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Etiqueta: Vladimir de la Cruz

Desde la Otra Acera – Costa Rica, ¿NarcoEstado? 

En una reciente edición del programa «Desde la Otra Acera» del APSE, se abordó la compleja realidad del narcotráfico en Costa Rica y la posibilidad de que el país esté evolucionando hacia un «NarcoEstado». El panel, compuesto por el historiador y analista Vladimir de la Cruz, la diputada Sofía Guillén Pérez y el profesor Hugo Vargas González, ofreció un análisis profundo sobre el narcotráfico y sus efectos en la juventud, la educación y la estructura del Estado costarricense. 

Uno de los temas centrales fue el impacto que los recortes en la educación pública han tenido en los y las estudiantes. La falta de oportunidades ha llevado a que jóvenes, e incluso niños de apenas 10 años, se vean seducidos por las promesas del narcotráfico.

Según el Semanario Universidad, en los últimos seis años, la reducción del presupuesto para becas ha sido paralela a una drástica caída en la matrícula escolar. En 2023, más de 23,000 estudiantes fueron expulsados del sistema educativo, dejando a muchos de ellos expuestos a actividades delictivas. 

Vladimir de la Cruz explicó que la historia del narcotráfico en Costa Rica se remonta a los años 80, cuando el fenómeno de los Irán-Contras trajo narcóticos al país como parte de un esquema de financiamiento para los rebeldes nicaragüenses. Desde entonces, el narcotráfico no solo ha afectado a sectores marginales de la sociedad, sino que ha penetrado profundamente en la política y economía del país. De la Cruz también señaló cómo las estructuras de poder han sido vulnerables a la influencia del narcotráfico, permitiendo que sus tentáculos lleguen a esferas empresariales y gubernamentales.

La diputada Sofía Guillén, por su parte, destacó el desmantelamiento de instituciones clave, como la Guardia Costera, y la drástica caída en los decomisos de drogas como señales alarmantes de la complicidad estatal. Guillén subrayó que este debilitamiento institucional ha permitido que las organizaciones narcotraficantes operen con mayor libertad, poniendo en riesgo la seguridad nacional y el bienestar de la población. 

Otro punto clave abordado en el programa fue la creciente politización del narcotráfico. Se discutió la posibilidad de que figuras políticas importantes estén vinculadas con el crimen organizado, ya sea mediante conexiones directas o por omisión en el cumplimiento de sus funciones. Hugo Vargas González añadió que la falta de voluntad política para enfrentar el narcotráfico está erosionando la confianza pública en las instituciones, alimentando la percepción de que el país podría estar transformándose en un NarcoEstado. 

El programa cerró con un llamado a la acción urgente: la necesidad de reforzar las políticas educativas y el combate efectivo al narcotráfico para evitar que más jóvenes caigan en las garras del crimen organizado. El futuro de Costa Rica, concluyeron los panelistas, depende de la capacidad del Estado para resistir la presión del narcotráfico y proteger a las nuevas generaciones.

Le invitamos a seguir este enlace para ver el programa.

De los cimientos a los desafíos: la historia de la institucionalidad costarricense

Prisma Latinoamericana presenta: Raíces de la institucionalidad costarricense y los peligros que enfrenta hoy: entrevista al señor Vladimir de la Cruz, Parte I.

En este video, el historiador Vladimir de la Cruz nos ofrece una mirada profunda sobre cómo se formó la institucionalidad costarricense y cómo los privilegios democráticos que disfrutamos hoy fueron producto de un largo proceso histórico. De la Cruz, en conversación con el sociólogo Miguel Sobrado, explica los momentos clave en la construcción de la República Social de Costa Rica, desde los movimientos políticos y sociales hasta las reformas que dieron forma a un sistema que hoy consideramos uno de los más estables en América Latina.

Además, se analiza cómo la herencia colonial y los movimientos ideológicos influyeron en la creación del sistema democrático y las reformas que dieron forma a Costa Rica tal como la conocemos hoy. Uno de los temas destacados es cómo los jóvenes de la década de 1940 se involucraron activamente en los asuntos políticos del país, con la creación del Centro de Estudios para los Problemas Nacionales, que dio origen a la influyente revista SURCO. 

Si te interesa saber más y entender cómo se forjó el país que conocemos hoy y los desafíos que enfrenta en este siglo, esta entrevista es imperdible. ¿Cómo se construyó nuestra democracia? ¿Qué papel jugaron los partidos políticos, las reformas sociales y los movimientos ideológicos en este proceso? Le invitamos a ver el video:

Amenazas a la democracia costarricense: el análisis de Vladimir de la Cruz

En una reciente aparición en el programa “La Lupa”, de Gilda González, el destacado historiador costarricense Vladimir de la Cruz ofreció un análisis profundo sobre las amenazas que enfrenta la institucionalidad democrática de Costa Rica. De la Cruz se enfocó en los peligros que, según su perspectiva, surgen de ciertas políticas y actitudes del actual gobierno costarricense, describiéndolas como indicios de una tendencia hacia el autoritarismo.

El historiador señaló que, bajo el pretexto de fortalecer la democracia, algunas de las acciones del gobierno podrían estar dirigidas a debilitar los mecanismos de control y contrapeso del sistema democrático. En su análisis, describió la situación como una estrategia que busca justificar el despotismo y la tiranía en nombre de una nueva democracia, alegando que esto refleja una tendencia preocupante que puede llevar a la instauración de un gobierno autoritario.

De la Cruz destacó que el actual presidente parece estar impulsando un discurso que intenta eliminar los controles institucionales, con el fin de ejercer el poder sin limitaciones. Este movimiento, según el historiador, podría abrir la puerta a prácticas corruptas, creando un escenario en el que las libertades democráticas y los derechos ciudadanos se vean erosionados. Advirtió que detrás de la corrupción y la falta de controles efectivos podría gestarse un régimen dictatorial, apoyado en mecanismos de represión y control desde las mismas estructuras de seguridad del Estado.

Además, subrayó que la creación de unidades especiales bajo el mando directo de la Presidencia, como la unidad de protección presidencial y la unidad especial de intervención, representan un peligro para las libertades ciudadanas. Estas acciones, en su opinión, reflejan una concentración de poder sin precedentes en la figura presidencial, lo que podría allanar el camino hacia la dictadura mediante la creación de un aparato de control y represión estatal.

Le invitamos a ver el análisis completo de Vladimir de la Cruz en el siguiente video para profundizar en este relevante tema: Análisis de la realidad costarricense con el historiador Vladimir de la Cruz.

¡Miserables! *

Vladimir de la Cruz

Está en trámite legislativo, en la Comisión de Asuntos Hacendarios de la Asamblea Legislativa, la discusión sobre la asignación presupuestaria constitucional para la Educación Superior para las Universidades públicas, lo que se conoce de manera general como el FEES.

La Universidad de Costa Rica es una conquista de la cultura y la educación nacional, lograda en 1940, cuando por iniciativa del Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia, se decidió fundarla. Así lo determinó el Presidente Calderón quien instruyó a su Ministro Luis Demetrio Tinoco para que procediera a su apertura.

La decisión de la creación de la Universidad fue muy importante, para darle continuidad al proceso educativo nacional desde los estudios primarios y secundarios hasta la educación universitaria o superior.

La Universidad de Santo Tomás que existió en el siglo XIX, fundada en 1843 y cerrada a finales de la década de 1880, cortó las posibilidades de educación superior en el país, exceptuando las posibilidades que se mantuvieron con algunas carreras, como la de Abogacía, escuela que se mantuvo activa y proyectada a la actual Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica.

La Universidad de Costa Rica se creó como el acto fundacional de una “nueva Universidad”, lo que hizo el Dr. Calderón Guardia. No reabrió la Universidad de Santo Tomás, que pudo haberlo hecho. La razón fundamental fue que la Universidad de Santo Tomás tenía un carácter pontificio, lo que le daba a la Iglesia Católica una influencia decisoria en la vida académica en la posibilidad de nombramiento de profesores, de aprobación de contenidos programáticos y hasta de censura de lecturas.

El Dr. Calderón Guardia tenía una formación católica cristiana muy fuerte e importante, no solo por su vida familiar, sino también por sus estudios en la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica, donde tuvo la oportunidad de estudiar también en la Universidad Libre de Bruselas. De allí la decisión de haber abierto una nueva Universidad y no de haber reabierto la vieja Universidad de Santo Tomás.

Al fundar una nueva universidad, el Dr. Calderón Guardia tuvo a la mano y en conocimiento, el estudio del Dr. Luis Galdámez, quien había recomendado cuatro años antes la apertura de la universidad en el país, propuesta que se condensó en el informe que hizo con el título “La Universidad Autónoma”. Así, la Universidad de Costa Rica se fundó con la tradición de la Universidad de Córdoba, con su Reforma Universitaria de 1918, que se impuso prácticamente en toda la experiencia universitaria posterior a esa fecha en América Latina.

La autonomía universitaria que se impulsó imponía la obligación del Estado de asignarle los recursos económicos suficientes para el buen desempeño de sus prácticas académicas, docentes, científicas, culturales y educativas en general a la universidad. Incluyó la idea de considerar a la universidad como una pequeña República con gobierno propio, con legislación propia, con autonomía del movimiento estudiantil y con gobierno estudiantil autónomo de las autoridades universitarias, con representación estudiantil en todos los órganos de decisión académicos y de políticas universitarias, entre otros puntos que abordo la Reforma Universitaria.

Desde entonces, en 1940, la Universidad de Costa Rica y hasta 1975 de hecho, se convirtió en la única Universidad del país, en la única institución de educación superior, donde confluían todos los sectores sociales y económicos del país en busca de formación profesional y universitaria.

Fue, a la vez, la Universidad de Costa Rica, la instancia de educación superior donde se prepararon en ese tiempo la inmensa mayoría de autoridades políticas y administrativas del Estado y de Gobiernos, que se formaron profesionalmente en Costa Rica. En este sentido la Universidad fue un crisol de igualdad, de tolerancia, de respeto a las diferentes ideas políticas y corrientes filosóficas del pensamiento universal, contribuyendo de esa manera al desarrollo institucional y democrático de la sociedad costarricense.

La Universidad de Costa Rica y las otras universidades públicas, que se desarrollaron en la década de 1970, han sido pilares fundamentales de la democracia nacional, fundamento importante en la formación de profesionales del sector privado y público nacional, factores y actores activos de la producción y economía nacional, columnas vertebrales del desarrollo cultural y artístico nacional en todos sus campos.

Las universidades se han visto sometidas constantemente, por parte de diversos gobiernos, a no cumplir con el mandato constitucional de darles los fondos, los recursos económicos necesarios para su desempeño y trabajo académico y científico.

Con los anteriores gobiernos había discusiones sobre el monto y se llegaba a acuerdos satisfactorios en la asignación de recursos y fondos públicos para las universidades.

Con el actual gobierno no hay acuerdo alguno. No hay apoyo ninguno para las universidades públicas. La acción del gobierno actual es TODO contra las universidades, TODO contra la educación superior pública, TODO contra la educación pública en general, lo que ha llevado al gobierno a mantener un 0% de asignación del Presupuesto Nacional a las universidades. La propuesta del Consejo Nacional de Rectores, representante de todas las universidades públicas, era de un 4.06%, necesario para el buen funcionamiento de las Universidades.

La discusión que se lleva a cabo en este momento, en estos días, en la Comisión de Asuntos Hacendarios, de la Asamblea Legislativa, es para asignarle un 2%. La primera votación que se hizo en esa Comisión rechazó ese 2%, lo que da espacio todavía a unos días más de discusión.

En la Comisión Legislativa se ha votado 6 a 5 con el rechazo de ese 2%. En esa votación dos diputados del partido Unidad Social Cristiana, Carlos Felipe García y Alejandro Pacheco, miserablemente se han pronunciado en contra de ese 2%. (ver nota al final).

Digo que son miserables, ruines, porque ese partido fue la bandera del gran Benemérito de la Patria, Calderón Guardia, fundador de la Universidad de Costa Rida, y de hecho, de las universidades públicas en su herencia.

Miserable es el Partido Unidad Social Cristiana que se ha plegado a destruir toda la obra social del Dr. Calderón Guardia, y del impulso que le dio a esa Reforma el Partido Liberación Nacional, desde el Gobierno de la Junta en 1948-1949 y las que posteriormente realizaron en los gobiernos subsiguientes, entre ellas la creación de las otras universidades públicas y haber avalado el surgimiento de las universidad privadas, como complementarias a las primeras, en su misión de formación de profesionales de alto nivel educativo.

El gobierno de la República actual ha caracterizado a los gobiernos de Liberación Nacional y de la Unidad Social Cristiana, como dictaduras y tiranías de camarillas que ejercieron sus gobiernos para favorecer a pequeños grupos asociados a sus gobiernos y alejados del pueblo. Eso le ha llevado a justificar los ataques a toda la obra de esos gobiernos, independientemente de valorar lo bueno y lo malo que han realizado, porque lo bueno del desarrollo del país se le debe fundamentalmente a esos gobiernos, más allá de si simpatizamos con esos partidos políticos que gobernaron el país.

Puedo entender que el dirigente político que fue de ese partido, Rafael Ángel Calderón Fournier, que además fue su fundador, gran negociador que logró su creación en el gobierno de Luis Alberto Monge Álvarez ya no esté en ese partido. Lo que es impensable es que ese partido que arropó la Reforma Social haya renunciado a ese legado histórico.

Los actuales dirigentes de la Unidad Social Cristiana son renegados de esa tradición social cristiana, en el campo político. Han abjurado la Reforma Social, hoy repudian las figuras del Gran Benemérito Rafael Ángel Calderón Guardia, maldicen con sus diversos actos destructores de dicha obra social, su memoria.

