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Etiqueta: clase política

Pronunciamiento: La violencia social constituye una de las principales condiciones que deterioran la salud mental y el bienestar integral de las personas

Colegio de Profesionales en Psicología de Costa Rica

Ante la creciente ola de violencia que, en sus diversas manifestaciones, viene sufriendo la población costarricense, retomando la inquietud de una cantidad significativa de sus integrantes acerca del particular y al tenor de la responsabilidad y el compromiso ético de nuestro Colegio, la Junta Directiva del CPPCR, da a conocer públicamente las siguientes consideraciones y propuestas.

Partiendo de que:

  1. Todos los indicadores de violencia muestran una curva de crecimiento a lo largo de los últimos años, con un nivel de generalización que abarca prácticamente cualquiera de sus formas de manifestación.
  2. La violencia social constituye una de las principales condiciones que deterioran la salud mental y el bienestar integral de las personas.
  3. La violencia social se manifiesta de diversas formas, con diferentes actores y escenarios. Sin perjuicio de ello, esa violencia debe ser asumida de manera integral, tanto en sus consecuencias como en sus múltiples orígenes.
  4. Al tener diversas y complejas manifestaciones, resulta contraproducente y peligroso reducir estos grandes fenómenos a una visión “psicologista” de la realidad. Es decir, si bien algunas situaciones pueden y deben ser explicadas y afrontadas con individuos concretos, con sus propias vicisitudes y su “mundo interno”, ello no puede ser desprovisto de su contexto socio histórico que le da sentido. La explicación y abordaje de la violencia incluye una dimensión subjetiva, pero no se agota ahí, debe incluir las condiciones objetivas que la determinan y la explican. Por lo tanto, es imprescindible acudir a una perspectiva social más amplia, que involucra a otras disciplinas y saberes.
  5. La generalización de esta violencia necesita considerar el deterioro de la calidad de vida del grueso de la población. Desde la década de los noventa, todos los indicadores apuntan a un alarmante aumento de la brecha social y un sistemático deterioro de la calidad de vida de la mayoría de la población. Pasamos de ser un país con amplios sectores medios y baja inseguridad, a ocupar actualmente uno de los peores lugares en América Latina y entre los países de la OCDE. Factores íntimamente asociados a este creciente deterioro son el sistemático recorte de los programas sociales y la concentración de políticas dirigidas a favorecer a pequeños sectores orientados por el clientelismo político, así como el favorecimiento de crecientes procesos de corrupción.
  6. Es evidente que el sistema le ha fallado a amplios sectores de la población, por lo que es evidente un creciente cansancio en la gente, que lleva al resentimiento, al enojo, a la desesperanza y a su escalamiento al no ver resueltas sus necesidades más básicas y al sentirse engañados por la clase política del país. Estos sentimientos son un perfecto caldo de cultivo para el desarrollo de una cultura de violencia.
  7. Al mismo tiempo, la decepción, el desencanto y el enojo favorecen a su vez alternativas políticas de tipo autoritario, aderezadas con el creciente y alarmante papel del narcotráfico en nuestros países, en los que montan su negocio y reclutan a personas, sobre todo jóvenes. Estas circunstancias han acelerado el proceso de normalización de la violencia y ayudan a legitimarla como forma de interacción social habitual.
  8. Dentro de esta dinámica de creciente violencia, se comprueba el redireccionamiento de las emociones negativas hacia grupos determinados que reciben con más énfasis la carga afectiva y los procesos de exclusión, dirigidos principalmente contra la niñez y la adolescencia, contra personas con discapacidades, contra personas migrantes, contra las mujeres, contra personas LGBTIQ+ y contra personas adultas mayores, entre otras. A este respecto, es sobrecogedora y en niveles de agresividad. Las acciones dirigidas a individuos particulares deben ser entendidas en ese contexto sociocultural más amplio.
  9. A todo lo anterior se abona la actual dinámica de las redes sociales, en las que fácilmente se acusa, se juzga y se sanciona a cualquiera, con derivaciones tan serias como, por ejemplo, el suicidio en personas adolescentes. Del mismo modo, debe contemplarse el aparato mercadológico cada vez más sofisticado y orientado a generar y reforzar patrones compulsivos de consumo, mediante el reforzamiento sistemático de hábitos, actitudes y comportamientos contrarios a una cultura de paz.

Dado lo anterior:

  1. Esta JD se compromete a fomentar, con carácter de urgencia, una amplia participación del conjunto de colegas en unas jornadas de reflexión que permitan, en un diálogo abierto, un análisis profundo de toda esta situación y en la construcción de las mejores alternativas de enfrentamiento. También se compromete a incorporar y gestionar las recomendaciones que se deriven de este proceso de análisis.
  2. Esta JD hace una excitativa general a sus integrantes para que, en sus actividades profesionales tomen como tarea urgente la reflexión y la toma de las medidas que sean posibles en aras de fomentar relaciones humanas más empáticas y solidarias. Esto como un imperativo ético y de responsabilidad de nuestro quehacer.
  3. Hacemos una alerta máxima ante la violencia de género, dadas las características y la dinámica de ensañamiento que está tomando. Las medidas por tomar tendrán que abarcar las de corto, mediano y largo plazo, ampliando o rectificando lo hecho hasta el momento.
  4. Instamos a la prensa y a la población que accede a las diferentes plataformas a tener el mayor cuidado en el momento de publicar y exponer escenas de agresiones, mutilaciones y asesinatos. La exposición a estos materiales puede conducir a exacerbar procesos de modelaje de ciertas conductas y a aumentar la sensación de inseguridad. Así mismo, exhortamos a las personas colegiadas que sean entrevistadas en medios, para que no repliquen visiones cortoplacistas, simplificadas o hiper individualistas de este doloroso y complejo fenómeno.
  5. Exhortamos a toda la población a que procure desarrollar una cultura de paz y la resolución pacífica y dialogada de los conflictos. El Colegio tiene a disposición el Centro Integral de Resolución de Conflictos (CIREC) que, a cargo de profesionales con capacitación y amplia experiencia, puede colaborar para ese propósito.
  6. En nuestro criterio, debe haber una mayor inversión en los ámbitos de la educación, la salud, la seguridad y los organismos de investigación. Por lo tanto, hacemos un respetuoso, pero vehemente, llamado al gobierno para que modifique sus políticas sociales. También hacemos una clara advertencia acerca de las consecuencias al corto, mediano y largo plazo de no rectificar la línea que está imponiendo. De no modificarse la orientación actual, pronosticamos un empeoramiento de la situación en dimensiones y consecuencias insospechadas.

Comisión AD-Hoc para el abordaje de la Violencia Social en Costa Rica del CPPCR.

Fuente: https://psicologiacr.com/pronunciamiento-la-violencia-social-constituye-una-de-las-principales-condiciones-que-deterioran-la-salud-mental-y-el-bienestar-integral-de-las-personas/

Compartido con SURCOS por Marco Vinicio Fournier.

Los juegos sucios del poder con las pensiones justas

«Cuando un payaso se muda a un palacio, no se vuelve un rey.
El palacio se vuelve un circo»

Proverbio turco.

Los únicos ˝pensionados de lujo˝ y ˝ticos con corona˝ que ha habido y todavía quedan, son solo de dos tipos: exdiputados y expresidentes, más alguno que otro de la misma estirpe. Aunque en vías de extinción, ellos han gozado de un beneficio «vitalicio» que se parece tanto a una «pensión» como una zebra a una jirafa. Ese incentivo monetario se otorgó a diputados que ni siquiera devengan salario sino dietas. Y desde luego, no corresponde a ningún régimen de capitalización, mucho menos a uno que sea solidario, como los que garantiza la Constitución.

No obstante, en honor a la verdad ese generoso auto regalo de la ˝clase política˝, ese premio por mal gobernar agrandando cada vez más el hueco fiscal, fue derogada para diputados hace 24 años. No así la «jubilación vitalicia» de los expresidentes, expresión que es otro eufemismo. Por tanto, esas son todas las «pensiones de lujo» que quedan, pues el único que ha renunciado a ese privilegio es Carlos Alvarado Quesada. Más las que quedasen del régimen anterior. Para seguir divirtiendo, ahora el presidente anuncia que publicará la lista oficial de exdiputados que aún reciben ese estipendio.

Así que los politiqueros que han seguido obteniendo réditos publicitarios con ese «caballo de Troya» mal llamado «pensiones de lujo» se han subido a un tren que viaja a ninguna parte. No en vano nuestro ˝ejecutivo˝ presidente nada que pone el huevo, mientras se entretiene, como un niño en el circo, con su propio Reality Show – ¡qué mal actor, por Dios! – donde anuncia diariamente lo que todavía no ha hecho, como si nadie supiera aquí lo que es una cortina de humo. Ahí sigue prometiendo, como si las elecciones no hubieran terminado, que ya casi casi acaba con las «pensiones de lujo». Por cierto, ¿cómo está financiando esta otra campaña, será con fondos públicos o con una estructura paralela?

Lo único claro es que ha desperdiciado el primer periodo de sesiones extraordinarias de la Asamblea Legislativa, probando que nunca tuvo una propuesta seria, ni sobre esto ni sobre ninguna otra cosa. Lo cual ha quedado reafirmado por la escandalosa noticia de que su gobierno procura un préstamo de un millón de dólares del BCIE para que sus abogados le hagan «un estudio jurídico para entender un poco cómo atender este tema de las pensiones de lujo». Aunque hay que reconocer que lo único serio que ha hecho este señor hasta ahora es favorecer a los importadores de arroz, entre los cuales figura, casualmente, uno de los más connotados financiadores de su campaña.

El gran escándalo

A pesar de todo, el verdadero escándalo de la campaña que posicionó el estigma «pensiones de lujo»,[1] la más sucia de todas, es que se metió en el mismo saco a todas las pensiones y, en particular, las de los regímenes de capitalización, como el RCC que gestiona JUPEMA, el cual goza de buena salud, así como el llamado Régimen Transitorio de Reparto (RTR), que se carga al presupuesto por irresponsabilidad del Ministerio de Hacienda.[2] En cualquier caso son enanos de otro cuento.

