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Etiqueta: Rusia

A las cosas por su nombre

José Luis Callaci

La reciente resolución de la Corte Penal Internacional contra el Presidente ruso se sustenta en la supina ignorancia generada por la persistente y engañosa propaganda de los medios hegemónicos occidentales.

Una resolución que se cae por su propio peso y que se suma a los intentos de los Estados Unidos y sus socios de la OTAN para continuar denigrando y desvirtuando la obligada intervención de Rusia, que ha sido precisamente para proteger, entre otras razones valederas, a la población ruso parlante que por más de siete millones ha habitado y sigue habitando cerca del 20 por ciento del territorio de la hoy llamada Ucrania.

Desde el golpe de Estado del 2014 contra un gobierno legítimo, elegido democráticamente por el pueblo, que puso en el poder a ultranacionalistas radicales y pronazis, esta población viene siendo agredida con actos genocidas que han venido cobrando la vida de miles de civiles, en cuenta de niños RUSO PARLANTES.

El traslado de esos niños a sitios seguros ha sido por tanto una labor humanitaria, como intervención humanitaria lo ha sido también el acudir a proteger a toda esa población rusa ubicada en el llamado Donbás. No han sido “secuestros” como se lo pretende presentar de manera absurda y maliciosa sino de traslados de niños que han quedado huérfanos por la guerra o que, con el consentimiento de sus padres, se los lleva a sitios seguros alejados de la contienda bélica.

Esta acusación es no solo otra ignominiosa maniobra política, entre tantas otras, sino algo de tal magnitud que ofende la inteligencia, y constituye una afrenta a la propia opinión pública mundial. Una acusación que en boca del propio Ex asesor de Seguridad de los Estados Unidos, John Bolton “…atenta contra una posible solución diplomática” del conflicto y entorpece deliberadamente toda posible negociación para ponerle fin al mismo.

A las cosas por su nombre.

Los diversos objetivos de una guerra

Gilberto Lopes

I – El agotamiento de un orden internacional

Siempre que la paz ha sido el objetivo primordial de una potencia, o de un grupo de potencias, el sistema internacional ha estado a merced del miembro más feroz de la comunidad internacional, dijo el exsecretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger, en su estudio sobre la restauración del orden internacional después de las guerras napoleónicas, en el primer cuarto del siglo XIX. El libro –“Un mundo restaurado”– fue publicado en 1964, poco antes de la guerra de Vietnam. Se refería a guerras pasadas, pero la de Vietnam dejó renovadas lecciones sobre los miembros más feroces de la comunidad internacional.

Aún más antiguas son las previsiones de un notable diplomático norteamericano, George Kennan, que Frank Costigliola, profesor de Historia del a Universidad de Connecticut, rescata en un artículo titulado “Kennan’s Warning on Ukraine”, publicado en enero pasado por la revista Foreign Affairs.

Kennan, exembajador en Rusia entre 1951 y 1952 (Unión Soviética entonces), contribuyó a establecer las bases de la política de contención en la época de la Guerra Fría en su artículo “The sources of Soviet conduct”, publicado en julio de 1947 también en Foreign Affairs (el artículo, considerado como uno de los más destacados publicados por la revista en su ya larga historia, puede ser visto aquí: https://www.foreignaffairs.com/articles/russian-federation/1947-07-01/sources-soviet-conduct)

Cuando al entonces Secretario de Estado (1949-53) Dean Acheson le sugirieron el nombre de Kennan para dirigir una oficina de planificación de políticas, indicando que un hombre como él sería ideal para el cargo, Acheson respondió: –¿Un hombre como Kennan? ¡No hay nadie como Kennan!

En unas notas sobre los que debían ser los objetivos de Estados Unidos respecto a Rusia, hechas en agosto de 1948 –recuerda Costigliola– Kennan afirma que los ucranianos rechazaban la dominación rusa, pero que sería fácil sacar conclusiones equivocadas de este hecho, como la de que Ucrania debía ser independiente (era entonces parte de la Unión Soviética) y concluía que los Estados Unidos no debería estimular esa separación.

En sus recomendaciones, decía que era imposible establecer una línea separando claramente Ucrania de Rusia, que ambas economías estaban profundamente vinculadas y que promover una Ucrania independiente “podría ser tan artificial y destructivo como un intento de separar el Corn Belt, incluyendo el área industrial de los grandes lagos, de la economía de los Estados Unidos.

Una Ucrania independiente solo puede mantenerse por la fuerza y agregaba que aun un Estados Unidos triunfante en la Guerra Fría no debería tratar de imponer la independencia de Ucrania a una Rusia derrotada. Si se desatara un conflicto entre ambos por la independencia de Ucrania, Estados Unidos debería proponer un arreglo basado en una forma razonable de federalismo.

En 1997 –dice Castigliola en su artículo– Kennan se alarmó por la decisión de Washington de integrar a la OTAN la República Checa, Hungría y Polonia e iniciar una cooperación militar y naval con Ucrania.

“En ningún aspecto esa decisión parece más grave y llena de consecuencias fatídicas que en el caso de Ucrania”, advirtió Kennan.

Le escribió a Strobe Talbott, subsecretario de Estado en el gobierno de Clinton (94-2001), expresando su opinión. Talbott no le hizo caso. Estimaba que, dado el estado calamitoso de la economía rusa después de la desintegración de la Unión Soviética, el país estaba obligado a adaptarse a las exigencias de Occidente.

Opinión similar a la de Kennan fue expresada por Kissinger en su intervención del 23 de mayo del año pasado, en el Foro Económico de Davos, en Suiza, donde reiteró su convicción de que se debería buscar un acuerdo de paz en el conflicto de Ucrania que atendiera las demandas rusas de seguridad. Llevar la guerra más allá no sería ya algo sobre la libertad de Ucrania, sino una guerra contra la propia Rusia.

La estabilidad política de pos guerra, había dicho Kissinger en su libro ya citado, no había sido el resultado de la búsqueda de la paz, sino de “una legitimidad generalmente aceptada”. Legitimidad que no debía confundirse con la justicia –advirtió–, que no significaba “más que un acuerdo internacional acerca de la naturaleza de los arreglos funcionales y acerca de los objetivos y métodos aceptables de la política exterior. Implica la aceptación del marco del orden internacional por todas las grandes potencias”. Por lo menos hasta el punto en que ningún estado esté tan descontento con esa situación como para expresar su insatisfacción con “una política exterior revolucionaria».

