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Etiqueta: asociaciones de desarrollo integral

Mensaje de Pablo Sibar Sibar al finalizar 2023 e iniciar un nuevo año de lucha

SURCOS comparte este mensaje enviado por Pablo Sibar Sibar, miembro del Consejo de Mayores del pueblo indígena Brörán y luchador histórico por los derechos de los pueblos originarios.

Amigas y amigos que apoyan nuestras luchas de derechos indígenas, hoy finaliza el 2023 y entramos al 2024 con sufrimientos muy fuertes, como los que padece el pueblo palestino.

Solo escucho cómo los poderosos matan a tanta gente inocente que defiende sus territorios. Qué situación más difícil esa, que no se respete la vida y entonces pienso qué pasará con nuestras tierras si algún día lográramos liberarlas.

Es posible que nunca nos dejen liberarlas; llevo más de 40 años de escuchar mentiras como las que dijo Chaves por primera vez en su gobierno: que compraría tierra a los pueblos indígenas.

Nosotros luchamos por tener nuestra propia Autonomía, pero el Estado nos controla con la Asociación de Desarrollo (ADI). Un indígena no puede valerse o defender sus derechos, nos siguen viendo como el pobrecito indio que no piensa, que tenemos que depender del ADI. Yo digo: no se vale que el Estado nos controle de esa manera porque es una destrucción, no con armas que explotan, pero es una destrucción muy disimulada que ni nosotros nos damos cuenta.

Serán 14 años de la Arrastrada de la Asamblea Legislativa, donde afuera, tirados en la calle decidimos regresar a nuestros territorios a recuperar nuestras tierras, pero ya hace tiempo se encuentran paralizadas. Han sido dos asesinatos que están en la impunidad.

Chaves dijo en Buenos Aires a pocos meses de su gobierno que tiene plata para pagar a los poseedores de buena fe y tierra para reubicar a los que se irán desalojando, pero que si se seguimos con las recuperaciones nos meterá a la cárcel. No ha hecho nada, pero sembró el miedo.

Yo hablo de que las asociaciones de desarrollo en territorios indígenas son como un saco de anzuelos, pero ahí las está fortaleciendo porque desde ahí hacen lo que les da la gana, y muchas ADIs seguirán obedientes a lo que él les diga, porque si se revelan, solo les extiende un cheque de servicios ambientales y boca cerrada.

Así estamos los pueblos indígenas, pero les escribí esto porque ustedes son nuestras amigas y nuestros amigos, donde nos refugiamos, donde nos dan calorcito para seguir adelante y así hacer que nuestra lucha continúe creciendo y mejorando; aprendiendo para que nuestras futuras generaciones puedan vivir en paz.

Me queda un sin sabor: si algún día lográramos tener nuestros tierras liberadas, ¿el poder nos respetará teniendo bosques, agua…?

Bueno, mejor les deseo un buen año 2024 y que la lucha siga y siga hasta que muera el sol.

Asociaciones de Desarrollo y El Guapinol exigen disculpas públicas del Concejo Municipal de Belén

María Lorena Vargas Víquez de la Asociación Cultural El Guapinol comparte con SURCOS un comunicado de prensa publicado en el periódico El Guacho, acerca de la disculpa pública que las Asociaciones de Desarrollo exigen al Concejo Municipal de Belén:

Las Asociaciones de Desarrollo Integral de La Ribera y La Asunción y la Asociación Cultural El Guapinol exigen disculpas públicas del Concejo Municipal de Belén

Las Asociaciones de Desarrollo Integral de La Ribera y La Asunción y la Asociación Cultural El Guapinol piden al Concejo Municipal de Belén que se disculpe de forma pública, por las aseveraciones tan serias e infundadas sobre el mal manejo de los fondos públicos transferidos a nuestras organizaciones, para la ejecución de los programas artísticos culturales en el cantón de Belén proferidas el pasado 7 de diciembre en la Sesión No 71-2020.

Solicitamos disculpas públicas por cuanto han causado un daño irreparable a la honorabilidad y la transparencia de nuestras organizaciones, sus miembros directores y colaboradores, que, por el contrario, hemos demostrado con nuestro trabajo serio y responsable a lo largo de los años, ser aliados incondicionales del Gobierno Local en el desarrollo cultural belemita.