Así se comenzaron a llamar «de lujo» a todas las pensiones nominalmente altas, después también a las pensiones medias y finalmente a todas con cargo al presupuesto. En el mismo saco se metió, entonces, ranas y sapos, pero también alacranes y serpientes. Esa generalización arbitraria e improcedente condujo a que la expresión «pensión de lujo» se volviera técnicamente indefinible y, por tanto, indefendible. Por eso, quienes han intentado definirla han hecho el ridículo. ¿Será que ahora nos costará un millón de dólares descubrir el agua tibia?

Por ejemplo, aquel Super Intendente que trató de definirla como un monto dado, igual que quienes pretenden establecer un techo para las pensiones independiente de cotización, solo evidenciaron su falta de rigor, pues quien cotiza más tiene derecho a un monto mayor y punto. Por ejemplo, cuando las personas del Magisterio se pasaron a la CCSS porque cotizaban menos, ciertamente vieron aumentar sus ingresos mensuales, a costa de sus ingresos futuros. ¿Acaso tienen derecho ahora a quejarse porque su pensión quedó más baja?

Un término inaplicable

En el caso de los regímenes solidarios y tripartitos protegidos por Constitución, no aplica el término «pensionado de lujo», aún entendido como «no haber cotizado lo suficiente para lo que se recibe»; porque desde su origen, trabajador, patrón y Estado contribuyen a la pensión de cada uno. En este caso solo cabe considerar la sostenibilidad o no de la reserva creada colectivamente, de acuerdo con su tasa de valorización. La diferencia entre un régimen privado y uno solidario es simple: en el solidario los intereses ganados por la inversión de los fondos se reparten entre todos, de acuerdo a sus diferentes aportes; en un régimen privado las ganancias enriquecen al grupo financiero que lo administra. Por eso quien tilda «de lujo» a una pensión justa y solidaria confunde la gordura con la hinchazón. Claro, si todas las pensiones fueran bajas e iguales, entonces quienes más ganan tendrían que contratar un servicio privado. ¿Será que en el fondo lo que se busca es hacernos retroceder hasta el modelo chileno de pensiones privadas, hoy estruendosamente fracasado?

Esa confusión mal intencionada, ya ha tenido una grave afectación para cientos de personas, por culpa de ese otro adefesio jurídico que es la Ley 9796. La Sala IV admitió los recursos de inconstitucionalidad y la avalancha de «coadyuvancias» que se presentaron contra esta; cerrando así, de carambola, la ruta hacia las Cortes Internacionales de Derechos Humanos. Pero al no suspender la medida, mientras se toma todo el tiempo del mundo, desconoció el principio de justicia pronta y cumplida especialmente reforzado, por razones obvias, por la «Convención Interamericana sobre la protección de los derechos humanos de las personas mayores» (ratificada por Ley 9394, el 12 de octubre de 2016). ¿Cree usted que la Sala IV actúa de buena fe o sospecha que le hace otro gordo favor a los otros dos Poderes de la República, a costa de los derechos adquiridos de las personas adultas mayores?

Desde luego que, para los fondos privados, menos que tiene sentido hablar de «pensiones de lujo», puesto que quienes lucran con los ahorros de esas personas siempre les van a dar menos de lo que se han valorizado sus cotizaciones. Y cuando estas quiebran simplemente ellas pierden sus ahorros, ¿o no hemos aprendido nada de esa otra atrocidad llamada ALDESA? Finalmente, mejor pensada, la misma palabra pensión no rima bien con lujo, ya que en principio quien necesita una pensión no tiene lujos y quien los tiene no necesita pensión. Por eso, ni siquiera sirve como un buen oxímoron, como sería por ejemplo «pobre rico». ¿Será entonces que el presidente está metido en un zapato, por bocón?

Una conclusión bestial

En suma, el término «pensión de lujo», siendo un eficaz insulto, ni siquiera aplica para los expresidentes, porque lo que ellos reciben no se debería ni llamar pensión. Hoy en día, cada vez que una persona se expresa de ese modo en una red social, difama al prójimo mostrando que no sabe qué es pensión ni qué lujo. Además de evidenciar su falta de empatía y escasa inteligencia emocional. Cuando lo hace un periodista parece además una marioneta promoviendo intereses inconfesables. Cuando lo hace un Super Intendente o un ministro, publica su falta de profesionalismo. El diputado que repite para otros ese estigma es un desmemoriado sin vergüenza. Igual que cuando lo hace un candidato, quien denuncia así su propia demagogia. Pero cuando lo hace un presidente que se dice «economista», es una brutalidad que no tiene nombre ni apellido. O para decirlo en buen castellano, comete una ˝burrada˝ o ˝metida de pata˝. Dicho con el debido respeto para esos nobles animales que son los burros.

[1] Léase estigma en el sentido de «Desdoro» (menoscabo de reputación) «…afrenta, mala fama» (RAE).

