El Consejo Editorial y la Escuela de Ciencias Ambientales de la Universidad Nacional, tienen el agrado de presentarle el más reciente número de la Revista Ambientico: Soluciones basadas en la naturaleza: acciones para la generación de bienestar humano (Parte II).
Ambientico, es una revista de divulgación trimestral publicada desde la Escuela de Ciencias Ambientales de la Universidad Nacional (UNA), Costa Rica. Nació en 1992 como una publicación especializada en el análisis de la problemática ambiental costarricense. Si bien cada número tiene un tema central sobre el que escriben personas especialistas invitadas, en ellos se incluyen algunas veces otros temas, sustentados con información primaria y secundaria, y excepcionalmente ejercicios informados de opinión.
Investigaciones impulsadas desde la Escuela de Literatura y Ciencias del Lenguaje (ELCL) de la Universidad Nacional (UNA)
Trabajos incluyen estudio de lenguas indígenas y elaboración de textos didácticos
Su trabajo es arduo, silencioso y perseverante, tal y como lo es un viaje a una zona indígena del país. Lo hacen investigadores y académicos de la Escuela de Literatura y Ciencias del Lenguaje (ELCL) de la Universidad Nacional (UNA), quienes lideran varios proyectos en los que analizan, sistematizan y reproducen parte de la riqueza lingüística indígena de nuestra región.
Uno de ellos es el estudio Gramática de la lengua emberá. Este proyecto es la primera etapa de una investigación que tiene como propósito: “producir una gramática referencial de la lengua emberá de Panamá, lengua de afiliación chocó hablada tanto en Panamá como Colombia. Tal descripción gramatical se hará siguiendo la orientación funcional-tipológica y metodológica asumida por el Programa de Lenguas Indígenas de la Baja Centroamérica (PROLIBCA) y el Programa de Lingüística Centroamericana (PROLINCA), a los que está adscrito este proyecto. Al igual que con las gramáticas elaboradas hasta el momento (guaymí, buglere, garífuna y waunana), el esbozo gramatical constará de cinco capítulos: estado de la lengua, fonología, morfología, sintaxis y textos transmorfemizados”, cita textualmente la descripción del proyecto, proporcionada por el vicedecanato de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNA.
Pero no es el único, por ejemplo, la ELCL cuenta con el proyecto Gramática Pedagógica del Buglere, una lengua que dispone de pocos hablantes y que por cierto está seriamente amenazada, “El subprograma PROLIBCA, adscrito al programa macro PROLINCA, consta de tres etapas: descripción, tipología y revitalización. La primera implica describir sistemática una muestra de lenguas nativas de Centroamérica; la segunda comprende el análisis de esas lenguas desde la perspectiva de la lingüística tipológica. La tercera etapa consta de proyectos académicos tendientes a revitalizar las lenguas de la muestra, principalmente las costarricenses; entre esos proyectos se encuentra la elaboración de gramáticas pedagógicas, a saber, son textos con los que se promueve la enseñanza de una lengua. El presente proyecto es el primero de la etapa de revitalización”, comenta la M.A. Isabel Cristina Bolaños Villalobos, coordinadora del proyecto, en la descripción del mismo. La revitalización supone, entre otras cosas, trabajar con la población infantil existente en el sistema educativo, y con la población adulta por medio de talleres de concientización lingüística y cultural, así como con los docentes a cargo de la enseñanza formal para su capacitación en áreas pedagógicas.
Bajo esa misma modalidad, se encuentra otro proyecto de la ELCL llamado Gramática Pedagógica del Guaymí. El proyecto consta de dos etapas, determinadas éstas por la secuencia de los materiales a elaborar. Se ha decidido elaborar dos textos dedicados al aprendizaje y enseñanza de la gramática básica de la lengua, para su utilización en diversos contextos relacionados con el fortalecimiento de la lengua, por ejemplo, en situaciones de aula en enseñanza general básica o bien en cursos de lengua en otros niveles formales e informales de educación, explica Vianey Núñez Arguedas, coordinador del estudio en mención.
Finalmente, y a modo de integración de los distintos proyectos, el Macro-Programa de Lingüística Centroamericana PROLINCA en su Etapa I fue un macro-programa de investigación, cuyo objetivo consistía en abordar la diversidad lingüística del istmo centroamericano como un todo articulado. Para la Etapa II se planteó como un programa que incluye investigación, docencia y extensión. En ambas etapas PROLINCA alberga a dos subprogramas: PROLIBCA (Programa Lenguas Indígenas de la Baja Centroamérica) y PROLHISPA (Programa de Lingüística Hispánica).
