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Etiqueta: Vladimir de la Cruz

¿Qué tenemos para mañana Primero de Mayo?

Vladimir de la Cruz

Mañana Primero de Mayo se concentran cuatro eventos en el Calendario de la Patria muy importantes.

El Primero, el 168 aniversario de la Rendición de William Walker, el filibustero estadounidense que quiso apropiarse de Centroamérica, de las cinco repúblicas y convertir a nuestros pueblos en pueblos esclavos de los Estados sureños de los Estados Unidos. Walker durante su estancia y ocupación en Nicaragua, estableció por un breve periodo la esclavitud, habiéndose declarado presidente de ese país.

La rendición de William Walker es lo que motiva la celebración del Primero de mayo como día feriado nacional. Así lo estableció el presidente Juan Rafael Mora quien dirigiera como gran estratega y conductor táctico al Ejército Nacional en esa lucha, librada en los territorios de Costa Rica y de Nicaragua. La celebración obligatoria la estableció a partir de 1858 en todo el territorio nacional.

Lamentablemente en el día feriado ni en la celebración del día Primero de mayo se usa, o se acostumbra a relacionarlo con esta fecha que da su origen de día feriado y Fiesta Nacional. La prensa y los medios de comunicación no acostumbran a recordar esta fecha, con este contenido.

Los filibusteros eran en leguaje contemporáneo mercenarios, que con ejércitos privados, se prestaban o servían a gobiernos para iniciar o desarrollar guerras con objetivos económicos y políticos.

El segundo evento es la celebración del Primero de mayo como día internacional de los trabajadores. Se originó en las luchas que se dieron a partir de 1880 en Estados Unidos y Europa, que culminaron en los sucesos y grandes huelgas de trabajadores de 1886, en la ciudad de Chicago. En Estados Unidos se acostumbraba que cada primero de mayo los trabajadores y sus empleadores, en asambleas directas, pactaban los contratos de trabajo para el siguiente año.

La Federación Americana del Trabajo, sindicato que todavía existe con sede en Washington, y la Organización de los Caballeros del Trabajo, que agrupaba trabajadores inmigrantes en Estados Unidos y amplios sectores obreros, plantearon en sus Asambleas y Congresos realizados que el primero de mayo de 1886 se realizara la petición en los contratos de trabajo de la ocho horas diarias, como cláusula fundamental. Casi un millón de trabajadores se mantuvo en huelga por varis meses. En los primeros días de mayo la tensión fue muy grande y en la ciudad de Chicago se produjeron importantes disturbios, con heridos y muertos. A los principales dirigentes obreros de la huelga los capturaron, les siguieron un juicio totalmente amañado y los condenaron a muerte. En 1890 judicialmente corrigieron el juicio indicando que no habían tenido responsabilidad en aquellos incidentes, pero ya los habían matado. A esos dirigentes de les recuerda como los Mártires de Chicago. Ellos fueron August Spies, George Engel, Samuel Fielden, Adolph Fischer, Louis Lingg, Michael Schwab, Albert Parsons y Oscar Neebe. Su lucha fue por la jornada de ocho horas, el hacer valer la máxima «ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño y ocho horas para la casa». Las mujeres en esas luchas pedían el mismo sueldo por igual tarea y la reducción de la jornada laboral.

Las huelgas de 1886 lograron la jornada de ocho horas que se impuso, en términos generales, para el 80% de los trabajadores de los Estados Unidos. En 1888 la Federación Americana del Trabajo volvió a convocar para que el primero de mayo de 1890 se volvieran a realizar huelgas y manifestaciones para lograr la jornada de ocho horas de manera obligatoria en todos los Estados Unidos. Con este motivo dos congresos obreros socialistas, que se realizaron en París en 1889, acordaron sumarse a estas luchas, de manera internacional, a partir de 1890, y el Congreso reunido en la Sala Petrelle, acordó declarar el Día Primero de Mayo, como un día que debía celebrarse a partir de esa fecha de manera perpetua, para que cada primero de mayo, de cada año, los trabajadores se movilizaran demandando esta jornadas, hasta que así se aprobara definitivamente y para que, cada primero de mayo, se hiciera un balance de las luchas realizadas en el año transcurrido y se hiciera un planteamiento de luchas sociales y obreras para el año venidero. Así se estableció esta fecha, que en Costa Rica, con ese contenido se empezó a celebrar desde 1913. En el desfile de ese año, el discurso realizado por Joaquín García Monge ligó la fecha de la rendición de Walker con la de las luchas de los trabajadores.

La jornada de ocho horas de trabajo se empezó a a luchar en esa década. Desde 1918 se intensificó. A inicios de 1920, en febrero, se logró ganar para el sector público y se mantuvo un estado de huelgas y protestas que hicieron que en diciembre de 1920, el gobierno estableciera la jornada de trabajo en el país en ocho horas diarias, con cuarenta y ocho horas semanales.

En 1919, al terminar la Primera Guerra Mundial se constituyó la Organización Internacional del Trabajo, OIT, que hoy forma parte de las organizaciones de las Naciones Unidas, a la que años después se integró Costa Rica. El Primer Convenio de Trabajo aprobado por la OIT fue el del establecimiento de la jornada de ocho horas diarias. Hoy la OIT, fortaleciendo los derechos de los trabajadores ha aprobado jornadas de seis horas diarias, sin disminución del salario, para trabajadores de algunos países europeos que han rebajado la jornada diaria y semanal de trabajo, como conquistas sociales de los trabajadores, avaladas por sus gobiernos.

En Costa Rica desde inicios de este siglo ha habido tendencias y presiones en la Asamblea Legislativa para elevar la jornada de trabajo a doce horas diarias, por cuatro días consecutivos, manteniendo la jornada de 48 horas a la semana. En este momento el proyecto de Ley de esta jornada de trabajo esclavista se encuentra en trámite legislativo, por impulso del actual gobierno y presidencia de Rodrigo Chaves Robles.

La manifestación convocada para mañana debe servir para presionar a los diputados para que no aprueben esta jornada de trabajo.

El tercer evento, asociado a esta fecha, es la elección del Directorio Legislativo, del grupo de diputados que debe dirigir la Asamblea Legislativa en su última Legislatura, período de tiempo que va desde el primero de mayo del 2025 al 30 de abril del 2026. La elección cobra relevancia porque el presidente Rodrigo Chaves Robles ha venido atacando despiadadamente a la Asamblea Legislativa, como institución y como Poder de la República, y a sus integrantes, los diputados, como lo peor del ambiente político institucional, y pintando a algunos diputados, entre ellos al presidente Legislativo, Rodrigo Arias Sánchez, como un malhechor o delincuente. A ellos se refiere con los peores adjetivos, con insultos y ofensas a sus cargos y a sus dignidades personales.

El presidente Chaves ha hecho de su enfrentamiento con la Asamblea Legislativa una invasión y una intromisión a la autonomía, independencia y soberanía que la Asamblea debe tener. Ha hecho de su enfrentamiento un problema biliar, hepático, personal, de lucha de rufián callejero, sin ningún respeto ni decoro. Ha amenazado a la Asamblea Legislativa, a sus diputados de que no deben reelegir al presidente Rodrigo Arias Sánchez, como presidente legislativo, advirtiendo que si lo hacen no nombrará ministro de la Presidencia, y que romperá vínculos institucionales con el Poder Legislativo. Está llamando a los diputados a votar contra Rodrigo Arias Sánchez, a apoyar a cualquier otro diputado que se le enfrente. Esta semana postuló a uno de los diputados de lo que se conoce como la fracción oficialistas, que son ocho diputados rebeldes del Partido Progreso Social Demócrata, que llevó a la presidencia de la República a Rodrigo Chaves Robles.

El presidente Chaves logró penetrar las estructuras de los partidos “no oficialistas” impulsando tendencias divisionistas frente a la candidatura de Rodrigo Arias Sánchez. Así en la Unidad Social Cristiana en un momento logró desarrollar la tendencia feminista, también en el partido Nueva República, que postularon mujeres, manteniendo la tesis de que una mujer es la que debe dirigir la Asamblea Legislativa. La candidata de la Unidad Social Cristina se retiró de su postulación, pero se mantiene dividido el partido por los burros, caballos y yeguas de Troya que logró introducir en esos partidos.

Impulsó el presidente Chaves la tesis de que hay que renovar la presidencia legislativa, como parte de un mecanismo democráticos. Sin embargo, en el grupo “oficialista” de diputados sostienen la tesis de que es necesaria la jefatura por cuarto año consecutivo para la diputada mentirosa Pilar Cisneros. Igual ha sucedido con el partido Nueva República, en que su principal diputado y dirigente, también aspirante presidencial, Fabricio Alvarado, de nuevo asumirá la jefatura de su fracción de diputados. Pareciera que el diputado Eli Feinzaig también repetirá su jefatura de fracción y de candidatura a la Presidencia. Estos personajes objetan, como necesidad de cambio en la dirección, que Rodrigo Arias Sánchez repita la jefatura presidencial de la Asamblea Legislativa, pero ellos defienden su relección continúa. ¡Vaya farsa e hipocresía!

La sorpresa ante esta decisión, ante esta elección parlamentaria, en este momento tan importante para el país, la da la fracción legislativa del Frente Amplio, que ha señalado que apoyará al candidato que está ofreciendo el presidente Rodrigo Chaves Robles, que está tratando de dinamitar todo el aparato institucional y democrático del país y que arreciará con la intención de aprobar la jornada esclavista de las 12 horas diarias de trabajo. Esto, sí es así, va a ser un error político enorme en la fracción legislativa del Frente Amplio, que hasta ahora se ha desempeñado con buena imagen pública.

En esta elección legislativa no caben posiciones intermedias, ni neutras, de ir a votar los votos. Provocar en este momento una presidencia pro gobierno chavista es lo peor que le puede ocurrir al Poder Legislativo y al país, y al proceso democrático nacional. En juego están muchas cosas, que pueden caer en el ámbito parlamentario para su trámite legislativo, entre ellas el posible trámite de levantamiento de la inmunidad política al presidente de la República para que se le sigan procesos judiciales, o el apoyo legislativo para un estado de excepción, de fuerza, que está preparando el presidente Chaves, que viene amenazando con un posible fraude electoral y con una necesaria defensa de la democracia, de su democracia.

No es el momento de valorar sentimientos o resentimientos personales de Rodrigo Arias Sánchez. Si se le ha elegido tres veces para que dirija la Asamblea Legislativa hay las mismas motivaciones para que así continúe al frente. Motivaciones más fortalecidas por cuanto es quien ha dado la cara y ha puesto el pecho en defensa de la institucionalidad nacional, y la independencia legislativa y sus diputados, frente a los ataques despiadados del pachuco inquilino de Zapote.

Aquí, en esta elección, no exagero decirlo, se está decidiendo el futuro de la próxima elección, no para que la gane Liberación Nacional sino para que no la gane el partido político que Rodrigo Sánchez apoye. Eso es lo que está en juego, la primera derrota, de Rodrigo Chaves Robles en su camino a la toma de la Casa Presidencial, en el 2026, y su posibilidad de que a quien él apoye tenga también 40 diputados.

Ya Natalia Díaz, anunciando su no doble postulación, avisó que ella podría ser la ungida presidencial de Rodrigo Chaves, y que su partido podría ser el que le abra la puerta la postulación a diputado de Chaves, para lo cual de paso, anunció, que ella espera elegir 20 diputados. En las elecciones municipales dio una gran sorpresa al dominar diez alcaldías. De manera que hay que ponerle atención. NO deja de ser una buena y atractiva candidata ante el electorado. A Laura Fernández, la otra candidata cercana al presidente Chaves también la están presentando como en una pasarela a Miss Presidenta. Ya avanzan los partidos jaguares en su proceso de inscripción. El resto de los partidos están bastante dormidos, sin presencia pública, sin mensajes al electorado, sin definiciones claras.

El cuarto evento asociado al primero de mayo, es la obligatoriedad presidencial de entregar un informe a la Asamblea Legislativa, en esta fecha, sobre el “estado” de su gobierno, sobre el “estado” en que se encuentra el país. El informe presidencial debe indicar cuál es el rumbo que tiene el país, qué ha logrado, qué tiene pendiente.

El informe debe ser presentado el primero de mayo. Para su lectura se habilita la siguiente sesión parlamentaria. Por la naturaleza de este fin de semana, con el viernes atravesado, que no es de trabajo parlamentario, salvo que excepcionalmente así lo establezcan los diputados, cosa que no hicieron, corresponde ser leído en la sesión parlamentaria del próximo lunes.

No es obligatorio que el presidente lo tenga que ir a leer. Es lo que se ha usado tradicionalmente con un acto solemne y protocolario del mayor nivel, con todo el cuerpo diplomático invitado, y las altas autoridades de gobierno y eclesiásticas. Pero, como el presidente esta “agarrado” y “berrinchoso” con la Asamblea Legislativa, bien podría suceder que si nombran a Rodrigo Arias como Presidente del Poder Legislativo, y en el acto de lectura o presentación del Informe presidencial, también estarán los “enfermos” de la “metástasis cancerosa” de los presidentes de la Corte Suprema de Justicia, del Tribunal Supremo de Elecciones, de la Sala Constitucional, de la Sala Tercera de la Corte, la Contralora General de República y otros posibles “enfermos” que el presidente quisiera “curar”, o “enterrar” si pudiera hacerlo, para gobernar sin controles, el presidente para “no contagiarse” de las pestes que les menciona que tiene, puede no asistir a leer el Informe, lo que tendría que hacer el Secretario de la Asamblea lecto el primero de mayo.

El presidente también se burló y habló mal de la Asamblea y sus diputados por no haber habilitado el viernes para la presentación de su informe. En este asunto de traslado de fecha pinto a los diputados como “vagabundos”.

Esto es lo que tenemos a la vista frente al jueves Primero de Mayo próximo.

Compartido con SURCOS por el autor.

Estados Unidos y los canales interoceánicos en América – Historia y presente de una relación compleja

Vladimir de la Cruz de Lemos

La lucha por la Independencia de Panamá, de Colombia, que culminó en 1903, no era ajena a los intereses canaleros transístmicos de los Estados Unidos, lo que hizo que en 1902 el Senado de los Estados Unidos aprobara la propuesta de la construcción del Canal, cambiando su intención de construir el Canal por la vía del Río San Juan, limítrofe entre Costa Rica y Nicaragua, el Gran Lago de Nicaragua, el lago de Cocibolca, y el Estrecho de Rivas, en Nicaragua, que era otro proyecto de construcción canalera que no ha desaparecido del todo.

A inicios de la década de 1910 esta intención se mantenía, lo que se afirmó en el Tratado Bryan Chamorro, entre Estados Unidos y Nicaragua, el 5 de agosto de 1914, a inicios de la I Guerra Mundial, firmado por los presidentes Thomas Woodrow Wilson y Adolfo Díaz Recinos.

Este intento canalero provocó un conflicto diplomático entre Costa Rica, Nicaragua y El Salvador, que impidió su realización.

El Tratado Bryan Chamorro afectaba, por sus alcances a Costa Rica y El Salvador que lo cuestionaron ante la Corte de Justicia Centroamericana, existente en esa época, lo que hizo que la Corte desapareciera por este conflicto.

La Corte había sido creada por disposición de los Tratados de Paz y Amistad de Washington, mediante la Convención para el Establecimiento de una Corte de Justicia Centroamericana, que fue firmada el 20 de diciembre de 1907 en Washington, por Estados Unidos, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, la que estuvo vigente entre 1908 y 1918 cuando caducó la Convención.

Estados Unidos intervino militar y políticamente en esa década en Nicaragua, creando de hecho un protectorado, que provocó movimientos insurreccionales, nacionalistas y antiimperialistas, dirigidos por Benjamín Zeledón en la década de 1910, y por Augusto César Sandino, en la década de 1920, hasta el retiro de las tropas estadounidenses en 1933.

En Panamá, el Tratado Hay-Bunau Varilla también dio origen a movimientos separatistas orientados que fracasados hicieron que el 3 de noviembre de 1903, culminaran con la Independencia de Panamá, como se celebra actualmente, dando origen a la llamada época republicana de Panamá, desde el siglo XX.

El Tratado Hay-Bunau Varilla, con todas sus modificaciones, fue derogado por los presidentes Omar Torrijos y Jimmy Carter, el 13 de setiembre de 1977.

Este Tratado también abrió el camino para la construcción del Canal, que se terminó en 1914, cuando fue inaugurado, al iniciarse la I Guerra Mundial, situación que hizo que Panamá se declarara “neutral”, frente al conflicto bélico, hasta 1917, cuando se sumó a los aliados que ganaron la guerra.

El Canal de Panamá desarrolló una “Zona del Canal”, bajo dominio de los Estados Unidos, una franja territorial dentro de Panamá, que era como un país dentro de otro país. De hecho se decía que Panamá tenía seis fronteras, la de Colombia, la de Costa Rica, la de los dos océanos y las dos que lindaban el territorio de la Zona del Canal.

Por el Tratado Arias Roosevelt, de 1936 firmado por los presidentes Armodio Arias y Franklin Delano Roosevelt se anuló el principio de intervención militar que tenía Estados Unidos en los asuntos internos de Panamá, para establecer el concepto de país protegido en el contexto de la II Guerra Mundial.

Entre 1941 y 1945 Panamá facilitó la ocupación de la Zona el Canal mediante el arriendo de terrenos a los Estados Unidos, los que se justificaron por los motivos de la defensa continental antinazi.

La Zona del Canal con este motivo y posterior a la Guerra se convirtió en un centro militar estratégico de los Estados Unidos para todo el continente.

Allí tuvo su base el Comando Sur de los Estados Unidos que desplegó un sistema de 16 bases militares, de distinto tipo y preparación, para soldados norteamericanos y para el entrenamiento de soldados y cuerpos militares de los ejércitos de todo el continente, especialmente en la llamada Escuela de las Américas, donde se fortalecieron los cursos de contrainsurgencia y contra guerrillas.

Además, allí se preparó a la mayor parte de los dictadores y tiranos, del continente en el período de la Guerra Fría, hasta el término de la dominación del Canal por los Estados Unidos, 1945-1977.

El Comando Sur afectaba 31 países del continente con planes de contingencia, de operaciones de diversa materia militar y de cooperación de seguridad militar para el Caribe, América Central y Sur América.

Entre 1945 y 1948 Panamá pidió a los Estados Unidos la devolución de los territorios de la Zona exigiendo la renegociación. Sin embargo, se impuso el Departamento de Guerra de los Estados Unidos de mantener de manera indefinida los terrenos, lo que estimuló corrientes nacionalistas panameñas.

En 1947 esto ocasionó grandes protestas (especialmente de los estudiantes universitarios) contra la Asamblea Nacional panameña, y se votó negativamente el Tratado que quería aprobarse extendiendo por 20 años los contratos de arrendamiento de trece instalaciones norteamericanas en la zona canalera.

En 1948 se impulsó la llamada Zona Libre de Colón, como un área, o institución autónoma del Estado de Panamá, con una zona franca.

En 1948 bajo las directrices del Presidente Truman se fortaleció la preparación militar de las tropas y ejércitos del continente, dentro de una visión de prevención y defensa ante el comunismo internacional, luego de que en Europa, al terminar la II Guerra Mundial surgieron varios países de tipo socialista.

Ello se materializó con la aprobación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) el 2 de setiembre de 1947, y con la creación de la Organización de Estados Americanos, OEA, el 30 de abril de 1948.

En 1955 con el Tratado Remón-Eisenhower se le otorgaron más ventajas económicas y se mejoró el pago de los arriendos por el uso del canal.

La Zona del Canal mantenía de hecho partido o dividido a Panamá, hasta que en 1962, el 12 de octubre, se inauguró el llamado Puente de las Américas, que permitió la unión terrestre de ambas partes del Canal de Panamá, fortaleciendo el viejo sueño de la Carretera Interamericana, que se considera la carretera más larga del mundo, la cual inició su construcción en la década de 1930. Esta está interrumpida en la región del Darién, en Panamá, donde no se ha construido todavía ningún trecho carretero, lo que separa a Sur América del resto continental por la vía terrestre.

En 1964, el 9 de enero, de nuevo hubo protestas estudiantiles y populares, que se provocaron por la izada de la bandera panameña a la par de la estadounidense en la Zona del Canal, por el acuerdo de los presidentes Roberto Chiari y John F. Kennedy, de 1962, que así lo establecía y no se cumplía, protestas que tuvieron un saldo de 21 muertos y más de 300 personas heridas. El 9 de enero de 1964 se convirtió hasta hoy en una fecha emblemática del pueblo panameño.

En 1965 se volvió a plantear el tema de la Administración del Canal con la llamada Declaración Robles-Johnson, entre los presidentes Marco Aurelio Robles y Lyndon Johnson.

