Estimada comunidad universitaria:
Con profunda gratitud y el corazón rebosante de satisfacción, me dirijo a ustedes para cerrar este enriquecedor proceso electoral.
Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a la vida y a todas las personas funcionarias que depositaron su confianza en mí, respaldándome con su valioso voto desde los diversos sectores de nuestra querida institución.
Este camino ha sido una experiencia extraordinaria que reafirma mi compromiso inquebrantable con nuestra UNED. Desde el día de la presentación de candidaturas, organizada por nuestro dedicado Tribunal Electoral Universitario, hasta el último momento de la campaña, he sentido el cálido abrazo de la comunidad universitaria.
Me honra profundamente que una parte importante de ustedes haya creído en el plan de trabajo que propuse. Igualmente, valoro y respeto a quienes, desde un pensamiento crítico, analizaron mi planteamiento y optaron por otras alternativas.
Esta diversidad de opiniones es la esencia misma de nuestra vida universitaria.
Mirando hacia atrás, me llena de orgullo el trabajo realizado durante esta campaña. Cada conversación, cada debate, cada idea compartida ha sido un ladrillo más en la construcción de una UNED más fuerte y comprometida con su misión.
Mirando el presente, veo una comunidad universitaria vibrante, lista para enfrentar los desafíos que se avecinan. Y mirando hacia el futuro, visualizo una UNED aún más robusta, unida y preparada para seguir transformando vidas a través de la educación.
Mis principios y mi espíritu de servicio permanecen intactos. El compromiso con las luchas e intereses populares sigue siendo el faro que guía mi camino.
Continuaré entregando lo mejor de mí en las diversas trincheras de trabajo: en lo universitario, en lo social y en lo personal. Aspiro a que los esfuerzos organizativos que hemos emprendido de forma conjunta sean una fuente de inspiración y constancia para las nuevas generaciones de la clase trabajadora y del sector estudiantil.
La lucha organizativa continúa, porque la vida universitaria y social nos presenta constantemente nuevos retos y batallas. No serán fáciles, pero estoy convencido de que, con la nueva oleada del movimiento laboral de la UNED, el nuevo sindicato y el frente gremial, podremos demostrar una fuerza organizativa aún mayor.
En conjunto seguiremos adelante con la noble misión de nuestra UNED: servir al pueblo y a las poblaciones más vulnerables de Costa Rica.
A cada persona que creyó en este proyecto, que me brindó su apoyo y su voto: gracias. Su confianza es el motor que me impulsa a seguir trabajando incansablemente por nuestra universidad, desde cualquier posición que la vida me asigne.
El futuro nos convoca a todas las personas de nuestra universidad, y estoy listo para seguir construyendo, hombro con hombro, una UNED más fuerte, más inclusiva y comprometida con el buen vivir de nuestro país.
Con renovada energía y eterno agradecimiento,
Rafael Eduardo López Alfaro