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Etiqueta: guerra

Manifestación pacífica: ¡No al TLC con Israel!

Este viernes 25 de octubre, a las 5 pm en la Cancillería Casa Amarilla se estará llevando a cabo una manifestación pacífica para protestar la legitimación de Israel y sus actos genocidas por el contacto comercial con Costa Rica.

Le invitamos a participar, y hacer un llamado a que Costa Rica, baluarte de la democracia y de la paz, no comercie con sangre. Agregamos el enlace abajo a la publicación.

No permitamos que nuestro país legitime las atrocidades que comete Israel contra el pueblo palestino!

¿Derrotarán los bombardeos al pueblo palestino?

Óscar Madrigal

Oscar Madrigal

Llama la atención que en Gaza a pesar de la destrucción causada por los bombardeos diarios del ocupante ejército israelí y el genocidio reinante, el pueblo gazatí se levanta diariamente a continuar con su vida, a poner a funcionar lo que quede de los hospitales, a continuar con la vida escolar de niños y niñas, a organizarse para hacer frente al hambre y a las enfermedades. El pueblo de Gaza no se rinde y continúa luchando por vivir.

Esto es así porque la esencia del ser humano es la solidaridad, la ayuda mutua, la colaboración colectiva.

En el libro “Dignos de ser humanos”, el autor Rutger Bregman, cuenta que en la víspera de la II Guerra Mundial, Churchil y los militares británicos esperaban el bombardeo de Londres por las fuerzas de Hitler, asumiendo que ello provocaría el caos, el pánico, que la ciudad sería un pandemonio, que millones de ciudadanos se derrumbarían mentalmente y que el Ejército no daría abasto para controlar a las masas. Todos los militares esperaban ese resultado de los bombardeos. El 7 de setiembre de 1940 Hitler bombardeo Londres con más de 80 mil bombas desapareciendo barrios enteros. ¿Cómo reaccionó la gente después? Los niños seguían jugando, los comercios abrieron, los ciclistas reaparecieron, pubs o cantinas siguieron funcionando. Por supuesto, lo que si había era mucho dolor y mucha rabia y dolor por los familiares y amigos perdidos, pero también mucha solidaridad entre todos, fueran ricos o pobres, de derecha o izquierda. La sociedad británica salió fortalecida en varios aspectos. Hitler y Churchil se equivocaron. La conclusión de un estudio fue: “no hay pruebas de que los bombardeos socaven la moral del pueblo”.

Por supuesto que los británicos devolvieron el golpe. En una sola noche bombardearon Dresde y causaron tantas muertes de hombres, mujeres y niños como en Londres a lo largo de toda la guerra. Más de la mitad de las ciudades de Alemania quedaron destruidas por completo. Churchil prefirió bombardear a la población que a objetivos militares considerando que ello diezmaría la moral de la población. Sin embargo, el comportamiento del pueblo alemán fue semejante al pueblo británico: no hubo histeria colectiva, la solidaridad entre vecinos era extraordinaria, la juventud asistía a los heridos y a los que habían perdido la casa.

Luego de la guerra se hizo un estudio para determinar si los bombardeos era una estrategia apropiada para ganar una guerra. La conclusión fue categórica: los bombardeos civiles habían sido un fiasco.

En Vietnam los Estados Unidos lanzó 3 veces más bombas de las que cayeron en Alemania y el fracaso fue aún más grande.

Hoy es claro que la capacidad de resistencia a los bombardeos civiles es una cualidad humana, que en Gaza y ahora en Líbano se está poniendo en evidencia.

El pueblo palestino está demostrando una resistencia al ocupante increíble, probando que no será derrotado ni borrado del mapa a pesar de la muerte de más de 200.000 hombres, mujeres y niños, que es la cifra aportada recientemente por la revista británica The Lancet.

El pueblo palestino vive bajo bombardeos diarios en una zona encerrada, donde no tienen agua, ni alimentos, ni medicinas, en la peor masacre humana de los últimos tiempos. Y a pesar de ello resiste.

Los bombardeos a civiles por la cúpula militar y política genocida de Israel no derrotarán al pueblo palestino, solo dejan en evidencia el carácter inhumano de una camarilla fanatizada y sedienta de sangre.

La amenaza del fascismo

Por Arnoldo Mora

Ante el sombrío panorama que actualmente se cierne sobre la humanidad entera, sólo me cabe evocar aquello de que un fantasma recorre el mundo: el fantasma del fascismo. Pero por desgracia, ahora no se trata tan sólo de un fantasma sino de una angustiante realidad, que no se percibe en sueños como una pesadilla, sino como una amenaza real que se vive tanto más agudamente cuanto más despiertos estemos. La amenaza del fascismo no es sólo la que incuba una conflagración que alcanzaría hasta el último rincón del planeta, sino que traería acarreado el fin de la vida en el mismo. En efecto, los conflictos más graves que hoy vivimos como son los de la guerra en Ucrania y en Medio Oriente, involucran como agentes directos a potencias dotadas de un arsenal nuclear capaz de destruir todo vestigio de vida sobre la tierra; en ambos casos, Rusia e Israel, no ocultan el poderío de que disponen; en ambos escenarios bélicos, la confrontación es entre Occidente y las potencias emergentes.

Es dentro de este tétrico contexto, como consecuencia de la crisis estructural en que está sumergida la economía postneoliberal que surgen movimientos fascistoides, tanto en Europa como en nuestro continente americano, sea en el Norte, sea en Nuestra América. La característica fundamental de los movimientos fascistas actuales, donde quiera que hayan surgido y cualesquiera que hayan sido las circunstancias que los hayan provocado y alimentado, es que consideran las libertades democráticas y las instituciones que las sustentan, como el causante principal de todos los males que se ciernen sobre las masas populares; de ahí, que el demagógico lenguaje que emplean tiene como objetivo conquistarse el apoyo de esas masas gracias al carisma de un líder mesiánico en quien éstas depositan toda su confianza; todo lo cual se da dentro de un contexto de crisis de la democracia formal debido a que la democracia social ha sido socavada. Una vez en el poder, estos líderes pseudomesiánicos se convierten en sanguinarios déspotas, que desnaturalizan los partidos políticos y los convierten en sectas fundamentalistas, como ha hecho Trump con el Partido Republicano, recurriendo a actitudes xenófobas, racistas y supremacistas que justifican recurriendo a creencias religiosas; esos líderes se sienten investidos de poderes supernaturales porque creen ser los representantes de su dios en la tierra. Los ejemplos son múltiples, basta con mostrar algunos. En las grandes manifestaciones en Núremberg, Hitler decía a una masa enardecida que él era el hombre que la divina providencia había enviado a salvar al pueblo alemán; en las moneda que mandó a acuñar, la peseta, Franco rodeaba su efigie con un texto que decía: “Caudillo por la gracia de Dios”; el régimen norteamericano ha justificado sus reiteradas y genocidas agresiones imperiales al traspatio del Sur, invocando una doctrina pseudoteológica denominada “El destino manifiesto”; hoy el gobierno de Israel es liderado por movimientos fundamentalistas que recurren a textos bíblicos para justificar las masacres en Gaza; los regímenes de seguridad nacional, impuestos por Kissinger en Nuestra América legitimaban el terrorismo de Estado argumentando que lo hacían para “salvaguardar las civilización cristiana del peligro del comunismo ateo”; un pastor evangélico fue el mayor genocida que ha tenido Guatemala en su historia… Y no sigo, los ejemplos mencionados son prueba suficiente de lo que digo.

La amenaza fascista se ha agravado por el peligro de que cualquier conflicto local degenere en una amenaza de guerra planetaria recurriendo a esas infernales armas nucleares, es real. Por desgracia, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no está en capacidad ni siquiera formal – dado que las grandes potencias tienen el derecho al veto – de convertirse en instrumento eficaz de garantizar la paz a esta enloquecida especie que se autocalifica un tanto narcisistamente “sapiens”. Dichosamente los pueblos parecen estar dando muestras de sensatez. Así en Europa, países donde el movimiento fascista ha crecido hasta el punto de que han estado a punto de conquistar el poder, como es el caso de España y más recientemente Francia, los sectores democráticos han logrado mantener el poder. Otro tanto han hecho en Nuestra América Colombia, Chile, Honduras, Guatemala y las grandes potencias de la región, Brasil y México. Pero el peligro sigue latente y amenazante, como lo muestran Bolsonaro y Milei en Sudamérica, el fascismo imperante en Italia y el creciente movimiento Alternativa para Alemania, esas mismas potencias donde nació el nazifascismo en la primera postguerra, y que son las principales responsables de la más sangrienta conflagración que ha tenido la humanidad, como fue la II Guerra Mundial que causó más 50 millones de muertes y, al final, hizo surgir la bomba atómica. Hoy ninguna de esas amenazas ha desaparecido.

