Encuesta de empleo: oportunidad para un salto del diálogo a la concertación

Juan Carlos Durán Castro, secretario de Seguridad Social. Confederación de Trabajadores Rerum Novarum

La encuesta continua de empleo (ECE) del segundo trimestre de 2019 permite arribar a tres conclusiones iniciales:

En primer orden (medalla de oro), se ratifica el colapso del modelo de crecimiento impulsado desde hace 30 años y que debe ser reconocido por tirios y troyanos, un día sí y otro también, para tener un punto de partida esencial, pero más que eso, tener un punto de vista patriótico y humano, ante todo.

En segundo lugar (medalla de plata), ese fracaso inocultable se retrata en el fuerte incremento de gente que se suma a la fuerza laboral buscando empleo, especialmente mujeres, hablamos de 296.000 seres humanos, es decir, un aumento con relación al año 2018 de un 3,3%, un doloroso máximo histórico de un 11.9%.

Y en el tercer lugar (medalla de bronce), tenemos que el número de personas ocupadas no disminuyó, y el desempleo aumenta, y bastante, porque nuevas personas que antes estaban fuera de la fuerza laboral se suman a esta.

Aun así, nos arriesgamos a poner en perspectiva esa cruda realidad, lo cual no implica una renuncia a decir la verdad, que como reza la palabra nos hará libres y en tal sentido es que creemos que los resultados obtenidos en la ECE es una buena oportunidad nacional para que los visibles e invisibles tomadores de opinión atraquen de nuevo en el puerto del humanismo que necesita Costa Rica con urgencia.

Sin duda alguna, esos datos de la ECE extrapolados (de otros no menos importantes) revelan la ruta hacia la cual conduce al país entero la agenda del poder económico hegemónico real, por tanto, al relacionar esa foto de familia tan escondida en los armarios (pues algunos pensarían que es la más fea) con la mega agenda de proyectos convocados por el Poder Ejecutivo se ratifica la urgente necesidad de convertir ese fracaso en una oportunidad.

Sin la menor ingenuidad, desde la CTRN esperaríamos que la solicitud del sector empresarial de entrar en un diálogo nacional valore seriamente evolucionar más allá, hablamos de iniciar (como ya lo hemos hecho formalmente ante el Presidente de la República), UNA VERDADERA CONCERTACIÓN SOCIAL, un pacto al estilo de Ochomogo, que aspire a equilibrar el rumbo del país, pero sobre todo, que tenga como eje estratégico y prioritario profundizar la vida democrática en el país, aspirando a poner varios pies en el freno de las distintas formas de totalitarismo y de odio que hemos venido avizorando con tristeza.

Por otro lado, ese fracaso del modelo revelado en los datos ECE, convertido en oportunidad, sería patrióticamente provechoso si se dispusiera a iniciar un segundo round tributario progresivo real, ya que las finanzas familiares se hunden y la violencia irracional encuentra tierra fértil, azuzada por ciertos actores minoritarios que en el mundo de las redes se sobredimensiona, pero además es elevado a mayor potencia por un manejo subjetivo, desproporcionado y sesgado desde ciertos medios que gustan del periodismo del fake news.

En concreto los empresarios patriotas, racionales y humanos (que sabemos los hay), deberían pensar en enviar una señal y buscar coincidir en solicitarle al Poder Ejecutivo, -en conjunto con la CTRN y actores legislativos-, valore retirar su mega lista de proyectos y en su defecto sean convocados los temas de los Panamá Papers y otros proyectos de verdadera reactivación económica.

Esto último, debido a que es conocido que aparte de la metida de mano en el bolsillo de las mayorías a raíz de la ley 9635, -cuyo efecto más sentido es el garrote sistémico del IVA-, existen igualmente ciertos sectores empresariales que han resultado perdedores dentro del modelo de desarrollo fracasado, lo cual, resulta ser una oportunidad más para impulsar una concertación social.

Dichas brevemente las verdades y las oportunidades, es real que los datos ECE nos dan una señal de que el camino del capitalismo salvaje que criticó fuertemente Juan Pablo Segundo no es el camino Tico y para ahondar en la reflexión, valdría la pena dar un vistazo al estado de situación país en relación a las cuatro condiciones esenciales que formuló este personaje inolvidable para la paz: verdad, justicia, amor y libertad.

