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Etiqueta: Vladimir de la Cruz

¿Por una nueva República Federal como propone Nayib Bukele?

Vladimir de la Cruz.

Vladimir de la Cruz

Durante el período colonial impuesto por España, como parte de su dominación, el territorio continental, a medida que España lo fue conociendo, para una mejor dominación de tierras y hombres, lo dividió administrativamente en Virreinatos, siendo el Virreinato de Nueva España el más grande. Su asiento político estaba en México.

Igual sucedió con los Virreinatos. Al irlos conociendo para su mejor dominación también los dividieron en distintas regiones, a cargo cada una de ellas con autoridades políticas, religiosas, militares, judiciales, tributarias. De esa forma se creó la Capitanía General de Guatemala, también llamada Reino de Guatemala, y al final de la dominación colonial, desde 1812 hasta 1820, esta región se dividió en las Diputaciones de Guatemala y de León de Nicaragua, perteneciendo Costa Rica a ambas, motivo por el cual nos llegaron las Actas de Independencia de Guatemala y de León. En esta Capitanía se comprendían los territorios de Chiapas, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, el Partido de Nicoya y Costa Rica.

De ellos Chiapas estuvo no solo más alejado, al norte de Guatemala y al sur de México, sino más alejado del resto de los países centroamericanos en sus vínculos históricos y culturales. Al haberse independizado la Provincia de Chiapas el 8 de setiembre de 1821, separándose de Guatemala, anexándose inmediatamente al imperio de Agustín de Iturbide, de México, impulsó la fragmentación de la Capitanía General, con la Declaración de Independencia de Guatemala el 15 de setiembre de 1821.

Desde entonces, Chiapas se integró a México plenamente y el resto de los países centroamericanos siguieron su propio camino buscando mantener la unidad política que se había tenido hasta 1821, pero como naciones independientes.

Así se desarrolló el proyecto de las Provincias Unidas del Centro de América, entre el 1 de julio de 1823 y el 22 de noviembre de 1824, y luego el de la República Federal de Centroamérica desde el 22 de noviembre de 1824 hasta el 19 noviembre de 1839 cuando Nicaragua, Honduras y Costa Rica ya se habían separado. Costa Rica lo hizo el 14 de noviembre de 1838, finalizando la Federación de hecho en 1840. Durante su existencia ejercieron como Presidentes, Manuel José Arce, 1825-1829, José Francisco Barrundia, 1830-1834, Francisco Morazán, 1834-1835, Gregorio Salazar, 1835-1839, de nuevo Francisco Morazán, 1839-1840 y Diego Vigil, 1839-1840.

Francisco Morazán, desde Costa Rica, ejerciendo como Jefe de Estado durante unos meses, en 1842, intentó revitalizar sin éxito la Federación.

Con la presencia de William Walker en Nicaragua, en 1855, y con la Guerra Nacional centroamericana, en 1856 y 1857, se impidió el proyecto anexionista e integracionista de los países centroamericanos, ya independientes, a los Estados sureños de los Estados Unidos como pretendía Walker.

De iniciativa propia, durante el siglo XIX, los países centroamericanos intentaron, no pocas veces, restablecer la unidad política que había existido. Desde 1842 hasta 1897 se realizaron e impulsaron 18 intentos, con realización de Conferencias, Dietas, impulsando Proyectos e Iniciativas, realizando tres Congresos Centroamericanos y un Tratado de Unión Centroamericano. De todas esas iniciativas Costa Rica participó de muy pocas, y sin mayor interés, aunque de algunas de ellas se produjeron tratados integracionistas.

Lo que giraba alrededor de todos esos esfuerzos fue crear la Confederación de Centroamérica, la República de Centroamérica, crear una Dieta con representación de dos personas por país, promover la Unidad centroamericana, suscribir Convenciones, un Pacto de Unión Provisional para instalar un gobierno centroamericano, en 1890, que no se llegó a instalar por darse una guerra entre El Salvador y Guatemala.

En 1885 el Presidente de Guatemala, Justo Rufino Barrios, decidió restablecer la Unión Centroamericana por la fuerza, declarando que asumía militarmente el mando, lo que obligó a Costa Rica a prepararse para la guerra, llegando a comprarse un buque de guerra y estableciendo, para ese efecto, el Almirantazgo de Marina. El Presidente Barrios fue rechazado por Costa Rica, Nicaragua y El Salvador, muriendo Barrios en la Batalla de Chalchuapa, el 2 de abril de 1885, en El Salvador, fracasando su proyecto.

En 1895 se intentó crear la República Mayor de Centroamérica, la que cambió de nombre en 1898 por Estados Unidos de Centroamérica, y en 1897 se intentó de nuevo constituir la República Mayor de Centroamérica con un Tratado de Unión Centroamericana que no fue ratificado.

De esta forma se mantuvo durante el siglo XIX, especialmente, un intento de reunir unitariamente a los países centroamericanos en una gran unidad política, y desarrollando en el interior de cada uno de nuestros países tendencias unionistas, y hasta partidos políticos se propusieron para impulsar este unionismo. En Costa Rica existieron estas corrientes unionistas, especialmente, en la primera mitad del siglo XX.

Después de la Segunda Guerra Mundial el proyecto denominado Organización de Estados Centroamericanos, ODECA, que presidió el costarricense Marco Tulio Zeledón Cambronero, fue creada el 14 de octubre de 1951. A su impulso se desarrolló el Mercado Común Centroamericano, respondiendo más a los intereses norteamericanos en la región. En este ambiente centroamericanista surgió la idea de Alfredo Cruz Bolaños, Director General de Deportes de Costa Rica, de impulsar el recorrido de la Antorcha, en 1964, desde Guatemala hasta Costa Rica, anunciando la Independencia de Guatemala, para que los pueblos centroamericanos decidieran lo correspondiente. La Carta fundacional de la ODECA, de El San Salvador, fue revisada en 1965.

De la ODECA se avanzó hacia el Sistema de la Integración Centroamericana, que fue constituido el 13 de diciembre de 1991, y la Secretaría de Integración Económica Centroamericana. En el marco de la SICA se han integrado como parte del sistema Panamá, República Dominicana y Belice.

En la SIECA opera una estructura que comprende el Parlamento Centroamericano y la Corte Centroamericana de Justicia, organismos que Costa Rica no ha ratificado ni reconoce.

El Presidente Abel Pacheco, en su Gobierno, 2002-2006, hizo ver, ante el Parlamento Centroamericano, las razones por la cuales Costa Rica no se adhería ni reconocía estas instancias. En lo esencial señaló que la integración del Parlamento, por elecciones especiales de los diputados centroamericanos, Costa Rica no la aceptaba y en su lugar proponía que los diputados centroamericanos salieran por representación de los mismos parlamentos o cámaras legislativas existentes. Manifestó que tampoco estábamos de acuerdo con los altos salarios que se les pagaban a esos diputados y que tampoco estábamos de acuerdo en que los expresidentes de los países centroamericanos fueran miembros vitalicios de ese Parlamento. Igualmente rechazó la integración de la Corte de Justicia y la forma del su nombramiento, que implicaba una designación muy política de los Magistrados. Igualmente se pronunció señalando que mientras en Centroamérica existieran los Ejércitos, y los países no los eliminaran, Costa Rica no formaría parte de estas estructuras político-jurídicas.

En la actualidad el sentimiento unionista sigue existiendo. El Presidente de El Salvador, Nayib Bukele, es quizá su máximo defensor y promotor.

En El Salvador y Honduras se ha desarrollado el Movimiento Social llamado Movimiento Ciudadano para la Integración Centroamericana. Desde el 2018 Bukele ha respaldado esta idea, con eco en algunas organizaciones de la izquierda centroamericanas, que además tienen su propio proyecto unionista o centroamericanista.

Bukele, probablemente viéndose en el espejo de Justo Rufino Barrios, ha propuesto recientemente la reunificación de Centroamérica. Ha lanzado el reto de la reconstrucción de la unidad centroamericana, que tuvimos antes de nacer a la vida independiente y que después intentamos mantener hasta 1840, según él, no solo por razones históricas y políticas, sino también por motivos geográficos y económicos, recordando el esfuerzo unionista que se produjo en 1921 con la firma en Tegucigalpa de una Constitución Federal por Guatemala, El Salvador y Honduras.

La propuesta de Bukele se ha presentado en el documento con el que convoca a la “Conferencia Sobre el Futuro de Centroamérica”, celebrada en la capital salvadoreña el pasado 22 de agosto. Aquí propone reformar el Protocolo de Tegucigalpa de 1991, por el que surgió el SICA, a efecto de constituir un nuevo organismo supranacional que, inicialmente, estaría compuesto por los cinco países de la Centroamérica histórica más Belice, Panamá y la República Dominicana.

Se trataría, según dicen sus proponentes salvadoreños, “de una organización regional supranacional, con personalidad jurídica propia que tendría “alcances en lo económico, político, monetario, fiscal, social, seguridad democrática y ambiental”. Estaría formada por el Consejo de la Unión, integrado por los jefes de Estado de los países miembros; un Parlamento, un Tribunal y, además del Consejo de Ministros, una Comisión, entre otras instituciones.

La idea de Bukele, y su Vicepresidente, quien ha anunciado esta iniciativa, es que se pueda generar, para el 2024, una propuesta final de reforma al Protocolo de Tegucigalpa para presentarla a los presidentes de los países del SICA, protocolo que se firmó en 1991, y es el que dio vida al SICA. Con la reforma se estaría pasando, “de la integración a la unión”, lo que requeriría de una “ingeniería constitucional” y una “arquitectura legislativa”.

Bukele, y su vicepresidente, han hecho alusión “a la verdadera unidad de Centroamérica, a semejanza de la antigua república federal”, probablemente buscando una mejor forma de integrarse a la Nueva Ruta de la Seda, cuya ruta pasa por el Canal de Panamá, que China viene impulsando desde el año 2013, con la perspectiva de que a partir del 2030 China sea la primera potencia mundial, en el campo de la economía y de las relaciones económicas internacionales, para lo cual China ya ha empezado a negociar acuerdos portuarios y marítimos con Guatemala y Costa Rica. Bukele que en algunos sectores centroamericanos se aprecia, como lo señala el ciudadano hondureño Rodil Rivera, “la posibilidad más clara que jamás se haya presentado a Centroamérica en toda su historia, no solo de alcanzar la unidad por la que dio su vida Morazán, sino de dar el primer paso real hacia el desarrollo, la que puede convertir, la Nueva Ruta de la Seda, a la región rápidamente en la plataforma de servicios para el transporte intercontinental e interoceánico terrestre, portuario, aeroportuario y ferroviario, más grande del mundo. En una palabra, la herramienta idónea para generar los servicios y beneficios que presta y recibe Panamá proyectados a la enésima potencia, lo que inmediatamente desencadenaría un enorme efecto multiplicador en la economía del nuevo Estado centroamericano, tal como lo percibieron nuestros próceres desde los primeros tiempos de la independencia”, llamando “a no quedar fuera de semejante empresa, en la que, según Rodil Rivera, “ya buena parte de América Latina se está preparando para participar. La relación de fuerzas se está inclinando de manera definitiva a favor de los sectores que favorecen el cambio en esa dirección, entre las que se incluye un fuerte contingente de empresarios del área que han entendido que el futuro se halla en el nuevo ordenamiento mundial que se está gestando y en el que China tendrá un rol preponderante.