[2] Para quien quiera informarse sobre la enorme injusticia que se ha cometido contra gente honorable puede ver rápidamente: El fraude del que no se habla. En: SURCOS: https://wp.me/p6rfbZ-gCs. Y si desea opinar con propiedad, puede leer el artículo de Jorge García, que apareció el domingo 17 de Julio en El País.CR, titulado Las pensiones del transitorio de reparto magisterial en el tiempo: De deducciones en exceso a la violación de la progresividad tributaria. En: https://www.elpais.cr/2022/07/16/las-pensiones-del-transitorio-de-reparto-magisterial-en-el-tiempo-de-deducciones-en-exceso-a-la-violacion-de-la-progresividad-tributaria/ Baste agregar que el RTR es otro adefesio jurídico porque es como tapar un delito de Estado que hizo un hueco, con un hueco más grande. Cabe preguntarse por qué Pilar Cisneros, tantos años directora de Telenoticias, que contaba con la acuciosidad de Greivin Moya en temas de corrupción, nunca denunció esta tremenda barbaridad y por qué todavía hoy evita referirse a eso.

 

Nota editorial: La persona autora de este artículo solicitó anonimato dado que se desempaña en la función pública.

Imagen ilustrativa.

NECESITAMOS UN RESPIRO

Más que una crisis económica diría que estamos atravesando una crisis de modelo de vida. Juan Manuel Serrat.

Álvaro Vega Sánchez, sociólogo.

No se trata simplemente de quitarse la mascarilla para el respiro que necesitamos, en estos tiempos asfixiantes y tóxicos, producto de una crisis más que económica de “modelo de vida”, como ha dicho recientemente el poeta y cantor Juan Manuel Serrat.

Hay quienes piensan, de manera simplista, encarar esta crisis reduciendo la estrategia a “reactivar la economía”, como si ésta hubiese estado activa, pujante y solvente en algún momento prepandémico y, ahora, de lo que se trata, es de volver a ese idílico y paradisíaco estado de “normalidad”.  Y es por ello, que la clase política vuelve a las viejas recetas del endeudamiento con los organismos financieros internacionales, la contracción de la institucionalidad social del Estado y el ensanchamiento de las zonas francas. Nada nuevo debajo del sol.

Si prestamos atención a lo que los poetas y cantores, como Serrat, están percibiendo de nuestro mundo, y quienes por lo general tienen una sensibilidad especial para ponderar los causes por donde transitar hacia mejores puertos, deberíamos plantearnos seriamente cómo trascender el actual “modelo de vida”, que está propiciando tanto conflicto social y bélico, así como desastre eco-ambiental, pobreza e inequidad.

Se trata de un estilo de vida que, en buena medida, obedece a la perversión de dos valores fundamentales de la ilustración: la liberad y la razón. Como bien señala Artadi (1990), la libertad se convirtió en libertad individualista y la razón en razón instrumental -y agregaríamos, conquistadora, colonialista e imperialista-. La libertad individualista conduce al egoísmo y la avaricia que concentra la riqueza en muy pocas manos y la razón instrumental-conquistadora a la explotación irracional de la tierra, del ser humano y a los conflictos bélicos.  Y, en los últimos cuarenta años, el neoliberalismo ha elevado esta perversión a la enésima potencia, convirtiéndose en la “pandemia” más letal para el planeta y la humanidad.

No acatamos a pensar en otro estilo de vida más saludable y amigable con la naturaleza y con los seres humanos, cuando a estas alturas hay quienes pretenden reactivar la economía, apostando, por un lado, a la explotación de hidrocarburos y la minería a cielo abierto y, por otro, sobreexplotando a los trabajadores con jornadas de 12 horas, siendo las mujeres las más afectadas por sus labores adicionales de cuido.

Asimismo, resulta en un despropósito pretender reactivar la economía al precio de afectar la salud física y emocional de los trabajadores y trabajadoras, así como los vínculos afectivos familiares, ya de por sí fuertemente golpeados por la pandemia. Esto, a su vez, implica mayores costos para el Estado, por la demanda creciente de atención médica.

Definitivamente, un productivismo mal orientado está dando al traste con lo que nos queda de vida en el planeta y busca robotizar al ser humano, bajo nuevas formas de trabajo esclavizante. Un contrasentido en un tiempo de avances científico tecnológicos que deberían más bien contribuir la dignificación y humanización del trabajo.

Un país que ha sido reconocido mundialmente por sus logros en materia de derechos laborales y conservación y protección de la naturaleza, podría enviar hoy un mejor mensaje elevando a precepto constitucional la jornada laboral máxima de 40 horas, 5 días semanales, y la prohibición de la explotación de los recursos minerales y energéticos del subsuelo.

Por estos senderos, podemos ofrecer el respiro que tanto necesitan la tierra y los seres humanos e ir superando la “crisis de modelo de vida” actual.

Votar por Figueres Olsen tapándose la nariz

José Manuel Arroyo Gutiérrez

         Algunas personas están considerando votar por el candidato Figueres Olsen del PLN. Hasta aquí todo legítimo y válido. Lo que no puede ser admisible es que agreguen: “aunque sabemos que ese partido y ese candidato están tomados por la corrupción…” Las consecuencias jurídicas, éticas y políticas de este razonamiento son devastadoras. Dicen de un ciudadano totalmente confundido y extraviado, dispuesto a normalizar las peores prácticas en el manejo de la cosa pública con tal de aprovechar, según ellos, un poco de experiencia y competencia.