Debemos entonces urgentemente hacer un alto y convocar en serio y sin ruidos, a una representativa pluralidad de actores patrióticos (no hablamos de una Asamblea Nacional Constituyente, pues no vemos condiciones políticas sanas para ese ejercicio en el hoy nacional), que tengan poder de tomar decisiones y se sienten a insertar los distintos colores que ocupa el mega caleidoscopio para la nueva brújula patria.

Desde esa mirada posiblemente utópica, pero dicha desde la verdad, es que avistamos una alianza social (de amplia pluralidad), para reeditar desde la mente, el corazón, la solidaridad y el humanismo, la nueva foto de familia escondida y fea que mencionamos. Ese apostolado de trabajo en los territorios de los y las patriotas en el día a día, puerta por puerta, con gente del mundo socio-sindical, empresarial comprometido y de un Ejecutivo posible y urgentemente más progresista, debe aspirar a poner la primera piedra de la edificación de una vida digna, cuya ruta debe ser profundizar la democracia participativa de Costa Rica, misma que se encuentra en cuidados intensivos. Ese posiblemente sea uno de los retos mayores de todos los movimientos del país, incluida una buena gama de aquellos sectores empresariales que sabemos pujan porque el país no colapse.

Así de directo, se debe hacer un enorme esfuerzo político por poner al lado un ratito la agenda corporativa sindical, social, sectorial, gremial, corporativa y empresarial, para darle paso al tema más importante del momento, cual es, la defensa y fortalecimiento de la democracia y la defensa seria, inteligente, reposada, estratégica y humana de la institucionalidad, ya que esa, es ciertamente la vereda para una vida digna y en donde no tenga cabida y sea rechazada toda manifestación de odio.

Ahora bien, sin duda existen demasiadas señales claras del avance efectivo de la agenda hegemónica de los poderes reales (los visibles e invisibles), que visitan Zapote, mandan un correo o simplemente marcan desde su celular, esos que no ocupan hacer huelgas, ni protestas, ni bloqueos, pero que conducen al Ejecutivo, Legislativo y Judicial, y le empujan su agenda de negocios inhumana, desproporcionada, concentradora de la riqueza, de desempleo y pobreza.

Misma que contiene también un camino impulsado posiblemente por un grupo pequeño de actores del espectro empresarial, que apuesta a la profundización de la precarización, como antesala de la mayor explotación humana y, ¿por qué no?, el trabajo esclavo, lo que algunos han denominado la refeudalización económica, un retroceso de unos 40 años.

Agenda cuyo perfil político resulta ser desde nuestro modesto entender de enfoque totalitario, lo cual es el ingrediente de fondo en el debate democrático en el cual Costa Rica está inserta, y que debe realizar, pues lo necesita para poder poner de acuerdo las fuerzas políticas y lograr el consenso para un nuevo pacto social.

Para ir cerrando las ideas, consideramos que la mega convocatoria de proyectos del Ejecutivo resulta ser un popurrí que complace muchos intereses de las distintas fuerzas políticas de la Asamblea, es decir, “democratiza las negociaciones» de la agenda del Poder Ejecutivo y deja al descubierto una vez más sus debilidades. Ahora bien, con la mayor de las malicias, es lo cierto y evidente, que lo realmente importante está dominado por la agenda neoliberal-hegemónica y eso precisamente es lo que decimos debe cambiar y por tanto urgen señales verdaderamente patrióticas desde la acera empresarial, financiera, mediática, sindical y social, para ver si podemos descarrilar el tren de la confrontación que el modelo fracasado encuba hace 30 años.

Para finalizar ratificamos lo formulado inicialmente en el hecho concreto de que nuestra mirada nunca renunciaría a decir la verdad, y en esa tesitura, parece obvio que el Gobierno no está entregado a los conservadores reaccionarios, más parece que es parte de ellos, esto, en razón de que un Gobierno (Poder Ejecutivo), no es todo lo que hace o todos los que lo conforman, pues resulta ser que a un Gobierno lo define su agenda dominante y en ese tanto es equivocado creer que en el hoy político nacional este Gobierno es «bueno” y que se ha entregado a «los malos». Eso es lo que caracterizamos y seguramente no gustara, pero en fin, la oportunidad de los datos ECE pasa necesariamente porque el Ejecutivo se dé una oportunidad para su segundo año y apueste a convocar una agenda para la paz social en tiquicia. Si no, la celebración bicentenaria vaticina ser una fiesta pomposa creada y sostenida mediáticamente, una suerte de un buen simulacro  en el olimpo, mientras en la oscuridad de una sociedad en harapos florece un enorme conflicto social.

 

Foto: Semanario Universidad

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