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El origen del Día del Amor y la Amistad

Vladimir de la Cruz

El amor es quizá el sentimiento más importante que caracteriza a los hombres y mujeres de todas las culturas, que lo han experimentado como afecto, pasión o placer, y que puede expresarse de distintas formas. El amor es la expresión de intensas atracciones emocionales y también sexuales, expresiones que no necesitan un día para vivirlas; que se pueden vivir todos los días, y de manera igualmente intensa, viva y vehemente.

En nuestra cultura occidental se le ha asignado una fecha para exaltar este sentimiento y esta práctica social. Es el 14 de febrero. Durante muchos años se le celebraba como el día de los enamorados, que evolucionó a la celebración del Día de la Amistad, que tiene hoy un impacto comercial más amplio y muy destacado. Se sacó, de esa manera, del ámbito personal o familiar para darle un contenido mucho más amplio socialmente.

Al amor en las diferentes culturas siempre se le ha dado un lugar muy especial, porque se produce por nuestra propia naturaleza humana, por nuestros propios impulsos, por una hormona que tenemos, la oxitocina, la que se conoce como la hormona del amor, que provoca este sentimiento que llamamos amor, a la que se asocia la hormona vasopresina que es la que se dice reguladora de las relaciones monógamas duraderas.

Con el amor también se dan los sentimientos de pertenencia y conexión en el bienestar emocional de las parejas, que contribuyen a la autovaloración y la autoestima de las personas. El efecto que se produce de esta manera libera la sustancia química llamada dopamina que activa en el cerebro los sistemas de recompensas. De esta manera, la liberación o segregación de la dopamina por el sistema endocrino, provoca, en la corteza cerebral la manifestación fisiológica que conocemos como el enamoramiento, que es el momento que expresa la liberación de las distintas hormonas asociadas a este sentimiento, la dopamina, la oxitocina, la serotonina, la testosterona, los estrógenos que generan a su vez la sensación de felicidad eterna, o la de la idealización amorosa de las personas.

La oxitocina se estimula con los simples contactos físicos, masajes, abrazos, toques entre las personas o parejas que produce lazos de pertenencia y sensaciones de bienestar. Así, el Amor responde a una “química” de nuestros cuerpos. De allí también las expresiones de que “tenemos química”, que se dicen las parejas o los seres que se quieren, que se aman, o se sienten enamorados, que agitan sus feromonas, las sustancias químicas que secretamos para provocar comportamientos de atracción con otras personas, que pueden indicar disponibilidad, compatibilidad y libertad sexual.

El elemento de la naturaleza que se asocia al Amor es el fuego, que se asocia a la pasión romántica, a la atracción física, al motor que impulsa las acciones humanas. En colores, el rojo y el azul son los que se asocian al amor. El rojo de la misma manera que a la alegría, a la energía, al poder, al deseo o la sensualidad y la lujuria, color que se usa mucho en las prendas íntimas de vestir, en la lencería. ¿Acaso, no se exaltan las mejillas sonrojadas? El azul a la armonía, la amistad, la confianza, el respeto, el cariño y a la paz que produce el amor.

El amor en las antiguas culturas se celebró y se le rindió culto como sentimiento y pasión. El amor es también la relación afectiva de confianza, de respeto, de lealtad, de sinceridad, de solidaridad, de compromiso y de entrega sin implicar necesariamente impactos o encuentros amorosos o románticos. El amor no descansa solo en el encuentro sexual, también se da en la intensa y segura compañía de las personas que de esa manera conviven y se reconocen.

Como práctica social se vive en grupos familiares, de amigos, de trabajadores, con las personas con quienes compartimos muchas cosas en común.

Como día de la Amistad se ha tratado de darle una cobertura más amplia que como Dia del Amor. Esto lleva a celebrar este día en establecimientos comerciales, en sitios de trabajo, de estudio, en el hogar, en los sitios educativos, con las parejas de cada persona y con sus seres queridos, cercanos y lejanos.

Sirve la fecha para intercambiar mensajes, saludos, regalos, compartir comidas.

En las culturas antiguas como la Griega el amor lo entendían como un acto que había dado origen a la creación del mundo. Hesíodo, poeta griego, del siglo VIII A.C., consideraba que el mundo se había creado de la formación, primero, del espíritu del amor, de Eros o Cupido y la Tierra, Gea. Luego, de la unión de Erebo, la oscuridad, y de Nix, la noche, surgieron Eter, el cielo claro y Hémera, el día. Gea, por su propio poder, produjo a Urano, el firmamento que la cubría, al igual que a las montañas y al mar.

Eros, considerado el más joven de los dioses comenzó a agitar el mundo, y todo lo que en él había, juntando todas las cosas en parejas. De estas primeras parejas, Urano y Gea, cielo y tierra, surgieron los seres que poblarían el mundo, titanes, gigantes, cíclopes, como el resto de los seres. Así, los griegos concibieron la creación del amor desde el caos de los elementos, que opuestos, se preparaban para recibir la humanidad.

Eros representaba para ellos el deseo de amar. Como figura masculina acompaña siempre a Afrodita o Venus. Es el que inspira la atracción afectiva entre los distintos seres, es el que mezcla, une y varía las distintas especies.

Afrodita o Venus, considerada la diosa del amor en el sentido más amplio de la palabra, se le asocia también a lo que es bello, noble y sublime. El amor se pensaba era lo que unía la tierra, el cielo y el mar. Se le hacía acompañar de Eros, las Gracias, las Horas, Himeros, que es el dios del deseo del amor, de Potos, el dios de las ansiedades del amor y de Peito o Suadela, el del suave discurso del amor. Afrodita presidía la vida del matrimonio y sus ceremonias.

Por su parte, en la Roma antigua, se realizaba cada año una fiesta dedicada a la fertilidad o lupercalia, que se hacía en honor al Dios Lupercus, cada 15 de febrero, lo que celebraban desde el siglo IV A.C.

Acostumbraban, los romanos, como rito de iniciación, introducir en una caja nombres de jóvenes mujeres para que los muchachos, al azar, sacando sus nombres, las tuviesen durante todo el año, hasta la siguiente celebración.

Durante más de 700 años practicaron esta costumbre en Roma, hasta que bajo el gobierno del emperador Claudio II, en el 270 D.C., con motivo de las guerras y la necesidad de la movilización de jóvenes y hombres para las mismas, se dispuso, por edicto, prohibir matrimonios de gente joven o en edad de incorporarse al ejército. Así se tendrían varones disponibles para las guerras. Además, consideraba el Emperador que los soldados casados no se desempeñaban como los solteros, ya que el separarlos de sus familias los afectaba.

Por tal motivo, en defensa del amor, de la pareja y del matrimonio, el Obispo Valentín de Interamma invitó, retando al emperador, a las jóvenes parejas de novios, o de enamorados, que le visitaran en secreto para casarlos y unirlos en el sacramento del matrimonio.

El Obispo consideraba los decretos imperiales indignos. Estimaba el acto de amor como una cualidad de la libertad del hombre, tanto para amar a Cristo como para realizarse en matrimonio.

Cuando el emperador se enteró, primero trató de persuadirle de que se le aliara y sirviese a los dioses romanos, pero el Obispo Valentín, aferrado a su fe, con profunda convicción y voluntad, no renunció a sus creencias, por lo que ordenó que se le encarcelara, apaleara, lapidara y decapitara en el 273 D.C., un 14 de febrero.

Esta situación fundamentó que la Iglesia Católica le declarara Mártir del Amor y se oficializara el día de San Valentín como el de los enamorados, junto a la celebración pagana del día de la fertilidad o de la lupercalia, que se celebraba en honor al dios Lupercus.