Llama a que “no pasemos por alto el gran atractivo que paulatinamente la potencia asiática va ejerciendo sobre los países subdesarrollados, no solo por el masivo financiamiento que brinda sin condiciones, sino por su peculiar modelo económico, que combina sabiamente lo mejor de los sistemas socialista y capitalista, para promover el máximo desarrollo de sus fuerzas productivas, con el que, en menos de cuatro décadas. pudo producir una inmensa riqueza y, a la vez, distribuirla en forma tal que, a la vez, ha podido sacar de la pobreza a cerca de 800 millones de sus habitantes, o sea, a más de la mitad de su población. Y no le empecemos a poner peros a la proposición de Bukele sin conocer sus detalles y sus alcances.”

Y concluye diciendo “Por supuesto que sobrevendrán múltiples dificultades, entre ellas, la impenitente resistencia de los grupos conservadores, regionales e internacionales, y, cómo no, las asimetrías económicas que persisten en Centroamérica, pero nada que con voluntad e inteligencia no se pueda resolver. La idea la arrastra irresistiblemente la locomotora de la historia que, hoy por hoy, es China.”

¿Estamos los costarricenses, y Costa Rica, para ingresar a una propuesta unionista como la que está proponiendo el Presidente Nayib Bukele?

 

Compartido con SURCOS por el autor.

A la Historia, por media calle: La historia del Banco de Costa Rica

En el pasado Programa de Voces x Media Calle el conductor Vladimir de la Cruz comentó sobre la trayectoria del Banco de Costa Rica como institución de prestigio en el país, así como la actual coyuntura que amenaza a dicha institución. 

En este recuento histórico sobre el Banco de Costa Rica, Vladimir menciona algunos logros, acciones y estrategias que han tenido beneficios para los y las costarricenses; en el año 2018 contribuyó a la construcción del nuevo edificio de la Asamblea Legislativa, asimismo, permitió la cancelación anticipada de emisión de bonos por 500 millones de dólares colocados en el extranjero, el Banco de Costa Rica ha definido planes estratégicos de desarrollo como la promoción de importantes fideicomisos. También, se ha lanzado una gran cantidad de novedades electrónicas y de tecnología para los clientes y los sectores productivos que se benefician de este ente. 

La Banca nacional entre está incluida el Banco de Costa Rica, ha recibido premios y reconocimientos internacionales que demuestran la calidad y eficiencia de los Bancos costarricenses. Entre estos premios, se encuentra de la catalogación del Banco de Costa Rica entre los mejores bancos del sistema bancario tanto nacional como internacional. 

A partir de todas las contribuciones históricas que ha realizado el Banco de Costa Rica en diferentes ámbitos de la sociedad costarricense, el señor Vladimir insta a cuestionar el por qué los motivos de vender esta institución tan apreciada, firme y promotora del bienestar social, económico, cultural y tecnológico de Costa Rica. 

Si desea ver más sobre esta sesión del programa ingrese al siguiente enlace: https://fb.watch/fx2ICL9g-J/

Las fechas importantes del Mes de la Patria

Vladimir de la Cruz

Al mes de Setiembre se le ha dado un significado y una exaltación especial. Se le llama el Mes de la Patria. Se asocia esa denominación especialmente al 15 de setiembre de 1821, cuando en Guatemala, siendo la capital de la Capitanía General o Reino de Guatemala, conociendo los sucesos de Independencia que se venían tomando en las ciudades de Chiapas, Provincia que formaba parte de la Capitanía, el Ayuntamiento guatemalteco Declara la Independencia de Guatemala el día 15 de setiembre de 1821.

Lo resuelto el 15 de setiembre se comunica inmediatamente al resto de las Provincias centroamericanas, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y al Partido de Nicoya, para que las Provincias tomaran las propias decisiones relacionadas con ese acontecimiento, por cuanto la Declaración de Independencia de Guatemala dejaba disuelta, de hecho, la Capitanía o el Reino de Guatemala.

Por este motivo, con conocimiento de lo resuelto por Guatemala, el 21 de setiembre El Salvador declara su Independencia, el 28 de setiembre igualmente lo hacen Honduras, Comayagua, y Nicaragua con el Acta dubitativa de declarar su independencia “hasta que se aclaren los nublados del día”, que luego corrigieron el 11 de octubre. El Partido de Nicoya declaró su Independencia el 26 de octubre y Costa Rica el 29 de octubre de 1821.

Al hacer circular el Acta, del 15 de setiembre, Guatemala, invita a convocar un Congreso regional para que con delegados, nombrados por las Provincias, tomando en cuenta a los ciudadanos originarios de África, habitantes de la región, se tome la decisión de continuar o no unidos, como hasta el 14 de setiembre habíamos existido bajo la tutela de la dominación española, que va a dar origen pocos meses después de dejar de lado el intento de adherencia al Imperio Mexicano de Agustín de Iturbide, a las Provincias Unidas del Centro de América y a la República Federal de Centroamérica.

En el caso costarricense la celebración de Mes de la Patria gira principalmente en celebrar el 15 de setiembre de 1821 como la fecha de Independencia. Todo prácticamente está dispuesto en ese sentido desde las prácticas escolares y colegiales que se estimulan, enfatizando en el desfile de faroles del 14 de setiembre y del recibimiento, de la Antorcha, a modo de noticia que llegaba de la Independencia, que desde Guatemala se trae por todo el territorio centroamericano para llegar la noche de 14 de setiembre a Cartago, donde se concentran actos oficiales de recibimiento de la Antorcha.

La propaganda comercial, en todo sentido, gira alrededor de esta celebración de la Independencia de Guatemala que nos fue comunicada.

El Mes de la Patria no convoca a realizar, durante todos los días, actos y celebraciones vinculados a recordar y homenajear a los hombres y mujeres, que en aquellos días de 1821, lucharon por la Independencia, los que firmaron las Actas de independencia de Guatemala y de Costa Rica, por lo menos éstas, que hicieron posible la Costa Rica Independiente, Libre y Soberana que tenemos. Tampoco se convoca a discutir y divulgar los eventos que hicieron posible Declarar la Independencia, ni los eventos ocurridos en torno a ella, de las tendencias a favor o en contra, de las tendencias a favor de anexionismo a México, a Colombia o de un desarrollo independiente, como dueños de nuestro propio destino soberano.

En este sentido no son suficientes, en el marco de las celebraciones del Mes de la Patria, solo los desfiles, las bandas, las bastoneras, los faroles, los bailes folclóricos, las carretas, las comidas típicas y los actos cívicos que se ordenan realizar, sin un alto grado de conciencia y estudio de lo que significan.

El Mes de la Patria es una fecha que bien podría servir para difundir pasajes de Nuestra Historia Patria, para conocer y exaltar la Historia de Nuestros Símbolos Nacionales, así como otros eventos y personajes, que en los días de este mes, en distintos tiempos históricos, se dieron y contribuyeron a desarrollar el país que tenemos y, con ello, estimular el respeto y cariño hacia los Símbolos Patrios, de la Nación costarricense, que nos identifican a todos los costarricenses.

En el Mes de la Patria deberían estimularse foros, conferencias, artículos en periódicos que hablen y destaquen los hechos de la Independencia, así como los hitos importantes de nuestro desarrollo institucional y democrático.

Los medios de comunicación desde hace muchos años dejaron de dedicarle espacio, incluso con suplementos especiales que se acostumbraban, o con artículos que destacaban y exaltaban estas fechas. Hoy se reducen, en mucho, a mencionar la fecha del 15 de setiembre como relato de las celebraciones oficiales que se hacen, y no más. Algunas fechas del todo las ignoran o las inadvierten.

La celebración de fiestas patrias deben constituirse en una manera de propiciar la vivencia de los valores cívicos, de las Libertades y Derechos que hemos desarrollado, el fortalecimiento de la conciencia histórica, de los hechos o eventos que histórica y culturalmente son significativos y relevantes en la construcción de nuestra identidad nacional, así también destacar el reconocimiento de figuras que tuvieron un papel preponderante en ese mismo desarrollo, así como de celebrar el convenio social y el consenso político que hemos consolidado.

La fecha patria asociada a este Mes de la Patria, es el 15 de setiembre de 1821, como hasta ahora se ha hecho. Aun así se celebra de un modo vacío, quitándole el contenido de la Independencia del régimen colonial, de la ruptura del régimen de dominación y opresión ejercida por España, ignorando que la Independencia americana, o hispanoamericana, fue el resultado de una lucha nacional libertadora anticolonial.

Para nosotros los costarricenses el 15 de setiembre tiene el significado especial y trascendente de que en 1808 el Ciudadano Pablo Alvarado, oriundo de Cartago, estudiante de Medicina en Guatemala, dio del primer Grito de Independencia por la Libertad de América, motivo por el cual fue hecho preso por más de un año, manteniéndose Pablo en Guatemala hasta los días de la Independencia y dirigiéndose a los costarricenses, el 22 de setiembre de 1821, cuando Guatemala proclamó su Independencia, para que nosotros hiciéramos lo mismo, carta que llegó junto al Acta del 15 de setiembre de 1821.

Al no declarar Costa Rica la Independencia en el mes de setiembre de 1821, y al hacerlo hasta finales del mes de octubre, entonces, ¿qué celebramos con el llamado “Mes de la Patria”?

Si se celebra la Declaración del 15 de Setiembre es la celebración del Acta que independiza a Guatemala, que era la capital de la Capitanía, entonces asumimos que se celebra ese momento, 15 de setiembre, como el detonante de la Independencia en toda Centroamérica, momento a partir del cual empiezan a tomarse las decisiones locales el 21 de setiembre en El Salvador, el 28 de setiembre en Honduras y Nicaragua y el 29 de octubre en Costa Rica.