Conviene no olvidar que todo este tétrico panorama que hoy aterroriza a la humanidad ha sido provocado por el hombre mismo y no por cataclismos causados por la Naturaleza, como se dio durante los siglos y milenios de la evolución. Por eso, la solución de estos problemas provocados por el hombre está en manos del mismo hombre. Y ésta es radical, como radical es la problemática que la suscita. Se trata de hacer que la humanidad y, sobre todo, sus dirigentes, abandonen de una vez por todas y para siempre la idea de que el poder viene de la violencia y recuerden las enseñanzas de los grandes maestros que dieron origen a la culturas originales: los filósofos de Grecia y los profetas de Israel; el patriarca de los primeros, Sócrates, nos enseñó que la raíz de todos los males está en la ignorancia, por lo que la solución a los desafíos que se plantean a la humanidad radica en cultivar una sabiduría basada en las luces de la razón. En cuanto a la prédica de los profetas bíblicos, Isaías, el mayor de ellos, decía que la paz es obra de la justicia; todo lo cual lo resumió Jesús de Nazaret en el maravilloso Sermón de la Montaña. Figuras como Gandhi, Martin Luther King, Monseñor Romero, quienes con su sangre sellaron la fidelidad a sus principios, nos señalan el camino; en el campo de las ciencias, figuras emblemáticas como Pasteur en ciencias de la salud y Oppenheimer en ciencias físicas, señalan el camino para hacer de la ciencia un instrumento al servicio del bienestar y de la paz, y no para el lucro y la guerra. En política, debemos crear un Estado planetario con poder suficiente como para hacer realidad tan sublime como impostergable utopía. Si no se logra, el s. XXI será el último de la especie sapiens.

Peace Boat Viaje 117 Proyecto Hibakusha

El Peace Boat Viaje 117 Proyecto Hibakusha es parte de la organización Peace Boat, una ONG japonesa dedicada a concientizar sobre la inhumanidad de las armas nucleares. Tiene una iniciativa «Viajes Globales por un Mundo sin Armas Nucleares» que ha estado activo desde 2008 y de la que participan más de 170 Hibakusha (sobrevivientes de Hiroshima y Nagasaki).

El viaje de 2024 tendrá una duración del 13 de abril al 26 de julio de 2024 (105 días) y según el itinerario el viaje partirá y regresará a Yokohama, cubriendo 18 puertos en 21 países. Los participantes estarán divididos en dos grupos: los Hibakusha, de los que forman parte el señor Terumi Tanaka de la ciudad de Nagasaki, la señora Toshiko Tanaka de la ciudad de Hiroshima y el señor. Tadayoshi Ogawa de la ciudad de Nagasaki también. Por otro lado, están los jóvenes comunicadores, la señorita Huang Rongyuan y el señor Joel Naoki Christoph.

Los objetivos del proyecto se pueden clasificar de la siguiente manera: la conciencia y acción que busca sensibilizar sobre la amenaza constante de las armas nucleares y promover la participación en el Tratado para la Prohibición de Armas Nucleares, la colaboración global que por su parte trabaja junto a ICAN (ganador del Premio Nobel de la Paz 2017) para compartir el mensaje de paz y acción a través de generaciones y fronteras, el rol de los Hibakusha que actuarán como «comunicadores especiales por un mundo sin armas nucleares», acreditados por el gobierno japonés y finalmente el apoyo institucional, que contará con el apoyo de las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, entre otras organizaciones pro paz.

Ahora bien, respecto a los objetivos específicos se busca destacar la inhumanidad de las armas nucleares utilizando las voces y experiencias de las víctimas de Hiroshima, Nagasaki y pruebas nucleares, además de fomentar la disposición global para prohibir las armas nucleares y promover acciones concretas hacia la eliminación de las armas nucleares.

Además de las ciudadanos de Hiroshima y Nagasaki, se ha recibido apoyo adicional por parte de los Alcaldes por la paz, la Confederación Japonesa de Organizaciones de Afectados por Bombas Atómicas y de Hidrógeno (Nihon Hidankyo), la Fundación Cultura de Paz Hiroshima y la Fundación de Nagasaki para la Promoción de la Paz.

Respecto a la agenda del evento, está la agenda principal y la agenda de recepción. El cronograma de cada una se detalla a continuación:

Agenda principal

  • 10:00 a.m.: Recoger a la delegación del Peace Boat en Puerto.
  • 10:30 a.m.: Recibimiento de delegaciones en el campus UNED.
  • 11:00 a.m.: Recepción de bienvenida.
  • 12:00 m.d.: Almuerzo.
  • 1:00 p.m.: Foro I: Sobrevivientes de Hiroshima y Nagasaki.
  • 2:15 p.m.: Refrigerio.
  • 2:30 p.m.: Foro II: Sobrevivientes ucranianas.
  • 3:45 p.m.: Regreso a San José.
  • 4:00 p.m.: Delegación visita el Peace Boat.

Agenda recepción: Esta agenda detalla las actividades y horarios para la recepción y eventos relacionados con la visita del Peace Boat y los sobrevivientes de Hiroshima, Nagasaki y Ucrania.

  • 11:00 a.m.: Bienvenida y reconocimiento de autoridades invitadas: Vanessa Vaglio y 
  • 11:05 a.m.: Palabras del representante de UNED: Sindy Scafidi Ampie.
  • 11:10 a.m.: Palabras de  Lydia María Peralta Cordero.
  • 11:20 a.m.: Palabras de Randall Chavarría.
  • 11:25 a.m.: Palabras del representante de la UPaz: Dra. Stephanie Knox.
  • 11:30 a.m.: Palabras de Vanessa Vaglio y Giovanny Blanco Mata.
  • 11:35 a.m.: Palabras de representante de delegación Peace Boat.
  • 11:40 a.m.: Acto Cultural.
  • 12:00 m.d.: Almuerzo.

En este evento se involucró la UNED, UPaz y Mundo Sin Guerras como gestor nacional.

Racismo, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad cometidos en el territorio del Estado de Palestina

Reseña del programa, Conversando sobre el racismo, con la participación de los profesores Jorge Barrientos y Nicolas Boeglin en Radio 870 UCR

¿Hay racismo en el genocidio en Palestina? Para responder adecuadamente a tal pregunta, es necesaria una contextualización sobre el conflicto. Se puede hacer énfasis en los eventos ocurridos a partir del siglo XIX, entre los que destacan las corrientes nacionalistas que tomaron auge en Europa y entraron en tensión, entre ellas el nacionalismo judío y el movimiento sionista en 1897, como una repercusión al odio ideológico que existía contra los judíos en Europa. De tal manera, y en busca de un territorio donde vivir, la población judía se organizó puesto a que están dispersos en diferentes lugares de Europa al ser una nacion sin tierra y esto se logra con ayuda del movimiento sionista.

Ahora bien, esta idea empieza a reforzarse desde 1910-1914, con el inicio de la Primera Guerra Mundial, cuando el Imperio Turco Otomano era el que tenía  posesión sobre Medio Oriente, de manera que administraba la región de Palestina. El movimiento sionista tenía la intención de asentarse en esta región que contaba con las tres religiones reveladas, además de ser una región estratégica de recursos naturales y rutas comerciales, por lo que la región siempre se ha visto involucrada en diferentes tipos de conflictos incluso desde tiempos del Imperio Romano.