Cuenta también la leyenda que en la cárcel, esperando la ejecución de su sentencia, se enamoró de la hija del carcelero, llamado Asterio, que padecía ceguera, produciéndose el milagro de la recuperación de su vista. Se despidió de ella enviándole una nota firmada «de tu Valentín», lo que dio origen a la costumbre de obsequiar tarjetas, en este día.

Una forma de expresar el sentimiento del amor y el cariño es el abrazo entre las personas. La mejor forma de hacerlo, cuando se abraza al ser querido, a la pareja, a los hijos, a los padres y madres, a los familiares, a los amigos, a los compañeros de trabajo o de estudio, es abrazarlo por el lado izquierdo del pecho, de manera que, de esa forma, se toque el pecho del ser querido o estimado y, de esa forma, los “corazones”, de ambas personas, “hablen”, “se saluden”, se “toquen” o “abracen”.

Esta es la forma cómo deben realizarse los abrazos cuando se dan con estos sentimientos profundos de Amistad y de Amor, un día como hoy, y cualquier día del año, porque el sentimiento del amor y de la amistad se pueden celebrar todos los días del año, en nuestras relaciones cotidianas.

No hay que esperar un año para expresar estos sentimientos tan profundos e importantes, cada 14 de febrero. Hoy, ahora, puede hacerlo, Prepárese para ese abrazo especial pecho con pecho, corazón con corazón.

Una hora crucial

Freddy Vargas Aguilar
Teléfono 8620 0780

  1. La humanidad se halla demasiado cerca de una guerra nuclear con dos guerras en donde uno de los países tiene poder nuclear y que, si la segunda se extiende, puede posibilitar un tercer conflicto, también con otro país con bombas nucleares.
  2. La hora final de un desastre ambiental se va acercando. Los pasos hacia allí no pueden decirse que sean silenciosos. Lo sabemos, así como que una nueva pandemia, más grave que la del COVID 19, es bastante probable.
  3. Paradójicamente, las mismas fuerzas económicas, tecnológicas, científicas, políticas que apuntan hacia un abismo oscuro son, a su vez, las que pueden emplearse para conseguir construir una humanidad solidaria, con justicia, con verdad.
  4. El amor, el deseo y la disposición para procurar lo mejor para sí mismo procurando, al mismo tiempo, lo mejor para el otro, haciendo uso de un universo que se nos ha dado gratuito, es un factor decisivo.

¿Quién está dispuesto?  ¿Quién se atreve?

El último día del hombre

José Luis Amador.

Por José Luis Amador

Ocurrió hace unos cuantos años, en el 2019 para ser exacto. Me topé de manera accidental con el programa radial de una conocida periodista. Se supone que estaban haciendo la despedida al Mes del Hombre (sic). Era el último programa del mes dedicado al género masculino supongo yo.

En días pasados algunos amigos jocosamente habían enviado un meme de un hombre abrazándose a sí mismo y decía, te felicitamos en este día porque posiblemente ninguna amiga lo vaya a hacer hoy. Era sólo un chiste, por supuesto, pero resultó así, con alguna excepción.

El punto es que, en dicho programa, que se celebraba supongo yo, en homenaje al hombre, y por supuesto para generar reflexión sobre temas de masculinidad, se concentró en analizar el dramático testimonio de una señora, que hablaba del maltrato recibido por su esposo. El programa se volvió un poco lacrimoso y además cargado de referencias al machismo, a la agresión de los hombres y a los hombres tóxicos.

Honestamente me alegré mucho de que sólo un “mes del hombre” haya en el año. Aunque este tema y este tipo de tratamiento es recurrente todos los días. Por otra parte, pensé que la referencia a los hombres agresores y los testimonios de este tipo son usuales durante las efemérides femeninas. Pero me pareció bastante curioso y poco creativo terminar el mes del hombre con el mismo abordaje.

Y es que el punto es el siguiente: no dudo, ni yo, ni otras personas, hombres y mujeres, que el tema de la violencia de género es sumamente grave y debe ser atendido, y el femicidio, erradicado. De lo que no estoy seguro es que la forma de abordar el tema de la masculinidad, del género hombre, de la mujer, o de la relación hombre-mujer, deba ser siempre la misma. Ni siquiera estoy seguro de que los temas de violencia deban ser los que eclipsen toda la rica gama de posibilidades temáticas y realizaciones del vínculo hombre mujer.

Pero hay algo más que me preocupa. ¿En qué momento ser hombres se convirtió en sinónimo de femicida o de agresor? ¿En qué momento la agresión como tema pasó a ser esa la única faceta de la masculinidad, y del aporte que damos a la familia y a la sociedad?

Como persona y como hombre, me rehúso a tener que cargar con la culpa de los femicidas. Ni siquiera con la responsabilidad del patriarcado como fenómeno histórico. Ni con las agresiones reales o imaginadas de mi padre, ni mis abuelos. Simple y sencillamente no me reconozco en ese estereotipo.

Pienso que soy parte de una generación que, por las razones que sea, ha empezado a cambiar de ruta. Nos ha tocado, a veces con mucha incertidumbre y mucho dolor existencial, y mucha agresión de la que nadie habla, dar un cambio en nuestra conducta. Las más de las veces sin ninguna orientación, más allá que la experiencia misma, ensayo-error. No ha sido fácil, y estamos en ello. Y no espero ningún reconocimiento para esta generación de hombres en proceso de cambio. A esos hombres en transición uno los ve todos los días con sus niños y niñas de la mano, cambiando pañales, haciendo oficios domésticos, siendo compañeros de sus compañeras. Pero es curioso, los discursos anti-hombre provenientes de la institucionalidad y desde la prensa, y cierto sector profesional, no los ha descubierto aún en su histórico proceso existencial de cambio.

Mas, sin embargo, experimentamos a diario una descarga brutal, emocional, visceral, en contra de todo el género masculino, al que somos acreedores por el solo hecho de haber nacido hombres. Como decía arriba, no me siento responsable ni portador de la responsabilidad o de los actos de todos los hombres que me precedieron. Yo no soy responsable del patriarcado, ni del machismo histórico, ni mis congéneres contemporáneos tampoco.

Y es que algo no anda bien, cuando cada vez que encendés la radio o la tv, te encontrás con programas que repiten casi que por moda (en sentido estadístico), la misma bofetada indiscriminada, que no va al agresor, sino a todos los congéneres masculinos. Recientemente me decía un amigo que participa en colectivos sociales donde hay gran presencia de muchachas vinculadas a grupos activistas en temas de género, acerca de lo mucho que le cuesta expresar sus reflexiones y posiciones, solamente por el hecho de ser hombre. Y es que, cuando no podés expresarte y discrepar sin exponerte a un ataque indiscriminado y a mansalva, fundamentalmente por el hecho de ser hombre, algo está ocurriendo, lo mismo que cuando no podés expresarte sólo por ser mujer, y eso lo entendemos también. Y es que estamos pasando a la misma realidad enfermiza e injusta, de la que estamos pretendiendo salir, solo que invirtiendo el signo.

Igual que en el esquema anterior, donde la institucionalidad, la convención y el sentido común, defendía al varón en contra de la mujer, estamos pasando a un esquema de inequidad inversa, donde hay una institucionalidad y un sentido común, que defiende a la mujer y pone en situación de injusticia y desventaja al hombre, por el solo hecho de serlo. Que lo digan los padres de familia que luchan porque injustamente se les impide ver a sus hijos, a veces tan solo por el capricho de alguien.

En algún momento me tocó llegar a hacer fila en el Patronato Nacional para plantear un tema relacionado con el bienestar de mi hijo y encontrarme con el rostro de personas, ante las cuales, yo era sospechoso de algo, cuando no culpable ad-portas, solamente por el hecho de ser hombre, casi que sin haberme escuchado.

