Financiación del desarrollo sostenible
Guillermo E. Zúñiga Chaves
Hace dos días, con el apoyo de diputados de varias fracciones, se presentó el Proyecto de Ley para Potenciar el Financiamiento y la Inversión del Desarrollo Sostenible Mediante el uso de Valores de Oferta Pública Temáticos. Se le asignó el número 22.160. Al momento de escribir esta nota no tenía comisión asignada. Es de esperar que vaya a la Comisión de Ambiente, pues a ella pertenecen los firmantes de la iniciativa.
LOS PRINCIPIOS. La iniciativa trata de incorporar al mercado local las mejores prácticas que se aplican a nivel global. Estas prácticas se han ido desarrollando a lo largo del tiempo, por medio de la aceptación voluntaria de una serie de principios que, en forma conjunta, los participantes en los mercados han ido definiendo. Sin duda, esto ha sido un gran apoyo para que los mercados de bonos verdes, bonos sociales y bonos sostenibles estén creciendo y consolidándose.
De no existir esos principios y, sobre todo, si no se respetan, los mercados y los inversionistas se corren el riesgo de enfrentarse a proyectos y a emisiones de bonos que no son exactamente sostenibles. Se evita el riesgo de exponerse a lo que en inglés se llama “greenwashing”, esto es, hacernos creer que una compañía está haciendo más por la protección ambiental de lo que realmente hace.
ES UN TEMA FINANCIERO. Y es que esto que estamos hablando no es un asunto únicamente de los ambientalistas. ¡No! Esto es un asunto de naturaleza financiera también. La referencia obligada al hablar de este tema es el ICMA (International Capital Market Asociation), es decir, la Asociación Internacional de Mercado de Capitales, una asociación sin fines de lucro, con más de 600 miembros de 62 países. Forman parte de esta asociación emisores, inversionistas, estructuradores, bancos públicos y privados, en fin, los jugadores de un mercado de capitales.
ICMA ha desarrollado todo un capítulo para bonos verdes y bonos sociales donde se discuten y definen las guías, los criterios y las reglas que regulan estas operaciones y las formas de ponerlas en práctica.
En honor a la verdad, ya en este momento se podrían estar transando bonos sostenibles en el país. Basta con seguir los criterios que la misma Bolsa Nacional de Valores ya tiene definidos. En el campo de la revelación de información, aparte de lo que usualmente se publica (como el prospecto y la calificación de riesgo crediticio, por ejemplo), este tipo de emisiones llevan un marco de referencia: donde de explican los aspectos ambientales y sociales que se atenderán con los dineros que se recauden de la venta de los bonos. También lleva una opinión, dada por un externo de calidad reconocida, que valora la solidez y pertinencia de esa información. En el mercado se le conoce como la “segunda opinión”, y está referida a la calidad ambiental y social que se le observa a la emisión de esos bonos.
EL PROYECTO. De la lectura del proyecto se observa el interés de los proponentes por incorporar esas mejores prácticas y así salvaguardar “la calidad ambiental y social” de las emisiones que se transen el en mercado local. En consecuencia, aquellos bonos que se negocien en la Bolsa y cumplan con esos estándares recibirán incentivos de distinta naturaleza: por ejemplo, facilidades administrativas para las inscripciones más rápidas, cobros especiales por permisos, o por honorarios, menores encajes para las entidades financieras que inviertan en esas emisiones, y también se habla de un crédito fiscal por un año.
De seguro estos incentivos serán objeto de escrutinio riguroso por parte de los diputados y la ciudadanía. Se podría pensar poner estos incentivos por un plazo determinado, dando tiempo a que el mercado de bonos temáticos madure. En fin, habrá que buscar un balance entre el legítimo interés por movilizar recursos hacia el desarrollo sostenible (con los beneficios que trae), y el costo de los incentivos.
CONCLUYO. Celebro que este tema haya llegado a la Asamblea. Ojalá provoque un debate amplio y constructivo, que pasa por impulsar la naturaleza sostenible de nuestro desarrollo futuro.
Compartido con SURCOS por el autor. Publicado en su blog https://notasaltema.blogspot.com/
aceptación voluntaria, ambientalistas, Bolsa Nacional de Valores, calidad ambiental y social, desarrollo sostenible, futuro, ICMA, naturaleza