En 1968, el 11 de octubre, se provocó un golpe de Estado contra el presidente Arnulfo Arias Madrid, que condujo a que en el año1969 el General de Brigada Omar Torrijos asumiera el mando de la República de Panamá, en 1972, iniciando en los años siguientes un proceso revolucionario de corte nacionalista y populista.

Así, en 1977, Torrijos y el Presidente Jimmy Carter, firmaron los Tratados Torrijos-Carter que entregaron la administración del Canal de Panamá al gobierno del Panamá, y obligaron al abandono de todas las infraestructuras militares y civiles que en la Zona del Canal tenía Estados Unidos, obligando también al cambio de sede del Comando Sur de los Estados Unidos a Puerto Rico.

Muerto Torrijos, en un “dudoso” accidente aéreo, el 31 de julio de 1981, asumió el gobierno el general de cuatro estrellas Manuel Antonio Noriega en 1983, que por contradicciones políticas y militares con Estados Unidos sufrió un bloqueo económico agudizando una crisis social en Panamá, hasta que el 20 de diciembre de 1989 el ejército de los Estados Unidos invadió Panamá, capturando al General Noriega, a quien sometió ante la justicia norteamericana. La invasión provocó más de 500 muertos.

Resultado de la invasión en 1990 el presidente de Panamá Guillermo Endara abolió las fuerzas militares de Panamá, lo que se reafirmó con un referéndum popular el 15 de noviembre de 1992.

En 1999, el 31 de diciembre, bajo el gobierno de Mireya Moscoso, la primera mujer en ejercer la presidencia en Panamá, se asume del control total del Canal de Panamá, hasta hoy, situación gravemente amenazada por el presidente Donald Trump.

En el 2016 culminaron las obras de ampliación del Canal de Panamá, idea que venía desde 1930 cuando se había pensado en ampliar la capacidad de tránsito del Canal de Panamá.

Estados Unidos lo había intentado en 1939, lo que se suspendió por el inicio y desarrollo de la II Guerra Mundial.

En la década de 1980-1990 Japón, Estados Unidos y Panamá replantearon el tema de la ampliación del Canal.

La ampliación del Canal de Panamá, con un tercer juego de esclusas, se hizo con la aprobación de un referéndum popular el 24 de abril del 2006, en el gobierno de Martín Torrijos, bajo la dirección de la empresa española SACYR, abriéndose desde el 2018 al paso de barcos Neopanamax, de gran capacidad de tonelaje.

En la actualidad, en el crecimiento del uso del Canal ha destacado el movimiento comercial desde China, lo que ha preocupado a los Estados Unidos, especialmente al actual gobierno de Donald Trump, señalando que ello les provoca un desequilibrio comercial, además de un problema geopolítico por la presencia China en la región.

Trump ha dicho que el Canal en su totalidad administrativa lo controla China, lo que no acepta, y que tampoco es cierto.

Esta situación ha planteado una seria amenaza a Panamá porque Trump con toda claridad ha dicho públicamente que va a recuperar el Canal de Panamá, para que esté en manos de la administración de los Estados Unidos, y si es necesario lo hará por ocupación o intervención militarmente.

El Canal de Panamá es una de las obras de ingeniería más importantes del mundo, con una extensión de 80 kilómetros, de océano a océano, que acorta las distancias comerciales mundiales de manera significativa, evitando rodear el continente por el Cabo de Hornos.

Los proyectos canaleros del Istmo de Tehuantepec, de la Depresión del Río Atrato y el de Nicaragua seguirán en posibilidad, nada inmediata, mientras el Canal de Panamá seguirá fortaleciéndose.

En el caso del Canal en Nicaragua el actual gobierno de Nicaragua, desde el 2013, ha tratado de impulsarlo cruzando su territorio con participación, principalmente, de capital privado de la República Popular China, lo que no se ha podido concretar del todo, sin afectar la región limítrofe con Costa Rica, aunque en el proyecto inicial no se toca el rio San Juan, limítrofe de ambos países.

El 8 de julio del 2014 se anunció, por la empresa China HKND Group, la posible ruta canalera, con la intención de aumentar tráfico y el tránsito interoceánico de barcos con mayor carga de los que pasan actualmente por el Canal de Panamá, y para estimular más el comercio de América Latina con China.

En el 2014 se anunció que Rusia colaboraría en este proyecto.

El peligro de la amenaza de Trump de ocupación militar para apropiarse nuevamente de la administración y de la zona del Canal de Panamá es inminente. Puede suceder en cualquier momento en que el presidente Trump así lo estime.

Sabe Trump que no hay condiciones hemisféricas, con la OEA y su Fuerza Interamericana de Paz, del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, TIAR, de impedir una agresión militar de este tipo.

El TIAR quedó inaplicable cuando Argentina lo invocó para enfrentar la ocupación inglesa de las Islas Malvinas, en 1982, en que los Estados Unidos se alió con Inglaterra, apoyando su ocupación, dándole la espalda a Latinoamérica y a la OEA.

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC no desvela a Trump. Existe en el papel como una buena intención de buscar la integración política, económica, social y cultural de la región. En una situación de agresión militar de Trump a cualquiera de los países latinoamericanos la CELAC no tiene ninguna capacidad militar de evitarla o enfrentarla.

Una agresión militar de este tipo le permitiría igualmente evaluar sus otros dos objetivos, de intervención militar, en el continente:

-Groenlandia, con el ánimo de incorporarla como parte de los territorios de los Estados Unidos, con la idea de fortalecer su seguridad nacional en esa región, aspecto que ya ha insinuado, motivado por una mayoría poblacional groenlandesa que se pronuncia por la separación de Dinamarca, pero con más del 80% de la población que no está de acuerdo con ser incorporados a los Estados Unidos;

-y Venezuela, donde también ha planteado la intervención militar para capturar al grupo gobernante de Venezuela, al que tiene acusado de narcoterrorista.

La geopolítica mundial que traza el presidente Trump sin duda alguna ha alterado el panorama de las relaciones internacionales, y mantiene amenazas de alterarlas más.

Esta geopolítica incluye la redefinición y renegociación o ruptura de los Tratados económicos y de Libre Comercio que Estados Unidos tiene, por ahora, con Canadá, México, la Unión Europea y la República Popular China.

El Canal de Panamá es más que un sueño de opio de Trump. Es una realidad casi tangible.

En su visión geopolítica internacional Trump traza un nuevo diseño de las fronteras de los Estados Unidos.

Proyecta la anexión de Canadá, en condición de Estado 51 de la Unión, de los Estados Unidos; proyecta la compra o anexión del territorio dinamarqués de Groenlandia y la “recuperación” del Canal de Panamá, su Zona del Canal, considerando que el Tratado Torrijos-Carter no debió haberse firmado, y que fue ilegal su anulación.

Trump ha señalado clara y reiteradamente sus intenciones de acudir a la intervención militar para lograr estos objetivos y territorios estratégicos para él.

Parte de esta visión cartográfica ya ha planteado que el histórico Golfo de México se llame, oficialmente para los Estados Unidos, como Golfo de América y así se establezca en su cartografía.

Panamá se encuentra en su propia encrucijada por la importancia estratégica, comercial y geopolítica que el canal interoceánico tiene hoy.

Con Panamá están en la encrucijada política, diplomática y militar los organismos internacionales de la OEA y la ONU, sujetos a un proceso de debilitamiento político.

Las políticas internacionales de Trump se orientan fortalecer su presencia dominante en los organismos internacionales, saliéndose de ellos si le ocasionan un alto gasto a los Estados Unidos, si los países que participan no colaboran proporcionalmente a los gastos de su mantenimiento, o si se vuelven críticos hacia las políticas estadounidenses.

No le importa si son organismos sociales, culturales, médicos, sanitarios o de salud, como es la Organización Mundial de la Salud, o si son militares como la OTAN, que la tiene cuestionada.

El actual gobierno de Nicaragua, desde el 2013, ha tratado de impulsar un canal interoceánico cruzando su territorio con participación, principalmente, de capital privado de la República Popular China, lo que no se ha podido concretar del todo, sin afectar la región limítrofe con Costa Rica, aunque en el proyecto inicial no se tocaba el rio San Juan, limítrofe de ambos países.

El 8 de julio del 2014 se anunció, por la empresa China HKND Group, la posible ruta canalera, con la intención de aumentar tráfico y el tránsito interoceánico de barcos con mayor carga de los que pasan actualmente por el Canal de Panamá, y para estimular más el comercio de América Latina con China. En el 2014 se anunció que Rusia colaboraría en este proyecto.

El posible Canal chino en Nicaragua no altera hasta hoy a Trump.

A Trump no le preocupa la presencia China en Nicaragua. Si le preocupa en Panamá, especialmente porque el 13 de junio del 2017 establecieron relaciones diplomáticas, donde China se ha convertido en un importante cliente comercial y económico de Panamá, siendo el segundo usuario después de Estados Unidos.

El Canal ampliado se inauguró con el paso de un buque Chino de la empresa COSCO.

China es, a la vez, el principal proveedor de la Zona Libre de Colón, la zona franca más importante del continente y la segunda del mundo.

En Colón se ha anunciado la construcción china de un puerto de contenedores y de recepción de gas licuado, en capacidad de atender los barcos Neopanamax.

También se anunció la construcción de un puente sobre el Canal y una terminal de cruceros, ampliando la infraestructura ferroviaria, hasta la Provincia de Chiriquí, en 400 kilómetros y la aerolínea Air China con dos vuelos semanales Panamá-Pekín.

En la economía la presencia china está en el Bank of China, el Banco Industrial y Comercial, el Exim Bank y China Development Bank, y la proyección de la Nueva Ruta Mundial de la Seda.

Esta es la preocupación de Trump en Panamá… la presencia que quiere desarticular.

La espada no de Damocles, sino la de Trump está sobre todos nosotros, sobre el mundo que ve Trump.

Artículo publicado en la Revista MEER.com.es y compartido con SURCOS por el autor.

Rodrigo Arias Sánchez, su necesaria Presidencia Legislativa

Vladimir de la Cruz

Las elecciones del 2022 fueron altamente sorpresivas e inesperadas, para las cuales la sociedad costarricense no estaba preparada, no por la derrota del Partido Liberación Nacional, que había terminado su jornada electoral en febrero como primer finalista ante la segunda ronda, sino porque para ese momento se había producido una situación cualitativamente diferente en ese resultado.

En las elecciones del 2014 el candidato presidencial de Liberación Nacional, renunciaba cobardemente a su participación, en la segunda ronda, dejando al garete a su partido y a los votantes nacionales, que, aunque veían inminente su derrota en la segunda vuelta, no esperaban que su “líder” saliera corriendo a esconderse.

En las elecciones del 2018 el Partido Liberación Nacional no llegó a la segunda ronda, en su segunda derrota nacional. La disputa se dio entre el Partido Acción Ciudadana, que había emergido desde las elecciones del 2006, con su candidato Carlos Alvarado Quesada, y el líder espiritual y político del actual Partido Nueva República, de Fabricio Alvarado, que ya venía debutando en la política nacional y en la electoral. El tema central de la campaña electoral se concentró, en la segunda ronda electoral, en el área de los Derechos Humanos y Ciudadanos, sintiéndose amenazada la sociedad nacional de retroceder por razones “religiosas evangélicas”, provocando con ello una reacción del electorado que se volcó por la candidatura de Carlos Alvarado, que había terminado de segundo finalista en la elección de febrero de ese año.

La derrota de Liberación Nacional, por segunda vez consecutiva no era novedosa. Ya había sucedido en 1998 y el 2002, cuando la Unidad Social Cristiana gobernó dos veces consecutivamente, con Miguel Angel Rodríguez y Abel Pacheco.

Por su parte el partido Unidad Social Cristiana, como partido histórico, de larga tradición, desde el 2006 dejó de ser finalista electoral para primeras y segundas rondas, disminuyendo su presencia política nacional y de representación popular.

En el 2006 la candidatura de Oscar Arias Sánchez salvó al partido Liberación Nacional de caer en la postración, debilidad y cansancio político que ha caracterizado a su siamés político, la Unidad Social Cristiana, desde ese año hasta hoy, a pesar del aire fresco que le dio Rodolfo Piza en las campañas electorales del 2014 y 2018.

El gobierno de Oscar Arias Sánchez, guste o no, salvó a su partido y su gobierno. También, guste o no, catapultó a Laura Chinchilla Miranda a la presidencia de la República del 2010 al 2014, gobierno, a partir del cual Liberación Nacional se alejó del Poder Ejecutivo, tres veces seguidas, 2014, 2018 y 2022, enfrentando hacia las elecciones del 2026 la posibilidad de acompañar a la Unidad Social Cristiana en su descalabro electoral en sus aspiraciones de Ejecutivo Nacional, o de recuperarse al menos para estar de finalista en las elecciones del 2026.

Para las elecciones del 2022 José María Figueres era, a mi modo de ver, la mejor carta de presentación política que tenía Liberación Nacional para retornar al Poder Ejecutivo, quedando de primer finalista para la segunda ronda. En ese partido sabotearon su candidatura por quienes terminaron rodeándolo en su círculo electoral más cercano y con las políticas electorales conservadoras, y la mala campaña electoral, con la que lo impulsaron, alejada de la historia de ese Partido en el desarrollo nacional y por su alejamiento de las políticas sociales social demócratas que en otros tiempos fueron sus banderas de atracción política.

En todas estas elecciones, el juego estaba entre partidos “tradicionales” que venían de distintas campañas electorales y con candidatos presidenciales “conocidos” en sus partidos y en la vida parlamentaria y política nacional.

En la elección del 2022 irrumpió un nuevo partido político, Progreso Social Democrático, nada conocido, recién formado para esa, su primera participación electoral, por una importante exmilitante del partido Acción ciudadana. Sin líderes políticos conocidos y destacados en la arena electoral y política nacional, se les “coló”, con éxito, un personaje, Rodrigo Chaves Robles, que llegó al país después de un autoexilio dorado de trabajo en un organismo internacional, por más de tres décadas, a trabajar por un breve plazo al Ministerio de Hacienda del gobierno de Carlos Alvarado Quesada.

Rodrigo Chaves Robles supo interpretar el desánimo nacional, la frustración de la población, el desencanto político existente con partidos políticos y con líderes de los partidos políticos y de gobiernos anteriores. Apreció la corrupción institucional que histórica, real o de leyenda se sentía en el país y, sobre todo, el abandono de grandes regiones, con sus poblaciones, de las acciones y políticas públicas que provocaban extrema pobreza, pobreza, debilitamiento de las clases medias, mala infraestructura nacional, abandono institucional de regiones, exclusión, marginación, desempleo trabajo informal creciente y otros muchos e importantes problemas, como el de la inseguridad nacional, la inseguridad ciudadana, y el narcotráfico, que hizo sus banderas para hacerse representar de toda esta población y regiones como su “salvador”, enfrentando violentamente en su lenguaje político a todas las estructuras políticas e institucionales, señalando que él podía hacerlas funcionar para “resolver” esos problemas.

Frente a esto, en la segunda ronda electoral, el electorado “cansado” de Liberación Nacional, que era el primer finalista de la segunda ronda, y ampliamente “prejuiciado” con José María Figueres, que había ganado esa primera ronda, terminó ante las dos alternativas electorales, Figueres o Chaves, absteniéndose de ir a votar por Figueres y Liberación Nacional, lo que facilitó el acomodo de votos a favor de Rodrigo Chaves quien resultó Presidente de la República, quien se encuentra en su último año de gobierno.

Los tres años de gobierno que ha tenido los ha concentrado en su discurso antisistema, antidemocracia, anti poderes públicos, anti equilibrio de esos poderes públicos, contra todo lo que significa Política tradicional, sean partidos políticos existentes principalmente en la Asamblea Legislativa, contra todos los partidos políticos, todos los políticos, todos los disidentes políticos que no están de acuerdo con su gestión administrativa y política, con todos los que le critican, personas, analistas, periodistas y medios de comunicación en general.

La esencia de su discurso político, que le da réditos de simpatía política y personal, asociado a un líder carismático, de fuerza, autoritario que reclama, constantemente, que no gobierna “porque no lo dejan gobernar” la Asamblea Legislativa y sus diputados con sus partidos políticos, la Corte Suprema de Justicia, la Contraloría General de la República y la Fiscalía General de la República.

Esto se asocia hoy a su deseo de permanecer en el Gobierno, lo que no puede constitucionalmente porque no está permitida la reelección consecutiva de un presidente, por lo que tendrá que esperar ocho años, hasta el 2034, para poder aspirar a una nueva candidatura. En pocos meses, en mayo del 2026, fuera de gobierno, sin tener un partido político propio en el cual él sea el principal dirigente político, por los próximos ocho años, es muy difícil que él pueda desarrollarse como líder político nacional, aunque haya sido presidente. Solo podría mantenerse activo si en un próximo gobierno se le nombra ministro, o si renuncia en julio para lanzarse como candidato a diputado en las elecciones del 2026, lo que sí le daría músculo político para mantenerse activo en política y forjar su candidatura presidencial futura, con posibilidad de modificar la Constitución Política de manera que le permita ser candidato presidencial de nuevo en el 2030. Estas son las opciones constitucionales y legales de su posible partición electoral futura, salvo que intente, por algún motivo provocado por él mismo, de inestabilidad política nacional, que le conduzca a establecer un estado de emergencia nacional, el cual le permita suspender garantías constitucionales y ejercer un gobierno de excepción, de características autoritarias, despóticas y tiránicas, como constantemente señala que se debe gobernar para poder resolver problemas nacionales y desarrollar acciones políticas.

En estos tres años ha saboreado las mieles y los privilegios que da el ejercicio del Poder. Ambicioso políticamente, como se expresa, ha impulsado la creación de nuevos partidos políticos, para que participen en el proceso electoral del 2026, bajo el llamado movimiento de los jaguares, orientado a desplazar a todos los partidos que tradicionalmente han ejercido el dominio de la Asamblea Legislativa, con la intención de llegar a elegir 40 diputados como lo pregona.

En las elecciones de 2022 el partido que lo eligió solo sacó 10 diputados de 57 que tiene la Asamblea Legislativa, lo que no le dio músculo político legislativo para impulsar leyes, ni capacidad para negociar proyectos de ley, por sus ataques constantes a los diputados y a la Asamblea Legislativa como institución y Poder de control político de la República.

El gobierno del 2014, de Luis Guillermo Solís y el del 2018 de Carlos Alvarado, no pasaron de 12 diputados, que si tuvieron capacidad de negociación parlamentaria, y no tuvieron una “crisis política” de relación entre ambos poderes, el Ejecutivo y el Legislativo, como se ha dado en este descalabrado gobierno.

En la estructura organizacional del Estado costarricense tenemos los Poderes Públicos, el Ejecutivo, el Legislativo, el Judicial y, por asimilación, al Tribunal Supremo de Elecciones, que en teoría política y constitucional se desempeñan como pesos y contrapesos entre sí, no solo por el ejercicio y potestades de cada poder cuyas funciones son indelegables, sino por los controles que se establecen sobre ellos.

Los dos primeros, el Ejecutivo y el Legislativo tienen el mayor peso político por el carácter representativo que los constituye. Son el resultado, en su integración, de la elección directa del pueblo electoral, de los ciudadanos, quienes tienen el poder y la facultad de la representación política, quienes son el Poder Soberano y en quienes descansa la Soberanía Nacional.

Por el carácter de la representación política el Poder Legislativo es el más importante, por tener allí una mayor y más amplia representación ciudadana expresada en los 57 diputados, de una variedad de partidos y sectores políticamente organizados.

Los poderes Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Electoral tienen su máximo representante en quienes lo presiden. De estos Poderes el presidente de la Asamblea Legislativa está facultado para sustituir al presidente de la República en el caso extremo de que deje sus funciones temporal o permanentemente, y por ausencia extrema igual de sus vicepresidentes.

De allí que la elección del presidente de la Asamblea Legislativa, que debe hacerse cada primero de mayo, cobre una importancia política relevante. La importancia y relevancia política del Poder Legislativo descansa en hacer las leyes, interpretarlas auténticamente si es del caso, y ejercer control político sobre el Poder Ejecutivo y las autoridades ministeriales e institucionales, y tener en su seno una mayor representación política del Pueblo Soberano. Las leyes no las hace el presidente legislativo. Las hacen todos los diputados. El resultado de esas leyes se atribuye a los gobiernos, y a los presidentes de la República que lo ejercen, no a los diputados y a sus partidos, salvo cuando esos partidos y diputados destacan que son las leyes que ellos impulsaron y les fueron aprobadas.

El cargo de presidente legislativo por esta razón debe ser bien valorado y meditado políticamente por los diputados. No se trata de nombrar a cualquiera de los diputados, que todos tendrían igual posibilidad y oportunidad, sino de escoger entre todos ellos el que mejor acredite por su experiencia política y atestados personales, pero también por la madurez y sensatez que pueden dar la edad y la experiencia política.