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Compartido con SURCOS por Oficina de Comunicación Universidad Nacional, Costa Rica.
En las comunidades Las Melinas y Amigos con el Ambiente, se cuenta con dos módulos demostrativos con gallinas, en donde a los productores se les capacita en el manejo y cuido del gallinero.
Mediante la iniciativa “Fortalecimiento de los sistemas agropecuarios de pequeños productores”, la Sección Regional Huetar Norte y Caribe, Campus Sarapiquí de la Universidad Nacional (UNA), trabajó durante dos años en la tarea de fomentar las capacidades de tres asociaciones de productores de San José de Upala. A partir de este año, y por un periodo de tres años, se trabajará en la segunda parte de la iniciativa, con las comunidades de Asomudagros, Amecu y las Américas, bajo el nombre de Fortalecimiento agroecológico de los pequeños productores de San José de Upala. El proyecto inicial arrancó en San José de Upala en 2020; sin embargo, con la suspensión de las actividades presenciales debido a la pandemia en marzo de ese año, las visitas a las comunidades se suspendieron por casi año y medio. Tras ese período, hoy se incorpora al proyecto universitario la comunidad de refugiados Las Melinas, una finca de 60 hectáreas, distribuida en plantaciones de maíz, frijol, jengibre, maracuyá, hortalizas y animales de granja.
Sonia Montero, académica del Campus Sarapiquí y coordinadora de esta iniciativa, comentó que hasta 2021 se trabajó con las comunidades de Luz y Esperanza, Amigos con el Ambiente y Las Melinas, con el fin de familiarizar a esos pequeños productores en el manejo de nuevas tecnologías, técnicas de cultivo y producción. “Colaboramos con ellos para que consolidaran una unidad productiva integrada con el fin de ser autosostenibles, pues la mayoría se basaba en la siembra de un solo cultivo”, agregó. Asimismo, se realizó un trabajo conjunto con la ONG denominada Senderos, que se ocupa de los derechos de los migrantes en la zona Norte-Norte.
Con sello UNA
La académica detalló que este es un proyecto multidisciplinario, ya que se cuenta con el apoyo de otras instancias de la UNA como la Facultad de las Ciencias de la Tierra y el Mar, la Vicerrectoría de Extensión, el Centro de Investigaciones Apícolas Tropicales (Cinat) y la Escuela de Ciencias Agrarias, entre otras, las cuales se encargan de impartir las capacitaciones a los beneficiarios; tal es el caso de María José Avellán, encargada del área de agroforestería con árboles autóctonos y la reforestación de plantas útiles del bosque, como la vainilla y la canela.
Montero explicó que, en las comunidades fronterizas de Las Melinas y Amigos con el Ambiente, se cuenta con dos módulos demostrativos con gallinas, en donde a los productores se les enseña y capacita sobre cómo debe ser el gallinero, y dónde deben ubicarse los comederos y el alimento. Paralelamente, en Amigos con el Ambiente también se cultiva cúrcuma y jengibre, para luego ser procesado en polvo o gajo. En el caso de la comunidad de Luz y Esperanza, los productores ofrecen plantas medicinales en forma de té con su propia marca y en cuanto a Las Melinas producen huevos y hortalizas. “Es muy curioso porque si alguna asociación no va, los otros les ponen la mesita y les cuidan la venta, y se guarda la plata”, resaltó la académica.
***Mayor Información con: Sonia Montero, académica Campus Sarapiquí-UNA (8305-8767) o con Johnny Núñez, periodista de la Oficina de Comunicación de la Universidad Nacional, (8674-8535).
Compartido con SURCOS por Oficina de Comunicación Universidad Nacional, Costa Rica.
El pasado domingo 3 abril, por cuarta vez en su historia, Costa Rica recurrió a un balotaje para decidir quién ocupará la presidencia de la República por los próximos cuatro años. La alta oferta partidaria (25 agrupaciones contendieron por la presidencia en la primera ronda, un número nunca visto en un proceso electoral costarricense), la fragmentación del apoyo del electorado en diversos grupos y un abstencionismo que superó el 40% del padrón, fueron elementos que se conjugaron para que José María Figueres (PLN) y Rodrigo Chaves (PPSD) lograran avanzar a la segunda ronda con el apoyo, de forma conjunta, de un 26% del apoyo del total padrón electoral.
Resultados sin grandes sorpresas
Desde mediados de febrero del 2022, el Instituto de Estudios Sociales en Población (IDESPO), realizó una serie de estudios de opinión pública, con el propósito de analizar la intención de voto de la ciudadanía costarricense, así como otros aspectos y percepciones vinculados al proceso electoral.
