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Costa Rica superó el odio y la improvisación

Marlin Oscar Ávila

 

“El amor ganó” las elecciones en Costa Rica ayer domingo, decía un cartel en medio de la multitud que celebraba el triunfo del Partido Acción Ciudadana (PAC). Ganó Costa Rica aseveraba el candidato a la presidencia Carlos Alvarado, el más joven presidente después de unos 120 años en este país centroamericano. Carlos Alvarado con 38 años, periodista, cantante, con dos posgrados universitarios, uno en ciencias políticas y otro en desarrollo internacional, dos veces ex ministro, del IMAS y del Trabajo, pareciera haberse preparado desde adolescente para presidir los destinos de Costa Rica. La esposa del nuevo presidente, la arquitecta Claudia Dobles, tiene la intención de convertirse en una intermediaria entre el Poder Ejecutivo y el sector de la construcción privada. Con una carrera profesional en Panamá y en Costa Rica, la primera dama cree que ella va a lograr contribuir a solventar muchos problemas que padece el país en el rublo del transporte e infraestructura vial.

Carlos Alvarado ganó con 60.6% de los votos computarizados anoche a eso de las 10:00 PM con el 90.6% del escrutinio. Unos 17 puntos menos que Vladímir Putin, en las elecciones recientes de Rusia; Putin obtuvo casi igual puntaje que el actual presidente costarricense, Luis Guillermo Solís, hace cuatro años, 77.8%. Contundente éxito.

A dos horas de cerrado el escrutinio, el TSE de Costa Rica daba los resultados del 90% de la votación, sin que se callera el sistema una sola vez, y sin las enormes dudas por fraude que se viven en países como Honduras. No hubo ni una sola expresión en toda la contienda, primaria y segunda vuelta, que pusiera en dudas la honradez y capacidad tecnológica de las elecciones generales.

Una de las dificultades que tuvo el candidato ganador, Carlos Alvarado, fue el arrastrar con él los errores de su partido político, luego de los últimos cuatro años de gobierno. Aunque natural, no dejaron de afectar la contienda. Lo que más le golpeó y le restregaron sus contrincantes fue los hechos de corrupción en que el gobierno actual se vio involucrado. No por haberse negado a investigarlo y, menos buscar blindar a los actores de la corrupción, menos buscar consolidar un sistema corrupto, como sí ha ocurrido en países vecinos. Casi una docena de los implicados en la corrupción tica, ahora guardan prisión. No obstante, la ciudadanía tica no perdona tales hechos. La otra “torta” ha sido el alto gasto público y por ende el déficit fiscal, el cual venía en crescendo desde el gobierno del PLN. Pese a que Carlos Alvarado, mientras estuvo en altas funciones del actual gobierno y durante la campaña, objetó ambos flagelos, siempre le cargaron con las responsabilidades del PAC. Su programa de gobierno conlleva la solución de tales debilidades políticas. Falta ver si las cumple.

En donde no vimos crítica alguna, fue en la gestión internacional que hizo el PAC, unido al PUSC. Siempre siguió la línea política de los EUA. Se involucró con la campaña denigrante contra Venezuela. Incluso, la ex presidenta Laura Chinchilla, del PLN, es una de las voces cantantes del “Grupo de Lima”. Esperemos que Carlos Alvarado no haga lo de Luis Guillermo Solís, de confiarle las relaciones internacionales a los Social Cristianos; pues no hacen más que confirmar lo que medio mundo cree sobre Costa Rica: que es y ha sido un satélite de los gringos.

Ya hay señales de que la banca internacional anda detrás del nuevo gobernante costarricense para definirle la política económica. La semana anterior última, una delegación del FMI, del BCIE y BID, se reunió con el candidato opositor, del PRN, Fabricio Alvarado, con quien hablaron de sus políticas económicas, puesto que creyeron que sería el ganador, basado en las encuestas previas a la segunda vuelta. Como buen pastor religioso, Fabricio estuvo negociando lo que ni siquiera llegó a dar a conocer a la ciudadanía costarricense. Su comportamiento fue simplemente una extensión del de un evangélico que traiciona a sus feligreses. Lo bueno fue que no ganó, por diversas razones, incluyendo el odio que pregonó contra sus opositores y su xenofobia contra minorías sociales.

Esperemos que la ciudadanía costarricense y su nuevo gobierno, sean conscientes que Costa Rica está en medio del Istmo Centroamericano, con quien comparte su historia y cultura; que los pueblos latinoamericanos siguen luchando contra gobiernos dictatoriales, despóticos y ultra derechistas. Que la sociedad estadounidense vive en constante convulsión desde que colocaron a un inquilino en la Casa Blanca que es de corte neo fascista. Este inquilino, está llevando al mundo entero a ampliar las guerras, los asesinatos y la migración masiva de pueblos completos, con intereses del comercio de armas y petróleo. Carlos Alvarado, no debe ignorar que, se está abriendo nuevamente la “guerra fría”, que ya estamos en una guerra comercial y financiera; que se gobierna al mundo en base a “sanciones” arbitrarias; que posiblemente se den otras guerras por el control del petróleo mundial y que estamos en gran riesgo de una guerra nuclear. Todo esto está llevando al capitalismo a una fuerte devaluación del dólar, a una crisis económica que repercutirá fuertemente en todas nuestras naciones.

Costa Rica acaba de superar un grave problema interno, donde se mezclaba la religión con la política. Nos llena de felicidad tal logro. Ahora estamos atentos y con actitud colaborativa para que supere los problemas a los cuales seguirá enfrentándose. Nos alegra que se impusiera la razón a la ignorancia, la planificación a la improvisación, la prudencia a la desfachatez, la juventud inteligente dispuesta a construir su futuro, sobre la que solo ve en lo divino y mágico su salvación. Seamos todos y todas responsables de nuestro futuro.

 

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Carlos Alvarado, Elecciones 2018, PAC, segunda ronda