         Es cierto que en estas elecciones se juega mucho más que la escogencia de nuevos representantes populares. La gran mayoría de candidatas y candidatos, los malos y los peores, siguen la ruta del telele neoliberal, abjurando de la mejor herencia política costarricense, el estado social de derecho y las aspiraciones de un modelo de convivencia democrático, con bienestar para las mayorías, sin grandes inequidades y con oportunidades para todas y todos.

         El significado jurídico, en sentido metafórico, de una decisión como la señalada líneas arriba, convierte a quienes así están pensando en cómplices y coautores de un daño social gravísimo. Desde el punto de vista ético asumen la destrucción de valores fundamentales para la convivencia como son la honradez, la responsabilidad en el destino compartido y la confianza en quienes han de liderar el mundo que entregaremos a las futuras generaciones.

         La cuestión cultural, en sentido amplio y referida a la cultura democrática, nos desnuda una sociedad y una clase política incapaces de definir y escoger una nueva etapa histórica. Mientras sigamos debatiéndonos entre calderones y figueres no habremos superado el mundo que construyeron con más méritos que deméritos los padres y abuelos. Es patético que todavía nos debatamos en esas alternativas. Quizá en este punto radica la indecisión de la mitad del electorado y sobre todo la apatía de los más jóvenes.

         El punto de inflexión estuvo en la década de los años noventa del siglo pasado. Un pacto implícito entre los hijos de los caudillos se repartió las áreas de influencia de lo más jugoso del andamiaje institucional de la patria. No hay casualidad ninguna en que esta manera de hacer política, manejando lo público como si fuera hacienda privada, culminara con los escandalosos casos CAJA-FISCHEL e ICE-ALCATEL. Esa es la herencia que nos han dejado los herederos de los caudillos.

         Pero es que además, votar por Figueres Olsen tapándose la nariz, supone olvidar que este político ya tuvo su oportunidad, que aún hoy muchos sectores padecen las consecuencias de su gestión y que, en definitiva, fue un período con mucha pena y poca gloria. Supone también echar en el olvido que no hizo frente a los hechos derivados de “una asesoría” a la empresa que estaba negociando con el estado costarricense una compra multimillonaria en el sector de telecomunicaciones, el legado de papá. ¿Hay alguien capaz de defender que es lo mismo que un ex presidente “asesore” este tipo de negociados, a que lo haga cualquier hijo de vecino? Más allá de si hubo o no delitos o fiscales que los persiguieran, ¿este tipo de movidas, para beneficio propio y de los más cercanos, es el modelo de político y política que queremos?

         Lo peor del argumento expresado por este sector de votantes es que no advierten lo que está pasando precisamente en estos días. Parte de lo que pasa con la “experiencia” es que entre más se ejerce el poder, más riesgo hay de caer en vicios y corruptelas. Lo que ha sucedido con los alcaldes liberacionistas en el tema de la concesión de obra pública; lo que ha pasado con las cercanías del alcalde liberacionista en la zona sur con sujetos vinculados al narcotráfico; lo que ha pasado en la Asamblea Legislativa con la comisión de no-investigación de la influencia del narcotráfico en los partidos políticos, incluido el PLN, suponen un grado de contaminación y descaro que no se pueden permitir.

         Expreso estas opiniones sin mucha esperanza. Sólo para que no se diga que no fueron advertidas.

Es el modelo económico, dice el director del OIJ

Óscar Madrigal

El día de ayer participé en un programa de radio llamado “Alternativas” sobre el tema de la criminalidad en el país. Resumo algunas ideas que expuse.

Hace unos tres días el director del OIJ, Walter Espinoza, decía en una entrevista en La Nación:

“Recientemente el Informe del Estado de la Región reveló que Centroamérica bajó sus índices de homicidios durante la última década con excepción de Costa Rica, que se mantiene con niveles similares al 2010.

De acuerdo con Espinoza, el enfrentamiento entre bandas narco locales, sumado a problemas de índole social como pobreza, desempleo, desigualdad, falta de oportunidades y poca distribución de la riqueza, hacen que la tasa nacional de homicidios no disminuya”.

El director del OIJ es consciente que el actual modelo de desarrollo económico que genera desigualdad, pobreza, desempleo, injusta distribución de la riqueza es también la causante de que los delitos, por ejemplo, de homicidios, no disminuyan.

Los estudios sobre la criminalidad también han demostrado que la delincuencia no es un problema de los pobres. Otras naciones mucho más pobres que la nuestra, muestras índices menores de delitos, como por ejemplo los homicidios.

Sin embargo, los partidos políticos que han gobernado en las dos últimas décadas han enfrentado el problema de la criminalidad solo desde la perspectiva de un derecho penal autoritario, aumentado las penas y los delitos desde mediados de los años 90, sin que esta política haya producido ningún beneficio. Solo ha aumentado el autoritarismo sin beneficio para la sociedad.

