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Etiqueta: Unión Europea

¿Suecia en la OTAN? ¿Türkiye en la UE? El “Espacio Schengen”. Maniobras políticas al interior de USA/G7/OTAN

Edgar Chacón Morales

Edgar Chacón Morales

Hace pocos días, el 11 y 12 de julio, tuvo lugar otra cumbre de la OTAN, en Vilna, Lituania.

Uno de los asuntos principales fue, la entrada de Suecia a dicha organización.

Y uno de los principales obstáculos para que esto sucediera, era la oposición de Türkiye a tal cosa.

Esto sucedía, porque Suecia le tiene ciertas “consideraciones” a los kurdos, enemigos del gobierno de Türkiye.

Pues bien, este país, “quitó” el obstáculo a cambio de algo: su entrada a la Unión Europea.

Aquí empiezan las “maniobras curiosas”: quien le ofreció a Recep Tayib Erdogán, la entrada de Türkiye a la Unión Europea, no fue ningún europeo, ninguna autoridad europea: fue el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.

En esto, se presentan algunas conclusiones, que no tienen que ser “conspiranoicas”: la Unión Europea, no quiere a los turkos adentro de ella. ¿Será porque son musulmanes? ¿Qué implicaciones puede tener esto?

El “Espacio Schengen”, o la “Zona Schengen”

Este Espacio, es un área político-administrativa y geográfica de Europa, que la integran 27 países, entre ellos Francia, Alemania y el Benelux, que han hecho acuerdos, sobre la minimización de los controles fronterizos, para facilitar y fomentar la libre circulación de personas, bienes servicios y capitales.

En Europa, hay quienes no quieren que Türkiye entre a la Unión Europea y no es sólo por meras cuestiones culturales: además de estas cuestiones, si Türkiye entra en la Unión Europea, va a demandar el ingreso al Espacio Schengen, esto significaría que los turkos, van a poder circular por todos los países que conforman este espacio. Pero no sólo circular, también está la posibilidad de quedarse, donde les convenga.

Y no sólo los turkos, también las poblaciones de otros países musulmanes. ¿Será otra invasión de Europa por los musulmanes?

Ya no tendrían que intentar atravesar el mediterráneo, con el riesgo de que las barcazas se hundan y perecer ahogados: con ir a Türkiye basta, y de ahí a Europa.

¿Europa quiere esto; le conviene; le sirve? A lo mejor no.

Pero fue el presidente Biden, quien le ofreció el trato al presidente Erdogán.

Además de “trasladar” algunas actividades de la economía europea a Estados Unidos, como algunas actividades industriales; ¿los Estados Unidos, no estarán pensando también en “desviar” o “hacer” que la migración árabe, se quede más en Europa?

El presidente Donald Trump, de alguna manera, ya había hecho alusión al respecto: “Trump quiere prohibir la entrada en EE. UU. de todos los musulmanes. “Hasta que entendamos la amenaza, nuestro país no puede ser víctima de horribles ataques” (en referencia al tiroteo que acabó con la vida de 14 personas en San Bernardino, Clifornia, considerado por el gobierno como un acto de terrorismo). El País

Aquí, también puede verse aludida, la situación que está sucediendo en Francia.

Aunque, luego del “trato” con Biden, Erdogán dijo que había que ver lo que iba a pasar en el Congreso de su país.

¿Será que se va a concretar el ingreso de Türkiye en la Unión Europea y por lo tanto el de Suecia en la OTAN?

Aunque hay que contar, que la UE, últimamente ha estado siguiendo “a pie juntillas”, los mandatos de Estados Unidos.

Todo esto se da, en el marco de la “guerra de propaganda” que lleva adelante USA/G7/OTAN, en el marco de su agresión contra la Federación Rusa, los países BRICS (que se reunirán en agosto en Sud Africa), los llamados por unos, “países emergentes”, por otros “el sur global”.

Veremos qué le aporta Suecia a la OTAN, qué pasa con la Unión Europea si Türkiye ingresa.

Julio, 2023.

UCR, Voz experta: A propósito de la inclusión de Costa Rica en la lista gris de la Unión Europea

Dr. Carlos Araya Leandro.

Por el Dr. Carlos Araya Leandro

El actual ministro de Hacienda y su antecesor mantienen actualmente una disputa con respecto a quién le corresponde la responsabilidad ante la decisión tomada por el Consejo de Asuntos Económicos y Financieros de la Unión Europea (ECOFIN), de incluir a Costa Rica en la lista de países no cooperantes en materia fiscal. Ambos tienen una cuota de responsabilidad, pero la mayor parte la tienen algunos gobiernos y diputaciones de las últimas décadas, que no han aceptado la recomendación de eliminar el carácter cedular y territorial de los principios que rigen el impuesto sobre la renta en el país.

El carácter cedular se caracteriza por no gravar la riqueza en forma global, sino que la grava por secciones relativas a tipos específicos de ingresos, lo cual permite fraccionar de forma legítima la renta. En consecuencia, el sistema no tiene como eje el principio de capacidad económica de las personas contribuyentes y, por ende, atenta contra una premisa básica de todo sistema tributario, como lo es la equidad en el pago de impuestos.

Así, por ejemplo, si se cobra una tasa baja para los ingresos por concepto de intereses sobre inversiones y una más alta para los salarios – bajo el supuesto de que las personas con rentas más altas son las que tienen una mayor proporción de ingresos generada por intereses – el pago de los impuestos, como proporción de la renta total, podría ser menor para las familias de mayor poder adquisitivo. De esta manera el sistema resulta regresivo.

Por otra parte, el carácter territorial de este impuesto grava de forma exclusiva la riqueza producida dentro del territorio nacional. Es decir, los ingresos generados por ciudadanos costarricenses en otros países (por ejemplo, por consultorías, intereses o dividendos) están exentos.

Uno de los mayores inconvenientes del principio de territorialidad es que impide a la Administración Tributaria gravar las rentas que perciben en forma recurrente ciudadanos y residentes, en particular profesionales liberales y cuerpos directivos de entidades privadas, a quienes eventualmente se les retribuye una parte de su trabajo en Costa Rica y otra en el extranjero. Como alternativa, existe el principio de universalidad, en el que se gravan los ingresos de los ciudadanos residentes independientemente de si fueron generados o no en el país. Este se aplica en la mayoría de países desarrollados.