En el momento que vivimos en el país, con las características autoritarias y poco democráticas del actual Presidente de la República, que ataca constantemente a la Asamblea Legislativa, a todos sus diputados, que desearía gobernar si un Poder Legislativo para dirigir el país con Decretos Leyes, como se hizo en la Junta de gobierno de 1948-1949, se requiere que el Presidente Legislativo sea un diputado de gran experiencia política, ecuanimidad personal, inteligencia emocional política, buena formación profesional y política, con señorío para el cargo que representa, con la personalidad suficiente y digna para ejercer la Presidencia de la República en el caso extremo si así fuere necesario.

El presidente legislativo tiene que salir como resultado de una negociación política que produzca 29 diputados a favor de nombrarlo. Es una cifra que tiene que negociarse. No se trata de improvisar candidatos ni diputados con la aspiración de dirigir el Poder Legislativo.

Tampoco se trata de que corresponde elegir una mujer por razón de género. Ya se han electo mujeres presidentas en el Poder Legislativo, Rosemary Karpinski Dodero, en 1986, Rina Contreras López, en el 2000, Carolina Hidalgo Herrera, en el 2018 y Silvia Vanessa Hernández Sánchez en el 2021, representándose en estas mujeres a los partidos Liberación Nacional, Unidad Social Cristiana y Acción Ciudadana, de los partidos que han gobernado el país, bajo gobiernos en que esos partidos ejercían la Presidencia de la República.

La Presidencia Legislativa en el período de la Segunda República, desde 1949 hasta hoy, la han ejercido tres veces consecutivas Marcial Rodríguez Conejo, Gonzalo Facio Segreda, Alfonso Carro Zúñiga y Rodrigo Arias Sánchez, dos veces consecutivas Abelardo Bonilla Baldares, Otto Cortés Fernández, Álvaro Montero Padilla, Daniel Oduber Quirós, Luis Alberto Monge Álvarez, Gerardo González Esquivel. El único, hasta hoy, que la ejercido cuatro años consecutivos ha sido Francisco Antonio Pacheco.

El próximo primero de mayo está la posibilidad de que Rodrigo Arias Sánchez continúe al frente, en su cuarto año de presidencia legislativa, de ser electo para ese cargo.

El Presidente de la República de forma endemoniada, como un energúmeno sin control mental, poseído de sentimientos perversos y malos, metiéndose, invadiendo, alterando la independencia de poderes públicos, ha venido llamando, en un primer momento a los diputados a no votar por la reelección de Rodrigo Arias, en un segundo momento, diciendo que él insta a votar incluso por un diputado del Frente Amplio, que él llama “diputados comunistas” para que presida la Asamblea Legislativa, y en un tercer momento ha amenazado de la manera más estúpida, tonta y absurda a los diputados que si eligen a Rodrigo Arias él no nombrará Ministro de la Presidencia, como si eso fuera a afectar en algo a la Asamblea Legislativa. Si él no nombra este ministro, él es que le pierde contacto con la Asamblea Legislativa para gestionar y negociar sus proyectos de ley, los que el Poder Ejecutivo puede impulsar de manera exclusiva seis meses al año. El presidente Chaves ha hecho de esta elección un problema personal, un berrinche político, contra Rodrigo Arias Sánchez.

Los diputados independientes identificados con el presidente, y leales a él, electos en 2022, son ocho, con unos cuantos más que le son afectos de los partidos Liberal Progresista, Nueva República, algunos de la Unidad Social Cristiana y uno de Liberación Nacional.

El momento político que vivimos de mantener el orden democrático, de asegurar la independencia de poderes públicos, obliga a que los diputados y sus partidos, frente a los ataques que el presidente Chaves hace constantemente contra ellos y el Poder Legislativo, nombren un presidente que garantice esa independencia, que sepa responder al presidente con respeto y señorío, pero contundente y enérgicamente, como lo ha hecho Rodrigo Arias Sánchez. Los ataques del presidente a Rodrigo Arias son la mejor carta de presentación ante los diputados para que lo reelijan. No reelegirlo puede asimilarse a la situación de la votación de la segunda ronda del 2022, cuando por no votar un candidato y un partido se produjo el presidente Chaves que está destruyendo la democracia nacional.

La defensa de la democracia nacional, con todo lo que significa, es la tarea política del momento. El Frente Amplio, con sus seis diputados, tiene una gran obligación y responsabilidad política de asegurar esta elección, más allá de las diferencias políticas partidarias y personales que puedan tenerle a Rodrigo Arias y a su partido. No es Rodrigo Arias ni el partido Liberación Nacional el que está en juego. Aquí se juega parte del futuro del país. Abstenerse, votar por ellos mismos, o por otro candidato de otro partido, o impulsar como se quiere una tendencia “feminista” para presidir el Congreso de la República es hacerle el juego al gobierno, es fortalecer al presidente Chaves en su discurso anti asamblea legislativa y anti diputados que él tiene, es fortalecer en este período electoral el autoritarismo y alentar sus grupos “jaguares” en sus intenciones diputadiles. El no elegir a Rodrigo Arias es darle su primera victoria legislativa y política a Chaves hacia las elecciones nacionales del 2026.

Rodrigo Chaves es más audaz de lo que el común de la gente valora. No se está haciendo una lectura correcta de hacia a dónde va Chaves. Ya ha quitado incluso “banderas” a la izquierda. Hay un spot publicitario, bastante bien hecho, alrededor de la figura del presidente Chaves, con el himno de la izquierda “El pueblo unido jamás será vencido…”

Lo único que se está percibiendo es que Chaves va a cambiar el modelo institucional con la destrucción del modelo actual. Si Rodrigo Arias no es electo, por ceguera política, por disidencias en Liberación Nacional, por no tener claras las intenciones del chavismo y sus partidos, por la incapacidad y prejuicios políticos que el mismo presidente Chaves alimenta hacia Rodrigo Arias, los partidos que así actúen están jugando al ahorcado y van hacia su descalabro electoral.

La primera derrota que hay que darle al chavismo, frente a las elecciones próximas es nombrar presidente de la Asamblea Legislativa a Rodrigo Arias Sánchez.

En el 2022 sin fuerza parlamentaria y por los ataques verbales denigrantes que había hecho contra los diputados electos no le dieron el beneplácito ni el favor de nombrar un presidente legislativo de su partido.

En el 2023 frente a una derrota electoral en la elección de la presidencia de la Asamblea Legislativa el presidente Chaves le dio el apoyo público a Rodrigo Arias, para su segunda presidencia legislativa.

En el 2024 el presidente Chaves se apartó públicamente de dar apoyo o pedir votos en contra de Rodrigo Arias. Este año está con los tacos puestos contra Rodrigo Arias.

Rodrigo Arias Sánchez, aparte de su formación de abogado y notario, ha sido y es empresario activo, con un amplio conocimiento de las instituciones públicas, del sector privado y financiero. Su carrera política ha sido siempre en el Partido Liberación Nacional como presidente municipal del Cantón Central de Heredia, diputado y ministro de la Presidencia.

Lo que le conviene al país desde ese alto cargo político e institucional es una persona como Rodrigo Arias, un cuadro político bien formado, maduro, con esa capacidad que lo distingue de negociador y visionario del momento político que vivimos. Su gestión como presidente del Congreso, en estas tres Legislaturas que han pasado, ha sido muy buena, ampliamente satisfactoria y políticamente bien recibida por la ciudadanía y defensores del Estado de Derecho.

Rodrigo Arias ha sabido dirigir el Congreso con respeto hacia las fracciones parlamentarias, ha llevado bien la Agenda Parlamentaria, ha sabido distanciarse del Poder Ejecutivo con elegancia, con energía, señalando adecuadamente el rumbo que debe seguirse. Cuando ha tenido que enfrentar al gobierno lo ha hecho, le ha marcado los pasos no solo de la agenda legislativa y de la nacional, ha señalado las prioridades del país y las prioridades legislativas.

Lo que más le conviene a las fracciones parlamentarias, más allá de sus distancias históricas, o coyunturales, con Liberación Nacional, como partido, o con los reclamos que le hacen a su hermano, el presidente Oscar Arias, es la Presidencia Legislativa en manos de Rodrigo Arias, tanto para la dirección y representación del Poder Legislativo,

En imagen pública, en este momento político que vive el país, es conveniente que la Presidencia de Rodrigo Arias tenga la mayor cantidad de votos legislativos. Hasta ahora ya está asegurada aparentemente su Presidencia.

En mi opinión, de observador político, lo que más le conviene a la Asamblea Legislativa y al país, al margen y fuera de todo prejuicio político que se pueda tener, con él o su partido, es que el diputado, y actual presidente legislativo, Rodrigo Arias Sánchez, continúe en la Presidencia de este Poder de Estado.

En este momento político del país la Presidencia de la Asamblea Legislativa no se puede ni se debe improvisar.

¿Qué hacer? Una reflexión sobre la izquierda política hoy

Vladimir de la Cruz

Considerando a la izquierda política como aquellos movimientos sociales, o partidos políticos, que de una u otra manera se autoproclaman representantes de los sectores populares, frente a los sectores oligárquicos o políticamente dominantes, en el contexto de una sociedad política, y económicamente dividida en clases sociales, se puede afirmar que la izquierda costarricense surgió a finales del siglo XIX, al calor también de la influencia que empezó a tener la información sobre los movimientos anarquistas, socialistas y comunistas que estaban surgiendo internacionalmente, de lo que se tenía noticia, así como de las luchas sociales y populares del movimiento obrero y sindical organizado, que también empezó a repercutir en el país.

La clave de la definición de la izquierda fue la lucha por el poder popular, por el poder político en manos de la clase obrera, en su versión más clásica, y la instauración de un sistema político superior al capitalismo, llamado socialismo, como antesala al comunismo o la sociedad comunista. Para lograr este objetivo todo espacio político era aprovechable, especialmente la lucha organizada de la clase trabajadora y los espacios parlamentarios que se pudieran obtener.

La izquierda costarricense históricamente así la podemos representar, en distintas etapas o momentos históricos, y desde distintos ángulos de análisis.

Así, durante el período liberal, finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la izquierda se puede representar, en el plano político, en la figura de Félix Arcadio Montero, el último Rector de la Universidad de Santo Tomás, que hacia 1886, frente al movimiento liberal, que hacía que sus miembros se identificaran con el “partido liberal”, cuando aún no habían surgido los partidos políticos, impulsó un partido de obreros, trabajadores y artesanos, distinguiendo de esa manera los dos grandes grupos sociales, y políticos, de la sociedad costarricense, al tiempo en que ya se habían desarrollado, desde 1874, las Sociedades de Artesanos, Sociedades de Trabajadores y Sociedades de Obreros, que eran claramente clasistas en las cuales solo podían organizarse Artesanos, Trabajadores y Obreros, período en el que empezó a surgir con una intensa prensa social una clara “conciencia social de clase”.

A partir de 1890 cuando surgieron los partidos políticos, tal y como los conocemos hoy, y mediante los cuales solo por medio de ellos se podía aspirar a puestos de elección popular, Félix Arcadio Montero organizó el Partido Independiente Demócrata, con una definición más clasista, convocando a sus filas a los chaquetas, descamisados y descalzos, obligando a que los partidos oligárquicos de esos años crearan, bajo sus banderas, Clubes de Obreros, Clubes de Artesanos y Clubes de Trabajadores, con el propósito de atraer sus filas a los trabajadores, obreros y artesanos.

En ese final de siglo los trabajadores eligieron diputados que se identificaban con ellos en general. Así fueron electos Félix Arcadio Montero, Faustino Montes de Oca, ambos por el Partido Independiente Demócrata y Víctor Gólcher, por uno de los partidos liberales.

Su planteamiento político descansaba en que desde el Congreso se podían hacer leyes que beneficiaran a los trabajadores en general. No había una clara concepción de la toma del poder para la clase trabajadora. Su preocupación fue elegir diputados.

Esta tesis se conoce como la lucha política parlamentarista, donde se concentra toda la atención en el papel de los discursos parlamentarios promoviendo leyes o enfrentando posiciones, sin vincular esa acción legislativa a la lucha por el poder político para la clase o clases trabajadoras.

A principios del siglo XX surgieron las ligas de obreros y los sindicatos, tal y como los conocemos hoy. Huelgas se dieron en el siglo XIX y desde principios del siglo XX.

En la década de 1910 hubo diputados representantes de los trabajadores como Aristides Montero Segura, hijo de Félix Arcadio Montero. En 1905 se fundó la primera Federación de Trabajadores y, en 1913, la primera Confederación General de Trabajadores, impulsando niveles más altos de organización y de lucha. El Centro de Estudios Germinal, impulsado por Omar Dengo, Joaquín García Monge, Carmen Lyra, José María Zeledón Brenes fue clave en este fortalecimiento del movimiento obrero, que ese mismo año, 1913, empezó a celebrar el Día Internacional de los Trabajadores, el 1 de mayo, a la par de la celebración de la rendición de William Walker, que originaba el día feriado.

La sociedad costarricense se había transformado. Había un desarrollo urbano pujante y un desarrollo industrial que marcaba el inicio del capitalismo en el país, a la par de un capitalismo agrario en marcha con las inversiones extranjeras en banano especialmente. Era el inicio de la época del imperialismo y de la política del Gran Garrote de los Estados Unidos.

Para las elecciones de 1913 participaron tres partidos obreros, el partido Obrero en Limón, el partido Obrero en Grecia y el partido Obrero en San José. Estas tres ciudades concentraban importantes grupos de obreros y trabajadores, agrícolas e industriales.

Las ideas anarquistas, socialistas y comunistas habían llegado a Costa Rica desde finales del siglo XIX. Las socialcristianas también con la Encíclica Rerum Novarum. Hasta aquí no había un planteamiento local de la toma del poder para la clase trabajadora.

Fue el Dr. Aniceto Montero, quien había estudiado en Europa y se había ligado a la Asociación Internacional de Trabajadores, la II Internacional, y al movimiento político de los bolcheviques dirigido por Lenin, quien a partir de 1917 intenta fundar un partido Socialista leninista, impulsor de la lucha de clases sosteniendo que la clase obrera debía gobernar y dirigir el país, y propiciando como modelo de nueva democracia y más amplia la Dictadura del Proletariado. Aniceto fue el antecedente político más importante al Partido Comunista, que se funda en 1931.

En el período legislativo 1920-1924 uno de los fundadores del Centro Germinal, José María Zeledón fue diputado.

Durante esos años hasta la muerte de Lenin en 1924, impulsó las ideas comunistas y la idea de la Dictadura del Proletariado como un concepto de una democracia superior a la existente, en tanto representaba más ampliamente a la sociedad costarricense en todos sus trabajadores, mientras para él los gobiernos hasta entonces existentes era de grupos oligárquicos.

En esos días Farabundo Martí, que había pasado por Costa Rica, en 1919, funda el partido Comunista de Centro América, en 1920. La Revolución Rusa provocaba en Europa levantamientos populares en distintos países y regiones.

Frente al movimiento Socialista del Dr. Aniceto Montero surgió el Partido Reformista de Jorge Volio, que lo eligió diputado, junto a Julio Padilla, en la década de 1920 y con ellos se logró materializar la lucha de la Ley de Accidentes de Trabajo en 1925, que se venía luchando desde 1908. En 1922 Vicente Sáenz fundó un Partido llamado Progresista, y en 1935 el Partido Socialista Costarricense. Otras expresiones partidarias a finales de la década de 1920 fueron la sección costarricense del APRA, “Alianza Popular Revolucionarias Americana”, de Víctor Raúl Haya de la Torre. Igualmente importantes fueron la Confederación Obrera Centroamericana desde 1914, la Confederación Obrera Panamericana, en cuya fundación en 1919 estuvo Joaquín García Monge, representando al movimiento obrero costarricense. Se intentó fundar el Partido de Unión de Centro y Sur América y las Antillas, en 1927. En ese período había fuertes movimiento unionistas centroamericanos.

En el segundo lustro de la década de 1920, en los años de 1925 a 1930, se dieron diversos grupos y movimientos políticos de izquierda que no participaron en elecciones, hasta que en las elecciones de medio período, de 1930, se inscribió el Partido Alianza de Obreros, Campesinos e Intelectuales que impulsó sin éxito electoral la candidatura a diputado de Joaquín García Monge, la de Ricardo Moreno Cañas y la de Alejandro Montero Segura, hijo de Félix Arcadio, entre otras candidaturas.

En junio de 1931, en medio de la crisis de la gran depresión se fundó el Partido Comunista de Costa Rica que, a partir de ese año hasta 1948, pasó a representar a la clase trabajadora nacional y a hacerse abanderado de la lucha por el socialismo y comunismo en el país, con gran sentido de la realidad, entendiendo que eso no era posible hasta que en la mayoría de los países del mundo y en las sociedades avanzadas, como la de Estados Unidos, ese proceso no estuviera en marcha, lo que se ha llamado el “comunismo a la tica”, que impulsó el Partido Comunista de Costa Rica, con su principal líder Manuel Mora Valverde.

Su preocupación política fundamental, desde entonces fue, al igual que los partidos políticos que levantaron la representación popular, fue meramente parlamentarista, es decir llegar con diputados al Congreso o a la Asamblea Legislativa, para desde allí impulsar o contribuir a impulsar legislación social, y reformas sociales y políticas avanzadas para el Estado y a sociedad costarricense. Ir avanzando en un fuerte conciencia social y política. No hubo en términos reales una propuesta de toma del poder para la clase trabajadora, ni siquiera como lucha política, más allá de así declararlo en determinados documentos políticos.

El Partido Comunista se hizo heredero directo de las luchas obreras y sus organizaciones sociales, especialmente de la Unión General de Trabajadores, que le sirvió de base de crecimiento en el período de la Gran Depresión, 1931-1934 y hasta 1938.

A partir de 1934 hasta 1948 el Partido Comunista eligió sus diputados. En la elección de 1939 se constituyó en la segunda fuerza política electoral, con un 9% de votación a su favor. El éxito de su crecimiento, entre otros elementos estaba que alrededor de las luchas parlamentarias movilizaban sectores populares en su apoyo. Los años duros de la II Guerra Mundial facilitaron la alianza en el gobierno del Dr. Rafael Angel Calderón Guardia, del gobierno, la Iglesia Católica encabezada por Monseñor Víctor Manuel Sanabria Martínez y el Partido Comunista, dirigido por Manuel Mora Valverde, alianza que condujo al cambio de nombre del Partido Comunista por Partido Vanguardia Popular y a la Coalición política Bloque de la Victoria, para las elecciones de 1944 entre estas fuerzas postulando a Teodoro Picado Michalski a la Presidencia de la República, sin que Vanguardia Popular tuviera un solo ministerio en su gabinete.

La izquierda socialista, así puesto, no ha tenido experiencia de ejercer gobierno. Ha tenido la experiencia de participar en procesos electorales, especialmente desde 1934 hasta 1948 y partir de 1970.

En el período de la Segunda República hasta 1975 el Partido Comunista, o Vanguardia Popular, estuvo formalmente ilegalizado, sin posibilidad de participar directamente en elecciones. En 1962 apoyó al Partido Acción Democrática Popular que eligió a Julio Suñol Leal. A partir de 1970 eligió a Manuel Mora Valverde y a Marcial Aguiluz Orellana, momento a partir del cual se crearon las condiciones para eliminar las restricciones constitucionales y legales que existían sobre su participación electoral. Para este momento, habían surgido en el país otras fuerzas políticas de izquierda, el Partido Revolucionario Auténtico, el Movimiento Revolucionario del Pueblo y el Partido Socialista Costarricense, que empezaron a participar en elecciones. En 1974 el Partido Socialista lanzó su consigna “¡El pueblo al poder! ¡Tiemblen ricos! Ese año bajo el liderazgo de Rodolfo Cerdas Cruz, un excomunista, se fundó el Frente Popular que lo llevó a la Asamblea Legislativa. Y en 1978 estas fuerzas se coaligaron con Vanguardia Popular en Pueblo Unido, llegando a elegir en 1982 a cuatro diputados. Pueblo Unido fue un esfuerzo muy importante de unidad política, que quiso ampliarse a sectores progresistas e independientes de la social democracia y el socialcristianismo.

Las elecciones, como mecanismo de participación popular, solo conducen a la toma del gobierno y a la representación parlamentaria y municipal. No estrictamente a la toma del poder político como palanca del poder estatal.

Ni siquiera en la alianza política de 1943 para impulsar y aprobar la Reforma Social de la Garantías Sociales y del Código de Trabajo, se logró que el Partido Comunista, ya llamado Vanguardia Popular, como resultado de esa alianza, obtuviera un Ministerio, en el final del gobierno de Calderón Guardia, 1943-1944, o en el de Teodoro Picado, 1944-1948, que resultó de la coalición Bloque de la Victoria, en 1944, ni siquiera para dirigir la Secretaría de Trabajo.