Las clases dominantes creen que las leyes penales resolverán problemas sociales, cuando es evidente que las leyes por sí solas no resuelven los problemas de la sociedad, lo que solo se logra con políticas públicas dirigidas a enfrentar las causas de la criminalidad. Sin embargo, las actuales políticas de austeridad, de recorte a los programas de atención social que impulsa el actual Gobierno, solo agudizará la criminalidad del país. Además, las leyes anti-huelgas, la criminalización de la protesta social, junto a las políticas autoritarias del proyecto de Empleo Público, se orientan a crear un sistema político cada vez más autoritario y, por tanto, menos democrático.

Costa Rica ha pasado a ocupar el top de los países más desiguales del mundo, según el Banco Mundial, y ahora también a estar entre los primeros 5 lugares del continente con la mayor cantidad de privados de libertad por habitantes y con el mayor índice de mujeres privadas de libertad de Centroamérica.

Se sabe también que las cárceles no resocializan a esas personas, las cuales por lo general se encuentran hacinadas y violándose en muchos casos sus derechos humanos.

A lo anterior debe agregarse que la aplicación de las leyes, lo que llamamos la justicia, no parece operar de la misma manera para todas las clases sociales. Los escándalos de corrupción no terminan en juicios o sentencias, sobre todo cuando se trata de personas adineradas o pertenecientes a las clases poderosas económicamente.

Las estadísticas así lo indican: de todos los casos denunciados por corrupción solo el 20% van a juicio después de 3 o 7 años; de los que van a juicio solo el 7% terminan con sentencia y solo la mitad de ellas en sentencias condenatorias. Pero lo más llamativo es que se trata de casos “menores” como el tráfico que pide una “mordida” o el funcionario municipal una “comisión”. Los grandes actos de corrupción que involucran a los miembros de los clanes poderosos económicamente no aparecen nunca juzgados.

La llamada clase política, por otra parte, está carcomida por la corrupción. Casi todos los partidos políticos han sido condenados por estafa o están siendo acusados por estos delitos: el PLN, el PAC, el partido evangélico de Justo Orozco, el PASE de Oscar López, el Libertario de Otto Guevara, el partido del doctor Hernández, el PUSC y muchos otros. De igual manera, prácticamente todos los expresidentes han enfrentado acusaciones por corrupción por casos como Alcatel, Caja, la Trocha, Cementazo, Cochinilla y otros.

La corrupción de los políticos produce una degeneración en la sociedad porque hay muy pocos referentes y porque la ética en la función pública parece no importar o importar bien poco, como el caso por ejemplo de Figueres. Ese es el mensaje equivocado que se dirige a la ciudadanía sobre los valores y la virtudes de los políticos.

Los componentes de orden social hacen que la criminalidad no descienda en Costa Rica, como lo afirma el director del OIJ. Es necesario, consecuentemente, cambiar el modelo de desarrollo económico, el modelo de acumulación de capital como dirían otros, que está generando o produciendo esos problemas.

En términos generales, solo una democratización de nuestra vida social, económica y cultural podrá disminuir y enfrentar acertadamente la creciente delincuencia nacional.

La máscara democrática de la oligarquía

Álvaro Vega Sánchez, sociólogo

Hemos retomado, para este artículo, el título de un libro que recoge un diálogo fecundo sobre democracia, oligarquía y populismo (Canfora, Luciano y Zagrebelsky, Gustavo (2020). La máscara democrática de la oligarquía. Un diálogo al cuidado de Geminello Preterossi. Madrid, Editorial Trotta). Un texto valioso y sugerente para el análisis de nuestra coyuntura sociopolítica.

Aunque la conversación está referida a la realidad política europea y particularmente de Italia, sus reflexiones resultan, en muchos aspectos, paradigmáticas. Tal es el planteamiento de arranque de quien modera el diálogo, Preterossi: “Hoy nos encontramos ante una tensión: por una parte la política oficial (y en general la clase dirigente que no es solo la clase política) se muestra cada vez más encerrada en un bunker, asediada, en afanosa búsqueda de soluciones, de mediaciones que no aparecen; por otra parte, otros sujetos, que se sitúan fuera de la política tradicional, tratan de captar y conducir la rabia de una masa sin representación, que no se reconoce en el poder democrático y le acusa de haberse convertido en oligárquico”(P.11).

Sin duda, una “fotografía” para nada ajena a nuestra realidad. La imagen del “bunker” recoge muy bien ese “soliloquio” que se ha venido dando por parte de un Poder Ejecutivo y Legislativo de espaldas al pueblo, y que también resulta consustancial a esa suerte de metamorfosis oligárquica de la democracia.

Efectivamente, ya hace rato el proyecto oligárquico neoliberal se ha venido afianzando en nuestro país, procurando ocultar su rostro con celebraciones como la de los cien años de democracia o con campañas de descalificación de las posiciones críticas y de la protesta social, considerándolas como antidemocráticas y hasta subversivas, incluso criminalizándolas. Algo que con el correr del tiempo le ha significado importantes dividendos políticos, que hoy fructifican en un conjunto de leyes pro-oligárquicas, aprobadas por una Asamblea Legislativa que se precia de ser una de las que más consensos ha logrado para impulsarlas.