La fracción parlamentaria de la Unidad Social Cristiana se ha colocado en el furgón de cola del tren autoritario, despótico, tiránico, del actual mandatario de Zapote. No han entendido que ese furgón de cola, apoyando todo su programa político y económico, y destructor de la obra social del Dr. Calderón Guardia, no va a sobresalir en modo alguno como una fuerza política vigorosa, independiente ni como opción ciudadana ante el próximo proceso electoral.

Tampoco los actuales dirigentes políticos de la Unidad Social Cristiana hacen la lectura correcta de la historia de ese partido, de los logros históricos que realizaron. Su visión los lleva al abismo político, al salto al vacío que se ha confirmado en la práctica del actual gobierno.

A ese despeñadero conducen a ese partido.

La dirección política de la Unidad Social Cristiana y su fracción parlamentaria verdaderamente se comportan de manera miserable, ruin, despreciable, malvada, canalla contra las universidades públicas al no apoyar el 2% que solicitan las universidades, como mínimo en la Comisión de Asuntos Hacendarios de la Asamblea Legislativa.

No es un problema solo de las actuales universidades en su presupuesto. El impacto de no asignarle los recursos económicos suficientes y decorosos a las universidades es contra toda la población, contra todas las familias, contra todos los estudiantes de preescolar, de escuela, de secundaria en sus diversos ciclos y modalidades educativos, porque se quitan los recursos de las universidades y éstas tendrán menos posibilidad de recibir a los niños y jóvenes que se preparan en escuelas y colegios con la ilusión de ingresar a un nivel universitario.

Lo miserable de la actuación de los diputados socialcristianos en la Comisión de Asuntos Hacendarios es contra toda la sociedad, contra todas las familias, contra todos los padres y madres ilusionados con el futuro de sus hijos, a quienes les están negando la posibilidad de que ellos puedan llegar a la educación superior.

Lo más decente que podrían hacer los diputados Carlos Felipe García y Alejandro Pacheco, de la Unidad Social Cristiana es dar su voto afirmativo en la Comisión a la propuesta del 2% del Presupuesto Nacional para las universidades, para que ese Dictamen pase con mayoría de votos al Plenario Legislativo, que es donde debe discutirse más ampliamente. Ahí pueden refugiarse, si así los obliga la dirección política de su partido y la decisión de su fracción, a votar como quieran en el Debate del Plenario. Por ahora, lo importante es que se apruebe el 2% en la Comisión Legislativa.

Diputados socialcristianos en este asunto por lo menos compórtense decentemente con su voto a favor de la Cultura y la Educación Superior Nacional. Es un problema de conciencia nacional.

Dejen y sálganse del estercolero nacional en que los quieren meter el presidente de la República y sus voceros institucionales en la lucha que él tiene contra la cultura y la Educación nacional y popular.

*PS.

El artículo fue redactado el jueves en la mañana. En la sesión de la Comisión del jueves por la tarde los diputados Carlos Felipe García y Alejandro Pacheco, de la Unidad Social Cristiana votaron a favor del 2% del FEES. Se comportaron como debía ser. Honraron al memoria del Dr. Calderón Guardia y facilitaron que el Dictamen de la Comisión pase al Plenario Legislativo con votos de mayoría. Aún queda la discusión en el Plenario Legislativo.

Vladimir de la Cruz

Compartido con SURCOS por el autor.

Del 12 de octubre y el encuentro de culturas

Vladimir de la Cruz

El pasado 12 de octubre se había constituido en una fecha de celebración nacional, e internacional, asociada a la llegada de Cristóbal Colón a las tierras del continente americano, en su primer contacto con las islas del Caribe, resultado de su primer viaje trasatlántico.

En su vida realizó otros tres viajes. En el Cuarto viaje tocó las costas de Costa Rica, en la región hoy de Limón, quedándose unos días, a partir del 25 de setiembre de 1502. De su estancia en la zona, en la Isla de la Uvita y en la costa, luego de hacer el contacto directo con los aborígenes que habitaban esa región, dejaron testimonios muy importantes que destacan el gran y buen impacto que le causaron al Gran Almirante, describiendo sus hombres, su cultura, sus vida comunal, aspectos médicos que observó, especialmente de su comunidad humana, que la destacó como la mejor que había conocido de todo su recorrido que traía desde Honduras, que continuó hasta Panamá. Un rasgo m uy importante de ese contacto fue el de señalar que los aborígenes de la región caribeña eran pacíficos y amistosos, además de conocer varias lenguas indígenas.

Para nosotros esa fecha, 25 de setiembre de 1502 es la del primer contacto con los españoles. Podría considerarse, a la vez, que es a partir de esa fecha cuando la presencia de Colón empieza a hacer efectiva la posesión de tierras y la dominación española. Sin embargo, esa fecha se asocia más a la presencia de los españoles cuando llegaron al golfo de Nicoya, una vez que había cruzado el istmo de Panamás, desde donde iniciaron su proyección hacia al sur del continente, por la costa del Pacífico, y hacia el norte por esa misma costa, hasta llegar al Golfo de Nicoya en 1519, desde donde se van a iniciar la penetración del territorio costarricense centroamericano.

El 12 de octubre quedó inmortalizado para los españoles, en su visión del mundo, como descubridores del nuevo continente, aunque Colón nunca llegó a tener conciencia de que efectivamente había llegado a nuevas tierras continentales. El consideró que había llegado a las Indias Occidentales, tal y como había planeado su viaje, ante los obstáculos que había de viajar al Oriente por la ruta tradicional que existía desde Europa hacia la China y la India, por el Mediterráneo.

La idea de las tierras americanas como nuevas tierras se le debe a Américo Vespucio, el otro gran almirante que sí tuvo noción y conciencia de la monumentalidad de las tierras a las que habían llegado, tierras desconocidas totalmente para los europeos.

A partir de aquella llegada se empezó a desarrollar el control total de las tierras del continente, mediante un modelo de violencia que se impuso que aseguraba el dominio de España y de Portugal, primero, de las tierras americanas. Luego se hicieron presentes otros reinos europeos.

Los centenarios de la llegada de los españoles, el primero, en 1592, el segundo, en 1692, el tercero, en 1792 no fueron celebrados en España. Fue hasta el cuarto centenario, el de 1892, que se organizó una gran celebración, cuando ya prácticamente se habían independizado todas la colonias de España y Portugal en el continente. Quedaban Puerto Rico y Cuba.

Con motivo del IV Centenario se organizaron Ferias Internacionales, una de ellas en España. De la celebración del IV Centenario, ya reconocidas las independencias de los países y repúblicas latinoamericanas, se impuso igualmente el reconocimiento de España y Portugal, en su impacto en el desarrollo económico, cultural, religioso y político de España durante esos 300 años de dominación. Así surgió la idea de la Madre Patria, con la que se empezó a reconocer a España. En el caso costarricense se impuso, entre las reformas de finales del siglo XIX, que se hicieron en el país, la del establecimiento del Colón, en memoria del Almirante, como denominación de la moneda nacional, que tenemos hasta hoy. También se siguió con la idea del Descubrimiento de América, concepto, el de “descubrimiento”, que se impuso en todos los textos históricos y análisis en general que se hacían de aquella llegada.

Fue con motivo de la celebración del V Centenario, a celebrarse en 1992, que se agitaron los ánimos académicos, que cuestionaron el concepto de “descubrimiento”. No se podía “descubrir” lo que ya estaba ampliamente poblado, y con presencia de culturas muy avanzadas en su desarrollo económico, cultural, político, arquitectónico y social, entre otros aspectos.

Hay diferentes análisis de la población del continente al momento de la llegada de los españoles y europeos. Los hay que parten de una gran cantidad de población y los hay de una no tan grande cantidad de habitantes. Ambas teorías tienen impacto importante. Los que sostienen la mayor cantidad de población impactan más en la presencia negativa que tuvo esa presencia, los que sostienen que no eran tantos habitantes minimizan ese impacto negativo. En las tesis maximalistas, de mayor población, me ubico, y sostienen que en América pudo haber habido entre 90 y 110 millones de habitantes.

El historiador Centroamérica Mario Flores Macal sostenía que podían haber vivido, en la región entre 5 y 7 millones, y para Costa Rica la antropóloga Eugenia Ibarra ha sostenido la tesis de que pudimos tener alrededor de medio millón de personas. Otros estudios, desde el análisis arquitectónico de los basamentos de las comunidades indígenas nacionales sostienen que pudo haber habido hasta un millón de habitantes.

Diez años antes de la celebración del V Centenario de la llegada de los españoles especialmente las Academias de Historia, de los países latinoamericanos, empezaron a cuestionar la celebración como “Descubrimiento”, lo que empezó a llamarse “Encuentro de culturas”, concepto más apropiado a la realidad, independientemente si fue un encuentro pacífico o violento, como también se valora.

Actualmente, así se recuerda y celebra. Igualmente, hoy el 12 de octubre como fecha que se recordaba con exaltación, y hasta con día feriado, ha desaparecido del calendario escolar y nacional. Se rememora cada vez más el “encuentro”, que destaca, con sus estudios cada vez mejores y de mayor profundidad analítica, el papel en aquella época del avance cultural en general de nuestras culturas autóctonas, aborígenes.

Con igual entusiasmo se ha ido celebrando, cada más, la fecha de la Independencia Nacional, de las naciones latinoamericanas de España, que se ubican por sus Declaraciones de Independencia entre 1810 y 1826, siendo las de Centroamérica las Declaraciones que se inician con las de las ciudades de la Provincia de Chiapas, que era parte de la Capitanía General de Guatemala, a finales de agosto y primeros días de setiembre de 1821, pasando por la del 15 de setiembre de Guatemala, la del 21 de setiembre de El Salvador, las del 28 de setiembre y el 11 de octubre de Nicaragua, la del 28 de setiembre de Comayagua, Honduras y las del 29 de octubre del Partido de Nicoya y la de Costa Rica.

 

Compartido con SURCOS por el autor.

Las autoridades políticas de Costa Rica. Con algunas tenemos una deuda de reconocimiento

Vladimir de la Cruz

Generalmente, acudimos a señalar como autoridades políticas, refiriéndonos a los gobernantes que ha tenido Costa Rica, a los Jefes de Estado y a los Presidentes de la República. Existe la Galería de ellos en la Asamblea Legislativa como el máximo tributo de reconocimiento a ellos. Sus cuadros han sido pintados por grandes artistas, nacionales y extranjeros, entre ellos Toribio Jerez, Aleardo Villa, Tomás Povedano, Enrique Echandi, Lucio Ranucci, Fernando Calvo, Lorenzo Fortino, Aquiles Bigot Marie, Nicolás Jaury, José Claro Azcarreta, Juan Andrés Bonilla Mata, Gonzalo Morales Alvarado, Fabio Fournier, Dinorah Bolandi Fernández.

¿Pero realmente fueron solo ellos? ¿La Historia de Costa Rica se remontan solo a este período histórico, a partir del surgimiento del Estado de Costa Rica, como parte integrante de las Provincias Unidas de Centroamérica y de la República Federal de Centroamérica, como finalmente se constituyó?

Mi Maestro, el gran historiador Rafael Obregón Loría, nos enseñó que también había que considerar a las “Autoridades coloniales Superiores de Costa Rica”, quien publicó un libro mimeografiado, como se estilaba en esos días, sobre esas autoridades, en el cual hizo breves semblanzas de las autoridades y gobernadores coloniales, sobre la base de lo que había publicado el historiador Ricardo Fernández Peralta, que incluyó autoridades que ejercieron el cargo interinamente. Su publicación fue de modo cronológico de esas autoridades, como correspondía hacerlo. De ellas están incluso sus firmas que también se han publicado. También el historiador León Fernández Bonilla amplió la lista, con minuciosa investigación en los Archivos Históricos de Guatemala y de España.

Así, conocemos la lista de quienes estuvieron a cargo de la dirección político-administrativa de Costa Rida, cuando éramos dependencia española, dentro del Virreinato de Nueva España, el de México, y como parte de la Capitanía General de Guatemala, el Reino de Guatemala, un reino que no tuvo reyes gobernantes, y las Diputaciones provinciales surgidas al amparo de la Constitución de Cádiz, de 1812, que funcionaron hasta 1814 por la suspensión de la Constitución hasta 1820. Unos meses después sobrevino la Independencia, de todas las provincias centroamericanas y pertenecientes a la Capitanía, desde finales de agosto de 1821, con la Independencia de las regiones de Chiapas, que pertenecían a la Capitanía General de Guatemala, hasta la de Costa Rica el 29 de octubre de 1821, pronunciándose la Independencia de México el 27 de setiembre de 1821, fecha en que finalmente se acabó el Virreinato de Nueva España o de México.

Como parte de esa estructura de autoridades coloniales se pueden señalar las siguientes, que empezaban con la de los Reyes de España, como autoridad suprema de España y sus colonias en ultramar. El ejercicio de su poder el Rey lo hizo por medio de autoridades que se concentraban en la Casa de Contratación de Sevilla y el Consejo de Indias, la Junta de Indias, Superintendencia de Indias, el Consejo Real y Supremo de las Indias, los Adelantados, los Virreyes, los Capitanes Generales, los Intendentes, los gobernadores, los Alcaldes Mayores o Corregidores, las Reales Audiencia, los Cabildos y otras formas institucionales de manifestarse. La Capitanía General de Guatemala, en un momento llego a tener cuatro Intendencias, una Gobernación, la de Costa Rida, ocho Alcaldías Mayores y dos Corregimientos.

Los virreyes fueron las autoridades superiores en los territorios de la américa hispana, o del Nuevo Mundo, como empezó a conocerse el continente.