La decisión de la Unión Europea (UE) de incluir a Costa Rica en la lista de países no cooperantes en materia tributaria -con un evidente desprestigio para el país- se debe a la ausencia, en el sistema tributario costarricense, de una norma que grave las ganancias obtenidas en el exterior, producto de rentas pasivas, por ejemplo, intereses o dividendos.

Ahora bien, este tema no es nuevo, sino que forma parte de una discusión que se ha dado por más de veinte años. Hasta el momento no ha sido posible echar a andar una enmienda compatible con el principio de universalidad, a pesar de que tanto las reformas fiscales promovidas por las administraciones Pacheco de la Espriella y Chinchilla Miranda persiguieron este fin. En ambos casos, las reformas legales aprobadas por mayoría legislativa, fueron declaradas inconstitucionales por la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, debido a errores cometidos en el trámite legislativo.

En abril de 2002 una comisión ad hoc de exministros de Hacienda presentó al expresidente Miguel Ángel Rodríguez Echeverría un informe denominado Agenda de transformación fiscal para el desarrollo, en el que recomendó, en materia de impuesto sobre la renta, entre otros, dos elementos esenciales: por  un lado la adopción de un sistema global de impuesto sobre la renta, en sustitución del actual sistema cedular; y por el otro lado, una base universal o mundial aplicada a todos los ingresos con independencia del territorio donde se generen.

En esta misma línea se expresan los autores del libro El sistema tributario costarricense: contribuciones al debate nacional, publicado en 2002 por la Contraloría General de la República, así como Araya Leandro (2010) en el artículo “El sistema tributario costarricense: análisis y contribuciones para su reforma”. Como señalé anteriormente estas recomendaciones técnicas y académicas fueron incorporadas en proyectos de ley sin un resultado positivo.

La exigencia de la UE en materia tributaria representa una extraordinaria oportunidad para el país, pero en particular para el presidente Rodrigo Chaves Robles, de establecer una reforma legal que produzca equidad en el sistema tributario y que permita reducir las posibilidades de evasión y elusión fiscal, definidas por el presidente – en su anterior calidad de ministro de Hacienda  – como un “deporte nacional”. 

Cabe recordar que, en su primera intervención ante la prensa nacional, el entonces ministro Chaves Robles señaló, entre otros aspectos, que “tenemos que aumentar la recaudación de los tributos que ya son ley de la República, pero especialmente de los evasores que tienen recursos para pagar los impuestos y que tienen la obligación, pero no lo hacen” (La República, 26 de noviembre de 2019).

De igual forma, en la nota en que él le comunica al presidente de la República su renuncia al Ministerio de Hacienda, afirmó: “mantengo las banderas que enarbolé cuando asumí el Ministerio, es decir un compromiso genuino con la lucha contra la evasión fiscal, el comercio ilícito, la corrupción y en favor de la responsabilidad fiscal. Sin duda, estas son áreas que tocan intereses y sensibilidades profundas” (El Observador, 28 de mayo de 2020).

Luego, en su condición de candidato presidencial, el señor Chaves Robles cuestionó al entonces presidente Carlos Alvarado Quesada en estos términos: “¿por qué no ha luchado por eliminar destinos específicos, regalos de las parafiscales, las exoneraciones a los grupos poderosos y reducir la evasión fiscal que nos cuesta casi $5 mil millones al año?” (La República, 21 de setiembre de 2021).

Según la Organización para Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE, 2023), la recaudación por impuestos en Costa Rica es inferior al de la mayoría de países adscritos a esa organización. El promedio de recaudación en estos países alcanza el 33,5 % del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que en Costa Rica llega al 22,9 %, esto en contraste con Dinamarca, cuya recaudación es del 46,5 % del PIB.  

Si bien es cierto el requerimiento que la UE le hace al país es eliminar el principio de territorialidad para rentas pasivas (intereses y dividendos), el momento es propicio para que la administración Chaves Robles promueva ante la Asamblea Legislativa una reforma integral al impuesto sobre la renta que elimine su carácter cedular y territorial. Esto daría paso a una renta global como sucede en la mayoría de los países del mundo y como lo han sugerido – desde hace más de dos décadas – sectores técnicos, políticos, académicos y el mismo órgano legislativo, en particular a propósito del informe sobre los conocidos “Papeles de Panamá”. 

Una reforma en esta línea generaría un mayor nivel de equidad en el sistema tributario, cerraría portillos a la elusión y evasión fiscal, incrementaría la recaudación tributaria, reduciría el déficit fiscal y disminuiría la relación porcentual de la deuda pública respecto del PIB. Además, fortalecería los postulados y compromisos del presidente de la República de dar una lucha frontal contra la evasión y elusión fiscal y nos permitiría salir de la lista de países no cooperantes en materia tributaria de la UE.

 

Carlos Araya Leandro
Profesor catedrático, UCR

El Poder Ejecutivo y el Legislativo deben asumir la responsabilidad en materia fiscal

José Luis Pacheco Murillo

Los ministros de Finanzas de la Unión Europea (UE) incluyeron el martes pasado a Costa Rica en la lista de países no cooperantes en materia fiscal. La decisión fue tomada en Bruselas, Bélgica, sede de la UE. Una decisión que tomaron en virtud de que Costa Rica no cumplió con compromisos adquiridos ante la Unión Europea. Una situación vergonzosa y preocupante, máxime que desde hace años ya se había advertido sobre esa posibilidad. Incluso, el actual presidente fue informado cuando fue ministro de Hacienda.

Hoy, las autoridades pasadas y las actuales se culpan unos a otros, pero lo cierto es que pese a esas advertencias no se hizo nada. Esto nos refleja de cuerpo entero como país que no se ocupa de lo importante.

La principal observación que se nos hace es que la legislación costarricense exonera a las personas físicas y jurídicas por las ganancias que obtengan en el exterior, cuando hacen inversiones pasivas que son aquellas en las que la persona no participa activamente en la actividad, por ejemplo, una compra de un título valor, o la  compra de acciones empresariales que produzcan dividendos.