El primero de estos estudios identificó que, a pesar de obtener una menor cantidad de votos en primera ronda, Chaves obtenía la mayor intención de voto para la segunda ronda. Asimismo, si bien Chaves inicia la campaña por el balotaje con una ventaja de casi el 12% entre la población que ya había decidido candidato; estos estudios también mostraron que la diferencia entre los apoyos de los candidatos tendía a disminuir con el paso de los días. Así, para la medición realizada entre el 14 y 19 de marzo, la diferencia entre la intención de voto por Chaves y Figueres había pasado a ser de un 8%. Los resultados que, de forma preliminar, el TSE ha proporcionado sobre el balotaje muestran que la diferencia de apoyo entre ambos candidatos rondó el 5,7%; con lo cual se confirma la tendencia que los estudios del IDESPO habían identificado.
Además, el abstencionismo parece ser que aumentó respecto a lo ocurrido a la primera ronda electoral, alcanzando el 43,23% según los datos disponibles del TSE. Nuevamente, no hay sorpresas, ya que es común en procesos de balotajes que esto ocurra. Además, los estudios del IDESPO habían señalado que cerca del 62% de la población encuestada señalaba estar totalmente segura de ir a votar; no obstante, un porcentaje de este grupo también indicaba tener apatía y desinterés en el proceso, lo que los convertía en posibles abstencionistas.
Apoyo popular y gobernanza
Rodrigo Chaves es electo presidente con el 52,85% de los votos válidamente emitidos, superando en un 5,7% a su contrincante, José María Figueres. Esta es la diferencia más baja sobre su oponente conseguida en los balotajes en Costa Rica; le sigue el balotaje del 2002, en el cual Abel Pacheco superó en un 15,5% a Rolando Araya. Así, estos resultados electorales no solamente señalan que fue una elección más competitiva que los balotajes anteriores, sino también es un indicador de la polarización de la sociedad costarricense, la cual puede tener efectos en la situación de gobernanza que enfrentará la administración Chaves Robles.
Adicionalmente, los estudios del IDESPO mostraron que el 63,5% de las personas que señalaban votar por Chaves indicaban que la principal razón para hacerlo es que lo hacían para oponerse a Figueres. Asimismo, el 52,1% de las personas que indicaban que votarían por Figueres daban como principal razón que lo hacían para oponerse a Chaves. Por lo tanto, sin importar quien fuera el ganador del balotaje, ambos candidatos enfrentarían una situación en la que un amplio sector de la ciudadanía se manifiesta en su contra y, adicionalmente, con un precario apoyo popular, ya que la mayoría de la población que les brindó su voto no lo hizo por creer en sus propuestas o capacidad de gobierno, sino principalmente para evitar que su contrincante llegara al Poder Ejecutivo.
Por lo tanto, parece ser que la administración Chaves Robles tomará el poder el próximo 8 de mayo gracias al apoyo de un importante segmento del electorado que no necesariamente está de acuerdo con sus ideas o propuestas, y teniendo que hacer frente a un segmento de la ciudadanía que se movilizó electoralmente en su contra. Esto reafirma la idea de que enfrentará un complicado escenario de gobernanza; por lo que habrá que observar que estrategias genera para obtener apoyo y si estas terminan siendo efectivas para llevar a cabo su proyecto político.
Compartido con SURCOS por José Andrés Díaz González, IDESPO-UNA.
La vida de las familias compuestas por miembros con distintas creencias religiosas
Una investigación ofrece pistas sobre su forma de convivencia
¿Cómo es la vida en las familias compuestas por miembros con distintas creencias religiosas? ¿Es posible para estas familias convivir en armonía? Y si es así: ¿cómo lo logran? Esas y otras preguntas guiaron a Laura Fuentes Belgrave, académica de la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión (EECR) de la Universidad Nacional (UNA), en una reciente investigación llamada Retos de la convivencia en familias interreligiosas o interconviccionales.
Durante 3 años, se entrevistaron a profundidad a 21 personas, de distintas familias, tanto hombres como mujeres de zona urbana y rural, entre otros, ateos, cristianos evangélicos, budistas, musulmanes, agnósticos, católicos: “pretendíamos analizar cómo es la convivencia religiosa dentro de estas familias mixtas, qué prácticas desarrollan para vivir juntos teniendo creencias distintas. Fue así como identificamos posibles factores de confrontación y convergencia para definir lo que llamaríamos políticas de la convivencia interreligiosa”, afirma Laura Fuentes, coordinadora de dicho proyecto.