“Siempre que exista una potencia que considere opresivo el orden internacional, o la forma de su legitimación, sus relaciones con otras potencias serán revolucionarias. En tales casos no será el ajuste de las diferencias dentro de un sistema dado, sino el sistema mismo el que se ponga en tela de juicio”, agregó.

Algo que la invasión de Ucrania por Rusia hizo evidente, de acuerdo con las declaraciones del propio Putin y de su canciller Serguei Lavrov.

II – Los objetivos de la guerra

Los objetivos de esa guerra son diversos. Y no siempre claros.

Los habitantes del Donbass están luchando por el derecho a vivir en su propia tierra, a hablar su lengua nativa (el ruso), aspiraciones que el régimen de Kiev trata de impedir, dijo Putin, en su discurso ante la Asamblea Federal, el 21 de febrero pasado.

Entre sus objetivos estaba la protección de esa población –que vivía en lo que calificaba como tierras históricas de Rusia–; garantizar la seguridad de su país y eliminar la amenaza que significaba el “régimen neonazi”, que había asumido el poder en Ucrania como consecuencia del golpe de Estado de 2014.

Desde su perspectiva, el escenario político en el que trataron de resolver, mediante negociaciones, estos problemas, ya no funcionaba. Durante largos siglos de colonialismo, Occidente se ocupó de dar órdenes y ejercer su hegemonía. Se acostumbró “a que se les permitiera hacer lo que quisieran”, dijo Putin.

Percibía que, con el fin de la Unión Soviética, Occidente comenzó a revisar el orden internacional establecido después de la II Guerra Mundial y a construir un mundo regido por otras normas.

“Paso a paso revisaron el orden internacional existente, desmantelaron la seguridad y los sistemas de control armamentístico y llevaron a cabo una serie de guerras alrededor del mundo” con el único propósito de “desmantelar la arquitectura de las relaciones internacionales establecidas después de la II Guerra Mundial”.

No se trataba solo del orden construido después de la II Guerra Mundial, sino, sobre todo, de reglas no escritas, prácticas establecidas luego del resultado de la Guerra Fría, con la disolución de la URSS y el fin del socialismo en el este europeo, un escenario que Talbott había definido con crudeza.

En particular, la autorización del uso de la fuerza en las relaciones internacionales dejó, de hecho, de ser potestad exclusiva del Consejo de Seguridad de Naciones Unidos. Las guerras de Vietnam, Irak, Siria y Afganistán, son buenos ejemplos de esto. La de Ucrania también. Del mismo modo que la propia conformación del Consejo y sus reglas de funcionamiento –con el derecho a veto de los cinco miembros permanentes– ya no reflejan de la manera más adecuada las relaciones políticas en el escenario internacional.

III – Competición estratégica

“Remodelando el mundo” fue el título que el diario británico The Guardian –un periódico que, en mi opinión, se ha transformado en instrumento de la guerra– dio a su comentario sobre el discurso de Putin. Para la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, el discurso fue una decepcionante propaganda. Para el presidente norteamericano, Joe Biden, dejó en evidencia que el mundo entero hacía frente al “desafío de la era”.

¿Qué desafío es ese? Estamos en el medio de una competición estratégica para definir el futuro orden internacional, se puede leer en “Estrategia de Seguridad Nacional” que la administración Biden divulgó en octubre del año pasado. Los Estados Unidos liderarán esos esfuerzos “con sus valores y trabajará con sus aliados y parceros, con aquellos que comparten nuestros intereses”. “No dejaremos nuestro futuro sujeto a los caprichos de quienes no comparten nuestra visión para un mundo libre, abierto, próspero y seguro”, dice el documento.

Ya había una referencia a las dimensiones de esa tarea en la “Orientación estratégica provisional de seguridad nacional” publicada en marzo del 2021. Ahí se podía leer que “la defensa de la democracia no termina en nuestras fronteras. El autoritarismo está en marcha en todo el mundo y debemos unirnos a aliados y socios con visiones similares a las nuestras para revitalizar la democracia en todo el mundo”.

Esa visión sobre el papel de los Estados Unidos tiene raíces más antiguas, como destaca el profesor emérito de Relaciones Internacionales e Historia en la Boston University, Andrew J. Bacevich.

Bacevich piensa que Estados Unidos necesitaba abandonar la perspectiva de imponer al mundo su visión de libertad, democracia y derechos humanos, y vuelve su mirada a Kennan quien, ya en 1948, advertía contra los riesgos de esta tentación.

En un artículo publicado en la edición de marzo/abril de Foreign Affairs – The Reckoning That Wasn’t– Bacevich hace referencia a un “Report to the National Security Council”, de abril de 1950 –cuando la Guerra Fría comenzaba a conformar el escenario internacional en la segunda mitad del siglo pasado–, donde se decía que la ausencia de orden entre las naciones era cada vez menos tolerable. El documento sacaba la conclusión de que Estados Unidos tenía que asumir “la responsabilidad de imponer el orden y la justicia, mediante medios consistentes con los principios de libertad y democracia”. (El informe puede ser visto aquí: https://info.publicintelligence.net/US-NSC-68.pdf)

Es este mundo el que voló por los aires cuando las tropas rusas cruzaron la frontera de Ucrania.

Rusia percibía que el objetivo de Occidente era terminar el trabajo iniciado en la II Guerra Mundial –derrotar a la URSS– y que la Guerra Fría dejó inconcluso: terminar de desmembrar el país más extenso del mundo, que la había sobrevivido.

Para el canciller ruso, Sergei Lavrov, el objetivo de la “guerra híbrida” contra su país era no solo derrotar a Rusia, sino convertirla en un “país paria”. Como Hitler –diría– Estados Unidos tenta unir a los países europeos para la “solución final” contra Rusia.

Y añadió: –El nuevo concepto de nuestra política exterior es el de la necesidad de poner fin al monopolio de Occidente para determinar el marco de la vida internacional.

IV- ¿Rusia tiene fuerza para eso?

