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Etiqueta: indígena

Colegio Indígena de Rey Curré informa sus fechas de matrícula 2021

Uriel Rojas

El Colegio Indígena Yímba Cájc, situado en Rey Curré de Buenos Aires informa que ha abierto su segunda fecha de matrícula para estudiantes del curso lectivo 2021.

Las fechas habilitadas serán del 18 al 29 de enero, de 8am a 11 am.

De acuerdo a esta entidad educativa, los estudiantes que se inscriban podrán disfrutar de una serie de ventajas académicas, sociales, culturales y contextuales que le ayudarán a tener un exitoso proceso formativo al final del año lectivo.

La institución resalta las ventajas de contar con amplias y modernas instalaciones inmerso en un ambiente confortable, rodeado de una basta riqueza natural y cultural.

Ofrece además un excelente servicio de transporte para todas las rutas con personal capacitado, guías incluidos que acompañan durante el viaje diario de ida y regreso de los estudiantes.

Sala de cómputo con un dispositivo para cada estudiante, buena alimentación, gestión de becas, inglés conversacional, giras académicas, talleres, grupos de teatro, baile y coreografías, personal docente altamente capacitado, forma parte del menú de ofertas que tendrá este Colegio Indígena para este 2021.

Otra de las particularidades de este Colegio Indígena es que si el curso lectivo es presencial cuenta con todos los accesorios necesarios para aplicar los protocolos anti Covid 19 y si continúa a distancia, disponen de un personal docente debidamente preparado para seguir cumpliendo con los trabajos físicos y virtuales.

Se les recuerda a todos quienes asistan a matricular, favor portar de manera correcta sus mascarillas o tapabocas, lavarse las manos al ingreso y salida de la institución, guardar la distancia requerida, así como aplicar alcohol gel en sus manos de manera permanente.

La Dirección Administrativa garantiza que la primera semana de febrero estarán confirmando los respectivos horarios y disposiciones correspondientes a la modalidad en que se estará desarrollando el curso lectivo 2021.

Ya lo sabes: Tu matrícula es en el Colegio Indígena Yímba Cájc, del 18 al 29 de enero del 2021.

Detrás del discurso decolonial se esconde la mercantilización de cuerpos indígenas

Desde el Movimiento Indígena Interuniversitario nos sentimos sumamente indignadas (os) y molestas (os) con las actitudes de cierta persona, cuyas publicaciones y posicionamientos, según ella antiracistas e indigenistas, se han vuelto virales en los últimos días. Es a partir de esta preocupación, que la compañera Yanory Rojas nos comparte el siguiente comunicado, el cual esperamos aclare un poco la realidad como en verdad es, y que logre desmentir los «argumentos» planteados por esta persona, los cuales consideramos carecen de todo tipo de fundamento.

Detrás del discurso decolonial se esconde la mercantilización de cuerpos indígenas

Yanory Rojas Morales, indígena de la comunidad de Boruca y antropóloga.

El racismo es una de las múltiples formas de opresión, manifestado de diversas maneras; claramente los cuerpos de mujeres indígenas, históricamente, han sido presa de este problema social y político. Es un problema estructural, que personas escondidas detrás de bambalinas blancas tergiversan en beneficio propio.

Entre ayer y hoy recibí capturas de pantalla donde Stephanie Chaves hace referencia a una serie de afirmaciones y posicionamientos, dejando en claro por qué el racismo y lo que pasa en Estados Unidos tras el cruel asesinato de George Floyd no es un evento reciente, ni aislado.

Como yo, hay cientos de mujeres indígenas en Costa Rica quienes tenemos un legado ancestral, el cual trasciende nuestro color de piel (dicho sea de paso, la “piel café” no existe). El llamarse indígena no se autoimpone, es el resultado de todo un bagaje cultural construido por años, transmitido de generación en generación. Es un proceso colectivo complejo. Si bien es cierto que muchas (os) hermanas (os) indígenas han crecido fuera de los territorios originarios, siempre hay un ancla firme que les remonta a sus madres, padres o abuelos (as).