Importante señalar que nuestra gestión ha sido basada en la Política Cultural Municipal de Belén y apegada a los procedimientos de rendición de cuentas de la Contraloría General de la República y el Reglamento de Transferencias de la Municipalidad de Belén los cuales a la fecha han resultado de conformidad con la normativa vigente.

Expresamos ante la opinión pública que, si el accionar de nuestra gestión hubiese mostrado irregularidades en cuanto al mal uso de los recursos como se ha indicado en dicha sesión municipal, más allá de errores subsanables en la presentación de informes, la administración municipal ya hubiese dejado de girar recursos a nuestras organizaciones y presentado las denuncias respectivas ante las instancias judiciales correspondientes, lo cual a la fecha no ha sucedido.

Por lo tanto, reiteramos la solicitud al Concejo Municipal de Belén de brindar una disculpa pública por mancillar el buen nombre, el esfuerzo y la honorabilidad de las Asociaciones de Desarrollo Integral de La Ribera y La Asunción y la Asociación Cultural el Guapinol, sus miembros directores y colaboradores.

Imagen Periódico El Guacho.

Carta a Defensoría de los Habitantes

Fecha: 12 de agosto de 2020

Un cordial saludo señores de la Defensoría de los Habitantes y departamento que corresponda.

Después de saludarles, somos las asociaciones de desarrollo integral, El Progreso, Juanito Mora, Los Almendros y Gloria Bejarano venimos pidiendo su colaboración en cuanto a alguna asesoría o alguna resolución que nos pueda brindar, ya que nuestra población presenta muchas necesidades básicas de alimento, pues tanto la Municipalidad de Puntarenas como la Comisión Nacional de Emergencias CNE, se habían comprometido en cuanto a los tres meses de Ayuda Humanitarias donde dan una canasta básica de alimentos para los más necesitados de dichas comunidades, cabe mencionar que se nos hizo efectiva la entrega el primer mes pero luego no han cumplido con los próximos meses.

Por otro lado, es importante aclarar que el 28 de abril del presente año nosotros los de las asociaciones nos hicimos presente en una reunión donde se nos comunicó este plan de tres meses y se tomó este compromiso, dicha reunión fue llevada a cabo por parte de la Comisión Nacional de Emergencias asimismo estuvieron presentes otras entidades gubernamentales como Instituto Mixto de Ayuda Social IMAS, Municipalidad de Puntarenas, DINADECO, varias asociaciones de desarrollo entre otros.

Igualmente faltan varias comunidades que ni se les ha hecho efectiva la primer entrega, nos dimos cuenta que no es por falta de recursos ya que en la Universidad Estatal a Distancia UNED ubicada en el cocal de Puntarenas, tienen resguardados varios paquetes de estas canastas básicas de alimentos y aún no sabemos porque no se han entregado. Solicitamos se nos dé una explicación y por lo pronto una solución. Consideramos que con el hambre de las personas no se puede andar ‘jugando», como bien es sabido la pandemia, la crisis que vive el país actualmente ha provocado una disminución de los ingresos de las personas y nuestras comunidades no son la excepción.

En fin, solicitarnos audiencia con las entidades involucradas como la Municipalidad de Puntarenas, específicamente con el Consejo de Municipal, con la Comisión Nacional de Emergencias CNE, que cabe recalcar que ya anteriormente nos hemos comunicado con ellos pero que no nos han solucionado y dado una buena explicación del porqué no se cumple con lo establecido ese 28 de abril en dicha reunión ya antes mencionada, queremos que se les haga entrega de estas ayudas humanitarias a las comunidades primeramente que no han recibido nada y posteriormente las segundas entregas a las comunidades que ya antes recibieron.

Por último, reiteramos todo el agradecimiento hacia ustedes por todo en lo que nos puedan colaborar.

ADI Asociación de Los Almendros y Gloria Bejarano
ADI Asociación del Progreso
ADI Asociación Juanito Mora

 

*Imagen ilustrativa.

San Carlos y su mitológica excepcionalidad

Adriano Corrales Arias*

A mediados de junio San Carlos ingresó a la calificación de los cinco cantones con más diagnósticos de coronavirus en el país. La Región Norte, a la que pertenece el cantón junto con Guatuso, Los Chiles, Río Cuarto, Upala, Sarapiquí, parte de San Ramón y Zarcero, concentra la mayor afectación del país. Lo anterior, qué duda cabe, obedece a la extensa zona fronteriza que posee; al otro lado, la dictadura familiar Ortega/Murillo, cual, si se tratase de una novela del realismo mágico o maravilloso con visos de terror, ha desdeñado la presencia del Covid-19, el cual ya es una pandemia de contagio comunitario en el hermano país. Muchos nicaragüenses que trasiegan por los nudos ciegos de esa amplia, lluviosa y compleja línea fronteriza, llegan contagiados y no guardan cuarentena. Pero ellos, según las cifras, están lejos de ser el mayor foco de contagio.

