Luis Ángel Salazar Oses
«…a los irreflexivos que nunca dudan, a los reflexivos que nunca actúan» Bertold Brecht.
No los cansaré, queridos lectores, con más estadísticas y datos, que circulan profusamente y que, ante todo, sentimos en carne y hueso, que revelan la injusta realidad que se vive en nuestro país: una minoría cada vez más concentrada y parasitaria que vive en la opulencia infinita y una mayoría generalmente laboriosa, honesta y siempre sacrificada que vive haciendo malabares para no caer en la pobreza y la miseria que ya conforma una creciente población, privada de la satisfacción de sus necesidades básicas.
Y quienes nos han robado cruel, sangrienta y descaradamente el mundo, nos han puesto a vivir en una realidad vuelta al revés, «patas arriba» como decía Eduardo Galeano donde, por ejemplo, a un científico que dedica su vida a descubrir medicamentos para salvar vidas, a un obrero que deja la mitad de su vida en la fábrica creando artículos de primera necesidad, a un campesino o a un peón que laboriosa y sacrificadamente nutren nuestras mesas con su producción cotidiana, a un humilde pescador, que traga sol, sal y miseria para darnos los manjares marinos, a un artistas que se muere de hambre para darnos sus talentos, etc, etc, se les ignora y «ningunea» mientras que los medios de comunicación nos llenan de imágenes de vividores en diferentes campos, convertidos por ellos mismos en súper héroes que, con tal de defender u ocultar con su circo los intereses de los explotadores, reciben fabulosas sumas diarias o mensuales, que los verdaderos trabajadores, jamás podrían recoger en veinte vidas dedicadas a sus importantísimas tareas. Basta recordar que a un mediocre entrenador de fútbol, hoy día le pagan en nuestro terruño $25000 mensuales y qué decir de las «estrellas» del «firmamento futbolero tico» inventado por la gran prensa deportiva parasitaria -¡que parasita muy bien por cierto!- y del exterior, por ejemplo en la arruinada España, con 25 o 30% de desocupados que viven de una «caridad pública» cada día más exigua, cuánto le pagan al Messi «culé» o al Cristiano «merengue» ¡Es homicidamente asqueante!.
Y qué decir de las verdaderas fortunas que mensualmente recogen los directores de las grandes transnacionales, las grandes financieras privadas o que diariamente se embolsan los accionistas y dueños de esas entidades, sin tocar jamás una herramienta de trabajo, mientras se divierten en fiestas cotidianas en los casinos, las playas, los clubes, los residenciales o se desplazan por el mundo en busca de placer en los aviones, yates y vehículos más fastuosos del planeta, alimentados por el sudor, la angustia, las privaciones, la sangre y la vida misma de sus esclavos con la complicidad de sus servidores politiqueros, profesionales y esbirros de toda clase, acostumbrados al servilismo a cambio de las sobras que los amos les dejan caer desde sus bien servidos festines.
Por cierto que esta pequeña mafia de depredadores de la naturaleza y la humanidad, trata mil veces mejor a sus animales -perros, gatos, caballos, etc.- que a su ciervos humanos, basta ver lo que se gastan en veterinarios, sofisticados hospitales y tratamientos para mantener saludables al perro de la casa o al minino chineado. Incluso este absurdo se ha generalizado y llegado a extremos que han invertido el orden: antes, el perro era el mejor amigo del ser humano hoy, el humano, no sólo es el mejor amigo del perro sino su esclavo, tan incondicional, que va atrás encadenado recogiéndole en una bolsa plástica sus «caquitas» ¡Enrevesado este decadente mundo capitalista!.
Al pueblo pobre, honrado, trabajador y sacrificado, los gobiernos esbirros nombrados e impuestos ideológicamente por el Gran Capital nacional y tansnacional le arruinan, para privatizarlos y convertirlos en otras fuentes de lucro, servicios vitales como la CCSS, la Educación, la Energía y las Telecomunicaciones, el Transporte Público, el CNP y su apoyo vital tanto a productores como a consumidores de alimentos, los Acueductos y Alcantarillados, al Ministerio de Obras Públicas y Transportes, a RECOPE y en fin, a todo aquello que genere y facilite el disfrute y el fortalecimiento de nuestros sagrados Derechos Humanos. Como criminales refinados, a la Vida Humana y a la Naturaleza, les van poniendo el precio especulativo que más ganancias les genere, sin importarles que, con este absurdo comportamiento conviertan a corto plazo nuestro Planeta en un sarcófago desolado girando macabro alrededor del sol. No les importa porque practican la «Economía del Juicio Final»: «Después de mi, el Juicio Final» o, al estilo del Luis XV, «Después de mi, el Diluvio».
Se les olvida, por cierto que, a este tristemente célebre ególatra reyezuelo francés, lo decapito el pueblo, poco tiempo después, en la Revolución Francesa y el mundo siguió adelante.
Hoy nos toca hacer el cambio profundo, ese es el único camino. Por dicha no hay necesidad de usar la violencia para expulsar a estos mercaderes del Templo de la Patria. En lugar de toscas herramientas convertidas en armas, hoy tenemos el voto consciente. Nuestro país es infinitamente rico. Y qué decir de Nuestra América que lo tiene todo y de nuestro Planeta Azul que es un paraíso. Y somos los humanos como pueblos honrados, laboriosos y solidarios los legítimos dueños de todo esto. Hoy, por dicha, hemos empezado a recuperar nuestro paraíso para disfrutarlo justamente compartido entre todas y todos, respetando su lógica natural.
Para la cívica batalla de febrero los contendores se definen cada vez más claramente, en la esquina de la solidaridad y la dignidad, vistiendo de amarillo y negro, el pueblo que se agiganta cada día más con la incontenible llegada de los honestos, conscientes y valientes seres humanos que ya no le temen a las mentiras y calumnias, enarbolando el estandarte de la justicia y el desarrollo integral para todas y todos; en el otro sector, en la esquina del egoísmo, se concentran cada día más disminuidos, porque en el pueblo que los seguía también nació la dignidad, la pandilla de siempre: los explotadores, oportunistas, sus secuaces, «turecas» y lacayos, vestidos de camaleónicos colores, que nos tienen como nos tienen y que han desatado sobre nosotros históricamente las siete plagas del mundo. En el centro, espero que pronto no quede nadie pues los «neutrales», los que no votan, no son más que cómplices de la injusticia imperante. Los esperamos sin complejos y dispuestos a redimidirnos para que engrosemos el incontenible caudal amarillo y negro que arrollará para siempre a los explotadores y sus compinches y nos hará tomar, como Soberano Pueblo liberado y dignificado, las riendas de nuestra Patria Finca.
«Nosotros somos aquellos a quienes hemos estado esperando» Tribu Hopi
Enviado a SURCOS por el autor.