Después de la Primera Guerra Mundial, la religión de Medio Oriente es repartida entre el imperialismo británico y francés, de manera que los británicos tenían acuerdos con los movimientos sionistas para propiciar la llegada de población judía a Palestina. Sin embargo, incluso durante estas situaciones, ya existía población judía en Palestina y convivían sanamente. Es después de la Segunda Guerra Mundial que se fomentan mucho las migraciones y la toma o la compra ilegal de las tierras de parte de la población judía hacia la población campesina y empobrecida de Palestina. Sin embargo, anterior a esto, es importante recalcar cómo el movimiento nazi-facista se encargó de expulsar a la población judía de toda Europa. El problema que esto representa es que tanto el movimiento sionista así como el movimiento nazista buscaba colocar a la población judía en Medio Oriente y es a partir de aquí, después del Holocausto, que se hace necesario colocar a la población judía en un territorio estable, libres de la violación de derechis humanos de los que fueron víctimas.

Con la polémica distribución territorial de la ONU en 1948, en la que se parte a Palestina en dos fracciones, en la que se le da un 56,88% al nuevo Estado de Israel y aproximadamente el 42, 50% al territorio palestino, es cómo empieza la primera guerra entre arabes-judíos, en la que se empezó a expulsar por la fuerza a los palestinos de sus casas, trabajos o actividades.

Un aspecto fundamental es el Derecho Internacional Público. Este existe a partir de 1945 en semejanza a la creación de las Naciones Unidas, Corte Internacional de Justicia, Consejo de Seguridad y la Asamblea General. Además, a partir de 1958 se crea la Corte Penal Internacional que no juzga Estados, sino que juzga a indivivduos que en el ejercicio de su funciones no sancionan a sus subalternos que cometen actos repudiables tales como el genocidio, el crimen de lesa humanidad y el crimen de guerra. Esta función del Derecho Internacional Público se está cerrando frente al Estado de Israel, el cual está totalmente descarrilado y  que a modo de venganza, la emprenden contra la población civil palestina en Gaza. Con declaraciones oficiales del Primer Ministro así como del Ministro de Defensa, hay toda una narrativa para deshumanizar a los palestinos, con el objetivo de hacer creer que el grupo Hamas es una organización militar terrorista y que toda la poblacion civil palestina apoya el terrorismo, buscando así la justificación de sus actos, de manera reiterada.

Se han asesinado incluso 100 periodistas, de manera que el Estado de Israel busca que no exista evidencia alguna que pueda contradecir lo que realmente sucede en Gaza, lo que lleva a que Israel viola completamente las normas del Derecho Público Internacional también irrespeta  que la población civil no puede ser considerada un objetivo militar. Por otro lado, el Derecho Internacional Humanitario es esa pequeña parte del Derecho Público Internacional que busca hacer un poco más humano lo que por definición es inhumano que es la guerra. Protege a la población civil, las ambulancias, los hospitales, las que Israel está destruyendo además de la infraestructura pública como las universidades, mezquitas, iglesias y bibliotecas. 

Hamás, fundado en 1987, reaccionó al extremismo y violencia del ejército israelí, considerado por algunos como el primer perpetrador de terrorismo al atacar civiles. Israel controla Gaza, comparada a un campo de concentración, afectando severamente la vida de los palestinos.

Israel recibe apoyo significativo de potencias occidentales, como EE.UU., que proveen armas. Costa Rica, aunque se presenta como una nación pacífica, ha mostrado complicidad con Israel, priorizando relaciones comerciales sobre los derechos humanos palestinos. Los ciudadanos costarricenses deberían exigir una postura más crítica y solidaria. El genocidio en Palestina plantea una pregunta crucial: ¿cómo reaccionarían los costarricenses si enfrentaran una situación tan inhumana y aterradora?

¡Qué nunca nos olvidemos de África!

Alberto Salom Echeverría

Qué desoladoras son las guerras

¡Qué horrible y patético que las fuerzas obedientes del genocida Netanyahu hayan bombardeado Ráfah, en Palestina! ¡Qué tétrico que los militares de Israel hubieran bloqueado el paso a los bomberos de Egipto, después de haber bombardeado e incendiado bodegas de alimentos! ¡Cuán funesta fue la acción militar del grupo militar de Hamás sobre Israel, ocasionando la muerte de personas inocentes y llevándose rehenes israelíes que todavía los tiene bajo su poder! ¡Qué provocadora y cobarde que fue esta acción, que facilitó que un hombre desequilibrado y cruel como Netanyahu, presidente de Israel, haya desatado toda su furia sobre la población palestina en la franja de Gaza!

¡Qué tristemente doloroso ver y escuchar por medio de un video, a un hombre de 69 años, declarando que nunca había visto un bombardeo como el perpetrado recientemente sobre Ráfah, nunca vio una guerra semejante!

¡Qué espantosa la guerra en Ucrania que estalló el 6 de abril del 2014 (y que demoró hasta el 24 de febrero del 2022), cuando los tanques ucranianos T-64, durante la batalla de Debáltseve derrumbaron edificios en la ciudad de Lysychansk, contra población civil, niños incluidos, al estallar la guerra del Dombás (o Donbás) y Luhansk, en Ucrania oriental! ¡Salvajes actos militares con el pretexto de someter a la población prorrusa! ¡Qué tristemente célebre la posterior invasión rusa a Ucrania, justo en el 2022, cuando mediante copiosa explosión de misiles por bando y bando, han dejado un “horrible coste humano”, que remonta ya a la cifra de 30.457 víctimas civiles!

Sin embargo, ¡cuán esperanzador comienza a ser que, decenas de miles de estudiantes y profesores, en grandes ciudades europeas y estadounidenses, se manifiesten ya en los campus universitarios, de algunas de las más prestigiosas universidades, protestando contra la crueldad de la invasión de las tropas de Netanyahu, tras la invasión inhumana por toda la franja de Gaza, que ha ocasionado la muerte de 34. 488 palestinos; mientras otros 77. 643 han resultado heridos!

Cuán ensombrecedor resulta en cambio, que en el continente que sigue siendo el más pobre del mundo, África, estén teniendo lugar numerosas guerras, bastante crueles; solo que en África no hay esperanza, por lo pronto, de que el mundo reaccione con la misma urgencia contra las guerras y conflictos armados, con que ha comenzado a manifestarse ante la masacre que Netanyahu y sus bastiones militares han desatado contra Palestina.

El continente africano su situación social y económica, sus conflictos

África posee una superficie de 30,37 millones de Km2; en ese extenso territorio, es donde la pobreza se manifiesta de una manera más atroz y es igualmente donde se concentra la mayor cantidad de personas miserables y sin porvenir del planeta. Al continente lo integran después de que concluyó el colonialismo europeo, que lo dejó maltrecho, empobrecido y desintegrado en la pasada centuria, 54 Estados soberanos, tres territorios dependientes y varios otros integrados en Estados no africanos como son Francia, España y Portugal. En este continente, de donde migró, hace miles de años el “Homo Sapiens” al resto del mundo, hoy se hablan alrededor de 1.500 lenguas y dialectos; con ello, entre otros factores, se advierte el grado de complejidad política, de la geografía humana que existe en este inmenso territorio.

Como veremos adelante, África no es el continente más poblado, posee el 13% de la población mundial, pero en él habita el 33% de la totalidad de las personas “sin pan” de la Tierra, o sea una tercera parte del total. En este devastado continente, una cuarta parte de la población padece de desnutrición. La pobreza es de tal magnitud que, de acuerdo con los datos de los organismos financieros internacionales, el conjunto de los países de esta región del mundo solamente produce el 1.6% del Producto Interno Bruto del Mundo (PIB mundial). Solo en el África Subsahariana, una de las regiones más pobres de la tierra, situada al noroeste, el 46% de los habitantes vive en situación de miseria extrema, con menos de un dólar por día. La cifra se ha duplicado en los últimos veinte años. (Cfr. https/www.once.es/google.com ¿Cuáles son los 54 países del continente africano?)

¿Y a qué se debe esta crisis económica y humanitaria? La ONU lo atribuye a cuatro factores, por su orden: los conflictos armados, la falta de inversión extranjera, el cambio climático y su deuda externa. Según datos del Banco Mundial, la población de África era en el 2020, aproximadamente de 1.373 millones de personas; entre el 39% y el 65% de esa población vivía en la pobreza extrema, dispersa a todo lo largo y ancho del inmenso territorio.