Pero podemos celebrar el 15 de setiembre de 1808 como el Grito de Independencia que hizo Pablo Alvarado, de la misma forma como los colombianos celebran su Grito de Independencia el 20 de julio de 1810 y los mexicanos celebran su Grito de Independencia en el Grito de Dolores del 15 de setiembre de 1810.

En los actos conmemorativos que se realizan oficialmente en Costa Rica, en este llamado Mes de la Patria, se le debería dar también un carácter centroamericano, para que calce mejor con la fecha del 15 de setiembre.

Pero, si se trata de festejar el llamado Mes de la Patria, a secas, casi solo para los ticos, me permito señalar algunas fechas del mes de Setiembre que deben recordarse, exaltarse y celebrarse con igual entusiasmo. Estas fechas son las siguientes, en orden cronológico de los días Mes de Setiembre:

1 de setiembre de 1818. Nace el Jefe de Estado y Presidente de la República, y Benemérito de la Patria, José́ María Castro Madriz, quien proclamó la fundación de la República de Costa Rica el 31 de agosto de 1848.

1 de setiembre de 1821 la Ciudad de Chiapas, de la Provincia de Chiapas, que formaba parte de la Capitanía General de Guatemala, proclama su Independencia.

1 de setiembre de 1821 la Ciudad de Oaxaca, de la Provincia de Chiapas, proclama su Independencia

2 de setiembre de 1841. Se produjo un terremoto de Cartago. Una fecha como ésta nos permitiría abordar el problema de terremotos en Costa Rica. El Jefe de Estado, Braulio Carrillo, impulsó leyes para mejorar la construcción de viviendas de la época.

3 de setiembre de 1821 Ciudad Real (actual San Cristóbal, de la Provincia de Chiapas proclama su Independencia

3 de setiembre de 1829. Nace Manuel María Gutiérrez Flores, el autor de la Música del Himno Nacional. Durante la Campaña Nacional se distinguió llegando a conferírsele el grado de Capitán del Ejército de la República. Manuel María Gutiérrez es Benemérito de la Patria.

4 de setiembre de 1821 El Ayuntamiento de Guatemala conoce de los movimientos en las ciudades de la Provincia de Chiapas. Mariano Aycinema propone imitar a Oaxaca. El Jefe Político Gaínza propone unir Guatemala al Imperio de Iturbide. Independentistas eran Castilla, Gálvez, el padre José Matías Delgado, el Lic. Córdoba, José Cecilio Del Valle (redactor del Acta del 15 de setiembre).

5 de setiembre de 1821 la Ciudad de Tuxtla, de la Provincia de Chiapas, proclama su Independencia

4 de setiembre de 1915. Alfredo González Flores impulsa proyectos de ley, para aprobar la Formación del Catastro, la Ley General de Impuestos Directos y el de la contribución territorial, y enfrentar el impacto de la crisis de la Primera Guerra Mundial.

5 de setiembre de 1886. Es consagrado como Segundo Obispo de San José, Bernardo Augusto Thiel Hoffman. Divulgó la Encíclica Rerum Novarum, con su Carta Pastoral No. 30, “Sobre el justo salario de los obreros y artesanos y desposeídos de bienes de fortuna”, en 1893, que lo enfrentó fuertemente al gobierno de José Joaquín Rodríguez, dando origen en el país a las ideas socialcristianas.

6 de setiembre de 1874. Nace José́ Fidel Tristán Fernández, gran educador y científico costarricense.

8 de setiembre de 1821 la Provincia de Chiapas se declaró independiente y anexó a México.

8 de setiembre de 1824. Es electo Primer Jefe de Estado Juan Mora Fernández, quien gobernó desde 1824 hasta 1833. Fue participante del proceso de la Independencia Nacional y miembro de los primeros gobiernos provisionales. Formó parte de la Comisión Redactora de nuestra Primera Constitución Política, la llamada “Pacto Social Fundamental Interino de Costa Rica o Pacto de Concordia”, de 1 de diciembre de 1821.

9 de setiembre de 1901. Fallece el Obispo Bernardo Augusto Thiel.

10 de setiembre de 1834. Nace Nicolás Aguilar Murillo, Benemérito de la Patria, uno de los hombres que más se destaca en la lucha contra los filibusteros norteamericanos, durante la Campaña Nacional de 1856 y 1857, donde alcanzó el grado de Coronel. Se distinguió particularmente en el Combate de la Trinidad el 22 de diciembre de 1856, y en la llamada Campaña del Tránsito con el objetivo de dominar la ruta del río San Juan en 1857, participando en la toma de los vapores filibusteros “Ogden”, “La Virgen” y “San Carlos”.

11 de setiembre de 1834. Braulio Carrillo Colina, asume la presidencia de la Corte Suprema de Justicia, en su condición de Magistrado.

12 de setiembre de 1860. William Walker es fusilado cerca del puerto de Trujillo, en Honduras.

13 de setiembre de 1941. Nace en Heredia el Presidente Oscar Arias Sánchez, dos veces Presidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz, en 1987, por su esfuerzo de lograr la Paz y la Democracia en Centroamérica. Fortaleció desde sus gobiernos la participación política de las mujeres y la lucha por desmilitarización mundial.

13 de setiembre de 1821 Guatemala conoce lo sucedido en Chiapas y provoca manifestaciones y presiones hacia el Ayuntamiento, con participación importante de mujeres pidiendo se declare la Independencia.

14 de setiembre de 1813 se realiza el Congreso de Anahuac, que establece la Proclamación de los Sentimientos de la Nación, que declara la Independencia y Libertad de América. Morelos pronuncia el discurso inaugural.

15 de setiembre de 1808. El estudiante costarricense de medicina en Guatemala, Pablo Alvarado Bonilla, fue enviado a encarcelar por el Capitán General del Reino de Guatemala por haber hecho circular una “proclama sediciosa”, convocando a la Libertad de América, considerado por Pablo como el Primer Grito por la Independencia dado en la región.

15 de setiembre de 1821. Guatemala proclamó su Independencia, con lo cual deshizo la Capitanía General de Guatemala y comunicó a las Provincias su decisión para que las provincias se pronunciaran según sus intereses.

15 de setiembre de 1891. Se inauguró el Monumento Nacional al Juan Santamaría.

15 de setiembre de1895 se develó el Monumento Nacional, como símbolo de la lucha centroamericana contra los filibusteros norteamericanos encabezados por William Walker.

15 de setiembre de 1921. Joaquín García Monge pronuncia un encendido discurso a la memoria de Juan Rafael Mora Porras, “víctima de la “perversa política costarricense”, como él certeramente la calificó antes de morir”, ante el Monumento Nacional.

15 de setiembre de 1943. Entran en vigencia el Capítulo de las Garantías Sociales que se introdujo a la Constitución Política de 1871y el Código de Trabajo, aprobados en el gobierno del Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia. Este día se festejó con un gran desfile que se le llamó el Día de la Segunda Independencia. Al final del desfile participaron en carro a descubierto el Presidente de la República, el Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia. Monseñor Víctor Manuel Sanabria Martínez. Arzobispo y Manuel Mora Valverde, Secretario General del Partido Vanguardia Popular o Partido Comunista. En el jeep también iba el Lic. Teodoro Picado.

16 de setiembre del 2010. La Asamblea Legislativa de Costa Rica declaró «Héroe y Libertador nacional» a Juan Rafael Mora Porras.

16 de setiembre 1830. Francisco Morazán toma posesión del cargo de Presidente de la República Federal Centroamericana. Fue Jefe de Estado de Honduras, El Salvador y, de Costa Rica por un breve período, desde el 13 de abril de 1842, cuando militarmente ingresó al país, destituyó a Braulio Carrillo, hasta el 15 de setiembre de este año, cuando ya derrocado, es fusilado en San José.

17 de setiembre de 1860. Juan Rafael Mora Porras desembarca en Puntarenas con el propósito de tomar el poder, donde el gobierno de José María Montealegre moviliza tropas, combaten en La Angostura, lo capturan, lo condenan a muerte y lo fusilan el 30 de setiembre a las 3 de la tarde en la Plaza del Estero.

19 de setiembre de 1825. Se decretó estimular descubridores de caminos, puertos o cualquier objeto de industria, con premios dando tierras, almácigos y se eximía el pago de impuestos.

20 de setiembre de 1867. José María Castro Madriz decretó abierta la Bahía de Limón al comercio exterior y de cabotaje como puerto principal en la costa del Atlántico.

21 de setiembre de 1821. El Salvador declara su Independencia.

22 de setiembre de 1821. Pablo Alvarado Bonilla dirige carta a los costarricense haciéndoles ver que desde el 15 de setiembre debe dejarse de reconocer a la autoridad colonial.

22 de setiembre de 1871. Fallece Anselmo Llorente y La Fuente el primer Obispo de Costa Rica, Benemérito de la Patria, quien juega un papel muy importante durante los días de la lucha contra la invasión filibustera de William Walker sumándose al llamado del Presidente Mora para irlos a combatir.

23 de setiembre de 1809. Nace el General José María Cañas Escamilla. Se destacó en la gloriosa Batalla de Rivas el 11 de abril de 1856, firmó varios tratados de límites con Nicaragua, y acompañó a la muerte a Juan Rafael Mora Porras, cuando regresaron de El Salvador en 1860, siendo fusilado el 2 de octubre, pocos días después del fusilamiento del Presidente Mora.

24 de setiembre 1824. Se declara a “La Virgen de los Ángeles, Madre de Dios y Señora nuestra, es y será en lo sucesivo La Patrona del Estado de Costa Rica” por parte del Congreso Constituyente del Estado de Costa Rica.

25 de setiembre de 1502. Cristóbal Colón llega a Cariari, en su cuarto viaje, que recorrió la costa centroamericana. Se estableció por varios días en la Isla Quiribrí, Cariari, hoy llamada La Uvita, al frente del actual puerto de Limón.

26 de setiembre de 1905. Nace Luis Demetrio Tinoco Castro, Benemérito de la Patria. Fue abogado y economista, Desempeñó cargos de Profesor en el Liceo de Costa Rica, en la Escuela de Derecho y en la Escuela Nacional de Agricultura, fue Embajador en varios países europeos, suramericanos y en Estados Unidos, donde participó en el origen de la Organización de las Naciones Unidas. Se vinculó a la Misión Educativa Chilena que estuvo en el país en 1935, encabezada por el Prof. Luis Galdámez, que propuso la apertura de la Universidad de Costa Rica. Como Ministro de Educación, en el gobierno del Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia, e impulsó la Ley de creación de esta Universidad.

