Observando los primeros cien días … Cantón Central de Cartago

Observatorio Ciudadano Municipal

Durante los primeros cien días del Gobierno Local del Cantón Central de Cartago, no podemos dejar de lado que alfabetizar la ciudadanía, en temas medulares propios del quehacer municipal a nivel nacional, es de verdadera importancia lo que nos brindará las herramientas para lograr nuestro objetivo: el análisis de la gestión municipal para lograr la transparencia y la probidad. Debemos empezar por entender la naturaleza y la sustancialidad de los gobiernos locales, o sea, ¿qué es el gobierno local?, mediante su normativa expuesta en el Código Municipal hasta leyes complementarias como la Ley General de Control Interno, la Ley de Enriquecimiento Ilícito en la Función Pública, La Ley de Contratación Administrativa y su reglamento, La ley 8839 Residuos Sólidos y por supuesto la Ley Anticorrupción.

Nuestros representantes deben demostrar la capacidad y preparación para el análisis y la toma decisiones, cada voto negativo o positivo debe acompañarse del análisis correspondiente, su justificación y argumentación. Las grandes políticas, los grandes derroteros, los grandes desafíos para sacar nuestro cantón adelante deben demostrarse que existen. Que haya claridad en los roles de un órgano deliberativo que analiza, evalúa y tomo decisiones en pro del desarrollo del Cantón y direcciona de forma correcta el accionar del rol ejecutivo y administrativo. Aquí no deben dejarse de lado los principios de gobierno corporativo, trabajando en ese desarrollo social, político y económico del Cantón dejando a un lado intereses que distancian la labor transparente. Hoy más que nunca y debido a la grave situación que enfrenta el país la cohesión del Consejo Municipal, en el análisis claro, con conocimiento y argumento, será de vital importancia en la toma de decisiones.

Todo lo anterior no será posible si el ciudadano no dimensiona la responsabilidad que se le encomienda en los Artículos 9 y 11 de la Constitución Política de Costa Rica. Donde el ciudadano entiende la responsabilidad de incidir en la toma de decisiones que oriente el uso correcto de la institucionalidad en pro de sus necesidades. Una ciudadanía proactiva y propositiva de sus necesidades, que entienda el quehacer de los representantes que ha elegido para la administración e inversión de sus recursos y que de igual forma formula el proceso de rendición de cuentas para corroborar el impacto y el buen uso de esos recursos. La transparencia en la gestión será el punto de observancia, la ignorancia no nos convertirá en cómplices de lo incorrecto y las malas prácticas que han tratado de formar parte de la cultura institucional.