Según los investigadores, se hallaron tres tendencias: la confrontación, la negociación, y la convergencia, todas ellas, estrategias que se despliegan para convivir. La primera implica una ruptura temporal o permanente a lo interno del círculo familiar, lo que erosiona la convivencia, al tiempo que permite la liberación de quienes viven situaciones de abuso. La otra tendencia es la negociación, “donde el diálogo sobresale, y se definen acuerdos conjuntos en cuanto a rituales, y símbolos, siendo clara la transmisión de una ética común a hijos e hijas, así como el respeto por la prácticas y creencias distintas”, sostuvo Fuentes.
Finalmente está la convergencia, que consiste en la imposición de las prácticas y creencias por parte de un miembro dominante y la sumisión de los otros integrantes de la familia.
Los hallazgos del proceso de investigación descrito permitirán concretamente analizar las consecuencias de la convivencia interreligiosa o inter-convicción sobre el tipo de educación y crianza recibida en las familias plurales, así como analizar los elementos que conforman las políticas de la creencia inter-convicción aplicadas en el seno familiar para su empleo en el entorno social. “De modo general, entendemos que es posible encontrar pequeños universos en los que se puede convivir interreligiosamente, sin violencia, bajo el mismo techo. Esto nos permite extrapolar de lo privado a lo público, para imaginar entornos sociales más saludables”, subrayó Fuentes Belgrave.
El nombramiento tanto de la persona al frente del Ministerio de Educación Pública (MEP) como de la persona en la presidencia ejecutiva del Patronato Nacional de la Infancia (PANI)—actualmente con rango de ministra—son puestos claves para el desarrollo nacional; por tanto, el liderazgo, experiencia, conocimiento, formación y apertura al diálogo son requisitos indispensables, aseguran Roxana Rodríguez y Pablo Chaverri, especialistas del Instituto de Estudios Interdisciplinarios de la Niñez y la Adolescencia de la Universidad Nacional (INEINA-UNA).
En una carta dirigida al presidente electo Rodrigo Chaves, la vicepresidenta electa y coordinadora designada del área social Mary Munive, y Natalia Díaz, quien está a cargo del proceso de selección de personas idóneas para los principales puestos de gobierno, Rodríguez y Chaverri—directora del INEINA y coordinador de la Política Institucional de Niñez y Adolescencia de la UNA, respectivamente—solicitaron, de manera respetuosa, atender algunas consideraciones para la selección de estos puestos, que consideran cruciales para el desarrollo nacional.
En representación de la Comisión de la Política Institucional de Niñez y Adolescencia de la UNA, los expertos recomiendan al nuevo gobierno lo siguiente en torno a los nombramientos de jerarcas de estas dos instituciones:
La evidencia científica señala que la intervención temprana e integral en la vida de las personas cumple un papel causal en su desarrollo a largo plazo y marca una diferencia positiva en este, por lo que es trascendental que estos dos nombramientos tomen en cuenta el conocimiento técnico de las personas elegidas sobre desarrollo humano integral, así como sobre las acciones que lo potencian y aquellas que lo inhiben.
Además de una formación académica robusta y experiencia en el campo específico, es muy importante que las personas elegidas en estos dos cargos cuenten con apertura al diálogo. Costa Rica terminó un ciclo de la Política Nacional de Niñez y Adolescencia en 2021 y actualmente hay varias comisiones interinstitucionales en funcionamiento que están formulando la nueva política 2022, por lo que es clave que los/as nuevos/as jerarcas tengan presente este proceso y lo lleven a buen puerto, pues se trata de un compromiso nacional, así como ante el Comité de Derechos del Niño de Naciones Unidas. Ha habido un amplio proceso de diálogo y análisis liderado por el PANI que debe culminar con la aprobación en este año de una nueva política nacional que cumpla con altos estándares de calidad. Por otra parte, en el campo educativo hay rezagos de gran importancia, como los señalados por el informe del Estado de la Educación y Unesco, que requieren el liderazgo de autoridades técnicas y con experiencia que tomen decisiones rigurosas y valientes para la mejora en los servicios educativos a nivel nacional.
Como lo demostró un estudio de la UNA en 2015, el Sistema Nacional de Protección Integral (SNPI), que fue creado en el Código de Niñez y Adolescencia, tiene una serie de vacíos y problemas que le impiden impulsar eficazmente las políticas que se requieren para el desarrollo integral de las personas menores de edad. Esto es un tema crucial porque no habrá política educativa ni de desarrollo exitosa, allí donde hay hambre, abandono, maltrato, pobreza y diversas formas de violencia y vulnerabilidad. Es por lo anterior que se torna necesario que las personas que ejerzan estos cargos tengan la capacidad política de potenciar cambios en las estructuras y procesos ya existentes para el bienestar de la población menor de edad.