27 de setiembre de 1827. Nace el Lic. Juan José Ulloa Solares, Rector interino de la Universidad de Santo Tomás, en 1888, muriendo en el cargo.

28 de setiembre de 1821. Nicaragua y Honduras declaran su Independencia.

28 de setiembre de 1821 el Imperio Mexicano declara su Independencia

29 de setiembre de 1848. Se establece nuestra actual Bandera Nacional, el nuevo Escudo de Armas y el Pabellón Nacional.

30 de setiembre de 1860. Es fusilado Juan Rafael Mora Porras.

El 15 de setiembre SI, pero… de 1808

Vladimir de la Cruz

Vladimir de la Cruz

El Grito de Dolores es el acto que se considera detonador de la Independencia de México, el que da inicio a la guerra de Independencia en el Virreinato de Nueva España. La fecha de este llamado Grito, que fue el llamado, o la incitación a la rebelión armada antiespañolista, que hiciera el sacerdote Miguel Hidalgo y Costilla, junto con los patriotas mexicanos Ignacio Allende y Miguel Aldama, en la noche del 15 y la madrugada del 16 de setiembre de 1810.

Con ese motivo se dice que tocaron las campanas de la Parroquia del pueblo de Dolores, en Guanajuato. Esto sucedió porque las autoridades españolas descubrieron una conspiración que se hacía en la ciudad de Querétaro.

Esta fecha del 15 de setiembre se usa para celebrar la Independencia de México cuando realmente la Independencia se proclamó el 28 de setiembre de 1821, cuando el entonces imperio mexicano así la declaró en el Acta de esa fecha. Sin embargo, los mexicanos la celebran el 15 de setiembre.

Fue el Padre José María Morelos, en el documento que se conoce como “Sentimientos de la Nación”, del 14 de setiembre de 1813, quien propuso que se conmemorara todos los años, desde ese día, como la fecha en que se llamó a luchar por la Independencia y la Libertad de los mexicanos.

Las Embajadas de México, en los países donde están acreditadas, celebran el 15 de setiembre su Independencia. Esta celebración se hace invitando a todo el Cuerpo diplomático a una recepción especial con este motivo. Este tipo de recepciones se coordina, para los efectos de que no choquen en día, unas con otras, con la Cancillería de cada país.

A modo de anécdota, cuando fui Embajador en la República Bolivariana de Venezuela, en el 2008, los Embajadores de Centroamérica nos pusimos de acuerdo para celebrar la Independencia de nuestros países el 15 de setiembre, de manera unitaria. Nos preparamos, distribuimos tareas e hicimos las gestiones ante la Cancillería para la reservación del 15 de setiembre para nuestra actividad conmemorativa, y recibimos de respuesta que ya estaba reservada esa fecha para la Embajada de México que celebraba su Independencia en esa fecha. Por mi formación de Historiador me molesté que nos hubieran quitado la fecha, y tuvimos que hacer nuestra recepción conmemorativa centroamericana el 16 de setiembre.

Para mí las efemérides patrias tienen que celebrarse en la fecha que les corresponde. Todavía no se había establecido el correr la celebración de las fechas patrias con fines turísticos, que no hubiera y no tiene por qué afectar las celebraciones de las fechas patrias, por las Embajadas de Costa Rica, en el extranjero, si así sucede por esta norma de traslado de efemérides nacionales.

En el año 2009, como teníamos esa experiencia, con tiempo empezamos a preparar la celebración de la Independencia, y anticipadamente solicitamos a la Cancillería, dirigida por Nicolás Maduro, el actual Presidente de Venezuela, la reservación de la fecha del 15 de setiembre de 2009 para nuestra Fiesta centroamericana de la Independencia. La Cancillería nos asignó y reservó la fecha, que en ese año molestó al Embajador de México que nos hizo saber su molestia, y la sangre no corrió a río…

Estamos en el mes de setiembre, que tradicionalmente, desde hace bastantes años se le llama el Mes de la Independencia, por estar aquí el 15 de setiembre, cuando Guatemala proclamó su Independencia, siendo la capital o la cabecera de la Capitanía General o del Reino de Guatemala, como también se le llamó a la región que abarcaba los territorios de Chiapas, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y el Partido de Nicoya, cuya fecha de Independencia tradicionalmente se ha celebrado el 15 de setiembre.

La Lucha por la Independencia en el Virreinato de Nueva España o de México, que comprendía a la Capitanía General de Guatemala, podemos remontarla a 1808, cuando en Guatemala, el ciudadano Pablo Alvarado, estudiante costarricense, oriundo de Cartago, se encontraba estudiando en la Facultad de Medicina de la Universidad de Guatemala, que era una Escuela que tenía brillantes profesores de ideas republicanas, antimonárquicas e independentistas, que prendieron en Pablo Alvarado, quien el 15 de setiembre de 1808 levantó su voz en favor de la causa de la Independencia, lo que llevó a las autoridades guatemaltecas a detenerlo, apresarlo y hasta intentar deportarlo a Costa Rica, a lo que se opuso el gobernador provincial, permaneciendo Pablo Alvarado en Guatemala entre el estudio, la represión y la lucha por la Independencia.

El mismo Pablo Alvarado consideraba que su grito había sido el primer grito de Independencia en toda la Capitanía, y en cierta forma en el Virreinato, por “la libertad de América”.

Los días y años siguientes acrecentó el sentimiento anti españolista e independentista, no solo en México sino en los territorios de la propia Capitanía, donde hubo luchas incluso algunas armadas.

En el año de 1821 había una intensa actividad anticolonial en todo el Virreinato, desde México hasta Costa Rica. En México especialmente por el papel que empezó a asumir Agustín de Iturbide, que ilusionó a centroamericanos, con sus poses independentistas e imperialistas, de ruptura con la dominación española, especialmente con su Plan de Iguala, que declaraba a Nueva España como país soberano e independiente y, luego, con el Tratado de Córdoba, que confirmó con el nuevo Virrey, el Plan de Iguala.

Los días siguientes, desde agosto hasta octubre de 1821, fueron de acelerado proceso independentista, especialmente en Chiapas cuando el 28 de agosto la Ciudad de Comitán, se independiza, el 1 de setiembre fue Oaxaca, el 3 de setiembre siguió Ciudad Real (actual San Cristóbal), el 4 de setiembre el Ayuntamiento de Guatemala conoce de los movimientos en Chiapas y el patriota Mariano Aycinema propone imitar a Oaxaca, y el Jefe Político Gaínza propone unir Guatemala al Imperio de Iturbide. El 5 de setiembre la Ciudad de Tuxtla se independiza, el 8 de setiembre toda la Provincia de Chiapas se declaró independiente y anexó a México, el 13 de setiembre se conoce en Guatemala lo sucedido en Chiapas, y el 15 de setiembre de 1821 Guatemala declara su Independencia, que la comunica al resto de las provincias provocando que el 21 de setiembre lo haga San Salvador, el 28 de setiembre se pronuncien León, en Nicaragua, y la Ciudad de Comayagua, en Honduras.

El 28 de setiembre de 1821 el Imperio Mexicano declara su Independencia. De nuevo el 11 de octubre lo hace Ciudad de León, Nicaragua, corrigiendo el Acta del 28 de setiembre, eliminando su duda de los “nublados del día”, que se les habían aclarado.

El 13 de octubre de 1821 llegan a Costa Rica las Actas de León de 28 de setiembre y la del 15 de setiembre de Guatemala. Por este motivo, el Gobernador Juan Manuel de Cañas convoca a Cabildo abierto para conocer las copias de las Actas, y otros documentos llegados, entre ellos una Carta de Pablo Alvarado de 22 de setiembre instando a jurar a Independencia.

El 15 de octubre se reúne el Cabildo se acuerda no comprometerse con León ni con Guatemala. Se envían notas a los pueblos. Aparecen tendencias anexionistas a Colombia y a México.

El 15 de octubre Heredia declara seguir asociado a León y, el 16 de octubre, San José propone nombrar una Junta Provisional de Gobierno desconociendo la autoridad colonial con el apoyo de Alajuela y Escazú que aceptan la propuesta de San José.

El 25 de octubre se reúne en Cartago la Junta que dispone crear una Junta Gubernativa Superior Provisional. Participan Cartago, San José, Escazú, la villa de Heredia, Alajuela, Barva, Ujarrás. Ausentes estuvieron en ese momento Bagaces, Esparza y los Pueblos de indios.

El 26 de octubre se propone la creación de una Junta Superior Gubernativa para gobernar neutralmente al país hasta que se decida la Independencia. El 26 de octubre el Partido de Nicoya declara la Independencia.

El 28 de octubre llega la noticia de León rectificando el Acta del 28 de setiembre, y el 29 de octubre en la Ciudad de Cartago se acuerda la Independencia de Costa Rica, y se jura la Independencia.

El 30 de octubre San José jura la Independencia y el 10 de noviembre de 1821 se Jura la Absoluta Independencia del Gobierno español.

El 12 de noviembre se instala la Junta de Legados que se llamó Junta Superior Gubernativa Interina, que se puede considerar el primer Gobierno de la Provincia de Costa Rica, que elabora y aprueba la primera Constitución, en época independiente, del 1 de diciembre de 1821, la del Pacto Social Interino de Costa Rica o Pacto de Concordia.

El 21 de noviembre desde Guatemala se comunica la destitución del último Gobernador Juan Manuel de Cañas. El 25 de noviembre Alajuela jura la Independencia y el 1 de diciembre de 1821 se aprueba la Constitución del Pacto Social Fundamental Interino de Costa Rica, sellando en esos días el proceso de la Independencia, que se había iniciado el 15 de setiembre de 1808, con el Grito por la Libertad de América que había lanzado Pablo Alvarado.

El 15 de setiembre de 1821 Guatemala proclamó su Independencia, que actuó como detonador para pronunciar la del resto de las provincias, como la de Costa Rica el 29 de octubre de 1821.

Innegables e históricos son el Grito de Independencia de Pablo Alvarado el 15 de setiembre de 1808, como lo es el Grito de Dolores del 15 de setiembre de 1810 para México, que llega a declarar su Independencia hasta el 28 de setiembre de 1821, como conta en el Acta de Independencia de México de esa fecha.

Así, debemos celebrar el 15 de setiembre el Grito de Independencia de Pablo Alvarado, rememorar en esta misma fecha la gesta de Guatemala, como lo dispuso el 1 de setiembre de 1823 el Supremo Poder Ejecutivo de las Provincias Unidas del Centro de América, por acuerdo de la Asamblea Nacional Constituyente, que estableció que el 15 de setiembre, como día feriado, de ese año, para rememorar el día 15 de setiembre de 1821 “en que Guatemala proclamó SU Independencia, y se dispone, a la vez, que en todos los pueblos de las Provincias Unidas se celebre la Memoria del día en que cada uno proclamó SU Independencia de Gobierno español”, reservando así y estableciendo, de esa manera, la fecha del 29 de octubre para celebrar la Proclamación de la Independencia de Costa Rica.

