ROMERO NUESTRO

Te rezaré,
pero no como
lo hacen los cobardes.
Lo haré como vos mismo
lo harías: poniéndole
a las balas
el pecho de montaña
que nuestra Madre
nos plantó desde sus
entrañas luminosas.
Lo haré como lo hizo
el niño Debravo,
gritando que Dios no
nos quiere de rodillas ignorados
en los templos;
ni atados de pies y manos
en ese poste donde
sólo se esclavizan
aquellos que desfallecieron aplastados por una tonelada
de papel periódico repleta
de mentiras y blasfemias.
Yo oraré por vos
ahora que por fin
en la Sede de todo
descubrieron tu santidad
obrera y campesina;
tu santidad de Madre y Padre asesinados por el mismo
criminal que cortó las venas
de miles de indígenas
cuyo pecado fue haber sido despojados de todo
menos de su dignidad. 
Te rezaré con la lengua
mutilada de tantos
seres humanos que desde su
dignidad continúan gritando
la crueldad anticristiana
de este mundo al revés
que ha dejado sin voz
a los mejores voceros
comunales de los pueblos.
Yo te rezaré, Compañero
San Romero de América,
te rezaré como vos mismo lo hiciste; caminando
los caminos con todos los marginados y oprimidos
nuestros,  esclavos masacrados por la
aporofobia y la explotación
de las Bolsas y las Cámaras.
Así lo haré, porque sé,
ahora que por fin han
aceptado tu Santidad,
que vos, Santo Compañero, llevarás hasta los Cielos
el inconfundible perfume
de tu curativo nombre
y purificarás de paso
el ancho portón
por el que ahora habrán de salir de su zona de confort
tus colegas celestiales
que ya
se han olvidado
de esta Tierra.
Amén!

ClaMo
ZURQUI
Costa Rica.