De acuerdo con una cita que hemos extraído del matutino “el Tiempo” de Bogotá, “Los conflictos armados han dificultado el desarrollo económico (…) La falta de inversión extranjera, debido a la percepción del continente y la corrupción, ha impedido el desarrollo económico del lugar. El clima y el cambio climático evitan que las tierras de África sean aptas para ganado o cultivos. La sequía, la desertificación y la erosión del suelo dificultan la producción de alimentos y la supervivencia de las comunidades rurales. Por último, la deuda externa limita su capacidad para invertir en el desarrollo económico y social.” (Cfr. ¿Por qué África es el continente más pobre del mundo? Estos son los motivos.” Periódico El Tiempo, Bogotá, Colombia. 9.05.2023).

Los conflictos armados en África

Estamos incluyendo en esta categoría de “Conflictos armados” los siguientes: guerras, batallas, levantamientos y pronunciamientos políticos y militares, así como atentados terroristas desarrollados en el 2024, pero la mayoría de los conflictos poseen hondas raíces históricas. El continente africano durante la pasada centuria (siglo XX), fue literalmente desbaratado por las potencias occidentales europeas que se lo repartieron como si fuera un pastel de su propiedad. Así lo desunieron, provocaron hondas y crueles divisiones de tribus, muchas de las cuales, apenas en el siglo pasado eran una sola. Fue de este modo como se crearon países que fueron inventados por los europeos, imponiéndoles sus fronteras, su cultura (idioma, religión, etc.), explotándolos económicamente de manera inmisericorde, imponiendo la esclavitud y extrayéndoles las materias primas, para el beneficio exclusivo de las potencias europeas.

Hoy África es el tercer continente en tamaño después de Asia y América; pero es el segundo más poblado después de Asia. Posee una inmensa riqueza en recursos naturales; a la postre, este es parte del problema político y militar en África, porque esa riqueza genera la codicia por poseerlos y continúa atrayendo a grandes potencias de occidente que la han desbastado. La población civil es, desde luego, la principal víctima. Por esa razón, entre otras, allí se concentra prácticamente la mitad de los cuarenta conflictos armados que se registran en la actualidad en el mundo.

Entre los casos más sonados de estos conflictos se detectan: el que tiene lugar en Etiopía, con cambio climático encima y una desastrosa hambruna; la República Democrática del Congo y la guerra por los recursos; la República del Congo que enfrenta a las milicias “Ninja” frente a los paramilitares. Otros conflictos de singular importancia en África que desangran a sus jóvenes y hasta niños involucrados en ellos, son los de Yemen, Malí, Níger, Burkina Faso, Somalia donde se escenifica un viejo conflicto, Chad, Sudán del Sur y Mozambique. Diversas intervenciones de los Estados Unidos están presentes, así como otras potencias occidentales europeas y China, que se disputan los ingentes recursos que hay en los países africanos; si bien, hay que reconocer que la República Popular China, es uno de los países que más ha invertido en el desarrollo de diferentes naciones de África.

Uno de los resultados de todos estos conflictos, se ha traducido en las constantes migraciones de millones de seres humanos, que huyen del continente africano hacia los países desarrollados. En estas migraciones, de hace décadas, se producen cantidades de muertes por hambre, ahogados en los océanos y mares durante la travesía, o asaltados por las bandas que los pretenden para usarlos como carne de cañón en sus enfrentamientos con otros grupos o sectas, con motivaciones económicas, político-militares, tráfico de droga o de cualquier otra índole.

Algunas de las guerras más devastadoras en África y sus consecuencias

Guerra en Somalia. La guerra de facciones y la profunda sequía que padece este país, constituyen las mayores calamidades de su población. La guerra, abate a los somalíes desde sus inicios en el año 1991. Recientemente han arreciado los combates en Mogadiscio, su capital. Los enfrentamientos han diezmado a sendos grupos militares, ya sea los milicianos de Al Shabaab o las fuerzas gubernamentales de la Unión Africana, sin que se haya resuelto el hondo enfrentamiento, más bien ha recrudecido.

Guerra de Chad. Este país es uno de los más inestables desde el punto de vista político. El enfrentamiento armado lleva muchos años y ha provocado la muerte de miles de sus ciudadanos, la hambruna y escasez de recursos económicos que se requiere para invertir en desarrollo socio económico. Chad está en peligro de una guerra generalizada en todo el territorio.

Guerra en Sudán del Sur. En este país la guerra lleva más de dos décadas y es una de las más crueles y devastadoras de África. Millones de personas han huido del país, aunque muchos han perdido la vida en la travesía, a causa de las enfermedades y otras circunstancias. Sudán se ve abatido por conflictos tribales de naturaleza étnica, que no parecen tener una solución inmediata.

Guerra del Congo. El Congo sufre de intensa violencia y saqueos. En este país conviven cientos de grupos paramilitares y otras tantas milicias de autodefensa comunitaria. Se consideran que han muerto cerca de 5 millones de personas, desde el inicio del conflicto en 1996. Además, se estima que la población que ha emigrado a consecuencia de la guerra y las calamidades subsecuentes ronda los 5,5 millones de personas.

Conclusión. En el continente africano existen 7 de 10 de los más grandes campos de refugiados que hay en el mundo, de acuerdo con datos de la Organización Internacional para las Migraciones OIM. Según esta organización de los 258 millones de seres humanos que son migrantes en el planeta, el 14% nació en África. A pesar de esta situación tan espeluznante, que constituye una crisis humanitaria a lo largo y ancho de todo el continente africano, el mundo no le está concediendo la atención y solidaridad que merece y urge. África sigue siendo víctima del saqueo por parte de las potencias principalmente occidentales, sin que las Naciones Unidas, ni las organizaciones humanitarias o de Derechos Humanos hayan podido movilizar los recursos indispensables para invertir en el desarrollo de este sector de la población mundial.

Más bien, África se ha convertido en un territorio ultrajado por una parte y olvidado por otra. El auxilio humanitario para lograr un radical cambio de la situación se torna impostergable, antes de que el incendio social y político se termine de propagar por todas partes.

“Un grito por la vida y la justicia” Universidad Bíblica Latinoamericana – Pronunciamiento

Universidad Bíblica Latinoamericana

“Un grito por la vida y la justicia”

Pronunciamiento

Desde la Universidad Bíblica Latinoamericana observamos con angustia y preocupación el recrudecimiento de violencia en territorios palestinos. Como Raquel en Ramá, nos “lamentamos y tenemos un llanto amargo” por la muerte de palestinos, como también de civiles israelíes. Tras décadas de despojo y sometimiento, Gaza y Cisjordania se encuentran hoy bajo una cruenta ocupación que crece día tras día, y de forma acelerada se incrementa el número de víctimas inocentes en dichos territorios considerados Tierra Santa para las tres religiones monoteístas: judía, cristiana y musulmana. 

Como institución de educación teológica, nos preocupa el uso de argumentos y lenguajes religiosos para justificar la violencia; discursos que hacen un uso inadecuado de escritos y símbolos, particularmente la Biblia, con relación a Dios, madre y padre, dador de la vida y defensor de los y las débiles. 

Violencia no solo de balas y las bombas que ponen en evidencia el desprecio por la vida humana dejando miles de personas muertas y heridas; sino también la insana destrucción de la infraestructura habitacional y de hospitales, el bloqueo de ayuda alimentaria y médica. Todo eso ha ocasionado condiciones de hacinamiento que están contribuyendo a la propagación de la desnutrición y enfermedades que afectan a toda la población.

Ante este Vía Crucis que atravesamos como humanidad, el guardar silencio implica la complicidad contra quienes son los y las personas crucificadas de la historia. Como Universidad Bíblica Latinoamericana nos resistimos a justificar la violencia y la muerte y levantamos nuestra voz y afirmamos lo siguiente: 

Denunciamos:

Los procesos de colonización y despojo surgidos desde inicios del siglo XX, promovidos por potencias imperiales, y que han traído la conmoción y la violencia a los territorios de Palestina e Israel, con incontables vidas perdidas. 