He tenido guardadas estas reflexiones posiblemente desde el 2019. Hoy me animé a sacarlas a la luz, porque alguien me mandó un “saludo del día del hombre”. Fue una querida amiga, pero me envía un texto donde dice: “Feliz día del hombre, porque no todos los hombres son iguales, existen hombres buenos”.

Bueno, yo por mi parte agradezco mucho la “deferencia”, pero no me identifico con la “diferencia”. Soy hombre, igual a todos. Pertenezco al género humano. Estoy en proceso de aprendizaje y evolución. Y esperaría que ustedes, mujeres, gays, lesbianas, TAMBIÉN.

Se trata de una lucha colectiva por la convivencia y el amor. Se trata crear un mundo mejor para todos, con esperanza. Ahí estarán nuestros hijos e hijas, y no podrán nacer marcados con ningún tipo de culpabilidad, ni por su género, ni por su orientación. Nunca más.

Sí entendido esto alguien me dice, feliz día del hombre, acepto y doy las gracias.

¡Feliz día para todos y todas!

 

Publicado en Facebook y compartido con SURCOS por el autor.

Feliz Día de San Valentín – feliz día del amor y la amistad

José Luis Pacheco Murillo

San Valentín es el patrón de los Enamorados y es por ello que se celebra todos los años el 14 de febrero el Día de San Valentín o Día de los Enamorados ayer y hoy día del amor y la amistad.

Que bendición sentirse amado y poder amar. Todos tenemos esa oportunidad, algunos la aprovechamos más que otros. A algunos nos interesa más dar y recibir amor, ese amor brinda alegría y felicidad, que brinda cercanía y seguridad, que obsequia el mejor tiempo y la mejor escucha, que otorga la mirada serena y transparente.

El Amor es por naturaleza difusivo, es decir, entre más das más se produce para seguir dando.

Podemos amar a muchas personas empezando por Dios, la familia, esposa e hijas y amistades.

Esa es otra bendición, tener a quien amar. Hay quienes se molestan y pierden relación con personas con las que lo mejor es brindar el amor y la amistad. Enojarse y romper relación es perder un tiempo muy valioso para el amor. Al final nos daremos cuenta de que no ha valido la pena estar en esas situaciones de molestias, de enojos, de rencores e incluso de odios. Eso envenena el alma y afectar el corazón. Caso contrario sucede con el amor y la amistad. Alimentan el alma y hacen crecer el corazón para poder amar más.

Vale la pena luchar por mantener y hacer crecer nuestras relaciones de amor, con Dios, familia y amistades.

El mundo de hoy y su plan de guerra y destrucción, de orgullos malverso y odios continuos requiere de mucho amor y de mucha amistad de la buena para cambiar para bien.

Que hoy sea un buen día para recobrar la relación con las personas con las que las hemos roto. Es un buen día para propiciar la alegría del amor y de la amistad. Aprovechémoslo y no dejemos pasar la oportunidad de demostrar cuanto amamos a los que amamos.

Dios quiera que el amor y la amistad crezcan en este día y con ello sembremos lo necesario para recoger buen fruto en el futuro: amor y amistad.

Felicidades en este día.

 

Enviado a SURCOS por el autor.

¿El corazón o el cerebro? Entre la vida, la muerte y el amor

Vladimir de la Cruz

Cuando el Dr. Chistiaan Barnard, a sus 45 años de edad hizo el primer trasplante de corazón en el mundo, el domingo 3 de diciembre de 1967, hace ya 55 años, inició una verdadera revolución en la medicina y en la ciencia médica. Aunque su primer trasplante tan solo duró18 días con vida hoy los trasplantes que se hacen garantizan la vida por varios años. Hoy en la lista de órganos en posibilidad de ser trasplantados, además del corazón, están los pulmones, riñones, hígado, páncreas, intestinos, estómagos, piel, córneas, un hijo mío se lo ha hecho, médula ósea, huesos, sangre, lo que es muy frecuente …

En Costa Rica se hace todo esto y con mucho éxito. El primer trasplante de corazón en el país estuvo a cargo de un alto equipo profesional de médicos, enfermeros y personal hospitalario, bajo la Dirección Médica y Científica del Dr. Longino Soto Pacheco, en el Hospital México, en 1991. Las operaciones de este tipo en Costa Rica han sido muy exitosas, lo que pone muy en alto la Medicina Costarricense, al cuerpo médico nacional, a la ciencia médica del país, a las instalaciones hospitalarias y al Sistema Nacional de Salud y de la Seguridad Social, que ha permitido que a esta costosa cirugía, la de trasplantes, puedan acceder personas de bajos recursos.

Desde el 2019 se hace tan solo una cirugía anual de este tipo, de trasplante. Pero, en el corazón todo tipo de procedimientos quirúrgicos se hacen, frecuente y cotidianamente, con un personal médico cada vez mejor formado, en el país y en el extranjero. Entre los procedimientos quirúrgicos que se hacen en el corazón están la Ablación cardíaca, la Ablación de aleteo auricular, la Ablación de la fibrilación auricular, la Angioplastia carotídea y la colocación de stents, el Cateterismo cardíaco, la Cirugía cardíaca mínimamente invasiva, la Cirugía cardíaca neonatal y pediátrica y la Cirugía de bypass de la arteria coronaria. También se hace revascularización coronaria, cirugía de válvulas cardiacas, incluida una para corregir defectos cardiacos en el nacimiento, cirugías de derivación cardiaca para arterias bloqueadas en el corazón. A ello suma el llamado marcapasos, que es un procedimiento muy común y muy generalizado.

En los problemas de arritmia cardiaca, que tiene que ver con el ritmo de los latidos de corazón, causados por señales eléctricas que controlan esos latidos, se colocan marcapasos o un desfibrilador cardioeversor implantable en el pecho para corregir esos latidos. Cuando se trata de la fibrilación auricular se interviene el corazón con pequeños cortes en el músculo cardiaco, que forman pequeñas cicatrices, que abren caminos para las señales eléctricas del corazón.

Así la arritmia es considerada una enfermedad del corazón. Tiene que ver con la velocidad o el ritmo de los latidos del corazón, siendo la fibrilación auricular la más común de las arritmias. La ablación cardiaca es entonces el procedimiento empleado para crear esas cicatrices en zonas del corazón que tienen que ver con ese ritmo cardiaco. Es una cirugía en la cual se meten dentro del corazón, lo que la hace un procedimiento invasivo, para interrumpir las secciones defectuosas del corazón. El resultado exitoso de esta operación, en la mayoría de las personas, es volver a tener un estilo de vida normal, activo, y mejorado.

Se acude a este procedimiento cuando los medicamentos no están controlando este ritmo cardiaco, lo que puede ser peligroso si no se trata. Con la ablación se crean lesiones, con calor o frío, alrededor de las desembocaduras de las venas pulmonares en la aurícula izquierda para que la actividad eléctrica se corrija. Se le llama ablación al procedimiento porque se extrae o destruye una parte del tejido cardiaco. La duración de la cirugía puede estar entre las dos y cuatro horas.

El corazón tiene cuatro cavidades, que son las dos aurículas y los dos ventrículos, con un tabique entre las dos aurículas y otro tabique entre los dos ventrículos. Las arterias y las venas entran y salen del corazón, las arterias llevando la sangre hacia fuera y las venas llevándola hacia adentro. En lo que entiendo para la ablación cardiaca entran al corazón pasando uno de esos tabiques desde un extremo del corazón al otro.

Todo esto tiene que ver con que a mí me han detectado una fibrilación auricular que fue necesario atender con una ablación, para usted, que está leyendo hasta aquí, ayer entre las cuatro y las ocho de la noche.

Era una cirugía que estaba planeada para hace casi un mes que por razones tecnológicas, del instrumental médico que faltaba y debía emplearse, primero, y luego por haber aparecido con Covid, a pesar de las cuatro vacunas, me la atrasaron hasta ayer.