La UE considera que Costa Rica tiene un sistema tributario carente de transparencia, en el que facilita la doble no imposición a rentas pasivas. Es decir, permite que personas no paguen impuestos por ganancias ni en un país ni en otro.

Esta situación nos perjudica como país en cuanto a la reputación en materia fiscal y nos acerca mucho a ese concepto internacional de ser un “paraíso fiscal”. También nos afecta en cuanto a inversiones extranjeras y a la credibilidad internacional.

Contrario a lo que sucedió con Costa Rica, esa misma comisión reconoció que Uruguay logró cumplir con el compromiso adquirido y por ello salió de esa lista.

Esa lista se revisa cada seis meses, así que tenemos ese tiempo para corregir esa legislación y hacer lo propio para que demos un paso adelante y salgamos de esa vergonzosa lista. Eso implicará actuar con patriotismo y no pensando en intereses particulares. Si no lo hacemos en estos seis meses nos deterioremos en nuestra imagen y seguiremos en ese “nadadito de perro”, sin tomar las decisiones que son urgentes y necesarias.

Dios quiera que tanto el Poder Ejecutivo como el Poder Legislativo dejen de “jugar chapitas” y asuman con responsabilidad las obligaciones que les corresponden.

La Unión Europea agrega a Costa Rica a su lista de paraísos fiscales

Martín Rodríguez Espinoza

La Unión Europea incluyó este martes a Costa Rica, entre otras naciones, a su lista de jurisdicciones que no cooperan en materia fiscal con el bloque comunitario, según informó el Consejo de la UE en un comunicado.

Tras la decisión, aprobada por los ministros de Economía y Finanzas, en la lista figuran 16 territorios además de nuestro país, a añadidos a: Panamá, Samoa Americana, Fiji, Guam, Palau, Trinidad y Tobago, Samoa, las Islas Vírgenes americanas, Vanuatu, Bahamas, Anguila y las Islas Turcas y Caicos, que ya estaban.

La lista, que se actualiza cada seis meses, incluye aquellas jurisdicciones que incumplen los estándares de la UE en materia de transparencia fiscal, justicia tributaria o implementación de las normas internacionales para evitar la erosión de la base fiscal o el traslado de beneficios, y que además no dan pasos para atajar esos problemas.

Figurar en ella no conlleva sanciones económicas, más allá de la prohibición de que los fondos europeos transiten por entidades radicadas en estas jurisdicciones y medidas administrativas, como auditorías más frecuentes, aunque los Estados pueden decidir a nivel nacional imponer otro tipo de penalizaciones.

Costa Rica entra en este repertorio desde que se creó en 2017, puesto que no ha cumplido sus compromisos para abolir o modificar ciertos aspectos de su régimen de excepción de las fuentes de ingresos extranjeros considerados perjudiciales, según explicó el Consejo de la UE.

Los niveles de corrupción en Costa Rica, que además ubican al país entre las 10 naciones con mayor aumento de la desigualdad social DEL MUNDO, producto no solo del favorecimiento fiscal a unas cuantas familias que son exoneradas (como por ejemplo los importadores de arroz), sino también por la multimillonaria evasión y elusión que ese mismo sector empresarial realiza contra las arcas del Estado, provocando el Déficit Fiscal que tiene en crisis económica al país.

EL ROBO de impuestos del gran sector empresarial es impresionante, se estima que solo en 2018 cerró con una evasión de 650.264 millones de colones.

El informe de la Contraloría General de la República de ese año, y de gran transcendencia, indicó que uno de cada tres contribuyentes (grandes empresarios) inscritos declaró impuesto neto menor o igual a cero. Entre estos están los más grandes millonarios del país como la Cervecería Costa Rica (FIFCO) y transnacionales ubicadas en el país como Telefónica (que pasó a ser Liberty) y Claro, entre muchas otras.

La deuda en mora por el impuesto de ventas en 2017 alcanzó 71.220 millones y creció en más del 150% de 2010 a 2017, ahora imagínense como estará en 2023.

Al inicio de su mandato, Rodrigo Chaves indicó a un medio de comunicación nacional que «hay que acabar con los monopolios y las políticas públicas para grupos empresariales privilegiados, a la vez que se debe impulsar la reactivación económica, la industria y la conectividad de Costa Rica con el mundo.», pero el monopolio de Riteve pasó a ser el monopolio de Dekra y los importadores de arroz se «pegaron la lotería» cuando Chaves les exoneró de pagar impuestos con el timo de bajara el precio para los consumidores, pero fueron los empresarios los que se llevaron el privilegiado monto de más de 7.000 millones de colones a sus bolsillos, impuestos que deberían estar en la Hacienda pública para invertir en el país.

La falsa promesa de Rodrigo Chaves de «acabar» con la evasión y el contrabando (con la instalación de escáneres), quedó en eso, falsas promesas. Mientras tanto los LADRONES de impuestos se hacen más y más ricos, mientras los pobres, más pobres.

Por eso digo, el PLN, el PUSC, el PAC (con todos sus aliados legislativos Nueva República, Liberales, etc.) y ahora el PPSD de Rodrigo Chaves, son exactamente lo mismo, parásitos y depredadores.

 

Imagen ilustrativa.

Una fotografía sencilla del momento

Juan Carlos Durán Castro
Dirigente Sindical SIFUPCR

Febrero 2023

¿Qué hay realmente detrás de la visita de la General Comandante del Comando Sur a Costa Rica? Más allá del «apoyo financiero» para combatir el narcotráfico en el país, si realmente un balance objetivo del tema de las drogas desde lo estructural-global al narcomenudeo es indicativo de un perfecto fracaso, y mientras tanto, se desploma la inversión social en los países y se precarizan los derechos humanos en su conjunto en nombre de un capitalismo salvaje, antihumano y depredador del planeta.

