde luego no pagarán ellos, como siempre ha sucedido, con su descarada evasión y elusión), más regresivos aún que los del paquete aprobado hace apenas dos años, que forman parte de la mencionada propuesta para aceptar un préstamo del Fondo Monetario Internacional. Ahora la UCCAEP y las gentes de la ultraderecha, las empresas piñeras y otras muy poderosas, se lanzan contra el movimiento que querían utilizar en su beneficio. El estallido social, del que hemos venido hablando líneas atrás, no sólo no pudieron preverlo sino que se les fue de las manos.

A todo lo anterior se une el hecho de que en Costa Rica se instaló, hace ya dos años, un gobierno de coalición con una fachada diz que “progresista” que se vino situando o desplazando, cada vez hacia la derecha del espectro político ( si es que ese término al igual que el de “izquierda” o “izquierdas” retiene todavía algo de su valor explicativo), habiendo entregado la conducción de la política social y económica a un equipo partidario de un ajuste social y económico de lo más violentos contra los sectores populares. Es aquí donde el fenómeno de la mímesis o mimetismo político comienza a operar, de una manera casi imperceptible, para crear una verdadera “torre de babel” entre las gentes poco habituadas a la complejidad del manejo cotidiano de la política al tornar desechable e inútil todo el lenguaje político. El viejo sentido común “anticomunista”, heredado de los tiempos de la guerra, dentro del que todo aquello que no debe ser, o es malo, es “el comunismo”, interiorizado desde hace muchas décadas por un gran sector de la población, ya intoxicado por el bombardeo propagandístico (recordemos que en inglés propaganda es una mala palabra, por así decirlo) de los grandes medios de comunicación. Todo esto ha conducido a la paradoja de que en tanto en que el gobierno y la clase política se mueven más hacia la derecha, y el autoritarismo más desenfrenado en todas sus decisiones más importantes, un gran sector de la población afirma que el presidente Carlos Alvarado y los cada vez desteñidos progres que lo acompañan son “comunistas”, ergo por lo tanto el gobierno de Costa Rica es “comunista”, y nos lleva por el camino de los de Nicaragua o Venezuela, sin importar siquiera si los gobernantes de esos países lo sean en estricto sentido, pues aquí opera semánticamente aquello de que todo lo que no debe ser, o lo que se percibe como tal es “comunismo” a secas, produciéndose un efecto mimético un tanto extraño (por lo menos para las gentes del mundo académico y el de los estudios de la política) al ser vistos como “comunistas” unos políticos “progres” del PAC que no abandonan el rótulo, aunque hacen precisamente lo contrario derechizándose cada día más, incluso el Frente Amplio se mantiene dentro de la coalición gobernante con lo que acentúa las sospechas hacia los dos lados. A la manera orwelliana, en esta torre de babel la derecha es la izquierda, los desteñidos progres son los comunistas o la izquierda es la derecha, el capitalismo más agresivo es el comunismo y así sucesivamente se exteriorizan el camaleonismo y el caos.

La Emisión Monetaria propuesta por el Banco Central… ¿Que pretende?

Jorge Hernaldo Jiménez Bustamante

El BCCR propuso, o puso en consulta, la emisión de 700 000 millones de colones para financiar las entidades financieras. ¿Por qué lo hace? Para contrarrestar el proceso recesivo generado por las medidas tomadas por el gobierno para disminuir el efecto de la pandemia del Coronavirus Covid-19. (Recesión inducida)

El Banco Central hará préstamos por medio del Mercado Integrado de Liquidez, a una tasa de 0.8% anual y a un plazo de cuatro años.

De esta noticia surgen naturalmente algunas dudas, veamos las principales:

  1. ¿Esta emisión monetaria generaría inflación?

 La respuesta es que no, el economista José Luis Arce dice: “En las condiciones macroeconómicas actuales no creo que esta monetización vaya a significar presiones inflacionarias” La recesión económica tiene como característica que las transacciones económicas disminuyen, la velocidad de circulación del dinero es mucho más lenta, los precios tienden a bajar o mantenerse con un índice de precios estático con lo cual el aumento de la cantidad de dinero en circulación no repercutirá en los precios sino en las transacciones económicas dado el alto nivel de desocupación que tiene la economía. La baja tasa de interés que propone el BCCR es clara muestra de que está asumiendo el bajo riesgo de inflación, ya que probablemente estaría cobrando el costo administrativo de la colocación y recuperación del dinero emitido. El Presidente del BCCR, don Rodrigo Cubero, dijo: “En un contexto donde vemos más bien fuertes presiones des inflacionarias y donde el instrumento básicamente representa un 2% del PIB (Producto Interno Bruto), un poco más del 3% de la cartera total de crédito al sector privado, por lo cual realmente el Banco Central y sus modelos no proyectan que se vaya a dar un impacto inflacionario”

  1. ¿Cuáles entidades financieras serían las beneficiarias de los créditos y por qué?