Cientos de sancarleños, alarmados, mejor dicho, asustados, han pegado el grito al cielo, incluido el sui generis alcalde. Varias comunidades se han “organizado” para protestar y no permitir la instalación de centros de atención sanitaria. Se ha desatado una ola de xenofobia que culpabiliza a los nicaragüenses, desconociendo o invisiblizando la triste historia de migrantes que han repoblado la región desde inicios del siglo XX, siempre huyendo de las patéticas condiciones políticas y socieconómicas de su país. Sobre ello volveré más adelante. Lo que me interesa señalar es que muchos habitantes del cantón más extenso de Costa Rica, y uno de los más prósperos, se parapetan en la supuesta exclusividad del mismo, reforzada por odas, ditirambos y canciones folclóricas que aluden a que “mi linda tierra” es única en el país y en el mundo, y que podría sobrevivir aislada del país (¿y de Nicaragua?) pues es poderosa y auto sustentable.

La mitología sancarleña que, con justa razón, critica el vallecentrismo sociocultural y político imperante, hace que también desde el centro se incube un imaginario que desvirtúa la realidad, tanto del cantón como de la región. Cuando se habla de sancarleños, en el valle central imaginan ganaderos o comerciantes, “polos con plata,” casi millonarios en un lugar donde llueve no solo agua, sino cántaros de leche y miel, durante trece meses al año. Si bien San Carlos concentra importantes polos de desarrollo como Ciudad Quesada, La Fortuna, Aguas Zarcas, Pital o Venecia, también posee amplios territorios con agudos problemas socioeconómicos. Las asimetrías, incluso al interior de esos mismos distritos, como en el resto del país, son extraordinarias.

Cutris, por ejemplo, es uno de los distritos más grandes de Costa Rica, el más extenso del cantón, junto a Pocosol; en conjunto suman 1504 km², lo que representa casi el 3% del territorio nacional. Pero incuban el drama y las contradicciones propias de un país sumido en la deriva neoliberal desde hace cuarenta años. Su nivel de infraestructura es pésimo, sus rutas de penetración desastrosas. Sí, han experimentado algunas mejoras por parte de la municipalidad (financiadas por la cooperación alemana); muchos kilómetros fueron reparados, aunque en lastre, así que, con los años y las lluvias, el deterioro se acrecienta. Y a malos caminos, peores puentes; la mayoría son viejos y construidos con tucas o tipo hamaca, o los ya tristemente célebres “Bailey”. Muchos son arrastrados por aguas crecidas en época lluviosa. Los comités de vecinos invierten esfuerzos y recursos propios para repararlos pero la burocracia poco ayuda; algunas estructuras de metal esperan a la orilla de ríos para su instalación. Son caminos restringidos por su condición de casi inaccesibilidad; grandes charcos y barriales impiden el paso de vehículos que no sean 4×4 y, en momentos extremos, de cualquier automotor. Eso provoca escasos y pésimos servicios de transporte público. El caballo sigue siendo el principal medio de transporte, o el sustituto posmoderno (para quienes pueden): la motocicleta.

En una zona altamente lluviosa, paradójicamente, el agua se convierte en otro grave problema. A pesar de ser una región casi devastada por madereros con los incentivos financieros que recibieron décadas atrás para talar grandes extensiones, aún sobreviven parches de bosques y hasta es posible encontrar nacientes de agua. Pero la atomización local y la falta de apoyo municipal, hace que en muchas comunidades no existan acueductos para llevar agua potable a sus pobladores. Es común encontrar pozos artesanales construidos a pico y pala sin más paredes que la misma tierra, lo que los convierte en depósitos de aguas lodosas, algunos cercanos a los escusados: bombas de tiempo en términos sanitarios. Pocas familias, por razones económicas, tienen pozos perforados con paredes de alcantarillas y desinfección rutinaria. En varios poblados, donde los hay, los puestos de salud presentan una infraestructura lamentable.