El desafío está claro. Lo que cabe preguntar es si Rusia tiene fuerza para esto y si la opción militar elegida era la indicada para el logro de este objetivo.

El vínculo entre el desenlace de la guerra en Ucrania y los cambios en el orden internacional, la relación entre esos dos escenarios, necesita definiciones más detalladas que me parecen no existir todavía. Se puede intuir, pero cuesta ver los detalles.

Rusia está revisando sus obligaciones ante las organizaciones internacionales que perjudican sus intereses, dijo Lavrov. Pero eso es solo una parte –y quizás una parte menor– de esa tarea. El canciller ruso destacó la importancia de la renovada alianza con China, base de la concepción multipolar del mundo.

Es la misma opinión de la cancillería china. En una conferencia de prensa celebrada en marzo, el marco de la primera sesión de la XIV Asamblea Popular Nacional en Beijing, el canciller Qin Gang estimó que, con los dos países trabajando juntos, “el mundo tendrá la fuerza motriz para la multipolaridad y la democracia en las relaciones internacionales y el equilibrio estratégico global estará mejor garantizado»,

Acusada por la Subsecretaria de Estado, Wendy Sherman, de tratar de reescribir “el orden internacional basado en reglas”, el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores chino, Wang Wenbin, respondió que era Estados Unidos el principal disruptor de ese orden. “Son los Estados Unidos y no China quien socava y pisotea las normas internacionales». Wang citó los casos de Irak, Siria y Afganistán, así como la aplicación de sanciones contra otros países, como ejemplos de “una política de saqueos y explotación que crea división en todo el mundo”.

La guerra de Ucrania permite ver con claridad hasta donde los objetivos definidos por Putin pueden ser alcanzados: el control de los territorios de mayoría rusa; el fin de un régimen ucraniano, que Moscú considera ilegítimo; y garantías de seguridad, medidas que eviten la instalación de armas de la OTAN en las fronteras rusas.

Pero no se puede ver todavía, con la misma claridad, la relación del conflicto con el establecimiento de un nuevo orden internacional.

Quizás sea Washington quien lo intuya con mayor claridad, si consideramos los miles de millones invertidos en armar a Ucrania y los cambios tan profundos en las políticas de sus hoy aliados –Alemania y Japón–, entonces enemigos en la II Guerra Mundial. Ambos han reformado su legislación –e inclusive su constitución– para volver a armarse y a armar países en guerra, poniendo fin a restricciones existentes luego de su papel en el conflicto mundial del siglo pasado.

El objetivo es una derrota estratégica de Rusia, dijo Putin en su informe ante la Asamblea Federal, para lo cual ya habrían invertido 150 mil millones de dólares en apoyo a Ucrania. Una cifra que contrasta con los 60 mil millones destinados por los países del G-7 para apoyar a las naciones más desfavorecidas del mundo.

La militarización de la política internacional se expresa en el extraordinario presupuesto militar solicitado por Biden al Congreso el pasado 9 de marzo: 842 mil millones de dólares, cerca de cien mil millones más que el de 2021. Un gasto extraordinario, que supera el presupuesto militar de los nueve países que lo siguen. Un presupuesto que, probablemente, enfrentará la oposición republicana, mayoritaria en la Cámara de Representantes.

En la “Evaluación anual de amenazas de la comunidad de inteligencia de los Estados Unidos”, un documento divulgado el pasado 6 de febrero, se señala que las grandes potencias compiten para definir las reglas que se impondrán en el mundo en el futuro próximo: Estados Unidos y sus aliados, por un lado; China y Rusia, por otro (el documento puede ser visto aquí: https://www.dni.gov/files/ODNI/documents/assessments/ATA-2023-Unclassified-Report.pdf)

El escenario queda así definido, un cuadrilátero que enmarca la confrontación, sin que se vea todavía claramente definida sus reglas. Lo que despierta el temor de que se termine resolviéndola sin reglas…

En todo caso, la clave para el desenlace de esa lucha y la conformación de un nuevo orden internacional será la situación interna de cada país, en particular la relación entre Washington y Beijing, no de la guerra de Ucrania. Si podemos evitar que se esa confrontación se defina en el terreno militar, ese futuro tendrá que reflejar los cambios en el peso de cada nación en el escenario mundial.

FIN

USA/OTAN. Lamentable: Coincidencias y similitudes en cuanto a arrogancia e irresponsabilidades en Ucrania y Perú

Edgar Chacón Morales

La irresponsable escalada llevada adelante por Estados Unidos y en su retaguardia otros sectores políticos de países de la OTAN y de otras latitudes, en Ucrania, parece tener un tope: la Federación Rusa y sus apoyos, no va a ser derrotada. Si así fuera, eso tendría dos efectos: primero que la Federación Rusa dejaría de ser potencia y proponente en la escena mundial; segundo, debería cometerse genocidio y etnocidio. El pueblo ruso no va a permitirlo y tiene cómo.

En ese sentido, sería una irresponsabilidad mayúscula, aorillar al mundo a una defensa con armas nucleares, esto llevaría a lo que se conoce como DMA: Destrucción Mutua Asegurada. Simplemente, la sensatez dice que no puede ser.

En Ucrania, Zelenski ya se volvió una especie de “disco rayado o agujero negro”, que sólo pide y pide armas y dinero y cada día cansa más a muchos sectores, entre los que se cuentan aquellos que lo empujaron y pusieron a jugar ese papel despreciable.

En Perú, también se está llegando a un tope, Dina Boluarte y compañía, luego de causarle tantos dolores y tragedias al pueblo peruano, ya no le sirve a Estados Unidos. Cada vez es más patente que no cuentan con legitimidad y legalidad para firmar compromisos entreguistas (los “Contratos Ley”, principalmente) con los intereses foráneos. (Carlos Ward. Peruano Informado). Además, la camarilla golpista: integrantes del Legislativo, del Ejecutivo y del Judicial, empezando por su fiscal (Patricia Benavides, encubridora de su hermana, a quien se la relaciona con actividades del negocio de las drogas. Inty Noticias), son rechazados por la mayoría del pueblo.