La irracional violencia militar ejercida contra la población civil palestina está sujeta a los asesinatos extrajudiciales, la ejecución de civiles, el bombardeo de zonas habitacionales y la infraestructura de salud, así como el impedimento al acceso de recursos médicos y alimenticios. 

La violencia ejercida con la complicidad de los países más poderosos, pone en evidencia una necropolítica, como llama Achille Mbembe, a los estados que ejercen la “licencia para matar” bajo un discurso de orden y de seguridad.   

El irrespeto a los mínimos acuerdos internacionales de defensa de los derechos humanos, negados sistemáticamente para el pueblo palestino por las instituciones y poderes globales. 

La instrumentalización de la religión, de la fe, de los símbolos y objetos sagrados, para legitimar el exterminio y la violencia contra los pueblos. 

Afirmamos:

La voluntad del Dios de la vida, que nos invoca a la construcción de sociedades pacíficas, inclusivas, y que defiendan a todas las personas que las conforman, especialmente a quienes son objeto de violencia, sometimiento y opresión. 

La urgencia de un alto al fuego y a las hostilidades en Gaza y Cisjordania, así como la provisión de los recursos básicos – alimentación, salud, infraestructura habitacional – para las poblaciones desplazadas que hoy se encuentran al borde de la muerte. 

El derecho a la paz, al bienestar, a la dignidad, y al territorio, para todos los pueblos, sin importar su procedencia étnica, su cultura o su religión. 

La constitución de una solución que garantice el derecho a la reivindicación, a la vida y a la justicia del pueblo palestino, en su tierra ancestral.

Pascua de Resurrección, 2024

El mundo de Charles Michel a las tres y media de la mañana

Gilberto Lopes, en San José
27 de marzo de 2024

Eran las tres y media de la mañana cuando lo despertó una llamada del presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski anunciando la invasión de su país. Al oír su voz sombría, el presidente del Consejo Europeo (el órgano que agrupa a los jefes de Estado y de gobierno de los 27 estados miembros), el belga Charles Michel, comprendió que el orden internacional surgido de la II Guerra Mundial había cambiado para siempre.

Michel, un conservador que encabezó un gobierno de coalición en su país entre 2014 y 2019 antes de asumir la presidencia del Consejo Europeo, lo cuenta en un artículo que publicó el pasado 19 de marzo en el diario español El País.

En su visión del mundo, ante las nuevas amenazas que enfrenta Europa, “es necesario reforzar nuestra capacidad de defender el mundo democrático, tanto por Ucrania como por Europa”.

Hoy, en Europa, esa defensa es entendida casi exclusivamente como un desafío militar. Michel lo resume con un viejo cliché: “Si queremos la paz, debemos prepararnos para la guerra”.

Son frases potentes, uno de cuyos efectos principales es eximirnos de pensar. ¿De qué guerra nos habla Michel? ¿De la OTAN contra Rusia?

Michel repite afirmaciones que oímos con frecuencia hoy: “Rusia no se detendrá en Ucrania, del mismo modo que no se detuvo hace diez años en Crimea”.

“Rusia constituye una grave amenaza militar para nuestro continente europeo y para la seguridad mundial”. Prosigue con sus tácticas de desestabilización en todo el mundo, en Moldavia, en Georgia, en el Cáucaso meridional, en los Balcanes Occidentales e incluso en el continente africano”.

Ningún analista serio, ni político ni militar, confirma la idea de que Rusia, una vez finalizada la guerra en Ucrania, se disponga a avanzar sobre sus vecinos europeos. Estaríamos hablando de una guerra contra la OTAN, de un conflicto nuclear. Eso no tiene sentido y es precisamente la naturaleza nuclear de esa guerra lo que le quita todo sentido a la frase de Michel. A menos que estemos todos dispuestos a la tragedia que eso significaría.

Pero Michel no tiene dudas: –Nos enfrentamos a la mayor amenaza a nuestra seguridad desde la Segunda Guerra Mundial, asegura.

Otras visiones del mundo

David Milband, exsecretario de Estado para Asuntos Exteriores del Reino Unido (2007-2010), publicó, hace un año, un artículo con el título de “El mundo más allá de Ucrania” (“The World Beyond Ukraine”. Foreign Affairs, abril 2023).

Ahí dice que la invasión de Ucrania produjo una notable unidad de acción de las democracias liberales del mundo. Pero –agregó– esa unidad de Occidente no fue respaldada por el resto del mundo. Dos tercios de la población mundial, dice Miliband, vive en países oficialmente neutrales, o apoyan a Rusia en este conflicto, incluyendo notables democracias como Brasil, India, Indonesia o Sudáfrica.

Esa distancia entre Occidente y el resto del mundo –agrega el político inglés– “es el resultado de una profunda frustración –ira, en realidad– por la forma como Occidente condujo la globalización desde finales de la Guerra Fría”.

Algo similar ha dicho el presidente ruso, Vladimir Putin. Es una de las razones por las que explica su decisión de irrumpir en el escenario internacional de tal manera, que ha hecho a Michel decir que el orden internacional, heredado de la II Guerra Mundial, “había cambiado para siempre”.

Lo cierto es que una guerra con la OTAN es vista como poco probable por muy diversos analistas. Aunque, naturalmente, dada la naturaleza de la guerra en Ucrania, no se puede descartar, incluyendo la posibilidad de que se desate por un mal cálculo o hasta por accidente.

El pasado 24 de marzo, por ejemplo, Polonia afirmó que un proyectil ruso lanzado contra una base ucraniana cerca de la frontera polaca, había sobrevolado su espacio aéreo por cerca de 40 segundos. Y pedía explicaciones al gobierno ruso, que al final decidió no dárselas, porque Polonia no presentó prueba alguna de lo que estaba afirmando.

Dos días antes, un ex oficial norteamericano, Stanislav Krapivnik, dijo al medio ruso RT, que el gobierno polaco estaba preparando a su población para una guerra con Rusia. Recordó afirmaciones del jefe del Estado Mayor polaco, general Wieslaw Kukula, de que Rusia “se estaba preparando para un conflicto con la OTAN” en la próxima década. Lo que, para Krapivnik, es parte de la preparación psicológica del pueblo para la guerra. No descartó tampoco que Polonia pueda descargar un ataque preventivo contra Rusia, con apoyo de países como la República Checa, o los países bálticos, lo que desataría un inevitable conflicto con la OTAN.

En todo caso, un estudio hecho para la Rand Co. por Samuel Charap y Miranda Priebe, publicado en enero del año pasado, con el título de “Avoid a long war”, concluye que, para Estados Unidos, es más importante evitar tanto una guerra entre la OTAN y Rusia, como una guerra de larga duración entre Rusia y Ucrania.

Todos se sienten amenazados

Predomina entre diversos políticos europeos una misma visión alarmista. Joschka Fischer, exministro de Relaciones Exteriores de Alemania y líder de los verdes, ha insistido en que “no se trata solo de la libertad de Ucrania. Se trata de todo el continente europeo”. Rusia quiere borrar a su vecino del mapa, asegura.

¿Cómo imaginar una guerra de Rusia para conquistar el continente europeo? Fischer se siente amenazado. Michel también. No fue Rusia la que se acercó a las fronteras de la OTAN. Fueron las fronteras de la OTAN las que se fueron acercando a Rusia durante 40 años. Pero esa es una reflexión que no está en el razonamiento de esos políticos europeos.

Como dice el ministro de Relaciones Exteriores sueco (el último país a incorporarse a la OTAN), Tobias Billstrom, “armar a Ucrania es una forma de enfrentar los apetitos de Moscú”. Me parece que Moscú podría pensar que esa es una forma de alimentar los apetitos de la OTAN en su contra.

Para el ministro sueco, en todo caso, no son su país, ni la OTAN, los que constituyen un problema; es el comportamiento irresponsable e imprudente de Rusia, que procura reconstruir su viejo imperio en el Báltico.

¿No se les ocurre pensar que Rusia también se siente amenazada y que antes de invadir Ucrania advirtió muchas veces del riesgo que representaba para ellos el avance sistemático de la OTAN hacia sus fronteras?

Un asomo de sensatez

El tono belicista ocupa cada vez más el espacio del debate. La cumbre de la Unión Europea, el pasado 22 de marzo, “llegó precedida de un ambiente belicista como no se recordaba en Bruselas en muchos años”, dijeron los corresponsales de El País.