La electrificación es de reciente ingreso gracias a la condición solidaria de la cooperativa de electrificación (Coopelesca RL) y a los grupos locales que han servido de contraparte para el financiamiento de las obras. Largas distancias y malos caminos afectan también la atención de las emergencias. El Comité Auxiliar de Cruz Roja de Santa Rosa atiende a los dos extensos distritos. Es quizás el Comité Auxiliar que más territorio cubre en todo el país con los obstáculos agregados de caminos y puentes inexistentes o en mal estado. Sus funcionarios son auténticos héroes sancarleños. De tal modo que las asimetrías y carencias son enormes, no así las respuestas de las instituciones gubernamentales, incluida la municipalidad. La organización local, por el escaso valor electoral para los partidos tradicionales, es débil y presa del clientelismo, en especial las Asociaciones de Desarrollo donde las hay. Por eso la presencia de proyectos como los de la minería a cielo abierto abrió el apetito de muchos dirigentes comunales, así como la utopía del “desarrollo” en comunidades dejadas, históricamente, a la mano de Dios. Este complejo tema requiere de un artículo aparte. Hasta el momento no se han producido iniciativas tangibles que permitan un mejor desarrollo social para Cutris donde, de nuevo, la minería ilegal propicia la reaparición de voces que exigen la actividad extractivista.

Por otra parte, el imparable avance del cultivo de la piña se suma e incide con mayores calamidades como la contaminación con agroquímicos. Es el caso de comunidades como Santa Rita, La Tabla y Santa Isabel de Río Cuarto, cuyas Asadas se vieron en problemas por la contaminación de sus fuentes de agua. También causó indignación el incidente en agosto del año pasado en la comunidad de San Juan de Platanar, distrito de Florencia, cuando la fumigación de una piñera alcanzó a la escuela local y causó la hospitalización de varios menores de edad, docentes y padres de familia. De manera tal que San Carlos y la Región Norte son territorios con problemáticas muy complejas debido a una historia singular y al abandono del Estado, mismo que ha venido siendo desmontado por la contrarreforma neoliberal de la oligarquía criolla, empresas transnacionales y, sobre todo, organismos financieros internacionales, con la aviesa intención de convertir en negocio sus servicios estratégicos.

Recordemos que la región, en su parte norte, fue colonizada, en primera instancia, por nicaragüesnses. Huleros, raicilleros, cazadores y traficantes nicas esclavizaron y exterminaron a cientos de indígenas guatusos; los cazaban como venados. Hasta los años sesenta del siglo pasado la presencia del estado costarricense era casi nula; la moneda de curso en comunidades como Upala, Los Chiles, San Rafael de Guatuso o Boca de San Carlos, era el córdoba nicaragüense. Casi todos los pobladores de la linea fronteriza poseen vínculos familiares a ambos lados. Mientras tanto, la colonización del sur de la región a finales del siglo XIX y principios del XX, expresamente San Carlos, se dio por habitantes del valle central o de cantones vecinos como Naranjo, San Ramón, Grecia, Atenas, incluida la misma Alajuela. La herencia cultural entonces en Ciudad Quesada y los principales focos de desarrollo como La Fortuna, Aguas Zarcas, Venecia o Pital, es vallecentrista, es decir, individualista, desconfiada, católica y conservadora. Sin embargo, por lo rudo de dicha colonización, el sancarleño “sureño” también desarrolló un fuerte emprendedurismo, una vocación de ayuda mutua y una tendencia a la organización comunal (cooperativa) para enfrentar emergencias o edificar infraestructura comunitaria. De tal modo que un vecino de Ciudad Quesada, a pesar de sentirse sancarleño de “mi linda tierra”, en el fondo piensa parecido que un josefino respecto de sus congéneres en Cutris o Pocosol, por ejemplo. El vallecentrismo se replica de una manera obscena. Y ni se diga lo que se piensa acerca de los vecinos del norte.