En Ucrania, Victoria Nuland, sirvió en su momento: el Maidán y seguidillas. Jens Stoltenberg (secretario general de la OTAN), es un inepto y Josep Borrell (Alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad), con su comparación de Europa con un “jardín”, es un personaje despreciable. Ursula von der Leyen (Presidenta de la Comisión Europea), es una mercachifle (ver El Mundo).

En Perú, Lisa Kenna, embajadora de Estados Unidos, de quien se dice haber sido agente de la CIA (El Observador), jugó su papel en el golpe al presidente Castillo y en algún momento se habló de su reemplazo por Stephanie Syptak-Ramnath.

En todo este escenario, en días recientes, el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, propuso una OTAN sin Estados Unidos. Europa debe ser capaz de encargarse de su defensa, propuso. (Negocios.tv)

En América Latina, varios presidentes, entre ellos el Presidente Andrés Manuel López Obrador, de México, se refirió como espurio al gobierno de Dina Boluarte, lo que les molestó y en un alarde, retiró a su embajador en México y dijo que las relaciones quedaban sólo en el plano de los negocios.

Mucho les molesta no haber recibido la presidencia pro témpore de la Alianza del Pacífico y en un desplante fuera de lugar, no se refiere al presidente López Obrador, como tal, sino como “el señor López”. Aunque le moleste, AMLO, como se le conoce, fue elegido presidente por el pueblo de México, al contrario que ella.

En cuanto a que las relaciones quedan sólo en el plano de los negocios, hay que seguir de cerca el actuar de Los Estados Unidos Mexicanos.

Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia emitió un comunicado oficial, fechado el 19 de febrero de 2023, en el que se dice: “…toma nota de la moción del Congreso de la República del Perú, relacionada con el presidente de la república de Colombia, Gustavo Petro Urrego. Interpreta que este es un acto de carácter político del órgano legislativo del Perú que no compromete al pueblo y, por lo tanto, no afecta la histórica relación con la hermana nación … reitera su confianza en que la democracia y el Estado de Derecho se impondrán en el Perú para alcanzar las soluciones a la actual coyuntura…”.

El gobierno colombiano le está diciendo al Congreso peruano, que no lo reconoce como representante de su pueblo.

Sobre Perú y América Latina, la presencia china es creciente y Laura Richardson, jefa del Comando Sur de Estados Unidos, se vio compelida a emplear un lenguaje amenazante, arrogante y ofensivo sobre América Latina y sus riquezas (The Atlantic Council). Claramente les envía un mensaje a China y la Federación Rusa, recordándoles la “Doctrina Monroe”. Pero como sucedió con la Unión Soviética, en octubre de 1962, habrá que ver si al igual que con los misiles “Jupiter” en Turquía, también China le pone límites en su Pacífico cercano. La Federación Rusa, ya se los está poniendo en Ucrania.

En el escenario mundial, en los frentes económico, político, militar y propagandístico (para no decir mediático), USA/OTAN, no están bien.

Dicho de otro modo, en este último frente, los canales de desinformación y confusión de opinión, no están obteniendo sus cometidos como quisieran, a no ser en regiones en las que cuentan con aparatos locales, en gran manera a su servicio.

Por su parte, China está atenta y activa, porque está consciente del devenir del enfrentamiento en Ucrania.

En el plano internacional, los BRICS se fortalecen, mientras el G7, parece pesado y lento.

Quien todavía crea que en el Perú, el presidente Castillo dio un golpe de Estado, el 7 de diciembre de 2022; y que la escalada en el escenario de Ucrania, empezó el 24 de febrero de 2022, está muy equivocado.

Por último, todo indica que los factores del multipolarismo se fortalecen, mientras los del unipolarismo, se debilitan y maniobran erráticos.

En ambos puntos del planeta, el actuar de USA/OTAN contribuye muy poco a la paz.

Marzo, 2023.

Ucrania: Separando el Polvo de la Paja

Mauricio Ramírez Núñez
Académico

Un análisis académico de la guerra sin tener el menor conocimiento, aunque sea teórico, sobre lo técnico y operativo de lo que implica y cómo funciona esta, o sea, su práctica concreta y desarrollo en el campo, que va más allá de lo político y de la ciencia política misma, es el equivalente a ser experto en administración de empresas, pero nunca haber tenido la experiencia de administrar ni una pulpería. Se puede tener mucho renombre en medios por los análisis y capacidad de comprensión de los acontecimientos que se posea, pero eso no quita que la realidad objetiva pueda ir por un camino totalmente diferente al de todo aquel andamiaje argumentativo. No siempre, un argumento racional con una correcta secuencia lógica, quiere decir que sea verdadero. De hecho, el fenómeno la posverdad se basa mucho este tipo de trampas.

Eso es lo que he podido observar sobre la guerra en Ucrania durante este año de hostilidades. No es de extrañarse, hay coyunturas que exigen de posturas previas (prefabricadas) que sean políticamente correctas, además de social y emocionalmente aceptadas, aunque éstas disten de la verdad de los hechos. Al final se dice lo que los poderes fácticos quieren que se diga en público sobre el tema, lo que conocemos como falso consenso y guerra psicológica. Además, hay todo un tema de reputación, prestigio e imagen que quienes analizan públicamente este tipo de hechos cuidan mucho.

Todo eso es comprensible, no obstante, a pesar de la posverdad y el sesgo ideológico detrás de todo lo que nos dicen en medios, técnicamente la realidad ha mostrado con objetividad que en el plano militar es imposible que Ucrania gane la guerra a Rusia. Lo único que podría hacer una diferencia es que la OTAN termine de entrar por completo en el conflicto con tropas y otro tipo de equipo militar pesado, lo cual genera grietas también a lo interno de la alianza. Sin embargo, ya estaríamos hablando de una guerra mundial a gran escala, y es lo que todos desean evitar.

Por eso se debe hacer una correcta diferencia entre el análisis militar y el político. No todo académico es o posee conocimiento militar y viceversa. Políticamente en este conflicto aún no hay nada resuelto y subyacen muchas variables gravitando a su alrededor. Este es el espacio donde todos especulan y emiten criterio, ya que todo sigue sin definirse y las tensiones diplomáticas acercan cada vez más a Europa al enfrentamiento directo con Rusia, a la vez que crecen las contradicciones internas en los países europeos más involucrados en el conflicto. En la parte diplomática se suma ahora la propuesta de paz de China, donde acierta al exponer la necesidad de abandonar la mentalidad de Guerra Fría que subsiste especialmente en occidente, el respeto a la soberanía de todos los países, y el no uso de armas nucleares, entre otros puntos no menos importantes.

