Vladimir de la Cruz
En la campaña electoral pasada el Partido Liberación Nacional hizo un video publicitario donde se ve un joven saltando, de una supuesta altura, sin saber adónde cae. El video causó inmediatamente una reacción especialmente del Partido Progreso Social Democrático, contra el cual estaba dirigido ese video, y de los partidos que rechazaban a Liberación Nacional, y a su candidato José María Figueres, como posible ganador electoral, valorando que era una exaltación al suicidio. Hasta del Colegio de Sicólogos se llegó a pedir pronunciamiento en ese sentido, sobre el contenido del video.
Generalmente el suicida piensa unos momentos antes de realizar su acto, buscando detenerse en el mismo, o llamar la atención sobre la decisión que va a tomar. En el video, si no recuerdo mal, es un salto que parece más deportivo en la forma que se realiza. Por supuesto que no hay vista de lo que sucede después del salto, si la persona que saltó se salvó, cayó bien, la altura era baja como para no suicidarse y solo llamar la atención.
La forma más simple de ese acto de salto es simplemente saltar sin saber dónde se va a caer, lo que hace que esa frase “saltar al vacío” sea casi un costarriqueñismo, que es usada en el país, como una frase para indicar que no se sabe a ciencia cierta, ni incierta, a dónde se va. Es decir que se está sin rumbo, sin hoja de ruta, que se viaja sin instrumentos que conduzcan sobre una ruta conocida o trazada para llegar a un destino. Es como apretar un jabón, que no se sabe para donde puede salir.
De paso digamos, que las condiciones de la pandemia, por su encierro obligado de la población, crearon condiciones sociales para el suicidio de personas. Sería interesante que se digan los datos exactos de suicidios de personas en Costa Rica, que incluye niños, adolescentes, personas mayores, trabajadores sin empleo o que lo han perdido, y los que se suicidan por razones pasionales. Acaso no han puesto mallas especiales en puentes como el del Saprissa, y otros, para evitar que desde allí se lancen contra el río personas, considerando que es uno de los puentes más altos que hay en el país.
El suicida de alguna manera valora la posibilidad realmente de morir o de llamar la atención sobre su situación emocional, que lo impulsa a tomar una decisión de ese tipo, de acabar con su vida o de intentarlo.
“Saltar al vacío” es una frase que se usa en distintas culturas con igual contenido. Encierra la frase cierto miedo ante lo desconocido, que era el miedo que se trataba de establecer frente a la candidatura de Rodrigo Chaves Robles, por su improvisada candidatura, por sus posturas populistas y autoritarias, que empezaban a asomarse en su figura partidaria, por sus poses antipartidos tradicionales especialmente.
Cuando en campañas electorales se ataca a los partidos de izquierda con sentimientos anticomunistas es por la misma razón, para influir con el miedo ante sistemas políticos que se han estigmatizado negativamente en una serie de valoraciones, que giran casi todas respecto al concepto de libertad en sus diversas manifestaciones, individual, social, de prensa, de producción, de partidos políticos, y de limitaciones a libertades públicas o derechos individuales etc.
“Saltar al vacío” no es avanzar a una zona de confort, de comodidad, de lugares conocidos donde podemos movernos como peces en el agua. Es saltar, así simplemente, a situaciones de cambio que no conocemos o que producen desconfianza, de que se puede perder lo que ya tenemos.
Cada gobierno que se produce en el país, cada cuatro años, es también en cierta forma, un “salto al vacío”, es pasar etapas, de continuos políticos partidarios y continuos políticos económicos. Aún cuando un mismo partido se reelige de manera inmediata en el siguiente gobierno, la realidad es que el presidente que sucede al anterior, del mismo partido, le imprime su propio sello a su gobierno, no hay continuidad política de los programas anteriores del partido en gobierno. Los programas que se presentan en las campañas electorales son programas para cuatro años. En el país no hay educación, ni cultura política, ni ciudadana de ofrecer planes electorales de gobierno de mediano y largo plazo. En la práctica gubernativa hay en cierta forma improvisaciones constantes, de un gobierno a otro, en propuestas políticas, en iniciativas políticas, en planes de gobierno y en prioridades a ejecutar, en la conformación del gabinete del Gobierno y en las políticas que, de igual manera, cada ministro, trata de imprimirle a su Cartera de Gobierno de acuerdo a los intereses que se mueven de apoyo alrededor de cada candidato, de cada candidato ganador, como de cada ministro. En todo esto, en política, siempre haya “saltos al vacío”.
“Saltar al vacío” puede ser también arriesgar, pasar a la acción, para saltar los huecos que han dejado los gobiernos anteriores. Esta dimensión pudo haberla usado y explotado Rodrigo Chaves justo para enfrentar a Figueres, al Liberación Nacional y todo lo que alrededor de ellos se representaba, especialmente para la segunda ronda, pero no supieron sacarle punta a esta perspectiva y prefirieron asustar con la idea de la promoción del suicidio, y de presentarse como víctimas, como todavía los hacen ver en toda la parafernalia que se ha mantenido alrededor de este video. Todavía hoy se trata de asociar el video a una incitación al suicidio, lo que está muy alejado de la realidad. Saltar al vacío no es una excitativa al suicidio, ni en Costa Rica ni en ninguna cultura o país donde esta expresión también se usa. Ni tampoco la sicología o la ciencia médica tratan esa frase de esa manera. La discusión del video gira más en torno al financiamiento del mismo que al contenido del video, que no produjo ninguna mella en el resultado electoral.
