Esquivel y Chaves en su laberinto

José Luis Valverde Morales

El regreso del ingeniero Jorge Granados Soto, supone el duro revés al ego de Marta Eugenia Esquivel Rodríguez, presidenta ejecutiva del Seguro Social, de carambola a su escudero, hasta ahora incondicional, presidente de la república, Rodrigo Chaves Robles.

Granados es reinstalado en la gerencia de Infraestructura y Tecnologías de la CCSS con el voto de seis de los nueve miembros de Junta Directiva, consolidando la alianza de representantes patronales y de los trabajadores.

El ingeniero tiene una sólida formación profesional, estudios de posgrado en Japón (donde saben de terremotos y temblores) cayó en desgracia por no doblegarse ante las falacias para descarrilar la construcción del nuevo hospital de Cartago.

MENOS MARGEN.

El margen de maniobra de Marta Esquivel se estrecha cada vez más, el empecinamiento de resistirse a los lineamientos salariales fijados por ley en el plan fiscal, colocan en un zapato al Poder Ejecutivo.

Rodrigo Chaves Robles, está en la encrucijada, o enmienda el abollado barco de la gobernabilidad, lo orienta a mejor puerto, mediante el diálogo y la concertación o sigue empecinado en la confrontación, estrellándose un día sí y otro también, en la Constitución y las leyes, que ha ido conociendo a golpes y reveses de la institucionalidad.

Espalda

A Federico Cruz Saravanja, conocido como Choreco y a Christian Bulgarelli, asesores cercanos en materia de comunicación les dio la espalda.

Marta Eugenia sigue ahí, contrario a su antecesor Álvaro Ramos, quien sin pecado alguno fue desterrado.

Las decisiones próximas de Chaves serán cruciales, o sigue hundiéndose en el Titanic de la soberbia y la tozudez o capea el iceberg del amiguismo, amenaza del buque donde vamos los habitantes de este maravilloso país.

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