Al leer las publicaciones de Stephanie Chaves solo puedo ver la burla sin mesura a los pueblos originarios, reproduciendo un discurso sumamente peligroso y violento, detrás de un “le puedo educar”. Solo esa afirmación ya establece una superioridad. Cobrar dos dólares por “educar” o autoproclamarse “especialista” no sólo a costa de mujeres indígenas, sino de mujeres afrodescendientes, es una total contradicción con lo que usted misma profesa. Es caer en apropiación cultural, y lo hace porque ciertamente es una mujer con privilegios.

Cuando usted menciona que es la única mujer feminista indígena de Costa Rica en el spotlight, ignora las verdaderas luchas de mujeres indígenas que están colocando sus cuerpos en la recuperación de tierras al sur del país, invisibiliza el ímpetu de doña Luisa Bejarano, mujer ngäbe que encabeza la lucha por la cedulación. Ofende a las hijas, nietas, sobrinas de Paulina Leiva, hablante fluida del idioma brunca, quién no cobró un solo colón para difundir su conocimiento. Lo importante para estas mujeres no es el dinero, es el bienestar colectivo, es la lucha por mantener vivas las raíces. Desde su spotlight resulta muy cómodo lucrar con las luchas de otras mujeres. Eso es racista, colonial y mercantilizar cuerpos. Eso no es feminismo.

Así, la invito cordialmente a dos cosas:

1) LEER. Los términos con los que se refiere a población racializada son sumamente despectivos y obsoletos. Ejemplos: nativas, lengua nativa, indianismo, gente negra. De paso puede aproximarse a discusiones epistemológicas de mujeres indígenas, le menciono una: el feminismo comunitario.

2) Desde este colectivo la invitamos a una conferencia virtual para discutir acerca de estas realidades de las que usted se ha apropiado, desde luego, en compañía de mujeres indígenas con años de trayectoria desde distintas trincheras.

Publicado en https://www.facebook.com/218212191590385/posts/3002862643125312/

Enviado a SURCOS por Movimiento Indígena Interuniversitario de Costa Rica -miintù-

UCR: Mujeres indígenas denuncian invisibilización de población sexualmente diversa en sus comunidades

  • Activistas señalaron la necesidad de romper con la “visión romántica” hacia sus comunidades

Según la activista Yanory Rojas, el 2,4% de la población costarricense es indígena. Foto: Denis Castro.

Las activistas indígenas Daniela Martínez Torres de Shiroles de Talamanca y Yanory Rojas Morales de la comunidad de Boruca, levantaron la voz para señalar la invisibilización que sufren las personas sexualmente diversas que habitan las poblaciones indígenas costarricenses.

Las estudiantes de antropología de la Universidad de Costa Rica (UCR) señalaron la discriminación que viven estas personas, pues se ven en la obligación de reprimir su identidad para encajar en las comunidades indígenas a las que pertenecen.

Martínez señaló que personas de su comunidad se han visto en la obligación de salir de sus territorios y renunciar a la convivencia con sus familias, pues sólo así logran asumir la identidad sexual con la que se identifican.

“Las personas mayores nos dicen que en las comunidades no existen personas sexualmente diversas. (…) En la población Bribri están definidos los roles fijos del hombre y la mujer, por eso al momento de yo asumir mi identidad me enfrento a una situación de discriminación” apuntó la joven.

Martínez recalcó la existencia de conductas patriarcales en sus comunidades, lo que ha ocasionado no sólo la invisibilización de la población sexualmente diversa, sino la justificación de diversos tipos de opresión hacia las mujeres.

“En la comunidad indígena la diversidad de la identidad de género no se trata, hemos crecido escuchando que el hombre y la mujer están hecho para formar una familia y la mujer cumple un rol de reproducción” puntualizó la activista.

Por su parte, Rojas subrayó la necesidad de reconocer que otras de las problemáticas de la sociedad costarricense también están presentes en las comunidades indígenas, tales como el acoso, el machismo y la discriminación.

La activista enfatizó la necesidad de romper con las ideas románticas y estereotipadas que envuelven la vida cotidiana los pueblos indígenas, pues esta perspectiva impide profundizar en las problemáticas reales de las comunidades.

