El humor es cosa seria

Rafael Ángel Ugalde Quirós*

Al valiente y humanista del siglo XXI, Julian Assange, olvidado por los defensores de la libertad de prensa en Costa Rica.

Seguramente “Cantinflas” sigue carcajeándose, agradeciendo a muchos de los aspirantes presidenciales por mantenerlo vivo en las “pantalla chica”, en virtud de los famosos “debates” nacionales de cara a las elecciones del próximo 6 de febrero. A sus 29 años de la desaparición física –cumplirá años de haber trascendido 18 días antes de la toma de poder del nuevo presidente costarricense – Mario Moreno sigue siendo el principal comediante latinoamericano; sus palabras sobre el difícil arte de sacar risas a la gente siguen teniendo vigencia quién sabe por cuántas generaciones más, pues es uno de los oficios más difíciles y delicados de la tierra. Los antiguos griegos descubrieron en los tropezones y traspiés de la gente la producción inmediata de risas por quienes quedan en pie, llevando tal recurso de trompicar al teatro; los famosos “Tres Chiflados” sacaban carcajadas con ingenuidades cercanas al sinsentido y, hasta el recordado “Tres Patines”, el de la Tremenda Corte, nos sacaba sonrisas con sus ocurrencias idiomáticas propias de los guajiros cubanos enfrentados a una ciudad devoradora.

Sin embargo, “Cantinflas” tuvo la virtud de enseñarnos como la “naturalidad” y la “seriedad” cotidiana del cura párroco, el maestro, el médico, el torero, el político, el hacendado, el corruptor, etc., nos hacen reír, pues detrás de todo gesto y palabra hay una intencionalidad conforme el momento histórico de esta o aquella sociedad. De esta manera, el arte de sacar una carcajada es más serio de lo que parece. Por eso, alguien dijo una vez: “ríete y curarás tu hígado”, mientras otros atribuyen al escritor estadounidense, Robert Fulghum, haber puesto la risa y el amor al mismo nivel, cuando dijo: “… la risa es la única cura para el dolor. Y yo creo que el amor es más fuerte que la muerte”.

Lo divertido en el caso de los “debates”, promovidos por el tribunal recolector de votos –con gran calidad técnica por el SINART-, fue el entretenimiento dado durante tres noches sin boxeo internacional, sin concurso de bellezas de Miss Universo y sin juegos de la selección nacional de futbol para ir a Qatar. Este tribunal contribuye a que cualquiera persona jurídica haga propaganda a favor de sus candidatos organizando “debates” mientras invisibiliza a otros. Aunque usted no lo crea, vio por el SINART como en los tiempos modernos “tercerizar” servicios de la Caja no es igual a “privatizar”. Es decir, dar un servicio público sostenido por los contribuyentes para que un tercero lucre privadamente, no es un acto “elegantísimo” de privatizar. De todos modos, este muchachón aspirante a sentarse en Zapote después del 8 de mayo sabe ya sobre la “tercerización” de la limpieza y otras actividades en la seguridad social; por lo tanto, a fin de mejorar la calidad de los asegurados y acabar con las filas de pacientes, según dijo, la “tercerización”, nos ayudaría a los que no tenemos plata para ir a los hospitales privados. No habló de los ¢892.360 millones adeudados a la Caja por patronos, trabajadores independientes y asegurados voluntarios, menos acabar con el embudo que significa el control de las “especialidades” médicas, con repercusiones obvias en el sistema de salud pública. Lo bueno de “tercerizar”, entonces, sería que un palo de escoba (ya está “tercerizado” el servicio de limpieza en la CCSS, según informó), es lo mismo que un bisturí electrónico, sí tercerizamos este servicio, para resolver las listas de espera.

Pobreza en el asentamiento de La Carpio. (Foto BBC News).

Más allá de sí, un aspirante a la presidencia dice que cuando digo sí, estoy diciendo no, o si digo no, digo sí, y sí tengo posiciones claras esperaba, sinceramente, que el otro de estos muchachones de nuestra selecta “elite” política, experto defensor de amnistías fiscales – entiéndase dejar de cobrar impuestos a los “pobres” empresarios enlistados en los odiosos Panama Papers-, hablara más de participación del Estado en obra pública para reactivar el empleo, en vista de un sistema concesionario y monopolista que ha conducido a privatizar carreteras, aeropuertos, muelles y todo aquello tendiente a capitalizar los paraísos fiscales aumentando, como es notorio y público la brecha de desigualdad social. Actualmente estamos entre los países más desiguales de América Latina. O el candidato aquel, vanagloriándose durante los “debates” de no haber sido llamado a los tribunales de justicia por ninguna causa, ni investigado por ningún caso; de tal manera que cuya afirmación llevaría a cualquier estudiante de filosofía o leyes a pensar que para ser gobernante en Costa Rica basta no ser pillado con las manos en la masa, aunque a veces en la difícil carrera por un alto puesto una mentirilla blanca a nadie cae mal y hasta resulta simpática.

¡FUEGO EN EL PATIO TRASERO!