La UE pidió a la sociedad civil que se prepare para “todos los peligros”. Michel pidió a Europa pasar “a un régimen de economía de guerra”. En Alemania, una ministra sugirió introducir en los colegios cursos de preparación para enfrentar conflictos.

Se va creando un ambiente de histeria belicista que ha terminado por asustar a algunos de los mismos dirigentes europeos. “No me siento reconocido cuando se habla de convertir Europa en una economía de guerra, ni con expresiones como la tercera guerra mundial”, dijo, en Bruselas, el jefe de gobierno español, Pedro Sánchez.

No es que discrepe de la sugerencia de Michel, de prepararse para la guerra, aunque no comparte el tono que ha adoptado el debate. Pero su propia ministra de Defensa, Margarita Robles, recordaba hace unos días, en una entrevista, que “un misil balístico puede llegar perfectamente desde Rusia a España”.

El mismo representante de la política exterior de la UE, Josep Borrell, quién, con frecuencia, ha alimentado ese ambiente guerrerista, ha preferido ahora advertir contra la tendencia de andar asustando a los ciudadanos europeos con una guerra, exagerando la amenaza de un conflicto directo con Rusia.

“He oído voces que hablan de una guerra inminente. Gracias a dios la guerra no es inminente. Vivimos en paz. Apoyamos a Ucrania, pero no somos parte de esa guerra”. No se trata, para Borrell, de que los soldados europeos “vayan a morir a Donbass”.

Un riesgo que el presidente de Francia y otros países, especialmente los bálticos y Polonia, parecen dispuestos a correr. El canciller de Ucrania, Dimitry Kuleba, en entrevista para Politico, el pasado 25 de marzo, no descartó que países europeos decidan desplegar tropas en Ucrania para contener los avances rusos. “Si Ucrania pierde –aseguró–, Putin no se detendrá”.

Es evidente que la afirmación de Borrell está cargada de contradicciones. Es difícil entender que viven en paz mientras la participación de la OTAN es cada vez mayor en una guerra a la que han desviado recursos que multiplican muchas veces los destinado a cualquier otro de sus proyectos en el mundo.

Fascismo como extrema derecha

«Los políticos europeos están perdiendo la cabeza. La voz de la paz está retrocediendo por completo. Muchos líderes políticos europeos están sufriendo una psicosis de guerra», en opinión el ministro húngaro de Asuntos Exteriores, Peter Szijjarto, el pasado domingo 24.

Hungría –a la que, con frecuencia, acusan en Europa de “populista” y de “extrema derecha”– es un país opuesto a los proyectos de enviar armas a Ucrania.

“Populismo”, un concepto que ha alimentado miles de muy variadas páginas académicas, tiene la ventaja de evitar muchas complicaciones a los periodistas. El calificativo, inútil para explicar el escenario político, sirve para salir del paso sin necesidad de mayores elaboraciones. Les ahorra mucho pensar a ciertos periodistas.

En Alemania le dedican particular atención al papel de un partido al que ubican en la “extrema derecha”: Alternativa para Alemania, AfD por sus siglas en alemán.

El Grand Continent (publicación del Groupe d’études géopolitiques, un centro de investigación independiente con sede en la École Supérieure de París, fundado en mayo de 2019), ha decidido acompañar los abundantes procesos electorales previstos para este año con una serie de entrevistas. Para el caso alemán, entrevistó al historiador Johann Chapoutot (la entrevista puede ser vista aquí: https://legrandcontinent.eu/es/2024/03/24/que-significa-la-afd-en-alemania-una-conversacion-con-johann-chapoutot/)

Chapoutot habló sobre lo que significa AfD para Alemania. “La AfD pasó de un enfoque centrado en cuestiones monetarias a una postura populista más pronunciada”, asegura. “Como muchos partidos de extrema derecha, propone un discurso populista que promete devolver el poder al pueblo frente a una élite que supuestamente se apresura a oprimirlo”.

Pero el mismo Chapoutot –que acude aquí al concepto de “populismo”– aporta elementos para un análisis más profundo sobre esa derecha alemana, extrema, ciertamente, pero representada en las más diversas formaciones políticas del país, no solo en AfD.

En Baviera, donde los muy conservadores socialcristianos de la CSU dominan el panorama electoral, AfD encuentra “poco o casi ningún espacio” para desarrollarse. El fuerte particularismo bávaro parece limitar su avance en una región donde el dominio de una derecha bastante radical (CSU y Freie Wähler) es “abrumador”, dice Chapoutot.

Tras la reunificación de Alemania, en 1990 –insiste Chapoutot–, jóvenes del Este se volcaron al nacionalismo, en respuesta a lo que percibían como un robo de identidad de cara a la dominación occidental, tras la caída de la RDA.

Un desempleo del 30%, la liquidación de la industria y de la artesanía de Alemania Oriental, la violencia de la “toma del poder” (Übernahme) o de la “anexión” (Anschluss) por parte de las empresas de Alemania Occidental provocaron un trauma social “cuya intensidad nos cuesta medir, y cuyas secuelas culturales y políticas siguen muy vivas 35 años después”, agrega.

Helmut Kohl, canciller demócrata cristiano que condujo el proceso de unificación, y su ministro de Hacienda, Wolfgang Schäuble (el mismo que, años después, impondría condiciones leoninas en la renegociación de la deuda griega, para salvar a los bancos alemanes comprometidos con esos préstamos) habían permitido a las empresas renunciar a la legislación laboral, a cambio de que se instalasen en el Este. Y que se volvieron un laboratorio de “políticas sociales”, impuestas a continuación en el Oeste por los socialdemócratas Gerhard Schröder y Peter Hartz, con sus ofertas de “mini jobs” para os alemanes desempleados.

Chapoutot nos recuerda el acercamiento de los verdes a la CDU, los mismos verdes que integran la actual coalición de gobierno con los socialdemócratas y liberales, y defienden una agresiva política contra Rusia.

Los liberales (FDP), cada vez más extremistas en sus posiciones conservadoras, asumen las propuestas más duras de la AfD, dice Chapoutot. Al igual que la extrema derecha, el FDP es anti-ecologista, pro-empresa, anti-impuestos, anti-estándares… La propuesta de bajar impuestos tiene como corolario la destrucción de los servicios públicos y el abandono de las infraestructuras.

Esa es la extrema derecha alemana y europea que, según las más diversas estimaciones, no solo se consolidará en el escenario político europeo (en el Parlamento, en la Comisión y en el Consejo) en las elecciones de junio próximo, sino que se inclinará aún más hacia la derecha, sin que haga falta, para comprender lo que está en juego, acudir a “populismos”, ni a la búsqueda de posiciones más extremas, porque no las hay (aunque se discrepe sobre migración y algún otro tema).

Los mismos que luchan contra Rusia, sostienen a Ucrania y a Israel, y piensan que para conseguir la paz hay que prepararse para la guerra, en vez de negociar una paz que ofrezca a los europeos (y al resto del mundo) seguridad y garantías de un desarrollo común.

No es necesario reforzar la capacidad europea “de defender el mundo democrático, tanto por Ucrania como por Europa”, como pretende Michel. El problema, esta vez, es que una nueva guerra europea nos arrastrará a todos, pondrá fin a la humanidad, tal como la conocemos. En una guerra así no habrá espectadores. Seremos todos víctimas.

FIN

OTAN: ¿Una confrontación de décadas con Rusia?

Gilberto Lopes

13 febrero 2024

Con el dedo en el gatillo

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) debe prepararse para una confrontación de décadas con Rusia, dijo su secretario general, Jens Stoltenberg, en una entrevista concedida a la cadena alemana Welt en febrero.

Una afirmación así queda resonando en la cabeza: ¿Una confrontación de décadas con Rusia? ¿Es posible imaginar algo así? ¿Es para eso que nos tenemos que preparar?

Es lo que piensa el jefe del Estado Mayor del ejército alemán, general Carsten Breuer. Como Stoltenberg, tiene el cuidado de afirmar que la confrontación no es “inevitable”, pero la estima posible en los próximos cinco años. Y especula con los tiempos necesarios para la preparación adecuada del ejército alemán para esa guerra.