El Presidente de Central dice que el monto de 700 000 millones está calibrado para que se puedan canalizar recursos a los afectados. Pero del dicho al hecho hay un gran trecho, eso no lleva a cuestionar si hay planes en las cuales hayan participado las entidades financieras que canalizarán los préstamos. Los bancos comerciales tienen mucha liquidez y sabemos que pagan muy bajos intereses pasivos o no pagan ninguna tasa en los depósitos en cuentas corrientes. Entonces el problema está en la propia raíz de la recesión, las oportunidades de inversión están ausentes y por lo tanto los bancos tienen problemas en colocar nuevos créditos, el consumo también está restringido y pocos se atreven a gastar como lo hacían antes de la recesión, además de que muchos no tienen la misma capacidad de gasto por haber visto disminuidos sus ingresos. Ahora bien ¿a qué tasa de interés y a qué plazo van a prestar las entidades financieras que acepten los recursos del BCCR? De ello dependerá de que algunos deudores puedan sustituir deuda cara por deuda menos cara. Y en tal caso, poco se lograría en términos de inversión de obras nuevas y de empleo.

  1. ¿Cuál sería la mejor opción para el debido uso de la emisión monetaria?

El mayor problema de nuestro país es el desempleo y la disminución drástica del crecimiento del PIB. No es la deuda pública, queda claro que la preocupación del Fondo Monetario Internacional es la relación entre deuda pública y el PIB, que según ellos no debe ser superior a un 50% para los países de la periferia, y la gran reocupación de nuestros economistas es que por tal razón, las calificadoras de riesgo nos bajen la nota. Entonces todos nuestros problemas se unen en un solo propósito, a saber, hacer crecer el PIB en forma continuada y a una tasa superior al crecimiento de nuestra deuda. Así las cosas, la mejor opción para el debido uso de la emisión monetaria que propone el Banco Central es aquella que genere en forma inmediata inversión y gasto. Puede observarse dada la situación macroeconómica que el sector privado no puede hacerlo. La única opción viable es la combinación estratégica entre el sector público y el sector privado. Pero para ello se debe extender el plazo y aumentar la tasa de interés a partir del cuarto año para que iguale al índice de precios y así asimilar la posible inflación que pudiera generarse.

  1. La mejor opción es la construcción de obras públicas.

 En el contexto actual el sector construcción, según titular de un periódico escrito*: “Construcción pasa por desplome ni siquiera visto en crisis del 2008”, y agrega: “en diciembre de 2018 comenzó el más reciente lapso de comportamiento negativo (decrecimiento) en la actividad de la construcción. De ahí hasta mayo pasado, (última medición del IMAE, índice mensual de actividad económica), se calculan esos 18 meses, según la variación interanual del indicador” con comportamiento negativo. El punto más bajo se presentó en junio de 2019, cuando la caída interanual fue del 18,9%. Un análisis por sectores del BCCR indica que la construcción con destino público comenzó su ciclo negativo actual en marzo del 2018 y se mantiene hasta mayo de 2020, 27 meses de variaciones negativas. En el sector privado hay expectativas pesimistas de los agentes económicos para ejecutar nuevos proyectos de inversión, lo cual se ha manifestado en una baja demanda de crédito por parte del sector privado. (Esto concuerda con lo escrito en el punto anterior) Don Esteban Acón, presidente de la Cámara Costarricense de la Construcción, le dijo al periodista Marvin Barquero, que el sector generaba 150.000 empleos y que en el primer trimestre de este año perdió 28.000. Y agregó: la esperanza que nos queda enfatizó, don Esteban, es un repunte de las obras públicas y mencionó al Ministerio de Educación y a la Caja Costarricense de Seguro Social. El Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos tenía proyecciones en las cuales en 2020 se esperaba una tendencia positiva, la cual se frustró con la depresión generada por la Pandemia Covid19.