 

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Izquierda o derecha en América Latina

Evo Morales, José Mujica, Vilma Rousseff, Cristina Fernández de Kirchner y Rafael Correa, expresidentes de Bolivia, Uruguay, Brasil, Argentina y Ecuador respectivamente. Imagen: www.meer.com

¿Se mueve el péndulo político latinoamericano?

Vladimir de la Cruz

América Latina, desde 1990 hasta hoy, ha venido recuperando el desarrollo democrático luego de la época de las dictaduras que cerraron el ciclo de las repercusiones de la Guerra Fría. Políticamente, se ha movido de manera pendular de un extremo a otro, de la derecha a la izquierda con distintas expresiones y manifestaciones de gobiernos, de la izquierda a la derecha y de nuevo la izquierda.

Podemos entender en general lo qué es la derecha. La izquierda latinoamericana, desde el ejercicio de gobiernos, es más heterogénea. En ella hay más matices de expresión. Fuera de los gobiernos, la izquierda es muy diversa, dispersa, desunida, y con muchos visos de sectarismo de lo que dentro de esa izquierda se valora qué es ser de izquierda hoy en América Latina y en cada país, y sin una clara orientación estratégica, como mayoritariamente tenían, en general, los partidos que se consideraban de izquierda antes de 1990.

La caída de la Unión Soviética, de los países socialistas europeos que formaban parte del Pacto de Varsovia, y con ello la desintegración del Sistema Mundial Socialista, como se esbozaba en el contexto de la Guerra Fría, entre 1945 y 1991, coincidió en tiempo histórico con la desaparición de los regímenes militares, autoritarios y dictaduras militares que gobernaron especialmente en países suramericanos. La represión causada durante las dictaduras tuvo un gran impacto en el debilitamiento de las izquierdas políticamente organizadas como existían antes de los regímenes militares. La superación de estos gobiernos transitoriamente avanzó manteniendo en algunos de ellos restricciones políticas, particularmente contra partidos comunistas o identificados con el marxismo leninismo, y las izquierdas socialistas clásicas.

A esto se agregó el nuevo contexto de las relaciones internacionales, la globalización, el impulso de los Tratados de Libre Comercio, el surgimiento de los Estados Unidos como el líder político de esta época, Rusia avanzando dentro del capitalismo mundial, y la República Popular China convirtiéndose en la principal potencia y economía comercial del mundo.

En todo el continente solo la Revolución Cubana se ha mantenido, desde su origen, 1959, como una revolución socialista así declarada, en 1961, y así establecida en la Constitución Política de 1976. La particularidad de su sistema político ha hecho que los enemigos del socialismo, en todas sus formas, adversen constantemente su régimen político, su gobierno, ignoren su sistema político electoral, tratando de compararlo con los sistemas político electorales imperantes en el resto de los países latinoamericanos, para poder desde esta perspectiva disminuir su presencia continental, igualándola a los gobiernos dictatoriales que ha habido en América Latina, y para distinguirla de los países que hacen descansar su modelo democrático en los sistema electorales, con participación de partidos políticos y posibilidades de alternancia de sus gobernantes. En Cuba recientemente, luego de la muerte de Fidel Castro, se ha impulsado, por el mismo Raúl Castro, una reforma constitucional mediante la cual ningún gobernante puede estar más de ocho años en el poder. El mismo Raúl Castro renunció a esa posibilidad, y hoy Cuba tiene un nuevo gobernante surgido de esta decisión, Miguel Díaz Canel. De este modo, a la vuelta de los próximos 4 u 8 años, cuando se nombre un nuevo presidente de Cuba, el argumento del continuismo en el poder, como tema, se acabará en tanto en una buena parte de los países latinoamericanos los presidentes pueden reelegirse al menos una vez, exceptuándose de esta situación Venezuela y Nicaragua, países que no son socialistas en su modelo económico ni político, donde la reelección es prácticamente abierta, ilimitada.

Después de la Revolución Cubana solo el ascenso de la Unidad Popular en Chile, en 1970, con el Dr. Salvador Allende, derrocado en setiembre de 1973, abrió las posibilidades de avanzar al socialismo, por una vía pacífica de la revolución, la vía electoral. El golpe de estado contra Allende impulsó la vía armada para la toma del poder en algunos países, y para derrotar dictaduras, siendo Colombia el país que más guerrillas y resistencia de este tipo mantuvo, hasta la firma de los Acuerdos de Paz.

Ningún país, ni pueblo, de América Latina ha podido desarrollar un proceso consolidado semejante al cubano, por la vía de las armas o por medios electorales, en todo este tiempo. En Nicaragua, en 1979 triunfó la guerrilla del Frente Sandinista de Liberación Nacional, que no era una guerrilla marxista leninista ni se proponía el establecimiento del socialismo, y se acomodó, por el contexto político a desempeñarse dentro de los cánones democráticos republicano. Los acuerdos de paz en Centroamérica crearon las condiciones para la incorporación de los movimientos guerrilleros a la vida política. No casualmente el Frente Farabundo Martí, otro de los importantes movimientos guerrilleros existentes en Centroamérica, llegó a gobernar El Salvador, con Salvador Sánchez Cerén desde el 2014 hasta el 2019. Ni con el Frente Sandinista ni con el Frente Farabundo Martí se desarrollaron modelos socialistas de economía ni de organización política del Estado. Tampoco en Venezuela ha sucedido. Solo hay en estos países desarrollo capitalista y de relaciones capitalistas de producción. Ni siquiera hay un planteamiento como el de China, un poder político comunista, o socialista y dos economías, una socialista y otra de mercado, o capitalista.

En los países cuyos gobiernos levantaron, por un breve tiempo, las banderas del llamado Socialismo Siglo XXI, y de los partidos de esos países, que forman parte del Foro de Sao Paulo, tampoco pudieron impulsar modelos económicos o políticos socialistas.

Cuba nunca abrazó como propia la bandera del Socialismo Siglo XXI, que surgió en la Venezuela de Hugo Chávez. Rafael Correa, presidente de Ecuador desde el 2007 hasta el 2017 impulsó su llamada Revolución Ciudadana, abrazando en el discurso el concepto de Socialismo Siglo XXI. Evo Morales en Bolivia, desde el 2006 hasta el 2019, desde su Revolución Pluriétnica y Pluricultural, también abrazó en el discurso el concepto del Socialismo Siglo XXI.

Con la muerte de Hugo Chávez, presidente de Venezuela desde 1999 hasta el 2013, tanto Correa como Morales, abandonaron el discurso del Socialismo Siglo XXI y volvieron a sus originales conceptos Revolución Ciudadana y Revolución Pluriétnica y Pluricultural. Daniel Ortega, presidente de Nicaragua de manera continua desde el 2007 tampoco levantó la bandera del Socialismo Siglo XXI.

Heinz Dieterich Steffan, el esposo de Marta Harnecker, periodista y escritora marxista, muy reconocida en Latinoamérica, residentes ambos en la Habana, México, y en Venezuela, fue el desarrollador de la idea del Socialismo Siglo XXI, como un nuevo proyecto histórico. Asesor en este campo de Hugo Chávez, rompió con él en el 2008 señalando que nada de eso se estaba desarrollando en Venezuela. Chávez mantuvo su discurso hasta su muerte. Nicolás Maduro, que sucedió a Chávez mantuvo esta bandera que ya ha bajado de la asta.

Durante el período de gobierno de Hugo Chávez él logró destacarse como el líder más importante de Suramérica, con gran proyección internacional, por sus posturas nacionalistas y antiimperialistas. En su entorno, Ernesto Kirchner, que gobernó Argentina desde el 2003 hasta el 2007, sucediéndole su esposa Cristina Fernández, ambos surgidos del peronismo, a la presidencia desde el 2007 hasta el 2015, actual vicepresidenta de Argentina, hicieron yunta con Hugo Chávez, apoyando lo proyectos políticos regionales que impulsó Chávez. En Perú, Allan García, presidente desde el 2006 al 2011, no abrazó el proyecto Socialismo Siglo XXI ni el bolivarianismo impulsado por Chávez. Ni el presidente Alejandro Toledo, 2001-2006, tampoco lo hizo. Tampoco lo hizo Ollanta Humala, 2011-2016. Perú ha sido un país en profunda crisis política, desde el 2000 hasta hoy ha tenido 7 presidentes. El actual presidente, Pedro Castillo, con solo un año de gobierno enfrenta juicios para una posible destitución.

Este proceso de destituciones presidenciales en Latinoamérica ha sustituido los tradicionales golpes de estado del período de la Guerra Fría. En lugar del golpe militar se acude a argucias constitucionales y legales, lo que se ha venido denominando golpes de estado blandos. Así se impulsaron los golpes contra Manuel Zelaya en Honduras en el 2008, contra Fernando Lugo en Paraguay, en el 2012, y contra Vilma Rousseff, en Brasil en el 2016. Desde 1992 hasta el 2016 se destituyeron o se interrumpieron 15 mandatos presidenciales en América Latina, en nueve países.

Estos golpes de estado blandos fueron para detener o debilitar proyectos políticos progresistas, algunos de ellos vinculados al desarrollo político que impulsaba regionalmente Hugo Chávez. Proyectos para frenar el ALCA, el Área de Libre Comercio de la Américas y en su lugar impulsar el ALBA, la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América, con un nuevo Tratado de Libre Comercio, haciendo énfasis en la autodeterminación, independencia e identidad de nuestros pueblos. El Proyecto de Petrocaribe, que reúne a Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Surinam, Venezuela, orientado a apoyar a los países del Caribe, en una alianza petrolera. El Proyecto de UNASUR, de la Unión de Naciones Suramericanas, como una organización intergubernamental, de la que participaron Argentina, Bolivia; Brasil; Chile; Colombia; Ecuador; Guyana; Paraguay; Perú; Suriname; Uruguay y Venezuela. Con UNASU se impulsó el Banco Sur y Petrosur.

Entre otros, el proyecto más ambicioso fue la creación de La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC, como un mecanismo intergubernamental de diálogo y concertación política, que excluye a Estados Unidos y Canadá. En cierta forma fue el intento de sustituir a la OEA, a la Organización de Estados Americanos. Estos proyectos hoy están muy débiles, sin el apoyo que durante los gobiernos de Hugo Chávez tenían, entre otras razones por el alto precio que llegó a alcanzar el petróleo.

