“Las pensiones no se jubilan”

Lorena Flores Solano,

Ex coordinadora del Departamento de Pensiones de APSE

María Amoretti Hurtado,

Jubilada de la UCR

La pensión es la principal fuente de recursos en la vejez, incapacidad y supervivencia.

Dos de los grandes objetivos de las pensiones son: proporcionar un ingreso suficiente para satisfacer las necesidades básicas de los adultos mayores y, en segundo lugar, evitar las caídas abruptas en la capacidad de consumo, al llegar a la edad de jubilación.

Cuando se habla de una reforma de la seguridad social pueden estar planteándose medidas de diferente alcance. En América Latina se plantearon procesos de refundición de la seguridad social. En los años 80 y 90, se habló de una reforma de la seguridad social. Ahora parece estar produciéndose una reforma de las reformas operadas en los años antes citados.

En nuestro caso nos dormimos, pensamos que nunca íbamos a enfrentar el modelo neoliberal, uno de los modelos más exitosos en cuanto a su penetración, el más violento, el más salvaje y deshumanizado de los todos los sistemas conocidos en la modernidad. Y al parecer, el más dañino cerebralmente, ya que bloquea las facultades inmunológicas del ser humano hasta el punto de solicitar a los poderes del Estado su propia inmolación. Todo ello, gracias a una lobotomía colectiva efectuada por un uso perverso de la comunicación y la manipulación de la información, que ha permitido inyectar en las masas la pérfida idea de que la pensión es un lujo.

Como es típico de su estrategia psicológica, la introyección se ha venido efectuando en un proceso lento pero constante, que comenzó con las pensiones de lujo y terminó con la pensión es un lujo, sin que los ingenuos lectores se percataran de la torsión del sentido y se presten ahora a jubilar su propia pensión sin tener la menor conciencia de su autoinmolación.

En América Latina, la famosa reforma a las pensiones se empezó aplicando en República Dominicana, México, Colombia y en Chile, en donde se implantó de golpe. A diferencia de esos países, en nuestro país, como ya se dijo, ha sido un proceso lento pero constante.  Empezamos con los PAES, la privatización de los puertos, del cemento, los tratados de libre comercio y la reforma a los regímenes de pensiones; en fin, la desestructuración del estado social benefactor. Incluso la restauración del examen de Bachillerato, en la Enseñanza Media, pretende, en el fondo, tener obreros preparados, pero no todos terminan con el título.

En Costa Rica, el proyecto de un régimen único de pensiones fue propuesto en el año 2002, por los diputados Otto Guevara Gûth y Federico Malavassi, modelo que está a imagen y semejanza del modelo chileno llamado A.F.P. (Administradoras de los Fondos de Pensiones).

¿Qué son las A.F.P.? Se trata de instituciones financieras privadas encargadas de controlar y administrar los fondos de cuentas individuales de ahorro para pensiones. Chile es el precursor mundial de la privatización de la seguridad social. El padre del milagro chileno es el economista José Piñera, Ministro de Trabajo del General Pinochet y hermano del actual presidente. Este es un modelo que obliga a los jubilados a buscar trabajo para complementar las bajas pensiones que reciben cada mes. Se basa en la capitalización individual, es decir, que cada trabajador afiliado cotiza mensualmente en la Operadora de forma obligatoria. Bajo el sistema privatizado, que el presidente Jorge Bush llamón “un modelo a seguir”, los trabajadores deben destinar el 10% de sus ingresos a cuentas individuales en las Administradoras del fondo de Pensiones. Las Administradoras invierten el dinero y les cobran a los trabajadores una comisión por las transacciones y otras cuotas. Los empleadores y el gobierno no contribuyen a las cuentas de los trabajadores. En otras palabras, no hay solidaridad.

Por otra parte, los fondos invertidos por las administradoras han contribuido al desarrollo de mercados de capitales en Chile, lo cual estimuló el crecimiento y ha tenido retornos razonables. Actualmente, en Chile hay 6 operadoras, la mitad pertenece a empresas extranjeras. Se estima que el capital es el 71% del producto interno bruto de Chile; sin embargo, ese sistema no ha logrado brindar pensiones dignas para la mayoría de los jubilados. Si la bolsa de valores se hunde o las inversiones salen mal, los ahorros de los trabajadores y las pensiones de los jubilados también caen.

Una comisión designada por la presidenta Bachelet, para examinar el sistema de pensiones y proponer reformas, halló que la pensión mediana era equivalente al 34% del último salario promedio de un jubilado, suma muy semejante a la que propuso el superintendente Álvaro Ramos para los jubilados del IVM, lo que confirma su visión y propuesta privatizadora.

Según la OISS (Organización Iberoamericana de la Seguridad Social):

1.- Es fundamental que los Estados prevean el envejecimiento de la población para que puedan preparar, adecuadamente, los ajustes de los sistemas de protección social.

2.- La migración es un factor clave en la economía de los pueblos, al tiempo que incide en los sistemas de Seguridad Social. Los Estados deben prepararse para afrontar la protección social de este colectivo, mediante la suscripción de instrumentos internacionales (Convenios-CMISS)

3.- La extensión de la cobertura de protección social se consigue con la formalidad en el mercado laboral.

4.- Los sistemas de protección social deben concebirse bajo la óptica de la igualdad de género.

5.- Un buen sistema de protección social se apoya en una adecuada base de datos y en una eficiente y oportuna recaudación de recursos de la seguridad social.

6.- La modernización de la gestión de la Seguridad Social debe apoyarse en adecuados sistemas informáticos integrales de la Seguridad Social.