De manera que aunque espero estar vivo cuando usted esté leyendo esto, porque estoy en muy buenas manos médicas, y gozo en general de buena salud, cuando a uno lo duermen totalmente para una operación, todo puede suceder.

Como la operación es en el corazón, donde tienen que meterse puede haber riesgos, que en la tasa mundial de este procedimiento quirúrgico que me hicieron ayer, son menores al 0.5%, pero son riesgos, por lo que confieso públicamente que morirse en una sala de operaciones es la muerte más deliciosa que pueda ocurrir, para uno, no para el personal médico a cargo.

Si esto me llegara a suceder eximo, libero, al cuerpo médico que me atendió, que es de lo más calificado que tiene el país, de cualquier responsabilidad de mi fallecimiento. Sencillamente me tocaba. Morirse en el quirófano es como quedarse dormido sin despertarse.

No le tengo miedo a la muerte. No creo en otra vida después de la muerte. No creo en el cielo ni en el infierno. El Papa Juan Pablo II ya había dicho que ambos estaban aquí, en La Tierra. Tampoco en los santos, aunque mi querido tatarabuelo Lico Rodríguez haya hecho las imágenes religiosas más bellas del país. Para mí la materia tan solo se transforma. En cuanto a los Santos y divinidades agradezco las buenas intenciones que han expresado quienes se enteraron de mi internamiento de ayer, y me encomendaron a diferentes Santidades o me enviaron sus positivas vibras, para salir bien en la operación. Todo eso suma.

Me cremarán si muriera porque es mi decisión. Pondrán mis cenizas en el patio de mi casa a la par de las fosas de mis fallecidos y leales perros que durante años me cuidaron, hoy a la sombra de un bananal de muy buena cosecha. Mis nietos están preparados para esa ceremonia donde ellos dicen que me van a sembrar. Esa es su visión del depósito de cenizas. Uno de ellos, Marco, de 5 años, ya me dijo, hace pocos días, que pondrá atención para ver qué fruto voy a producir.

Si esto llegare a suceder esta será la última columna que estará leyendo mía. Si las ha leído anteriormente, que las escribo desde 1998, mi agradecimiento por su tiempo, atención y seguimiento a mis escritos, opiniones y reflexiones. A quienes las han compartido más agradecimiento y afecto por su tolerancia a mis excesos literarios que pudieran no haber compartido.

Para quienes han compartido mi amistad y me han brindado la suya seguiremos amigos, mientras me recuerden. Las personas y los parientes siempre vivirán si se les recuerda. Lamentablemente no podré levantarme del suelo, donde depositen mis cenizas, para darles la mano o un abrazo porque estaré descansando. A las personas que he querido les mantengo mis sentimientos. A nadie he malquerido ni le he deseado ningún mal. De mi parte nunca le hecho mal a nadie. A mis seres queridos todo mi amor.

Frente a una operación como la que he tenido ayer, en el corazón, con los riesgos que eso tiene, que no fue un trasplante de corazón, ni nada que se le parezca, aunque me invadieron y se me metieron, en el corazón, hice una última reflexión. Se las comparto.

Lo que no se puede trasplantar todavía es el cerebro. Tampoco la vesícula biliar. El cerebro, el corazón, el hígado, los pulmones y los riñones son considerados los órganos más importantes del cuerpo humano. Hoy se puede vivir sin un pulmón y sin un riñón, y casi sin el hígado, pero no se puede vivir sin corazón y sin cerebro. El hígado es el único órgano del cuerpo que se puede regenerar, puede volver a crecer, aunque algunas enfermedades le pueden causar daños severos e irreversibles.

Cuando el Dr. Barnard hizo el primer trasplante del corazón desató una polémica, filosófica terrenal. ¿Dónde descansa la vida? ¿Cuál es el órgano vital por excelencia? ¿Cuál órgano maneja el amor? ¿Si se podía trasplantar el corazón se podría llegar a trasplantar el cerebro? Estas entre muchas preguntas que desató.

En estos 30 años la cirugía del corazón ha avanzado muchísimo. Se han hecho frecuentes y ya casi no son noticia de periódicos, aun cuando algunos procedimientos quirúrgicos de este tipo duran hasta 20 horas, como cuando se trasplantan corazón y pulmones de un mismo donante a dos pacientes.

El cerebro sigue siendo parte de esta discusión. El cerebro incluso fue objeto de atención de las culturas precolombinas americanas. Se han encontrado cráneos con trepanaciones, con agujeros, como técnicas quirúrgicas antiguas que se hacían. Desde aquella época hasta los avances en la neurocirugía actual estas operaciones siguen siendo delicadas pero mucho más seguras.

Hoy las craneotomías se realizan con pequeños orificios para extraer parte del encéfalo como del cerebro, como para introducir una aguja fina para realizar una biopsia, como hacía mi esposa, la Patóloga Anabelle Picado.

A través de la craneotomía se llega al cerebro a través del cráneo. La cirugía de la cabeza se hace obviamente para atender males en la cabeza, desde tumores hasta sangrados o hematomas.

Hasta hoy la ciencia médica no realiza trasplantes de cerebros. Probablemente lo que más se llegue a aceptar es la posibilidad de trasplantar cabezas antes que solo cerebros, lo que sería injertar la cabeza de un humano en el cuerpo de otro humano. Esto plantea muchos dilemas, incluso morales. Parte de esa discusión es el mantenimiento de la vida. No ha sido posible reconectar la médula espinal. Es en la práctica decapitar a un paciente.

El cerebro es la estructura biológica más compleja del cuerpo, de allí la dificultad de conectar el cerebro con la médula espinal, los nervios y los vasos sanguíneos.

Trasplantes de cabezas se han hecho en animales. En 1954 lo hicieron con perros. En época del Dr. Barnard se conoció que lo hicieron con monos. Hoy la discusión científica entre médicos se plantea hacerlo con humanos. En la República Popular China se dice que hubo un trasplante de cabeza que duró con éxito 18 horas.

Hay otra discusión asociada planteada. ¿Qué es más importante el cerebro o el corazón? ¿Quién manda, el cerebro o el corazón? Cerebro y corazón están íntimamente vinculados.

El control nervioso de la actividad cardiovascular la realiza el Sistema Nervioso Autónomo, por medio de los Subsistema Simpático y Parasimpático, con ello se controla a la vez la frecuencia cardiaca, la tensión arterial, la capacidad de contracción del músculo cardiaco y el flujo de sangre que alimenta al corazón. Dentro de la corteza cerebral se ubica la ínsula, que es una zona que está relacionada con las emociones, conectada al llamado Sistema Límbico. Al mismo tiempo el cerebro para poder funcionar depende del flujo de sangre que le envía el corazón, con la debida presión para evitar mareos o la pérdida del conocimiento.

En la vida diaria decimos que tomamos decisiones con la cabeza y con el corazón. Es un binomio de razón y emoción. Por Aristóteles tenemos la idea de que el corazón es sensible a las emociones, que se expresa en la alteración de los latidos, y que el corazón es caliente.

El cerebro se sabe y conoce que no puede sentir dolor ni tiene sensibilidad por sí mismo, aunque analiza los datos que recibe para reaccionar. El cerebro permanece activo constantemente. Es el órgano que nos define como seres humanos.

Desde el siglo XIX ha predominado la tesis que el cerebro, y no el corazón, es el que manda y controla el cuerpo y su comportamiento. Hoy se afirma que el cerebro es el órgano responsable del enamoramiento, aunque la sensación fisiológica esté en el corazón. Se dice que el corazón orienta y la cabeza decide.