Cuando ha habido ministros de izquierda o de tradición comunista en el período posterior de 1948, como fue el Dr. Arnoldo Mora Rodríguez, quien había sido militante del Partido Socialista Costarricense, Ministro de Cultura del Gobierno de José María Figueres, 1994-1998, o de Patricia Mora Castellanos, militante de Vanguardia Popular, de Fuerza Democrática y del Frente Amplio, que fue Ministra de la Mujer, en el gobierno de Carlos Alvarado Quesada, 2018-2022, ninguno de ellos resultó de una alianza política de sus Partidos con los partidos gobernantes, Liberación Nacional o Acción Ciudadana. Fueron escogidos literalmente a dedo, por méritos personales o reconocimientos políticos pero no por pactos o alianzas estratégicas de los partidos políticos. Fueron circunstancias particulares que los llevaron a esas alturas del poder políticos expresado en el Gobierno. Arnoldo Mora fue ministro los cuatro años de gobierno. Patricia Mora ministra casi tres años de gobierno porque renunció al mismo con motivo de las reformas retrógradas que impulsaba el gobierno de Carlos Alvarado, con las cuales no estaba de acuerdo.

Los partidos de izquierda, el Socialista Costarricense había sufrido una crisis divisoria a finales de la década de 1970 que se agudizó a inicios de la década de 1980, provocando su desaparición. El Movimiento Revolucionario del Pueblo igualmente desapareció en esta década. El Partido Vanguardia Popular tuvo su dramática crisis divisoria a mediados de la década de 1980, divisiones que afectaron a todos los movimientos sociales y sindicales del país, provocando en mucho su debilitamiento actual.

Las grandes luchas populares de 1970, contra la ALCOA, contra el Combo del ICE en el año 2000 o contra el TLC, en el 2006 y 2007 tuvieron otros resortes, que contribuyeron a las grandes movilizaciones, que a su alrededor se realizaron. En las tres luchas había diputados activos que se convertían en los elementos aglutinadores de las movilizaciones populares que se hacían a favor de las luchas que ellos daban en la Asamblea Legislativa. Ese fue un factor determinante. Había movimientos estudiantiles activos, que se movilizaban políticamente desde la izquierda. Había sindicatos con importante influencia de la izquierda que también se movilizaron. Hoy, por ejemplo, los sindicatos del ICE, de la CCSS, del INS, del BPDC, del sector bancario y de las instituciones públicas casi no se sienten frente a las amenazas que existen contra esas instituciones y contra sus sectores laborales, por los despidos que se están realizando. Los sindicatos magisteriales han perdido mucho su capacidad de combate, ni siquiera en defensa de su sistema de pensiones. Los sindicatos no se sienten frente al congelamiento de salarios de casi cinco años que existe proyectado para los próximos cuatro años. Ninguna lucha social, después de TLC, se ha realizado apoyando gestión legislativa alguna.

Electoralmente ha habido un ciclo de subibajas parlamentarias, especialmente con la participación del Frente Amplio desde el 2006, sin que alrededor de sus diputados igualmente se haya hecho alguna movilización popular trascendente. El Partido Acción Ciudadana tampoco sirvió para fortalecer parlamentariamente luchas o movilizaciones. Su segundo gobierno fue un retroceso institucional en el país. Los diputados de estos partidos en estos años poca memoria afirmaron en el colectivo social. Los actuales diputados del Frente Amplio se distinguen como parlamentarios, pero sin arraigo fuera del recinto parlamentario. Con simpatías políticas sobre su ejercicio parlamentario, pero sin luchas alrededor de las cuales se les aglutinen sectores movilizados. Los grupos de orientación trotskista se mantienen activos, pero alejados de la organización y las luchas populares, con un visión de poder político sin ningún planteamiento real y posible de alianzas con otros grupos.

Frente a la elecciones próximas, las de febrero del próximo año, la militancia histórica de lo que fue la izquierda carece de una alternativa política real y posible. Hay discusiones de exmilitantes de aquellos partidos en que se plantean la posibilidad, que ya no existe, de formar un partido político. El escenario electoral ya está marcado. No hay posibilidad alguna de impulsar la inscripción de otro partido. Todavía no se ha señalado por el Tribunal Supremo de Elecciones cuáles son en definitiva los partidos inscritos. Parte de esta izquierda, sin militancia partidaria, discute si votar por el Frente Amplio o por el esfuerzo que está haciendo Acción Ciudadana de lanzar candidata presidencial. Con grandes dudas se realiza este debate y sin precisión de candidatos.

¿Frente a las elecciones próximas qué es lo que se está jugando? Esta es la pregunta principal. ¿La posibilidad de que el gobierno de Rodrigo Chaves Robles continúe con otro candidato y otro partido político? Este es el principal reto político nacional que existe. Esta es la realidad que no se está apreciando bien por esta izquierda política.

Frente a este peligro real el escenario que se está levantado es con los candidatos Álvaro Ramos de Liberación Nacional, de Claudio Alpízar de Esperanza Nacional, de Juan Carlos Hidalgo de la Unidad Social Cristiana, de Eli Feinzaig del Liberal Progresista, de Fabricio Alvarado de Nueva República. Por ahora no hay otros candidatos ni otras alternativas políticas, que permitan ir viendo hacia dónde van las procesiones de febrero.

Frente a las elecciones de febrero se juega la democracia política, la democracia institucional, el Estado de Derecho y la división de poderes, el Estado Social de Derecho, las Garantías Sociales a las que les quieren aplicar la guillotina, la jornada de trabajo 4-3, los sistemas de pensiones, el aumento de la edad de retiro para pensionarse, el traslado del pago del ROP hasta la edad de 115 años lo cual es un absurdo y un sin sentido, el debilitamiento mayor de la educación y salud pública, el aumento del desempleo, del trabajo informal, de los bajos salarios, el mayor incremento de la criminalidad, del narco estado y del narco gobierno de continuar el actual. Se juega la Soberanía Nacional, la Independencia Nacional y el régimen de libertades y derechos de los costarricenses. Esta es la realidad.

Frente a las elecciones de febrero próximo ya no hay posibilidad de realizar coaliciones políticas electorales. Todos los partidos van por la libre. Todos los ciudadanos “al garete”, a la deriva, sin control ni orientación política, lo que conduce a fortalecer el caos y desorden de la proyección posible del actual gobierno.

Recordemos que en Costa Rica no se puede reelegir un presidente. El presidente Chaves no se puede reelegir. Pero sí se puede reelegir un partido político. Se han reelecto los partidos Liberación Nacional, la Unidad Social Cristiana y Acción Ciudadana. En el ambiente político actual bien puede elegirse el candidato al que el presidente Rodrigo Chaves le dé el visto bueno y lo apoye para su elección. Esta es una realidad. No hay que engañarse, ni hacer la del avestruz.

Rodrigo Chaves, que había quedado de segundo en las elecciones de febrero del 2022, ganó porque electorado no votó por Liberación Nacional y especialmente por José María Figueres. Apostaron a una nueva cara y a un discurso que se ha afirmado más en la gestión de gobierno de Rodrigo Chaves, que es el discurso antisistema, anti todos los partidos políticos, anti todos los políticos, anti todos los que ha gobernado, anti todos los diputados actuales exceptuando a los que apoyan el presidente Chaves, el discurso de hacerse ver como el presidente de todos los costarricenses, de todos los trabajadores, de todos los excluidos y marginados socialmente, que todas esas fuerzas no lo dejan gobernar. Este discurso en Chaves sigue siendo válido. Lo recoge en cierta forma la simpatía y reconocimiento que tiene en las encuestas, que sus opositores, líderes y partidos no quieren ver bien ni analizar correctamente.

¿Y si como puede suceder Rodrigo Chaves se lanza a diputado en agosto? El escenario político va a cambiar. La lucha por las diputaciones va a ser lo más importante. Rodrigo Chaves candidato a diputado va a tener su propia fuerza. El partido que lo postule va a sacar sus diputados, no los 40 que Chaves dice que deben nombrarse nuevos, pero sí una importante mayoría. El partido que postule a Chaves tendrá igualmente mayor posibilidad de ir a finales en caso de una segunda ronda.

La izquierda debe recordar que en determinados escenarios hay que tomar decisiones importantes. Sin alternativa electoral, el partido Vanguardia Popular, en 1958 llamó a votar por Mario Echandi, bajo el concepto de “la oposición triunfará”, y en 1966 llamó a votar por Daniel Oduber de Liberación Nacional, que los había puesto fuera de la Ley y que en el gobierno de Francisco Orlich ilegalizó el Semanario Adelante.

El gobierno de José Joaquín Trejos Fernández, apoyado por Liberación Nacional y José Figueres, nombraron a Manuel Mora Agente Comercial de Costa Rica para vender café y azúcar en los países socialistas, ante la crisis que tenía el país, lo que facilitó a pesar de la ilegalidad electoral al Bloque de Obreros en 1969, de la participación electoral del Partido Acción Socialista en 1970 que eligió a Manuel Mora y a Marcial Aguiluz, y la apertura de relaciones diplomáticas en el gobierno de Figueres, 1970-1974, con los países socialistas. Esta es la realidad política.

El partido Liberación Nacional especialmente tenía en su seno “sectores” de izquierda, progresistas y democráticos. También los había en otros partidos, así como había “independientes” de izquierda. Hoy estos “sectores” de izquierda no se tienen con claridad en esos partidos. ¿Pero los hay todavía democráticos? Esa es una lucha que no se da abiertamente en esos partidos. Pareciera que predominan los sectores conservadores y de la derecha política, alineados con la situación internacional dominante. La “izquierda” hoy es más variada y poco definida.

Para mí, la lucha electoral del 2026, de los próximos diez meses, estará centrada en la necesidad de preservar el desarrollo democrático nacional e institucional y los derechos sociales y laborales. Esta es la clave para definir el rumbo para ir a votar.

Álvaro Ramos Chaves, ¿el relevo generacional de Liberación Nacional?, a la conquista del corazón y la mente de los costarricenses

Vladimir de la Cruz

El Partido Liberación Nacional realizó su proceso interno de selección de su candidato presidencial, para las elecciones de febrero del 2026.

Ese proceso fue por la vía de una convención electoral abierta, mediante la cual los ciudadanos, en primer lugar, los miembros, militantes y simpatizantes del Partido Liberación Nacional y, en segundo lugar, los que, quisieran pronunciarse sobre esos candidatos, podían acudir a las urnas y votar por alguno de ellos. El proceso en sí mismo era una validación del ejercicio del sufragio y de la democracia electoral costarricense.

Para ello programaron debates, con los cuatro candidatos que tenían, en colaboración con medios de comunicación radiales y televisivos.

Los candidatos que disputaron la candidatura presidencial fueron los diputados Gilberth Jiménez Siles y Carolina Delgado Ramírez, ambos de larga trayectoria militante en Liberación Nacional, con lo cual se les puede calificar de candidatos tradicionales, que han vivido de ese partido, se han amamantado de sus leches, de las buenas y malas épocas que ha tenido, han disfrutado de las mieles que esa pertenencia les ha dado para ocupar puestos políticos y públicos, a nombre de ese partido, para lo cual en sus momentos contaron con el apoyo de los dirigentes históricos y políticos, y de las estructuras organizativas de Liberación Nacional. Participaron también Marvin Taylor Dormond y Álvaro Ramos Chaves.

Marvin Taylor con igual compromiso que los diputados dentro de Liberación Nacional que le permitió desempeñar puestos públicos en el pasado, pero con menor presencia pública, y el más desconocido de ellos, Álvaro Ramos Chaves, sin una fuerte militancia política en Liberación Nacional, con buena experiencia en la función pública en los últimos diez años, con poca a casi ninguna militancia destacada en ese partido, pero con apoyo principalmente de sus sectores juveniles. En esencia todos los precandidatos eran caras bastante desconocidas, pero más desconocidos fueron los diputados, que evidenciaron su desconocimiento público por su mal papel parlamentario.

Liberación Nacional, como el partido más viejo de los procesos electorales de la Segunda República, 1953-2025, fundado en 1953, ha ejercido la presidencia de la República en nueve ocasiones, 1953, 1962, 1970, 1974, 1982, 1986, 1994, 2006 y 2010.

Los otros partidos que gobernaron el país, los podemos agrupar en los anti liberacionistas de los gobiernos de Mario Echandi, 1958-1962, de José Joaquín Trejos Fernández, 1966-1970 y de Rodrigo Carazo, 1978-1982, y los de la Unidad Social Cristiana, 1990, 1998, 2002. A estos se suman los dos gobiernos del partido Acción Ciudadana, 2014 y 2018, y el actual gobierno de Rodrigo Chaves Robles, que llegó a la presidencia por el partido Progreso Social Democrático.

Lo bueno y lo malo de todo el desarrollo político institucional y democrático, alcanzado en el país, desde 1953 hasta hoy, se les debe proporcionalmente al ejercicio de gobierno de estos partidos y de sus presidentes, con sus ministros y miembros de las juntas directivas que dirigen las instituciones del Estado y del Gobierno. Esa es la realidad nos guste o no. Podemos estar de acuerdo, o no, con el ejercicio de esos gobiernos, pero es lo que tenemos.

En el ejercicio de esos gobiernos ha habido presidentes, vicepresidentes, diputados y miembros de los Concejos Municipales que han constituido todo el andamiaje y entramado político nacional, de todos los partidos que han tenido oportunidad de tener esas representaciones políticas, con los ciudadanos que han representado a esos partidos, en esas instancias, dentro del engranaje del desenvolvimiento del Estado y el modelo de la economía nacional, contribuyendo con ello a su afirmación y consolidación. Representantes populares, oficialistas o no, todos contribuyen con su presencia y participación en el ejercicio de sus cargos, con el desarrollo democrático nacional y con el desarrollo económico que se impulsa, que es como una autopista de la cual pareciera no nos podemos salir.

Cuando acudimos a un proceso electoral es porque queremos elegir a un presidente y sus vicepresidentes, y a diputados, como será la elección de febrero del 2026, para que continúen las obras de gobierno pendientes, con sus contenidos presupuestarios, y hagan avanzar el país por nuevos derroteros, de conformidad a lo que esos gobernantes y sus partidos ofrecen a los ciudadanos en el proceso electoral buscando su apoyo. Hacia el 2026, podemos esperar que se recupere lo que se ha venido destruyendo del bienestar social, laboral e institucional, y no se afecten derechos sociales y humanos.

Con la elección del candidato de Liberación Nacional avanzamos en conocer, poco a poco, a los restantes candidatos que disputarán la conducción del país desde 2026 hasta 2030. Por ahora, los candidatos conocidos son Álvaro Ramos de Liberación Nacional, Juan Carlos Hidalgo de la Unidad Social Cristiana, Claudio Alpízar Otoya de Esperanza Nacional, Fernando Zamora de Nueva Generación, Eli Feinzaig del partido Liberal Progresista y Fabricio Alvarado de Nueva República.

El partido Unidad Social Cristiana iba a realizar un proceso de convención cerrada que no se materializó por la renuncia de uno de sus precandidatos. Los partidos Acción Ciudadana y Frente Amplio han anunciado procesos de convención cerrados para la escogencia de sus candidatos. Los demás partidos lo harán por la vía de los acuerdos de sus Asambleas Nacionales, que es lo que se establece en los estatutos de esos partidos.

Cuando analistas y personas han opinado de la convención de Liberación Nacional se han detenido en el bajo número de votantes o participantes, lo que no es relevante considerando que es el único partido que consultó, en todo el país, a los ciudadanos por sus candidatos, logrando un resultado para este momento, mientras los otros partidos NO tendrán una consulta similar, o sus candidatos serán escogidos por 70 personas que son las que constituyen la Asamblea Nacional de los partidos políticos.

Cuando se compara la convención de Liberación Nacional con sus anteriores convenciones, tampoco es relevante. Lo que de esta convención es relevante es que Liberación Nacional sigue siendo el mayor de los partidos políticos existentes, y que la convención le ha dado oportunidad de valorar sus regiones más fuertes y las más débiles. La convención le ha permitido organizar a sus principales activistas, afiliados y simpatizantes y “aceitarlos” y organizarlos hacia el proceso electoral del 2026.

La Convención en el tratamiento que le dieron en los debates organizados no fue bien tratada. La Convención era para escoger el candidato presidencial, no para discutir los problemas internos de Liberación Nacional.

Los conductores de los programas y dos de los precandidatos, Carolina y Gilberth, se dedicaron a cómo podían, a atacar a su propio partido y a sus dirigentes históricos que les dieron de mamar, y bastante. Parecían más enemigos internos de sus propios partidos, y de sus padres putativos políticos, que contrincantes del gobierno al que hay que sustituir.

Con todo respeto lo digo: Carolina Delgado parecía la Yegua de Troya y Gilberth Jiménez el Burro de Troya, ambos despedazando su propio partido ante el público que esperaba perspectivas y acciones políticas hacia el futuro gobierno que podían ellos representar. El pleito que se tenían era contra dirigentes actuales y pasados de Liberación Nacional y criticando a Álvaro Ramos por los dirigentes que le apoyaban. Carolina se dejó decir que, con ella, si ganaba, Liberación Nacional desaparecería. El discurso de Rodrigo Chaves Robles contra Liberación Nacional y sus principales dirigentes históricos cobraba forma en estas gargantas profundas del gobierno chavista en las entrañas de Liberación Nacional. Se desnudaban en cámara como chavistas o representantes del discurso chavista anti liberacionista en el seno mismo de Liberación Nacional.

Desde el punto de vista democrático electoral y nacional no se discute la escogencia de candidatos por la vía de una convención o una asamblea nacional de partido. Son iguales formalmente en la papeleta que se le presenta a los electores.

Al interior de Liberación Nacional son iguales todos los militantes de Liberación Nacional, los viejos y nuevos militantes. Los dirigentes históricos de Liberación Nacional ya fallecieron. Viejos dirigentes que emergieron en la vida de ese partido a partir de la década de 1970 todavía existen y tienen su valor. Nadie sensato, políticamente, podría negar que Oscar Arias Sánchez salvó a Liberación Nacional en las elecciones del 2006, dándole vida y proyectando el partido al gobierno de Laura Chinchilla en el 2010.

La crisis de la dirigencia y la derrota de los candidatos de Liberación Nacional en las elecciones del 2014, 2018 y 2022, es un tema que no se ha analizado todavía correctamente. Perdieron en mucho por sus pugnas internas.

El haber ido a segundas rondas electorales, en este siglo, tampoco se ha abordado correctamente por los partidos políticos, que se han despreocupado de los electores, y de los gobiernos que se han alejado de los ciudadanos.

El desencanto producido solo ha favorecido ascensos electorales peligrosos, para la segunda ronda, como el de Fabricio Alvarado en el 2018, e improvisaciones políticas, como la del actual gobierno de Rodrigo Chaves en el 2022. Este desencanto ha favorecido las candidaturas personalistas más que las partidarias. Este peligro continúa hacia el 2026.

Con la escogencia de Álvaro Ramos se recupera la candidatura partidaria, que se combina en este caso con la candidatura personal. Los primeros pasos dados, en estos dos días, por Álvaro Ramos hacen sentir el peso del triunfo de su candidatura al interior de Liberación Nacional. La reunión con los precandidatos, con los diputados, haber logrado la unidad de la fracción, hasta hoy, alrededor de la candidatura a la Presidencia de la Asamblea Legislativa de Rodrigo Arias, es parte de estos nuevos pasos que se sienten por venir.

Mi impresión es que Álvaro Ramos como candidato va a “encantar” una buena parte del electorado. Es joven, inteligente, un guerrero en su vida personal de superación y auto superación. Es exitoso, es un ganador, con buen discurso, claro en sus ideas y pensamientos, preciso y concreto a la hora de expresar sus ideas y de contestar sus interrogatorios, representa un cambio generacional, es respetuoso con sus adversarios, sin odios, es decente, produce confianza. Su preocupación es unir y sumar alrededor de su candidatura. Abierto a lograr alianzas posibles electorales que se sumen a su candidatura, no bajo la forma de una coalición, que ya no hay tiempo de aprobar, con base a planteamientos programáticos básicos y políticas de gobierno a impulsar.

Con Álvaro Ramos pareciera iniciarse una nueva etapa de nuevos liderazgos en Liberación Nacional. Tiene que lidiar todavía en el interior del partido Liberación Nacional con quienes tenderán a “atraparlo”, a “imponérsele” desde las estructuras donde operan. Tiene que diseñar una nueva imaginación política nacional.

Su presencia en las encuestas empezará a lucir a partir de ahora. Los troles del gobierno ya lo están atacando lo que es una buena bandera a su favor. La única y verdadera encuesta, la que va a valer, es la del primer domingo de febrero del 2026. Álvaro Ramos ha señalado que ese es su reto, no el primer domingo de abril. Luchará por ganar, no por ser un finalista para la segunda ronda. Este es su propósito más firme. Para ello debe tener su partido a su favor. Sin Caballos, ni Burros, ni Yeguas de Troya bajándole el piso internamente. Con las instancias de dirección partidarias trabajando con él, por él y por su triunfo, unificando alrededor suyo a los alcaldes y regidores electos en todos los cantones, especialmente en los 30 que tienen gobernados. Esta es también la única y posible oportunidad de hacer surgir de nuevo a Liberación Nacional.