Más allá de toda preferencia de bando, lo cual no es pecado tener, es una verdad que Rusia no va a ceder en ninguna negociación en cuanto a los territorios ocupados y mucho menos va a renunciar a la península de Crimea, al mismo tiempo, no existe fuerza sobre el planeta que pueda obligar a Rusia (potencia nuclear) a devolver dichos territorios, entendidos por la civilización eslava como parte natural de su espacio vital. De este modo, quien tiene la de perder en ese sentido es Ucrania y no Rusia. Otro ejemplo concreto y no sesgado sobre esto lo demuestran las ineficaces sanciones económicas de occidente colectivo contra la economía rusa, so pretexto de someterla y reducirla, lo que, para mala suerte de sus creadores, han resultado ser un bumerán que no han logrado más que afectar la propia estabilidad económica y política de Europa.

En los últimos días salió a la luz pública que la Mossad, órgano de inteligencia del Estado de Israel y uno de los mejores del mundo, realizó un informe sobre la situación militar en Ucrania y los datos que consiguieron dejaron perplejos a los expertos en la materia; la diferencia de bajas es de 1 a 8 a favor de Rusia. Por otro lado, existe una superioridad aérea rusa en la guerra con drones, la misma aumenta la precisión y la eficacia de todo tipo de fuego. Estos datos, dan al traste con aquel famoso adagio nietzscheano y muy empleado por occidente posmoderno que reza: “no hay hechos solo interpretaciones”.

En esa misma dirección, el militar español del ejército de tierra de España, Juan Antonio Aguilar expresa su criterio, y cito textualmente: “una vez que caiga Bakhmut, se alcanza la tercera línea de defensa y última del Donbás, una vez acabada esta línea de defensa todo el Donbás estará en manos rusas, lo cual será una victoria, ahí sí, desde el punto de vista político y militar”. Esto puede tardar unas semanas más por lo lento y cuidadoso del avance ruso, pero si todo sigue igual, será inevitable. Hace unos meses dije que Ucrania había perdido la guerra, pero la posibilidad de un enfrentamiento a gran escala y haciendo uso de material nuclear sigue siendo posible, lamentablemente, este escenario continúa vivo.

Nos encontramos ante una profunda transformación geopolítica del planeta que pocos están comprendiendo y frente a la cual es indispensable separar el polvo de la paja, nuestros esquemas ideológicos y epistemológicos se quedan cortos, siguen mirando el mundo como si estuviésemos en el siglo XX. Vivimos en un entorno con altos grados de complejidad que requieren de diferentes niveles de análisis, donde la emocionalidad, las posturas particulares o nuestras percepciones sirven como velos para evitar ver con la suficiente apertura mental los acontecimientos, retos y posibilidades que esta nueva etapa del sistema internacional trae consigo. Eso implica una visión disruptiva en todo sentido, propia de una crisis paradigmática como la vivida en nuestros días y reflejada en Ucrania.

El mundo está extraviado sobre lo que desea la humanidad, que es amor y paz

José Luis Pacheco Murillo

El mundo atraviesa hoy una situación inédita. Una situación en la que por más de dos años la consigna era que estuviéramos lo más lejanos unos de otros. La pandemia nos obliga a estar encerrados, en unos lugares si, en otros no. Una situación en la que hoy nos damos cuenta de que muchos se aprovecharon de la pandemia para hacer negocios y ganarse millones de dólares en nombre de la enfermedad y de miles de muertos.

Hoy vivimos la infamia de una guerra provocada por unos que ahora se dicen los inocentes y los que desean la paz. Una guerra que se inició con dos países pero que ha involucrado a muchos más, aunque no quieran reconocerlo. Pero que además tiene a otros muy interesados en unirse a ella. Es decir, nada de raro en que tengamos una tercera guerra mundial.

Hoy hemos escuchado que Rusia se retira del acuerdo por reducir armas nucleares, en forma unilateral. Una amenaza mayor para el mundo.

En eso está el mundo, simplemente de cabeza y por ende extraviado sobre lo que desea la humanidad: amor y paz. Aunque suene a los hippies de antaño, pero es lo que necesitamos hoy.

El que Biden vaya sorpresivamente a Ucrania y el que llegue a Polonia a hacer un discurso que no ofrece mucha ayuda para buscar La Paz, nos habla de un mundo abocado, por las potencias, a pelear por lo que desean y no por lo que le interesa a la humanidad.

Dios quiera que recapaciten y entiendan los que toman las decisiones que, en cada una de ellas, está el futuro de la humanidad y entre peores sean menos esperanza tenemos de sobrevivir. Por eso es importante iniciar este tiempo de cuaresma acercándonos más a Dios y hacer lo necesario por entender su Plan de Amor y no seguir ese plan del mundo.

Video: La guerra es un desastre. ¡Construyamos la paz!

La organización Europa por la Paz comparte un video en el que reflexiona sobre lo que ha sido la respuesta de Europa a la guerra entre Rusia y Ucrania, y cómo el envío de armas que realiza anula cualquier posibilidad de diálogo y de paz mientras un pueblo es destruido.

Se condena el actuar de los gobiernos que buscan guerra, ya sea por la expansión de la OTAN como por la propia invasión a Ucrania.

Hazte una foto con un cartel con tu declaración de paz y publícala en las redes sociales con el hashtag #EuropeForPeace

Puede ver el video en el siguiente enlace: https://www.facebook.com/groups/430160793841131/permalink/1897251340465395/?ref=share&mibextid=NnVzG8 

Y puede visitar la página web de Europa por la Paz en el siguiente enlace: Europa per la pace – Europe free from nuclear weapons (europeforpeace.eu) 

También puede enviar sus producciones para la campaña al WhatsApp (506) 8735 4396

Un año de la guerra Rusia – Ucrania, con Vladimir de la Cruz y Manuel Mora Salas

El pasado viernes 17 de febrero de 2023, Vladimir de la Cruz, junto con Manuel Mora Salas, nos ofrecieron un análisis de lo que ha sido este año de la guerra entre Rusia y Ucrania en el proyecto Latinos Unidos.