El Historiador Rafael Obregón Loría estableció que la Primera autoridad española en Costa Rica fue Cristóbal Colón, señalando de seguido a él a los Reyes españoles.

Luego siguieron las Audiencias, a las que perteneció Costa Rica, como la de Santo Domingo, la de Panamá, la de Los Confines, la de Guatemala. A partir de allí la lista de Gobernadores e Capitanes Generales de Guatemala, las autoridades de Veragua y de Nicaragua que ejercieron autoridad sobre Cota Rica, y la lista de Gobernadores, Capitanes Generales, Alcaldes Mayores y otras autoridades de la Provincia de Costa Rica.

Con la Declaración de Independencia, el 29 de octubre de 1821, iniciamos el período de reconstrucción democrática republicana, estableciendo hasta el 8 de setiembre de 1823, un período de breves gobiernos, de carácter colegiado mediante órganos de gobierno que se llamaron o reconocieron como Junta de Legados de los Pueblos, Junta Interina, Junta Electoral, Primera, Segunda y Tercera Junta Superior Gubernativa, y, entre ellas, la Diputación Provincial o Triunvirato, Comandantes Generales y Congreso Constituyente, para llegar al establecimiento del Estado de Costa Rica, a partir del cual se reconocen los Jefes de Estado y luego los Presidentes de la República.

Como Estado de Costa Rica fuimos parte integrante de la República Federal de Centroamérica. La República se constituyó siguiendo el modelo moderno de las Repúblicas que estaban surgiendo después de la Independencia de los Estados Unidos y de la Revolución Francesa. Mucho se ha insistido que la República Federal siguió el modelo norteamericano. A la par estaba el modelo que iniciaba México a partir de su Independencia, también de características republicanas, aun contemplando la idea de Imperio que trató Agustín de Iturbide, que motivó las adherencias al mismo por las declaraciones de Independencia de las Provincias Centroamericanas.

La Galería oficial de Jefes de Estado y Presidentes de la República, a partir de la Independencia, que existe en la Asamblea Legislativa, no contempla, ni siquiera una placa, que destaque con su nombre a las primeras autoridades de las Juntas de Gobierno del período 1821-1823. Si no se quisiera poner la lista de todos sus integrantes, al menos las de quienes presidieron esas Juntas, que fueron el Pbro. Nicolás Carrillo Aguirre, 12 nov. 1 diciembre 1821, el Pbro. Pedro José Alvarado, 1 diciembre 1821-5 enero 1822; Rafael Barroeta Castilla, 5-12 enero 1822; Santiago Bonilla Laya-13 enero- 31 diciembre 1822; José́ María Peralta-13 enero- 31 diciembre 1822; José́ Rafael Gallegos-(4)-13 enero- 31 diciembre 1822; José́ Santos Lombardo-1 enero-14 marzo 1823, Rafael Francisco Osejo-14-29 marzo 1823; Joaquín de Oreamuno y -29 marzo-5 abril 1823; Gregorio José́ Ramírez-2-16 abril 1823; José́ María Peralta-16 abril-6 mayo 1823; Manuel Alvarado H. Pbro.-16 mayo-8 setiembre 1823.

A partir de aquí se inició la Jefatura de Estado con Juan Mora Fernández, hasta el 8 de marzo de 1833, en tres gobiernos que la ejerció.

Formamos parte de la República Federal de Centroamérica, y tuvimos como autoridades superiores, a los Presidentes de la República Federal, a Manuel José Arce, Francisco Morazán Quesada, quien también fue jefe de Estado de Costa Rica, en 1842, José F. Barrundia y José Cecilio del Valle, siendo Morazán el que más tiempo ejercicio la Presidencia de Centroamérica.

Estamos en deuda con estos gobernantes superiores de Costa Rica en el Salón o Galería de Jefes de Estado y Presidentes de la República. Se debe establecer, al menos, una placa que reconozca a estas Autoridades Superiores gubernativas de Costa Rica, en lo que corresponda, formal o informalmente. Contribuiría su reconocimiento a fortalecer los estudios históricos desde los textos escolares y colegiales fundamentalmente, donde casi no se dice nada de gobernantes y períodos históricos de Costa Rica, los períodos de las Juntas y de la República Federal.

En las tendencias globalistas, y centroamericanistas que existen, es necesario fortalecer el conocimiento histórico que nos permita entender mejor ese proceso, desde sus raíces hasta la actualidad.

Las autoridades del periodo colonial quedan para la historia.

Antes de la presencia europea y española en el continente tuvimos también los reinos indígenas. Los caciques de Costa Rica, en sus diversas comunidades y regiones, también podrían ser reconocidos con otra placa. Son parte de nuestra Historia, son nuestras raíces remotas. También a ellos les debemos ese reconocimiento.

La abolición de la Esclavitud en Centroamérica

Vladimir de la Cruz

(Intervención de Vladimir de la Cruz, el 3 de octubre del 2024, en el marco de la Semana Morista Costarricense, realizada en la Benemérita Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano)

Nos ocupa el tema de la abolición de la Esclavitud en Centroamérica, en el contexto de la Semana Morista. Se ha abordado el tema, esta semana, desde distintas perspectivas, la esclavitud doméstica en el Cartago colonial, las características entre el mestizaje y la esclavitud, mañana sobre el reintento de William Walker del establecimiento de la esclavitud de Centroamérica, cuando en ejercicio del breve período presidencial en Nicaragua, allí la había establecido, y la quería imponer en toda la región.

Haré algunas reflexiones sobre la esclavitud en la región y su abolición.

La esclavitud no es solo el sometimiento de una persona como propiedad respecto a un trabajo que debe realizar para quien lo somete a esa labor. La esclavitud pasa por la posesión de la persona privándola de su condición humana de ser libre para, bajo ese estado de privación, se pueda someter la persona a todo tipo de vejaciones, a ser trasladado de un lugar a otro, sin poder decidir; a ser llevado a otros lugares a realizar tareas o trabajos en condición forzada, ya desarraigado de su territorio original o sometido en ese mismo territorio, a ese tipo de vejámenes, sin ejercicio de libertades y derechos, ni reconocimientos salariales o de pago por el trabajo realizado; “pagado” a la mínima, con el alimento suficiente para mantenerse en el trabajo al que se le somete, con la vestimenta mínima necesaria y sin las condiciones de habitación básicas y elementales, y hasta el extremo de disponer de la vida de la persona sometida a la condición de esclavitud.

Bajo estas condiciones se oprimía, sometía, personas, hombres y mujeres, jóvenes preferiblemente, incluso niños y ancianos, que eran despojados del control de sus propias vidas, sin libertad de poder tomar decisiones por sí mismos, en condición real de cautiverio, donde su vida dependía de quien, ante esa persona en condición de “esclavitud”, se imponía como amo.

Estas personas capturadas en esta condición podían ser transadas, compradas y vendidas como cualquier tipo de mercancía. Podían ser llevadas a cualquier condición de trabajo físico por extremo que fuera.

Las condiciones de la esclavitud surgieron de las mismas guerras de los pueblos, donde al pueblo perdedor se le podía tomar y someter en condición de esclavos; por la expansión territorial de los Estados que iban avasallando regiones y sometiéndolas a la esclavitud, cuando no encontraban otros Estados dominantes sobre esas regiones y personas o pueblos.

La condición de esclavos se heredaba por el nacimiento, de quien tenía esa condición. En el desarrollo de la vida moderno adquirió otras formas. Se llegó a establecer, cuando se establecían pagos, el esclavismo por deudas, o el endeudamiento del trabajo por deudas. Esto era muy usual en el trabajo agrícola de haciendas, hasta la primera mitad del siglo XX, en el sur de México, en El Salvador y Guatemala, de la que existe documentación, donde incluso el peonaje endeudado con su patrono o dueño de la Hacienda, el hacendado, continuaba endeudándose empeñando el trabajo futuro de su hijo mayor, aunque fuera niño, de manera que a la muerte del padre, o antes si fuera necesario, el niño o joven asumía con su trabajo el pago de la deuda de su padre o progenitor, que había adquirido

En las sociedades antiguas existía justificadamente la esclavitud, en lo que no me detendré, manteniéndose como sistema y como modo de vida hasta la propia Edad Media, y el inicio de los tiempos modernos en algunas regiones. Egipto, Grecia, Roma fueron sociedades esclavistas clásicas. En la Biblia se llega a justificar la esclavitud, probablemente por el tiempo histórico en que se desarrolla este documento religioso.

Por las guerras se podían tomar esclavos. Hoy las guerras imponen formas esclavistas más modernas, sutiles, y justificadas bajo los dominios territoriales de quienes ganan en esos conflictos bélicos. La esclavitud fue social y económica, principalmente, al punto de que sociedades la llegaron a regularizar y reglamentar hasta en el procedimiento de la liberación de esclavos.

Las guerras de conquista justificaron la esclavitud. La expansión de los estados medievales se podía hacer hasta el encuentro de otro estado existente, de manera que las tierras, con sus recursos naturales y humanos, que se encontraban en ese proceso de expansión podían ser tomadas y sometidas totalmente, si no pertenecían a esos otros Estados o reinos.

En el negocio y el comercio, de los siglos XV al XVI, de Europa hacia la China y la India, en búsqueda y consolidación de las rutas comerciales, y la necesidad del control que se llevó sobre ellas, con guerras, obligó a España, y luego a Europa, a buscar otras rutas para dirigirse a Oriente.

Así se dieron las rutas marítimas, conociendo en esa época la redondez de La Tierra, y habiéndose desarrollado instrumentos que aplicados a la navegación permitían hacer grandes travesías y cruzar los océanos, como la brújula, el sextante y el astrolabio, que permitían orientarse teniendo en cuenta los astros.

Cristóbal Colón, y los grandes navegantes que le siguieron fueron precursores de estos viajes, con estos instrumentos. Por eso, al llegar a América, lanzado al mar por la ruta occidental por él trazada, pensando que iba a llegar a la India, llamó a las tierras para él “descubiertas, Indias Occidentales”, que eran tierras desconocidas en Europa y no posesionadas por ningún reino europeo de aquellos años. El desarrollo temprano del capitalismo en esos años se caracterizaba pen el poderío de los Estados, por sus riqueza metálicas, en oro y plata, y por la posesión de tierras, lo que empezó a impulsar los sistemas colonialistas.

Así, en las prácticas políticas existentes en aquellos años, las tierras que no eran dominadas por otros reinos europeos podían ser adquiridas, mediante el sometimiento de ellas, por la conquista de las mismas.

En esta época, en que el poderío de las naciones se medía por las riquezas metálicas que se poseyeran o por la cantidad de tierras que se tuvieren, un rey español, Felipe II, llegó a afirmar que en sus tierras, en sus confines, los lugares más remotos del mundo, nunca se ocultaba el sol, porque eran muy amplios y extensos

Así se inició la presencia española, que es la que nos interesa hoy, en América. Los españoles encontraron un continente ampliamente poblado. Se estima, en las tesis que sostienen la mayor población del continente, que pudo haber tenido entre 90 y 100 millones de habitantes a la llegada de los europeos. La población de Centroamérica se calcula entre 5 y 7 millones máximo y la de Costa Rica entre medio millón y un millón de habitantes. En 1800, en nuestro caso teníamos alrededor de 30.000; en los días de las Cortes de Cádiz se tuvo que unir la población de Costa Rica y Nicaragua para elegir los diputados. En los días de la lucha contra los filibusteros norteamericanos, en 1856-1857, rondábamos los 100.000 habitantes y en el censo de 1890 se dice que había 340.000 personas en Costa Rica. El proceso histórico, como lo conocemos hoy, es decrecimiento poblacional. En aquellos años de la presencia europea en el continente, lejos de hacer crecer la población existente, se produjo una catástrofe demográfica, resultado de una serie de factores, la guerra de conquista y la resistencia a la misma, las pestes y enfermedades que trajeron los españoles y europeos, el desplazamiento forzado de indígenas que se hacía a las minas de Sur América, la inhibición de las mujeres a quedar embarazadas o la interrupción de embarazos que realizaban por los vejámenes sufridos, y otras razones similares, que resultaba del modelo de violencia impuesto por España y los europeos.

España, así inició con su llegada un modelo de violencia de sometimiento de todas las tierras, con sus riquezas naturales y seres humanos, que se caracterizó por la apropiación que hicieron de los territorios, por la expropiación forzada que hicieron de esas tierras, por la apropiación que hicieron del trabajo de los indígenas y aborígenes, que dejaron de trabajar para ellos, para empezar a trabajar para otros, para los conquistadores y colonizadores, por la imposición de autoridades que hicieron los españoles y europeos resultante de su poder, acabando con las autoridades aborígenes, imponiendo su legislación que les justificaba lo que hacían y obligaba a los sometidos a acatar esa dominación, imponiendo sus valores religiosos, como una justificación moral de la conquista y el sometimiento, ofreciendo con ella la salvación a la vida eterna a condición de la aceptación de la dominación impuesta, una forma de esclavitud.

La llegada de los españoles y europeos produjo el recorrido del territorio americano descubriendo su magnitud, lo que los llevó a dividirlo en regiones para su mejor sometimiento y control. Así surgieron los Virreinatos, como el virreinato de Nueva España o de México, el primero de ellos en establecerse.

A medida que penetraban los territorios virreinales, empezaron a fragmentarlos, para su mejor dominio de tierras, riquezas naturales y de la población. Así desarrollaron las diferentes divisiones territoriales al interior de los virreinatos, capitanías generales, intendencias, gobernaciones, alcaldías mayores o corregimientos, las reales audiencias, cabildos y otras formas institucionales de manifestarse esta división territorial y de imposición de autoridades sobre esos territorios. La Capitanía General de Guatemala, en un momento llegó a tener cuatro Intendencias, una Gobernación, la de Costa Rica, ocho Alcaldías Mayores y dos Corregimientos.