El principal ideólogo de esta transformación o “mimetización”, el expresidente Oscar Arias Sánchez, se dio el lujo, sin sonrojo alguno, de traducirla al concepto “dictadura en democracia” con su correspondiente estrategia de “torcer brazos”. También, hoy recoge sus frutos en la gestión de un gobierno portador de sus mismos “genes”, que ha contado con el apoyo de las fracciones mayoritarias de la Asamblea Legislativa.

Efectivamente, a los partidos políticos mayoritarios actuales los unifica el proyecto oligárquico neoliberal, por eso aunque no se puedan homologar sus diferencias no son sustantivas. En este aspecto, es importante el señalamiento de Luciano Canfora: “A nuestros ojos los partidos son isomorfos, variantes de lo mismo que suelen hacerse la guerra. Talvez, incluso creen hacerla, pero en realidad esa guerra no existe porque la disputa se refiere a elementos marginales. Hoy la materia de la política es mínima… el estado de salud de la política en cuanto a lugar de la democracia es bastante deficiente” (P.23-24). En palabras de Zagrebelsky: “La política se ha restringido, la oligarquía no. Política restringida significa, en este caso, que tiende a hacerse un todo único, a reducirse a la no distinción para ser más funcional al equilibrio (externo) de los poderes oligárquicos” (P.33)

Y siguiendo con este autor, para quien la tendencia de la oligarquía es a “encerrarse sobre sí misma”, el “resorte” de la oligarquía es la “autoconservación mediante cooptaciones como autodefensa. En el sistema político actual ¿quién puede imaginar que avanza, que recorre los peldaños que llevan al vértice del poder? El que es cooptado. Y ¿quién es cooptable? El que puede ser chantajeado, o incluso mejor si a su vez tiene instrumentos para chantajear, como se ha dicho con una formula cínica y también veraz. Esto significa formar parte de una telaraña que te envuelve y te hace compatible o funcional con el mantenimiento del equilibrio. Esto es lo que califica un régimen como oligárquico” (P.38).

 En las últimas décadas, el país ha transitado de un modelo oligárquico bipartidista a uno pluripartidista, que ha encontrado un aliado estratégico en los nuevos partidos religiosos fundamentalistas. Es la convergencia entre el fundamentalismo secular economicista y el religioso, ambos portadores de una seudoteología de la prosperidad que sacraliza al mercado y legitima a la oligarquía neoliberal.

La celebración del Bicentenario de vida republicana es una valiosa oportunidad para develar el rostro oligárquico de nuestra democracia, y no convertir esta celebración en un simple saludo a la bandera. Más aún, dar muestras de que todavía tenemos reservas de espíritu y dignidad patrióticas para propiciar una democracia inclusiva, como lo consigna el Artículo 1 de nuestra Constitución, restaurando los derechos, tantas veces conculcados y violentados, a los ciudadanos y ciudadanas de los pueblos originarios, así como propiciando trabajo, educación y seguridad social de calidad para todo el pueblo.

Una oportunidad que deberá ser aprovechada para reafirmar nuestro talante democrático, que ha venido a menos al socavarse valores e instituciones sociales fundamentales en las últimas cuatro décadas, debido al impulso que se ha dado al proyecto oligárquico neoliberal dominante por parte del bipartidismo tradicional y el pluripartidismo actual.

 

Imagen: https://www.youtube.com/watch?v=RKPvU6UZueA

El Remate del huracán Iota en Honduras

Marlin Óscar Ávila H.
14 de noviembre de 2020

Si Dios hizo este mundo, con todo incluido, incluso, creó a los humanos capaces de auto destruirse y de superar los más difíciles obstáculos para lograr mejores estadios en calidad de vida, la responsabilidad del humano no solamente está en nosotros en resolver los más difíciles problemas de la vida, sino la de convivir amigablemente con el mundo natural “en que todo está relacionado, que nada está afuera, por eso nos dicen, que todos vayamos juntos, que nadie se quede atrás. Que todos tengan todo y a nadie le falte nada. Que el bienestar de todos es el bienestar de uno mismo. Que ayudar es motivo de crecer y ser feliz. Que renunciar en beneficio del otro nos hace sentir fortalecidos. Que unirnos y reconocernos en el todo es el camino del ayer, hoy, mañana y siempre, de donde nunca nos hemos alejado…” David Choquehuanca, vicepresidente de Bolivia[1]

En Honduras, desde el huracán Mitch, que nos visitara varios días, a partir del 26 de octubre de 1989[2], hemos tenido tiempo (31 años) y recursos de miles de millones de dólares de ayuda internacional, incluyendo cienes de millones de alivio a la deuda externa [3], para construir y reconstruir la infraestructura necesaria que evitara las inundaciones destructivas e impulsar nuevas formas de desarrollo. Las autoridades, líderes políticos y grandes empresarios se dedicaron a robar esos recursos y los que han logrado obtener en siguientes quinquenios. Ahora sufrimos sus consecuencias de manera cruel y despiadada. Mientras tanto, rogamos al cielo y a ese Dios que no siga golpeando a miles de familias, en su gran mayoría, de la clase trabajadora, quienes nunca tuvieron acceso, y según planes partidarios, no los tendrán, en decidir su propio destino. ¿Qué creen que sería la respuesta de ese Dios? O, ¿se trata de un dios ingenuo?