  1. El Sector Construcción y el empleo.

El mayor problema de Costa Rica actualmente es el desempleo, altísimo (12 a 13%) y aumentado peligrosamente por la depresión inducida por el gobierno para disminuir el riesgo de enfermedad por la pandemia del Covid19, de un 15 a un 17%. El problema no es sólo económico es también un grave problema social y repercute en gastos mayores para el Estado y disminución de ingresos (cuotas a los seguros sociales y tributación sobre compras, sueldos e ingresos).

Un estudio realizado por especialistas contratados por CEPAL (Comisión Económica para América Latina) en Nicaragua estimaron en 47.000 empleos directos e indirectos generados por un millón de dólares en construcción. Es de suponer que la generación de empleo tiene una disminución marginal para un mayor número de millones invertidos, pero en todo caso es generalmente reconocida la importancia que tiene la construcción en la generación de empleo, considerando la cantidad de industrias y comercios que le dan apoyo logístico a las empresas de construcción, quienes a su vez son grandes empleadores de mano de obra.

  1. Los propósitos de la emisión monetaria del BCCR.

Hemos de suponer que el Banco Central se propone reactivar la economía mediante una emisión monetaria de 700.000 millones de colones, en tal caso debe colocar el dinero en donde realmente sea usado lo más pronto posible en inversión, mayoritariamente en construcción y con proyectos que tengan reproducción pronta en el crecimiento del PIB y del Empleo. Es necesario que un grupo interprofesional de economistas ingenieros evalúen los distintos proyectos que presenten las instituciones públicas en un tiempo récord y la capacidad de las empresas privadas de diseño y construcción que las han de llevar a cabo. Sugiero se estudien obras de gran magnitud como los hospitales de la Caja, el puerto de Caldera, la Carretera a San Carlos, las rutas 27 y 32, la Carretera a Cartago, programa de construcción de viviendas populares y las obras inconclusas del ministerio de Educación para que sean estudiadas y priorizadas.

Conclusiones

Queda demostrado que el Banco Central si está en capacidad de ser el actor que dinamice la economía y la saque de la recesión en la cual se encuentra. Quedan desvirtuados los temores inflacionistas de muchos políticos y de muchos “políticos economistas”. La emisión monetaria en momentos de recesión no producirá inflación.

Es previsible que el camino escogido de traspasar las emisiones a las entidades financieras para préstamos a las empresas privadas no tenga los resultados esperados de reactivación económica. Es un error histórico excluir las instituciones públicas y al mismo gobierno quienes son los únicos entes capaces de detener el decrecimiento del sector construcción y por el contrario hacerlo crecer con sus consecuencias en el empleo y en el consumo.

Quienes abogan por la disminución del déficit fiscal acaso no ven que esta es una oportunidad de sustituir crédito caro por crédito barato y así aliviar el pago de intereses del Gobierno y de las Instituciones Públicas.

Dedico este artículo a Valeria Jiménez R. Máster en Economía Internacional Hochschule fur Wirtschaft un Recht Berlin y Máster en Análisis y Desarrollo Económico en la Universidad Paris Sorbonne Nord.

*Periódico la Nación.

Nota: de última hora, 24% de la fuerza laboral ha perdido el empleo o sus fuentes de ingresos, de acuerdo con la cifra que reveló este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Censos, (INEC).

Agosto 6 de 2020, Curridabat, Costa Rica.

El final del discurso del “libre mercado”, ceteris paribus – I parte

Marco Soto Umaña

Un abordaje de las diversas informaciones que pululan en la red, medios de información, organizaciones financieras, organizaciones internacionales, etc., abren un claro panorama de la situación actual y futura del sistema económico planetario existente y de la diversidad de formas en que política y económicamente se particulariza en cada nación, dado la diversidad de procesos históricos y proyectos de vida construidos.

El panorama no es muy positivo, se avecina una recesión de carácter global, que incidirá en cada país de manera diferente, dependiendo de sus características, de los procesos y contextos históricos particulares, de la aglutinación de fuerzas a lo interno, de la inserción al mercado global, ya sea de su total o parcial dependencia, del nivel de deterioro o destrucción del mercado y producción nacionales, causada por el modelo de desarrollo neoliberal, y por supuesto, del desarrollo de la institucionalidad propia, de cada país, es decir, el nivel de privatización, parcial o total logrado por los poderes fácticos nacionales.

Como mencioné, la incidencia de dicha recesión en cada sociedad en particular dependerá de una diversidad de factores, sin embargo, es previsible que economías que otrora fueran referentes de la ficción del “libre mercado”, de las famosas CONSTRUCCIONES elaboradas desde institutos como CATO para demostrar los logros de las “economías libres”, vayan cayendo como castillo de naipes.