De esa manera también reprodujeron sus mecanismos de poder y autoridades a cargo.

La dominación española sometió bajo opresión a las comunidades indígenas, a los habitantes, haciéndoles carecer de derechos y libertades fundamentales. Empezó, tempranamente en el reino español a distinguirse entre vasallos, siervos y esclavos. Los reyes preferían el sistema del vasallaje y la servidumbre, por la forma de súbditos, que el de la esclavitud, como se expresó en leyes que fueron dictando.

La guerra de resistencia a la dominación y las pestes ocasionadas con la presencia española provocaron una catástrofe demográfica en todo el continente. Esto obligó a España a traer mano de obra esclava africana, más fresca para los trabajos en América, en condición de esclavos. Así se empezaron introducir esclavos africanos en el continente. La esclavitud impuesta en América por los españoles encontró eco en algunas regiones donde las comunidades indígenas practicaban la esclavitud, entre ellos los arahuacos, caribes, waraos. Se dio lo que se ha llamado la esclavitud mexica, donde los esclavos podían ser vendidos sin su consentimiento, exceptuando los llamados incorregibles, que los obligaban a portar un collar de madera colgado con anillas en la espalda, o los que podían caer en condición de esclavitud por sentencia, como pago de un delito, los que debían deudas, los que se vendían a sí mismos como esclavos hasta pagarle a su comprador lo que había pagado por su venta.

La Esclavitud en el Virreinato de Nueva España se caracterizó por la importación de esclavos de África, por considerarlos más aptos para los climas del continente. En Costa Rica fueron introducidos en 1650, en condición de esclavos, hasta 1780, cuando se impuso en la región de Matina la esclavitud para quienes traídos de África trabajaban en la explotación del cacao. Españoles establecidos en Cartago, desde donde administraban esas plantaciones, trajeron esclavos a Cartago a sus servicios domésticos.

Las Leyes de Burgos, en 1512 prohibieron la esclavitud de los indígenas, leyes que usualmente no las acataban los españoles.

Desde 1517 el Rey Carlos V estableció la autorización para que sus súbditos en América pudieran usar esclavos, lo que dio origen al negocio de esclavos hacia el continente. Desde la llegada misma de los españoles al continente ya traían esclavos con ellos.

La condición de esclavitud que se fue imponiendo sobre las comunidades indígenas, en ocasiones los frailes dominicos las señalaron y denunciaron, oponiéndose al trato injusto e ilegal que se hacía con ellos.

Las Leyes Nuevas españolas, en 1542, prohibieron definitivamente la esclavitud de las poblaciones indígenas, con la sanción de la pena de muerte para quien no las cumpliera. El título completo de las llamadas Leyes nuevas era “Las Leyes y ordenanzas nuevamente hechas por su Majestad para la gobernación de las Indias y buen tratamiento y conservación de los Indios”, en el cual se establecía, desde el título mismo, la disposición al buen tratamiento y conservación de los indios.

A las Leyes de Burgos se las han considerado precursoras de la protección de las comunidades, de los territorios conquistados por España, en el derecho internacional.

Estas Leyes Nuevas, decretadas por Carlos I de España, el 20 de noviembre de 1542, pretendían mejorar las condiciones de los indígenas señalando que ninguno podía ser sometido a esclavitud ni por guerra, ni por rebeldía, ni por rescate u otra manera, extinguiendo de esa forma el sistema de Encomiendas y el de Repartimientos, que se dieron distintas partes de América y en Costa Rica.

Las encomiendas tenían tres propósitos, respetar la condición de vasallo del rey de España. El vasallo no tenía la condición de esclavo. Evangelizar al indígena y hacer productivas las tierras colonizadas con el sometimiento del trabajo de los indios.

En las Leyes Nuevas, del 20 de noviembre de 1542 entre sus principales disposiciones se señalaba:

-Cuidar la conservación, gobierno y buen trato de los indios.

-reorganizar y asegurar el buen funcionamiento del Consejo de Indias, el gobierno indiano y las reales audiencias.

-Que los oficiales reales, desde el virrey hacia abajo, no tuvieran derecho a la encomienda de indios, lo mismo que se les impedía a las órdenes religiosas, bajo la modalidad de las Misiones, hospitales, obras comunales o cofradías.

-Que no hubiera causa ni motivo alguno para hacer esclavos, ni por guerra, ni por rebeldía, ni por rescate, ni de otra manera alguna.

-Que los esclavos indios existentes fueran puestos en libertad, si no se mostraba el pleno derecho a mantenerlos en ese estado.

-Que se acabara la mala costumbre de hacer que los indios sirvieran de cargadores sin su propia voluntad y con la debida retribución.

-Que los indios no fueran llevados a regiones remotas con el pretexto de la pesca de perlas, como se hizo en algunas regiones del Caribe.

-Que las encomiendas dadas a los primeros conquistadores cesaran totalmente a la muerte de ellos y los indios fueran puestos bajo la Real Corona, sin que nadie pudiera heredar su tenencia y dominio; y que se recompensara a los primeros conquistadores y colonos con corregimientos y otras mercedes.

-Que para hacer descubrimientos mediara previa licencia, y los descubridores cumplieran con las leyes reales sobre el tratamiento de los indios.

Al considerar al indígena vasallo bajo protección del rey se le dio los mismos derechos que el resto de los súbditos de la monarquía, regulándose la Servidumbre, como sistema, así como darles potestad de poseer tierras, tributar, participar en las decisiones de gobierno, en las que se consideran cuestiones comunales, y se dio autorización para ejercer ciertos cargos públicos.

Los encomenderos antes de la Leyes de Burgos tenían mucho poder. Esto hizo que en México fueran impugnadas por el Ayuntamiento de la Ciudad de México, del Virrey Antonio de Mendoza y por el mismo Obispo, Fray Juan de Zumárraga,

Bartolomé de las Casas y Francisco de Vitoria, frailes dominicos, hicieron denuncias importantes sobre los abusos a los indígenas. Las leyes de Burgos abolieron la esclavitud, lo que era válido para todo el Virreinato, aunque no se cumpliera.

A partir de 1542 los nuevos virreyes que llegaban a América eran instruidos para cumplir las Leyes de Burgos, así el virrey de Nueva

España, Luis Velasco y Ruis de Alarcón liberó, 15.000 indígenas

El Papa Urbano VIII, en su Bula del 22 de abril de 1639, prohibió la esclavitud en los territorios de España y Portugal en América.

El Rey Felipe IV distinguió entre la comunidad aborigen de América y las personas traídas de África, manteniendo la prohibición de la esclavitud sobre los indígenas, pero permitiendo la esclavitud sobre los africanos.

En México los esclavos que lograban escapar de su condición fueron llamados Cimarrones y se refugiaron en las zonas montañosas de Córdoba, Orizaba y Xalapa, en el actual Estado de Veracruz, lo que dio lugar a la fundación en 1630, de un pueblo, del sitio San Lorenzo de los Negros, en la región de Córdoba, considerados libres desde entonces, 191 años antes de la Independencia.

En México los colonos españoles fueron autorizados a adquirir esclavos como se hacía en las Antillas. Se adquirían por la guerra de sometimiento y por el rescate de los reducidos a servidumbre por los propios indios. Los esclavos podían ser marcados con hierros en la cara o en el cuerpo.

La escasez de la mano de obra que empezaban a tener los españoles, por la catástrofe demográfica que se dio, facilitó el comercio de esclavos por parte de los portugueses, ingleses, franceses. Desde 1540 hasta 1800 los ingleses movilizaron 2.651.970 esclavos, los portugueses al Brasil llevaron 1.062.179, los holandeses movilizaron casi medio millón. África era la región abastecedora de esclavos.

En Nueva España los esclavos fueron empleados en trabajos pesados y agrícolas.

La inquisición fue un mecanismo que usaron los esclavos para enfrentar a sus amos denunciándolos de alguna de las faltas que el Alto Tribunal perseguía y castigaba.

La esclavitud en España fue natural en los diferentes reinos que estableció durante la Edad Media y la Edad Moderna, que se proyectó a las colonias españolas, especialmente por el tráfico de esclavos africanos que existía.

Los corsarios fueron los grandes comerciantes de esclavos africanos hacia la América hispana, incluidas la traída de mujeres para el trabajo doméstico.

Por el Tratado de Utrech, de 1713, entre Inglaterra y España se estableció para Inglaterra el derecho exclusivo de venta de esclavos en las llamadas Indias Españolas, para proporcionar esclavos africanos a los colonias de las américas españolas.

Hubo algunas formas para salir de la esclavitud que funcionaron en Nueva España. Los esclavos podían comprar su libertad por préstamos que podían hacer, por la liberación que sus amos les realizaban antes de su muerte, por escapar de sus amos y trabajos y refugiarse en zonas difíciles de persecución. Algunos de estos refugios dieron origen también a los palenques, que eran los sitios donde se reunían estos esclavos liberados.

En el Virreinato de México, en el ideario de los próceres de la Independencia de México, como el que hiciera el padre Miguel Hidalgo y Costilla, el 19 de octubre de 1810, en Valladolid, hoy Morelia, diciendo que la esclavitud fuera abolida. Le siguieron Ignacio López Rayón, con igual pronunciamiento el 24 de octubre de 1810 en Tlalpujagua, José María Morelos, con el Bando de Aguacatillo, del 17 de noviembre de 1810, y otro pronunciamiento del padre Hidalgo, en Guadalajara, el 29 de noviembre de 1810.

El 6 de diciembre de 1810 el Padre Hidalgo publicó su Decreto contra la esclavitud, las gabelas y el papel sellado. Cuando el padre Hidalgo falleció Ignacio López Rayón, en 1812, en el documento “Elementos Constitucionales” y José María Morelos en “Los Sentimientos de la Nación”, de setiembre de 1813, ratificaron sus posiciones de abolición a la esclavitud.

En 1817 Inglaterra, al firmar algunos tratados internacionales, abolió el comercio de esclavos, que se siguió realizando, ya no hacia las colonias hispanas, sino hacia los Estados sureños de los Estados Unidos. Con la Guerra de Secesión se abolió la esclavitud, resultante del modelo de desarrollo capitalista que se estaba dando, donde el industrialismo de los Estados norteños necesitaba mano de obra libre y asalariada, enfrentando a los Estados del sur, basados en una economía agrícola con mano de obra esclava.

Entre 1600 y 1800, el 36% de comercio de esclavos lo realizó el imperio británico, y el 30% lo hizo Francia.

En el siglo XVIII en España se constituyó la Compañía Gaditana de Negros, que era la encargada de dedicarse al tráfico de esclavos africanos.

En la Centroamérica hispana, se han estudiado, previo a los movimientos de independencia, movimientos antiesclavistas en distintas localidades de Panamá, Honduras, Guatemala, El Salvador, sin éxito ellos, pero sentando las bases de la lucha por la abolición de la esclavitud

Con la ocupación francesa de España, se convocaron las Cortes Españolas en Cádiz, a la que asistió el diputado costarricense Florencio del Castillo, quien se distinguió en ellas planteando la abolición de la esclavitud.

Cuando México se independizó, Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero, como presidentes, ratificaron la abolición de la esclavitud con decretos presidenciales el 16 de setiembre de 1825 y de 15 de setiembre de 1829, cuatro años después de que el 28 de setiembre de 1821 México proclamara su Independencia, lo que evidencia que todavía existía la esclavitud, a favor de “las castas” para que se las reconociera de ciudadanía española.

En la Declaración de Independencia de Guatemala, del 15 de setiembre de 1821, al comunicar esa Declaración a los pueblos de las Provincias para que procedieran a elegir diputados o representantes, para reunirse en Guatemala, en Congreso, y decidir definitivamente como comunidad centroamericana, lo resuelto, se invita, en su Artículo Cuarto, para que se elijan diputados “sin excluir de la ciudadanía a los originarios de África”.

De esta manera, el pronunciamiento de Guatemala abolió la esclavitud, el vasallaje y la servidumbre y estableció la ciudadanía para todos los habitantes de Guatemala y, por extensión, a todos los habitantes de las Provincias que habían constituido la Capitanía General de Guatemala, el Reino de Guatemala o las Diputaciones surgidas de la Constitución de 1812.

Declarar la ciudadanía en ese momento le dio a los “originarios de África”, que no tenían derechos, una igualdad jurídica respeto al resto de la población y les dio a la vez el derecho de electores, de elegir y de poder ser electos a las diputaciones que se estaban convocando.

Hay que reconocer que esta Declaración de Independencia, del 15 de setiembre de 1821, es la primera manifestación de abolición de la esclavitud en Centroamérica. En ninguna de las Actas de las restantes Provincias centroamericanas se tomó o incluyó un artículo o un acuerdo similar.

Al desarrollarse los movimientos de Independencia se crearon las condiciones finales para la abolición de la esclavitud en América, precedidas por las medidas que se venían tomando, especialmente desde el mismo sistema español, con sus pronunciamientos que impuso un sistema de vasallaje sobre el sistema esclavista de trabajo.

Después de la Declaración de Independencia de Guatemala, del 15 de setiembre de 1821, fue hasta el 17 de abril de 1824, resultado del Congreso, que en ese momento se había reunido, con los delegados o Representantes de las antiguas Provincias, cuando en la Constitución Federal de Centro América se estableció la abolición de la esclavitud, que abarcó a todos los territorios de la Federación, a Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica.