7.- Los controles de la actividad financiera del sistema de la seguridad social son fundamentales para la optimización de los recursos y la buena y oportuna prestación de los servicios. OISS.

En su último resumen ejecutivo (diciembre del 2018), la Organización Internacional del trabajo, anunció el fracaso de la privatización de los regímenes de pensiones en 14 países de América Latina. Esto era de esperarse, pues la voracidad del mercado financiero ha hecho de la banca, los seguros y las pensiones, fabulosas máquinas de hacer dinero y un medio de apoderarse de los ahorros masivos de los trabajadores. Ahora vienen a dar el golpe final a los nuestros, de ahí la sintomática visita de Guillermo Larrain, exsuperintendente de pensiones en Chile, justo en el momento en que se entrarán a discutir los siete proyectos de Ley sobre reforma de pensiones en la Asamblea Legislativa, proyectos que no son más que un nuevo paso en el camino directo a la privatización de las pensiones y el final de las garantías sociales, puesto que el Estado se desentiende totalmente de la ciudadanía  y la entrega a las fauces del capital, que pasa ya a su tercera etapa. Continuamos estando atrasados, pues seguimos hablando de neoliberalismo, cuando la tercera etapa del capital comienza cuando ya el liberalismo entra en su crisis final, lo mismo que el pensamiento. Estamos en pleno proceso de zombificación social. Las señales son claras. Esto explica el ataque a los profesionales de la Educación y a las Universidades Públicas, en especial, a la decana de ellas: La Universidad de Costa Rica.

No podemos continuar indefinidamente siendo gobernados por el mercado. Por el contrario, tenemos que gobernar al mercado. Nunca tuvo tanta riqueza el ser humano como la tiene hoy. Decir hoy que no hay plata es una desvergüenza. Lo que hay es acumulación de la riqueza en muy pocas manos. La mecánica de este sistema es muy simple: cuanto más gana el trabajo, más pierde el capital y cuanto más gana el capital más pierde el trabajo. Nos enrumbamos a una sociedad dividida en dos partes: de un lado el capital y del otro, la mano de obra esclavizada; de ahí que, de repente, el parámetro valorativo de nuestras pensiones ya no es el salario más bajo de la administración pública, sino lo que ahora llaman “la línea de pobreza”. ¡Hay que reconocer que el sistema es honesto aún en el horror!

En una sociedad así, la pensión, efectivamente es un lujo, no importa cuál sea el monto de esta. Hasta una pensión de un colón por mes es perfectamente legal, si los números lo permiten; porque no tenemos derecho a un monto, ya lo dijo Sala IV, sino tan solo derecho a una pensión, aunque esta sea el espejismo de una pensión. A eso ha reducido, el sistema financiero que gobierna el planeta, nuestro derecho jubilatorio.

Hubo una vez en que en este país la economía estaba al servicio de la política. Hoy es la política la que está al servicio de la economía. Vivimos en el reino de la cantidad y del número y, por ende, de la división y del odio.

Pero derrotados son los que bajan los brazos. Hay que volver a levantarlos y volver a empezar para devolverle a nuestro sistema de Seguridad Social el rizoma de humanismo que una vez lo alimentó. Por eso nuestro país hizo la diferencia en el concierto de las naciones. Las pensiones no son un negocio, son un sistema de solidaridad organizado, de fuerte cohesión social.

Hagamos que esta diferencia siga siendo nuestro relieve de identidad. Gracias a ella conocimos la paz, esa paz tica que es compañera inseparable de una idea del trabajo que tiene un fundamento espiritual, en cuanto que es en él y con él que nos formamos y nos dignificamos como personas en el reino de este mundo.

Entonces, hagamos la reforma siguiendo las razonables recomendaciones que nos hacen los organismos internacionales:

1.- Los sistemas de pensiones deben enrumbarse nuevamente hacia sistemas públicos de base solidaria, pues son los únicos que han probado hasta el momento ser funcionales. En ningún sistema de pensiones las solas contribuciones bastan para pagar las pensiones, solo la solidaridad entre los trabajadores las sostiene verdaderamente. De ahí que los sistemas de reparto sigan siendo los sistemas ideales, aunque en Costa Rica el Régimen de reparto del Magisterio fracasó porque el Estado no solo no pagó sus contribuciones ni como Estado ni como Patrono, sino que, además, se apropió indebidamente de nuestro fondo de pensiones. Desde 1958, cuando se creó el fondo, hasta la fecha, seguimos pagando nuestras dobles contribuciones (la solidaria y la “especial”), para un fondo que no existe. Hasta el momento, seguimos sin tener la más mínima idea del destino de esos dineros.

2.- Según la OIT, en este tema de las garantías sociales, la responsabilidad del Estado es INELUDIBLE. El Estado es el garante de esos derechos, aun en aquellos países en que se elijan los sistemas privados; pero sobre todo en aquellos, agregamos nosotros, en que, como es el caso de Costa Rica, fue el propio Estado el que desvió uno de los fondos de pensiones: el nuestro, el de los maestros, que son los que están a punto de ser crucificados para liberar nada menos que a Barrabás. Si se quiere justicia, deberíamos empezar por exigirle al Estado dar cuenta de nuestro fondo de pensiones.

3.- Preparar la reforma no desde arriba, sino buscando el consenso y con el debido acompañamiento técnico y filosófico. Solo así haremos de estas iniciativas, no una guerra, sino un camino para la conciliación social que tanto necesitamos en estos momentos. Esta es la mayor crisis de sentido en la historia de Costa Rica.

 

Imagen con fines ilustrativos.

Enviado a SURCOS por Álvaro Vega Sánchez.

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