Hace ya varios años, me avoqué a estudiar la realidad de Singapur, una economía netamente importadora de lo que consume y, cuestionaba en ese entonces, cómo sobreviviría Singapur en un contexto como el que se avecina, bueno, el momento llegó, esperamos, por el bien de todo un pueblo, que puedan sortear la crisis, sin llegar a, como lo vaticinaba en ese entonces, convertirse en un país fantasma.

El caso de Chile es interesante y preocupante, una economía totalmente privatizada, y peor, una institucionalidad totalmente desmantelada, con pocas capacidades de maniobra, y que ya se encontraba ante una situación de movilizaciones y protesta social, así como de represión sistemática.

En el caso particular de nuestro país, la situación, en principio, no es tan grave, partiendo de que los intereses y procesos privatizadores, no han logrado plasmar todo ese ideario en su totalidad, aún y a pesar de haber logrado, adelantándose a los acontecimientos, blindar las posibilidades en la toma de decisiones, que como ciudadanos tenemos con el instrumento del referéndum y la CRIMINALIZACIÓN DEL DERECHO A LA PROTESTA SOCIAL.

Repito, toda sociedad, depende en la coyuntura actual de sus propias capacidades y características internas, de las condiciones materiales, infraestructura, recurso humano, institucional, relativa capacidad auto alimentaria, etc., y Costa Rica reúne, considero, todas esas características, exceptuando, la social, esa base social con capacidad de EXIGIR cambios estructurales, esa aglutinación de fuerzas capaces de dirigir el barco hacia un puerto donde podamos embarcarnos todos y todas sin exclusión, y eso requiere un gran esfuerzo de construcción, dejando de lado posiciones extremas, parcelitas e intereses.

Hoy por hoy, la batuta la tienen los grandes intereses corporativos, los poderes fácticos, los que han construido la crisis, fueron llamados para arreglar lo que destruyeron, ahondando aún más el modelo, cargando sobre las espaldas del sector trabajador, público y privado, sobre los micro, pequeños y medianos empresarios, el peso de la crisis.

“Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”.

Reflexiones de cuarentena

Adriano Corrales Arias*

            Probablemente nunca sabremos si el conavid-19 fue creado en un laboratorio o es una mutación genética de los miles de virus que pululan en la naturaleza y que cíclicamente nos atacan como las gripes estacionarias. Hay variadas teorías y muchas especulaciones al respecto, incluso acusaciones de países a países. Un grupo de inversionistas y políticos usamericanos hace unas semanas presentó una demanda contra China por la supuesta creación del virus en un laboratorio de Wuhan. Por lo contrario, muchos analistas, incluso usamericanos, infieren que el virus se creó en Estados Unidos para causar un daño profundo en la economía china. ¡Vaya a usted a saber!

            Lo cierto del caso es que enfrentamos una de las crisis más graves de los últimos siglos. Ya no solo por la pandemia, que ha causado y sigue causando miles de muertes en diversas partes del planeta, sino por el frenazo que ha sufrido la economía a escala mundial. Prácticamente toda la estructura productiva y financiera del globo ha entrado en recesión, al menos en una pausa que golpea a miles de trabajadores y productores de aquí y acullá. La crisis se amplía como un enorme hoyo vacío que podría hacer colapsar a muchos países pequeños e incluso grandes. De hecho, la hasta ahora supuesta economía más amplia y competitiva, la de Estados Unidos, está seriamente golpeada y parece que no se repondrá en el corto tiempo. El gigante se tambalea dramáticamente, su presidente y equipo de gobierno lucen desconcertados, erráticos y, para variar, prepotentes, guerreristas.

            Huelga decir que en países tan afectados como Italia y España, y el mismo Estados Unidos, como hemos dicho, fueron aplicadas la teorías neoliberales a ultranza como un fuerte shock político. (En América Latina países que no invirtieron en sistemas de salud: Ecuador, República Dominicana, Honduras, Colombia, y muchos más). Muchas de las instituciones, incluidas las de la salud y los seguros, fueron privatizadas o tercerizadas o, sencillamente, dejadas sin presupuesto ni personal idóneo para favorecer a la empresa privada, es decir, a la farmacéutica y a los servicios privados de salud. He allí el meollo de tan macabras escenas como las que nos ha tocado ver por la televisión o en las redes sociales. Está claro entonces que el problema no es tanto el virus como la economía capitalista con la contrarreforma neoliberal, la cual pretendía y pretende (en nuestro país) empequeñecer el estado trasladando sus responsabilidades al mundo privado, es decir, al mundo de los negocios. Ahora sabemos que los negocios no resuelven asuntos estratégicos colectivos (sociales) de vida o muerte, como los de la salud humana.