Se tiene, a modo de introducción, el planteamiento de la posibilidad de que este conflicto bélico, de mantenerse, puede ser la antesala a una posible Tercera Guerra Mundial, así como también se atribuye los orígenes de esta guerra, estallada el año pasado, en los disturbios de Maidán que ocurrieron en el 2014.

Resulta relevante en este espacio un repaso histórico, a fin de comprender la complicada situación actual mundial, de conflictos que se remonta al cambio de orden que significó la Segunda Guerra Mundial y el desarrollo de la bomba nuclear, entre otros conflictos y coyunturas del siglo pasado y de este, como lo son no solo en el conflicto Rusia – Ucrania, también el liderazgo económico y militar que está asumiendo China. Este repaso es necesario pues no se puede entender la actualidad sin un contexto histórico que lo explique.

Volviendo al tema de la guerra en Ucrania, se expone que la idea de Vladimir Putin de realizar un ataque rápido pudo tener éxito pero requería mínimo de tres soldados rusos por cada soldado ucraniano, tomando en cuenta que algunas zonas del país requería hasta diez soldados rusos por cada soldado ucraniano. A pesar de que la idea de un ataque rápido no se llevó a cabo, y el aniversario del conflicto así lo evidencia, en todo momento Rusia se ha posicionado como superior en la agresividad realizando un golpe sistemático al sistema eléctrico ucraniano y a obras de infraestructura militar.

La guerra de desgaste por la que optó Rusia, ha demostrado ser exitosa, pues, por ejemplo, desde Ucrania hay una constante petición de tanques, pues la totalidad de estos fueron destruidos por el ejército ruso y esta constante donación de tanques a Ucrania evidencia, a los ojos de los señores Vladimir de la Cruz y Manuel Mora, un amplio negocio que se está gestionando alrededor de este conflicto, pues cada tanque donado es una compra a futuro que estos países Europeos van a realizar a los Estados Unidos.

Del lado de Zelenski, presidente de Ucrania, recientemente en la última semana anunció que se descarta cualquier tratado de paz con Rusia, por la posibilidad de comprometer cualquier territorio ucraniano que pueda ser anexado a Rusia. Parte importante de la capacidad que tiene Ucrania para posicionarse de esta forma, es la ayuda de armamento, de logística y demás que este país ha recibido a lo largo de este país no solo de potencias como Estados Unidos y Alemania, sino también desde la propia OTAN. Esta guerra, de forma no oficial, ha venido enfrentando a Rusia contra la OTAN.

Para finalizar, momentos que se consideran clave en el que fue un salto en la calidad e intensidad de guerra que estaba teniendo Rusia contra Ucrania fueron:

  • La destrucción del puente que conecta a Crimea con el territorio ruso.
  • La destrucción del Nord Stream 1 y 2 que fue un ataque a Rusia pero también a Alemania y a toda Europa.

Compartimos el programa completo para quienes deseen escuchar las intervenciones completas en los siguientes enlaces.

Parte 1: Play recording: #LatinosUnidosLU (Análisis) 1año de la guerra RUS-UK @vladimirdelacruz (twitter.com) 

Parte 2: Play recording: #LatinosUnidosLU Análisis. 1 año en Rusia y Ucrania @vladimirdelacruz (twitter.com)

La guerra pertenece a la prehistoria, construyamos paz

La organización “Mundo sin Guerras y sin Violencia – Costa Rica” comparte la siguiente información en lo referente al año de guerra Rusia – Ucrania:

“Hola.

Les saludamos de parte de la organización Humanista Mundo Sin Guerras y sin violencia.

En el aniversario del inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania, todo el mundo estará inmerso en algún tipo de iniciativa. ¿Por qué no crear también un vídeo entre todos combinando unos momentos de canto para pedir la paz, o enviando su mensaje a través de un cartel, una poesía, una pintura, o enviando un vídeo y/o foto de una caminata por la paz y la no violencia, en su comunidad o subiendo a la montaña en grupo para pedir el cese de las guerras. (Y no solo en Ucrania, recordando también todos los conflictos que hay en nuestro mundo)

Invita también a amigos, amigas y personas conocidas a participar. Lo que consigas puedes enviarlo a este correo: costaricanoviolenta@gmail.com

antes del 12 de marzo. También puede hacer su envío por WhatsApp: (506) 8735 4396 ¡Gracias!”

No a la guerra, una iniciativa desde Costa Rica que estará en la ONU y en acto en Washington

Comunicado

Este domingo 19 habrá una gran concentración el el monumento a Lincoln en Washington DC. La activista social tica norteamericana Isabel Macdonald estará presente representando el sentir de la voz costarricense por la Paz.

También Isabel Macdonald estará en Nueva York de previo y se presentará a las Naciones Unidas, para entregar la siguiente carta con sus firmas a la representación de Costa Rica en la ONU.

Si están de acuerdo que incluyamos el nombre de sus organizaciones, avisar a la dirección que se indica al final de esta nota.

La carta también será entregada a Medea Benjamin dirigente principal de Código Rosa y la excoronela pacifista Ann Wright de CODE PINK. Ann Wright será una de las expositoras el domingo en la marcha, quizás puede mencionar nuestra iniciativa.

La carta puede ser también circulada por las redes pidiendo firmas de más organizaciones y de personas en forma individual: el correo para sucribir es: isajmacdonald@gmail.com

La Asociación Costarricense de Derechos Humanos ACODEHU y la Red de Solidaridad con Palestina de Costa Rica han suscrito la carta.

ESTA ES LA CARTA:

DESDE COSTA RICA UN LLAMADO A LA PAZ ENTRE RUSIA Y UCRANIA

En Costa Rica, tenemos la suerte de vivir en un país que disolvió el ejército en forma permanente. El presupuesto se distribuyó para educación, salud, vivienda popular y el cuido de los recursos naturales y el medio ambiente.