El video no fue insensible, fue una llamada de atención a lo desconocido que podía ser el gobierno que surgiera de Rodrigo chaves en la posibilidad de que ganara. Todavía es desconocido este gobierno de lo que puede ser. Todavía es también desconocido el manejo financiero de los partidos políticos grandes, más allá de los controles que establece el propio Tribunal Supremo de Elecciones, especialmente con los partidos que tienen derecho al financiamiento electoral de sus campañas. El tribunal también ejerce mucha presión, y a veces más, sobre aquellos no favorecidos de este financiamiento.
Ante el supuesto suicidio que se promocionaba el Partido de Rodrigo Chaves debió haber lanzado una campaña de esperanza, y no la de miedo que se impulsó ante un harakiri colectivo nacional que se dedujo de ese spot publicitario. En este caso era una idea de suicidio colectivo. Los que se apuntaran con Rodrigo Chaves se suicidarían colectivamente, y con ellos el país se moriría.
El triunfo electoral de Rodrigo Chaves no fue contra ese suicidio, fue contra lo tradicional que estaba representado en José María figures y su Partido Liberación Nacional, que eran la suma de todos los miedos que se agitaban en ese momento, que alcanzó a la llamada izquierda nacional que se abstuvo irresponsablemente de votar en la segunda vuelta.
Con el suicidio no desaparece el miedo o la desesperanza que produce el acto del suicidio.
En el libro “Saltar al vacío” de Sergi Torres, que venden en librerías nacionales, se invita a cruzar la frontera de la propia personalidad y lanzarse al vacío de nuestro ser y nuestro corazón. Es un libro que trata con humor e inteligencia, cómo y cuánto se niega la vida, cómo la gente se la pasa construyendo falsas realidades que impiden sentir emociones, vivir la felicidad y disfrutar de la experiencia de nuestra condición humana.
Saltar al vacío es una forma de huir de nosotros mismos, del instante actual que vivimos. Saltar al vacío es una invitación a cambiar la mirada, la vista.
La frase “saltar al vacío” se relaciona con la vida, con la vida política, como se quiso hacer con el spot publicitario, con saltar obstáculos.
Liberación Nacional con esa frase publicitaria se metió en un laberinto de negatividades, por no haber tenido un horizonte claro de qué perseguía políticamente llamar la atención con su publicidad contra el improvisado, emergente y sorpresivo candidato Rodrigo Chaves. El equipo publicitario obviamente no analizó con mayor cuidado la frase “saltar al vacío” para haberle impreso un valor positivo a sus campaña.
Con “saltar al vacío” fomentó el miedo a las alturas, con la imposibilidad de desplegar alas y volar, con no correr riesgos, con no ponerse a prueba, con no tener sueños, con no brincar obstáculos, no fomentó la intrepidez.
Liberación Nacional con esa frase publicitaria se quedó congelado, se presentó miedoso, sin alas, sin vuelo, sin querer correr riesgos políticos, aunque Liberación Nacional era en sí mismo un riesgo político. Para Liberación Nacional el mayor riesgo, era realmente no correr ningún riesgo.
El momento electoral exigía salir, saltar por el precipicio político que había y arriesgarse con los candidatos, fueran Rodrigo Chaves o José María Figueres, y volar con ellos, tratar de alcanzar las estrellas, pero lo que se pintaba era un horizonte nocturno sin estrellas, un firmamento oscuro y tenebroso, sin estrellas, sin siquiera estrellas políticas.
Liberación Nacional se presentó sin sueños. No invitó a soñar. Se presentó con un pasado pesado a cuestas, sin futuro prometedor. Liberación Nacional se quedó temblando en la orilla del salto. Liberación no se puso a la altura del candidato Rodrigo Chaves, a quien apreciaron más alto, y lo pusieron a saltar de altura mayor.
El riesgo para Liberación Nacional era también “saltar al vacío”, con alas, con optimismo, con sueños mirando las estrellas y no al piso. Toda la vida y todas las vidas,tratan de riesgos y se requiere de saltos constantes, cotidianos, sorpresivos para avanzar, para superarse, para progresar. También con Liberación Nacional había un salto al vacío. “Saltar al vacío” pudo ser también no quedarse quieto ante la situación política que se presentaba.
Era un spot publicitario que podía usarse en doble dimensión, para atacar la incertidumbre que podía presentar Rodrigo Chaves o para mostrar el miedo de Liberación Nacional de asumir gobierno, de quedarse quietos con lo que tenían y representaban, que no era nada novedoso. Chaves señalaba a Figueres como el atraso, el pasado. Chaves se presentaba como el futuro, el riesgo, sí, pero como el futuro luminoso.