“Es necesario quebrar la figura del romanticismo, hay una idea demasiado establecida de que los pueblos indígenas tienen una visión de armonía, paz y tranquilidad, porque en el mismo territorio hay mujeres que no pueden salir de noche porque les da miedo” puntualizó.

Esta ponencia concluyó las actividades del año 2019 realizadas en el marco del proyecto “Debates sobre Feminismos” del Centro de Investigación en Estudios de la Mujer (CIEM) de la UCR.

Tanto Rojas como Martínez forman parte del Movimiento Indígena Interuniversitario. Foto: Anel Kenjekeeva.

 

Róger Bolaños Vargas

Asistente de Prensa, Oficina de Divulgación e Información

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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UCR: Estudiantes de Arquitectura diseñan espacios educativos para la niñez de Ngäbe-Buglé

  • La cooperación interinstitucional entre el MEP y la Escuela de Arquitectura dio paso al diseño de módulos educativos desarmables y amigables con el ambiente

Para los estudiantes José Barrantes y Ana María Lizano, la arquitectura se basa en la resolución de conflictos cotidianos y en un abordaje integral de los fenómenos. Foto Anel Kenjekeeva.

En el 2015, surgió en Costa Rica un nuevo modelo dentro de la Red Nacional de Cuido y Desarrollo Infantil, con el objetivo de reconocer y garantizar los derechos de las niñas y niños de familias migrantes de Ngäbe-Buglé. El Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), como impulsor de este sistema de atención, creó las Casas de la Alegría de naturaleza público-privada.

Estos centros se instalan dentro de fincas y son construidos por sus propietarios o con fondos de cooperación internacional o donaciones. El Estado se encarga de financiar el costo de la atención diaria y servicios médicos a través de subsidios. Asimismo, le da un seguimiento periódico a la condición de las casas, capacita a las personas cuidadoras y cocineras, se encarga de los permisos de habilitación, entre otras acciones.

El año pasado se atendió a 629 menores en las 16 Casas de la Alegría habilitadas en los siguientes cuatro distritos de Coto Brus: Pittier, Gutiérrez Brown, San Vito y Sabalito. La función de estos centros consiste, principalmente, en brindar un cuido integral a los niños y niñas; sin embargo, no suplen el derecho fundamental de acceso a la educación.

A raíz de esta necesidad, surge una relación interinstitucional entre el Departamento de Interculturalidad del Ministerio de Educación Pública (MEP) y la Escuela de Arquitectura (EA) de la UCR, con el fin de crear espacios para brindar educación básica no formal a esta población, durante la época que permanecen en nuestro país y como complemento al cuido que reciben en las Casas de la Alegría.

La Escuela de Arquitectura colabora con otras instituciones estatales para brindar mejores condiciones de desarrollo a las niñas y niños de comunidades indígenas. Foto Archivo ODI.

Ana María Lizano Zelaya y José Eduardo Barrantes Romero, estudiantes de la EA, habían desarrollado en el último año de carrera un proyecto académico que consistía en diseñar una vivienda desmontable.

“Un tiempo después me contacta el MEP para pedirme apoyo con el diseño de lo que llamaban un ‘aula móvil’ para la población de Ngäbe-Buglé. Lo relacioné con este proyecto (el de la pareja de estudiantes) y, como ya estaban en proceso de formular su tesis, me pareció que podría ser un buen momento”, mencionó el profesor y director de la tesis, Arq. Manuel Morales Alpízar.

La población indígena de Ngäbe-Buglé migró por primera vez hacia Costa Rica a mediados del siglo XX y provenían de la comarca que lleva su mismo nombre, en Panamá. En la actualidad generalmente ingresan a nuestro país a partir de octubre para el periodo de la recolecta de café, la cual se extiende hasta marzo del año siguiente. Por tratarse de habitantes no permanentes en nuestro territorio, enfrentan un difícil acceso a servicios básicos de salud y educación.

Cooperación interinstitucional

De esta manera, la iniciativa de los módulos educativos complementarios a las Casas de la Alegría ideada por el MEP se llegó a convertir, para los estudiantes Ana María Lizano y José Barrantes, en su proyecto de tesis de Licenciatura y pasó a adquirir el título de Provisionales y portátiles, espacios educativos para la niñez Ngäbe-Buglé en Coto Brus.