Así las cosas, está en desarrollo una nueva política militar para Asia – Pacífico que aspira sin duda a cercar y reforzar las bases militares de EEUU de cara a China, una tarea de corte militar para la lucha hegemónica en el campo militar similar a la desarrollada desde hace años (desde la caída del muro de Berlín y la Perestroika impulsada por Gorbachov y Yeltsin), se desarrolló vía OTAN y occidente, para ir cercando a Rusia, con una dirigencia de la Unión Europea (UE) plegada al conservadurismo más rancio que se junta con el renacimiento del fascismo en muchas partes del mundo.

Parece que viene una confrontación entre China y EUA, según los analistas en el corto plazo y se habla del año 2025.

Dicho plazo guarda relación directa con las elecciones en EUA en 2024.

Escenario en el cual el manejo artificial de la economía estadounidense que según algunos datos y criterios de expertos, sortea una inminente recesión económica y se maquillan los números del empleo en EUA, obviando desde un abordaje serio la inflación y el PIB de esa potencia hiper endeudada y con la deuda interna posiblemente más grande del mundo y en manos de su archienemigo comercial chino.

Biden parece estar jugando un ajedrez peligroso, sin descartar un choque con los gurúes de la Reserva Federal (Powell), lo cual podría generar condiciones muy complejas, esto en paralelo a los globos civiles o espías, como tema distractor a las pesquisas de documentos secretos – clasificados en tres residencias de Biden.

Por otro debemos tener en cuenta que en 2025 termina periodo Xi Jinping en China y todo puede indicar que buscarán mantenerlo o buscar una figura acólita que mantenga el enfoque estratégico en lo comercial y para mantener además la política de crecimiento militar que ha venido desarrollando China en los últimos 10 años.

Todo como un reforzamiento y preparación para la disputa en los distintos campos por el mayor control geopolítico mundial de los mercados, los microprocesadores, las tierras raras y la inteligencia artificial (IA), en donde el continente americano tiene un papel relevante con el triángulo del litio y otros factores estratégicos no menores que se deben tener en consideración.

Pareciera entonces que la confrontación Rusia – Ucrania deben irla cerrando o buscarle una salida de mesa de negociaciones desde OTAN- EUA, para de alguna forma poder concentrarse en el verdadero enemigo comercial y militar, que es sin duda China.

Al final las dirigencias «políticas» que son electas en las denominadas democracias en sus distintos sabores y colores en su papel de marionetas administradoras de los verdaderos personajes que representan según expertos y expertas el 1% de la población planetaria y que concentran desde sus feudos corporativos la riqueza y con la mirada hacia otro lado, o bien, con perfiles bajos o calculados de personeros de instituciones internacionales que van desde la ONU, OI, la CIDH y otras con alcances mundiales, continentales y locales de planos nacionales, exponen a la raza humana a una escalada peligrosísima del conflicto entre Rusia-Ucrania, que podría ser parte de una táctica para generar un distractor militar en la geopolítica en disputa, pero que por tal razón no pierde nada de relevancia.

Mientras tanto no cabe duda de que están en desarrollo nuevas políticas militares que colocan al mundo al borde de una guerra nuclear en razón de una locura mercantil archicapitalista y anti naturaleza por el control de los mercados, pues los seres humanos, somos un número, somos consumidores y consumidoras.

Que estupidez y que decadencia humana, por nuestra parte optamos por darle una oportunidad a la paz y hacemos votos porque nuestro continente y nuestro país se incline hacia ese lado.

Dicho esto, deberían el movimiento sindical, social y socioproductivo del país pronunciarse y convocar alguna actividad cultural o similar llamando a la paz y todo lo que esto conlleva desde las agendas de los movimientos sociales globales.

Estas son ideas rápidas que surgen como producto de las enormes preocupaciones mientras laboramos en el hospital y nos asaltan los miedos normales y naturales de ver la gigantezca y enorme torpeza, y demás características imaginables e inimaginables, de las dirigencias mundiales, continentales y locales de todo tipo de gobierno, institución o similar.

Y entiéndase que formulamos esto sin exclusiones ideológicas de derecha o de izquierda.

UE: ¡basta de repartir sustancias químicas prohibidas!

SURCOS comparte la siguiente petición.

¿Nos ayudarías con tu firma a pedirle a la Comisión Europea que vede la exportación de pesticidas prohibidos y de productos químicos peligrosos desde la UE y que, además, promueva la erradicación del uso de plaguicidas altamente peligrosos en el mundo entero? https://actions.sumofus.org/a/ue-basta-de-repartir-sustancias-quimicas-prohibidas?source=whatsapp&variant_id=5104

Distribuir el Poder: Antídoto de la Guerra

Álvaro Vega Sánchez.

La misericordia y la verdad se encontraron; la paz y la justicia se besaron” (Salmo 85:10)

Álvaro Vega Sánchez, sociólogo

La concentración de la riqueza y del poder conducen inevitablemente a la injusticia y a los conflictos sociales y armados. El sociólogo Ralf Dharendorf hablaba no solo de la propiedad privada de los medios de producción sino también de los medios de poder. De ahí la doble dictadura: la del mercado por la apropiación privada de los medios de producción y la del Estado autoritario por la concentración de los medios de poder. Ambas corresponden a las formas oligárquicas de dominación que hoy se visten de democráticas, mientras irrespetan la independencia de los poderes republicanos.

La creciente desigualdad económica y la intensificación de los conflictos bélicos entre las naciones obedecen, precisamente, a los altos niveles de concentración de los medios científico-tecnológicos y de los recursos naturales más valiosos, así como los medios de ejercer poder, tanto el coercitivo físico como el ideológico psíquico-emocional. Van quedando atrás las aspiraciones esperanzadoras de un mundo globalizado, donde prevalezcan las relaciones interdependientes entre países y regiones, liberalizando el comercio justo, favoreciendo el multilateralismo y la interculturalidad, para contribuir a crear sociedades más pacíficas, equitativas e inclusivas.

El conflicto entre Rusia y Ucrania, teniendo como actores de fondo principalmente a Estados Unidos y la Unión Europea, con su brazo armado la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), nos devuelve hoy a los aciagos y tenebrosos años de la “guerra fría”. Es parte de la disputa de las potencias por concentrar poder geopolítico y económico. Algunos comentaristas del reciente discurso del presidente Biden sobre el Estado de la Nación, destacaban que, a diferencia de Trump quien había debilitado a la OTAN, uno de los méritos de Biden fue haber logrado fortalecer los vínculos con Europa y revitalizar la OTAN, en el contexto del actual enfrentamiento bélico entre Rusia y Ucrania.