Contrario a la actitud dominante de carácter recortista, minimalista y cortoplacista de la inversión en niñez y adolescencia de los últimos años, resulta fundamental que las nuevas autoridades de gobierno comprendan el rol esencial que esta juega en el desarrollo nacional. La inversión en niñez, adolescencia y educación es de las que muestra los mayores niveles de retorno, por lo que no se puede considerar un desperdicio ni un malgasto de recursos, sino todo lo contrario, un genuino financiamiento del desarrollo nacional que se devuelve con creces. La inversión en niñez y adolescencia impacta el incremento de los indicadores de desarrollo humano, económico y social, y contribuye a disminuir indicadores de vulnerabilidad, exclusión, pobreza y desigualdad, en un país donde uno de cada tres niños vive en pobreza, hipotecando así su presente y su futuro. La falta o la debilidad de tal inversión pasa una factura carísima al país que es muy difícil de corregir posteriormente. Las personas que ejerzan estos puestos deben tener claridad sobre esto e implementar decisiones para asegurar que la presupuestación y ejecución de fondos se realice de forma estratégica y eficaz.
El nombramiento tanto de la persona al frente del Ministerio de Educación Pública, como de la persona en la presidencia ejecutiva del PANI (que actualmente detenta también el rango de ministra), son puestos claves para el desarrollo nacional. Por tanto, el liderazgo, experiencia, conocimiento y formación son requisitos indispensables.
Con amplia trayectoria en el campo de la niñez y la adolescencia, Rodríguez y Chaverri destacaron que las anteriores consideraciones, en el pasado, no siempre fueron tomadas en cuenta, lo cual—en su criterio—resultó en nombramientos de personas no idóneas, quienes tomaron decisiones que hicieron daño a las instituciones y al país y produjeron retrocesos en el cumplimiento integral de los derechos de niñas, niños y adolescentes.
“Por todo lo anterior, les instamos a que los nombramientos en el MEP y el PANI se realicen considerando estos puntos en los perfiles técnicos y la trayectoria en los campos específicos de quienes resulten elegidos”, concluye la carta dirigida al gobierno electo, suscrita por ambos especialistas de la UNA.
***Mayores detalles con periodista Oficina Comunicación 8334-4150.
Compartido con SURCOS por Roxana Rodríguez y Pablo Chaverri.
Grupo de reconocidos académicos de la UNA hacen análisis y recomendaciones en materia educativa
Propuesta ocurre en coyuntura política de cambio de administración
La situación de la educación en Costa Rica es apremiante. Es necesario analizar y discernir sus aspectos fundamentales, con todas sus aristas, para repensarlas y potenciar su alcance liberador y encaminar las opciones que enfrenten las situaciones de desigualdad estructural e inspiren acciones para la convivencia pacífica, inclusiva y respetuosa de la dignidad.
En este primer análisis sobre las reformas y transformaciones curriculares se reseñan las condiciones reales en las que se desarrollan los procesos de enseñanza-aprendizaje; también sobre los fundamentos que engranan el sistema educativo, las narrativas curriculares y las nuevas condiciones de los procesos educativos, como vía para visualizar una propuesta que abarque el contexto real de la educación en Costa Rica.
I. La educación es un derecho
La educación es un derecho fundamental para el desarrollo integral de toda persona y una necesidad social, en la cual confluyen la formación intelectual, instrumental y ética. Esto incluye las distintas formas de aprender, investigar y reconocer los diferentes saberes -conceptuales, prácticos y estéticos- que se desarrollan en las sociedades.
El derecho a la educación ha sido, desde la creación de la República, un eje central para el desarrollo general del país, tanto en su acepción material, sometida a la actividad productiva, como en su acepción sociocultural, de ejercicio de la libertad, del pensamiento, del diálogo y de la vida.
Sin embargo, el contexto socioeconómico del país -subsumido a la pandemia- ha evidenciado las brechas económicas y de acceso a bienes y servicios básicos de manera explícita, como el caso de la educación de lo que dan cuenta, entre otros, los estudios del Estado de la Educación.
II. Acerca de la educación, la “escuela” y el sistema educativo
Es oportuno hacer una distinción necesaria y útil entre educación y escuela. En particular, debemos remirar algunos conceptos clásicos de educación, como el de formación, que es más amplio y ambicioso que la idea de instrucción, propia de la escuela. La educación es una dinámica generadora de conocimiento, promotora del cambio social y potenciadora del despliegue de capacidades de los seres humanos.