El pronunciamiento del Congreso de 1824 fue contundente: “Artículo 13. Todo hombre es libre en la República. No puede ser esclavo el que se acoja a sus leyes, ni ciudadano el que trafique en esclavos.”

Igualmente se suprimió, por acuerdo del Poder Ejecutivo de las Provincias Unidas de Centro de América los tratamientos de Majestad, Alteza, Excelencia, Señoría y todos los que se hubieran usado hasta ese momento, incluso la distinción de “don”, términos o conceptos que debían ser sustituidos por “ciudadanos”, aunque eso no se expresó en el documento, pero es lo que procedía. La partícula de “Don”, porque era la forma como se dirigían a los “De Origen Noble, lo que luego se recogió en las letras D.O.N, y finalmente le eliminaron los puntos para quedar en “Don”. El Señor y el Don implicaban una condición de dominador sobre vasallos y siervos, de modo que con la abolición de la esclavitud se fue también el reconocimiento del Don y el Señor como representantes de opresores sobre ciudadanos, condición de hombres libres, con derechos y libertades, originaba el régimen republicano que surgía con la Independencia.

Hay que recordar que desde la llegada de los españoles al continente se habían abierto las puertas para el comercio y la llegada de esclavos africanos.

Al continente se estima que pudieron haber llegado más de 12 millones de esclavos durante la dominación europea. Regiones como la de Centro América fue sitio de llegada y también de paso de esclavos hacia el sur del continente.

La Independencia de las colonias inglesas en Estados Unidos, en 1776, involucró a esclavos que al participar en esa lucha adquirían su condición de hombres libres.

De la Revolución Francesa, de 1789 devino la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, de 1789, y la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana, de 1793, con la condición de ciudadano y ciudadana, que se exaltaba y reconocía al hombre libre, con derechos y libertades.

La independencia de Haití, en 1804, la colonia francesa negra del Caribe influyó en todos estos procesos independentistas y abolicionistas.

Formalmente en toda España la esclavitud se abolió en 1837 y se ratificó en 1886, cuando se prohibió el tráfico de esclavos. Quedaron fuera de esta prohibición Puerto Rico y Cuba, que lograron abolir la esclavitud en 1873 y 1886, respectivamente.

Es a partir de la Independencia que se empiezan a desarrollar las libertades y derechos individuales.

Obra artística de Manuel Carranza Vargas destaca sobre todo el escenario artístico nacional y marca un parteaguas en el tratamiento de los eventos históricos

La obra artística, de Manuel Carranza Vargas, destaca sobre todo el escenario artístico nacional como gran pintor, impulsor de la Pintura Histórica, y marca un parteaguas en el tratamiento de los eventos históricos.

Vladimir de la Cruz

(Intervención en el acto de la Academia Morista Costarricense, el 2 de octubre del 2024, en el Museo Rafael Ángel Calderón Guardia, con motivo de la entrega del libro, “Manuel Carranza y la pintura histórica”, por Suscripción de Honor, publicado por la Academia Morista Costarricense)

El pasado 30 de setiembre del 2023 en el Museo Histórico Cultural Juan Santamaría, en Alajuela, se inauguró la exposición “Manuel Carranza Vargas. Legado a la pintura histórica”, con una muestra pictórica del trabajo artístico de quien fuera el Presidente de la Academia Morista Costarricense, nuestro querido amigo, compañero, Manuel Carranza Vargas, quizá el mejor pintor nacional motivado en los escenarios de la epopeya y de la Historia de la Campaña Nacional contra los filibusteros norteamericanos, durante los años de 1856 y 1857.

Resultado de esa exposición, por el aprecio y cariño, hacia Manuel Carranza, la Academia tomó el acuerdo de hacer y de publicar, un libro, que no es para la venta, es para un grupo de ciudadanos, a modo de Suscriptores de Honor, que contribuyeron con su aporte económico, para su publicación y distribución en Bibliotecas públicas, que hoy entregamos, que contiene una muestra pictórica de la obra de Manuel, incluida parte de la obra exhibida en el Museo Juan Santamaría, como un testimonio de su trabajo artístico, pero también para exaltar, con su obra, el vivo recuerdo de aquella patriótica lucha y de sus principales dirigentes y conductores, el Presidente Juan Rafael Mora Porras, el General José Joaquín Mora Porras y el General José María Cañas Escamilla, así como de otros personajes destacados o relevantes de aquellos aciagos días de combate, presentes en estos óleos, y también pare recordar, esta noche, al gran pintor histórico que fue Manuel Carranza Vargas.

Manuel Carranza, en su condición de pintor de estos acontecimientos, fue un estudioso meticuloso de toda la Guerra Nacional contra los filibusteros, de sus personajes, de los eventos destacados de los enfrentamientos contra los filibusteros. Como pintor no solo detalló situaciones, recogió, en su creación artística, momentos estelares o significativos de ese bienio, de 1856-1857, así con una pulcritud artística pintó los personajes, destacándose como un gran retratista en la pintura, una modalidad muy particular, y quizá difícil de plasmar.

Cuando abordó otros temas de la Historia Nacional, también los estudió como si fuera un cirujano en su trabajo, con cuidado, con esmero, con detenimiento en los datos que le permitirían plasmar su obra, con precisión, lo más ajustada a los datos históricos que él estudiaba, pero, al mismo tiempo, con la mayor imaginación del evento, como si él lo estuviera viviendo, lo estuviera viendo, como testigo de honor de su obra artística.

Cuando estudió la Guerra Nacional, para comprenderla, como si fuera un actor testimonial de la misma en vivo, hizo estudios detallados de la época, sus costumbres, sus vestimentas, de la arquitectura de los edificios de aquellos años y de los escenarios geográficos en que se dieron los acontecimientos. Así fue con todo lo que abordó artísticamente.

Sus pinturas, en este sentido son un relato histórico, completo, de ambientes, de personajes y del momento histórico en que sucedieron.

En sus lienzos, en su pintura, hace de los personajes arte, generalmente expresado en los rostros, caras, en los cuerpos y sus trajes o vestidos, ambientados a la época, y a los cargos sobresalientes que tenían en el Ejército Nacional Libertador.

Los retratos en la pintura generalmente muestran personas en pose, quietas, con su estado de ánimo sereno para el momento del retrato. En los personajes de la Campaña Nacional, Manuel nos da al personaje vivo, actuando, relacionándose, se puede apreciar al personaje casi conversando cuando está con otros personajes, trazando y tomando decisiones.

Nos da ambientes vividos en las situaciones de guerra, en los hospitales que se tuvieron que hacer para atender los heridos, con sus médicos y asistentes, así como la descripción de los establecimientos en que operaban.

Del mismo modo, nos da una visión de grupos sociales, de cómo fueron recibidos los soldados y el Ejército victorioso en San José, lo que pudo ser parecido en los distintos pueblos cuando nuestras tropas regresaban del frente de guerra, donde se aprecia a la gente alegre, feliz, más que en la pose quieta o fría de un retrato.

Nos describe ambientes y personajes, en grupo, como los que hay en combates, en el asesinato de Pabru Presbere, en la exportación de café y la caravana que acompaña a esos exportadores, en la primera imprenta que tuvo el país, en que estaba comprometido su tatarabuelo Miguel de Jesús Carranza, quien trajo la primera imprenta a Costa Rica, sugerida petición que le hiciera su primo, el primer Jefe de Estado, Juan Mora Fernández,

La pintura de Manuel en este sentido nos da la idea, yo diría, casi perfecta del momento que quiso inmortalizar con su destreza, sensibilidad y habilidad artística, lo que se plasma en la figura de los personajes pintados, en los objetos que les rodean, en sus ropas. Si los retratistas, como artistas, concentran su arte en el rostro, en la cabeza hasta la altura de los hombros, en Manuel su capacidad retratista nos lleva a todo el cuerpo, a su volumen, absolutamente equilibrado.

También, nos da los retratos en la tradicional técnica pictórica de los mismos, con las expresiones faciales, con el lenguaje corporal de los personajes, que se enriquecen con las vestimentas y la ambientación en que los coloca, como es el caso de la pintura de Marcus Garvey, que presentamos hoy.

Sus pinturas así nos trasmiten, nos dan Historia, nos dan rasgos de las personalidades de los personajes, detallan aspectos de sus identidades especialmente sus rasgos distintivos.

La intención artística de Manuel fue dejarnos su vivo testimonio de aquellos hechos y personajes, así como dejar en sus lienzos una descripción pictórica que pudiera servir para evocar y recordar ese fragmento de la Historia Nacional, con sus actores, como uno de los más relevantes en la afirmación de la nacionalidad, de la Independencia, de la Soberanía afirmada, en esa lucha, para exaltar la Libertad del pueblo costarricense y de los centroamericanos, que estaban amenazados de ser sometidos al esclavismo por William Walker.

Así, con su obra pictórica, artística, Manuel nos deja para hoy, pero para el futuro, a los héroes de aquella Guerra como los personajes que se impusieron a su propia muerte. Con su pintura siguen latiendo en el corazón de la Patria y de los costarricenses.

La pintura de Manuel, asociada a la gran Gesta Nacional, destaca el lugar importante que tiene la lucha contra filibusteros norteamericanos en 1856 y 1857, un parteaguas en la Historia Nacional y centroamericana.

En nuestro mundo artístico no es muy usual este tipo de arte histórico, en parte porque los conflictos internos, que hemos tenido, incluso de carácter militar no adquieren, en esta conciencia cultural artística, la relevancia nacional para plasmarlos como hitos del acontecer histórico costarricense, que se deban recordar de esta manera.

Quizá un momento similar, desde el punto de vista bélico, que conmovió los cimientos de las bases del Estado y la sociedad costarricense, fueron los sucesos relacionados con la Guerra Civil de marzo y abril de 1948, del cual solo una obra importante se ha realizado en este campo artístico con aquel acontecimiento, fundador de la Segunda República, etapa histórica que lleva 74 años de forjar la Costa Rica moderna que hoy disfrutamos. Ni siquiera el período de la Segunda República se destaca, como se hace con la Guerra Nacional y Centroamericana contra los filibusteros, en los textos de historia tradicional de nuestros ciclos escolares y colegiales. Por supuesto que también se ha escrito sobre este conflicto armado de 1948, pero no ha tenido la trascendencia, en el arte, en la pintura, aun con limitaciones, que tiene la Guerra contra los filibusteros.

Por ello, la obra artística de Manuel Carranza Vargas destaca sobre todo el escenario artístico, sumándose a los esfuerzos, también muy ricos de otros artísticas nacionales que nos dejaron su impronta artística sobre algunos de los personajes destacados de la Guerra Nacional, como se tienen, especialmente, en el Museo Histórico Cultural Juan Santamaría. Pero, a diferencia de ellos, más retratistas de algunos personajes, Manuel nos deja una obra más completa, más de visión de la Guerra Nacional, de distintos escenarios y momentos, de esa epopeya, como de los escenarios que también rescatamos para esta publicación. Esta es su riqueza.

La Academia Morista Costarricense hoy hace un homenaje a Manuel Carranza Vargas, nuestro gran artista, nuestro gran pintor, impulsor de la Pintura Histórica.

El librito que entregamos es el resultado de muchos años de labor y de investigación de Manuel, que se refleja en esta edición. Son dieciséis obras las que presentamos con diferentes escenarios y personajes históricos.

Como pintura histórica, por temas y personajes, que se tratan, es realista. Por ello a la par de los grandes personajes, también se recogen otras personas, como participantes del acto que se plasma en la pintura, así como personajes presentes en el ambiente y en el contexto histórico que se recogen. Por esto, sus pinturas nos cuentan historias, son narrativas.

Los retratistas históricos más notables en nuestro medio, generalmente, son los que se han escogido, o contratado, para hacer los óleos de los Jefes de Estado y Presidentes de la República, así como para pintar a los Presidentes de los otros Poderes Públicos, Ministros o Directores de algunas instituciones, Obispos de la Iglesia Católica, cuando así se contratan y se conservan. Pocos han recogido escenas o acontecimientos de la vida nacional.

Así, la pintura histórica se ha concentrado en los grandes personajes, lo que ha sido muy propio de los enfoques que han abordado el desarrollo o el análisis histórico.

Algunos de los pintores que en nuestro medio han dejado su huella, en el campo de la pintura histórica, de carácter retratista, nacionales y extranjeros, son Toribio Jerez, Aleardo Villa, Tomás Povedano, Enrique Echandi, Lucio Ranucci, que hizo una obra relacionada con la “Segunda República”, el escultor Fernando Calvo quien ha producido obras de gran formato en óleo y xilografías.

Otros pintores, a modo de grandes retratistas, que recogieron imágenes de los Jefes de Estado y Presidentes de la República, fueron Lorenzo Fortino, Aquiles Bigot Marie, Nicolás Jaury, José Claro Azcarreta, Juan Andrés Bonilla Mata, Gonzalo Morales Alvarado, Fabio Fournier, Dinorah Bolandi Fernández.

A mi manera de ver, es Manuel Carranza el que destaca con la pintura histórica, en sus obras de pequeño y gran formato, por su belleza artística, por el uso de los colores, por la claridad de su obras cuando se trata de estas escenas, del buen uso de los colores oscuros, por la fineza de la descripción de rasgos físicos de sus personajes, siempre basados y justificados en sus propias investigaciones.

Manuel es también un gran retratista, paisajista, costumbrista, lo que le contribuyó a desarrollar su especialidad en la pintura histórica.