Por su parte, el secretario de Estado de EE. UU, Antony Blinken, ha insistido en que “la invasión de Rusia a Ucrania es injustificada y no provocada”. Ninguna invasión puede considerarse justificada, incluyendo las muchas que ha realizado EE. UU de manera unilateral, y que ahora pareciera haberlas olvidado. Sin embargo, resulta de sentido común comprender que una potencia como Rusia se sintiera provocada por un país limítrofe como Ucrania, con reiteradas acciones políticas y bélicas de corte nazi-fascistas contra las regiones separatistas de Lugansk y Donetsk, cobrando miles de víctimas civiles, y ahora dispuesta a integrarse a la OTAN.

Aquí, lo que está en juego es la seguridad misma de Rusia, al igual que lo estuvo la de Estados Unidos con la instalación de los misiles balísticos rusos enviados a Cuba, en la década de 1960. Cabe preguntarse, ¿por qué Estados Unidos, en esta ocasión, como sí lo hiciera Rusia con Cuba al retirar los misiles que representaban una amenaza para Estados Unidos, no hizo ningún esfuerzo para que Ucrania desistiera de su intención de incorporarse a la OTAN, que representa también ahora una amenaza para Rusia? De esta manera, se hubiese dado una oportunidad a la diplomacia, es decir, al diálogo, la vía más razonable y humana de dirimir los conflictos, y evitado la pérdida de vidas tanto de rusos como de ucranianos.

Mientras el presidente Putin demandaba de los países europeos y de Estados Unidos mediar para que Ucrania desistiera de su incorporación a la OTAN, única condición para evitar la guerra, y sostenía a sus tropas en la frontera, insistiendo en que no iba a invadir, por su parte, el presidente Biden repetía con insistencia, que Rusia sí iba a invadir Ucrania. Bueno, él no estaba dispuesto a persuadir a Ucrania de no incorporarse a la OTAN, y por ello sabía que Putin, inevitablemente, invadiría Ucrania. ¿Acaso, una profecía autocumplida o todo “fríamente calculado”?

Cuando se habla de la seguridad de países y potencias lo que está en juego son los intereses geopolíticos, con sus implicaciones económicas, particularmente comerciales. Y hoy es claro que ninguna potencia puede pretender ser hegemónica. Si se quiere garantizar la paz y el progreso de los pueblos hay que erradicar los imperialismos de cualquier signo, y afirmar el derecho de soberanía de las naciones. Asimismo, buscar consensos para evitar la proliferación de armas nucleares y contener la carrera armamentista. Para ello, es fundamental crear un ambiente de distensión, diálogo y negociación, que propicie las mejores relaciones entre los países.

Lamentablemente, la “misericordia y la verdad” no se dan la mano. La compasión por las victimas más vulnerables de las guerras injustificadas, como lo son los niños, los ancianos y las personas con limitaciones funcionales, ha sido desplazada por la frivolidad de los poderes fácticos ávidos de poder y de venganza. Y la verdad se ve arrinconada por una propaganda descaradamente manipuladora. Se utilizan los más sofisticados subterfugios para vestir las mentiras y falsedades de verdades o medias verdades, a conveniencia. Hay un vaciamiento de significado y sentido de las palabras, una violación del derecho que le asiste al lenguaje de ser adecuadamente utilizado para facilitar la comunicación y la comprensión entre los seres humanos. Es la denuncia de Jeremías de la palabra vacía de los falsos profetas: “Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo; paz, paz; y no hay paz” (Jer.6:14).

La nueva geopolítica global, apunta a la necesaria distribución del poder, condición fundamental para garantizar la paz. Para ello, se requiere mucho diálogo y conversación reposada; que se dignifique la palabra. No habrá paz ni justicia si, al igual que la riqueza, el poder no se distribuye. ¿Por qué no soñar todavía con un siglo XXI donde las naciones apuesten decididamente a una mejor distribución de la riqueza y el poder: el beso de la paz y la justicia?

Libertad de expresión: ¿Reliquia del pasado?

Luis Fernando Astorga Gatjens

Es un lugar común, desde hace mucho tiempo, afirmar que la primera víctima de las guerras es la verdad. Esto es válido en el conflicto entre Rusia y Ucrania, sólo que la verdad ha sido seriamente afectada mucho antes de que se iniciara esta guerra.

En un conflicto como éste, las dos partes involucradas van a mostrar su versión de los hechos, desautorizando a su contendiente. Se crea entonces una perspectiva maniquea, de blanco y negro, donde en forma recíproca, se reivindica que uno es el malo y el otro el bueno.

La Organización del Atlántico Norte (OTAN), Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y Ucrania, tienen una versión de los hechos relacionados con la guerra que se desarrolla, lamentablemente, en este último país, diametralmente opuesta a la que expresa la Federación Rusa. Expresan esa visión a través de declaraciones oficiales y mediante lo que dicen sus líderes, de las que se hacen eco de inmediato los múltiples medios occidentales y la teleraña de redes sociales existente.

Acusan a Rusia y a su Presidente, Vladimir Putin de iniciar una guerra contra Ucrania en un afán de dominio político y de expansión, sin ofrecer el necesario contexto y antecedentes que ofrezcan una versión más objetiva sobre lo que realmente está sucediendo. Se trata de una acción diabólica de un país agresor, que nada tiene que ver con la geopolítica y los intereses económicos, políticos y militares, que tienen las potencias y los países. Tal es su perspectiva.

Sin embargo, en una muestra más de debilidad estratégica que de fortaleza, los gobiernos de la OTAN, encabezados por Estados Unidos, se han lanzado a la tarea de impedir a toda costa que se conozca la versión de Rusia sobre lo que está sucediendo. Han bloqueado utilizando todos los instrumentos a su alcance a medios como Russian Television (RT), Sputnik y otros medios rusos, para que no cuenten la versión de las causas de esta guerra e informen sobre lo que está sucediendo.

