EXPIACIÓN DEL DOLOR

Amo tu gente colmada de fantasía,
tus glorias, tu escudo, tu bandera,
centauros indomables como alegoría
de libertad de hermanos sin frontera.

Héctor José Corredor Cuervo –
Poeta Colombiano

La sombra inexorable
se aferra a los juegos
de las imágenes húmedas
del espejo de la vida
teñido de sangre.

Resulta incómoda
la sed del fuego
sin la explicación de la desnudez
descarnada y perversa
de un presidente fantoche.

Colombia es todo una Eva,
en sus marsupios se esconde
la metamorfosis de los equívocos,
la triste evolución del caudal del Magdalena.

Los pájaros resumen el negro de la noche
el dolor de las madres
que bajo un fuego asesino y cobarde
arrancan de su pecho la vida
que sintetiza el ritmo del arcoíris
de la bandera patria.

Bolívar, Gaitán, Marulanda, Petro
no nos importa el nombre por ahorita.

Todos y con ellos el pueblo,
sus guerreras, presumen la sinopsis
de esas imbricadas estrofas del Himno
en los pentagramas que cuelgan en las ramas
desnudando el universo errante
de cada Macondo y sus rincones.

O simplemente en el cambio
de las estaciones que resplandecen
el picoteo del cóndor
en las nuevas lecturas
de este reino animal joven
que no se somete a los designios
de un presidente inútil.

Tenemos hoy un vuelo de aves,
en la prestidigitación
de los milagros infinitos
del poder popular.

Sin la urgencia de los calendarios,
estas nuevas especies
no dejan que en su plumaje
se recicle la soledad de los días,
ni la frontera del ilusionismo
en el truco de una democracia enferma.

Con Julio Florez  y Corredor yo te canto
en esta exigida solidaridad de clase
la expiación del dolor absoluto.

“Golpea el mar el casco del navío

que me aleja de ti, patria querida”,

digo entonces al mundo

“…llevo en el alma la altivez de mi raza,
el indio, del negro, del blanco, del mestizo
que hizo de este suelo un bello paraíso
para vivir siempre en paz sin amenaza…”

Mi tierra está en mi corazón,
exijo la vida en este momento,
sin la renuncia de lo que me pertenece
sin el miedo que quieren sembrarnos
bajo las balas arteras
cuando se apagan las luces,
amo a Colombia
como ese pedazo de suelo
exigido en los regazos.

LEÓN TRIBA
San José-Costa Rica, 7 de mayo de 2021