De esto se puede desprender la generosidad de las personas, sus sentimientos de solidaridad, su amor por el prójimo en la filosofía cristiana. En una época como la actual de navidad, con todo lo que ella encierra, es un buen momento para pensar en esas otras personas que necesitan de ese amor, de esa solidaridad y de esa generosidad. En este sentido son mis mejores deseos para todos los que hasta aquí han llegado con su lectura.

Como ayer tocaron mi corazón en la operación que me hicieron, si quedo bien, espero que mis sensaciones afectivas fisiológicas no se alteren y no me hayan producido un corazón de piedra…

Por un hipocampo colectivo de dignidad y amor

Por Mauricio Álvarez Mora, docente UCR-UNA y ecologista.

Hace 28 años, el 7 de diciembre, Óscar Fallas Baldí, Jaime Bustamante Montaño y María del Mar Cordero Fernández, murieron en su casa destruida por un incendio, del que nadie pudo escapar. Es extraño que no pudieran salir, María del Mar -guerrera defensora del golfo Dulce- luchó hasta el final y pereció tratando de abrir la puerta, sin llave y con los rasguños cercanos a la cerradura que evidencia que la puerta no abrió o alguien no lo permitió. Óscar y Jaime murieron en unas camas.

Según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), no hubo resultado de las investigaciones que indicaran mano criminal; no obstante, tampoco se pudo hallar otra causa del incendio. Todo se enrareció y se justificó con la práctica del fumando y la bohemia.

Sin embargo, como ecologistas, veníamos de una importante campaña contra la transnacional Stone Conteiner, justamente tres días antes del incendio celebramos la victoria en conjunto con la gente de las comunidades del Golfo Dulce en Puerto Jiménez.  Una campaña que en menos de dos años logró articular a las comunidades con organizaciones nacionales y hasta redes globales como Greenpeace, otras europeas y de Estados Unidos, por la defensa del valioso ecosistema del pacífico sur de Costa Rica que alberga patrimonio natural y cultural para la humanidad como los es el Humedal Térraba-Sierpe y el Parque Nacional Corcovado , contra la intención de construir un muelle industrial para procesar y exportar astillas para hacer papel de las plantaciones de melina que invadió la zona. 

Durante la campaña persona ecologistas recibimos amenazas y actos de violencia, como  el hecho de aflojarle las tuercas a las llantas del vehículo de la AECO (Asociación Ecologista Costarricense) y se recibieron llamadas anónimas a la oficina después, de lo que consideramos, el asesinato de Oscar, Jaime y María del Mar, diciéndonos “la lista no ha terminado”, amenaza que cumplida meses después, cuando apareció muerto el compañero David Maradiaga. 

Tantos años después la memoria sigue vida, a veces se nubla, se evapora pero vuelve a condensarse para dar paso a momentos elegidos, que se amontonan desordenadamente y como una tonada sin rima se activan por reflejos,  se gatillan en un juego de estímulos inesperados: un aroma, un lugar, una frase o una gota de agua en la espalda desde donde puede emerger la memoria de lo sencillo, lo trivial de los mejores momentos y también los de gran dolor. Así han venido siempre los recuerdos durante 28 años continuos, con el empuje de los vientos alisios y los atardeceres de bronce.

El hipocampo es el lugar del cerebro que alberga la memoria, la de episodios pasados y la memoria espacial. Su nombre proviene de agregar los términos griegos «hippos» y «kampos», que significan respectivamente «caballo» y «monstruo», debido a su parecido con un caballito de mar. Entre las principales funciones del hipocampo estan en la generación y recuperación de recuerdos, por lo que es clave en nuestros aprendizajes y la generación del conocimiento. También está implicado en las emociones, debido los sentimientos que nos generan los recuerdo. Además, es el lugar donde se enquista la enfermedad del Alzheimer provocando la pérdida de memoria y desorientación.

¿Qué activa las conexiones de las neuronas que nos devuelven los recuerdos?, ¿cómo los mezclamos con los sueños, deseos, pasiones y dolencias para sembrar la memoria en nuestro hipocampo? ¿dónde y cómo constituir un hipocampo colectivo si no intencionamos, escribimos y reivindicamos cada 7 de diciembre?

Ya pasaron muchos años y sigue la necesidad de escribir todos los años para recordar, para vencer el olvido y la impunidad. ¿Cómo contar algo que no está nombrado y llorado?, ¿cómo puede la memoria ser una duda torturante, un recuerdo de amor, miedo y sufrimiento?, ¿cómo aliviar el peso de nuestro hipocampo con uno más colectivo para distribuir los sufrimientos?

La vida nos va llevando por otros senderos de tiempos y espacios que van y vuelven cíclicamente, vamos cambiando y con ello algunos sentimientos se atenúan, otros tienden a desplomarse, los que están atorados o incendiados nos causan las mismas sensaciones, los mismo fríos y dolores.

En todos estos años, donde se ha sumado más violencia a las estadísticas, he percibido una especie de efecto Coriolis, no la rotación de un cuerpo en movimiento en distintos hemisferios, es otro efecto humano de indiferencia, lo he observado cuando he expuesto sobre la criminalización y la violencia política , la respuesta es desviar la mirada a la derecha o a la izquierda según su lado de cuerpo dominante o “diestricidad”, una vez vuelta la mirada, dejan de escuchar y cortan la atención. No sé si sea alguna reacción del lenguaje corporal o simple mecanismo de evasión o negación, pero cuando uno cuenta algo doloroso, la gente comunica muchos gestos de empatía, solidaridad, incredulidad, descalificación y el peor de todas es la Coriolis emocional. ¿Cuál será el gesto suyo a esta altura de texto?

Para el excepcionalismo tico y cuento de país verde y feliz, estos hechos son una distorsión, un error en la postal, donde el futuro nos alcanza y una amenaza a nuestro papel en la debacle ambiental del planeta. Nuestro país siempre ha jugado a ser esa esperanza, ese papel de vitrina, de laboratorio de cuentos tan buenos y curados que los termínanos creyendo, repitiendo y hasta reproduciendo. Es así, pero a veces quisiera hacer Coriolis y desconectar el interruptor para mal vivir con la misma indiferencia. Para mantener el excepcionalismo hay que castrar la memoria e invisibilizar todos los errores del guion.  

Para la región latinoamericana la pérdida de Oscar, María, Jaime y David inauguró una oleada de represión y criminalización algo distinta, pareciendo menos masiva y más selectiva que el saldo de las dictaduras y ejército con su masivo y sangriento monopolio del terrorismo de Estado. Sólo parece distinta pues se privatizó parte del monopolio de la violencia y ahora los intereses trasnacionales y privados han perpetrado más directamente la represión en la última tres décadas contra personas activistas, indígenas, mujeres y campesinas defensores de la tierra.

Para muestra las 1733 personas defensoras de tierra y derechos humanos en todo el mundo que han sido asesinadas en los últimos diez años (2012-2022), esto de acuerdo con el informe más reciente de Global Witness (setiembre 2022), organización que desde 2012 documenta este tipo de violencias. El 68 % de esos ataques se han registrado en países de América Latina. Las comunidades indígenas concentran el 39 % de los ataques registrados, pese a que representan menos del 5 % de la población mundial. Las mujeres como María del Mar Cordero suman 11 % de esta inmunda lista en 10 años.

A pesar de que Oscar, María, Jaime ni David estan en esa estadística, si lo están Jairo Mora, Diego Saborío, Sergio Rojas y Jhery Rivera, casos casi todos conocidos y la mayoría en la impunidad. Todas estas cifras y números estan además subregistrados y son la superficie de un ciclo de violencia en cuyas aristas hay amenazas de muertes, atentados, agresiones, judicializaciones y muchas otras formas de violencia que no siempre terminan en la estadística por terror al terror.

