¿Vacunar o no vacunar? ¿Política o ciencia?

«Triste del país que no tome a las ciencias por guía en sus empresas y trabajos.

Se quedará postergado, vendrá a ser tributario de los demás y su ruina será infalible, porque en la situación actual de las sociedades modernas, la que emplea más sagacidad y saber, debe obtener ventajas seguras sobre las otras».

Esas sabias y visionarias palabras fueron pronunciadas por el Dr. José María Castro Madriz (último Jefe de Estado y primer Presidente de la República de Costa Rica en 1843, cuando siendo Ministro de Gobierno inauguró la Universidad de Santo Tomás. Este pensamiento sigue siendo válido 179 años después. Los premios Nobel de las áreas de las ciencias (medicina incluida) provienen de los países en los que más empuje se le ha dado a las ciencias, casualmente los más desarrollados del planeta.

Costa Rica ha sido líder mundial en programas de vacunación desde mediados del siglo pasado, permitiendo la eliminación de enfermedades que provocaron mucho dolor en las familias costarricenses como: poliomielitis, difteria, viruela, sarampión, etc. Otras enfermedades han disminuido su prevalencia en Costa Rica y van en camino de desaparecer gracias al Programa de Vacunación de nuestro país, uno de los más completos del mundo (no solo por la cantidad de vacunas aplicadas, sino por la calidad de las mismas y el porcentaje de cobertura a nivel nacional), tal como lo han reconocido organismos internacionales como La Organización Mundial de la Salud.

La Comisión Nacional de Vacunación y Epidemiología (CNVE) es un ente científico creado por Ley de la República, adscrita al Ministerio de Salud y se creó en el marco de la Ley Nacional de Vacunación 8111 y está integrada de acuerdo a esa ley por profesionales científicos expertos en el área de vacunación y Epidemiología cuya finalidad, entre otras es coordinar los programas nacionales de vacunación. Es un ente eminentemente técnico/científico, no político, que vela por la seguridad de todos los habitantes de nuestro país anteponiendo intereses de orden político, personales, gremiales o comerciales. Es un grupo de trabajo que discute, analiza y toma decisiones al amparo de la evidencia derivada de publicaciones científicas de calidad. Los acuerdos tomados por la CNVE han sido parte de estrategias fundamentales de Salud Pública, que han llevado a bienestar, salud e igualdad en la población costarricense. Existe una fortaleza legal en su creación y varias leyes delimitan y protegen sus funciones (Ley General de Salud, Código de la Niñez y la Adolescencia, etc.). La CNVE es un bien que se debe fortalecer y su independencia se debe defender ya que sus acuerdos han sido fundamentales en el control de las enfermedades prevenibles por vacunación, en la reducción de la mortalidad infantil, y han sido un factor de nivelación social. En relación con la Pandemia de COVID-19, su trabajo garantizó la selección de las vacunas de la mejor calidad con los mejores estándares de seguridad y con los mejores estudios clínicos de eficacia y efectividad. Esto se ha visto reflejado en el impacto positivo que han producido estas vacunas en el control de la pandemia.

La politización de la CNVE lleva al riesgo de politizar los acuerdos, lo cual produce, entre otros, una apertura para los grupos antivacunas que tanto daño hacen con sus falsas afirmaciones. La CNVE no debe utilizarse como un instrumento político para que los gobernantes de turno puedan fijar el rumbo con base en intereses personales o partidistas.

La Academia Nacional de Medicina de Costa Rica lanza un ferviente llamado para que todas las fuerzas científicas del país apoyen y defiendan la autonomía de la CNVE, y que más bien se generen acciones que la fortalezcan.

Dr. Aristides Baltodano A.

Presidente

 

Compartido con Surcos por Karen Esquivel Bolaños.