Msc. Raúl López Gilles
Marchista 54 años de actividad atlética y 45 de entrenador atletismo
Aunque el amigo lector no lo crea, doña Olga Hernández Astorga es Cinta negra Tae kwon-do, Instructora de Acondicionamiento Físico, caminante y nadadora, todo esto a la edad de 90 años.
Se preguntarán ustedes ¿y cómo lo ha logrado? Pues el día de doña Olga da inicio a las cuatro de la mañana, con ejercicios abdominales que realiza desde su propia cama.
Luego se levanta y se prepara su desayuno, muy especial, que como ella nos dice “suplirá las energías que necesita durante el día”.
La actividad de movimiento humano, de aeróbicos y zumba, da inicio a las 9:00 am., muy puntual, en las instalaciones deportivas de la UCR, con la instrucción de ejercicios para el grupo de la tercera edad.
El día de doña Olga da inicio a las cuatro de la mañana, con ejercicios abdominales.
El entrenamiento personal de Doña Olga es constante y mantiene un horario de actividades muy ordenado: dos días por semana practica caminata rápida, imparte dos clases de Acondicionamiento Físico tres veces por semana, practica natación dos veces por semana, hace Tae Kwon-do dos veces por semana y además visita lugares como Parques Nacionales y atractivos y bellezas naturales.
Su infancia e inicios de su actividad deportiva.
Nos comentó Doña Olga, durante una charla sostenida con ella recientemente, que fue criada en la localidad de Barrio México, en San José, barriada de donde surgieron grandes deportistas.
Cuenta que en su familia “éramos diez hermanos, todos muy seguidos, con unos padres muy amorosos; teníamos en frente la Plaza del Barrio, donde jugábamos con muchos amigos y también algunas veces mi padre nos llevaba al Aeropuerto de La Sabana, a ver los aviones, a ver las carreras de bicicletas, a ver el lago o simplemente a jugar”.
Asimismo, me comentó que los domingos era día de ir al río donde aprendieron a nadar, cuando los ríos eran limpios. “En otras ocasiones íbamos al Parque Morazán y nos tirábamos del Tobogán Gigante, y también íbamos a patinar; y todo lo hacíamos caminando. Mi niñez fue muy feliz”, subrayó, al agregar que al entrar al colegio empezó a jugar baloncesto.
Se casó muy joven y comenzó entonces a extrañar el espacio entre las 5 y las 6:00 pm de la tarde, “en que nos reuníamos en familia y compartíamos muchas cosas, pero al morir mi padre ya no fue lo mismo”.
Posteriormente vinieron los hijos y las responsabilidades: “los tuve un poco separados, unos estaban en el colegio y otros en la escuela y otros aún más pequeños. “Era un corre corre” nos comentó sonriente.
Al llegar a los 55 años ya cuatro de ellos estaban casados y una graduada. Ya en esa época residía en las cercanías del Parque de la Paz y en 1990 se incorporó a un Programa de Acondicionamiento Físico de Aeróbicos, “que funcionaba en el Parque de la Paz con personas de diferentes edades y a cargo del Prof. Raúl López Gilles, graduado de la UCR y donde me mantuve largo tiempo”.
Posteriormente se incorporó a un Proyecto de AGECO, en la piscina de la Sabana, en donde conoció a un señor que realizaba viajes a diferentes partes del país “con el que trabajé durante mucho tiempo visitando diferentes ambientes y parajes de nuestro terruño, algo que siempre le había pedido a Dios”.
Doña Olga nos relató que en las sesiones del Parque de la Paz se realizaban caminatas “por lo que me inscribí en varios eventos o competencias de las cuales muchas de ellas las gane; tengo varios trofeos y medallas de estas competencias. También me involucré con la Resistencia Aeróbica, Boliche, Juegos Dorados y Tae kwon-do. Actualmente soy cinta negra en artes marciales”.
En lo que se refiere al aspecto meramente competitivo, nos dice Doña Olga que realizó varias caminatas en Filadelfia USA, y obtuvo un certificado en Hungría, además de haber participado en Artes Marciales y Aeróbicos.
Actualmente tiene 30 años de dar clases de Aérobicos para Adultos mayores con el Programa del PIAM- UCR y también ha llevado muchos cursos que le han dejado muchas enseñanzas.
Actualmente doña Olga es cinta negra en artes marciales.
Dona Olga nos reitera que el ejercicio es tan importante como comer. “El ejercicio produce, salud, alegría, paz y amor para nosotros mismos, no podría vivir sin hacer actividad física” subraya doña Olga.
El ser madre y abuela es un gran orgullo, actualmente tengo 5 hijos, 18 nietos y 5 bisnietos y es muy importante inducirlos a realizar actividad física, para un mejor futuro más saludable.
Nos agrega Doña Olga que la población de adultos mayores va en aumento cada vez más y al vivir más años nos hace llegar más rápido a depender de otra persona y no poderse valer por nosotros mismos, se comienza a perder la estabilidad y el equilibrio corporal y aún peor si se está muy solo o en un asilo de ancianos como hacen muchos familiares a los que ya les estorbamos. “Por eso recomiendo a todas aquellas personas sin importar la edad que realicen actividad física cualquiera que sea y así podrán mantener un estado físico, mental y emocional en equilibrio con la Salud”.