            Alrededor de este sombrío panorama se tejen también distintas teorías e hipótesis pos pandemia. ¿Cómo será el mundo que sobrevendrá a esta nefasta crisis? Filósofos, investigadores, políticos, escritores, artistas y demasiados aficionados, se animan a lanzar variados escenarios y mundos posibles, muchos distópicos, otros utópicos. Para algunos es el fin del capitalismo neoliberal y entonces sobrevendrá una suerte de comunismo consensuado (Zizek). Para otros el capitalismo sobrevivirá y retornará con más fuerza (Byun-Chul Han). Y hay quienes sostienen una posición intermedia (Judith Butler, Atilio Borón, et al), lo que resulte será más o menos un híbrido entre ambas concepciones, es decir, un socialismo democrático o socialdemócrata donde el estado recupere su protagonismo estratégico; en otras palabras, un renacimiento del Estado Social de Derecho. Son posibilidades y tendencias.

            Lo cierto de todo es que estamos en una transición fuerte y por tanto, dolorosa; mejor dicho, en una espesa encrucijada. A veces parece una guerra global planeada contra los pobres y desvalidos, especialmente los ancianos, y dirigida por fuerzas oscuras y extraordinarias. Hacia dónde nos llevará esta encrucijada es lo incierto. Pero no cabe duda de que el mundo será absolutamente distinto. El sacudón interno que hemos padecido y padecemos sostenidamente, nos ha hecho recapacitar, reflexionar y meditar sobre el mundo que queremos para nosotros y para quienes nos seguirán. Son millones de personas alrededor del mundo las que en este momento meditan, oran, reflexionan, crean y proyectan un mundo más humano donde mujeres y hombres convivamos con mayor armonía, igualdad y justicia. Es el mundo que habremos de construir desde nuestros corazones, desde el cambio radical de conciencia que ya se percibe y se presiente.

            La pandemia, natural o inducida, casual o agendada, nos ha colocado frente a un enorme espejo cóncavo donde hemos mirado todas nuestras falencias y errores, nuestros fantasmas y monstruos (sí, los que ha creado la razón; ¡gracias querido Goya), los horrores de una civilización que cambió los dioses por el mercado y al ser humano y sus valores más preciados por mercancías tangibles e intangibles. Pero también nuestras virtudes y potencias, nuestras capacidades de resiliencia, compasión y entrega. Tocará abrazarnos, tomarnos de las manos y echar a andar, pero todos unidos como en el poema “Masa” del grande César Vallejo. Y con la conciencia cósmica de que el planeta es nuestra gran casa, la de todas y todos; y que solamente la solidaridad, la empatía y la paz, permitirán la construcción de sociedades más justas e igualitarias que nos permitan sobrevivir como especie.

*Escritor.

Imagen: https://museogoya.ibercaja.es/obras/el-sueno-de-la-razon-produce-monstruos

Encontrar caminos para salir de la crisis obliga a remover los viejos esquemas

Miguel Sobrado

La pandemia del coronavirus ha provocado una recesión internacional que muchos compararan con la crisis de 1929. La mayor del siglo pasado, que desembocó en grandes transformaciones que rompieron estereotipos sobre el papel rector de la “mano invisible” del mercado en la conducción de la actividad económica y su ordenamiento social.

Como toda crisis, la actual nos obliga a repensar la actividad económica, la tecnología y las alianzas internacionales, buscando nuevas oportunidades y senderos que nos permitan reactivar, de forma sostenible, la vida económica y restablecer el balance del tejido social.