Políticamente, el siglo XXI en América Latina surgieron una serie de partidos y líderes considerados de izquierda que triunfaron electoralmente, especialmente, en Suramérica. Así, en 1999 Hugo Chávez, en Venezuela; en el 2003, Luiz Inácio Lula da Silva, en Brasil; Néstor Kirchner, en el 2003, en Argentina luego de la crisis política de 2001; Tabaré Vázquez, en 2004, en Uruguay con el apoyo del Frente Amplio-Encuentro Progresista-Nueva Mayoría; Michelle Bachelet en Chile; Evo Morales en Bolivia; Rafael Correa en Ecuador En esta primera década también Martín Torrijos en Panamá y el retorno de Daniel Ortega a la presidencia de Nicaragua en el 2006.

En este mismo período los restantes países de América Latina frente a estos gobiernos se apreciaban como conservadores. El desarrollo político, de la segunda década de este siglo, impulsó cambios en la mayoría de esos países que se vieron como un movimiento pendular de regreso al conservadurismo y derechismo político.

Del mismo modo, la política latinoamericana se ha movido, recientemente, hacia el progresismo o la izquierda, en su sentido amplio, con el ascenso presidencial en Argentina, de Alberto Fernández y su vicepresidenta Cristina Fernández, en México con Andrés Manuel López Obrador, en Honduras con Xiomara Castro, en Perú con Pedro Castillo, en Bolivia con Luis Arce, en Chile con Gabriel Boric y más particularmente con la llegada a la presidencia de Colombia de Gustavo Petro, junto a Daniel Ortega en Nicaragua y Nicolás Maduro en Venezuela. Otros gobernantes que contribuyen esta idea progresista son Luis Rodolfo Abinader de República Dominicana, Nayib Bukele de el Salvador. Aunque Bukele es un híbrido en su apreciación valorativa, tanto se le ve de la derecha como de la izquierda. Por su parte, el lado conservador se expresa por los presidentes de Guatemala, Costa Rica, Panamá, Ecuador, Brasil y Uruguay, después de haber tenido a José Mujica.

De la izquierda continental el más destacado, para este momento histórico, es para mí, Gustavo Petro, el presidente recién electo de Colombia. De su gobierno y su desempeño, si lo dejan gobernar, puede llegarse a convertir en el líder más importante de las corrientes de la izquierda política latinoamericana, de esta década, y su modelo de enfrentar los graves problemas de la economía y del desarrollo de Colombia, que persisten en el resto de los países, pueden marcar sendas y nuevos caminos políticos, de amplios sectores, para unitariamente, superar los atrasos y cadenas que en la economía y en lo social pesan sobre las grandes masas de población y de trabajadores, urbanos y del campo de América Latina.

 

Publicado en https://www.meer.com/es/70330-izquierda-o-derecha-en-america-l
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Invitación para ver ¡A la historia! Por media calle

Se le anima a mirar el programa Voces x Media Calle, particularmente el episodio «¡A la historia! Por media calle». El mismo fue publicado el 31 de mayo y cuenta con el académico y analista político Vladimir de la Cruz como presentador.

En dicho episodio se presentan una amplia variedad de temas, entre los que se encuentran los conflictos militares que se han presentado (y se presentan) en el mundo. Además de esto, como en distintos momentos de la historia, Costa Rica se ha visto envuelto como país en dichos escenarios y los impactos que esto ha tenido, tanto en las fronteras como en la población.

Por otro lado, se contemplan las distintas crisis mundiales, sean militares o económicas y como Costa Rica decidió adaptarse a lo vivido en esos momentos. Destacan observaciones sobre cómo el café colaboró a mantener a flote la economía, además del surgimiento de la industria en este y otros países.

Cualquier persona que se encuentre interesada en mirar el programa anteriormente mencionado, puede encontrarlo en el Facebook Voces X Media Calle, o bien directamente encontrar el episodio de ¡A la historia! Por media calle publicado el 31 de mayo en el siguiente enlace: https://m.facebook.com/vocesxmediacalle/videos/a-la-historia-por-media-calle/2098341003659986/

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Ciclo de conversatorios virtuales de la Gran Logia de Costa Rica – edición con Vladimir de la Cruz

SURCOS comparte la siguiente información:

La Gran Logia de Costa Rica en conjunto con la IEM (Iniciativa de Empleabilidad Masónica) abren el espacio para conversar sobre las propuestas de los partidos y sus candidaturas, así como el análisis de temas país, de cara a contribuir y promover un voto informado en febrero 2022.

En esta ocasión, la transmisión contó con la participación del historiador y analista Vladimir de la Cruz de Lemos. Phillippe Quesada Jassoud, gran maestro de la Gran Logia de Costa Rica, hizo la moderación.

Le invitamos a reproducir y difundir el video que se encuentra en el canal de Youtube de Gran Logia de Costa Rica:

La Pandemia no ha creado una crisis de gobernabilidad, ni una situación revolucionaria, y ha mostrado la fortaleza de las instituciones públicas

(Intervención de Vladimir de la Cruz en el acto organizado por la Confederación Costarricense de Trabajadores Rerum Novarum, bajo el título “Costa Rica después del Covid-19 en lo Político, Económico y Social”, el 14 de agosto del 2020)

Agradezco a la CTRN la invitación que me hiciera para participar en este conversatorio con la economista Sofía Guillén, para tratar el impacto de la Pandemia en el país. Espero que podamos dar algunas luces sobre la situación.

Debo señalar que la reflexión que haré es a partir de la valoración actual, que hago, del momento que estamos viviendo, del contexto internacional similar, y de las posibles proyecciones de su impacto.

No puedo decir de manera concreta cuál será la situación de Costa Rica después de que pase la Pandemia, porque no sabemos con certeza cuando se va a controlar, cuando podemos afirmar que ha pasado, ni en qué condiciones finales quedará el país y los distintos sectores sociales y de la población, y hasta ese momento podemos evaluar de mejor manera su impacto nacional en todos los órdenes del entramado nacional, institucional, político, económico y social.

En cuanto al impacto del Covid-19 en lo Político, que es lo que nos reúne, hay que verlo en las siguientes dimensiones, que se pueden apreciar como problemas urgentes que atender nacionalmente, o como crisis que se han generado en distintos aspectos de la Agenda Nacional.

El nivel del Poder Ejecutivo no se percibe una crisis de gobernabilidad y por ello tampoco se gesta ni se vive una situación revolucionaria que imponga en la Agenda Nacional un cambio de gobierno, o como algunas personas claman la renuncia del Presidente y hasta de su Gabinete.

El planteamiento de la renuncia del Presidente, y hasta de su Gabinete, es lo más absurdo que se puede agitar, porque institucionalmente está establecido el mecanismo constitucional de su relevo. En orden, las vicepresidencias de la República, y de seguido el Presidente Legislativo. Y, ninguno de los que está en la lista de este relevo se puede pensar que sea mejor que el actual Presidente de la República. No hay ambiente ni contexto político para una situación más radical, ni para una situación mejor por ese camino. Ni el sistema político institucional permite un cambio de Gobierno de otra manera que no sea por la vía electoral cada cuatro años.

Quizá el ambiente más propicio, en esa dirección, sería articular el movimiento hacia la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, que discuta la naturaleza del Gobierno, si representativo presidencialista, como lo tenemos, o parlamentario, elección que podría convocarse con las nacionales del 2022, si esto fuera presionado realmente por los sectores sociales y políticos del país, y fuera resultado de un Gran Pacto Nacional en esta dirección.

Mientras tanto seguiremos como estamos, diciendo que se hacen cambios para que todo siga igual.

No hay nada que indique que el Gobierno del Presidente Carlos Alvarado sufre o está en una situación que no pueda gobernar.

Carlos Alvarado gobierna sin obstáculos. Ni siquiera le hace mella alguna el Partido Acción Ciudadana, que desde su dirección política, se desmarca ocasionalmente de las acciones del Poder Ejecutivo, y públicamente lo confronta.

El Partido Acción Ciudadana, como partido gobernante que es, en la teoría, no tiene ninguna influencia en el Poder Ejecutivo ni en la representación parlamentaria de sus diputados. Es literalmente un fantasma, que ni asusta, en la Casa Presidencial. Ese Partido es como la Santísima Trinidad Política pero desunida, el Partido que está en Zapote, el que está en Cuesta Moras y el que está en San Pedro, y pareciera que cada uno responde a distintos intereses. No se siente que como organización sea un Partido Gobernante.

Ninguna de las propuestas que se le han hecho al Gobierno por intelectuales, profesionales, grupos de empresarios y otros, relacionados con el impacto de la pandemia, plantea, trata o analiza, “una crisis política” porque ésta aún no existe. Todas las propuestas y reflexiones se mueven en el orden de la salud, de la situación fiscal, del endeudamiento, del sector productivo, del sector del comercio, del sector turístico, que ha cobrado relevancia especial, del empleo y del empobrecimiento.

Los cambios en el Gabinete, generado por las renuncias de sus ministros, de sus viceministros y de presidentes ejecutivos de instituciones, que alcanza la cifra de una treintena, en dos años, no significa, en grado alguno, una crisis al interior del Gobierno, ni del país, ni siquiera de los sectores que en él podrían sentirse representados, ni de los sectores que ejercen gobierno desde el Poder Ejecutivo. Hasta ahora son simples cambios, lo que es bastante usual en Costa Rica.

Lo que han generado estos cambios son acentuaciones en el rumbo económico político que el Gobierno ha tenido y mantenido de sus anteriores. Este es el rasgo más importante del actual Gobierno. En este campo en nada se diferencia el actual Gobierno de los anteriores.

El Gobierno de Carlos Alvarado está sólido en el ejercicio del Poder, representa más y mejor que nunca los intereses económico-dominantes, de los grupos económicos nacionales más poderosos, más allá de las dificultades que tienen algunos de ellos de sobrevivencia, o limitaciones impuestas, por los efectos producidos por la Pandemia en cuanto a las medidas tomadas por el Gobierno que los ha afectado. Cuando el Partido Acción Ciudadana asumió el Gobierno lo hizo acompañado del equipo económico del Partido Unidad Social Cristiana, así como el equipo del Partid Liberación Nacional le había ofrecido apoyo a Fabricio Alvarado, durante el periodo de la segunda ronda electoral, entre febrero y abril del 2028.

Los sectores dominantes están viviendo como siempre han vivido, no están en una situación de que no puedan mantener su estilo de vida.