En los debates este tema era preocupación del interrogatorio que se le hacía a los candidatos. La convención estaba dirigida no a mejorar al partido. Era para buscar el candidato a la Presidencia. Si la Presidencia de la República resulta buena, el partido gobernante se recupera. Así es.

El reto es enfrentar la imagen de mal país que tenemos. Es dar respuestas posibles a los graves problemas que tenemos como comunidad nacional. Es pensar en el futuro de Costa Rica.

El resultado de la convención a favor de Álvaro Ramos le da insumos a favor de su candidatura. Los últimos cinco gobernantes, Oscar Arias, Laura Chinchilla, Luis Guillermo Solís, Carlos Alvarado, Rodrigo Chaves no resultaron de convenciones de sus partidos. Por ahora con la Convención electoral de Liberación Nacional, independientemente del número de votantes, Álvaro Ramos se levanta como el candidato más fuerte en el escenario político, el que tratará de ganarse el corazón y la mente de los costarricenses, el que propone la reconquista de la esperanza democrática.

Las campañas electorales hoy descansan más en las personas. Álvaro Ramos presenta cualidades para resaltar su persona. Hay que saberlo hacer sin mezquindades políticas.

El gobierno del animal de Zapote, del jaguar, está sin candidato conocido. Entre sus posibles ya se están bajando el piso entre ellos mismos. Al Jaguar mayor, su guarida se la pueden pasar al Barrio González Lahmann en cualquier momento. No deja de ser un animal peligroso, gruñón y matón como lo demostró ofendiendo a un comensal, y a su familia, en un restaurante donde llegó amenazante, ofensivo, prepotente y provocador, sintiéndose fuerte por los guardianes que le acompañaban, expertos para el pleito y la camorra. Aun así, no hay que desestimar los esfuerzos electorales que surjan y se apoyen desde la guarida de Zapote.

Cada proceso político tiene su particularidad y especificidad. El del próximo año tiene el reto de enfrentar el continuismo del actual gobierno o de cambiar de rumbo, para recuperar la democracia social que se está perdiendo.

Internamente Liberación Nacional eligió autoridades partidarias en sus estructuras organizativas, las que también tienen que sumarse alrededor de la candidatura de Álvaro Ramos, sin responder a los caciques regionales o nacionales que les apoyaron, si quieren avanzar como partido hacia las elecciones.

Álvaro Ramos en su condición de candidato presidencial tendrá peso en el partido durante este período hasta la elección de febrero. Sin embargo, no tiene peso suficiente para decidir internamente las candidaturas a diputados. Solo le da una candidatura que él puede disponer. El sindicato cantonal que se desarrolló en el interior de Liberación Nacional para escoger diputados pesa mucho para la decisión de las futuras candidaturas. Esto también le sucede a la Unidad Social Cristiana. Mucho del éxito que pueda llegar a tener Álvaro Ramos dependerá también de las candidaturas a diputados que impulse Liberación Nacional.

La campaña electoral del 2026 todavía no se ha definido en su totalidad. Puede ser que gire principalmente alrededor de las candidaturas a diputados. Si el Jaguar zapoteño se lanza de diputado así puede suceder.

Compartido con SURCOS por el autor.

¡A votar el próximo domingo!

Vladimir de la Cruz

En febrero del 2026 escogeremos al Presidente de la República, para el cuatrienio 2026-2030, y a los nuevos diputados de la próxima Asamblea Legislativa.

Las elecciones han sido programadas y el Tribunal Supremo de Elecciones publicó el cronograma que nos lleva a esa fecha, en la que los ciudadanos, todos los mayores de 18 años, podemos ejercer libremente y en conciencia por quién votar, por una persona, candidato, un grupo de personas que le acompañan o un partido político de los que se oferta. Todos tendremos valores e información para decidir. También podemos exigir esa información para una mejor decisión.

Los partidos políticos escogerán sus candidatos de conformidad a como o tienen establecido en sus estatutos. Hace algunos años algunos partidos abrieron esa posibilidad para escogerlos en votaciones internas de esos partidos, entre sus militantes. Luego ampliaron esa posibilidad de selección para que todo el electorado se pronunciara en esas elecciones internas de los partidos. El Partido Acción Ciudadana ha anunciado que su convención será cerrada, solo de sus militantes o simpatizantes que así lo declaren para estar en su padrón electoral. Las convenciones abiertas usan el padrón electoral nacional.

Este último camino tiene sus riesgos de filtrar votantes, en esos comicios, con la intención de poner o tratar de poner de candidato al más débil de los precandidatos que se presenten ante el público, en esos partidos, para tratar de derrotarlos desde las otras tiendas políticas. Los partidos políticos que así actúan, con convenciones abiertas, se ultra democratizaron en este aspecto. El grueso de los partidos resuelve en sus asambleas nacionales o provinciales.

Todos los costarricenses electores deseamos que el próximo presidente resulte el mejor de los candidatos que se presentan en todas las papeletas. Todos, desde distintas tiendas políticas o militancias estamos atentos a cómo se van desenvolviendo estas precandidaturas y candidaturas. Así, nos debe interesar que de los cuatro aspirantes a encabezar el partido Liberación Nacional salga electo el domingo próximo el mejor que creemos que debe ser.

Esta posibilidad nos da a todos la posibilidad de ir a votar, por esa persona que consideramos es la mejor de ese partido, como es el caso de los liberacionistas que deciden su candidato el domingo para que, finalmente, con las otras candidaturas, que se suponen lo mejor de cada partido, podamos escoger a quien debe dirigir el país a partir del próximo año.

Por ello creo, que si Liberación Nacional da la oportunidad, a los que no somos militantes de ese partido, de influir en la escogencia de su candidato, HAY QUE HACERLO por el bien del país.

Hay que participar de esa posibilidad, que afirma el derecho del sufragio y la fortaleza del proceso electoral costarricense.

La celebración de la convención electoral del domingo es una parte de la fiesta electoral nacional. Aprovechemos la oportunidad para escoger de esos, el que consideremos el mejor. Pero, también, si no nos parece ninguno, hay que aprovechar la oportunidad para manifestarlo, en urnas, votando en blanco o anulando el voto, que es parte del derecho ciudadano de decidir sobre esos candidatos No nos gustan, si se trata también de expresarlo de esa manera.

Lamentablemente el voto en blanco o nulo No tiene validez ni eficacia electoral en la legislación nacional. Estos votos deberían tener valor, porque afirmaría con más fuerza el porcentual de escogencia y definición presidencial, y obligaría más a los partidos políticos de ofrecer candidatos de la mayor calidad política y humana posible.

Los invito a Votar el domingo, con profundo sentido patriótico y democrático. En las elecciones de febrero nos jugamos el futuro del país, de cambiar el rumbo que llevamos o de acentuarlo.

A 100 años de la Ley de Accidentes de Trabajo, con jornadas de 8 horas, en la encrucijada de las nuevas condiciones de trabajo, ante las jornadas de 12 horas diarias

Vladimir de la Cruz

Las clases trabajadoras costarricenses empezaron a distinguirse con conciencia de clase a finales del siglo XIX. Iniciaron sus organizaciones con las sociedades mutualistas, las sociedades de socorros mutuos y las sociedades de mutuo auxilio, que eran organizaciones policlasistas, donde podían agruparse trabajadores, artesanos, obreros, estudiantes, patronos, hombres y mujeres en general. Mi abuelita materna Ofelia Rodríguez Rodríguez, perteneció a una de ellas en el siglo pasado, hasta su muerte.

Hacia 1870, por el impulso del padre Francisco Calvo, también fundador de la Masonería costarricense, surgen las sociedades de artesanos, las sociedades de obreros y las sociedades de trabajadores, que eran organizaciones clasistas, a las cuales solo podían afiliarse artesanos, obreros y trabajadores. Con éstas, la sociedad costarricense empezó a perfilarse y conocerse como una sociedad dividida en clases sociales.

A finales del siglo XIX, el Lic. Félix Arcadio Montero, el último Rector y Presidente de la Universidad de Santo Tomás, que se opuso a su cierre, destacó como un gran líder liberal en Costa Rica y en Centroamérica. Fundó el partido de Obreros y Artesanos, a finales de la década de 1880 y a principios de la década de 1890 fundó el Partido Independiente Demócrata, que afirmó esa conciencia clasista de los trabajadores, artesanos y obreros, cuando su partido llamaba a aglutinarse a los chaquetas, a los descalzos y descamisados contra el Olimpo y los Levitas, enfatizando en quienes estaban en el poder, y en las alturas políticas, y por la forma de sus vestimentas.

La lucha política de Félix Arcadio Montero, fue intensa. Obligó a que los partidos oligárquicos de ese momento, la mayoría liberales, impulsaran en su interior los llamados Clubes de Artesanos, Clubes de Obreros y Clubes de Trabajadores, como hace poco tiempo lo hacían los partidos Liberación Nacional, la Unidad Social Cristiana y los partidos de izquierda, que tenían sus frentes, secciones y sindicatos de trabajadores.

Las luchas políticas de finales del siglo XIX hicieron que el partido Independiente Demócrata eligiera dos diputados, a Félix Arcadio Montero Monge y a Faustino Montes de Oca, y que uno de los partidos liberales eligiera diputado a su dirigente trabajador Víctor Golcher.

Las luchas políticas intensas llevaron a planear un atentado contra el presidente Rafael Iglesias Castro, cuya culpa se le echaron a Félix Arcadio Montero, motivo por el cual fue injustamente detenido y expulsado del país. A su regreso al país, en 1897, fue asesinado, envenenado, en el barco en que venía. Exaltado por el movimiento liberal centroamericano se le honró en su muerte. Casado con Rosa Segura Fonseca, sus hijos siguieron sus pasos liberales y vinculados al movimiento obrero y sus luchas, especialmente Bolívar, Arístides y Alejandro. Sus nietos, los Montero Vega, Álvaro y Arturo, también, militando en el Partido Comunista y su movimiento sindical, desde la gloriosa década de 1940-1948 hasta sus muertes, y uno de sus bisnietos, también ha sido dirigente sindical.

A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, entre 1901-1903, las sociedades mutualistas y las de trabajadores dieron paso a las Ligas Obreras y a los Sindicatos, tal y como existen hoy.

La sociedad costarricense había cambiado. Se construían los barrios Aranjuez y Amón, entre 1890 y 1912, la electricidad era un factor de progreso. El capitalismo agrario se había desarrollado. Había fábricas de gaseosas, de cervezas, imprentas, telares e hilanderías, se construían grandes edificios, se vendía electricidad al servicio privado desde 1896 en Alajuela, Heredia, Cartago y San José.

Las luchas obreras internacionales se conocían en el país. Las luchas de los trabajadores europeos y estadounidenses por la jornada de 8 horas, en 1886, 1888 y 1890 fueron seguidas en la prensa diaria, que ya existía desde 1886.

Una de las primeras demandas e inquietudes de los trabajadores nacionales fue la jornada de trabajo de 8 horas, que desde 1913, empezó a presionarse y celebrarse con el desfile del Primero de Mayo, como día Internacional de los Trabajadores.

Los sindicatos que surgieron a principios del siglo XX avanzaron en luchas y en huelgas, defendiendo salarios y condiciones de trabajo. En 1905 se constituyó la primera Federación de Trabajadores, en San José. Siguieron las de provincias, que a inicios de la década de 1910 ya existían algunas.

En 1909, el Centro de Estudios Sociales Germinal, que impulsaron Joaquín García Monge, Omar Dengo, Carmen Lyra, José María Zeledón Brenes, los científicos Jiménez Rojas, con cursos de capacitación a los trabajadores, los motivaron y condujeron para fundar la primera Confederación General de Trabajadores, única en todo el país desde 1913 hasta 1923, que se disolvió para unirse al recién fundado Partido Reformista, del sacerdote y General Jorge Volio Jiménez.

La década de 1910 -1920 golpeó fuertemente al país, por la crisis provocada por la Primera Guerra Mundial y sus repercusiones, que crearon el ambiente para la llegada de Alfredo González Flores al gobierno, el impulso de sus reformas y el golpe de Estado que le dieron en 1917, entre otras cosas, por ese motivo.

De la crisis de la guerra mundial surgió la Revolución Rusa y su repercusión inmediata en Costa Rica, con el Dr. Aniceto Montero, que impulsó el Centro Socialista de Costa Rica, a modo de un partido identificado con las ideas comunistas, marxistas y especialmente leninistas. Cuando murió Lenin, en 1924, organizó desfiles de duelo con los trabajadores nacionales. También se dieron las condiciones para impulsar la Liga de las Naciones y la Organización Internacional del Trabajo, OIT,

La década de 1920 inició con el retorno a la democracia bajo el gobierno de Julio Acosta García, 1920-1924. En su gobierno fueron electos como diputados, que se identificaban con los trabajadores y sus luchas, José María Zeledón Brenes, Bolívar Montero Segura, el dirigente obrero Gerardo Matamoros, Jorge Volio Jiménez y Julio Padilla Romero.

A las luchas sociales de salarios, condiciones de vida y de jornadas de trabajo, a principios del siglo XX, desde 1908 hasta 1925, se dieron luchas y demandas para exigir una Ley de Accidentes de Trabajo, que protegiera especialmente a los trabajadores agrícolas que eran la mayoría nacional. Varias veces se intentó en el Congreso Nacional discutir y aprobar esta ley, sin éxito, pero luchando por ella cotidianamente.

Con el partido Reformista, enfrentando a los socialistas de Aniceto Montero, Jorge Volio había izado la bandera de la Ley de Accidentes de Trabajo, que era una demanda que venía en lucha desde 1908.

Se acababa de fundar la Organización Internacional del Trabajo, OIT, del 1 de febrero al 11 de abril de 1919, organismo hoy parte de las Naciones Unidas para fomentar legislación laboral y social, trabajando conjuntamente empleadores, trabajadores y gobiernos. En 1917 había triunfado la Revolución Comunista en Rusia y en 1922 se había constituido la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, que tuvieron mucha resonancia en Europa en esos años, exaltando el arribo de la clase trabajadora al poder.

Aún antes de la OIT, en Costa Rica ya se habían aprobado disposiciones ejecutivas y leyes que regulaban la relación trabajo-capital. Los trabajadores por su parte luchaban, demandaban y pedían regulaciones y leyes sobre sus condiciones de trabajo. Una de esas luchas se inició en 1908 demandando la Ley de Accidentes de Trabajo, adquiriendo fuerza esta lucha en 1925.

La ley aprobada no afectó a los terratenientes, a los cafetaleros ni a los bananeros dejando desprotegidos, en ese sentido a los trabajadores del campo, que pedían también atender las enfermedades endémicas y mordeduras de víboras entre otros accidentes de trabajo, y tener dispensarios médicos en los centros de trabajos agrícolas. Antecedente de esta Ley fue la Ley de Accidentes de Trabajo de México, de 1904, y lo establecido en la Constitución mexicana de 1917. Aunque no protegió a la inmensa mayoría de los trabajadores fue un avance muy importante.

En la constitución de la OIT se impulsó lograr mayor justicia social. Su trabajo se orientó a formular Convenios sobre distintas temáticas laborales y sociales.

El primero de sus Convenios internacionales del Trabajo, RATIFICADO por Costa Rica, es el del reconocimiento de la jornada de 8 horas diarias de trabajo y, luego, el de la semana laboral de 40 horas. Después siguieron los Convenios sobre salarios, sobre Higiene y seguridad del trabajo, el trabajo de las mujeres y los niños, el empleo, el paro y las migraciones, los seguros sociales y pensiones, riesgos profesionales, trabajos especiales, entre ellos el trabajo agrícola, el trabajo intelectual, el trabajo indígena, sobre los derechos de asociación de los trabajadores y sobre sus condiciones de vida.

El Convenio No. 12, aprobado en 1921 es sobre la reparación de accidentes de trabajo en la agricultura, que se amplió en el Convenio No. 17, de 1925, a la reparación de accidentes de trabajo y, por los Convenios números 18 y 19, de 1925, regularon la reparación de las enfermedades profesionales y la igualdad de trato en los accidentes de trabajo.

De inmediato a su fundación la OIT se preocupó en regular a los accidentes de trabajo, documentos que en la lucha de los trabajadores costarricenses por lograr la Ley de Accidentes de Trabajo no se conocían en ese momento. Sin embargo, la lucha iniciada desde 1908 para lograr la Ley de Accidentes de Trabajo era una necesidad en el país.

Las luchas políticas contra la dictadura de Tinoco y del inicio de la década de 1920, se habían fortalecido con las luchas huelguísticas y organizativas, desde 1918 hasta 1920, para lograr la jornada de 8 horas diarias, con la Ley No. 100 del 9 de diciembre de 1920.

La lucha por esta Ley de Accidentes de Trabajo era más de los sectores agrarios o campesinos que de los trabajadores urbanos. Al aprobarse esta Ley, la No. 53 del 31 de enero de 1925, sobre “Reparación por Accidentes de Trabajo” y sus reformas posteriores, se favoreció más la protección de los trabajadores urbanos, pero ya era una conquista social.

Desde aquellos años, hace 100 años o más, la preocupación por los accidentes de trabajo se agitaba como problema fundamental de los trabajadores, especialmente agrícolas. Durante años esa ley no se aplicó adecuadamente en su protección. Se mantuvieron las demandas por su cumplimiento y se reformó levemente sin detener los accidentes de trabajo, que siguen siendo una pesadilla para los trabajadores, sus familias, la seguridad social y el presupuesto nacional que tiene que atender estas situaciones. El Estado sigue indolente ante esta situación.

Los accidentes de trabajo son constantes y cotidianos. Hoy afectan tanto a trabajadores del campo como de las ciudades, y se regulan como todo aquello “que le suceda al trabajador como causa de la labor que ejecuta o como consecuencia de ésta, durante el tiempo que permanece bajo la dirección y dependencia del patrono o sus representantes, y que puede producirle la muerte o pérdida o reducción, temporal o permanente, de la capacidad para el trabajo”; es cualquier percance que le ocurra a un trabajador durante su jornada laboral, o es consecuencia del percance del trabajo que realiza el trabajador.

Desde 1925 se han venido regulando los accidentes de trabajo, los riesgos laborales y profesionales y las enfermedades ocasionadas por los trabajos. Hoy se atiende por la Caja Costarricense del Seguro Social y especialmente por el Instituto Nacional de Seguros y su excelente Hospital del Trauma, a la población ocupada formal e informalmente, de los sectores Primario, Secundario y Terciario de la economía nacional, que sufren estas situaciones laborales.

En los últimos cinco años, con jornadas de trabajo nacionales de 8 horas diarias, los accidentes de trabajo no bajan de 110.000 al año, y alcanzan hasta 130.000 al año, afectándose los hombres en un 75% y las mujeres en un 25%.

Con el sistema de jornadas diarias de 12 horas de trabajo que se quiere imponer, al estilo de las jornadas esclavistas del siglo XIX, los accidentes de trabajo aumentarán, por las mismas condiciones que existen, y se mantendrán con esas jornadas de 12 horas, por lo menos en un 40% más de las que ya se producen. Es decir, podrán alcanzar de los 160.000 a 170.000 trabajadores accidentados por año, aumentando igual el número de los trabajadores fallecidos por accidentes laborales.

Los accidentes de trabajo actualmente se concentran principalmente en la agricultura, la ganadería, la silvicultura y pesca, en la construcción, en la industria, en la administración pública, defensa y planes de seguridad social, en la construcción, en el comercio por mayor y por menor, así como en la reparación vehículos y motocicletas, en las Industrias manufactureras, las actividades de servicios administrativos y de apoyo y en las actividades de alojamiento y venta de comidas.

En la administración pública se produce el mayor número de accidentados, siguiéndole los sectores de la agricultura, la construcción y la industria. A nivel provincial Puntarenas, Limón y Guanacaste son las que reportan más siniestralidades laborales. Más del 90% de los accidentes de trabajo se producen en el mismo puesto de trabajo habitual, dentro o fuera del centro de trabajo. Por rango de edad la mayor cantidad de accidentes de trabajo se produce en trabajadores jóvenes, un 44%, entre 15 y 34 años, un 37%, entre los de 36 y 49 años, y un 18%. entre 50 y 65 años. En las mujeres trabajadoras a medida que aumenta la edad aumentan los accidentes.

De todos los accidentados un 78% resulta incapacitado entre uno y dos días, y el promedio de fallecidos por los accidentes de trabajo se mueve entre el 6% y el 10% de los trabajadores siniestrados. Los accidentes de trabajo se producen en las empresas que tienen menos de 9 trabajadores hasta las que tienen más de 50 trabajadores.

