UCR: Voz experta: La realidad del envejecimiento acelerado en Costa Rica
En poco tiempo el número de personas adultas mayores ha aumentado exponencialmente. Este fenómeno, conocido como envejecimiento acelerado, es el nuevo desafío que enfrenta el país, pues implica una transformación sociodemográfica que requiere un replanteamiento de las políticas y los esfuerzos institucionales que resguardan el bienestar de esta población.
Con el objetivo de entender las necesidades actuales de las personas adultas mayores, se crea El Observatorio del Envejecimiento, a cargo del Centro de Investigación Observatorio del Desarrollo (CIOdD) de la Universidad de Costa Rica y la Cátedra de Envejecimiento y Sociedad de la Facultad de Medicina de la misma universidad.
Las causas del envejecimiento acelerado
El primer informe publicado por el Observatorio del Envejecimiento explica que la caída sostenida de la Tasa Global de Fecundidad es uno de los factores que ha incidido en el envejecimiento acelerado de la población. Costa Rica destaca con la tasa más baja de América, con un promedio actual de 1,3 hijos por mujer. De la mano con esto, la baja tasa de mortalidad y la alta esperanza de vida del país también han influido el aumento acelerado en la población adulta mayor.
Si bien la Caja Costarricense del Seguro Social ha desempeñado un papel fundamental en mejorar la expectativa de vida de la ciudadanía, la realidad de las personas adultas mayores está marcada por la saturación de los servicios médicos, la poca accesibilidad y el abandono. Ante este escenario, el sistema de salud público cada vez cuenta con menos capacidades para hacer frente al incremento acelerado de la población adulta mayor.
Las instituciones no están preparadas para asumir el reto
Mientras el número de personas adultas mayores continúa aumentando, los centros de salud se ven más presionados a atender y brindar una atención de calidad. El tercer informe de las personas adultas mayores en Costa Rica indica que el 21% del servicio de consultas externas corresponden a personas de 65 años y más. A su vez, los egresos hospitalarios representan un 22% de esta población.
La Caja Costarricense del Seguro Social no está preparada para confrontar el envejecimiento acelerado, debido a que cada día los centros de salud se ven más saturados y con menos capacidades para atender a todas las personas. Este problema representa una gran barrera para la población adulta mayor, ya que limita el acceso a los servicios médicos que utilizan constantemente y necesitan de manera inmediata.
Además, se percibe un estancamiento de los recursos económicos destinados a las personas adultas mayores, lo que confirma que las instituciones públicas todavía no se adecuan al contexto actual. Hay recursos dispuestos para la población adulta mayor, sin embargo, estas se han mantenido en el mismo límite presupuestario por varios años, cuando más bien deberían ir en crecimiento.
Por otro lado, las ciudades poco amigables para las personas adultas mayores también son barreras que impiden su bienestar. No se puede garantizar servicios y programas para su cuidado y desarrollo, si las comunidades no representan un entorno seguro, accesible y adaptado. Esto implica una transformación de la infraestructura urbana, las obras públicas y el sistema de transporte, que atienda los requerimientos y las necesidades de accesibilidad de la población adulta mayor en las ciudades.
El abandono en el contexto de envejecimiento acelerado
Otro reto que afronta el país relacionado con el envejecimiento acelerado es el abandono de las personas adultas mayores. El tercer informe del Observatorio del Envejecimiento destaca que, en los últimos 8 años el número de personas adultas mayores abandonadas en centros de salud pasó de 9 al 2014, a 89 en el 2022.
Para los hospitales, el abandono representa una gran inversión económica, pues en muchas ocasiones la persona adulta mayor no requiere de atención médica, pero al carecer de un lugar donde ubicarla, permanece en el hospital. Pero el problema no solo representa un costo financiero, sino que también expone a estas personas a contraer otras enfermedades debido a sus estancias prolongadas en los centros médicos.
Una de las causas que explica el aumento del abandono se asocia a la falta de recursos que tienen las familias para atender a las personas adultas mayores. Sin embargo, este no es el único factor que condiciona, ya que familias con capacidades económicas también abandonan a sus familiares adultos mayores. Se debe considerar que el cuidado representa un agotamiento físico y emocional que muchas personas no están dispuestas a enfrentar. Asimismo, hay casos de auto abandono que suceden cuando la persona tiene recursos y apoyo de su familia, no obstante, no permite ser atendido.
Es importante comenzar a buscar soluciones para disminuir los casos de abandono, especialmente un contexto de envejecimiento acelerado. El abandono no solo repercute en la saturación de los centros de salud, sino que además representa un tipo de violencia hacia las personas adultas mayores. Para afrontarlo, se requiere tratar cada caso de manera integral y situacional, priorizando siempre la decisión de la persona adulta mayor.
Un llamado hacia el cambio sociocultural
Las instituciones públicas tienen una gran responsabilidad en sus manos, pues el envejecimiento acelerado significa un reto de gran impacto para el país. Se debe partir de un cambio sociocultural que sensibilice a la ciudadanía sobre la importancia de un envejecimiento activo y sano.
Es crucial que las autoridades velen por crear campañas de prevención que eduquen a las personas desde jóvenes sobre la importancia del cuido de la salud. Particularmente enfocándose en enfermedades prevalentes en la población adulta mayor, como la diabetes y la hipertensión, que pueden abordarse de manera preventiva. Además, se requiere un cambio que fomente la responsabilidad de las instituciones, las comunidades y la ciudadanía en la protección del bienestar de las personas adultas mayores, considerando todos y todas seremos parte de esta población en algún momento de nuestras vidas.
Por último, se recalca la importancia de la academia en generar conocimiento crítico y confiable sobre la población adulta mayor. Para ello, se insta a todas las áreas a participar activamente en la conversación desde su área de estudio, con el propósito de asesorar a las instituciones en la creación de políticas que atiendan el envejecimiento acelerado de la mejor manera.
M.Sc. Emiliana Rivera Meza
Investigadora del Centro de Investigación Observatorio del Desarrollo (CIOdD)