Los miembros costarricenses del Centro Amigos Cuáqueros para la Paz, la Comisión de Derechos Humanos (CODEHU), el Servicio para la Paz y la Justicia (SERPAJ), las mujeres de la Liga Internacional pro Paz y Libertad (WILPF-CR), y la Red de Solidaridad con Palestina de Costa Rica, unimos nuestras voces para solicitar establecer negociaciones que garanticen la paz mundial.

Estamos muy consternados por la pérdida de vidas humanas en Ucrania y Rusia, la devastación de la infraestructura, la destrucción del medio ambiente y el sufrimiento que esto han traído al mundo entero, con inseguridad y la escasez de alimentos y combustible.

Nos enfrentamos al terror del Reloj del Juicio Final (Doomsday Clock), que se ha acercado más que nunca a la medianoche. Nos unimos al clamor de los Pueblos, llamando a la paz, al respeto de la dignidad y los Derechos Humanos, alzando nuestras voces para denunciar el uso potencial de armas nucleares, armamentos con uranio empobrecido, armas biológicas y químicas que se intensifican conforme escala la guerra.

Nuestros contemporáneos no merecen el sufrimiento a que nos someten las superpotencias, por lo que exigimos un cese al fuego, y la reducción de la escalada de violencia mediática y armada. De inmediato debe suspenderse la financiación de estas crueles acciones guerreras, que sólo le sirven a los fabricantes del aparato industrial militar. Todos los demás perdemos.

Invocamos las voces de la razón, la justicia y el amor por la humanidad y del globo terráqueo, al urgir un acuerdo de paz negociado sin condiciones previas.

Aplaudimos a los mediadores turcos que propusieron un plan de este tipo que en principio fuera aceptado por Ucrania y Rusia, pero luego fue boicoteado y hundido por el primer ministro Boris Johnson y el presidente Joe Biden.

Alentamos a todas las naciones que apoyen a los mediadores turcos que continúan trabajando para negociar un acuerdo de paz. Otras naciones deberían hacerse a un lado y dejar de intervenir en estas negociaciones.

Denunciamos el papel del complejo militar-industrial y de los magnates de los medios corporativos interesados en azuzar y justificar la guerra. Los hacemos responsables por la pérdida de más vidas inocentes.

Hacemos un llamado a toda persona de buena voluntad, las organizaciones de paz y justicia, los líderes religiosos y funcionarios gubernamentales en todos los niveles para apoyar la búsqueda de dicho acuerdo de paz para detener de inmediato los envíos de armas, municiones y financiamiento.

Pedimos a los representantes costarricenses en las Naciones Unidas en Nueva York, Sra. Maritza Chan, y el viceministro de Relaciones Exteriores, Christian Guillermet Fernández, que presenten una moción ante la Asamblea General de la ONU, solicitando un alto al fuego inmediato y negociaciones para poner fin a la guerra.

AQUÍ LAS FIRMAS DE LAS ORGANIZACIONES DICHAS Y PERSONAS QUE QUIERAN UNIRSE

cc.Sra. Maritza Chan, Representante de Costa Rica ante las Naciones Unidas, Nueva York.
Sr. Christian Guillermet Fernández, Viceministro de Relaciones Exteriores, Naciones Unidas, Nueva York.

Para enviar su firma:

isajmacdonald@gmail.com

Perú: la Geopolítica detrás de la Crisis

Mauricio Ramírez Núñez
Académico

La crisis que vive Perú ha sido analizada con detalle desde la ciencia política y los encuadres teóricos comunes a este tipo de eventos; se estudian los actores, los hechos, las desigualdades estructurales que marcan una clara polarización social y política, la historia política reciente, así como repercusiones en la vida democrática del país y su institucionalidad. Hasta ahí todo muy bien, justo y necesario. Pero hoy eso no basta. Subyacen razones también reales y profundas debajo del iceberg que chocó en diciembre pasado contra la democracia en ese país. Me refiero a la geopolítica y el entorno global dentro del cual se desarrollan estos acontecimientos.

En una época histórica de incertidumbre planetaria, dentro de un contexto de dependencia estratégica hacia los recursos naturales, guerra en Europa, crisis sanitaria y económica, colapso ambiental y disputa de hegemonías en América Latina, es que debemos estudiar los hechos suscitados en Perú. Trataré de explicar cada punto de manera resumida a continuación. El sistema internacional atraviesa por un periodo de turbulencias que se enmarca dentro de la transición hacia un orden mundial de carácter multipolar, o sea, donde emerge la presencia de actores diferentes a los tradicionales con el suficiente peso político, económico o militar, como para incidir en la toma de decisiones globales en el concierto de las naciones.

Esto sin duda, tiene impactos en todo el planeta y América Latina no es la excepción. Históricamente, potencias como los EEUU han visualizado desde su propia visión geopolítica a nuestra región como su patio trasero, donde la presencia de cualquier otra potencia es percibida como una amenaza directa a sus intereses y seguridad nacional. No obstante, y para su disgusto, la República Popular China ha llegado a ser en los años recientes el segundo socio comercial de América Latina y el Caribe. Igual molestia les genera el acercamiento de otras naciones como Rusia, Irán, India o Turquía a la región.

En esa dirección, el año pasado en la XV Reunión de Ministros de Defensa de las Américas, los EEUU presentaron a nuestros países la estrategia de la Doctrina de la Disuasión Integrada (integrated deterrence), considerada como una estrategia clave para su seguridad nacional. Busca integrar todas las herramientas del poder nacional a través de los dominios, la geografía y el espectro del conflicto, mientras trabaja con aliados y socios para contener el acercamiento de lo que ellos consideran países enemigos en suelo latinoamericano; entiéndase China y Rusia, especialmente.

Pero aclaremos algo, hoy estas disputas geopolíticas no son por temas ideológicos, sino por intereses comerciales ligados a los recursos estratégicos y materias primas que se encuentran en nuestros territorios, necesarias para sostener al mercado global con su maquinaria irracional de hiper-producción y sobreconsumo modernos. Hoy estos recursos dan o quitan poder, y hasta pueden llegar a ser razones para poner o quitar gobiernos. Aunque algunas veces nos quieran hacer creer que la lucha es por la democracia, en contra del autoritarismo y la tiranía, como fue en décadas pasadas, la realidad hoy muestra que la ruta del pragmatismo y los intereses económicos predominan por encima de aquellos nobles ideales. No se puede olvidar tampoco el contexto de escasez de algunos de estos recursos, de ahí la competencia encarnizada por obtenerlos.