En el país hay más de 80.000 empresas sujetas a velar por la calidad de su trabajo y de sus condiciones de trabajo, de su seguridad e higiene ocupacional.

De acuerdo con el Convenio número 81 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los inspectores del trabajo están facultados para investigar estas condiciones y a la vez están facultados para impulsar o recomendar medidas a fin de que se subsanen los defectos que ellos adviertan en la instalación, el montaje, en los métodos de trabajo que constituyan razonables peligros para la salud o seguridad de los trabajadores. Sin embargo, el Ministerio de Trabajo no tiene la cantidad de inspectores en capacidad de realizar estas tareas de inspección laboral. De esas 80.000 empresas no se visitan 3000 al año para precisar problemas en el incumplimiento de las condiciones de salud y de seguridad laboral que se debe tener.

Celebramos el centenario de la Ley No. 53 del 31 de enero de 1925, sobre “Reparación por Accidentes de Trabajo”. Pero no podemos dejar de decir que la legislación actual y el sistema de seguridad social que atiende esta situación sigue siendo deficiente.

Los sindicatos deben poner más atención a este problema. En la campaña electoral que ya está encima, los partidos políticos deberían comprometerse en atender con mayores recursos la inspección laboral y de la seguridad social y de mejorar, hasta donde sea posible, las instituciones de salud pública que atienden a los accidentados.

Compartido con SURCOS por el autor.

La encrucijada de los canales interoceánicos en Centroamérica y América Central, y la amenaza militar de Trump a Panamá

Vladimir de la Cruz

Panamá hoy forma parte de América Central y de Centroamérica. La América Central es la región comprendida como territorio entre el Istmo de Tehuantepec, en México y la Depresión del Río Atrato, en Colombia.

El Istmo de Tehuantepec es la zona geográfica que se encuentra entre los Estados de Oaxaca y Veracruz en el Sureste de México, que es la región más angosta entre el Golfo de Tehuantepec, en el Océano Pacífico y el Océano Atlántico, en la sección del Golfo de México, con una anchura de 200 kilómetros.

El Istmo de Tehuantepec se considera geográficamente el límite de separación entre América del Norte y América Central, y políticamente hace el límite internacional entre México, Guatemala y Belice. Del Istmo de Tehuantepec parte fisiográficamente la Cordillera Centroamericana.

La Depresión del Río Atrato se encuentra en Colombia. El Río Atrato nace en los farallones de Citara, en el Cerro Plateado de la Cordillera Occidental de los Andes y desemboca en el Golfo de Urabá, en el Mar Caribe. La Cuenca del Río Atrato se considera como una de las de mayor rendimiento en el mundo. El Río Atrato tiene una extensión de 750 kilómetros. Tiene su desembocadura en el Golfo de Urabá con 18 bocas en su Delta, con un gran caudal alimentado por 150 ríos afluentes, con capacidad navegable en 508 kilómetros.

Ambos límites de la América Central, el Istmo de Tehuantepec, en México y la Depresión del Río Atrato, en Colombia, se han considerado y se siguen estimando regiones posibles para la construcción de canales interoceánicos, alternativos o complementarios, al actual de Panamá.

Centroamérica, como región comprende los territorios de Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica, situación así heredada desde la dominación colonial española.

Panamá no formó parte de la Capitanía General de Guatemala, ni del Reino de Guatemala, que comprendía a los actuales países de Centroamérica, y al Estado de Chiapas, que se separó de la Capitanía antes de que Guatemala declarara su Independencia, el 15 de setiembre de 1821, para adherirse al Imperio Mexicano de Agustín de Iturbide, manteniéndose como parte del territorio de México hasta hoy.

Actualmente, en el concepto de Centroamérica, para efectos políticos y de integración regional, especialmente en el campo económico financiero, se integra también a Panamá y a la isla caribeña de República Dominicana, país siamés de Haití.

Históricamente, Cristóbal Colón en su cuarto viaje, que estuvo en la costa caribeña de Costa Rica, en setiembre de 1502, siguió su viaje a Panamá, aunque el conquistador Rodrigo de Bastidas, en 1501 ya había navegado la costa caribeña de la actual Provincia de Colón y las islas del archipiélago de la Comarca de San Blas.

Colón bautizó la Bahía, que hoy lleva su nombre, con el de Portobelo, o Puerto Bello, que fue uno de los puertos coloniales de la región más importantes que sirvieron para las comunicaciones monopólicas que había establecido España en su comercio con las colonias hispanoamericanas.

Poco tiempo después, otro conquistador Diego de Nicuesa estableció el Reino de Tierra Firme, donde se estableció la Gobernación de Castilla de Oro, a la cual perteneció Costa Rica durante un breve período, que se extendió desde el río Atrato en el Golfo de Urabá hasta el Cabo de Gracias a Dios, que comprendía la costa caribeña de Nicaragua y Honduras. Otro conquistador, Alonso de Ojeda, tuvo a cargo la región de Nueva Andalucía que estaba comprendida entre el Río Atrato y el Cabo de la Vela, en la Península de la Guajira en Colombia, al extremo norte de Sur América, región que había sido recorrida parcialmente por Alonso de Ojeda, cuando había navegado parte de la Península de la Guajira, en 1499, en su visita a Venezuela. De esta región los españoles llevaron indígenas a la isla La Española, actual República Dominicana, para su venta, estableciendo un negocio de venta de esclavos y trata de personas.

En 1510 el conquistador Vasco Núñez de Balboa fundó en Panamá la capital de Castilla de Oro, que llamó Santa María del Darién. Vasco Núñez de Balboa inició el proceso de conquista y colonia, lo que le permitió en 1513 enterarse de la existencia “de otro mar” y de un reino indígena existente allí, por lo que organiza su expedición, del 1 al 25 de setiembre, cuando llega a la cima de la Cordillera del Río Chucunaque, donde logra divisar las aguas del mar Pacífico. Llegando a la playa el 29 de setiembre toma posesión de las tierras en nombre de los reyes de Castilla.

El arribo a la costa pacífica fue lo más importante del proceso de la conquista y la colonia, en ese momento, porque permitió desplazarse por la costa pacífica del continente hacia el norte y hacia el sur, donde estaban localizadas las grandes culturas indígenas de la época.

En 1519 el conquistador Pedro Arias Dávila fundó la Ciudad de Panamá, Nuestra Señora de la Asunción de Panamá, que es la más antigua ciudad española establecida en tierra firme continental.

Como buena parte de las regiones y ciudades españolas en el continente Panamá fue atacada y visitada por piratas, corsarios, bucaneros y filibusteros, como Henry Morgan o Francis Drake, entre ellos, en distintos momentos de su historia.

Panamá así se convirtió en el centro de la actividad y proyección de la conquista y colonia española en el resto del continente por el Pacífico, especialmente hacia Perú. Por el norte permitió que se llegara a Costa Rica en 1519, al Golfo de Nicoya, dando origen al proceso de conquista y penetración española en el país. Desde Costa Rica los conquistadores Gil González Dávila y Andrés Niño se enteraron, por los indígenas, de la existencia de los dos grandes lagos de Nicaragua, el de Nicaragua y el de Managua.

El estrecho de mar, el istmo, había dado inicio a las atenciones españolas de explorar la región con posibilidad de construir un canal interoceánico.

Fernando Magallanes el 28 de noviembre de 1520 había descubierto lo que hoy es el Estrecho de los Patagones, que lleva el nombre de Magallanes, en el extremo meridional del continente.

En 1523 Hernán Cortés, habiendo terminado su etapa de conquista de México, recibió instrucciones para buscar un paso de vía o un estrecho fluvial entre los dos “mares”.

Así, en 1527, el Gobernador Pedro de los Ríos autorizó a Hernando de la Serna, Miguel de la Cuesta y a Pedro Corso para explorar las vías probables que comunicaran ambos océanos. En 1529 se dio la primera propuesta de intentar su construcción por Álvaro de Saavedra Cerón. Las exploraciones continuaron con otros conquistadores en 1533, 1536 y 1569.

Panamá se había convertido en la ruta de tránsito hacia el Virreinato del Perú, en el centro del comercio de esclavos indígenas y de negros, de comercio de oro y de realización de ferias comerciales.

El Camino Real y el Camino de las Cruces, así llamados, fueron las vías que empleadas en aquellos años para cruzar Panamá. Actualmente existe esta carretera conocida como Carretera Transístmica Boyd – Roosevelt.

Bolívar, había encargado en 1827 y 1829, poco antes de su muerte, el 17 de diciembre de 1830, estudios sobre la posibilidad de construir el ferrocarril transístmico.

El 26 de febrero de 1538 se creó la Real Audiencia de Panamá, después llamada Reino de Tierra Firme, como un gobierno autónomo que luego fue puesto en la jurisdicción de los Virreinatos de la Nueva España, del Perú, y desde 1751 de Nueva Granada.

A mediados del siglo XVIII España empezó a fortalecer la ruta naviera por el sur del continente, con sus Flota del Mar del Sur, que consideraban más segura, provocando una caída económica en la importancia de Panamá, que estaba bajo el sometimiento de la Real Audiencia de Santafé, incluyendo las provincias de Panamá, Veraguas, Darién y Portobelo, conservándose sus límites desde el Río Atrato hasta la Capitanía General de Guatemala.

Al impulso de la Independencia de las 13 colonias inglesas de Gran Bretaña se estimularon movimientos independentistas en la región, que se fortalecieron con la ocupación francesa de España, 1808-1814, y el triunfo de Simón Bolívar en la Batalla de Boyacá, lo que hizo que en 1812 se estableciera por un breve período el Virreinato del Istmo de Panamá.

Bolívar en la Carta de Jamaica, del 6 de setiembre de 1815, impulsó la idea de la Confederación de las colonias hispanas, comprendiendo desde Argentina hasta México, con capital en Panamá.

La lucha por la Independencia en el Virreinato de Nueva Granada estimuló la Independencia en Panamá, lo que condujo a su Grito de Independencia el 10 de noviembre de 1821 y el 28 de noviembre se estableció la ruptura con el reino español, movimiento dirigido, entre otros destacados luchadores por la Independencia y personajes, como José Higinio Durán y Martell, Carlos de Icaza Arosemena, Mariano Arosemena, Juan de Herrera, Gaspar Arosemena, Antonio Bermejo.

El 4 de enero de 1822 las tropas españolas salían de Panamá, que había pertenecido al Virreinato de Nueva Granada, ya constituida como la Gran Colombia, donde se integró Panamá, admitida allí, en el Congreso de Cúcuta, el 30 de agosto de 1821, bajo el liderazgo de Simón Bolívar.

En 1826 Bolívar logró reunir en Panamá, en el Congreso Anfictiónico a Argentina, Bolivia, Brasil, Estados Unidos, Colombia, Chile, México, Perú y a la República Federal de Centroamérica, que comprendía a Guatemala, Honduras, el Salvador, Nicaragua y a Costa Rica.

Poco tiempo después hubo intentos de algunos panameños de convertir a Panamá en un país hanseático bajo la protección de los Estados Unidos y del Reino Unido, así como de separar, en 1830, a Panamá de la Gran Colombia, que se disolvió a finales de la década de 1820 y principios de la de 1830, lo que dio origen a Ecuador, en 1830, y a Venezuela, en 1831.

En 1832 se constituyó la República de Nueva Granada. En 1840 se separó Panamá de Nueva Granada y se creó el Estado del Istmo, que se volvió a integrar en 1841 a la República de Nueva Granada, que empezó a negociar el control del istmo de Panamá con Francia, Estados Unidos y el Reino Unido, lo que aprovechó Estados Unidos para enviar tropas a Panamá, iniciando su intervencionismo en ese país, bajo el amparo del Tratado Mallarino-Bidlack, negociado entre Colombia y Estados Unidos en 1846.

Como ruta terrestre interoceánica en 1836 los Estados Unidos, bajo la presidencia de Andrew Jackson, también impulsó estudios para lograr esta ruta ferrocarrilera. En 1838 los franceses también lo intentaron. Entre 1849 y 1855 se impulsó su construcción, de 77 kilómetros, de doble vía.

En 1881 Francia adquirió los derechos de control del ferrocarril, que se los vendió a Estados Unidos en 1904, con una extensión de 120 kilómetros. En 1979, con el Tratado Torrijos Carter Panamá adquirió el control del ferrocarril.

En 1836, Colombia usurpó las tierras costarricenses de la región de Bocas del Toro, provocando un conflicto fronterizo con Costa Rica, que no tenía capacidad militar para defender esa parte de su territorio, ni las tropas de la República Federal de Centroamérica, de la cual Costa Rica era parte, tampoco podían hacer esa defensa, apropiándose de las tierras desde aquella época, hoy en el territorio de Panamá, que era parte de Colombia.

En 1850 Panamá se vuelve a separar por un breve período de la Nueva Granada, hasta que Justo Arosemena, el 27 de febrero de 1855, logró que se creara el Estado Federal de Panamá, que fue el primer Estado dentro de la Nueva Granada. Un mes antes, el 28 de enero se había inaugurado el Ferrocarril de Panamá, que atraviesa toda la cintura ístmica panameña, que unía a los océanos.

En 1856, el 15 de abril, se produjeron violentos encuentros entre panameños y estadounidenses, que terminó con el incendio de las instalaciones ferrocarrileras, con un saldo de 16 estadounidenses muertos y dos panameños. El 19 de setiembre de 1856 llega un destacamento del ejército estadounidense a “restablecer” el orden en Panamá.

El Estado Neogranadino, el 10 de setiembre de 1857, pagó más de 400.000 dólares a Estados Unidos, por el Tratado Herrán-Cass, reconociendo los daños causados por los panameños.

Eran los días, de 1856 y 1857 en que los filibusteros estadounidenses, encabezados por William Walker, estaban en guerra en Nicaragua, siendo combatidos por el Ejército de Costa Rica, y los de Centroamérica, tratando de impedir la anexión de las Repúblicas centroamericanas a los Estados sureños esclavistas de los Estados Unidos y de impedir el establecimiento de la esclavitud en Centroamérica, como Walker la había restablecido en Nicaragua en 1856.

En estos años, desde 1849 operaba la Compañía del Tránsito, que ejercía el control comercial desde la costa atlántica a la pacífica de los Estados Unidos, desde New York a California, usando el Río San Juan, entre Nicaragua y Costa Rica, el Lago de Nicaragua y el Estrecho de Rivas en Nicaragua, que se constituyó en una posible vía canalera, y en el eje estratégico de la Guerra de 1856-1857 contra la presencia filibustera estadounidense en Nicaragua.

En 1863 se constituyeron los Estados Unidos de Colombia. El 5 de julio de 1874 se fundó la Compagnie Universelle du Canal Interocéanique, por iniciativa del francés Ferdinand de Lesseps, con el propósito de construir un canal interoceánico en Panamá, obras que iniciaron en 1881, bajo la dirección del ingeniero y soldado francés Philippe Jean Bunau-Varilla, trabajos que fracasaron por múltiples razones, lo que obligó, en 1888, a Lesseps abandonar Panamá, circunstancia que Philippe Jean Bunau-Varilla aprovechó para involucrar al presidente de los Estados Unidos, Teodoro Roosevelt, 1901-1909, en las conspiraciones que condujeron a la separación de Panamá en 1903 de Colombia, y establecer de esa manera otra Independencia para Panamá.

En 1881 Francia adquirió los derechos de control del ferrocarril, que se los vendió a Estados Unidos en 1904, con una extensión de 120 kilómetros. En 1979, con el Tratado Torrijos Carter Panamá adquirió el control del ferrocarril.

Francia le había vendido las tierras del canal a los Estados Unidos, bajo el gobierno de Grover Cleveland. El presidente Cleveland (1885-1889 y 1893-1897), a diferencia de Teodoro Roosevelt desistió de impulsar el canal con ese carácter imperialista de dominación, que sí hizo Roosevelt, quien inició a principios del siglo XX su Política del Gran Garrote, totalmente imperialista, cuando los Estados Unidos está emergiendo como un país de esas características.

La política del Gran Garrote marcó las relaciones diplomáticas de los Estados Unidos, con el uso de la fuerza justificando la defensa de sus intereses, especialmente en la América Latina, mediante intervenciones militares y controlando aduanas.

Así, Estados Unidos había “fabricado” o “inventado” un país independiente para apropiarse de un canal lo que generó, después el Tratado Hay-Bunau Varilla, la concesión a los Estados Unidos para la construcción del canal a perpetuidad y el dominio de una franja territorial a sus lados, situación que ha pesado en la Historia de Panamá desde 1904 hasta hoy, con la amenaza del presidente Donald Trump, a la nación panameña de invadirla militarmente para recuperar el control del Canal y de esa franja territorial.

Este Tratado fue derogado por los presidentes Omar Torrijos y Jimmy Carter, el 13 de setiembre de 1977.

La lucha por la Independencia de Panamá, de Colombia, que culminó en 1903, no era ajena a los intereses canaleros transístmicos de los Estados Unidos, lo que hizo que en 1902 el Senado de los Estados Unidos aprobara la propuesta del Canal, cambiando su intención de construir el Canal por la vía del Río San Juan, limítrofe entre Costa Rica y Nicaragua, el Gran Lago de Nicaragua, el lago de Cocibolca, y el Estrecho de Rivas en Nicaragua, que era otro proyecto de construcción canalera que no ha desaparecido del todo.

A inicios de la década de 1910 esa intención se mantenía, lo que se afirmó en el Tratado Bryan Chamorro, entre Estados Unidos y Nicaragua, el 5 de agosto de 1914, a inicios de la I Guerra Mundial, firmado por los presidentes Thomas Woodrow Wilson y Adolfo Díaz Recinos.

Este intento canalero provocó un conflicto diplomático entre Costa Rica y Nicaragua, que impidió su realización.

El Tratado Bryan Chamorro afectaba, por sus alcances a Costa Rica y El Salvador que lo cuestionaron ante la Corte de Justicia Centroamericana, existente en esa época, lo que hizo que la Corte desapareciera por este conflicto.

La Corte había sido creada por disposición de los Tratados de Paz y Amistad de Washington, mediante la Convención para el Establecimiento de una Corte de Justicia Centroamericana, que fue firmada el 20 de diciembre de 1907 en Washington, por Estados Unidos, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, la que estuvo vigente entre 1908 y 1918 cuando caducó la Convención.

Estados Unidos intervino militar y políticamente, en esa década, en Nicaragua, creando de hecho un protectorado, que provocó movimientos insurreccionales, nacionalistas y antiimperialistas, dirigidos por Benjamín Zeledón en la década de 1910, y por Augusto César Sandino, en la década de 1920, hasta el retiro de las tropas estadounidenses en 1933.

El Tratado Hay-Bunau Varilla dio origen a movimientos separatistas que, fracasados, hicieron que el 3 de noviembre de 1903, culminaran con la Independencia de Panamá, como se celebra actualmente, dando origen a la llamada época republicana de Panamá, a partir del siglo XX.

El Tratado Hay-Bunau Varilla, con todas sus modificaciones, fue derogado por los presidentes Omar Torrijos y Jimmy Carter, el 13 de setiembre de 1977.

El Tratado Hay-Bunau Varilla abrió el camino para la construcción del Canal, que se terminó en 1914, cuando fue inaugurado, al iniciarse la I Guerra Mundial, situación que hizo que Panamá se declarara “neutral”, frente al conflicto bélico, hasta 1917, cuando se sumó a los aliados que ganaron la guerra.

El Canal de Panamá desarrolló una “Zona del Canal”, bajo dominio de los Estados Unidos, una franja territorial dentro de Panamá, que era como un país dentro de otro país. De hecho se decía que Panamá tenía seis fronteras, la de Colombia, la de Costa Rica, la de los dos océanos y las dos que lindaban el territorio de la Zona del Canal.

Por el Tratado Arias Roosevelt, de 1936 firmado por los presidentes Harmodio Arias Madrid y Franklin Delano Roosevelt se anuló el principio de intervención militar que tenía Estados Unidos en los asuntos internos de Panamá, para establecer el concepto de país protegido en el contexto de la II Guerra Mundial.

La Zona del Canal con este motivo y posterior a la Guerra se convirtió en un centro militar estratégico de los Estados Unidos para todo el continente. Allí tuvo su base “El Comando Sur de los Estados Unidos” y se desplegó un sistema de 16 bases militares, de distinto tipo y preparación, para soldados norteamericanos y para el entrenamiento de soldados y cuerpos militares de los ejércitos de todo el continente, especialmente en la llamada Escuela de las Américas, donde se fortalecieron los cursos de contrainsurgencia y contra guerrillas, además de que allí se preparó a la mayor parte de los dictadores y tiranos, del continente en el período de la Guerra Fría, hasta el término de la dominación del Canal por los Estados Unidos, 1945-1977.

Entre 1941 y 1945 Panamá también facilitó la ocupación de la Zona el Canal mediante el arriendo de terrenos a los Estados Unidos, los que se justificaron por los motivos de la defensa continental antinazi.