Los gigantes tecnólogicos se ha sumado en esta mega empresa de asegurar que solo haya una versión de los hechos. Con ello, se impide que las personas reciban las distintas perspectivas para poder hacerse una opinión de un conflicto cuyas ramificaciones ya se hacen sentir en todas partes. Por ahora, en el incremento de los derivados del petróleo y algunas materias primas, que están haciendo crepitar la tenue recuperación pandémica y post-pandémica, que se empezaba a vislumbrar.

Así que no solo la verdad ha sido víctima de esta guerra, sino la libertad de expresión. De esta manera, potencias y países que reivindican ser paladines de los derechos humanos, se desdicen en los hechos concretos y palmarios, al violar en forma flagrante la libertad de expresión en el mundo.

Lo más cercano a la verdad es que hay responsabilidades compartidas en esta guerra que tiñe de dolor y sangre a dos pueblos. Entonces, nos preguntamos: ¿Por qué no permitir que se profundice en las causas más profundas de este conflicto?

La mayor parte de los medios occidentales están informando, de una manera, más cercana a auténticas campañas que a la búsqueda de la objetividad, aún cuando sea tan difícil de alcanzar. A algunos medios no les importa ya publicar imágenes de videos de guerra, o de fotografías que no responden al hecho del que se informa. El fin justifica los medios: Se trata de propagar noticias falsas (“fake news”) que luego las redes sociales se encargan de magnificar sin freno.

Tal restricción o anulación de la libertad de expresión nos alcanza como país y ciudadanía, de distinta manera. Por un lado, porque la mayoría de medios informativos nacionales se encargan de ofrecer una sola versión de los acontecimientos y, más grave aún, cuando el canal gubernamental, el 13 saca del aire al telenoticiero RT.

Entonces un Estado que se dice defensor y promotor de los derechos humanos, de manera seguidista y acrítica, se suma a esta campaña internacional promovida por la OTAN y el gobierno de Joe Biden.

Aspiramos entonces a que estas posturas contradictorias con respecto a los derechos humanos y la libertad de expresión, sean corregidas por el gobierno; aunque no albergamos muchas esperanzas a raíz de las orientaciones políticas que han venido prevaleciendo en los últimos tiempos.

Por último, es nuestra esperanza que las negociaciones entre los gobiernos de Rusia y Ucrania, se desarrollen con la celeridad que el grave conflicto amerita y se llegue pronto a una salida constructiva y equilibrada para las dos partes, para el bien de los pueblos de ambos países y para la tranquilidad de todos los pueblos del mundo y, particularmente, para lo que aspiramos los ciudadanos –como yo—que luchan por un mundo justo y pacífico.

(7 de marzo, 2022)

En los preludios de la tercera guerra mundial ¿sí o no?

“Una vez más, los medios de comunicación –incluyendo las redes sociales- actuaron de forma alevosa para generar un conflicto que sólo puede beneficiar a los vendedores de armas, las petroleras trasnacionales, que son los que han atizado el conflicto. La verdad es la primera víctima de la guerra, decía el griego Esquilo hace más de 2.500 años. Hoy sabemos que la mentira es un arma de guerra.” Aram Aharonian La Mentira, principal arma de guerra en Ucrania – Rebelión 28/02/22.

Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor costarricense

Estamos ante una inmensa tragedia que pudo ser evitada por la vía de la negociación diplomática y el compromiso de no agresión entre las superpotencias, sin sacrificar al peón ucraniano cuyos líderes se prestaron al juego de las potencias occidentales, lo que se ha hecho cada vez más evidente con el paso de las horas abriéndole las puertas a un conflicto que podría ser prolongado y podría asumir proporciones incalculables en todos los órdenes de las convivencia pacífica entre las naciones.

Por otra parte, el triunfo de una Ucrania fascista nos pondría al borde la Tercera Guerra Mundial como un resultado del escalamiento ad infinitum de un conflicto bélico, eso es algo que Rusia no permitirá jamás. Hoy más que nunca urge una solución pacífica entre las partes involucradas, de manera directa, para ello es preciso que se sienten a negociar para garantizar la convivencia pacífica de dos pueblos eslavos que tienen una larga historia en común, dejando de lado la agresiva expansión de la OTAN hacia el este europeo, la que ha venido rompiendo peligrosamente los equilibrios de poder entre las dos superpotencias más importantes del planeta.

Un siglo atrás, los líderes revolucionarios bolcheviques Vladimir Lenin y León Trotsky, ruso el primero y ucraniano el segundo, se pronunciaron a favor de la autodeterminación de los diversos pueblos que hasta la revolución de 1917 conformaban el gran imperio zarista, por lo que se puede afirmar que ellos fueron los fundadores de la Ucrania moderna. Por desgracia el proyecto de Lenin para fundar la Unión Soviética en 1922 fue derrotado por el de Stalin, quien aprovechando la enfermedad de Lenin terminó por imponer el suyo, más centralista y autoritario, según el historiador Moshe Lewin en su obra EL SIGLO SOVIÉTICO.

Para Lewin los dos programas se oponen frontalmente en 1922-1923, a propósito del debate sobre la conformación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), un combate que termina con la enfermedad y la muerte de Lenin, en enero de 1924.

Puede decirse que había nacido el estalinismo, propiamente tal a partir de la definición del nuevo régimen, en los términos del chauvinismo gran ruso y el control centralizado del poder, mientras que el poder de las nuevas repúblicas soviéticas quedará reducido a una condición puramente nominal, lo que se contrapone a la propuesta original de Lenin y otros bolcheviques como Trotsky y Zinoviev, aún y cuando este último se coaligará contra el primero de ellos a la muerte de Vladimir Lenin. Como bien se dice, ya eso es historia pasada, pero una que sería una gran torpeza ignorar.

Volviendo a la grave encrucijada histórica en que nos encontramos, lo cierto es que los Estados Unidos y los países de la OTAN le han declarado la guerra a la Rusia postsoviética, llevándola a reaccionar militarmente en Ucrania: estamos ya en la antesala de la Tercera guerra mundial, dada la manifiesta intencionalidad de esas potencias de someter a Rusia a su dominio, so pena de destrucción de toda la estructura del comercio internacional que nos va a afectar a todos, al sacarla del sistema SWIFT que sirve para agilizar los pagos en el intercambio entre estados de bienes y servicios. Ha comenzado el bloqueo del gigante euroasiático con el cierre aéreo, al negársele el acceso al espacio aéreo europeo y al marítimo de sus buques a los puertos de los países de la Unión Europea.