Hace tres años nos dejó, ese día, 11 de octubre del 2021, estábamos en sesión de la Academia Morista, cuando unos minutos después de finalizada nos avisaron de tan sorpresiva y dolorosa noticia, sucedida en su casa. Para nosotros sigue presente, vivo en sus obras, en el trato que de él recibimos, en su bondad, buen ánimo, espíritu siempre positivo, en sus preocupaciones por la educación cívica, ciudadana, por los valores que se estaban perdiendo. Su preocupación, también, por mejorar la calidad educativa en estos temas históricos y en el conocimiento de la Historia Nacional. En su obra artística nos pasó de la memoria escrita a la memoria visual.

Manuel Carranza Vargas en la sociedad pictórica nacional sin lugar a dudas marcará un parteaguas, en el tratamiento de los eventos históricos. Veremos algunas de sus Obras, en el orden que ha sido recogidas en el Libro. Haré algunos comentarios de cada una.

1.- Un auto retrato de Manuel Carranza Vargas.

Podemos ver el buen uso de la luz y los rasgos muy distinguidos, finos y precisos de su rosto, que plasma en su obra.

2.- Juan Rafael Mora Porras, el Benemérito de la Patria, el Héroe y Libertador Nacional, gran conductor, estratega y táctico, de la Guerra Nacional contra los filibusteros norteamericanos, en 1856 -1857, tres veces Presidente de la República, el Capitán General Juan Rafael Mora Porras.

En esta pintura, Juan Rafael Mora Porras, está con su traje de gala, en pose de pie, formal, expresando seriedad. Por su traje podemos concluir que es durante el período de la Campaña Nacional contra los filibusteros. Al fondo, en la pared, destaca el Escudo Nacional, que se acababa de aprobar, el 29 de setiembre de 1848, también, en el gobierno anterior al suyo, del Dr. José Castro Madriz.

El Presidente, descrito por Armando Vargas era de una “estatura de escaso metro con sesenta. Grueso de contextura, relleno el rostro y el cuello corto. Cabello negro peinado hacia atrás y espesa sotabarba. Piel aceituna, ligeramente morena. Frente despejada, de clara inteligencia. Cejas largas, mirada penetrante. Labio superior delgado, nariz romana. Camina firme, lleva bastón con empuñadura de marfil…”

El antiguo Reglamento de las Milicias de la República, decretado en diciembre de 1850, le permitió a Manuel la reconstrucción del uniforme: “pantalón encarnado con franja de oro, casaca azul turquí con cuello, solapas, botamangas y barras encarnadas, bordadas de oro, charreteras de canelón grueso con dos estrellas de plata en cada pala, sombrero apuntado con garzota blanca…en el bordado figurarán ramas de laurel y oliva entretejidas…el general en Jefe llevará además el bastón de mando…Los jefes y Oficiales del estado Mayor …usarán faja de los colores del pabellón nacional y espada corta…”

Todavía le debemos el Funeral de Estado, que no se le ha querido realizar.

3.- José Joaquín Mora Porras, el Gran General del Ejército Nacional y conductor del Estado Mayor militar centroamericano, especialmente en el período final de la lucha, en 1857, contra los filibusteros.

4.- El General José María Cañas Escamilla, uno de los más brillantes conductores de la guerra contra los filibusteros. José Ma. Cañas fue empresario, exportador e importador, agricultor, funcionario público ejemplar, Ministro de Hacienda y Guerra, General en Jefe del Ejército de Costa Rica en 1856-57. Nació en Suchitoto, pueblo de El Salvador.

Cuando se produjo el Golpe de Estado, el 14 de agosto de 1859, contra el Presidente, fue obligado a salir del país, acompañándolo a su forzado exilio en El Salvador. Al llegar a El Salvador, el General Cañas fue recibido con todos los honores militares y se le reconocieron sus cargos militares.

Un día como hoy, 2 de octubre de 1860, fue fusilado en el mismo sitio que habían asesinado a Juan Rafael Mora Porras y al General chileno Ignacio Arancibia, que lo fusilaron junto a Mora, el 30 de setiembre de 1860. Con las muertes de ellos, en opinión del historiador Rafael Obregón Loría, se escribió “la página más triste y sangrienta de la historia de Costa Rica”.

El fusilamiento del General Cañas, particularmente, fue determinante para que el Presidente, y General Tomás Guardia Gutiérrez, en 1882, aboliera la pena de muerte. El Presidente Guardia Gutiérrez había combatido contra los filibusteros bajo las órdenes del General Cañas a quien admiraba y quería mucho. Su asesinato lo impulsó a tomar esa medida.

El Consejo Militar, que actuó como Consejo de Guerra, y Consejo de Asesinos uniformados, que fusilaron al Presidente Juan Rafael Mora y al General Ignacio Arancibia, tres horas después de su entrega, estuvo integrado por el General Máximo Blanco, el General Florentino Alfaro, el Coronel Pedro García, Francisco Montealegre Fernández, que era el Primer Designado a la Presidencia de la República y el Ministro de Relaciones Exteriores, Francisco María Iglesias. Su fusilamiento, se comunicó al Presidente Montealegre, señalando que lo había asumido “con gran valor y dignidad”.

El fusilamiento de Juan Rafael Mora se había pactado con el compromiso de que solo a él se le fusilaría, eximiendo de ese acto a quienes le acompañaron en su intento de recuperar el poder, el Gobierno, del golpe de Estado que le habían dado el 14 de agosto de 1859.

El fusilamiento del General Cañas fue acordado por el Consejo de Gobierno, encabezado por el presidente José María Montealegre. No se le sometió a Consejo Militar porque se pensó que los militares no lo fusilarían, por el respeto y admiración que se le tenía.

5.- Una escena de un hospital de campaña, considerado un hospital de “sangre”, un centro médico provisional, a la par del escenario de la guerra, en 1856, instalado en el mesón de Indalecio Maliaño, ubicado cuadra y media al noroeste de la Plaza Principal de Rivas de Nicaragua, tras la derrota de Walker el 11 de abril de 1856.

Allí destaca en la pintura el Dr. Karl Hoffman, Cirujano Mayor del Ejército, así como una mujer, asistiendo con los colores patrios, que representa a la heroína nacional Pancha Carrasco, que se mantuvo en todos los escenarios de guerra, acompañando como vivandera al Estado mayor, asistiendo heridos cuando podía y tomando las armas cuando fue necesario. La sobresaliente figura de la mujer, no es solo para destacar a la Pancha Carrasco. Con los colores patrios en ella Manuel nos simboliza a todas las mujeres de Costa Rica que participaron en la guerra, desde la retaguardia, sustituyendo en sus trabajos agrícolas a los hombres que se vieron forzados a dejar el campo, porque había que seguir trabajando para mantener la economía de guerra que obligaba el conflicto, y porque había que producir alimentos para los soldados y combatientes. Hay que reconocer que la Administración de Presidente Mora en estas circunstancias, en materia hacendaria fue bastante buena para ese momento.

Los colores y la luz dentro del establecimiento hospitalario, de nuevo destacan en la obra. Por la ventana podemos apreciar un carretón esperando, probablemente, fallecidos para trasladarlos a sus sitios de enterramiento, o para traer heridos del combate. En carretón se recogían los fallecidos de la muerte del cólera en San José.

Esta obra Manuel la llamó la “La soldadera”, inspirándose en Pancha Carrasco, quien destacó por su valentía y espíritu de servicio, desempeñándose como enfermera, lo que destaca Manuel, al lado del D. Hoffmann en el improvisado hospital instalado en la casa del D. Indalecio Maliaño en Rivas, como, repito, homenaje a las heroicas mujeres que en Santa Rosa, Rivas y a lo largo del río San Juan se entregaron a la lucha por los ideales de nuestro heroico pueblo costarricense.

6.- Escena de la entrada triunfal de la tropa a San José. El Edificio es el Palacio Nacional, que había sido construido entre 1853 y 1855, por encargo del Presidente Mora, al arquitecto alemán Franz Kurtze, edificio originalmente ubicado en la plaza de la Villa Nueva de San José de la Boca del Monte, en lo que hoy es la intersección entre la Avenida Central y la Calle Segunda, el cual fue demolido en 1958, al finalizar el primer gobierno constitucional de José Figueres, para construir el actual edificio de Banco Central.

Se puede apreciar en la pintura la actual bandera de Costa Rica, también aprobada por José María Castro Madriz el 29 de setiembre de 1848. Los colores de la Bandera son los de la Bandera de los revolucionarios de 1789, de la Revolución Francesa, que se llevaron a la Bandera de Francia. En el ambiente centroamericano la Bandera dominante, en la hechura de las Banderas de cada uno de los países de Centroamérica, en aquellos primeros días y primeros pasos de la Independencia, fue la de los revolucionarios independentistas de la Revolución de Mayo de 1810 en Argentina, de allí los colores azul, blanco azul o celeste blanco celeste, que siguen usando.

En la pintura se puede apreciar la presencia de mujeres y niños en el recibimiento de la tropa, encabezada por el General José Joaquín Mora Porras, montado a caballo. Al fondo se pueden notar los cafetales que rodeaban la ciudad, cuya extensión se comprendía entre el Hospital San Juan de Dios y la actual calle 21; y entre la Iglesia de La Dolorosa y la Iglesia de El Carmen.

En la pintura también se puede distinguir “la construcción de arcos en las calles, las guirnaldas de flores lanzadas desde los balcones”, así como una guirnalda que un ciudadano trata de darle al General José Joaquín Mora Porras.

7.- Una escena del Estado Mayor Militar centroamericano de los Ejércitos Aliados, que se constituyó en la segunda mitad de 1856, que estuvo presidido en 1857 por el General José Joaquín Mora Porras. Al fondo destacan las banderas de los cuatro países centroamericanos, representados por el Estado Mayor, Costa Rica, Guatemala, Honduras y el Salvador, con un buen uso protocolario, la Bandera de Costa Rica al frente, de primera y la que más grande. En el Monumento Nacional, podemos apreciar, un uso similar con las mujeres que representan los países centroamericanos, encabezándolas Costa Rica, haciendo huir al filibusteros, seguida con escudos y armas las mujeres que representan a los otros países, excepto la de Nicaragua, que en el Monumento se representa con los ojos vendados, por la humillación de su Patria ocupada por los filibusteros.

Entre los jefes militares centroamericanos estaban Florencio Xatruch Villagra, hondureño y José Víctor Zavala, guatemalteco.

8.- Una escena de la Batalla de la Trinidad, donde destacó el Capitán Nicolás Aguilar y Murillo, de quien por una Información ad Perpetuam se le reconoce como Héroe de esta Batalla.

9.- Una escena de las caravanas que se hacían llevando café a Puntarenas, para su exportación a Europa. Al fondo de la pintura se ve el buque y las carretas en fila, con su sacos de café, unos en las carretas, otros ya en el suelo; se ven peones cargando sacos y mujeres con sus vestidos tradicionales, algunas de ellas con productos para la venta y con canastas. Allí están Juan Rafael Mora Porras, el General José María Cañas y Willliam Le Lacheur.

Esta pintura Manuel la recreó en la década de 1840, del siglo XIX. Su adelanto comercial coincidió con el auge de la exportación de café a través de Puntarenas.

Así nos describe Manuel esa época: “Mora y Cañas marcarían el derrotero del puerto (…) En abril de 1840 arribó al fondeadero de Puntarenas la goleta Izalco de Francisco Morazán, último presidente de la República Federal de Centroamérica. Lo acompañaban treinta seguidores suyos, de los cuales solamente tres se afincaron aquí. El capitán Cañas –joyero de oficio–fue el más importante y exitoso. Tenía 31 años de edad, cinco más que Mora. La Administración Carrillo pronto lo nombró comandante de Moín, cuya aduana del Norte fue trasladada luego a Cartago, adonde llegó a residir Cañas. Cortejó a Guadalupe Mora Porras, con quien contrajo matrimonio en diciembre de 1843 y entró a formar parte del clan Mora. El nexo familiar se fortaleció a los seis años cuando su hermano Manuel Cañas Escamilla casó con Eleodora Mora Porras.

Dos hermanos Cañas unidos con dos hermanas Mora. (…) El comercio exterior se multiplicó en los tiempos de Mora y Cañas, así como creció la importancia económica de Puntarenas. Hubo relaciones comerciales desde aquí con Chile, Ecuador, Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Nueva Granada, el Perú y Prusia (ahora Alemania). En el puerto de Puntarenas tuvieron consulado Chile, Francia, Inglaterra y la Nueva Granada (hoy Colombia). Durante el cuatrienio inicial de la Administración”.

En la Administración Mora, el General Cañas también había sido destacado a Guanacaste, ya constituida Provincia desde 1848. Su estancia en Guanacaste se hizo evidente cuando en la concentración de tropas en Liberia, antes de la Batalla de Santa Rosa, el 20 de marzo de 1856, llaneros y sabaneros se hicieron presentes a caballo, sumándose de esa forma a la Guerra Nacional.

10.- Juan Rafael Mora, sin traje militar, posiblemente en su Despacho. Destaca en la pintura el bastón de mando con puño de marfil tallado.

11.- Fiesta o Baile conmemorativa, en el edificio del Palacio Nacional, después del triunfo de la Guerra contra los filibusteros, en 1857. Destaca en el centro la figura del Presidente Juan Rafael Mora. Al lado derecho de la pintura altas personalidades del gobierno y de costado el Obispo Anselmo Llorente y la Fuente, primer Obispo de Costa Rica, que se había sumado al llamamiento de Mora, a finales d 1855, a convocar a los costarricense para prepararse en ir a combatir a Nicaragua a los filibusteros. El baile o fiesta de esta pintura había sido ofrecida por el Presidente Mora. Manuel Carranza nos dice: “Entre otros interesantes hechos, Meagher narra un baile ofrecido por el Presidente Mora a Monsieur Félix Belly, enviado de Napoleón III para conversar asuntos referentes a un posible canal interoceánico a través del río San Juan.”