Entre 1945 y 1948 Panamá pidió a los Estados Unidos la devolución de los territorios de la Zona exigiendo la renegociación. Sin embargo, se impuso el Departamento de Guerra de los Estados Unidos de mantener de manera indefinida los terrenos, lo que estimuló corrientes nacionalistas panameñas.

En 1947 esto ocasionó grandes protestas, especialmente de los estudiantes universitarios, contra la Asamblea Nacional panameña, y se votó negativamente el Tratado que quería aprobarse extendiendo por 20 años los contratos de arrendamiento de trece instalaciones norteamericanas en la zona canalera.

En 1948 se impulsó la llamada Zona Libre de Colón, como un área, o institución autónoma del Estado de Panamá, con una zona franca.

Antes de la II Guerra Mundial Estados Unidos mantenía en la Zona del Canal cerca de 14.000 militares. Durante la II Guerra Mundial llegó a tener 65.000 militares, junto con el personal civil de la Zona.

En 1948 se impulsó la llamada Zona Libre de Colón, como un área, o institución autónoma del Estado de Panamá, con una zona franca.

En 1948 bajo las directrices del Presidente Truman se fortaleció la preparación militar de las tropas y ejércitos del continente, dentro de una visión de prevención y defensa del comunismo internacional, luego de que en Europa, al terminar la II Guerra Mundial surgieron varios países de tipo socialista. Ello se había materializado con la aprobación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, TIAR, el 2 de setiembre de 1947, y con la creación de la Organización de Estados Americanos, OEA, el 30 de abril de 1948.

En 1955 con el Tratado Remón-Eisenhower se le otorgaron más ventajas económicas y se mejoró el pago de los arriendos por el uso del canal.

La Zona del Canal de hecho mantenía partido a Panamá, hasta que en 1962, el 12 de octubre, se inauguró el llamado Puente de las Américas, que permitió la unión terrestre de ambas partes del Canal de Panamá, fortaleciendo el viejo sueño de la Carretera Interamericana, que se considera la carretera más larga del mundo, que inició su construcción en la década de 1930, la cual está interrumpida en la región del Darién, en Panamá, donde no se ha construido todavía ningún trecho carretero, lo que separa a Sur América del resto continental por la vía terrestre.

En 1964, el 9 de enero, de nuevo hubo protestas estudiantiles y populares, que se provocaron por la izada de la bandera panameña a la par de la estadounidense en la Zona del Canal, por el acuerdo de los presidentes Roberto Chiari y John F. Kennedy, de 1962, que así lo establecía y no se cumplía, protestas que tuvieron un saldo de 21 muertos y más de 300 personas heridas. El 9 de enero de 1964 se convirtió hasta hoy en una fecha emblemática del pueblo panameño.

En 1965 se volvió a plantear el tema de la Administración del Canal con la llamada Declaración Robles-Johnson, entre los presidentes Marco Aurelio Robles y Lyndon Johnson.

En 1968, el 11 de octubre, se provocó un golpe de Estado contra el presidente Arnulfo Arias Madrid, que condujo a que en el año1969 el General de Brigada Omar Torrijos asumiera el mando de la República de Panamá, y en 1972, inició su mandato presidencial con un proceso revolucionario de corte nacionalista y populista. Así, en 1977, Torrijos y el Presidente Jimmy Carter, firmaron los Tratados Torrijos-Carter que entregaron la administración del Canal de Panamá al gobierno del Panamá, y obligaron al abandono de todas las infraestructuras militares y civiles que en la Zona del Canal tenía Estados Unidos, obligando también al cambio de sede del Comando Sur de los Estados Unidos a Puerto Rico.

Muerto Torrijos, en un “dudoso” accidente aéreo, asumió el gobierno el general de cuatro estrellas Manuel Antonio Noriega en 1983, que por contradicciones políticas y militares con Estados Unidos sufrió un bloqueo económico agudizando una crisis social en Panamá, hasta que el 20 de diciembre de 1989 el ejército de los Estados Unidos invadió Panamá, capturando al General Noriega, a quien sometió ante la justicia norteamericana. La invasión provocó más de 500 muertos.

Resultado de la invasión en 1990 el presidente de Panamá Guillermo Endara abolió las fuerzas militares de Panamá, lo que se reafirmó con un referéndum popular el 15 de noviembre de 1992.

En 1999, el 31 de diciembre, bajo el gobierno de Mireya Moscoso, la primera mujer en ejercer la presidencia en Panamá, se asume el control total del Canal de Panamá, situación gravemente amenazada hoy por el presidente Donald Trump.

En el 2016 culminaron las obras de ampliación del Canal de Panamá, idea que venía desde 1930 cuando se había pensado en ampliar la capacidad de tránsito del Canal de Panamá. Estados Unidos lo intentó en 1939, lo que se suspendió por el inicio y desarrollo de la II Guerra Mundial.

En la década de 1980-1990 Japón, Estados Unidos y Panamá replantearon el tema de la ampliación del Canal.

En el 2016 se concluyó la ampliación del Canal de Panamá, con un tercer juego de esclusas, que se hizo con la aprobación de un referéndum popular el 24 de abril del 2006, bajo el gobierno de Martín Torrijos, bajo la dirección de la empresa española SACYR, abriéndose desde el 2018 al paso de barcos Neopanamax de gran capacidad de tonelaje.

En la actualidad en el crecimiento del uso del Canal ha destacado el movimiento comercial desde China, lo que ha preocupado a los Estados Unidos, especialmente al actual gobierno de Donald Trump, señalando que ello les provoca un desequilibrio comercial, además de un problema geopolítico por la presencia China en la región. Trump ha dicho que el Canal en su totalidad administrativa lo controla China, lo que no acepta, y que no es cierto.

Esta situación ha planteado una seria amenaza a Panamá porque Trump con claridad ha dicho públicamente que va a recuperar el Canal de Panamá, para que esté en manos de la administración de los Estados Unidos, y que para ello si es necesario ocupar militarmente, o intervenir militarmente, en Panamá, lo hará.

Sigue siendo el Canal de Panamá una de las obras de ingeniería más importantes del mundo, con una extensión de 80 kilómetros, de océano a océano, que acorta las distancias comerciales mundiales de manera significativa, evitando rodear el continente por el Cabo de Hornos.

Los proyectos canaleros del Istmo de Tehuantepec, de la Depresión del Río Atrato, y el de Nicaragua, seguirán en posibilidad, nada inmediata. El Canal de Panamá seguirá fortaleciéndose.

En el caso del Canal en Nicaragua el actual gobierno de Nicaragua, desde el 2013, ha tratado de impulsarlo cruzando su territorio con participación, principalmente, de capital privado de la República Popular China, lo que no se ha podido concretar del todo, sin afectar la región limítrofe con Costa Rica, aunque en el proyecto inicial no se toca el rio San Juan, límite de ambos países.

El 8 de julio del 2014 se anunció, por la empresa China HKND Group, la posible ruta canalera, con la intención de aumentar tráfico y el tránsito interoceánico de barcos con mayor carga de los que pasan actualmente por el Canal de Panamá, y para estimular más el comercio de América Latina con China. En el 2014 se anunció que Rusia colaboraría en este proyecto.

El peligro de la amenaza de Trump de ocupación militar para apropiarse nuevamente de su administración es inminente. Puede suceder en cualquier momento en que el presidente Trump así lo estime.

Sabe Trump que no hay condiciones hemisféricas, con la OEA y su Fuerza Interamericana de Paz, del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, TIAR, de impedir un agresión militar de este tipo. El TIAR quedó inaplicable cuando Argentina lo invocó para enfrentar la ocupación inglesa de las Islas Malvinas, en 1982, en que los Estados Unidos se alió con Inglaterra, apoyando su ocupación, dándole la espalda a Latinoamérica y a la OEA.

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC, no desvela a Trump. Existe en el papel como una buena intención de buscar la integración política, económica, social y cultural de la región. En una situación de agresión militar de Trump a cualquiera de los países latinoamericanos la CELAC no tiene ninguna capacidad militar de evitarla o enfrentarla.

Una agresión militar de este tipo le permitiría igualmente evaluar sus otros dos objetivos, de intervención militar, en el continente, en Groenlandia, con el ánimo de incorporarla como parte de los territorios de los Estados Unidos, y fortalecer su seguridad nacional en esa región, y en Venezuela, donde también ha planteado la intervención militar para capturar al grupo gobernante de Venezuela, al que tiene acusado de narcoterrorista.

La geopolítica mundial que traza el presidente Trump sin duda alguna ha alterado el panorama de las relaciones internacionales, y mantiene amenazas de alterarlas más. Esta geopolítica incluye la redefinición y renegociación o ruptura de los Tratados económicos y de Libre Comercio que Estados Unidos tiene, por ahora, con Canadá y México, con la Unión Europea y la República Popular China.

El Canal de Panamá es más que un sueño de opio de Trump. Es una realidad casi tangible.

En su visión geopolítica internacional Trump traza un nuevo diseño de las fronteras de los Estados Unidos. Proyecta la anexión de Canadá, en condición de Estado 51 de la Unión, de los Estados Unidos; proyecta la compra o anexión del territorio dinamarqués de Groenlandia y la “recuperación” del Canal de Panamá, su Zona del Canal, considerando que el Tratado Torrijos-Carter no debió haberse firmado, y que fue ilegal su anulación.

Trump ha señalado clara y reiteradamente sus intenciones de acudir a la intervención militar para lograr estos objetivos y territorios estratégicos para él.

Parte de esta visión cartográfica ya ha planteado que el histórico Golfo de México se llame, oficialmente para los Estados Unidos, como Golfo de América y así se establezca en su cartografía.

Con Panamá están en la encrucijada política, diplomática y militar los organismos internacionales de la OEA y la ONU, sujetos a un proceso de debilitamiento político.

Son organismos internacionales sujetos a un proceso de debilitamiento político, si ese es el camino para favorecer a Trump, que tendrían que abordar esa posible ocupación e invasión militar. La CELAC contará como una voz de protesta, con menos incidencia política y diplomática, y mucho menos militar que la OEA.

Las políticas internacionales de Trump se orientan a fortalecer su presencia dominante en los organismos internacionales, o saliéndose de ellos, si le ocasionan un alto gasto a los Estados Unidos, y si los países que participan no colaboran proporcionalmente a los gastos de su mantenimiento, o si se vuelven críticos hacia las políticas estadounidenses. No le importa si son organismos sociales, culturales, médicos, sanitarios o de salud, como es la Organización Mundial de la Salud, o si son militares como la OTAN, que la tiene cuestionada.

El actual gobierno de Nicaragua, desde el 2013, ha tratado de impulsar un canal interoceánico cruzando su territorio con participación, principalmente, de capital privado de la República Popular China, lo que no se ha podido concretar del todo, sin afectar la región limítrofe con Costa Rica, aunque en el proyecto inicial no se tocaba el rio San Juan, limítrofe de ambos países.

El posible Canal chino en Nicaragua no altera hasta hoy a Trump.

A Trump no le preocupa la presencia China en Nicaragua. Si le preocupa en Panamá, especialmente porque el 13 de junio del 2017 establecieron relaciones diplomáticas, donde China se ha convertido en un importante cliente comercial y económico de Panamá, siendo el segundo usuario después de Estados Unidos.

El Canal ampliado se inauguró con el paso de un buque Chino de la empresa COSCO. China es, a la vez, el principal proveedor de la Zona Libre de Colón, la zona franca más importante del continente y la segunda del mundo, En Colón se ha anunciado la construcción china de un puerto de contenedores y de recepción de gas licuado, en capacidad de atender los barcos Neopanamax. También la construcción de un puente sobre el Canal y una terminal de cruceros, ampliando la infraestructura ferroviaria, hasta la Provincia de Chiriquí, en 400 kilómetros y la aerolínea Air China con dos vuelos semanales Panamá-Pekín. En la economía la presencia china está en el Bank of China, el Banco Industrial y Comercial, el Exim Bank y China Development Bank, y la proyección de la Nueva Ruta Mundial de la Seda. Esta es la preocupación de Trump en Panamá… la presencia que quiere desarticular.

La espada no de Damocles, la de Trump está sobre todos nosotros…sobre el mundo que ve Trump.

La Marcha sobre Roma y la Marcha sobre la Fiscalía General de la República

Vladimir de la Cruz

Benito Mussolini y Rodrigo Chaves, un paralelismo histórico.

Benito Mussolini, fue uno de los más distinguidos dirigentes políticos de Italia, y de la Europa entre guerras mundiales, 1919-1945. Llegando al poder se impuso como dictador ejerciendo autoritariamente su gobierno, como dirigente del Partido Nacional Fascista, al que se le hacen himnos, exaltaciones, y discursos personalizados hacia su figura y su conducción política.

Mussolini se desarrolló a partir de 1919 impulsando un movimiento político que lo hacía descansar en organizaciones o comités populares llamados fascios, lo que hizo que a su movimiento se le llamara fascista.

Mussolini levantó su imagen política atacando violentamente a los socialistas y comunistas italianos y europeos. Acababa de triunfar la Revolución Rusa o Bolchevique en 1917, que culminó con la constitución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS, en 1922.

El impacto de la Revolución Rusa, a partir de 1917, y la constitución de la URSS, en 1922, hizo que Europa se sacudiera en levantamientos populares, y movimientos revolucionarios, tratando de implantar gobiernos populares, semejantes al Poder Soviético, bajo la forma de Comunas y movimientos revolucionarios entre 1917 y 1923.

En el interior de lo que se constituyó como la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas se dieron las revoluciones que condujeron a las declaraciones de la Repúblicas Soviéticas de Ucrania en 1918-1919, de Lituania y Bielorrusia, en 1918-1919, de Letonia, en 1918-1920, el establecimiento de la Comuna del Pueblo Trabajador de Estonia, en 1918-1920 y la República Socialista de los Trabajadores de Finlandia, en 1918.

Como ola revolucionaria se dieron también el Biennio Rosso en Italia, el alzamiento de Pascua en Irlanda, el republicanismo radical en Grecia, con la batalla de Dumlupinar, que hizo que el rey Constantino I abdicara, aboliéndose la monarquía y estableciéndose la República Helénica en 1924.

También en Francia se impuso la Tercera República Francesa. España, por su parte, se sacudía en huelgas, entre 1916 y 1922 lo que condujo a la dictadura de Miguel Primo de Rivera hasta el establecimiento de la República Española en 1931.

En Egipto y Sudán se sacudían, en 1919, de la ocupación británica, independizándose Egipto en 1922. En Irak hubo, en 1920, movimientos contra la ocupación inglesa.

También se dieron los movimientos políticos que condujeron a la República Socialista Soviética de Persia, 1920-1921, la Semana Roja en los Países Bajos, en 1918.

Alemania fue sacudida por las Repúblicas Soviéticas de Baviera, 1918-1919, de Sajonia, 1918-1919, de Bremen, 1919, el levantamiento del Ruhr en 1920, el Levantamiento de Hamburgo en 1923. En Hungría se dio la Revolución Húngara que impuso la República Soviética Húngara en 1919 y la Eslovaca en 1919. En Georgia se dio un golpe de Estado en 1920 y en Polonia se impuso un Comité Revolucionario Polaco Provisional, en 1920.

De la misma manera, hubo una serie de movimientos insurreccionales y contrarrevolucionarios contra la URSS, entre 1917 y 1924, en Ucrania, el Cáucaso, Georgia, Polonia.

En Italia, el Biennio Rosso fue el periodo de las luchas populares que se dieron en el norte de Italia, en Turín, Liguria y otras ciudades y regiones, por los Consejos de Fábricas, bajo la dirección de anarquistas, anarcosindicalistas, del Partido Socialista de Italia, entre 1919 y 1920, y el Partido Comunista italiano a partir de 1921, que hizo que la clase obrera planteara su “asalto al cielo”, que era proponer el “poder obrero” en las fábricas, unido a sectores campesinos.

El movimiento sindical italiano era poderoso con su Federación Italiana de Trabajadores del Metal, la Unión Sindical Italiana, la Confederación General del Trabajo, donde se distinguieron grandes dirigentes como Errico Malatesta, Palmiro Togliatti, Antonio Gramsci, lo que explica en parte sus años de prisión en la Italia fascista.

Los Consejos de Fábrica surgieron como una alternativa democrática ante el Parlamento para impulsar un “Nuevo Orden”.

En Rusia, Lenin impulsaba la III Internacional como una organización para impulsar la creación de partidos comunistas y sindicatos y uniera sus luchas en el plano internacional.

Frente a toda esta situación, que rodeaba y afectaba a Italia, Mussolini impulsó su proyecto político, que le resultó exitoso. Parte de él fue la organización de la llamada Marcha sobre Roma que se llevó a cabo entre los días 27 y 29 de octubre de 1922.

La marcha fue contra el Parlamento italiano, con “escuadras de acción” encargadas de atacar y amedrentar violentamente a sus opositores en los espacios públicos en que los encontraran. Apedreamientos, pleitos callejeros, incendios eran prácticas que realizaban. ¿Fue el incendio del bosque de Santa Ana un aviso de estas actuaciones “chavistas”, cuasi fascistas, cuando se actúa contra decisiones del gobierno y de los diputados “oficialistas” que impulsan la eliminación de ese bosque con la intención de eliminar la protección natural que tiene y que se le dio por herencia? ¿Hubo mano criminal en ese incendio, que tenga vínculo con los intereses que se mueven en el gobierno, en la Asamblea Legislativa por medio de la diputada chavista Pilar Cisneros, y empresarios con el uso de esa área boscosa?

La lucha social en Italia llevó a Mussolini al Parlamento en 1921. Chaves es el presidente, pero para mantenerse como activista político necesita seguir a la fuerza en el gobierno, o por la vía de ir a la Asamblea Legislativa en el 2026, para lo cual tendría que renunciar el 31 de julio a la presidencia y postularse como diputado, de alguno de los partidos que impulsa, bajo el pin del jaguar.

Una élite menor empresarial, financiera y productiva acompaña al presidente. Por ahora bastante oculta, con un “apoyo” popular y político expresado en encuestas que trata de exhibir en actos como la marcha contra el Fiscal de la República, del pasado 18 de marzo.

Seguirán otras movilizaciones y marchas como parte de su lucha electoral, mientras los otros partidos no están en ese terreno. Mussolini lanzó, con una orden, a sus seguidores, en octubre de 1922, a las carreteras y a las vías ferroviarias para dirigirse a Roma a tomar el poder para su líder. Rodrigo Chaves llamó a tomar San José para provocar la caída, por destitución o renuncia, del fiscal general de la República, pensando o provocando, quizá, en tomar el edificio de la Fiscalía, con la marcha triunfal que anunciaban y realizaron, la que no les dio más fuerza de acción que la de su presencia de algunas centenas de personas ante el edificio.

Chaves como Mussolini realizan sus marchas en sus giras presidenciales. Allí las está impulsando en los cantones o ciudades que visita, movilizando gentes en su gira, aprovechando todas las veces para atacar los diputados, a funcionarios o regidores locales.

Mussolini en sus movilizaciones atizó la idea de la guerra civil si las autoridades le imposibilitaban su camino. Chaves atiza la idea de que, desde la Asamblea Legislativa, el Poder Judicial, la Fiscalía General de la República y la Contraloría General de la República, aliados a la prensa canalla, no lo dejan gobernar advirtiendo que quieren darle un golpe de Estado en lo que incluye al Tribunal Supremo de Elecciones señalando que no quieren dejar participar a sus partidos en las elecciones.

La Marcha sobre Roma de Mussolini fue para sitiar al gobierno. La marcha del 18 de marzo fue para sitiar a la Fiscalía, para exigir la destitución y renuncia del fiscal general, porque es un funcionario que él no nombra y que tiene en su manos más de 50 procesos judiciales contra el presidente en sus manos.

Después de la Marcha sobre Roma, el 30 de octubre Mussolini logró formar gobierno. Rodrigo Chaves no logró su propósito de destituir al Fiscal, pero se lanzó a la yugular de los diputados advirtiéndoles que no nombraran a Rodrigo Arias Sánchez como presidente legislativo.

Mussolini pudo nombrar un nuevo gabinete italiano. El presidente Chaves espera que el primero de mayo se integre un nuevo Gabinete Legislativo sin Rodrigo Chaves, a su medida, a su vestido, que siga servilmente los mandatos que le haga el Poder Ejecutivo Nacional.

Mussolini no pudo montar su dictadura inmediatamente a las jornadas de las movilizaciones de octubre de 1922 y de la Marcha sobre Roma, pero dejó las bases montadas. El presidente Chaves trabaja igual con ese propósito…impulsar varios partidos políticos con el propósito de que ganen por lo menos 40 diputados, y dejar su títere en el próximo gobierno tratando de ejercer y asegurar el control político de todas las instituciones de gobierno y de control administrativo público, así como dominar a los Poderes públicos, desde sus altas jerarquías de dirección institucional. Busca asegurar la continuidad de su autoritarismo y despotismo poco ilustrado, de características tiránicas y fascistas.