Además, el envío de armas al régimen de Kiev, anunciado en horas de la tarde del domingo 27 de febrero nos pone al borde del abismo. Lo peor de toda esta pesadilla, es que mucha gente no percibe la gravedad de la situación, pues desde la crisis de los cohetes soviéticos en Cuba y el bloqueo naval estadounidense, en octubre de 1962, nunca hemos estado tan cerca de una hecatombe nuclear, la que aconteció cuando la gran mayoría de la población actual no había nacido.

Es aquí donde la realpolitik y la geopolítica con sus vastos alcances nos plantean otras vías o formas de análisis de las ominosas consecuencias que nos traerá este escalamiento bélico, con el inicio de las operaciones efectivas de combate iniciadas por las fuerzas militares rusas, a partir de la madrugada o la noche del jueves 24 de febrero, destinadas a proteger a las repúblicas populares de Donietsk y Lugansk, pero que ya venía manifestándose como una guerra de cuarta generación caracterizada por una violenta inaudita contra esas poblaciones rusófonas del Dombass y de todo el este de ese país, sobre todo a partir de los violentos acontecimientos del año 2014, con la llamada rebelión de Maidan (octubre 2013-febrero 2014) cuando los Estados Unidos promovieron el desplazamiento del presidente electo de Ucrania, Víktor Yanukóvich, quien era proclive a un entendimiento con la Federación Rusa, y al logro de una salida política democrática a la crisis de entonces, la que si bien estaba planteada entre los mismos ucranianos se distorsionó por la interferencia de las agencias de inteligencia de los Estados Unidos, como un hecho que resultó fatal para todos ellos.

Después de ocho años de una guerra de cuarta generación ¿estará dispuesto el establishment estadounidense a llevarnos a la Tercera Guerra Mundial, con sus temibles efectos, para salvar al senil presidente Joe Biden que busca garantizar así su reelección? De ser así, estaríamos metiéndonos en un callejón sin salida y el precio a pagar sería demasiado alto y casi sin remisión posible, todo en procura de alcanzar un objetivo tan banal, en medio de la corrupción reinante entre los centros de poder de la Casa Blanca estadounidense, conformados por unas gentes que nos quieren sacrificar en el altar de sus turbios negocios.

Estamos avisados de los alcances de lo que se nos viene encima a todos, mientras tanto el aparato mediático occidental continúa su labor destructora y disociadora, confundiendo a toda clase de gentes que no logran que establecer ¿qué está en juego en este conflicto bélico, y sobre todo en su peligroso escalamiento?, pues si bien es hasta ahora, en los últimos días de este mes de febrero de 2022, cuando que ha entrado en su fase bélica en estricto sentido, con todas sus dolorosas consecuencias, tal y como hemos venido indicando, este escalamiento del conflicto no deja de ser el resultado de una prolongada campaña mediática de hostigamiento y satanización hacia la parte rusa, lo que aún si no asumiéramos posición en favor de alguna de las partes enfrentadas, deja de ser un hecho evidente en sí mismo.

¿Otra “Crisis de los misiles”?

Freddy Pacheco León

Sentimos que la «Crisis de los misiles» sucedida hace 60 años, no parece muy ajena a la angustia que hoy vive la humanidad. Tiene matices inevitables, consecuencia del tiempo y de los Estados involucrados que están en juego, pero su semejanza es casi imposible no advertirla.

Aunque muchos ignoramos el presente y el pasado de una Ucrania «inexistente» para nosotros, que nos era ajena como lo son la mayoría de las antiguas repúblicas de la era soviética, asumimos una especial responsabilidad por estudiar al menos un poquitico antes de opinar. Es una cuestión de auto-respeto, así que después de hacer la tarea por conocer, por indagar, ahora sí nos atrevemos a compartir un comentario con los amigos.

Lo que más nos acercaba a Ucrania era quizá el drama musical del lechero judío Teyve y su familia, en «El violinista en el tejado». Bellísima y muy conocida obra de Broadway, que al verla nos hace pensar en Ucrania, al menos de soslayo. Y es que son pocas las circunstancias que nos han llamado la atención de ese vasto territorio de dimensiones superiores a la península Ibérica, al que consideramos muy lejano. Por ello, al reconocer lo anterior y mientras estudiamos alguito más sobre Ucrania y sus enigmas, al leer las que pretenden ser las razones invocadas por las autoridades rusas como justificación de la cruenta acción militar, hay algo que hemos de decir. Sesenta años después de la llamada “Crisis de los misiles” que tuvo como protagonistas a los líderes soviético Nikita Kruschev y estadounidense John Kennedy, sentimos que ahora podría estarse dando una situación similar, aunque con otros actores. En 1962 la Casa Blanca se sintió amenazada por las armas rusas de mediano alcance, que el Kremlin había colocado para defender a la entonces amenazada Cuba, que un año antes había repelido una invasión por bahía Cochinos, patrocinada por el Pentágono. Los misiles balísticos, en la vecindad del territorio estadounidense fue considerado, con razón, una amenaza para la seguridad de los Estados Unidos de América. La Guerra Fría estaba muy «caliente» y los norteamericanos reaccionaron dispuestos a enfrentar esa amenaza, aunque fuere atacando a la pequeña isla vecina o a los buques soviéticos que se atrevieran a romper el bloqueo naval que había sido impuesto, para así acabar con ese peligro, jugando así en el filo de la navaja de un enfrentamiento con armas nucleares.