Retomar lo rural: territorial y local

Ya se han esbozado algunas propuestas importantes, que deben ser analizadas, pero sobre todo transformadas en proyectos operativos tales como el fortalecimiento de la lo rural, especialmente la agroecología, así como los encadenamientos en el ámbito de las economías locales. Es evidente con esta crisis donde se han resquebrajado los fundamentos de la globalización, que nuestra alimentación básica debe generarse en nuestro país, si no queremos renunciar a la soberanía. No hay que seguir pensando en consensos que se limiten a los viejos actores políticos, difícilmente de esos conclaves saldrá ideas que amplíen el horizonte. Es preciso recurrir a las grandes reservas de creatividad regional y local, ahí donde existen organizaciones y proyectos innovadores autónomos. Como lo he expresado en otros artículos en las zonas campesinas, especialmente cafetaleras y cacaoteras, se ha venido tensando el arco creativo, producto de una mejor educación y formación, encadenando actividades económicas y destacando el campo cultural y deportivo. Algunas de estas experiencias, como la del micro beneficio en el café han tenido premios internacionales. Dentro de ellas se destaca el premio dado por INTEL en 2014 a los jóvenes del colegio de Sixaola por encontrar con apoyo local la vacuna natural a la enfermedad la monilia del cacao.

Pienso que es fundamental invitar a opinar y participar en el establecimiento de senderos aportando su experiencia a estos sectores que constituyen la gran reserva nacional.

Romper con inercias del pasado

Por otra parte algunas medidas propias de “la guerra contra las drogas” vigentes en nuestro país como la prohibición de la siembra y explotación industrial de la mariguana, no tienen actualmente razón de ser cuando una docena de Estados norteamericanos la siembran y procesan legalmente con grandes dividendos y generación de empleo. Si estas medidas represivas las aprobamos en su momento para contribuir con el combate que tenían en los Estados Unidos contra ese cultivo, hoy en día deben ser revisadas frente al cambio de condiciones cuando la explotación industrial con fines médicos la ha transformado en una oportunidad.

Reorientar el turismo hacia el Asia que ha superado la pandemia

Estados Unidos y Europa, nuestros clientes turísticos tradicionales, tardarán todavía algunos meses en reponerse, mientras tanto la industria turística nuestra desfallece y no todos sobrevivirán al año 2021, donde se empezará, si todo sale bien, a recuperar el sector. Mientras tanto en Corea, Japón, Singapur y China, países que están superando exitosamente la pandemia, existe un gran mercado, potencialmente mayor hacia el cual podemos dirigir nuestros esfuerzos. No solo se trata de un gran mercado numérico, sino cualitativamente mejor dotado económicamente. Se ha estimado que un turista chino deja unos $4000 dólares por visita mientras los tradicionales dejan $1500.

Aquí hay que abrir la cabeza de nuevo porque el gobierno de Trump, ha desalentado nuestros contactos con China, como bien lo dijo el Ministro Pompeo durante su última visita a Costa Rica.

Pienso que no tenemos que entrar en conflicto con los Estados Unidos por abrirnos al turismo asiático. Es de interés común de la región estabilizar nuestra economía para que el resquebrajamiento del tejido social no sea aprovechado por la ruta de la coca para imponer el terror en las regiones pauperizadas, tanto fronterizas como costeras de nuestro país.

Imagen: http://agroecologa.org/costa-rica-y-la-agroecologia-una-practica-cotidiana-por-la-autonomia/

¿Nos haremos de piedra esperando acciones del Banco Central frente a la crisis?

Henry Mora Jiménez

Hace algunos años se escuchaba este chiste: “Qué representan esas estatuas ubicadas frente al edificio del Banco Central? Respuesta: Campesinos que se volvieron de piedra esperando crédito del Banco Central.

Pero lo que vivimos hoy no es chiste. Seguramente enfrentaremos en los próximos meses la peor recesión y el mayor desempleo desde la ya lejana crisis de 1981-1982.

Los principales bancos centrales de todo el mundo toman cartas en el asunto y rompen algunos dogmas de la ortodoxia monetaria.

El BCCR podría inyectar liquidez simplemente comprando bonos en el mercado secundario, pero lo está pensando tres veces. Mejor aún, con modificaciones muy precisas y de vigencia temporal a su Ley Orgánica; podría adquirir bonos de hacienda directamente, o comprar letras del tesoro a plazos más largos y por mayor cuantía de lo que la ley actualmente permite.

Y la CONASSIF podría flexibilizar algunas de las condiciones vigentes en el marco regulatorio para que los bancos puedan facilitar crédito para capital de trabajo en condiciones más favorables a las empresas que hoy cierran puertas y despiden miles de empleados.

¿Acaso la situación de crisis no lo amerita? ¿Acaso nos volveremos también de piedra esperando decisiones audaces del BCCR al tenor de los tiempos?