Desde la óptica del “sistema democrático costarricense” sobraron candidatos que echaron mano a la advertencia sobre el peligro de convertir a Costa Rica en “socialista” y “otra Cuba, Venezuela o Nicaragua”, donde, según se dijo, “no se respetan los derechos humanos” El “socialismo” llevaría a las poblaciones enteras a la ruina y a la miseria. Por ende, uno garantizó, jamás parecernos a esas naciones latinocaribeñas. Otro abogó por desburocratizar el “socialismo”; situación que vienen achacándoselo al pobre Stalin. En ambos casos y con semejante axioma, seguramente, pensadores como los finados Hugo Assmann (22/7/1933- 22/2/2008) y Constantino Láscaris (11/9/1923 – 5/7/1979) estarían agarrándose el estómago de carcajadas, por semejante “fundamentalismo” a la tica. Honduras, Jamaica, Haití, Barbados, países del continente asiático o africanos nunca han sido “socialistas”, acuden periódicamente a las urnas y están entre los países más pobres de sus continentes ¿?. Muchos de ellos, además, están en la lista de los 40 países del mundo bloqueados o sancionados comercialmente, porque (pongámonos serios) quienes defienden el statu quo aceptan o rechazan estas o aquellas elecciones y ocultan de paso la ideologización hecha de los derechos humanos. De tal manera es que, sí un determinado país decide pedir cuentas a Organizaciones no Gubernamentales, Fundaciones o cualquier o persona jurídica por dinero recibido sobre el cual no da explicaciones a nadie, a fin de financiar y justificar “tranques”, “guarimbas” o “revoluciones de colores”; allí, señores, violan los derechos humanos y no “hay libertad de prensa”. No importa que en los países defensores de tan nobles principios maten negros a mansalva, disparándoles o ahogándolos por el “pecado” de su color de piel, tengan presos a supuestos terroristas” sin juicio por décadas, bombardeen y maten niños inocentes y nada pasa. Cuando aceptan que fue un “error colateral” tirarles bombas de 500 libras a indefensos civiles durante una boda todo es producto de una “confusión”, Asesinan a líderes indígenas porque defendieron su tierra originaria, judicializan la protesta social, intentan meter a la cárcel líderes sindicales al mejor estilo de Hitler, o trivializan la violencia oficial sobre los más desposeídos, como parte de una matriz informativa promovida por el modelo de acumulación inmisericorde.

En nuestro país hay pensiones para discapacitados con derecho a un “casado” de ₡ 3500 al día; es decir, a dividir entre dos la poca porción de arroz, frijoles, dos rebanadas de plátano y el pedacillo de bistec o pescado, si quieren comer en la tarde. Por demás, olviden desayunar, pagar luz, agua y, si se trata de alquilar casa, los puentes tienen abajo espacio suficiente para alojarse. Los centros de educación públicos se están cayendo a pedazos y la “Fiscalía indaga uso de dinero de escuela en convención del PLN” (La Nación 16/1/2022), no tienen laboratorios, hay maestros en labores administrativas, mientras los párvulos desertan y los adolescentes sin trabajo optan por el oficio de gatillero, producto de una sociedad “colombianizada” por la clase política.

La violencia doméstica ahora aparece aislada del sistema de producción, la pauperización del empleo resulta “normal” y necesaria para desarrollar el país del “pura” vida. Hay 330 mil costarricenses desempleados, los robos y asaltos están “focalizados”, según un tecnócrata policial. La desocupación en nuestro país es mayor que la de Bolivia, Nicaragua y México, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Tasa de ocupación al IV trimestre del 2020

Fuente: OIT.

Al 31 de marzo del año pasado un total de 82.783 personas tenían suspensión temporal del contrato laboral y 165 mil experimentaron algún nivel de reducción de jornada (Semanario Universidad 20/4/2021), como consecuencias del encierro a que fuimos sometidos por una “bendita” pandemia caída del cielo. Por culpa de ella ahora se caen puentes, las carreteras son intransitables, las universidades públicas reducirían presupuesto para becas y residencias estudiantiles, ya que ustedes jóvenes, sí no tienen plata para pagar a un centro privado vayan y consigan un préstamo, ¿acaso es malo vivir hipotecado?

Los bonos para vivienda aún existen en la imaginación de los tecnócratas a cargo de las instituciones encargadas de él, pues se estima que el 42% de los hogares en el país necesitan reparaciones, ampliaciones u otro tipo de mejoras. Casi la cuarta parte de esas viviendas están en un estado deficiente; es decir tan deteriorado es su estado que supone un peligro inminente para sus habitantes. Y la violencia, en este caso, la doméstica, está focalizada en 32 distritos de la Gran Área Metropolitana (GAM). Así, el 2020 fue un año difícil en muchos hogares costarricenses, no solo por la llegada de la pandemia de COVID-19 sino también por la violencia desencadenada durante los largos periodos de confinación y de restricciones a los que se vio sometida la población (La Nación 16/1/2022) . Y las “izquierdas” locales siguen sin conseguir una plataforma mínima común a favor del campesinado, obreros, estudiantes y amas de casa por simple narcisismo y confort social de algunos de sus líderes.

Cómo nos dejó la vándala pandemia y son otros los países más jodidos que nosotros, por no ser democráticos y no respetar los derechos humanos (aunque uno de estos países produjo sus propias vacunas anti COVID-19, el otro tiene la red de carreteras más moderna de Centroamérica y el que falta no dejó morir de hambre a su población como presupuestaron con la dualidad de un gobierno interino que se alzó con unos $ 300 mil millones en activos estatales), los candidatos coincidieron, unos más que otros, en dejar de lado cosas tan complicadas como cambiar el rumbo del modelo de desarrollo o pensar en la gobernanza para todos con dignidad. A excepción de uno, quien llamó a dejar de fijarnos hacia los demás y barrer nuestra casa desde adentro, poner fin al azote de la deuda interna y externa descomunal, a la corrupción galopante, la evasión fiscal, el contrabando, la pobreza y miseria poblacional. Quizá fue hasta ingenuo, pensando que los “debates” de nuestra “elite” serían distintos a las exigencias de los bancos y el “Estado corporativo”.

Ven, “Cantinflas”, ¡brindemos por la risa!

*Periodista, abogado y notario por la U.C.R; artículo especial para Surcos.