La impunidad, miedo y olvido son el Alzheimer que carcome nuestro hipocampo social, oxida toda la estructura de evasión, tiñe todo el pacto social de indiferencia, para dar paso zonas grises llenas de consumismo narcotizante, donde se extingue la vida y el fututo del planeta.

El año pasado 2021 al menos 200 personas defensoras de tierra y derechos humanos fueron asesinadas, por estas y todas las personas activistas asesinadas, sus familias y los tejidos comunitario rotos y por la naturaleza que también muere con ellas, extendemos un abrazo colectivo de justicia y verdad para hacer entre todas y todos un hipocampo colectivo donde recordemos con amor y dignidad a las personas que ponen el cuerpo y la vida para defender el planeta y otros futuros posibles.

Nota: Gracias a la edición de Rebeca Arguedas Ramírez

¿Qué aprendimos?

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Estas sociedades nuestras se desdicen a sí mismas. No conocen el amor como política, el acto de la solidaridad como ley.

Todavía en pleno período pos pandémico, seguimos confirmando que no aprendimos nada. Que la desolación nos ganó la partida. Y que continuamos inexorablemente hacia esa extinción que nos declarará como la última civilización con vida y alma sobre el planeta.

Sucedió en la fecha FIFA de finales de setiembre de este año. Corría el minuto 19 del primer tiempo en un partido amistoso cuando Richarlison, jugador brasileño, anotó el segundo gol de su equipo ante la selección de Túnez, partido que a la postre terminaría con una amplia victoria del equipo suramericano sobre el africano.

Todo normal en medio de una temporada de preparaciones y campamentos previos a la copa del mundo a realizarse en Qatar el próximo noviembre. Lo realmente malo vendría al momento.

Al anotar el tanto y celebrarlo, alguien lanzó a Richarlison una banana desde la tribuna. Esto es un acto absolutamente racista, deplorable y cuestionable. Lleno de odio, vergonzoso, cobarde. Póngale usted el calificativo que quiera porque a mi ya no me alcanzan las palabras.

Resulta paradójico, que minutos antes y utilizando el estrado del fútbol como instrumento de comunicación, los mismos seleccionados brasileños habían llamado la atención sobre el racismo en el deporte al portar una pancarta que decía: “sin nuestros jugadores negros, no llevaríamos estrellas en nuestras camisetas”.

Como acción reivindicativa, la camiseta de la selección brasileña no portó ese día las cuatro estrellas que señalan los cuatro títulos mundiales ganados hasta ahora.

Las escenas de racismo en los estadios siguen repitiéndose. Existen personas, cobardes, que amparadas en un colectivo amorfo y anónimo, se empoderan para proferir sus insultos creyendo que así disminuyen al otro por su color de piel, su nacionalidad.

Claro que lo insultan y lo denigran.

Pero más triste resulta su papel que lo ubicará siempre en un nivel inferior, evidenciado y expuesto en sus debilidades.

Eso es un racista: una persona débil, a la que siempre habrá que señalar y sancionar hasta que cambie su actitud.

Hasta que aprenda que en este planeta todos y todas formamos parte sin ningún tipo de discriminación. Este es el cambio fundamental que debe darse. Insistamos hasta lograrlo.

¡En el Día del Amor y la Amistad, que los corazones hablen!

Vladimir de la Cruz

Se celebra internacionalmente el 14 de febrero el día de los enamorados, también día del Amor, y desde hace pocos años se le llama «Día de la Amistad», con la intención de darle un manto cobertor más amplio, que fomenta la solidaridad, las relaciones sociales con amigos, compañeros de trabajo o estudio, y la expresión de sentimientos, especialmente, con la pareja y los seres queridos y hasta para estimular más las actividades comerciales asociadas a esta celebración.

Es una fecha que sirve, con estos sentimientos, de afecto y amistad, intercambiar mensajes, obsequios y manifestar cariño.

El amor como sentimiento, como afecto, como pasión o placer siempre se ha experimentado y vivido. Probablemente desde los más antiguos seres humanos sentimientos de esta naturaleza se desarrollaron y se vivieron más que las expresiones instintivas de la naturaleza humana. Los hombres como las diversas culturas de distinta manera lo han expresado.

Desde las antiguas culturas se celebra y rinde culto a este sentimiento y pasión.

Los griegos fundamentaban el origen de la creación del mundo como resultado de un acto de amor. Hesíodo, poeta griego, del siglo VIII A.C., consideraba que el mundo se había creado de la formación, primero, del espíritu del amor, Eros o Cupido y la Tierra, Gea. Luego, de la unión de Erebo, la oscuridad y de Nix, la noche, surgieron Eter, el cielo claro y Hémera, el día. Gea, por su propio poder, produjo a Urano, el firmamento que la cubría, al igual que a las montañas y al mar.

Eros, considerado el más joven de los dioses comenzó a agitar el mundo y todo lo que en él había reuniendo todas las cosas en parejas. De estas primeras parejas, Urano y Gea, cielo y tierra, surgieron los seres que poblarían el mundo, titanes, gigantes, cíclopes, como el resto de los seres.

Así, los griegos concibieron la creación del amor desde el caos de los elementos, que opuestos, se preparaban para recibir la humanidad.

Eros representaba para ellos el deseo de amar. Como figura masculina acompaña siempre a Afrodita o Venus; es el que inspira la atracción afectiva entre los distintos seres; es el que mezcla, une y varía las distintas especies.

Afrodita o Venus, considerada la diosa del amor en el sentido más amplio de la palabra, se le asociaba también a lo que es bello, noble y sublime. Como poder del amor se pensaba que unía la tierra, el cielo y el mar y presidía sobre el amor humano. Se le hacía acompañar de Eros, las Gracias, las Horas, de Himeros, que es el dios del deseo del amor; de Potos, el dios de las ansiedades del amor y de Peito o Suadela, el del suave discurso del amor.

Afrodita presidía la vida del matrimonio y sus ceremonias. En Roma, en su honor, cada año se celebraba un festival llamado Veneralia, de danzas y placeres llenos de pasión.

También, en Roma, realizaban cada año una fiesta dedicada a la fertilidad o Lupercalia, que se celebraba en honor al Dios Lupercus, cada 15 de febrero. Así, esta práctica social de esta festividad se inició en la antigüedad.

Desde el siglo IV A.C. los romanos rendían culto al Dios Lupercus. Acostumbraban, como rito de iniciación, cada 15 de febrero, introducir en una caja nombres de jóvenes mujeres para que los muchachos, al azar, sacando sus nombres, las tuviesen durante todo el año, hasta la siguiente celebración.

Durante más de 700 años practicaron esta costumbre en Roma, hasta que bajo el gobierno del emperador Claudio II, en el 270 D.C., con motivo de las guerras y la necesidad de la movilización de jóvenes y hombres para las mismas, se dispuso, por edicto, prohibir matrimonios de gente joven o en edad de incorporarse al ejército. Así se tendrían a los varones disponibles para las guerras. Además, se consideraba que los soldados casados no se desempeñaban como los soldados solteros, ya que el separarlos de sus familias los afectaba.

Por tal motivo, en defensa del amor, de la pareja y del matrimonio, el Obispo Valentín de Roma, de la localidad de Interamma, de la actual región italiana de Terni, donde se encuentran sus restos, y donde el 14 de febrero se celebra su fiesta patronal, invitó, retando al emperador, a las jóvenes parejas de novios, o de enamorados, que le visitaran en secreto para casarlos y unirlos en el sacramento del matrimonio.

El Obispo consideraba los decretos imperiales indignos. Estimaba el acto de amor como una cualidad de la libertad del hombre, tanto para amar a Cristo como para realizarse en matrimonio.