El cambio en Puerto Rico

Nils Castro

 

Hay períodos en que pareciera que muy poco ocurre y de pronto los acontecimientos se desatan; pero mientras el fondo de la situación da un giro hasta los buenos analistas demoran en notarlo. Y cuando sus apreciaciones se dejan llevar por la rutina, tampoco la izquierda escapa a esa tendencia. Este es el caso de lo que hoy sucede en Puerto Rico, donde la realidad inició una dinámica cualitativamente nueva, sin que algunos anticolonialistas se hayan percatado aún.

Así lo refleja la Declaración del reciente XXII Encuentro de una organización tan meritoria como el Foro de Sao Paulo, celebrado en San Salvador a finales de junio. Como de costumbre, reitera que “apoyamos la lucha heroica del pueblo puertorriqueño por su independencia y el justo reclamo de Argentina por su soberanía sobre las islas Malvinas”. Pese a la buena fe de esta frase, ligereza da lugar a algunas deficiencias. La más simple, que entre la inmovilidad de Malvinas y la actual agitación de Puerto Rico no hay más similitud que el accidente geográfico de que ambas son islas. Si es por el régimen colonial, entonces faltó incluir a Aruba, Martinica y otras posesiones del Caribe.

El segundo yerro está en que el caso de Malvinas es uno de integridad territorial, no de autodeterminación de los pueblos. Gran Bretaña arrebató ese territorio a Argentina y remplazó su escasa población con unos colonos trasplantados desde Inglaterra. Si sus descendientes votaran por cuál soberanía prefieren, escogerían a Londres. Al contrario, Puerto Rico es una nación histórica, donde cuatro millones de personas defienden una cultura propia, de pura cepa hispanoamericana y caribeña. La cuestión aquí es recuperar las condiciones necesarias para que este pueblo pueda decidir libremente su autodeterminación. Esto es radicalmente distinto al caso de Malvinas; reivindicarlos en pareja ‑‑y con omisión de las demás colonias antillanas‑‑ acarrea más confusión que solidaridad.

Pero el problema principal es otro. Es el de omitir que 10 años de recesión y una deuda impagable convirtieron el caso de Puerto Rico en un dolor de cabeza también para el gobierno estadounidense, y han puesto en crisis al sistema político colonial y a sus partidos. Frente a las inconformidades y reclamaciones puertorriqueñas, y las presiones de los acreedores de Wall Street, las autoridades norteamericanas han incurrido en dos decisiones terminales que anulan el régimen del llamado Estado Libre Asociado (ELA).

La primera es que la Corte Suprema estadounidense dictaminó que la isla carece de soberanía, toda la cual ejercerá exclusivamente el Congreso de Washington. La segunda que ese Congreso enseguida acordó crear una Junta de Control Fiscal cuyos integrantes nombrará la Casa Blanca, que no solo dirigirá los asuntos fiscales y presupuestarios de Puerto Rico sino que reorganizará la administración del país por encima del gobierno local electo por los puertorriqueños, para asegurar que los buitres de Wall Street cobren la enorme deuda, a expensas de quienes habitan la isla. Lo que convierte al llamado gobernador de Puerto Rico en un simple monigote ceremonial.

Los dos partidos cómplices del sistema colonial ‑‑anexionista uno y autonomista el otro‑‑, cuya ineficiencia y corrupción como gobernantes del país acumularon esa deuda, ven perecer su capacidad de neutralizar políticamente a la población. Para defender sus gastados privilegios, procuran dirigir las quejas y reclamos contra la nueva Junta, pero gran parte de esa población ya tiene claro que la causa de su drama socioeconómico, del desempleo y el empobrecimiento, y del descrédito del régimen político, es el sistema colonial. El que, ante el deterioro del panorama, apela a crear ese nuevo instrumento de dominación autoritaria.

Esto a su vez ha llevado al partido y las organizaciones independentistas no solo al momento de mayor auge político, sino también al de mayor progreso en la construcción de su unidad. Lo que significa que la solidaridad latinoamericana con la independencia de Puerto Rico ‑‑y el respaldo a sus actores y luchas‑‑ ya desbordó las frases usuales y reclama nuevos análisis e iniciativas, a tono con las actuales demandas y posibilidades de la situación.

 

*Imagen con fines ilustrativos tomada de Internet.

Enviado a SURCOS Digital por Alai-AmLatina.

Suscríbase a SURCOS Digital:

https://surcosdigital.com/suscribirse/

Analista de la UNA: El significado del Brexit

Greivin Hernández González (*)

 

Pocas noticias serán tan trascendentales este año, como el resultado del referéndum que dio el sí a la salida del Reino Unido de la Unión Europea, el “Brexit” por su acrónimo en inglés. Dicha decisión conlleva importantes implicancias en diversos ámbitos, aunque ciertamente los más visibles son los políticos y económicos, repasamos algunos de los segundos.

