Los cortesanos de Rodrigo Chaves

Martín Rodríguez Espinoza

Cuando los costarricenses votan por un candidato o candidata a la presidencia, espera que, al llegar, lo haga para legislar a favor de todo un país, pero no es así.

La verdad es que detrás de una candidatura, a la presidencia o a diputaciones, se esconde la mano que financia la campaña electoral. Esto ha quedado demostrado siempre, después de cada elección. Lo sabe el Tribunal de Elecciones que con un mazo golpea a los partidos pequeños y desfinanciados, pero que con los poderosos utiliza un plumero. El PLN, el PUSC, el PAC, los libertarios, el PASE, y ahora el partido de Rodrigo Chaves, son ejemplos de esos partidos financiados con “dinero que les cae sorpresivamente del cielo”, las páginas de los diarios están llenos de noticias sobre financiamientos fraudulentos y cuentas paralelas a esos partidos políticos. Hasta Oscar Arias Sánchez, aceptó que una empresa estadounidense ligada al narco lo apoyó en la campaña electoral de 1986. ¿Y qué hace el Tribunal de Elecciones?

También el pueblo espera que quienes gobiernan escojan a los mejores profesionales para que administren de mejor forma las instituciones y las empresas públicas. Pero ya tampoco es así. En este gobierno, como en anteriores, ha quedado demostrado que se nombran personas para que hagan que las cosas NO funcionen. En este gobierno, sin embargo, las cosas van más allá.

No son ministros, viceministros; no son presidentes ejecutivos de las instituciones públicas, no son funcionarios profesionales que asumen un cargo para desempeñar su experticia, su experiencia en la función pública, cumpliendo las obligaciones que la Constitución Política, las leyes y los objetivos institucionales que el cargo demanda y obliga.

Ni siquiera son diputados y diputadas, que con respeto a la misma Constitución Política y la independencia de Poderes políticos que exige, deben de cumplir para el pueblo costarricense, no.

Se comportan, actúan y hablan, como verdaderos “cortesanos”, siervos del mandato del autoritario Rodrigo Chaves Robles, agente de los entes financieros internacionales metido a presidente de una Nación supuestamente independiente y soberana.

Se comportan y actúan como eso, cortesanos de una monarquía en las sombras, pero de la que Rodrigo Chaves no es el Rey, ni la Reina, es tan solo la cara visible en el máximo cargo que confiere la Constitución Política. Hasta Rodrigo Chaves sirve a alguien más, a unas pocas familias que se creen dueñas de Costa Rica, que se hacen cada vez más millonarios con la servidumbre que han recibido de gobiernos, prácticamente desde las generaciones anteriores, las que asesinaron a Juan Rafael Mora Porras (Juanito Mora).

Antes del Renacimiento, los cortesanos y cortesanas tenían la función de transmitir información a dignatarios visitantes, cuando no se podía confiar en los sirvientes. En la Europa renacentista, los cortesanos jugaban un papel importante en la sociedad de clase alta, de la monarquía, de los ricos, hoy Rodrigo Chaves cuenta con una buena cantidad de sirvientes, cortesanos que cumplen la misma función.

Entonces, ¿qué necesitamos cambiar para enderezar el país y que quienes gobiernen lo hagan para todo el país y no para quienes financiaron la campaña electoral?