Cuando el emperador se enteró, primero trató de persuadirle de que se le aliara y sirviese a los dioses romanos, pero el Obispo Valentín, aferrado a su fe, con profunda convicción y voluntad, no renunció a sus creencias, por lo que el Emperador ordenó que se le encarcelara, apaleara, lapidara y decapitara en el 273 D.C., un 14 de febrero.

Esta situación fundamentó que la Iglesia Católica le declarara Mártir del Amor y se oficializara el día de San Valentín como el de los enamorados, junto a la celebración pagana del día de la fertilidad o de la lupercalia, que se seguía celebrando en honor al dios Lupercus.

Cuenta, también, la leyenda y la tradición que en la cárcel, esperando la ejecución de su sentencia, se enamoró de la hija del carcelero, llamado Asterio, que padecía ceguera, produciéndose como un milagro la recuperación de su vista. Se despidió de ella enviándole una nota firmada «de tu Valentín», lo que dio origen a la costumbre de obsequiar tarjetas, en este día.

La situación de la Pandemia del Coronavirus COVID-19, durante estos dos años, no ha permitido los acercamientos sociales afectuosos con personas que no son del propio círculo inmediato de las personas, de la llamaba Burbuja social de cada uno.

Todavía hoy, a pesar de la alta vacunación nacional, imperan las restricciones sociales, los distanciamientos, las precauciones de relaciones afectivas de contactos físicos, con amistades, que se van asimilando como hábitos y comportamientos sociales, lo que ha obligado a fortalecer el refugio hogareño, a mantener las relaciones de amor, afecto y amistad de manera más intensa, a convivir en los espacios comunes con mayor respeto y tolerancia.

El Día del Amor y la Amistad bajo los efectos de la Pandemia no va a dejar de celebrarse en el interior de las familias, y de los amigos cercanos, aunque comercialmente de manera más estrecha o reducida. Este es un día para demostrar también el respeto, la lealtad la incondicionalidad y el sentido del compromiso. La amistad, en los distintos grados e intensidad en que se manifiesta o expresa, como se celebra este día, contiene el amor, de allí su solidez. Amor y amistad son componentes esenciales de la vida y de las relaciones humanas, pero también de la salud de las personas, especialmente de la salud mental.

Una manifestación especial del amor, en un día como éste, es lo que podemos llamar el amor solidario, “amor al prójimo” en la expresión cristiana, que trasciende a la expresión de los afectos, que es la expresión humanizada del amor, enriquecedora de la cultura y de la sociedad, la del encuentro con otros seres humanos, con aquellos que en una situación de crisis social y económica, como la que tiene el país, sufren carencias importantes, esenciales para la vida, a quienes hay que brindarles apoyos, pero también las rutas para salir y superar esas malas condiciones de vida, de trazarles un futuro de esperanza. En la coyuntura política y electoral del país es también señalar cuál ha de ser la mejor, en las opciones que hay hacia el primer domingo de abril, para lograr esa mejor Costa Rica. Esta decisión no es de caridad política, es de decisión política por todos los costarricenses.

Por ello, en el interior de cada Burbuja familiar, en este Día de la Amistad, y en general, cuando abrace a su ser querido, a su pareja, a sus hijos, a sus padres, a sus familiares, a sus amigos, a sus compañeros de trabajo o de estudio, o a quien tenga oportunidad de abrazar, abrácelo de modo que el lado izquierdo de su pecho toque el lado izquierdo del pecho de su ser querido, y permita con ello que sus corazones «hablen», «se saluden», que sea su corazón el que «toque» o «abrace» el de su ser querido. Esta es la forma más rica e intensa de cómo deben realizarse los abrazos cuando se dan con estos sentimientos profundos de Amistad y de Amor.

¡Feliz día de San Valentín para todos y para todas! ¡Que vivan el amor y la amistad, y la solidaridad!

La indiferencia y la falta de solidaridad con un ser humano se presentaron de manera cruda y real

José Luis Pacheco

La noticia sobre la muerte por hipotermia, es decir, de frío, del fotógrafo suizo René Robert, es un lamentable reflejo de lo que vivimos como sociedad. Este ser humano que caminaba por una acera en Paris, Francia, se tropezó y se cayó y pasó nueve horas en la acera sin que nadie le ayudara. Nueve horas tirado en la acera, desde las 9 de la noche a las 6 de la mañana, sin que ninguno de los que pasó cerca de su cuerpo se dignara auxiliarlo.

La indiferencia, la falta de interés por un ser humano y la falta de solidaridad se presentaron de manera cruda y real y el resultado ha sido la muerte de un ser humano. Esto ha sido noticia porque quien murió era famoso, pero cuántos otros seres humanos, sencillos, sin fama ni gloria, mueren cada día de frío, de hambre, de soledad, de tristeza porque nadie de los que pasan a su lado se digna prestarles atención y ayuda. Sucede incluso en nuestras familias, es decir, la no vivencia de los valores como el amor, la solidaridad y la atención, la tenemos muy cerca y quizá no hacemos nada porque precisamente nos da lo mismo y eso es lamentable.

Es urgente que cambiemos de rumbo. Es necesario que la sociedad en su conjunto nos humanicemos más y que sea cada vez más frecuente la presencia de “buenos samaritanos” que acudan al auxilio de aquellos que lo necesitan.

La pandemia debería de habernos sensibilizado más. Nos debió de enseñar que nos necesitamos unos a otros. Sin embargo, este lamentable episodio de la muerte del señor René Robert, nos indica que desgraciadamente no hemos aprendido aún las lecciones de vida, de amor y solidaridad que este tiempo nos ha presentado.

Dios quiera que esta muerte no sea en vano y que demos un giro en la vivencia de valores y nos preocupemos más los unos por los otros para que nuestra sociedad sea más humana, sensible y amorosa y podamos enseñar a los que vienen detrás, que es urgente cumplir ese mandamiento de amarnos los unos a los otros como Él nos ha amado.

“El poder del perro” de Jane Campion. Una lectura muy personal de una gran película

Luis Paulino Vargas Solís. Economista / CICDE-UNED

“Cuando mi padre murió, no me importaba nada más que la felicidad de mi madre.
Qué clase de hombre sería si no ayudaba a mi madre, si no la salvaba”.

Esa es la frase que abre la película, la cual es pronunciada por Peter, un joven adolescente que es, asimismo, uno los personajes centrales de esta historia, ubicada en el estado de Nevada, Estados Unidos, en el año 1925. He leído diversos comentarios que parece encontrar ahí la clave para la interpretación de la película y, de hecho, un anticipo de su desenlace. Es, nos dicen, una historia de venganza, que asimismo da cumplimiento a aquel compromiso de vida: asegurarse que su madre sea feliz, aniquilando a quien intenta impedirlo.

Todo lo anterior tiene sentido, pero, según mi modesto entender, no pasa de ser una lectura más bien lineal y simplista.

Primero que nada, es claro que Rose, la madre de Peter, es una mujer buena y dulce, pero sumamente vulnerable e insegura. Ello se hace evidente, no solo cuando le toca enfrentar al despiadado Phil, sino, asimismo, frente a sus suegros y frente al gobernador y su esposa. Pero también es claro que establece una relación tóxica con su hijo, una relación a la vez dependiente y sobreprotectora. Que Peter sienta que su vida debe estar condicionada a darle felicidad a una madre de tan frágil carácter, es por lo menos llamativo ¿Un hijo dispuesto a dejar de ser él mismo, y a renunciar a su propia felicidad, en procura de proteger la felicidad de la madre? Al final resulta que sí, y, de hecho, la famosa frase del inicio lo anticipa, aunque esta forma de plantear las cosas no parece haber recibido atención. Sobre eso volveré luego.