La visión y acción educativa trasciende las organizaciones institucionales (v.g., escuela) y disciplinarias de los saberes (ciencia, técnica, arte, espiritualidad). La educación articula o integra los diversos saberes y los inserta en una conciencia planetaria, que va más allá de la mera racionalidad instrumental. Por tanto, se trata de una educación que educa y no solo instruye; que libera más y condiciona menos, y que ayuda a los aprendientes a aprender por sí mismos y entre sí, convirtiendo el aprendizaje en una experiencia feliz y relevante para la vida.
Por otra parte, en la formación de la institución escolar, en Costa Rica, desde el siglo XIX, han operado varios factores, como la tendencia humanista en la formación de los futuros maestros y maestras, y la consciencia social y política que estos tenían respecto de su labor. Esto se hizo más evidente con la constitución de la Escuela Normal de Costa Rica (1913), que diera paso luego a la Escuela Normal Superior (1967) y con ello a la “profesionalización” de la persona docente. En la formación normalista el énfasis estaba en aspectos educacionales y métodos pedagógicos, así como en el carácter social de la escuela y de la función de las personas educadoras. Pero, a partir de los años sesenta, antes de ser Normal Superior, aquella se había convertido en un ente formador muy instrumental, donde las didácticas específicas se trabajaban con libros de texto y los cursos radicaban en cómo aplicar el libro de texto.
La escuela, por su lado, se ha alejado de la formación de la sensibilidad y el despliegue de capacidades y la educación política para la convivencia democrática, y hoy se encuentra entrampada en la dinámica del “aprendizaje de destrezas técnicas” y las tendencias técnico-instrumentales, cuantitativistas, de control y sancionador de las conductas fuera de la norma, lo cual queda plasmado, por ejemplo, en el Reglamento de Evaluación de los Aprendizajes, de 2009.
A su vez, el sistema educativo, entendido como el conglomerado de instituciones, normas, recursos, valores, aspiraciones y un contingente de personas que lo sustentan y realizan cotidianamente, recibe, de forma constante, las demandas de eficiencia (en el uso de los recursos, en la eficiencia terminal o cantidad de titulaciones, según cada nivel, en el aceleramiento de los procesos, etc.) y los reclamos por su obsolescencia (reducción de contenidos, desaprovechamiento de los tiempos, carácter expulsor, retraso tecnológico, mediocridad docente, burocratización, etc.).
III. El currículo nacional: sus límites y posibilidades
La relación de los sistemas educativos con el mundo del trabajo no implica un acto negativo en sí mismo, es una función que le ha sido conferida mediante el desarrollo de los sistemas escolarizados, tanto en economías de mercado como de otro tipo, pero esa función no debe ser la única. El sistema educativo debe generar la humanización de la persona y fomentar su capacidad creativa de mundos más justos y equitativos, con conciencia de la fragilidad propia y la del planeta, y un sentido para crear, comprender y admirar los productos culturales de la humanidad.
En las últimas administraciones gubernamentales, el Ministerio de Educación Pública (MEP) ha propuesto diferentes cambios pedagógicos en los tres niveles de acción pedagógica: aspectos filosóficos (ontológicos, epistemológicos y axiológicos), curriculares y metodológicos. Dentro de las reformas y cambios más destacados, desde el 2016 con la Política Curricular en el Marco de la visión Educar para una Nueva Ciudadanía, es posible mencionar:
El cambio de los programas de diferentes asignaturas del currículo nacional dentro del marco de la política curricular de la Ética, la Estética y la Ciudadanía, del año 2013.
Los cambios en los enfoques metodológicos y curriculares en diferentes asignaturas, tales como Matemática, Español, Estudios Sociales y Ciencias, los cuales buscan integrar los conocimientos teóricos con aspectos propios de la vida cotidiana y de la actualidad del país.
Sin embargo, según los Informes del Estado de la Educación, estos cambios pedagógicos no se ven reflejados en la práctica de las escuelas y colegios del país, de ahí surgen preguntas sobre los factores que impiden que las nuevas propuestas logren impactar o desarrollarse en el nivel de ejecución, en una lógica discontinua entre el currículo preescrito y el currículo real.
3.1 La capacidad de la persona educadora para la lectura, la comprensión y el análisis de las narrativas curriculares
Las narrativas de la teoría curricular y de evaluación poseen un marco filosófico, sociológico, antropológico, histórico, psicológico. Estas suponen un andamiaje de teorías referidas a los diferentes espacios pedagógicos desplegados por las personas docentes en adecuados procesos de mediación pedagógica y con un dominio de la teoría curricular, de sus formas de operacionalización y evaluación. Además, implican un profundo dominio de las disciplinas que integren la propuesta curricular, llámense Matemáticas, Estudios Sociales, Español, Ciencias, Música, Inglés como segunda lengua, entre otras.