Vista exterior del diseño de los módulos propuestos por los estudiantes de la Escuela de Arquitectura. Imagen cortesía Ana Lizano y José Barrantes.

“El proyecto se trata de un espacio dividido en dos tipologías, una para preescolar y otra para primaria. Esto debido a que el MEP planteó el proyecto de esta manera tanto por didácticas lectivas, necesidades específicas de las diferentes edades de 0-6 años y de 7-12, y también porque quieren implementar una estimulación temprana para los menores y para los más grandes otros temas diferentes”, explicó Ana María Lizano.

Se le denomina “educación básica no formal” debido a que esta no sigue el esquema básico planteado para el nivel de primaria de cualquier escuela pública del país, sino que se trata de una pedagogía más adecuada a la cultura indígena de Ngäbe-Buglé.

“La investigación se basó en tres ejes: educativo-legal, fisicoambiental, y sociocultural. Lo principal de la investigación está enfocado en lo fisicoambiental y lo sociocultural, tema por lo cual se hicieron dos giras de campo más que todo para tener un contacto con la población”, detalló José Barrantes.

Así se observa el interior de los módulos diseñados para ser instalados en comunidades indígenas. Imagen cortesía Ana Lizano y José Barrantes.

“Con base en esto y en que las fincas tienen ciertas condicionantes de temas altitudinales, de climas, y zonas de vida, hubo que detallar un poco la investigación en cada finca y cada distrito; no solo considerar el proyecto en sí para ubicarlo en un lugar, sino adecuarlo a las necesidades de ese lugar”, agregó Barrantes.

Los estudiantes visitaron zonas en Coto Brus donde es común que se asiente esta población indígena y, para entonces, había 14 Casas de la Alegría activas. Realizaron actividades con los niños y niñas que involucraron dibujos y pinturas a partir de las cuales los estudiantes pudieron delimitar las pautas de diseño de los módulos, para que estos fueran compatibles con la cultura desde el punto de vista infraestructural.

La mayoría de las personas con las que los estudiantes tuvieron contacto provienen de Kankintú, Panamá y el tiempo de traslado para llegar a Costa Rica les toma una o dos semanas. “Se hizo un mapeo de todos los centros educativos en esos distritos y ellos rondan distancias de hasta 5 km desde donde está la Casa de la Alegría. Es muy difícil para los papás pues tienen que empezar a trabajar temprano e ir a dejar a los niños a la escuela”, indicó Barrantes.

Módulos amigables con el ambiente

Según relató Barrantes, gran parte de los espacios tienen techos bajos y cuentan con materiales muy viejos, en mal estado o cerramientos de concreto prefabricado. No poseen controles de sus ventanas, por lo que si el cielo está abierto a la intemperie, es posible que la sensación térmica sea de mucho calor o frío.

Además los espacios son conjuntos, lo que ocasiona que el aroma de la comida se mezcle con otros olores y que los niños que duermen tengan que estar al lado de los que juegan; cualquier animal puede ingresar, así como el polvo y el humo de las quemas que hay en los alrededores.

Este proyecto busca mejorar el espacio de aprendizaje e intercambio de conocimiento en el que se desenvuelven los niños y jóvenes indígenas. Imagen cortesía Ana Lizano y José Barrantes.

Actualmente, las Casas de la Alegría no son aptas desde el punto de vista arquitectónico y desde nuestros criterios para una habitabilidad correcta, porque anteriormente eran utilizadas para barracas, bodegas y distintas construcciones en la finca. El dueño lo que hizo fue adaptarlo con sus recursos”, comentó Barrantes.

De acuerdo con el profesor Arq. Manuel Morales, uno de los objetivos consistió en que los módulos no superaran el costo típico de las Casas de la Alegría, las cuales no reúnen los parámetros adecuados para un uso de este tipo.