En la década de los años noventa, con los inicios de la contrarreforma neoliberal (Paes), el país intenta incorporarse a los procesos de globalización de la economía mundial. La racionalidad económica del nuevo modelo hace que algunas actividades acudan a la contratación de población migrante. Los sectores de la agricultura de exportación como el banano, el café, la caña y los llamados productos no tradicionales (yuca, cítricos, macadamia, piña, melón, etc), basan su “fortaleza” en la utilización intensiva de fuerza de trabajo migrante contratada en precarias condiciones. El desarrollo turístico y la creciente informalización de la economía también abrieron espacios para la inserción de nicaragüenses en la construcción y otras actividades del sector servicios. Estas dinámicas ocurren en el marco de una modificación del mercado laboral costarricense caracterizada por la variación en la oferta laboral donde los trabajadores costarricenses gozan de salarios relativamente altos, puesto que la legislación laboral contempla un importante aporte del sector patronal a la seguridad social y se asegura una serie de prestaciones sociales. Por otra parte, los niveles educativos de la población costarricense le permiten desplazarse hacia sectores como el industrial y servicios, dejando un vacío en las labores menos calificadas, que son ocupadas por nicaragüenses.

Lo anterior permite comprender que ciertamente Nicaragua, por sus lamentables condiciones socieconómicas y políticas, es un país que expulsa mano de obra y a su población en general, pero que la nueva y asimétrica estructura productiva montada sobre un Estado Social de Derecho cada vez más fracturado y amenazado, propicia también la inmigración constante en busca de trabajo y sustento. San Carlos y la Región Norte son espacios donde, por la cantidad de empresas agroexportadoras instaladas, esta realidad es cotidiana y múltiple. En los últimos años, mucha mano de obra costarricense no calificada ha sido desplazada por la migrante, la cual no protesta ni exige las garantías sociales tal y como el costarricense suele hacerlo. Aunque la nueva y cada vez más anti trabajadora legislación, acorde con el estado galopante de la contrarreforma, ha empezado a cerrar derechos como el de sindicalización, de huelga o de salarios crecientes incluido. Hasta el seguro social quieren eliminar para favorecer grandes intereses que desean lucrar con la salud.

Así pues, las manifestaciones de muchos sancarleños oponiéndose a la instalación de centros de recuperación para el Covid-19 en sus comunidades, o en contra de los migrantes nicaragüenses, obedecen a un marco ideológico individualista y xenófobo, pero sobre todo chauvinista, potenciado por una falsa excepcionalidad. No dudo de que muchas de esas manifestaciones tóxicas estén siendo alentadas por intereses espurios y por predicadores de la mala fe, es decir, políticos de baja monta, esos que pululan en busca de curules o puestos gubernamentales. La incidencia de nuevos fundamentalismos religiosos es, probablemente, otro de los agentes que agitan la hoguera. Aterran esas expresiones por su aspereza filo racista, por la intolerancia y las falacias que esgrimen. Ojalá que la pandemia no produzca una hecatombe, pero que nos procure mayor humanidad, solidaridad, justicia y compasión, no sólo para combatir esas absurdas y peligrosas posiciones, sino para defender y profundizar el Estado Social de Derecho que permita el cierre de las grandes desigualdades que sufrimos; pero en especial la ignorancia, el chauvinismo, la xenofobia y la peligrosa intoxicación ideológica que padecemos.

*Escritor.

Imagen tomada de https://www.francetvinfo.fr

Comunidades progresan con el Banco Nacional

El Banco Nacional cuenta con una política de sostenibilidad que genera  progreso socio-económico en diversas comunidades de Costa Rica. Gracias al trabajo coordinado con asociaciones de desarrollo integral, se han puesto en operación 22 proyectos productivos comunales que benefician a más de 1500 familias por medio de la generación de empleo y encadenamientos productivos.

Comunidades como San Luis de Monteverde, Carate-Corcovado, Sabalito, San Rafael de Abangares y Cahuita son solo algunas de las beneficiadas con un capital semilla no reembolsable que aporta el Banco Nacional. Gracias a estos recursos se ejecutan proyectos como lecherías, centros turísticos, restaurantes y hasta un novedoso laboratorio para la reproducción asistida de abejas reina en Sabalito, Zona Sur del país.

Silvia Chaves, directora de Responsabilidad Social del Banco Nacional indicó que En total se ha destinado más de 441 millones de colones y se ha apoyado a más de 170 mil personas».

Foto: Asociación de Desarrollo de San Luis de Monteverde ganó premio por su gestión responsable. El Programa de Turismo Rural Comunitario se hizo acreedor del galardón “Territorios Sostenibles, Empresa Pequeña”. El Banco Nacional aportó capital semilla para el proyecto.

 

Foto y texto explicativo tomado de:

https://www.facebook.com/bnmascerca/posts/1501643626538030