Artísticamente, Manuel le puso una lámpara y faroles aparentemente, eléctricos, para darle luz a la pintura, pero en esa época no se había desarrollado la electricidad en Costa Rica. El irlandés Thomas Meguer, cronista de esa época, quien estuvo allí, narra este baile.

Allí estuvo también Máximo Jérez, con capa española. Del centro a la derecha de la pintura se aprecia al coronel Barrillier, a don Félix Belly, al coronel Cauty, y el Dr. José María Castro (de perfil), entre otros personajes de la época.

12.- Esta pintura nos recuerda el asesinato, la “ejecución de Pabru Presbere” en 1710. La ficha de esta pintura hecha por Manuel dice: “Su cabeza fue cortada y expuesta en una pica para escarmiento de los indómitos pueblos indígenas que se refugiaban de los desarraigos forzosos en las montañas de Talamanca. Un año antes, los guerreros talamanqueños habían asaltado y ajusticiado a los Frailes Recoletos Pablo de Rebullida y Antonio de Andrade, junto a una decena de soldados y quemado 14 templos católicos. La Corona había recurrido a los frailes ante la imposibilidad de reducirlos militarmente.

Pabru Presbere, cuyo nombre significa «el rey de las lapas» lideró la resistencia de los indígenas y así lo reconoció la Asamblea Legislativa al declararle «Defensor de los Pueblos Originarios» en 1996. En la enorme ofensiva, Presbere fue capturado junto a sus Usékares y unos 700 indígenas. Cerca de 200 indígenas perecieron en el camino a Cartago.” En el juicio que se le siguió a Presbere, él asumió toda la responsabilidad del levantamiento, eximiendo de culpa y evitando el fusilamiento y muerte de los jefes indígenas que le acompañaron en su lucha.

Para los indígenas, probablemente, los frailes y religiosos que acompañaban a los soldados conquistadores y colonizadores eran lo mismo; representaban la misma dominación y violencia que se ejercía contra ellos. Por eso, también los enfrentaban, y mataban, cuando tuvieron que enfrentarlos.

13.- Nos presenta Manuel una escena de la vida cotidiana. Una batea para recoger agua, ambientada en 1751, con las mujeres encargadas de esa tarea, con una Iglesia de techo de paja, un sacerdote y una autoridad colonial, acompañada de tres milicianos. Las mujeres con trenzas en sus cabellos. Aquí presenta, “en 1751, el Alcalde D. Tomás López del Corral quien conversa con el Padre Juan Pomar y Burgos en las afueras de la Ermita de techo pajizo que se había erigido desde 1736 en La Villita en honor del Señor San José”, nos dice Manuel Carranza en su ficha de la pintura.

Destaca también Manuel, tras el Alcalde, a soldados de la Corona que debieron recorrer los campos conminando a sus habitantes a formar casa en La Villita de San José. La carreta a lo lejos transporta algún vecino que se afincará en la naciente población. El Padre Pomar y Burgos, quien también ejercía como médico, asumió el encargo de conducir el agua a La Villita a través de acequias. Completan la escena, españoles, criollos e indígenas, usando ya impuestas sus costumbres de vestido. Al fondo se ven Las Tres Marías. La escena pretende situarse en la manzana del actual Banco Central, viendo hacia el norte del Valle Central.

Según Manuel “La ciudad de San José nunca fue formalmente fundada. Su nacimiento estuvo determinado por un hecho puntual: la traída del agua a través de acequias hasta el sitio de La Villita en la Boca del Monte. La tarea fue emprendida por el Padre Juan Pomar y Burgos, en el año 1751, siendo entonces Alcalde Ordinario de Cartago D. Tomás López del Corral. La ermita de culto del señor San José, había sido construida 14 años antes. Se ubicaba al costado Este del Banco Central, en el sitio que ocupa hoy la Tienda Scaglietti. Soldados de la Corona fueron encargados de anunciar, a golpe de tambor, el bando oficial que compelía a los vecinos dispersos en valles cercanos a edificar casa «bajo la campana de la Ayuda de Parroquia».”

14.- Este es una pintura muy especial para Manuel, porque involucra a su tatarabuelo, Miguel de Jesús Carranza, quien había tenido el encargo de su otro familiar, Juan Mora Fernández, para importar la primer imprenta, en 1830. “Dos empleados de su casa, los señores Abarca, conocidos como Pantaleón grande y Pantaleón chiquito aprendieron el oficio de tipógrafos. Ese mismo año su hija Froilana contrajo matrimonio con Braulio Carrillo y su hijo Bruno, que también ocuparía la Presidencia de la República, era un niño de 8 años.” La imprenta de la pintura es la que está hoy en resguardo en el Museo Nacional.

15.- Una típica casa de Escazú, de la Familia Chaves. Una pintura nocturna, con los cerros de La Cruz y de Pico Blanco al fondo. Corredor externo de la casa, con buena iluminación de lámpara. Nótese que no hay iluminación pública y el camino es de piedra, con desagües de calle y de aceras, aspectos que se empezaron a introducir en la construcción a partir de la década de 1830 como parte de la higiene pública que se trataba de impulsar.

16.- Esta pintura es especial. Manuel la llamó “La limpiada del pargo”. “Limpiada” era el término que usaban los pescadores para justamente quitarle las entrañas a los peces pescados. En la pesca artesanal y profesional se sigue haciendo esto: quitarle las entrañas a los peces para comercializarlos y transportarlos de mejor manera. Nótese la luz del cuadro en el mar y en el horizonte, así como en la figura del pescador, en su piel y rostro, que destacan fuertemente. Botes o pangas, embarcaciones pequeñas, de remo para la pesca es lo que se aprecia. En esa época no había aquí motores de ninguna clase.

17.- Una pintura del gran líder de los afrodescendientes de todo el Caribe, Marcus Garvey, a quien Manuel consideraba “un hombre excepcional”, emigrante de Jamaica, quien trabajó un tiempo en Puerto Limón.

En la ficha de la pintura Manuel escribió: Garvey “fundó la Asociación Universal para la Mejora del Hombre Negro. Su influencia se hizo sentir en todo el Caribe y los Estados Unidos. Con el sueño de que todos los que lo desearen pudieran volver a África, fundó la naviera BLACK STAR LINE. Su edificio en Limón, con su célebre «Liberty Hall» se edificó un año después de su última visita en 1920. En Estados Unidos fue encarcelado y perseguido por el Ku Klux Klan. Fue proclamado el primer héroe nacional de Jamaica.”

De nuevo, en la pintura destaca la luz sobre el fondo y el rostro para engrandecerlo, donde demuestra Manuel su gran capacidad creadora como retratista.

18.- “Un día cuando ya no esté, seré lo que he pintado”, nos dejó escrito como su legado Manuel Carranza Vargas. Sabias sus palabras.

Esperamos con lo anterior, y con el librito que entregamos, rendir, una vez más, un justo y merecido homenaje, un reconocimiento público a quien fuera nuestro Presidente de la Academia Morista Costarricense, pero sobre todo al gran amigo, compañero y a la buena persona que fue Manuel Carranza Vargas.

Asuntos políticos que hay que atender

Vladimir de la Cruz

El 5 de julio pasado, analizando la situación política nacional, considerando, en esos días, la posibilidad de que el presidente Rodrigo Chaves se reeligiera, escribí algunas reflexiones sobre su posible activismo político, para llegar hasta el 2034, en el supuesto de que aguardara, constitucionalmente, el plazo de ocho años para poder volver a aspirar a un nuevo posible período presidencial.

Señalé, que una vez que terminara la presidencia, en el 2026, si no tenía un partido político propio, donde él fuera la figura política, el dirigente político principal, y tuviera protagonismo político permanente, no iba a poder formar una imagen, que hasta hoy no tiene, de activista y dirigente político nacional.

Él es, hasta mayo del 2026, el presidente de la República y eso le da el protagonismo que genera el mismo aparato de gobierno, de su propia gestión, de sus convocatorias a periodistas todos los miércoles, de las giras que programa con regularidad a los diferentes cantones del país.

También tiene protagonismo por las sandeces que, sin sentido, razón, lógica o vínculo entre su lengua y su cerebro, casi a modo de barrabasadas, patochadas, burradas que a mí se me parecen más a burdeganadas, constantemente manifiesta, que producen reacciones en diferentes públicos y actores sociales o políticos. Las burdeganadas a modo de los rebuznes que se pueden producir del cruce entre un caballo y una burra, menos común que la mula, que resulta del cruce del burro con una yegua.

Como paréntesis hay que considerar que el propio Chaves ha insinuado que podría no llegarse a las elecciones del 2026.

También manifesté, que, si alguno de los partidos de los que él está impulsando, para las próximas elecciones, llegare a ganar el próximo período presidencial, lo que es posible, él podría ocupar un puesto de ministro, para tener cierto protagonismo institucional desde su gestión ministerial. Pero, esta situación le posterga su posible reelección hasta dentro de ocho años, lo que el presidente Chaves no desea como plazo largo.

Escribí también, que el plazo de ocho años para volver a ser presidente, solo se podía cambiar con una Asamblea Constituyente, o por una reforma constitucional legislativa, que ya no le da tiempo de realizar, para poder establecer una norma constitucional que permita esa reelección consecutiva, o una alterna más corta, de cuatro años.

Es más fácil, a mi manera de ver, para el gobierno tratar de convocar a la Asamblea Nacional Constituyente por la vía parlamentaria, que impulsar la reforma constitucional para eliminar la prohibición de la reelección consecutiva. También ha dicho el presidente que a él sí le gustaría ser diputado constituyente.

Pero, es claro que Chaves no quiere esperar ni un día más a partir del 8 de mayo del 2026, para mantenerse en el gobierno. Ha insinuado varias veces que podría no llegarse a esas elecciones, amenazando gravemente el sistema democrático electoral, lo que calza con sus ataques también al Tribunal Supremo de Elecciones.

Aun cuando tenga que dejar el gobierno el 8 de mayo del 2026, trabaja para que en ese mismo momento pueda operar simultáneamente una Asamblea Nacional Constituyente, que podría trabajar en paralelo con la Asamblea Legislativa, mientras la Asamblea Nacional Constituyente no opere, como se hizo en Venezuela recientemente, como un órgano legislativo paralelo sustituto.

Hay que destacar que el tema de la Asamblea Nacional Constituyente ya lo está manifestando el presidente Chaves, cada vez con más fuerza, quizá buscando la posibilidad de que con la convocatoria de 38 diputados pueda ser llamada o convocada.

Este tema, y esta posibilidad, la está trabajando el presidente, su equipo de asesores y de aliados políticos, que poco a poco se le van extendiendo. No hay que engañarse en esto.

El pasado 8 de julio escribí, señalando una situación extrema, “que el presidente Chaves renuncie a su actual presidencia antes de diciembre. Renunciado, puede aspirar a ser diputado en el 2026. No tendría impedimento legal ni constitucional. Suponiendo que con partido propio o con otro prestado llegue a ser diputado, va a tener cuatro años para luchar dentro de la Asamblea Legislativa para modificar la Constitución Política para que les permitan a los presidentes la reelección consecutiva o alterna cuatro años después, y no ocho. Así podría ser candidato presidencial en el 2030, y no en el 2034. No está mal este otro camino, en la selva política nacional, para el jaguar.”

En ese artículo puse la fecha de su renuncia en diciembre, porque en ese momento lo asocié a la condición de los otros funcionarios públicos que deben renunciar un año antes de las próximas elecciones, para participar como posibles candidatos a diputados, porque para ser ministro no tiene impedimento.

En su equipo asesor esta idea le caló. La empezaron a engullir. Hicieron consultas directamente a especialistas en derecho electoral, que le aclararon al presidente y su equipo, que su renuncia se podría hacer en julio del próximo año, a siete meses de la elección nacional, plazo que han considerado más oportuno, porque les permite seguir atizando el ambiente político desde la presidencia hasta ese momento, para salir a la palestra político electoral de seguido, y de manera pública y activa.

Este tema ya es más que un rumor, un tema de discusión en diferentes ambientes políticos, tanto a favor como en contra.

Hay que reconocer que constantemente el presidente Chaves está realizando, de una manera fina, una participación beligerante de tipo político. Su beligerancia es clara, directa, sin tapujos, sin esconderse, con símbolo político electoral, el jaguar, llamando a movilizaciones populares que le organizan desde distintos frentes políticos y electorales, por ahora débiles, pero constantes.

Su identificación con el jaguar le ha dado ese éxito político electoral. La figura del animal ya se usa como emblema en varios escenarios. Se han colocado vallas con la figura del jaguar preguntando dónde firmar y votar para el referéndum, para que se vote por esa vía el proyecto de ley que llamaron Ley Jaguar.

El 14 de setiembre, en la noche, en el acto oficial de recibimiento de la Antorcha, traída desde Guatemala hasta Cartago, se usaron faroles y farolitos en manos de los niños y asistentes con la figura del jaguar, faroles bien hechos. Los discursos de la ministra de la presidencia y del propio Chaves, ese día, fueron de agitación política, bien partidista, hacia los “jaguares”, a los seguidores de sus partidos, los que están impulsando.

En materia electoral, ya han inscrito varios partidos, para participar en las próximas elecciones. Varios partidos porque lo que les interesa es llevar la mayor cantidad de diputados posibles a la próxima Asamblea Legislativa.

Entendamos una cosa que es real. Si Chaves se lanza de candidato a diputado, va a salir electo, y con él una buena cantidad de candidatos que vayan en su misma papeleta. Si en la pasado elección eligieron 10 diputados sin que nadie los conociera, en la próxima pueden dar una sorpresa.