Si la persona educadora no logra comprender estas narrativas no se producirá ninguna acción innovadora. Se requiere de altas capacidades que impliquen el desarrollo de procesos de diseño y evaluación curricular pertinentes a las realidades comunales y escolares. A esto se suman las competencias para lograr convertir la narrativa curricular en diseños curriculares, en la forma de propuestas innovadoras, contextualizadas y pertinentes para el trabajo diario con las personas aprendientes.
3.2 Los procesos educativos en las nuevas condiciones de aprendizaje
Es un hecho aceptado que, desde hace varios años, numerosas personas estudiantes no han podido completar plenamente los planes de educación previstos y se han generado algunos vacíos formativos innegables en distintas áreas temáticas.
No obstante, la forma en que nuestro sistema educativo y las directrices políticas han determinado cómo enfrentar esta problemática nos lleva a la necesidad de plantear una primera crítica de carácter general: no es posible recuperar el tiempo y los procesos educativos no realizados, ampliando el tiempo de horas contacto y de estudio, tal y como se ha hecho en el pasado.
Contrario a esa tendencia, podríamos dar un salto cualitativo efectuando una subsunción real en las nuevas condiciones y procesos de aprendizaje, al tenor del desarrollo tecnológico actual y de los nuevos procesos educativos, basados en la capacidad potencial de la persona a aprender con su propia dinámica, la cual se ve acrecentada por procesos orientadores que le permitan acceder en forma más rápida y contundente al proceso de aprendizaje significativo.
3.3 La experiencia de aprendizaje o la imposibilidad de cumplir con el currículo
La política pública que centraliza su argumentación en la gestión de la calidad asume como eje fundamental la evaluación como etapa filtro de los procesos; así, el cambio en la evaluación en la propuesta curricular actual, “Educar para una nueva ciudadanía”, se ha basado en la experiencia curricular y las líneas globales de la UNESCO, es decir, el análisis del sistema se basa en su propio funcionamiento, subsumiendo el proceso pedagógico vivencial de los espacios de aprendizaje.
La educación impartida a la población se despliega en correspondencia con el marco categorial del capital nacional costarricense, sus áreas productivas y demandas para su manutención; en consecuencia, el estrecho estado de confort en el que se vislumbran las alternativas de mejora de la educación se basa en paradigmas que se orientan a la conservación y legitimación del sistema dominante antes que a la construcción de formas alternativas de las ciencias y las artes.
De forma alternativa, la experiencia funda o enraíza el aprendizaje y debe ser reconocida en las estrategias de mediación. Por experiencia de aprendizaje se comprende el proceso consciente y progresivo -constante- de precisar y cuestionar la instrucción inicial -el acervo conceptual- mediante el desarrollo de habilidades en la práctica cotidiana. Toda experiencia es conexa con nuestro desarrollo cognitivo e impulsa el aprendizaje, de ahí que la tarea es compaginar la estrategia pedagógica formal, en el aula, y la incitación a crear y vivenciar experiencias que afecten nuestra toma de decisiones y aporten para el mejor criterio.
Colofón
Una versión amplia de estos temas está disponible. En un próximo avance disertaremos sobre la exclusión educativa, acentuada con mayor dureza en las escuelas y colegios nocturnos, y de la infraestructura educativa, con diferencias significativas en los territorios rurales, periurbanos y urbanos. Este recorrido será necesario como parte del proceso para generar una propuesta para la educación necesaria en Costa Rica.
***Más información. Oficina de Comunicación. UNA. Tel 2277-3027***
Compartido con SURCOS por los siguientes autores:
Dr. Ronald Rivera Alfaro, División de Educación Básica, UNA
Dr. Ángel Porras Solís, Sede Brunca, UNA
Dr. Norman Solórzano Alfaro, IDESPO, UNA.
M.Sc José Carlos Chinchilla Coto, Sociología, UNA
Dr. Rafael Jiménez Corrales, División de Educación Básica, UNA
El Consejo Académico de la Sede Regional Brunca de la Universidad Nacional (UNA) aprobó en pleno el acuerdo UNA-CO-SRB-ACUE-307-2022, en el cuál externa a los pobladores y fuerzas vivas de Puerto Jiménez la felicitación por la aprobación segundo debate en la Asamblea Legislativa del proyecto de ley que declara a este distrito de Golfito, en el cantón 84 de Costa Rica y por ende el décimo tercero de la provincia de Puntarenas.