Tampoco se da una situación de que las grandes masas de trabajadores, hoy sumamente afectadas con la desocupación creciente que se ha tenido, con el subempleo impuesto, con el aumento del trabajo informal, con los despidos y las rebajas de jornadas, con la alteración que se quiere imponer de nuevas jornadas de 12 horas, con el aumento de la pobreza y la pobreza extrema, con el desempleo de mujeres, estén dispuestas a tirarse a la calle.

En este sentido los sectores pobres y de extrema pobreza han aumentado, ha habido un deterioro grave de la clase media, que aún se sostiene, por el trabajo familiar, de las mujeres cabezas de familia, y por las ayudas institucionales que, en esta Emergencia, se han generado, con una proyección bastante amplia, de manera eficaz y eficiente, como el Bono Proteger.

Se pueden haber agravado, más allá de lo habitual, las condiciones de vida de los sectores populares y de las clases trabajadoras, pero eso no lleva todavía a una situación explosiva socialmente que exprese que no se quiere vivir de esa manera.

No hay en el país una crisis política nacional que ponga en entredicho el ejercicio del Poder por quienes lo están detentando en el nivel Ejecutivo, y en el Legislativo, más aún cuando no hay hoy en el país una sólida base de partidos políticos que expresen bien los diversos intereses de la población. Ni siquiera el escenario electoral del 2021, hacia las elecciones del 2022, provoca enfrentamientos entre partidos políticos. Lo que hay es una crítica equivocada hacia personalidades del actual gobierno de querer aprovechar la situación de la Pandemia para acrecentar sus imágenes políticas, o para crear remolinos políticos de denuncia más como escándalos, que deterioren imagen, que como acciones políticas, que produzca fortalecimientos de partidos políticos.

La imagen de Gobierno de Unidad Nacional, aunque no sea el resultado de pactos de gobernabilidad, desde el Ejecutivo Nacional, con los partidos políticos, de manera muy debilitada, aún se mantiene, para todos los efectos.

A este concepto suma el que los actos del Poder Ejecutivo son los que diariamente tienen repercusión nacional, en todos sus alcances, para la población del país, por las acciones que se ejecutan desde los Ministerios, desde las Instituciones Públicas, y desde las Municipalidades, que en este sentido cuentan.

El Presidente de la República en medio del impacto causado por la Pandemia no ha sacado provecho propio de esa situación. Bien ha hecho de poner al frente de esta lucha al Ministro de Salud y al Presidente de la Caja Costarricense del Seguro Social.

En el nivel del Poder Legislativo no se puede medir aún la gestión de esta Tercera Legislatura (2020-2021), ni por los proyectos de ley en marcha y sus posibles resultados, ni por el impacto de la Pandemia, porque lo que haga en este sentido la Asamblea Legislativa, será gestionado, y aprovechado en imagen, sin ninguna duda, por el Poder Ejecutivo.

La Primera Legislatura (2018-2019) y la Segunda Legislatura (2019-2020), desde el ejercicio del gobierno legislativo resultaron buenas, y mejor la segunda, más allá de si se está de acuerdo o no con las leyes aprobadas. Ambas, pero especialmente la segunda, la presidida por Carlos Ricardo Benavides, mostró una gran capacidad de negociación y de acuerdos políticos parlamentarios en la producción de Leyes y de calidad.

El número amplio de partidos políticos, representados en la Asamblea Legislativa, no significa nada, fuera de ella, de expresión de esos partidos en la ciudadanía. De hecho los partidos políticos no existen fuera de la Asamblea Legislativa. De todos solo tres tienen locales reconocidos, el Partido Acción Ciudadana, Liberación Nacional y el Frente Amplio, donde prácticamente no hay actividades partidarias públicas. Estos locales son como oseras de invernación entre las campañas electorales.

La composición de la Asamblea Legislativa respondió a la situación política tensa que vivió el país en las elecciones del 2018, particularmente en sus últimos meses, desde noviembre del 2017 hasta las elecciones de la segunda ronda en abril del 2018.

Las diputaciones, salvo algunas honrosas participaciones, son descoloridas, débiles, de baja cultura general y pésima cultura política. No hay debates parlamentarios sustantivos, ni doctrinarios, ni sostenidos teóricamente. En mucho lo que hay son discursos vacíos, sin contenidos, más de forma, más de arenga parlamentaria que de análisis sustantivos de los proyectos de ley, como del control político.

La Pandemia no es un tema político parlamentario, más que en lo que sirve para “atacar”, para hacerle “escándalos”, o criticar al Gobierno, o a sus altos funcionarios públicos, cuando legislativamente carecen de propuestas los diputados, y los partidos que ellos representan, para tratar de resolver o mitigar .su impacto.

La fuerza de arranque de los partidos políticos en la Asamblea Legislativa, en mayo del 2018, se expresó con crudeza en debilidad extrema en las elecciones municipales pasadas cuando prácticamente esos partidos, exceptuando a Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana, principalmente, no tuvieron prácticamente ninguna representación municipal o demasiado escasa. Los partidos pentecostales no tuvieron tema nacional que los aglutinara y casi desaparecieron del escenario. Las divisiones de partidos en la Asamblea Legislativa debilitan a esas organizaciones hacia el 2022, y se muestran tan escuálidos como si hubieran recién salidos de una Unidad de Cuidados Intensivos del COVD-19.

Hoy los partidos políticos no movilizan hacia la Asamblea Legislativa a sus simpatizantes en apoyo de proyectos de ley, o de ciertas discusiones parlamentarias. Son los ciudadanos los que se movilizan por cuenta propia, o atendiendo, especialmente, los llamados de las organizaciones sociales.

Sin lugar a dudas, en este momento, el régimen de partidos políticos se ha debilitado, pero no para desaparecer. Los partidos políticos van a seguir existiendo porque son la única manera de producir relevos presidenciales, parlamentarios y municipales, por más desgastados que se perciban ante la ciudadanía. La Pandemia los ha arrinconado. No les ha dado margen de pensamiento en torno a la misma Pandemia, de cómo enfrentarla. No hay pronunciamientos políticos de los partidos en este sentido. La Pandemia inhibe de las movilizaciones sociales, de marchas, de protestas organizadas. En este sentido todos van a la cola, en el furgón de cola, del tren del Gobierno.

A la par del coronavirus, que destruye internamente el organismo de las personas, en lo político los partidos políticos padecen desde hace mucho tiempo del “coronavirus politicus”, que les ha carcomido igualmente sus estructuras internas y, sobre todo, sus órganos vitales de pensamiento, y ha inhabilitado en la realidad a sus dirigentes políticos. Algunos partidos tienen presencia por la que les dan sus expresidentes de la República, o altas personalidades, ligados a esos partidos, que desde columnas de opinión, en medios de comunicación, hacen planteamientos, o análisis de la realidad socioeconómico nacional, la gran mayoría sin ser voceros oficiales y, generalmente, sin identificarse como miembros de esos partidos.

En el nivel Institucional la Pandemia ha puesto de relieve, de nuevo, la discusión, frágil aún, y muy débil, de la naturaleza de la estructura del Estado costarricense. Es la discusión de qué tamaño debe ser el Estado costarricense, con una fuerte tendencia a minimizarlo hasta donde sea posible.

La situación planteada sobre la realidad laboral, tanto del sector privado como público, de la imposición forzosa del teletrabajo, ha evidenciado vacíos y debilidades en la organización laboral, ha hecho sobresalir cuáles trabajos son esenciales y cuáles no, cuáles dentro de esta perspectiva podrían eliminarse o fusionarse. Ha puesto en la mira los puntos débiles del Estado que pueden atacarse para disminuir su tamaño, como lo están haciendo algunos sectores económicos.

Los movimientos sindicales y sociales deberían atender esta situación con serenidad, inteligencia y madurez, y proponer lo correspondiente frente a esas tesis. La propuesta que hiciera hace algún tiempo Otón Solís de reunir, o unificar instituciones, es el momento de revalorarla, desde la perspectiva de las organizaciones sociales, antes de que la impongan desde la acera de enfrente.

Las tesis que se manejan del llamado empleo público y las uniformidades de categorías laborales, para provocar iguales salarios en esas categorías, deben ser los sindicatos y los organismos sociales los que deberían tomar la iniciativa de cómo impulsar esa igualdad, dentro de esa reforma, sin demérito socio económico de lo que hasta ahora se ha logrado.

La simplificación de la maraña institucional, la agilización de procesos administrativos, a todos nos beneficia.

La Pandemia ha puesto en evidencia las dificultades administrativas, los huecos en la administración institucional, las debilidades y fortalezas que tienen las instituciones, así como ha mostrado condiciones brutales de trabajo en diferentes actividades económico-productivas, y ha puesto en evidencia las pésimas condiciones de vivienda, en muchas partes del país, especialmente, con las llamadas cuarterías urbanas y también rurales.

Esto no va a cambiar fácilmente. Seguirán existiendo esas condiciones de trabajo y de vida, pero obligará a que, desde el punto de vista de las instituciones de carácter social, y de los programas sociales de los gobiernos, se tiendan a mejorar, al menos, en los aspectos relacionados con las condiciones de trabajo, de seguridad e higiene ocupacional, de las viviendas de programas sociales.

Necesariamente tiene que avanzarse hacia la humanización de la pobreza y de la extrema pobreza. Hay que lograr que la gente que vive en condiciones de pobreza, y de extrema pobreza, que va a aumentar con esta Pandemia, tenga al menos condiciones dignas, decorosas y decentes de vida y de trabajo. Tienen que humanizarse sus condiciones de existencia.

Las políticas de vivienda social no pueden ser el resultado de los proyectos que los desarrolladores proponen a las instituciones del Estado, sino que deben resultar de las políticas estatales que se gestionan con desarrolladores privados, si es del caso. Esto evitaría, entre otras cosas, el mal uso de suelos para construir viviendas sociales, la mala o pésima construcción de viviendas, mejor control de los materiales de construcción, el “choricerismo” que esa práctica tiene o provoca institucionalmente, el saneamiento de áreas de construcción de las viviendas de carácter social.

Las casi 340 instituciones del Estado son las que la Pandemia va a poner en el tapete de la discusión, y del análisis, al terminar su impacto social y económico nacional, cuando ya esté controlada, porque es la proyección de éstas, en los 82 cantones del país y en los casi 500 distritos, que existen lo que se va a evidenciar.