Por otro lado, el premier soviético nacido en Ucrania, y demás autoridades de la URSS, estaban dispuestos a defender a Fidel Castro, al pueblo cubano y a su naciente revolución, reiterándose asimismo, que las autoridades soviéticas se sentían amenazadas especialmente, por los misiles nucleares Júpiter del Pentágono, que apuntaban hacia el territorio soviético desde la vecina Turquía. Hoy, el escenario no es en «Broadway» pero sí en la plaza Sverdlov que reúne al «Teatro Bolshoi» y otros. Ese escenario renovado ya no es en el mar Caribe pero sí en el mar Negro. Hoy quien dice sentirse amenazado por la amenaza militar de los EUA y la OTAN ya desplegándose en Ucrania, Polonia y Lituania, es más bien la Federación Rusa. Hoy no es un enfrentamiento entre Kennedy y Kruschev, sino entre Vladimir Putin y Joseph Biden, por razones equivalentes, pero con sus propias características.

Al igual que Cuba en los años 60 con la caída de la dictadura de Fulgencio Batista, Ucrania recién experimentó conflictos de autoridad política con raíces tan enmarañadas como las de un manglar. Al colapsar la Unión Soviética en la Navidad de 1992 por disposición de sus propias autoridades, algunas de esas raíces fueron brotando eventualmente y con ello sus consecuencias. Ante el surgimiento de ese joven gran Estado llamado Ucrania, ¡equipado por herencia circunstancial con armamento nuclear!, preocupados por su seguridad, Estados Unidos, el Reino Unido y Rusia, conjuntamente, prácticamente obligaron a las autoridades de Ucrania a renunciar al tercer arsenal nuclear más grande del mundo, por medio del Memorándum de Budapest. A la muy crítica situación económica que le imposibilitaba al gobierno ucraniano, el satisfacer las necesidades básicas de un pueblo forjado como parte del que había sido un Estado socialista, así como su dependencia del fundamental aporte energético de Rusia, se le sumó la falta de preparación y experiencia de sus nuevas élites políticas, que asumieron el poder sin poder cumplir las grandes promesas demagógicas. Agravándose la situación por la influencia de los nacionalistas neo nazis, descendientes políticos de los ucranianos fascistas que se habían aliado a Hitler contra los rusos y los judíos en la Segunda Guerra Mundial, y que habían combatido contra sus compatriotas afines a las fuerzas que resistieron la invasión alemana. Así, de tumbo en tumbo, se sucedieron también las acciones rusas para garantizar su presencia en la estratégica península de Crimea y el puerto de Sebastopol, sede de la gran Flota del Mar Negro de la Armada de Rusia, que garantiza su salida al mar Negro y su paso al mar Mediterráneo.

Así, dando necesarios saltos históricos, llegamos eventualmente al momento en que los gobernantes ucranianos fueron «invitados» a tramitar su integración a la Unión Europea en 1996 y a suscribir un acuerdo sobre una asociación especial con la OTAN el año siguiente, con lo cual los intereses políticos, económicos y principalmente militares de occidente, adquirían con esas acciones, presencia en las cercanías de Rusia, que obviamente no eran del agrado de las autoridades de los palacios del Kremlin.

Por otro lado, Ucrania, como sucediera con Rusia y otras naciones excomunistas, no se salvó de los millonarios procesos de privatización de las grandes empresas estatales, que hicieron que los principales sectores de la economía quedaran en manos de monopolios manejados por un pequeño grupo de magnates multimillonarios, con una riqueza quizá no vista ni en la era de los zares rusos, que comparten el poder con sus socios gobernantes, anticomunistas declarados.

Y así llegamos, 60 años después, a esta nueva edición de la «Crisis de los misiles» que en 1962, por unas dos semanas, tuvo al mundo al borde de una muy destructiva guerra nuclear. Al igual que entonces, una potencia, esta vez Rusia, manifiesta sentirse amenazada por la presencia hostil de las fuerzas militares de la OTAN en su vecindario. Situación que sustenta el pretexto con que se justifica la acción militar limitada dirigida desde Moscú, en que se ordena incluso poner en alerta la estructura bélica nuclear. También como entonces, dos jefes de Estado poderosos, Biden y Putin, tienen en sus manos, con sus posibles decisiones, la vida de numerosos inocentes. Por eso, como lo hiciera en 1962 el Papa Juan XXIII, mientras se celebraba el II Concilio Ecuménico, quien pidió a las dos potencias que no permanecieran sordas «ante la angustia de la Humanidad», esta vez el Papa Francisco se ha dirigido «a quienes tienen responsabilidades políticas para que hagan un serio examen de conciencia ante Dios, que es el Dios de la paz y no de la guerra», ante lo cual pide «a todas las partes implicadas que se abstengan de toda acción que provoque aún más sufrimiento a las poblaciones, desestabilizando la convivencia entre las naciones y desacreditando el derecho internacional».

Y vemos también, como sucediera hace seis décadas en que dialogaron Kennedy y Kruschev, al escribir este comentario, se ha dado una convocatoria a las dos partes a dialogar en Bielorrusia, hecha por Putin y aceptada por el presidente ucraniano Zelensky. Pensamos que si los acontecimientos continúan por esa «línea férrea» trazada en 1962, podríamos arriesgarnos atrevidamente a vaticinar, la llegada a una estación final como la de entonces, donde ambas partes cedieron a favor de la paz. Después de que Kruschev obtuvo de Kennedy la garantía de que no propiciaría, con apoyo norteamericano, acciones militares contra la Cuba socialista y que desmantelaría los misiles nucleares que EUA tenía en tierras turcas, Kennedy obtuvo de Kruschev el compromiso de sacar de la isla vecina, el armamento nuclear que la URSS había ubicado allí. Así se alcanzó la paz y se evitó mayor daño a la humanidad.

Hoy, movidos por la enseñanza de la historia y los llamados que llegan de todo el mundo en pro de la paz, podríamos quizá ver un final en el cual Ucrania se compromete a jugar un papel independiente de Rusia y la OTAN, donde su soberanía será respetada y fortalecida, creándose así las condiciones para que Rusia se retirare de los territorios ocupados, asumiendo a su vez, el compromiso de una mayor cooperación con Ucrania, según el mandato del «Dios de la paz y no de la guerra», que nos recuerda Francisco.

Acojo gustoso «la cajita blanca», pues desde el fondo de mí expreso esa muy humana aspiración, muy propia del sentir costarricense reflejado en el orgullo de decirle al mundo que somos un país sin ejército.

27.2.2022