Entendamos también, que el símbolo del jaguar podrían usarlo varios partidos políticos, que no se disputen la “marca”, que no pongan recursos legales contra el uso de ese símbolo electoral, que ya lo es, porque uno de los partidos políticos recientemente inscrito ya lo inscribió como símbolo suyo, identificándose con el gobierno. No habría problema del símbolo porque el Tribunal Supremo de Elecciones ya acepta banderas de los partidos políticos casi de idéntico color, de modo que con diferente color puede ir el símbolo del jaguar.

Entendamos también, que el presidente y sus grupos electorales están trabajando fino, pero con fuerza. En las elecciones municipales pasadas, el partido que se identificó con el gobierno, desde el punto de vista de su organización, logró constituirse en el tercer partido más grande, con candidatos inscritos, después de Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana, con más de 3000 candidatos en todo el país, que el Tribunal Supremo de Elecciones, se los anuló por cuestiones de forma. Los errores que cometieron para esa elección no los van a repetir. Van con todo y en varios frentes.

Un escenario que hay que considerar, es que si Chaves renuncia en julio, para lanzarse de diputado lo que puede hacer, en su campaña política para ser electo diputado sería de ir acompañando al candidato presidencial de su partido, como lo hizo Pilar Cisneros con él, con el propósito de sumarle votos a su candidato que se pintaría como la continuación de su gobierno. Igualmente, en ese paso a paso electoral, recorriendo los caminos de la Patria estaría Pilar Cisneros, considerando que su esposo suena como posible candidato a la Presidencia o también a una diputación.

Los partidos políticos, que están en la Asamblea Legislativa, los que existen fuera de ella y los que se están organizando, con miras a las elecciones del 2026, faltan 16 meses, deben atender este panorama político y electoral.

Los partidos políticos están en La Luna, metidos en sus cráteres. No están a la vista. Sus dirigentes ni orejas tienen. Menos voz. La voz de los diputados, de los diferentes partidos parlamentarios, no se siente electoralmente hablando. Sus discursos y luchas parlamentarias no se ligan a movilizaciones en favor de sus planteamientos, ni se siente ligados a la organización partidaria que representan. Un poco de agitación y discursos antigobierno o antichavistas no son suficientes. Las direcciones políticas de los partidos son inexistentes, no se pronuncian sobre nada. Los temas nacionales del país no existen en las agendas de los partidos. No hay debates políticos importantes. Hay muchos distractores políticos, muchos de ellos introducidos por el gobierno y el presidente.

O los partidos políticos y sus dirigentes se ponen las pilas, o los van a barrer. El discurso anti partidos y antipolíticos, contra quienes “han gobernado dictatorial y tiránicamente, solo para un grupo de empresarios y camarillas políticas, desde 1953 hasta el 2022”, como afirma el presidente Chaves, pega fuerte.

Los partidos afectados y las fuerzas políticas atacadas no han podido señalar y destacar que Chaves gobierna con otra, y para otra, camarilla de políticos, empresarios, financistas, por constituir y consolidar la Nueva República, ya habla de una Tercera República.

Esperemos que ese proyecto de Nueva República, no sea la Narco República, a como va el país, o establezca un gobierno como el de los Duvalier, de Papá Doc, que se llegue a conocer como la República de Papá Chaves.

 

Compartido con SURCOS por el autor.

¿Está el gobierno impulsando la reconstitución de un Ejército necesario para el clima, que anunció, de inseguridad democrática?

Vladimir de la Cruz

La institución del Ejército de Costa Rica duró hasta el 1 de diciembre de 1948, cuando la Junta de Gobierno, Fundadora de la Segunda República, presidida por José Figueres Ferrer, decidió abolirlo, eliminarlo de nuestra institucionalidad.

Cuando esa decisión se llevó al seno de la Asamblea Nacional Constituyente de 1949, se aprobó esa abolición como una norma constitucional, que ha hecho que todas las generaciones de niños, de jóvenes, desde 1948 no se vean sometidos a ninguna obligación militar por parte del Estado, o a llamados del gobierno con ese fin de enlistamiento militar, de apuntarse en una lista con obligación de formar parte de la estructura militar, por un período generalmente breve, para recibir a la fuerza un entrenamiento y conocimientos militares básicos.

El no tener ejército nos obliga a no participar en conflictos bélicos, ni ser socios de acciones militares de países. Así quedó confirmado por la Sala Constitucional de la República, cuando el gobierno de Abel Pacheco de la Espriella, 2002-2006, decidió poner su firma en las operaciones militares, que Estados Unidos realizó en Irak, como parte de una “aparente” coalición internacional en ese conflicto, que era exclusivo de los Estados Unidos.

En el gobierno de Luis Alberto Monge Álvarez, 1982-1986, fortaleciendo esa decisión de 1948, se declaró a Costa Rica como una Democracia desarmada y neutra ante problemas y conflictos militares.

Al calor de la Guerra Fría, y del anticomunismo que se desató en el continente ante la Revolución Cubana, los Estados Unidos impulsaron en Centroamérica el Consejo de Defensa Centroamericano, CONDECA, en la década de 1960, que reunía a todos los ejércitos de Centroamérica, incorporándose Costa Rica como parte observadora del mismo, haciéndose representar oficialmente en las reuniones del CONDECA por el que fuera Embajador de Costa Rica en Guatemala, donde estaba la sede de esta organización militar, desde 1961 hasta 1979.

Con los cambios operados en el escenario internacional desde 1990 cambiaron también las políticas regionales de seguridad, por el llamado Tratado Marco de Seguridad Democrática, impulsándose especialmente la Declaración Trinacional de El Salvador, Guatemala y Honduras, en la conformación de lo que también se ha impulsado en esos tres países, reconocidos como El Triángulo Norte de Centroamérica.

El no tener Ejército no eliminó una fuerza policial para salvaguardar las necesidades de seguridad de la población. Desde 1948 se impulsó una Fuerza Pública para mantener el orden. Durante años se entrenó como una fuerza militar, especialmente su oficialidad que era enviada a las academias militares de Estados Unidos en el Canal de Panamá, así como a Alemania, Israel, Corea del Sur, Chile y otros países.

Los grados con los que se organizaba eran de tipo militar, que le fueron eliminados en el gobierno de Oscar Arias Sánchez, 1986-1990, por grados de carácter civil. En el gobierno de Rafael Ángel Calderón Fournier, 1990-1994, le fueron restituidos los grados militares a la Fuerza Pública. De nuevo, posteriormente se los volvieron a eliminar.

En el segundo gobierno de Oscar Arias Sánchez, 2006-2010, se impulsaron políticas, bajo la modalidad de tratados internacionales contra el militarismo, la producción y compra de armas a nivel mundial, en la ONU.

Centroamérica, como resultado de las guerras internas desde la década de 1980 ha sido un escenario de gran tráfico de armas, de compra y venta de armas de guerra. Tráfico ilegal del que Costa Rica no ha escapado. En nuestro territorio se mueven armas con conocimiento oficial y poco control.

La venta de armas es autorizada en Costa Rica. Especialmente de armas que no son de guerra; pero, se están vendiendo armas de guerra. Los grupos asociados al comercio y tráfico de drogas y estupefacientes, las organizaciones criminales que operan en todo el territorio nacional, a vista y paciencia de las autoridades nacionales, están bien armadas con este tipo de armamento militar. Constantemente, esto se evidencia en las noticias que se publican de sus enfrentamientos, en disputas por el control de los territorios de distribución de drogas y de exportación de la cocaína a Europa, así como por el cuido de sus bodegas, consideradas de las más importantes y grandes de la región, comparadas con algunos países suramericanos, por sus dimensiones.

La reorganización que se ha venido haciendo en la Seguridad Pública nacional contribuye al fortalecimiento de estos grupos, de sus negocios de drogas como del manejo de armas que poseen.

La venta de armas de guerra que se hace en el país, por la cual se puede adquirir armamento de guerra, de combate, armas modernas de distintos calibres y calidades ofensivas, las que se pueden traer, como parte de estas ventas, constituye un grave peligro para la seguridad nacional, para la seguridad de las personas y para la seguridad del mismo sistema democrático que tenemos.

La existencia de las policías privadas en el país, en número superior a la Fuerza Pública, hace más peligroso ese arsenal de armas existentes en el país, por la dimensión de pequeños “ejércitos privados” que pueden constituirse de esa manera, algunos de los cuales pueden ser útiles incluso a políticos del actual gobierno como de fuera del gobierno y la institucionalidad.

La existencia de centenares de pistas aéreas “clandestinas” que operan en el país, unas reconocidas y otras no oficialmente, facilitan ese comercio de armas, como de drogas. A veces, la prensa da cuenta de aeronaves abandonadas en algunas de esas pistas.

Desde el punto de vista de la seguridad social cada vez más son atendidos, en las emergencias hospitalarias de la Caja Costarricense del Seguro social, y en hospitales y clínicas privadas, ciudadanos heridos con armas de guerra. Solo el año pasado la atención de estos ciudadanos llegó casi a los 1500, un promedio de cuatro diarios. Por armas de fuego en los nueve meses que llevamos del 2024 han sido atendidas 821 personas. Y del período 2019 al 2024 han sido atendidas 5.652 personas, a un promedio diario, en estos cinco años, de casi 3.3 personas diarias. De acuerdo con el OIJ, los muertos con armas de fuego, de manera dolosa, este año suman 640 personas.

Las armas de guerra que se están empleando, entre otras son AR-15, M 16, AK47. La AR-15 es traída de Estados Unidos, traficada por las organizaciones criminales que la pagan con drogas. De acuerdo con los datos criminológicos del país estamos en la cuarta ola del narcotráfico, con una violencia homicida que tiene un 60% de vinculación con el crimen organizado.

Esta situación obliga a que se deban tomar decisiones más fuertes en el control del comercio lícito de armas. Ese control pasa inexorablemente por prohibir de manera definitiva la traída de cualquier tipo de armas de guerra, y de penalizar severamente a quien las posea.

El ambiente de inseguridad nacional es muy peligroso para la estabilidad democrática del país. Facilita incluso que desde el gobierno se pueda provocar un clima y una situación que conduzca a un estado de excepción, un estado de sitio, a un autogolpe de estado, a una prolongación fáctica del gobierno aduciendo esta situación de inseguridad y de inestabilidad.

El gobierno constantemente contribuye a ella atacando la institucionalidad pública, los poderes del Estado, los organismos e instituciones de control político y administrativo, provocando la pérdida de la fe en los Poderes Legislativo y Judicial, cuestionando, criticando y debilitando los actores críticos de la sociedad costarricense, a los partidos políticos, a los dirigentes políticos nacionales, a los gestores de opinión y a los analistas políticos.

Recientemente, con las detenciones para efectos de investigación judicial, que se ha hecho de directores de la Caja Costarricense del Seguro Social, el gobierno, en pleno, con sus ministros y su fracción de diputados, todos de traje negro, como si asistieran al funeral anunciado de la democracia nacional, en boca del presidente jaguar, que curiosamente no rugió como suele hacerlo, advirtió de que se está a punto de perder la democracia y que de parte del gobierno se requieren, en posibilidad, acciones más fuertes, insinuando justamente el autogolpe de estado, el estado de excepción, las limitaciones de las libertades y derechos ciudadanos. Amenazó incluso de que podría no haber elecciones en el 2026.

Estos últimos días, particularmente de noche, han puesto a funcionar helicópteros, sin insignias del gobierno, pero tampoco intervenidos por las autoridades de seguridad pública, en caso de que fueran privados, a volar bajo, muy bajo, sin luces, casi a nivel de techos en determinadas comunidades, en Montes de Oca, en Escazú, en Santa Ana, dando vueltas a todo ruido de motores, llamando la atención y provocando preocupación de los ciudadanos en sus casas, como si fueran operativos policiales o de seguridad, en persecución o de acciones policiales en desarrollo.

Ante la protesta, preocupación y consulta de ciudadanos se ha dicho que han sido “acciones de entrenamiento para condiciones del mal clima”. ¿Cuándo, en Costa Rica, se han hecho ese tipo operaciones y maniobras policiales, que parecen más de ejército en condiciones de represión y de golpes de estado, aduciendo prácticas de entrenamiento? ¿Ni siquiera las hacen de día? ¿Por qué asustan y preocupan a la población con esos desplantes? ¿O, es que están preparando a la gente para el ambiente de zozobra, de inquietud o de amenaza, y de represión o de autogolpe institucional de estado, que se quiere imponer por la forma autoritaria de ejercer el Gobierno de la República? ¿Quién dio la orden de esos “ejercicios” nocturnos de los helicópteros, que no parecían ser del gobierno, todos negros, sin identificación alguna? ¿Tendrá el presidente un grupo altamente especializado en este tipo de operativos, como el que tiene a su servicio de manera directa, para su seguridad presidencial, que parece más para su seguridad personal, que solo a él le reporta?

¿A cuál “mal clima” se han referido las autoridades que han justificado esos vuelos rasantes de helicópteros, justamente la noche de la detención de los directores de la Caja Costarricense del Seguro Social? ¿Al clima político que están viviendo quienes están siendo sometidos a investigación judicial en el Gobierno? ¿O eran vuelos de apoyo moral para los detenidos esa noche?

Justamente, ese día y esa noche fatídica para el gobierno, como lo reconoció el jaguar principal, también coincidieron acciones amenazantes de tipo terrorista contra el Ministerio Público, la Fiscalía General de la República y contra el Presidente de la Asamblea Legislativa. ¿Está el gobierno impulsando la reconstitución de un Ejército?

Los desplantes militaristas de los vuelos rasantes y los desplantes militaristas de las caravanas presidenciales matutinas hacia Zapote apuntan en muy mala dirección política nacional.

 

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