Institucionalmente la Pandemia ha mostrado la fortaleza de las instituciones públicas, al servicio de toda la ciudadanía, y de todos los sectores sociales. Han resaltado las instituciones del Ministerio de Salud, de la Caja Costarricense del Seguro Social, y especialmente las Universidades públicas, y dentro de ellas la Universidad de Costa Rica con el Instituto Clodomiro Picado. Por su parte, el Instituto Nacional de Vivienda, el Instituto de Acueductos y Alcantarillados, el Instituto Costarricense de Electricidad, y el mismo Ministerio de Educación Pública, han mostrado debilidades en los servicios que deben brindar, evidenciados en el teletrabajo y en la teleeducación, y que deben corregirse hacia el futuro inmediato.

En el nivel político electoral la Pandemia puede repercutir en los programas políticos de los partidos políticos de la próxima campaña electoral.

Los temas de pobreza y extrema pobreza, junto con el casi 30% de desempleados que pueden provocarse, como tales, no han sido temas electorales en las campañas del pasado. Pero, con una población que ronda cerca del 50%, o más, que se arropará en estos conceptos inevitablemente obligará al discurso social político, obligará a que estas sean quizá las banderas políticas más importantes de los partidos políticos tratando de llamar la atención de los votantes, con soluciones posibles a sus graves problemas de existencia. Los temas sociales me parecen serán los temas centrales de la lucha política.

El efecto que habrá que combatir es la indiferencia política de los ciudadanos, ante la ausencia de soluciones reales institucionales, que se expresa en el abstencionismo electoral, gravitando alrededor del 30% desde el 2002, en la desilusión de los ciudadanos de la Política, de los Partidos Políticos, de los Políticos, y peligrosamente en la decepción que puede llegar a generarse respecto al modo de vida democrático, facilitando la posibilidad de que se desarrollen movimientos populistas, de cualquier signo político, de manera irresponsable, que a la vez pongan en peligro el conjunto de libertades y derechos democráticos que se han construido en el curso de estos 200 años desde la Independencia Nacional.

La Costa Rica después del Covid-19 en lo económico se expresará en los problemas centrales de finanzas públicas, de endeudamiento, externo e interno, lo que la Pandemia los acentuará.

El tema central es la discusión del llamado Gasto Público versus Inversión Pública e Inversión Social. Es un tema económico, pero también los es conceptualmente político. En el discurso político y en la práctica política se ha impuesto el tema del Gasto Público, donde entra casi todo, y ante los problemas de las finanzas el argumento fácil de llamar a recortar gastos del Estado, gastos superfluos, salarios y pensiones, mientras no se discute nada sobre Inversión Social.

La discusión de los gastos tiene que ver también con la de los ingresos. Esta discusión no ha sido bien llevada por los actores políticos y por los movimientos sociales, ni por las fuerzas sociales contestatarias. No es solo el planteamiento de la denuncia de evasores, elusores y contrabandistas, y de quienes no pagan cargas sociales, o de hacerle cargar a los asalariados el peso de esta carga. Es el diseño de cómo pueden contribuir todos los sectores sociales y agentes productivos en correspondencia y proporcionalidad a sus ingresos y ganancias.

La Pandemia ha afectado el funcionamiento real de miles de micro y pequeñas empresas, pero también medianas y algunas grandes. A algunos sectores estratégicos los ha afectado, en todas sus dimensiones, como el sector turístico, en hotelería y restaurantes, comercial en general, transporte. Esto no va a ser fácil de reparar, ni de reponer en esos sectores los empleos perdidos o disminuidos.

El mismo desarrollo capitalista hace que en el mercado de la competencia varios miles de empresas, año a año, desaparezcan al mismo tiempo que otras surgen. Pero, con la Pandemia, y la ruina económica que ha provocado, hace difícil este resurgimiento en la misma proporción que ha destruido empresas. Probablemente se fortalecerán en este sentido las grandes empresas.

En lo Social, en Costa Rica después del Covid-19, se estarán produciendo condiciones económico-sociales que pueden agudizar de manera profunda la pobreza, la extrema pobreza y el deterioro real de la clase media, reduciendo su tamaño, y provocando que parte de estos sectores rápidamente pasen a formar parte de la franja de pobreza nacional, que no cubre ni ha cubierto a la clase media, aún en sus sectores más bajos. Se provocará una caída del Índice de Desarrollo Humano, aumentará la desigualdad social, la concentración de la riqueza en cada vez más pocas manos, no se tenderá a mejorar políticas redistributivas, sobre todo si el crecimiento de la producción no se siente o se hace muy lentamente. Será necesario avanzar hacia un Gran Acuerdo Político Nacional, del cual no puede huirse.

No se presenta en este sentido una movilización social organizada, una actividad de movilización y de organización de trabajadores.

No hay organizaciones nacionales capaces o en capacidad de orientar y dirigir a estos sectores sociales en esta situación nacional que vivimos.

En este sentido faltan organizaciones políticas, partidos políticos especialmente, y organizaciones sociales, como los sindicatos, que muchas veces han sustituido esta ausencia de los partidos políticos, que se puedan convertir en las puntas de lanza de los diversos sectores sociales, en sus guías y orientadores políticos. Se requiere en esta situación una orientación política que hoy no existe para los sectores populares.

Las políticas en el campo social, impuestas por la Pandemia, generadas a partir de su impacto, son válidas, son aceptables, tienen un efecto de repercusión apreciable, paliativo inmediatista, y de neutralización de movilizaciones sociales hasta ahora logrado, y de reparación de las condiciones de vida y de trabajo, que hay que apoyarlas.

Los Derechos Humanos, en sus diversas manifestaciones y expresiones, impulsados de manera novedosa por el Poder Ejecutivo han calado para quedarse, y han calado para darle al Gobierno un sustento de aceptación nacional, que no se quiere perder, aún por sectores que hoy son hipercríticos de las acciones políticas y económicas que el Gobierno impulsa. Esto ha sido su colchón de amortiguamiento.

La acción sindical hoy carece de una clara orientación política, y de una dirigencia, en capacidad de tomar acuerdos políticos con los diversos sectores del Poder Político Nacional, dentro del Estado y con aquellos que desde afuera actúan a su interior.

Las últimas situaciones de luchas sociales y de movilizaciones importantes, desde las huelgas y movilizaciones magisteriales, hasta las reformas legislativas que se han venido realizando en materia social y laboral, evidencian esta situación.

Igual sucede frente a las posibles soluciones ante las crisis provocadas por la Pandemia. Los sindicatos han hecho buenas propuestas, a manera de enunciados, sin capacidad alguna de negociación. De hecho han estado al margen de las principales decisiones que se han venido tomando por parte del Ejecutivo Nacional, aun cuando la Segunda Vicepresidencia de la República es un dirigente sindical reconocido, pero sin ninguna presencia real en ese Gabinete, porque tampoco su candidatura obedeció, en su momento, a un pacto entre el Partido Acción Ciudadana, que lo escogió, y el movimiento sindical que pudo representarse en esa figura. Con el actual gobierno ni siquiera se ha logrado un acuerdo como el del Teatro Melico Salazar en el Gobierno de Presidente Luis Guillermo Solís.

La situación del empleo es grave. Al terminar la Pandemia probablemente la cifra del desempleo llegue al 30% o más. A ello se suma el subempleo y la informalidad laboral.

Dentro del desempleo la parte más explosiva para mí es el desempleo de mujeres, y dentro de ellas el desempleo de mujeres cabezas de familias. Antes de la Pandemia habían más de 300.000 mujeres cabezas de familia, que eran el principal ingreso de sus hogares aun cuando tenían compañero o esposo, con una cifra de desempleo que pasaba los 200.000 trabajadores. Hoy el número de desempleados pasa los 400.000 y ha disminuido el empleo de mujeres y de mujeres cabeza de familia provocando el desempleo de familias completas, lo que provoca una situación altamente inflamable y volátil. El Programa Proteger, de emergencia en esta Pandemia, algo ha resuelto, pero ¿cuánto es sostenible?

El impacto más dramático de esta situación es el Hambre que se va a generar. Si antes de la Pandemia ya había un considerable número de familias que apenas garantizaban una comida al día, con la Pandemia y luego de ella, miles de familias probablemente no garantizarán esa única comida diaria. Los Programas solidarios y se asistencialismo en este sentido tendrán que fortalecerse.

El Hambre puede ser el detonante más grande para que la gente se lance a la calle. Nada tienen que perder, y mucho que ganar, las masas hambrientas en la calle.

Igual repercusión tendrá esta situación en el acceso a la escuela, el colegio o la Universidad. Si antes de la Pandemia el solo obtener el Bachillerato colegial hacía pasar el nivel de la pobreza, hoy hay más deserción y habrá más brecha social, y situaciones potencialmente explosivas en lo social y en lo político.

La violencia social será uno de los índices que se alteren más. La inseguridad ciudadana aumentará y los delitos contra la propiedad, en cuanto se superen los encerramientos sanitarios probablemente también se incrementarán.

La desigualdad social, la marginación social, la exclusión social, la “xenofobia” interna, contra grupos sociales nacionales tendrá una mayor expresión pública.

El movimiento sindical sufrirá, en sus repercusiones, los efectos de la Pandemia. Por ejemplo, reducirá el número de afiliados por los despidos, reducirá sus ingresos económicos por la cuota de afiliación al reducirse los ingresos, si se les reducen las jornadas a los trabajadores. Los mismos trabajadores ante esa disyuntiva buscarán la desafiliación sindical para economizarse esa rebaja de cuota mensual sindical.

Probablemente habrá más temor de afiliación sindical por la inestabilidad laboral que se va a crear, por la definición de trabajos esenciales y no esenciales, por la movilidad laboral que se imponga, por el “temor reverencial” ante los patronos al despido laboral, de si se es sindicalizado o no. En el sector privado va a ser más difícil, de lo que ya es, la afiliación sindical y la gestación de sindicatos.

Quizá hay que empezar a valorar la gestación de sindicatos por ramas de producción o de industria, que permite que con un porcentual de trabajadores de la rama industrial se tengan cubiertos a todos los trabajadores por la acción y la representación del sindicato de cada rama industrial.

El tema político en este campo social será el fortalecimiento del llamado Estado Social de Derecho, que es el Estado con toda su institucionalidad social. El riesgo del Estado Social de Derecho está en el debilitamiento institucional que se quiere hacer de las instituciones históricas que lo configuran, y de las políticas sociales que le dan aliento, de su aniquilación y hasta de su privatización, como algunos sectores quieren.

El movimiento sindical en este momento tiene un compromiso muy importante con sus afiliados y con el país, de contribuir a asegurar los derechos fundamentales que se disfrutan, por parte de los trabajadores, y de contribuir con soluciones posibles a enfrentar las crisis, que de distinto orden, la Pandemia pueda causar en Costa Rica.