¿En qué guerra estará pensando el general? ¿Otra vez? ¿No hemos aprendido nada de las dos anteriores a las que su ejército llevó el mundo?

Alemania no es una potencia nuclear. Pero es miembro de la OTAN. Tiene detrás a Estados Unidos, Francia e Inglaterra, potencias nucleares. ¿No tiene el mundo nada que decir sobre las especulaciones de Stoltenberg y del general alemán?

La última guerra “mundial” empezó antes de que existiera la bomba atómica. Pero terminó con la explosión de una, de potencia muy modesta comparadas con las actuales.

Stoltenberg llamó a reconstruir las reservas militares de los miembros de la OTAN y ampliar rápidamente su base industrial, para aumentar los suministros a Ucrania y reponer sus propias reservas. A adaptar la industria a los tiempos de guerra.

Como si los países miembros de la OTAN estuvieran en condiciones económicas de hacer un esfuerzo de esta naturaleza, cuando los agricultores protestan en las calles, la economía alemana se ralentiza y el país se enfrenta a un proceso de desindustrialización, consecuencia, entre otras cosas, de los atentados contra los gasoductos Nord Stream y del corte del suministro energético ruso.

El alemán y el noruego no son, naturalmente, los únicos a alinearse con esta perspectiva. En diciembre, Martin Herem, jefe de las Fuerzas de Defensa de Estonia, afirmaba, en declaraciones a un canal local, que Rusia estaría lista para atacar la OTAN dentro de un año, al terminar el conflicto en Ucrania. Los jefes militares de los demás países bálticos, de Finlandia, de Suecia y otros, se aventuran a hacer las mismas predicciones y llaman a prepararse para la guerra contra Rusia.

La misma idea que sugiere Ed Arnold, investigador del Royal United Services Institute (RUSI), una institución inglesa dedicada al estudio de temas de seguridad y defensa, para quien los países de la OTAN “deben estar listos para la guerra” contra Rusia. Arnold recuerda que el documento sobre “Concepto Estratégico”, adoptado por la OTAN en 2022, considera Rusia ya no un socio sino una amenaza.

Parece evidente que en estas circunstancias lo único sensato es sacar el dedo de esa gente del gatillo y crear las condiciones para que sus sueños no se cumplan. Serían la última pesadilla para la humanidad.

Putin se acerca a Europa

No hace muchos años, la perspectiva de una mayor integración europea parecía tomar vuelo. A fines de noviembre del 2010 Putin, entonces primer ministro de Rusia, visitaba Alemania y anunciaba el acuerdo con la OTAN para la construcción de un escudo antimisiles en suelo europeo. La Unión Europea, después de una cumbre con Rusia, saludaba la perspectiva de que, finalmente, se incorporarían a la Organización Mundial de Comercio (OMC), lo que ocurrió en agosto del 2012.

Pero quizás aún más importante fue la propuesta de Putin, hecha en declaraciones al diario Süddeutsche Zeitung, de integrar una comunidad económica que se extendiera desde Lisboa a Vladivostock.

“Apoyamos la idea de crear una zona de libre comercio entre Rusia y la UE” respondió la entonces canciller alemana, Angela Merkel. Hace tiempo –agregó– “Rusia ha dejado de ser un enemigo para ser un socio de Alemania y de la UE”.

Las advertencia de Putin

La propuesta no puede ser debidamente valorada sin una mirada al escenario internacional que Putin, tres años antes, había expuesto en la Conferencia de Múnich sobre Políticas de Seguridad. La misma conferencia que se realizará de nuevo este mes de febrero, ahora sin la participación de Rusia.

Terminaría Putin su segundo período como presidente de la República en 2008. Empezó su exposición afirmando que el formato de la conferencia le permitía decir lo que realmente pensaba sobre los problemas de seguridad internacional.

Hacía dos décadas había terminado la Guerra Fría, con el triunfo de Occidente y la disolución de la Unión Soviética. Pero el mundo unipolar surgido entonces no funcionaba.

¿Qué es un mundo unipolar?, se preguntó Putin. “Es un mundo donde hay un señor, un soberano”, se respondió. “Es un mundo pernicioso para todos, no solo inaceptable sino imposible en el mundo de hoy”. “Es algo que no tiene nada en común con la democracia”.

Hay que leer esos discursos, si queremos seguir el rastro de los conflictos de hoy.

“Lo que está ocurriendo en el mundo es el intento de introducir estos conceptos en los asuntos internacionales”, dijo. “Constantemente están tratando de enseñarnos sobre democracia. Pero, por alguna razón, aquellos que nos enseñan no quieren aprender ellos mismos”. Estamos viendo un hiper abuso de la fuerza militar en las relaciones internacionales, que está empujando el mundo al abismo de conflictos permanentes. “Una nación –y naturalmente estamos hablando principalmente de Estados Unidos­– actúa más allá de sus fronteras y trata de imponer a otras naciones sus intereses políticos, económicos, culturales y educacionales”.

¡Nadie se siente seguro, esto es extremadamente peligroso!, advirtió. “Hemos llegado a un momento decisivo en el que debemos pensar seriamente en la arquitectura de la seguridad global”.

Ya entonces se refirió a la expansión de la OTAN hacia el este. Esa expansión no tiene nada que ver con la modernización de la alianza, ni con el establecimiento de mayores normas de seguridad en Europa. Por el contrario, “representa una seria provocación que reduce el nivel de confianza mutua”. Tenemos el derecho a preguntarnos: ¿contra quién va dirigida esa expansión?

Y citó declaraciones del entonces Secretario General de la OTAN, el general Manfred Wörner quien, en Bruselas, el 17 de mayo de 1990, había asegurado que “no ubicar armas de la OTAN fuera del territorio alemán le daba a la Unión Soviética una firme garantía de seguridad”.

¿Dónde están esas garantías?, se preguntó Putin en Múnich.

El año siguiente, en abril del 2008, en su reunión de Bucarest, la OTAN se felicitaba de las aspiraciones de Ucrania y Georgia de incorporarse a la organización. Y le reiteraban a Rusia que su politica de ampliación (de “puertas abiertas”, decían) “lejos de representar una amenaza para nuestra relación, ofrece oportunidades para profundizar los niveles de cooperación y estabilidad”. Una afirmación que, naturalmente, Moscú no compartía.

La intervención de Putin en Múnich fue extensa, imposible de resumir aquí. Quien quiera conocer sus puntos de vista debe acudir al texto, disponible en inglés en la página del Kremlin.

Pero sus preocupaciones ya estaban claramente expresadas, tres años antes de la visita del 2010 a Alemania y de la cumbre con la Unión Europea (a la que ya nos referimos) y 15 años antes de la intervención militar en Ucrania.

Para sectores conservadores (y aquí me limito a hacer referencia a dos artículos publicados en el diario español El País) “Putin se presentó con su habitual cinismo y estilo directo”, como publicó su corresponsal Andrés Ortega desde Múnich, el día siguiente. Desde su punto de vista, “lo que excitó los ánimos en Múnich fueron las críticas tan directas de Putin a Estados Unidos”.

Más recientemente, solo dos meses después de la invasión rusa de Ucrania, una escritora de origen checo, Monika Zgustova, se refería, también en El País, al discurso de Putin en Múnich, 15 años antes, afirmando que pretendía “recuperar el territorio perdido tras el final de la Guerra Fría” y vender a los europeos un “sueño”: “desde Vladivostok hasta Lisboa, Rusia debería compartir con Europa algo más que la seguridad”.

¿Nuevas reglas o un juego sin reglas?

En octubre del 2014 Putin hizo otro largo discurso en el Club de Valdai, en pleno desarrollo de la crisis provocada por las protestas de Maidán en Ucrania, apoyadas por Occidente, con las que se destituyó al presidente Viktor Yanokóvich e instaló un régimen afín en Kiev.

Las protestas, que se habían iniciado en noviembre del 2013, terminaron en febrero del año siguiente. El 18 de marzo Putin declara Crimea parte fundamental de Rusia, luego de un referendo en que una mayoría abrumadora en esa región se manifestó a favor de la medida.

