Carlos Carranza
El regreso de vagones de ferrocarril a Turrialba es una alegría única, es recobrar una parte vital del ser.
El símbolo para nuestra generación que vio cómo en cierto momento pasaban personas y mercancías era algo impresionante, solo citar el ver pasar carros nuevos en el ferrocarril o los que transportaban derivados del petróleo; bastantes veces enviaba mi padre productos de concreto a la zona Atlántico. O cómo a fines de los 70 partió un tren para apoyar al equipo de fútbol un sábado para llegar a Puntarenas domingo… llegó tarde, pero llegó. Para los que estaban en el estadio de Puntarenas cómodamente sentados fue una alegría única. O el gusto de ver pasar a JJ Trejos Fernández, presidente y ver saludar desde el vagón presidencial a las personas de Turrialba.
En el plano actual que se cumpla el acuerdo por parte del ICE a INCOFER. Si, debemos estar alegres pues es una ancla hacia el futuro, pero vemos la necesidad de un tren de alto nivel a servicio nacional y otro más para servicio local, eso es vital.
Quiero felicitar a todas las personas que promovieron este esfuerzo que nos debe servir de impulso hacia el futuro.