Los primeros efectos de la decisión sobre la economía británica no se han hecho esperar, tal y como pronosticaron diversos analistas, el valor de la moneda del Reino, la libra esterlina, llegó a su nivel más bajo en cerca de tres décadas, acompañada con una fuerte caída en la bolsa de Londres (que además salpicó a otras plazas financieras, incluidas algunas asiáticas). La previsión de los inversionistas, es que los negocios de las empresas con operaciones en el Reino Unido y países relacionados, se van a ver afectados por posibles restricciones al comercio de bienes y servicios, así como al movimiento de factores productivos como el trabajo y el capital.

Según previsiones del propio gobierno del Reino, la salida de la UE elegida por el pueblo británico conllevará a una “recesión por fabricación propia” que en el escenario más “cauto” implicaría una caída en la producción cercana al 3.6%, además de episodios de inflación y caídas en el precio de las viviendas.

Empresas consultoras vaticinan además traslados masivos de empleos del Reino Unido hacia países de la Unión Europea, sobre todo en el sector de servicios financieros y globales.

Pero no sólo los habitantes de las islas se verán afectados, la Unión Europea también sufrirá un golpe pues pierde un miembro importante, porque muchas de sus empresas tienen operaciones en el Reino que se verán afectadas, y porque la incertidumbre causada por las nebulosas acerca de los términos de la salida así como del proceso, generarán una caída en la inversión y el consumo en ambas regiones.

En el caso de Costa Rica el impacto probablemente sea marginal para la mayoría de la población, en el corto plazo, la depreciación de la libra abaratará los productos ingleses, pero la recesión comentada nos deparará menos exportaciones de bienes, menos turistas, y menor inversión inglesas, que no tendrán un gran impacto. Lo mismo aplica para nuestra relación con la Unión Europea, a quien tanto le ha costado salir de la Gran Recesión y que sin duda experimentará otro escollo para recuperar su endeble crecimiento.

Por otra parte, si analizamos con detalle el voto en el referéndum, notamos que el apoyo a la salida de la Unión Europea provino de zonas rurales y empleos poco calificados, mientras que Londres, Escocia e Irlanda se manifestaron claramente a favor de la permanencia en la Unión. Esto conlleva la amenaza de que Escocia e Irlanda soliciten un referendo independentista, que las separe del Reino Unido y las mantenga en la Unión Europea. Ya algunos grupos políticos y sociales de ambos países están planteando este escenario.

Adicionalmente, el voto del sí a la salida representa un triunfo de la retórica antiinmigración, y evidencia el fracaso de las políticas económicas que la Unión promovió para un amplio sector de la población británica. Uno de los principales argumentos utilizados por los líderes políticos que promovieron la salida, fue culpar a la inmigración de los problemas económicos de los desempleados y empleos de bajo ingreso. Nada más alejado de la realidad, la tecnología es hoy en día el principal factor que explica la caída en los ingresos de los trabajadores de baja calificación.

Asimismo, el hecho de que millones creyeran este discurso xenófobo y populista, a pesar del progreso del Reino Unido en los últimos años en sus indicadores macroeconómicos, muestra que existen amplios sectores de la población que no están tan convencidos de la integración económica, pues no son capaces de dilucidar los beneficios de la misma, o porque no los han tenido. En el fondo, esto plantea el problema de que el proyecto europeo no ha sabido, o no ha podido, atender el asunto de la creciente desigualdad en la distribución de los ingresos, y de generar oportunidades para los sectores afectados por las políticas de apertura y liberalización.

En tiempos de globalización, resulta paradójico que la tierra que vio nacer al padre de las teorías del comercio internacional, el economista David Ricardo, haya decidido salirse de un mercado de 500 millones de consumidores de alto ingreso, en donde no sólo las mercancías fluyen libremente, también las personas y el capital.

***Más información: http://bit.ly/29beme8 o con la Oficina de Comunicación de la UNA (2277-3066).

(*)Observatorio de la Coyuntura Económica y Social, Escuela de Economía UNA.

Oficina Comunicacion UNA

*Imagen con fines ilustrativos tomada de Internet.

Enviado a SURCOS Digital por Oficina de Comunicación de la UNA.

Suscríbase a SURCOS Digital:

https://surcosdigital.com/suscribirse/