Pero a nuestra clase política y gobernantes no les basta con lo ocurrido hasta este momento, se prepara para lograr acumular más riqueza a costa de nuestras desgracias, sin inmutarse un milímetro. Solamente con el paso del huracán Eta, la zona con mayor inversión industrial y agrícola del país, ha sufrido una destrucción que no se logra cuantificar. Los obreros quedaron sin vivienda y aún a esta fecha (once días después), hay familias en los techos, otra importante cantidad de personas siguen perdidas. Muchas trabajadoras llegaron a laborar el lunes 9, tal y como habían quedado después de inundadas sus viviendas: con la misma ropa, envueltas en lodo y en sandalias, para que los dueños de las fábricas les pagaran al menos el día que lograron llegar al plantel de trabajo. El martes y miércoles de esa semana, cuando la tormenta arreció contra la zona norte, la patronal no les permitió salir antes de la hora de salida por la tarde, cuando no había ni transporte público, fue así como llegaron a encontrar sus casas inundadas y sus hijos extraviados. Las autoridades de todo nivel no han aparecido, excepto para salir en medios publicitarios regalando un poco de comida “chatarra», pues pronto serán las elecciones políticas. La maquinaria y equipo pesado que se vieron con el huracán Fifí (1974) y otras oportunidades e, incluso con el Mitch, para abrir cauces y tapar diques, brilla por su ausencia. La política de privatización dejó a la mayoría, sino a todos los municipios y al gobierno central sin equipo alguno.

Quienes sobrevivan esta próxima semana, si por desgracia se cumplen los pronósticos del clima, verán cómo no hay límite en el cinismo y crueldad de quienes gobiernan, aún sobre los miles de víctimas del Eta, y las de la actual tormenta o huracán Iota, que se nos aproxima, se lucrarán con el dolor y desgracia humana. Mientras tanto, seguiremos rogándole a ese Dios, que nos resuelva lo que no resolvimos, en tiempo y forma, aun teniendo la inteligencia y recursos que debimos saber utilizar colectivamente. Para eso nos montaron el sistema educativo bancario, de ignorancia, acriticidad y dominación, que hemos tenido[4], para siempre tener ese Dios a quien exigir y mantener la ley y orden que ellos fabrican en su Congreso, la cual, de no obedecer, lanzan a su ejército contra el pueblo que les mantiene, mientras los privilegiados oligarcas y gobernantes aplican las leyes a su antojo.

Más allá de esto, casi imposible deducir qué será de lo que reste o quede en pie de esta nación, con un desgobierno cruel, en manos de su oligarquía, mafia corrupta, narco, inescrupulosa y criminal.

Cualquier gobernante vecino seguirá superando con creces lo que este país tiene como gobierno.

[1] https://www.youtube.com/watch?v=JmAFKehPY-M

[2] http://cidbimena.desastres.hn/ri-hn/pdf/spa/doc12140/doc12140-contenido.pdf

[3] https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/perdonan-la-deuda-externa-por-el-mitch-nid117527/

[4] https://freire.idoneos.com/319077/

Somos analfabetos políticos

Por Sergio Ortiz Pérez

Nuestro país tiene más de 30 años de malas administraciones. Hemos visto la corrupción danzante que debilitó a un Estado y sus instituciones en contubernio con empresarios privados y la clase política corrupta.

Hemos dejado de participar en política, nos aburre, dejamos que una minoría elija y elija a los mismos, nos conformamos con lo mínimo, agradecemos al gobernante que haga lo básico, si roba no importa siempre y cuando cumpla con lo mínimo, votamos por lo emocional, no leemos planes de gobierno ni mucho menos exigimos que se cumplan, criticamos al que exige mejores servicios y acciones del gobierno, nos quedamos metidos en la discusión de la Negrita, de los homosexuales y lo verdaderamente importante pasó por encima de todos y todas sin contemplación.

La clase política siempre se alió de los grandes capitales, esos que tienen acciones y asientos en los medios de comunicación hegemónicos, en los bancos y en paraísos fiscales. Estos lograron dividirnos entre empleados públicos y empleados privados, cuando todos somos trabajadores. Lograron incluso hacerle creer a muchos inflados que eran capitalistas sin capital.

Pero hoy nos apretan a todos por igual. Vieron, éramos los mismos. ¿Y los grandes capitales? Nadie los toca.

Ningún país estaba preparado para una Pandemia, pero les aseguro que si no hubiésemos sido tan tolerantes con la clase política y más que todo con la corrupción a nivel país (desde la mordida al oficial de Tránsito hasta el Cementazo) talvez hoy, tendríamos un mejor panorama económico, mejores reservas financieras, mejores políticos, instituciones más sólidas, menos pobreza, mejor educación, una inmigración controlada, mejores fronteras; y definitivamente una mejor cultura ciudadana que acatara las disposiciones del Ministerio de Salud y respetara la vida de sus semejantes.