El objetivo, aseveró Morales, era que dichos módulos tuvieran un costo equivalente a las Casas de la Alegría, el cual se podría reducir por su producción en masa. Estos centros cuentan con mejores condiciones de flexibilidad, adaptación al clima y versatilidad, inclusive podrían funcionar eventualmente como albergues para situaciones de emergencia.

“Han aparecido algunas otras entidades públicas interesadas en el proyecto por sus múltiples posibilidades, por ser armable y desarmable. El manual técnico, por ejemplo, fue diseñado para ser comprendido independientemente del nivel de alfabetización de las personas. Incluye cómo debe de ser el proceso de almacenamiento para que los materiales se conserven bien, cómo se puede transportar de un lugar a otro a través de un contenedor o un camión, cómo es el desembalaje, y cómo armarlo en el sitio”, añadió Morales.

De acuerdo con los estudiantes, en los distritos que visitaron (Sabalito, San Vito y Pittier) hay un rango de la menor altitud a 862 metros sobre el nivel del mar y la mayor casi a 1 400 metros, lo que ocasiona que haya temperaturas de ambiente diferentes. Por este motivo, los módulos fueron diseñados a partir de pautas de arquitectura bioclimática, es decir, son estructuras capaces de adecuarse a los distintos factores que la rodean, tales como los cambios de temperatura.

Para efectos del proyecto de tesis, los estudiantes diseñaron dos módulos, uno más grande que el otro, los cuales tienen un mobiliario que se puede adaptar a distintos usos. Asimismo, cuentan con una capacidad de albergar entre 20 y 30 personas. Estos están pensados para acoplarse unos con otros, de manera que se puedan configurar radialmente, o bien, alinearlos en forma de C o L.

Una de las cosas que se persiguió y logró con el diseño es que tuviera una huella ambiental mínima. Después de que se arma y tras varios meses, cuando se desarma, el impacto que deja en el terreno es prácticamente nulo. Los módulos están hechos para que se posen sobre el sitio sin interrumpir las correntías o que haya que hacer movimiento de suelo. Los estudiantes aspiraron a altos estándares de calidad y seguridad al diseñarlos”, explicó Morales.

“La Escuela de Arquitectura está en un momento crucial, próximamente cumplimos 50 años de creación y eso amerita conmemorarse, pero más que eso lo vemos como un momento que nos invita a hacer una reflexión profunda sobre lo que ha sido durante este periodo, cuáles han sido sus aportes al país, al desarrollo social y territorial. Estamos en un contexto muy distinto y que la arquitectura ya no es lo que era cuando se creó esta Escuela y que el planeta tampoco lo es, pero cabe un análisis de nuestro quehacer”, reflexionó finalmente Morales Alpízar.

 

Bianca Alina Villalobos Solis

Asistente de Prensa, Oficina de Divulgación e Información

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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Colegio indígena Yímba Cájc se protege

Este sábado 19 de enero de 2019, el Colegio Indigena Yímba Cájc, de Rey Curré, instaló cámaras de vigilancia en distintos ángulos estratégicos de sus instalaciones como parte de una estrategia de seguridad.

Los artefactos serán útiles para el trabajo de los oficiales de seguridad y ofrecer así tranquilidad a la comunidad estudiantil y al personal docente y administrativo.

Estos dispositivos fueron instalados por la empresa de la región Sur del país Grupo Siete Electromecánica.

 

Información enviada a SURCOS por Uriel Rojas.

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El diseño de la Casa Cósmica bribri

La Casa Cósmica tiene forma de cono y representa la cosmogénesis del mundo bribri, encierra toda su historia y sus mitos asociados al origen del universo.

Su arquitectura posee un simbolismo muy complejo y sus significados solamente los chamanes pueden interpretarlo.

Ellos son los encargados de efectuar los rituales correspondientes de purificación ya que poseen los conocimientos y tradiciones más arraigados que han aprendido a través de muchos años de estudios y prácticas ancestrales.

A esta casa de Sibö también le llaman la Casa Cónica, La Canasta o Ú Suré en su idioma ancestral.

Esto y mucho más puede conocer si visita la comunidad indígena de Cabagra este 15 de noviembre en su Festival Cultural.

Diseño Casa Cósmica

 

Enviado por Uriel Rojas.

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