Costa Rica ¿Descarbonización o privatización?

Comunidades ecologistas la Ceiba y Fecon comparten el siguiente mensaje:

El discurso de la descarbonización

El Gobierno autoproclama a Costa Rica país verde, ecológico y sostenible. Su campaña ha incluido celebrar como un logro nacional el Acuerdo de París en 2015.

Pero ¿es realmente Costa Rica un país modelo? La propaganda del país habla de un consumo sostenido de energía 100% renovable durante varios años consecutivos.

Pero los datos oficiales lo desmienten: Costa Rica importa el 73% de su energía y consume el 63% de fuentes fósiles.

Dirección Sectorial de Energía, 2015

La fiebre hidroeléctrica

Los empresarios hidroeléctricos se montan también en el falso discurso de la descarbonización y la mitigación del cambio climático con sus represas.

Pero Costa Rica ya es capaz de producir el doble de la electricidad que consume cada año.

¿Y si discutimos más bien sobre consumo eficiente?

La resistencia comunal

Muchas comunidades se han manifestado en contra del represamiento de sus ríos:

Denuncian corrupción y mentiras de los desarrolladores para negar a las comunidades los impactos ecológicos negativos.

También reclaman la pérdida de acceso y uso público de los ríos por el acaparamiento del agua para generación eléctrica.

No necesitamos más privatización

La generación hidroeléctrica privada está activa desde 1990. Sus concesiones explotan el 90% de caudales de los ríos y son una evidente forma de privatización del agua. ¡No es energía limpia y no se necesita abrir más explotación hidroeléctrica en nuestro país!

Los 10 principios para la construcción de la Soberanía Energética

Diálogos Ecologistas 2021 Encuentro sobre Soberanía Energética

Los 10 principios para la construcción de la Soberanía Energética

1- El modelo de extracción, manejo, distribución y uso de energías actual está en crisis.

2- El sol, viento y el agua no deben usarse para el enriquecimiento de unos pocos.

3- El acceso a la energía debe ser un derecho para que todas las personas puedan satisfacer sus necesidades básicas.

4- Los países deben contribuir en forma proporcional con el pago de la deuda climática.

5- Erradicar el extractivismo fósil para usar las energías de menor impacto.

6- Priorizar la protección de la biodiversidad y los derechos de los pueblos.

7- Propiedad energética popular, respetando el consentimiento libre e informado y derecho a la justicia.

8- La toma de decisiones y planificación energética debe estar en manos de las comunidades y trabajadores.

9- Desmantelar las falsas soluciones como incentivos a energías nocivas y acuerdos comerciales perjudiciales.

10- No puede haber justicia energética sin justicia social.