En Valdai, Putin volvió a referirse al estado político del mundo. El tema de la reunión era “Nuevas reglas o un juego sin reglas”.

Victorioso en la Guerra Fría, Estados Unidos, “en vez de establecer un nuevo balance de poder, esencial para mantener el orden y la estabilidad, adoptó medidas que provocaron un desbalance agudo y profundo”, dijo Putin.

Este período de dominación unipolar mostró claramente que tener un solo centro de poder no hace más manejable el proceso global. Por el contrario, este tipo de construcción inestable se mostró incapaz de hacer frente a las “verdaderas amenazas”. Ucrania –agregó– “es un ejemplo de este tipo de conflictos, que afecta el balance internacional de poder, y estoy seguro de que no será el último”.

Les dijimos a Europa y a los Estados Unidos que medidas como la asociación de Ucrania a la Unión Europea representaba una serie de amenazas para nuestra economía, que era el mayor socio comercial del país. Insistimos en que era necesaria una discusión de estos temas. Nadie quiso oírnos, nadie quiso hablar con nosotros. Simplemente nos dijeron: estos no es asunto suyo. Punto, ¡fin de la discusión!

Ya entonces reiteró que los argumentos de que Rusia estaba tratando de crear una nueva clase de imperio, de someter a sus vecinos, no tenían fundamento. “Quiero enfatizar eso”, agregó Putin.

Tucker Carlson, el periodista que lo entrevistó en febrero, en Moscú, reiteró este punto de vista. Hablando en la Cumbre Mundial de Gobierno, en Dubái, el 12 de febrero, afirmó que la postura de Putin se ha endureciendo porque «Rusia fue desairada por Occidente». El líder ruso propuso al presidente estadounidense Bill Clinton que Rusia se adhiriera a la OTAN e intentó hacer un trato sobre misiles. “Fue la Alianza Atlántica la que rechazó a Moscú”, recalcó Carlson.

No hay tampoco “pruebas de que Putin tenga interés en ampliar sus fronteras», dijo. Rusia es el país más grande del mundo, no necesita recursos naturales. «No hay nada en Polonia que él quiera. No ganará nada tomando Polonia, salvo más problemas», agregó Carlson.

Al contrario, Putin ha insistido en su interés en negociar una salida a la crisis en Ucrania, propuesta rechazada tanto por la OTAN como por la propia Ucrania. Los informes militares de fuentes profesionales insisten en que los movimientos de las tropas rusas en Ucrania no son compatibles con el objetivo de conquistar militarmente todo el territorio del país.

Naturalmente, es una visión distinta a la de quienes insisten en que se trata de recrear un imperio y que un triunfo en Ucrania sería solo un primer paso en ese sentido. En su entrevista a Carlson, Putin insistió en que los Estados de la OTAN, al hablar de un posible conflicto nuclear, están «intentando asustar a su población con una amenaza rusa imaginaria».

El error más fatal

Echar una mirada hacia atrás ayuda a entender la crisis en Ucrania. No se trata de la visión rusa, que hemos venido analizando, sino de la de uno de los diplomáticos más destacados de los Estados Unidos, George F. Kennan (1904-2005), notable promotor de una política de contención de la Unión Soviética, en el inicio de la Guerra Fría.

Kennan, que vivió muchos años como diplomático en Moscú y fue embajador en Rusia durante un corto período, en 1952, en el gobierno de Truman, siguió acompañando la política internacional.

El 5 de febrero de 1997, cuando la OTAN negociaba su ampliación con tres países del antiguo Pacto de Varsovia –Chequia, Hungría y Polonia– Kennan publicó, en el New York Times, un artículo con el título de “Un error fatídico”.

“Algo de la mayor importancia está en juego aquí”, dijo. “Y quizás no sea demasiado tarde para exponer un punto de vista que –creo– no es solo mío, sino que es compartido por otros con una amplia y, en muchos casos, más recientes experiencias en los asuntos rusos. El punto de vista, expresado claramente, es que la expansión de la OTAN puede ser el más fatal error de la política norteamericana en toda la época de la post Guerra Fría”.

“Esa decisión puede exacerbar las tendencias nacionalistas, antioccidentales y militaristas en Rusia”, “puede restablecer la atmósfera de la Guerra Fría y empujar la política exterior rusa en una dirección que no nos gustaría nada”. Esto –agregó– “es doblemente desafortunado, considerando lo completamente innecesario de esta medida”.

Sobre la reacción rusa, Kennan advertía que no les quedaba más opción que aceptar la ampliación de la OTAN, pero lo seguirían considerando como una amenaza de Occidente. Podrían entonces “buscar en otra parte garantías para un futuro seguro y esperanzador”.

En abril de 1951, en plena Guerra Fría, Kennan –uno de los artífices del Plan Marshall, con que Estados Unidos consolidó sus posiciones en Europa después de la II Guerra Mundial– publicó en Foreign Affairs otro artículo: “America and the Russian Future”.

Ahí escribe que los países bálticos no deberían nunca más ser forzados a tener ningún tipo de relación con Rusia, si no quisieran, pero estarían mal de la cabeza si rechazaban cualquier cooperación con una Rusia tolerante y no imperialista, interesada en dejar atrás los desgraciados recuerdos del pasado, para establecer las relaciones sobre la base del respeto mutuo.

Luego hablaría de Ucrania. Sus palabras son particularmente agudas, de un conocedor profundo de la idiosincrasia de ese pueblo.

Ucrania merece todo reconocimiento, por el carácter de su pueblo, por las posibilidades de desarrollar sus características culturales y lingüísticas. Pero –agregaba Kennan– “Ucrania es económicamente más parte de Rusia que Pensilvania de los Estados Unidos.

Como antiguo satélite de Rusia, debe recobrar totalmente su independencia, “pero no asegurarán un futuro estable y promisor si cometen el error de actuar con sentimiento de revancha y odio hacia el pueblo ruso, que compartió su tragedia”.

«Estoy exponiendo los hechos”

Como dijo Carlson en Dubái, «no estoy apoyando a Putin, soy estadounidense, no voy a vivir en Rusia, no amo a Vladímir Putin, estoy exponiendo los hechos». Parece una actitud sensata.

Distinta a la del canciller alemán, Olaf Scholz, para quien las explicaciones de Putin sobre las causas de la guerra son “absurdas”; o las del premier británico, Rishi Sunak, para quien son “ridículas” las apreciaciones de Putin sobre el papel de la OTAN y de los Estados Unidos en la provocación del conflicto.

Hay ideas mucho más peligrosas en Europa, como la del general polaco Jaroslaw Kraszewski, para quien el despliegue de armas nucleares en Polonia contribuiría a la seguridad del país. Retirado en 2019, Kraszewski hoy comercia con armas y municiones, entrena policías y militares y sueña con garantizar la seguridad de Polonia con armas nucleares norteamericanas.

Leer a Kennan (como oír a Putin) son tareas indispensables para entender y negociar un orden internacional adecuado al mundo de la post Guerra Fría, que reemplace el instaurado cuando los ganadores parecían convencidos –con mirada corta– de que habíamos llegado al “fin de la historia”.

FIN

Una hora crucial

Freddy Vargas Aguilar
Teléfono 8620 0780

  1. La humanidad se halla demasiado cerca de una guerra nuclear con dos guerras en donde uno de los países tiene poder nuclear y que, si la segunda se extiende, puede posibilitar un tercer conflicto, también con otro país con bombas nucleares.
  2. La hora final de un desastre ambiental se va acercando. Los pasos hacia allí no pueden decirse que sean silenciosos. Lo sabemos, así como que una nueva pandemia, más grave que la del COVID 19, es bastante probable.
  3. Paradójicamente, las mismas fuerzas económicas, tecnológicas, científicas, políticas que apuntan hacia un abismo oscuro son, a su vez, las que pueden emplearse para conseguir construir una humanidad solidaria, con justicia, con verdad.
  4. El amor, el deseo y la disposición para procurar lo mejor para sí mismo procurando, al mismo tiempo, lo mejor para el otro, haciendo uso de un universo que se nos ha dado gratuito, es un factor decisivo.

¿Quién está dispuesto?  ¿Quién se atreve?