El pronunciamiento universitario, ratificado la tarde del 30 de marzo por el Consejo de Sede, considera que la creación de este cantón permitirá el desarrollo social y la diversificación de la economía de la zona; a la vez, permitirá afianzar el futuro de la región planificando y aprovechando el potencial de Puerto Jiménez por medio de una verdadera autonomía local.
Asimismo, este nuevo cantón puntarenense redefine la división política-administrativa de la región, es decir, la zona de acción del quehacer sustantivo de la Sede Regional Brunca de la UNA.
Generalidades del proyecto
Recientemente, la comisión legislativa de Puntarenas recomendó la creación del cantón de Puerto Jiménez, el número XIII de la provincia de Puntarenas, iniciativa del diputado Oscar Mario Cascante.
El cantón estará formado por un distrito único que será Puerto Jiménez, conformado por los mismos poblados del distrito actual. La cabecera del cantón será Puerto Jiménez y el gobierno municipal se ubicará en el poblado de Puerto Jiménez centro.
Hasta que no sean electos los regidores, síndicos, concejales, alcaldía y vice alcaldías, se autoriza a los actuales concejales, alcalde y vice alcaldes del Concejo Municipal de Golfito a tomar las decisiones para continuar administrando los intereses y servicios locales de Puerto Jiménez.
Una vez instalada la nueva Municipalidad de Puerto Jiménez, (1 de mayo de 2024), se autoriza a la Municipalidad de Golfito para que transfiera los recursos que pertenezcan al distrito de Puerto Jiménez a la nueva Municipalidad de Puerto Jiménez, tomando cada uno de los respectivos gobiernos locales, las previsiones administrativas necesarias, especialmente a nivel de planificación institucional, análisis financieros y económicos, que permitan una transición financiera sana, coherente y efectiva al nuevo gobierno local de Puerto Jiménez.
***Mayor Información con: Yalile Jiménez, decana Sede Brunca-UNA (8843-0341) con Johnny Núñez, periodista de la Oficina de Comunicación de la Universidad Nacional, (8674-8535).
La Escuela de Planificación y Promoción Social invita a la comunidad académica y al público en general a su Conferencia Inaugural -I Ciclo Lectivo 2022, mediante la modalidad de presencialidad remota titulada: “La relación de la planificación y la promoción social” a cargo de la Dra. Arlete Pichardo Muñiz.
Se fueron a Upala, zona norte del país, a buscar mujeres sobrevivientes a situaciones de violencia intrafamiliar. Son académicos de la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión (EECR) de la Universidad Nacional (UNA) que se propusieron organizar talleres que hicieran conciencia sobre “los lenguajes religiosos y teológicos violentos, que tienen una incidencia importante como legitimadores de la violencia”, según reza en la descripción del proyecto llamado Construyendo fortalezas y esperanzas: un aporte teológico a grupos de mujeres.
La iniciativa comenzó en el año 2016: “el objetivo primordial fue la deconstrucción de los discursos teológico-religiosos violentos y sacrificiales, así como propiciar contenidos y prácticas contrarias a esa violencia, promoviendo relaciones de respeto y paz al interior de las familias, y espacios sanos de convivencia”, sostuvo María Auxiliadora Montoya, académica de la EECR de la UNA y coordinadora del proyecto.
Adicional a estos procesos de concientización, el proyecto logró articular algunas acciones materiales, una de ellas, la creación de un emprendimiento colectivo, que permitiera mejorar las condiciones de vida de las mujeres. En este caso se trata de un emprendimiento agroecológico en el que las mujeres pudieran cultivar sus propios alimentos. Esta iniciativa está aún pendiente, pues la pandemia entrabó las cosas; no obstante, la consecución de un terreno y la agrupación de las mujeres en la figura de una asociación son avances que arrojan una luz de esperanza para 26 mujeres del cantón de Upala que integran el proyecto.
El problema de la violencia intrafamiliar en la sociedad costarricense ha venido creciendo en los últimos años a pesar de todas las medidas y mecanismos legales aprobados para combatir este flagelo. Es una realidad que vive especialmente la población femenina, los niños, niñas y adolescentes y la población adulta mayor. La violencia contra las mujeres es multicausal y todos los elementos del fenómeno se encuentran entrelazados, por lo que las experiencias de vida de las mujeres de estos grupos constituyen los insumos de esta investigación que permitirán reflexionar, discutir y repensar los conceptos e imaginarios religiosos y cómo esto pueden permear en situaciones de violencia para propiciar espacios de armonía y convivencia.