Esta dependencia estratégica hacia recursos esenciales no presentes en todos los países, hace que se justifiquen todos los medios disponibles para buscar su control, administración y acceso, por ser tratado como un tema de seguridad nacional. En medio de la lucha por la independencia de los combustibles fósiles y la transición hacia matrices energéticas más amigables con el medio ambiente, existen ciertos recursos que cobran cada vez más importancia y que pasan a ser el objetivo primordial de todos los países que tienen en sus planes el competir en estos nuevos mercados. El litio es uno de esos recursos, considerado como el nuevo oro de la era energética verde.

Esto avanza sin detenerse, a pesar de ello y sin ser contradictorio, la guerra en Europa ha vuelto a poner el tema de la seguridad energética en el centro discusión. La dependencia energética de occidente hacia países considerados hostiles ha ocasionado que el tema del aseguramiento energético sea la prioridad número uno, especialmente en los países europeos, aunque eso implique, como en el caso de Alemania por ejemplo, seguir consumiendo o incluso aumentar el consumo de fuentes altamente contaminantes como el carbón y el petróleo. De ninguna manera se pueden dar el lujo de detener el funcionamiento de sus servicios básicos, industria y comercio.

Este traspié de la guerra, al igual que la crisis sanitaria de la Covid-19, no estaba en las variables estudiadas y proyectadas sobre el futuro hace tan solo un par de años atrás. Así, garantizar el acceso a la energía a precios razonables, aunque el sacrificio sea la naturaleza y las posibilidades de vida en el futuro, pasa a ser la prioridad estratégica de las potencias en este mundo de incertidumbres y turbulencias. No podemos olvidar que aún hoy, como afirma el especialista en geopolítica de la energía, Daniel Yergin, la economía mundial depende en un 80% de los hidrocarburos.

Volviendo de nuevo al tema de la dependencia hacia los recursos latinoamericanos y las relaciones económicas entre las élites locales y las potencias, cabe recordar las declaraciones que dio días atrás Laura Richardson, la general jefa del Comando Sur de Estados Unidos sobre la trascendencia que ha tomado para EEUU el triángulo del litio, conformado por Argentina, Bolivia y Chile, que conserva el 68% de los reservorios globales de este elemento indispensable para la producción de todo lo que tiene que ver con tecnologías en la era digital. Aquí el interés y la competencia entre potencias, una vez más, es por el acceso y explotación (concesiones) de dicho recurso. Desde luego, el hecho que haya gobiernos más afines a una u otra siempre es un valor agregado para sus intereses y el de sus compañías multinacionales, por lo tanto, no es de extrañarse que busquen naturalmente esa afinidad y acercamiento político.

En el caso de la República Popular China, su modelo de acercamiento con América Latina y el Caribe ha sido muy diferente y respetuoso; propone el establecimiento de relaciones complementarias y no necesariamente competitivas, muestras su voluntad de fortalecer los vínculos de cooperación sur-sur y respeta los asuntos internos de todos los países con los que establece relaciones comerciales y políticas. Dentro de lo ofrecido por China a la región se encuentra la Iniciativa de la Franja y la Ruta, una propuesta de desarrollo e infraestructura global que abre la oportunidad para la construcción de infraestructura estratégica de los países participantes para el fortalecimiento del comercio internacional y su crecimiento económico.

Como parte de esta iniciativa, China y Perú se comprometieron años atrás para construir en Chancay, un enclave pesquero y agrícola en la costa central de Perú, un mega puerto estratégico para el comercio con Asia-pacífico, que según expertos, cambiará totalmente no solo la geografía en el sur del continente, sino que por su tamaño y operación, pasará a ser un centro neurálgico del comercio internacional, más cercano geopolíticamente a Pekín, que a Washington. En ese puerto podrán atracar los cargueros más grandes del mundo que pueden llegar a transportar hasta 18 000 contenedores, lo cual lanza una clara señal de la magnitud de dicha obra de infraestructura. Existe también un proyecto para la construcción de otro mega puerto en Perú, en Arequipa, llamado Puerto Corio, que buscaría incluso construir un tren bioceánico con el fin de conectarse con el Puerto Santos en Brasil, el más grande hasta el momento en América Latina. Este proyecto en 2021 logró conseguir inversionistas de Brasil, EEUU, Inglaterra y España. No obstante, a hoy todavía el proyecto no arranca, mientras el Puerto de Chancay espera entrar en funcionamiento en el segundo semestre del 2024. Si no hay imprevistos de carácter político.

Pero no todo se reduce a la infraestructura, la posición geoestratégica y el comercio. Los recursos naturales de Perú son importantes para los ojos del mercado y las grandes potencias. El Ministerio de Energía y Minas del Perú dice que ese país es el segundo productor de plata, cobre y zinc a nivel mundial, y es el primer productor de oro, zinc, estaño, plomo y molibdeno en América Latina. También posee petróleo, con una producción de 40.538 barriles por día (al 2022), y grandes reservas de plata, y otros metales no menos importantes, sin dejar de lado la biodiversidad con la que cuenta.

¿Pueden ser todas estas algunas de las verdaderas razones de fondo del conflicto que sufre Perú hoy? ¿Existen contradicciones políticas e ideológicas internas entre las élites económicas más importantes del país, sus intereses y el pueblo? ¿Qué tipo de relación (¿negocios?) tienen dichas élites con la clase política peruana y los intereses extranjeros? ¿Existe una disputa encubierta por el control-explotación-distribución de los recursos estratégicos de Perú detrás de toda esta crisis política? Es algo que el tiempo nos irá aclarando con el pasar de los días. Lo cierto es que este es el escenario de fondo, uno que no se está tomando en cuenta y que sin duda, da una idea sobre la magnitud de los desafíos que enfrentan todos los países que cuentan con recursos indispensables para la maquinaria económica global, y hacia los cuales existe una dependencia cada vez más manifiesta, mientras los pueblos, en este caso el peruano, es la gran víctima de este ajedrez planetario.