El tren busca combustible

Freddy Pacheco León

¢843 millones requiere el INCOFER para poder continuar dando el servicio de transporte del Tren Interurbano de la GAM, que conecta las ciudades de Cartago, Alajuela, Heredia, Pavas, Belén, Curridabat y San José. Servicio público necesario para unos quince mil trabajadores, estudiantes, y otros, que viajan diariamente, en los 16 trenes que son su medio de transporte imprescindible, pese a las conocidas limitaciones. La preocupante situación financiera actual del INCOFER ha de ser un recordatorio hacia los que erróneamente creen (como el ministro del MOPT) que tales servicios no han de ser necesariamente subsidiados por el Estado, desdeñando que sus costos ¡jamás pueden ser cubiertos con el pago de los pasajes! para que éstos no sean prohibitivos. Así funcionan alrededor del mundo y sería imposible que Costa Rica fuese la extraña excepción.

Las menores emisiones de gases contaminantes se han de colocar en una balanza frente a los costos financieros inherentes a enfermedades respiratorias y cardiacas, que habrán de ser atendidas por nuestro saturado sistema de salud. Sin olvidar, asimismo, que el funcionamiento de los trenes, ¡ojalá ampliados a más destinos que los actuales! (se propuso para 15 cantones) conlleva un ahorro significativo en la importación de combustibles fósiles, bajo el determinante de un mercado petrolero impredecible, cada vez más difícil de enfrentar.

Está claro, eso sí, que no sería prudente ni inteligente, un futuro tren que conectara solamente a Cartago con San José, cuando de lo que se trata es de impulsar con decisión, un transporte público de verdadero impacto, que pudiere movilizar diariamente unos 250 mil pasajeros, encadenado con las líneas de autobuses, para que más y más automovilistas puedan dejar sus autos en sus casas por varios días de la semana. Es el Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer) una institución estatal de especial importancia para los habitantes y el progreso de Costa Rica, y como tal habría de brindársele la importancia que merecen los habitantes. Un tren eléctrico rediseñado quizá, que pudiere aprovechar los préstamos muy convenientes, como el de US$250 millones a 0% de interés a 40 años con 10 años de gracia del Fondo Verde de la ONU, más una donación de US$21,3 millones, que pareciere están dejando perder. La necesidad crece día con día, y lo peor que podría hacerse es no reconocerlo así, en un país donde muchas vías cantonales y nacionales, están deteriorándose aceleradamente.