Los hermanos Phil y George, por su parte, son un par de ricos hacendados. Phil hace ostentación de un machismo visceral y recalcitrante. George, en cambio, es de modales amables y educados. Phil, sucio y sudoroso, trabaja, hombro con hombro, con la peonada, en los trabajos físicos más agotadores. George viste pulcramente y cuida que sus manos no se encallezcan. Guiándose por los estereotipos usuales, no sería extraño que alguien, en algún momento, al inicio de la película, pudiese haber pensado que George era homosexual. De hecho, algunos diálogos entre ambos hermanos, por su carácter equívoco, podrían propiciar esa idea.

Pero luego resulta que, desmintiendo esa posibilidad para quien pudo haberla considerado, George y Rose se enamoran y se casan. El recibimiento que ella obtiene por parte de Phil al llegar a la hacienda, es brutalmente grosero. Esa noche, Phil está en su cama, ahora solo en el cuarto que anteriormente compartía con George. Le llegan los ruidos de lo que ocurre en el lecho del cuarto contiguo, donde yacen los recién casados. Las lágrimas asoman a sus ojos, y, enseguida, en aquella fría noche invernal, se va al granero y se dedica a frotar y limpiar la silla de montar de Bronco Henry. Phil, el macho correoso e irascible, da inusitadas muestras de debilidad, como si el matrimonio del hermano lo hubiera dejado al descampado y enfrentado a una soledad que le infunde terror.

A lo largo de la película, Bronco Henry es una presencia invisible, pero permanente y decisiva. Una y otra vez es evocado por Phil: es su mentor y su maestro. Más aún -Phil lo enfatiza- Bronco Henry es quien lo hizo hombre.

Peter, por su parte, es un chico amanerado, evidentemente homosexual. Phil, y los demás vaqueros, hace escarnio de él de forma terriblemente cruel. De visita a la hacienda durante el período de vacaciones, Peter descubre lo que podríamos llamar el escondite secreto de Phil, una sección del río de difícil acceso, donde, en una estrecha casucha de madera, él guardaba revistas comprometedoras, y en el cual podía bañarse en el río, desnudo…y solo. Peter descubre las revistas, ve a Phil desnudo en el río y luego huye despavorido cuando Phil lo persigue amenazadoramente. Algunos hechos importantes han acaecido: inmediatamente antes de que este incidente tuviese lugar, la cámara nos permitió ver con los ojos de Phil, a los vaqueros que, en grupo, se bañaban desnudos en otra parte del río, pero ahora Peter descubre, como para confirmarnos la insinuación que poco antes nos había sido hecha, que Phil es homosexual. Pero, en el proceso, algo más se nos había comunicado: el juego erótico que Phil realiza con un pañuelo que tiene las iniciales de Bronco Henry, claramente nos insinúa cuál fue la verdadera naturaleza de la relación que hubo entre ambos. No sé si decir que la sugerencia de que Bronco Henry lo hizo hombre, era en realidad la forma como Phil quería decir que fue él quien le enseñó a amar.

De ahí en adelante la relación entre Phil y Peter cambia, pero es un cambio fundamentalmente inducido por Phil, quien busca acercarse a Peter y establecer un lazo de afecto y complicidad entre ambos. El chico lo acepta, al parecer con agrado. Phil intenta anudar el vínculo, elaborando para Peter una cuerda, trenzada con correas de cuero de ganado. Luego se confirmará el enorme valor simbólico que aquella cuerda tiene para Phil.

Omito diversos detalles -todos muy significativos- para desembocar en un acontecimiento clave: Rose entrega a un hombre indígena y su hijo los cueros que, según orden de Phil, debían quemarse. Cuando éste se da cuenta, su reacción, es de furia, pero, sobre todo, transmite profundo dolor y verdadera desesperación, como si experimentara un catastrófico derrumbe interno. George le dice: “¿cuál es el problema? Ibas a quemar los cueros ¿no?”. Y Phil, con ojos llorosos y rostro de desolación: “los necesitaba…los necesitaba”

Simple y aplastante: los necesitaba para terminar la cuerda para Peter. Se adivina que, en la vida de Phil, aquello, al parecer tan trivial, representaba el acontecimiento más importante, al menos desde la muerte de Bronco Henry. Era volver a tejer un lazo afectivo y emocional, que, desde aquella muerte, había quedado roto, y jamás fue reconstruido.

Y, sin embargo, esa noche Phil terminará la cuerda, con cueros que le son proporcionados por el propio Peter. La escena nocturna en el corral de los caballos, es precedida por la escena, aún a la luz del día, en que Peter le hace saber a Phil que le puede proporcionar el cuero que le hace falta. Vemos entonces a un Phil fragilizado, lloroso y agradecido. El acercamiento físico entre ambos es casi un beso. Phil le dice a Peter: “las cosas serán mejores y más fáciles para ti”, como diciéndole: “tendrás lo que a mí me ha sido negado”.

Caída la noche, ya en el corral, Campion nos pone en un escenario de claroscuros profundos que recuerdan a Rembrandt, y enfatizan la intensidad emocional del momento. Phil termina la cuerda, en un ritual donde, como en un acto de amor y liberación, desnuda el alma ante Peter, y le comparte reminiscencias y confidencias de enorme significado para su vida. Peter pareciera ser partícipe de todo ello, aunque algunas de sus miradas insinúan algo más. Lo cierto es que ahí se sentenciaba el final trágico de Phil.

Al día siguiente Phil está enfermo y deberá ser llevado por su hermano al médico. Cuerda en mano, trastabillante y ansioso, se le ve buscar a Phil para entregársela. Lo miramos como si lo hiciéramos a través de los ojos de Peter y desde el interior de la casa. Phil ansía, con desesperación, terminar de cerrar el lazo con Peter, y para ello debe entregarle la cuerda. Y, sin embargo, no logra hacerlo: la cuerda queda tirada en el suelo. Para mí es una escena extremadamente dolorosa, al punto de hacerme llorar: lo que queda olvidado sobre la tierra no es la cuerda, sino más bien la esperanza de amor y liberación de un hombre sediento de otra oportunidad frente a la vida.

El macho agresivo y dominante resultó, a fin de cuentas, ser tan solo un antifaz que malamente buscaba disimular al hombre frágil, inseguro y vulnerable, pero sobre todo solitario. Ya el matrimonio de George lo asustó y desconcertó: era como perder el último rastro de apoyo emocional del que disponía. En Peter intenta un reencuentro consigo mismo y con su yo negado, el cual es, asimismo, su verdadero yo. Ello entraña, al mismo tiempo, un intento por recuperar lo que el mundo y la vida le habían proscrito: el amor. Cuando al fin cree encontrar la salida a ese largo y oscuro túnel, lo que se encuentra es el abismo. No hay un más allá, no tiene derecho al amor.

Peter mismo se encarga de negarle esa posibilidad de redención, pero, al hacerlo, renuncia a su propia redención. No es que quisiera proteger la felicidad de su madre. Más bien opta por ser el guardián de un orden que excluía a Phil, pero que también lo excluye a él. Hacia el final, el beso de Rose y George, que él presencia desde la ventana de su cuarto en el segundo piso, sella la inviolabilidad de ese orden.

Y viene entonces la inevitable evocación al Salmo 22:20, con que se cierra el filme: “libra mi alma de la espada, mi única vida de las garras del perro”. La peligrosa disidencia que Phil representa ha sido aniquilada; el perro deja de ser una amenaza.

La vida me ha hecho vivir mil historias que, de una u otra manera, en mayor o menor grado, están sintetizadas y simbolizadas en la tragedia de Phil y Peter. Comprendo, entonces, que mi lectura de esta película tiene mucho de personal: es una lectura labrada por mi propia historia de vida. Por ello mismo, entiendo perfectamente si otras personas no la comparten.

Compartido con SURCOS por el autor, publicado en https://sonarconlospiesenlatierra.blogspot.com/2022/01/el-poder-del-perro-de-jane-campion-una.html