El riesgo de no arriesgarse estaba en Liberación Nacional, no en Chaves. El riesgo de saltar de la zona de confort que se tenía, con posibilidad de no perder ese confort, y de mejorarlo, lo proponía Chaves.
Para Chaves, la publicidad de Liberación Nacional, le sirvió para llamar a la decisión de la gente, de analizar y reflexionar, sobre el riesgo positivo qué podía representar. Porque nadie sabe a ciencia cierta de qué es capaz si no se arriesga. Si se quiere progresar, superar, lograr metas o cumplir con deseos soñados, necesariamente hay que realizar saltos en la vida.
“Saltar al vacío” puede no ser una pérdida, puede ser una oportunidad de esperanza, para encontrar el camino correcto.
En deportes extremos como el de la gente que practica parapente donde se salta al vacío a veces sin tener certeza de donde se va a aterrizar, de igual manera los que se lanzan en paracaídas. Pero, se tiran, se lanzan al vacío con la confianza y la esperanza de que volarán y llegarán a su destino. El que no puede saltar es el que no está listo ni preparado para hacerlo.
El político también se prepara para esos saltos, pero pueden haber políticos improvisados en capacidad de hacer esos saltos con éxito.
“El salto al vacío” que se quiso usar contra Rodrigo Chaves, en cierta forma, le ayudó, le creó el ambiente político de quienes le quisieron acompañar en ese salto, que Chaves se presentaba como la esperanza, la renovación de una Nueva Costa Rica, con el sueño de borrar el pasado político negativo, que representaban los otros partidos, especialmente los tradicionales, los que habían gobernado, con sus imperfecciones, antes que Chaves.
La gente que votó por Chaves no tuvo miedo de “saltar al vacío” en la posibilidad de lo que él representaba. Ese salto fue también un acto de valor para quienes se lanzaron con el actual Presidente al vacío que decía Liberación Nacional.
El grupo de propaganda de Liberación Nacional no midió ni analizó correctamente las conductas de ánimo, los síntomas de depresión, los niveles de ansiedad y los niveles de ideación suicida de la población electoral costarricense, para lograr con el spot publicitario que hicieron un efecto positivo en el miedo que querían provocar. Ni siquiera han podido defender con honradez, con honestidad la hechura de ese video y de justificarlo políticamente. Se han metido en una maraña de sinrazones y de estupideces financieras, alrededor de la confección del video, que les puede ocasionar sanciones hasta penales a algunos de sus responsables.
Los pajaritos desde sus nidos aprenden a volar saltando. Los monos también aprenden a saltar lanzándose desde los árboles. En la jungla política nacional muchos actúan como los monos, saltando, de un árbol político a otro árbol político, de un gobierno a otro, a veces del mismo partido o de otro partido político. Los monos políticos saben saltar. Aquí se han presentado como aprendices de monos políticos quienes se están enredando en la discusión financiera de ese video. El video hay que atenderlo de mejor forma en su contenido político, lo que se quería decir. Todavía Liberación Nacional no ha podido decirlo, ni tampoco los que desarrollaron ese video ni los que lo financiaron. Todos se quitan el tiro.
“Saltar al vacío” puede ser también tomar decisiones, a veces irrenunciables, para ir detrás de ciertos propósitos, con todas las consecuencias y responsabilidades que ello tenga. No necesariamente es un deseo de morir o un impulso para morir. El “saltar al vacío” puede ser también una señal de seguridad, de que todo puede salir bien.
“Saltar al vacío” es una forma también de apreciar la vida, el “vértigo de la posibilidad” que llamaba el filósofo francés Jean Paul Sartre, que es la decisión que toman los seres humanos cuando contemplan o ven un peligro, pero en total libertad, y asumen su decisión, que es lo que nos hace humanos, porque la sensación de “vacío” es compartida, es colectiva, no es solo individual, ya que en general todos los seres humanos la han tenido, la han experimentado, la han vivido o la tienen.
“Saltar al vacío” es una afirmación de la voluntad de vivir, más que la intención suicida de acabar con la vida. La sicología moderna estudia “las llamadas al vacío”, que se dan entre los suicidas y los no suicidas, reconociendo que se producen más entre los no suicidas. Sicológicamente entiendo que los estudios realizados son más una señal malinterpretada del cerebro, para alertarnos, marcarnos límites y alejarnos del peligro. No todos los que se imaginan la posibilidad de saltar al vacío lo hacen, por lo que “saltar al vacío” no lo consideran una patología, ni un deseo de muerte oculta. Hasta se puede soñar con saltar o caer al vacío. Es frecuente que se produzcan sueños con estos saltos o intentos de saltos al vacío.
No se nos enseña ni se nos prepara para enfrentar riesgos y de que todo saldrá bien. Al contrario se nos prepara y enseña el temor, el temor a perder algo, a fracasar, al ridículo, a sufrir o hacernos daño.
Por eso, “saltar al vacío” no es fácil de asimilar, porque requiere fe en uno mismo, seguridad personal, fortaleza en las creencias propias y capacidad de enfrentar retos, confianza en uno mismo.
Como comunidad nacional, como pueblo costarricense, todos los días se “salta al vacío” con el actual gobierno.
Compartido con SURCOS por el autor.