Para la Marcha sobre Roma, Mussolini tenía la consigna “o nos dan el gobierno o iremos a Roma a Tomarlo”. Para Chaves su consigna es: “o se someten a mi gobierno completo o mi dominio lo impondremos a la fuerza”.

Mussolini fundó el periódico “El Pueblo de Italia”. El presidente Chaves ha establecido una cadena de medios de comunicación y de prensa bajo su influencia económica, la del gobierno, que son como sus voces oficiales, y una política de desprestigio y aniquilación de los medios que se le oponen o critican.

Chaves quiere como Mussolini asumir los poderes políticos del Estado de manera completa y única.

Rodrigo Chaves Robles emergió de pronto a la vida política costarricense, sin ningún arraigo nacional, cuando fue nombrado por un breve plazo ministro de Hacienda del gobierno del Partido Acción Ciudadana, bajo la presidencia de Carlos Alvarado Quesada.

Rodrigo Chaves no tenía historia partidaria, no partido político propio. Salido del gobierno, buscó asilo en un partido político, encontrando eco, en uno nuevo para las elecciones del 2022, el Partido Progreso Social Democrático, sin ningún planteamiento político o ideológico conocido. Su planteamiento fue directo contra las instituciones pública, contra quienes habían gobernado anteriormente, pintándolos como las mafias corruptas entronizadas en todas las instituciones públicas y en el andamiaje del Estado.

Rodrigo Chaves no ha tenido una crisis como la europea, ni amenazas al sistema político venidas de la izquierda, de los socialistas o comunistas costarricenses, ni del movimiento popular organizado y del semi organizado que existe.

Esto le ha facilitado atacar la estructura política que ha encontrado, por lo que ha acusado a todos los presidentes de Costa Rica, del período de la II República, especialmente de 1953-2022, como dictadores y tiranos que gobernaron solo para enriquecer grupos de poder económico, financiero y empresarial que gravitaban alrededor de ellos y sus partidos, enfatizando que no gobernaron a favor del pueblo, cuya gobernanza la realizaron a base de la corrupción, aprovechando el Estado y los gobiernos, y montando en las estructuras de los poderes públicos redes de dominio institucional, con personajes y engranajes, que a él no le permiten gobernar, lo que ha llamado los mandos medios institucionales.

Rodrigo Chaves encuentra un movimiento sindical muy dividido, debilitado, con poquísima influencia en el sector privado de la producción y la economía, golpeado por las medidas que se han venido impulsando en los últimos gobiernos contra las instituciones laborales y sociales, contra la legislación laboral en el campo de las huelgas y las convenciones colectivas de trabajo, afectando jornadas de trabajo y salarios a la mínima.

En el sector público el presidente Chaves encuentra sindicatos importantes en la esfera del gobierno, en la educación pública y universitaria, en la salud, con alguna presencia en sector agrícola. sindicatos débiles hoy en el ICE, los bancos y otras instituciones públicas.

A ventaja del presidente Chaves los sindicatos hoy son débiles y para muchos efectos son casi inexistentes, de pocas luchas y sin movilizaciones, con casi ninguna resistencia al gobierno, con poca capacidad contestaria, de responder a los datos y cifras oficiales con visión política, sin raíces y vínculos políticos o ideológicos, como los que había antes de 1991. Las luchas populares y grandes movilizaciones tienen otras banderas, alejadas de las luchas de los partidos políticos.

Los sindicatos están golpeados indirectamente por el lenguaje político del presidente Chaves, que alude constantemente a la imagen de la guerra fría, de la lucha contra el comunismo, que no está en el orden del día pero que aún pesa en el inconsciente ciudadano, con sus ataques intimidantes contra personas y a autoridades de gobierno a las que pinta como si fueran delincuentes, así como por las medidas represivas de tipo institucional que ejerce contra funcionarios públicos y actores empresariales, debilitándoles en su resistencia, y obligándoles casi a una obediencia y sometimiento a base del terror reverencial que representa la figura del propio Chaves, que ha llevado con sus gritos, su soez y vulgar lenguaje, sus insultos, las degradaciones morales que hace de sus adversarios, a la convocatoria de ciudadanos para que vayan a la instituciones, que él ataca, a manifestar su apoyo a él, como lo ha hecho contra la Sala IV, contra la Asamblea Legislativa, contra la Corte Suprema de Justica y recientemente con la convocatoria que hizo, el 18 de marzo de movilizarse, contra el Fiscal General de la República, pidiendo su renuncia o su destitución.

No ha pedido la destitución del presidente de la Asamblea Legislativa porque sabe que tiene que ser nombrado en la sesión del primero de mayo próximo. Lo que ha hecho es pedir públicamente que no lo reelijan como presidente, y de amenazar a los diputados, lo que nunca ha hecho ningún presidente en los 200 años de existencia del Estado y la Republica de Costa Rica, de que si lo reeligen él, Rodrigo Chaves, no nombrará Ministro de la Presidencia, porque no tiene nada que ir a negociar con el presidente legislativo.

La lucha y ataque constante del presidente Chaves contra los partidos políticos, especialmente contra los que tienen asiento en la Asamblea Legislativa, y de manera más precisa contra los que han ejercido el gobierno, Liberación Nacional, la Unidad Social Cristiana, y por razones ideológicas contra el Frente Amplio. Su ataque y su lucha es de palabra contra la corrupción pública que la concentra en las imágenes de los presidentes de la Asamblea Legislativa, de la Corte Suprema de Justicia, de la Contraloría General de la República, de la Fiscalía General de la República, y de la prensa y medios de comunicación que critican su gobierno o exhiben su ineptitud y su falta de políticas reales de gobierno orientadas a resolver problemas nacionales.

Rodrigo Chaves no ha impulsado un partido propio. No lo tiene. No puede hacerlo porque constitucionalmente tiene prohibición de actuar en política de esa manera.

Su forma de actuar en política beligerantemente es atacando cotidianamente a todos los partidos políticos que han gobernado, a sus principales dirigentes políticos. Concentra su atención en el ataque a los dirigentes históricos del partido Liberación Nacional porque, guste o no, es la principal organización partidaria del país.

Rodrigo Chaves ha tratado de impulsar partidos políticos que se identifiquen con él como persona, como presidente, como líder político. No ha tenido éxito importante todavía. Los partidos políticos, que fueron varios, para participar en las elecciones municipales, todos fueron rechazados por incumplir formalidades de inscripción. En esa elección mostró ser la tercera fuerza en presentación de candidatos a puestos municipales.

Para las elecciones del 2026 tiene en proceso de inscripción media docena de partidos que se identifican con él y con su movimiento “jaguar”. Dos de estos partidos están en proceso de ser eliminados si no se ajustan completamente a las formalidades de inscripción, lo que pareciera que no han aprendido después de las elecciones municipales. Curiosamente, en este caso, les están llamando la atención porque en las provincias periféricas, Puntarenas, Limón y Guanacaste, no han cumplido esos requisitos, donde se supone que tienen más apoyo popular, lo que indica por ahora que es un apoyo de papel.

Un partido no se forma solo con convocatorias de manifestaciones, o con asistencia a la presencia de actos a los que llega el presidente, movilizando personas de la región como relleno publicitario pagándoles una cifra de dinero y dándoles una comida por asistir.

Los partidos se organizan por voluntad propia, por convencimiento e identificación con el candidato o las ideas del partido. Los líderes enamoran a sus seguidores. Rodrigo Chaves solo provoca los resentimientos de sectores que se identifican con su palabreja política, sin contenido alguno, llena de improperios.

Las personas movilizadas por el chavismo cuando las interrogan los periodistas sobre las razones y objetivos por las que participan, no saben decir o expresar por qué lo hacen, o señalan un interlocutor que lo haga por ellas. Eso no le da votos a quien así cree que los va a obtener.

Como no tiene partido ha impulsado a modo de movimiento de masas lo que llama el movimiento de los jaguares. Si Mussolini desarrolló “fascios”, al presidente Chaves le falta desarrollar sus “guaridas” de jaguares donde se concentren sus seguidores y activistas, como los partidos políticos tradicionales organizaban, u organizan, sus células o comités de partidos, para sus respectivas reuniones de capacitación y de vida partidaria, que deben tener vida propia.

La vida de los partidos es diaria. La vida del chavismo y de los “jaguares” es semanal por medio del montaje que tiene el presidente de sus alharacas que presenta como Mesas de Prensa, Conferencias de Prensa.

En las convocatorias contra las instituciones o funcionarios que convoca el presidente Chaves, o que estimula para que se hagan, han habido actos de amedrantamiento, agresión y violencia contra personas. Cuando fueron a la Sala IV hubo uno de los manifestantes y dirigentes del pequeño grupo que allí estuvo gritó para que al presidente de la Sala IV se le matara.

En las próximas semanas del cauce electoral probablemente el presidente chaves buscará otros pretextos de movilización popular a su favor, para dar la imagen de su futuro apoyo electoral en su candidatura a diputado, si así se decide, al 31 de julio, o para apoyar a sus jaguares.

Lo que está claro para mí es que el presidente Chaves todavía no tiene su candidato presidencial. Los que tiró al ruedo en enero, de su gabinete, tan solo son distractores del que presentará o surgirá, como un as bajo la manga del grupo poderoso que lo rodea y le da las personas importantes que debe nombrar. La caída de Mauricio Batalla le embarrialó la cancha. Igualó al caído con el superior en las acusaciones que se le han hecho. Ha mostrado la red de cuido del presidente para sus leales colaboradores.

Quedan pendientes de caer las manos criminales del incendio de Santa Ana, que seguramente están muy ligadas a los intereses del gobierno y de la diputada Cisneros. Ese es el camino de la violencia que desarrolló Mussolini y pareciera que bajo el chavismo se está gestando.

Aquí, en Costa Rica no habrá golpe de Estado contra el presidente. El pueblo le tiene los días contados. Terminará por la fuerza popular el 8 de mayo del 2026, o el 31 de julio por su propia voluntad.

Farid Ayales Esna… su huella indeleble – In Memoriam

Vladimir de la Cruz

Conocí a Farid hace ya bastante años, a finales de la década de 1960 e inicios de la de 1970, cuando estábamos en la Facultad de Derecho, de la Universidad de Costa Rica.

Lo conocí como permaneció invariable en su vida, jovial, jocoso, amistoso, noble, siempre sonriente, nada rencoroso, afable, bastante sociable, sobre todo de buen y refinando trato, haciendo que en su relación laboral como suprior jerárquico, o personal, predominara siempre lo positivo, buscando la unidad de acción en la diversidad de opinión, procurando soluciones concretas, reales, posibles, exagerando a veces su guanacastequidad, y su liberianismo, su pampa, su Guanacaste, su Liberia, sus acompañantes permanentes como su sombras,

Siempre lo vi como una persona muy vinculada a su familia, a sus hermanos y hermana, y a sus históricas raíces libanesas. Su familia era su centro vital. En mi caso particular, compartimos hijos en el colegio en Costa Rica, y en la Universidad en Estados Unidos, lo que estrechó nuestra amistad.

Compartimos inquietudes políticas, desde distintas tiendas partidarias pero siempre con gran respeto y cariño personal.

Graduado de Abogado marchó a Italia donde hizo su Doctorado en Derecho, especializándose en Derecho Laboral o del Trabajo, campo en el que llegó a destacar como académico y como funcionario público en su condición de ministro de Trabajo.

Su vida académica y su experiencia en Italia lo sensibilizaron en el campo laboral. La vida universitaria en Costa Rica, en los días de la Facultad de Derecho, lo politizó y su experiencia en Italia le amplió sus horizontes y compromisos políticos, y le enriqueció su cultura general.

Su vida, desde sus años universitarios fue siempre intensa, apasionada por las banderas y compromisos que adquiría, que enarbolaba y defendía.

Le gustaba comer bien, lo que le llevó a desarrollar su proyecto gastronómico en el Restaurante Balbeck, al norte de Heredia, con comida libanesa. Le gustaba igualmente invitar a comer asados hechos y muy bien atendidos por él.

Recién regresado de Italia se encontró una Costa Rica agitada académicamente. El gobierno de José Figueres Ferrer impulsaba, a inicios de la década de 1970, una gran revolución en la educación superior nacional, cuando en 1973 impulsó la creación de la Universidad Nacional, en Heredia, a la que siguieron luego el Instituto Tecnológico de Costa Rica, en Cartago y la Universidad Estatal a Distancia, proyectada en todo el país.

La Comisión Ad Hoc que creó la Universidad Nacional estuvo integrada por el padre Benjamín Núñez Vargas, por Uladislao Gámez, por Francisco Morales Hernández, entre otros.

La Universidad Nacional, bajo el concepto de Universidad Necesaria, revolucionó con nuevas carreras y nuevos conceptos de admisión, incluso permitiendo, en casos especiales el ingreso de adultos sin el bachillerato colegial, tomando en cuenta su experiencia vital. Entre las unidades académicas nuevas estaba el Instituto de Estudios del Trabajo, IESTRA, la Escuela de Relaciones Internacionales, la Escuela de Planificación Social y la de Veterinaria, entre otras. En el IESTRA se dieron casos de esas matrículas especiales, que resultaron exitosas profesional y académicamente en sus resultados con dirigentes sindicales que allí se matricularon.

Dirigida la Universidad Nacional por el padre Benjamín Núñez Vargas, el Instituto de Estudios del Trabajo, IESTRA, se puso bajo la dirección de Farid Ayales Esna, por varios, años, quien también dirigió la Escuela de Relaciones Internacionales.

Al asumir la dirección del IESTRA me invitó a formar parte del profesorado del IESTRA, cuestión que por razones políticas no le gustó al Rector Núñez Vargas, quien intentó despedirme, junto a Alberto Salom, que también se había integrado al IESTRA. Farid asumió la defensa de sus profesores y allí permanecimos trabajando. En mi caso fortaleciendo mi amistad con él y valorando su integridad profesional, académica y política.

Del Instituto de Estudios del Trabajo pasó a dirigir la Escuela de Relaciones Internacionales de la UNA. En esta Unidad Académica impulso la defensa y fortalecimiento del Estatuto de Neutralidad Permanente para Costa Rica y las Propuestas de Paz que había planteado el presidente Luis Alberto Monge, con motivo de su Proclama de Neutralidad, en el contexto de la guerra que agitaba a Nicaragua y a Centroamérica.

De la Universidad se lo llevaron a Relaciones Exteriores, donde le pusieron a cargo, en el gobierno de Oscar Arias Sánchez, de la Embajada de Costa Rica en Nicaragua, en un período complejo y difícil en Nicaragua, como en Centroamérica, que supo atender con gran inteligencia, cuando se estaban firmando los acuerdos que le pusieron fin a la guerra en Centroamérica, donde jugó un papel importante en las negociaciones en las que le tocó participar, mérito que se lo reconocieron al Presidente Oscar Arias cuando le otorgaron el Premio Nobel de la Paz, en 1987, y al propio Farid cuando en Nicaragua también le dieron una distinción del más alto nivel protocolario y nacional.

Luego fue llevado al Ministerio de Trabajo, donde se desempeñó como ministro en el gobierno de José María Figueres Olsen.

En su vida académica universitaria, en su tiempo de director del Instituto de Estudios del Trabajo, se llevó a cabo una verdadera revolución institucional haciendo del Instituto una Unidad Académica al servicio de la capacitación de dirigentes de organizaciones sociales, de sindicatos y cooperativas.

Me atrevo afirmar que una gran parte de la dirigencia nacional sindical de esas décadas, de 1970 y 1980, se formó universitariamente en el IESTRA.

A los cursos de formación universitaria se agregaron los cursos intensivos a los sindicatos en todo el territorio nacional los fines de semana. Solo con el Sindicato de Educadores Costarricenses, SEC, que fue muy favorecido en la capacitación de sus dirigentes, se hacían alrededor de 50 actividades de capacitación anuales en diferentes regiones del país. Así como el SEC, las principales centrales sindicales del país y los más importantes sindicatos nacionales fueron atendidos por el IESTRA.

En su período ministerial el movimiento sindical se fortaleció, entrando en una grave crisis a partir de 1991, cuando se desintegró el Sistema Mundial Socialista, cuyas repercusiones al acabar con la Guerra Fría, debilitaron a las organizaciones sindicales que pertenecían y a los partidos políticos que se reflejaban en esa Guerra Fría, debilitándolas y haciendo surgir otras dirigencias sindicales, más apolitizadas y mediatizadas por las nuevas políticas económicas y militaristas internacionales que surgieron en el diseño actual de las relaciones políticas mundiales.

Así se proyectaba la Universidad Nacional, en la época de Farid Ayales, en el movimiento sindical urbano y rural del país, que durante esos años se fortaleció en su dirigencia sindical y en sus capacidades organizativas y de sus luchas.

La atención universitaria al movimiento sindical fue a todos los sindicatos no importaba quien los dirigiera, si dirigentes comunistas o de izquierda, si socialdemócratas o socialcristianos, o sindicatos sin adherencia a partidos políticos.

Con el IESTRA se partieron o quebraron estereotipos, que contribuyeron a fortalecer la institucionalidad democrática nacional, haciendo que la política social y sindical se uniera en la academia.

Más tarde, como Ministro impulsó, lo que había conocido embrionariamente en Italia, que fue el beneficio económico, que hoy disfrutan todos los trabajadores, que conocemos como salario escolar, un salario completo, que se da al inicio del ciclo lectivo, para que las familias se ayuden en los gastos de inicio de las escuelas y colegios. Así se incrementaba el poder de compra de los salarios. Inició con un ahorro mensual del 2% hasta que se creó como ajuste adicional o sobresueldo a los trabajadores del sector público, que se extendió en 1999 al sector privado.

Como ministro también impulsó una tarjeta especial de trabajo para cubrir mejor a los trabajadores migrantes, especialmente a los nicaragüenses, que laboraban en las áreas agrícolas, como otra medida, junto al salario escolar, que tendía a fortalecer las condiciones sociales y de bienestar de los trabajadores.

En su Ministerio no se impulsaron políticas de flexibilización laboral, como ya se estaban dando en otros países de América Latina. Bajo su Ministerio se impulsaron las Leyes de “Fomento de la lactancia materna”, la “Ley contra el Hostigamiento Sexual en el empleo y la docencia”, definiéndose el acoso sexual y sus manifestaciones, como las obligaciones y responsabilidades del empleador en estas situaciones. También se dio la Ley “Igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad”, y se establecieron días feriados, y traslado de algunos al días al lunes con posibilidad para los practicantes de religiones distintas a la católica de solicitar como días libres, los de celebración propias de sus creencias. También se adicionaron como feriados obligatorios el 11de abril y el 15 de agosto. Igualmente se prohibió la compensación de vacaciones.

Bajo su Ministerio no hubo acusaciones sindicales ante la OIT de que en Costa Rica se violaran derechos sindicales. Al finalizar su ministerio trató de satisfacer las necesidades de los empleadores y mejorar las condiciones de empleo para los trabajadores. Tambén fortaleció las relaciones con el Ministerio de Ganaderia en el Programa de Gobierno, de “Combate contra la pobreza”, buscando la generación de empleo.

Cuando se le diagnosticó su mal, su cáncer, estuve más cerca de él por mi esposa, en ese momento, que contribuyó, junto con el excelente grupo de médicos que siempre le atendió, a prolongarle exitosamente la vida. En este sentido, Farid tuvo un excelente grupo profesional, científico de médicos, del más alto nivel científico médico, que le atendían, que tuvieron en sus manos a Farid que, a su vez, fue un excelente paciente, que rigurosamente atendía y cumplía lo que se le pedía.

Su vida fue una integración de la vida académica universitaria, como docente o profesor y como director de Unidades Académicas, con la vida diplomática, como Embajador, con la vida política partidaria, como militante activo del Partido Liberación Nacional, con la vida política pública como Ministro de Trabajo.

Farid Ayales sabía combinar y disfrutar su vida personal y familiar, de esposo, padre y abuelo, así como su vida social, que le permitió cultivar una inmensa cantidad de fieles amigos. Si algo había en Farid era su lealtad con sus amigos, el gusto y placer para reunirlos en sus cumpleaños y cuando así lo demandaba.

Lo tuve como un gran amigo, en las buenas y en las malas que le tocó vivir. Solo en estos momentos se pone a prueba la amistad. Los que así vivimos la amistad con Farid nunca lo vamos a olvidar. Permanecerá siempre con nosotros en el recuerdo de sus amenas conversaciones, en los sueños compartidos, en la cotidianidad de nuestros recuerdos y en saber que Farid era una buena persona. En la Historia Nacional nos deja su huella indeleble.

(Intervención leída en la ceremonia religiosa del sepelio de Farid Ayales Esna, el 24 de marzo del 2025, en la Parroquia Inmaculada Concepción de la Unión)

Compartido con SURCOS por el autor.