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Etiqueta: indígenas

Más de 60 mil indígenas MIFUTES costarricenses olvidados por la Defensoría

Sra. Catalina Crespo Sancho
Defensora de los habitantes

Reciba un cordial saludo de MIFUTE-COSTA RICA (Migrantes-Indígenas-Fuera Territorios de Costa Rica) (Migrantes Indígenas Fuera de Territorios), y de Asociación Indígena ARIFUTESUR.

Según el censo 2011 de INEC indica que los indígenas MIFUTES son el 65% de la totalidad de los indígenas que viven en Costa Rica. (62.800 indígenas).

La Defensoría ha invocado la no discriminación para ninguna persona en tiempos de PANDEMIA y hasta hoy ni el gobierno, ni la Defensoría nos ha contestado nuestras peticiones, ni se han acordado de que por lo menos existimos.

Estamos organizados en Consejos de Mayores, Asociaciones de la ley 2018, y filiales en todo el país.

Según el último informe del Tribunal Supremo de Elecciones elecciones 2018, página 445, indica se estima que 16mil indígenas que viven dentro de los territorios ejercieron su derecho al voto, por lo que nosotros estimamos que más de 32 mil indígenas MIGRANTES MIFUTES votaron en las pasadas elecciones. Esto revela la importancia que debe tener y que no se le está dando a los indígenas MIFUTES.

El proyecto MIFUTE-COSTA RICA fue escogidos entre uno de los primeros proyectos a abordar bajo el Decreto Ejecutivo 41529MP, para la atención especial del Cantón de Buenos Aires.

Ante la emergencia del Covid 19 urge que nos tomen en cuenta ya que a la fecha solo se han hecho gestiones para ayudar una minoría indigena que está dentro de los territorios (35%), dejando por fuera los MIFUTES.

POR LO TANTO:

A- Solicitamos una cita virtual para explicar con más detalles nuestra problemática.

B- Solicitamos apoyo para los agricultores indígenasg puedan sembrar y cosechar mediante el Proyecto Agricola Indigena Las Tres Lunas.

C- Solicitamos atención inmediata para atender con alimentos o diarios igual que se atendió a algunos indígenas que viven dentro de los Territorios.

No omitimos manifestar que hemos enviado solicitud desde que empezó la pandemia del covid19 a Heiner Blanco de casa presidencial para articular acciones en favor de nuestros indígenas en tiempos de PANDEMIA y hasta la fecha no se ha gestionado nada, o bien si lo ha hecho no nos damos cuenta.

De usted atentamente. Stefany Fernandez Vargas, presidente MIFUTE COSTA RICA y PRESIDENTE DE ASOCIACION INDIGENA ARIFUTESUR.

cc- Comisión Local de Emergencia de Buenos Aires.
Eduardo Rojas Méndez: Asesor Experto en MIGRANTES- MIFUTES.
TELEFONOS 8303-0073.

*Imagen ilustrativa: UCR.

Conferencia virtual: “Los indígenas frente a la conquista y colonización española: entre la resistencia y la cooperación»

La Biblioteca Nacional del Sistema Nacional de Bibliotecas, la Escuela de Estudios Generales y la Cátedra Enrique Macaya Lahmann de la Universidad de Costa Rica, realizaron este martes 6 de julio la conferencia virtual: Los indígenas frente a la conquista y colonización española: entre la resistencia y la cooperación, la cual fue impartida por el Dr. Juan Carlos Solorzano, historiador, profesor jubilado de la Universidad de Costa Rica.

Esta fue la cuarta actividad del ciclo de conferencias y conversatorios Camino a la celebración del Bicentenario de la Independencia de Centroamérica y Costa Rica” que se desarrollará durante el 2020 y 2021.

Indígenas MIFUTES (Indígenas Migrantes fuera de Territorios)

Eduardo Rojas

Nuestra organización representa a más de 5 mil afiliados de los más de 62mil indígenas MIFUTES que viven en Costa Rica.

Somos la Asociación Regional Indígena fuera territorios del Sur de Costa Rica

INTRODUCCION:

a)- El Mecanismo de Expertos sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas realizó el presente estudio sobre los derechos de los pueblos indígenas en el contexto de las fronteras, la migración y los desplazamientos de conformidad con las resoluciones del Consejo de Derechos Humanos 33/25 y 39/13.

El estudio concluye con la Opinión núm. 12 del Mecanismo de Expertos relativa a las causas y consecuencias de la migración y los desplazamientos de los pueblos indígenas en el contexto de las obligaciones de los Estados en materia de derechos humanos.

b)- En el marco del Decreto Ejecutivo N-41529 la mesa de inclusión y equidad social: mediante un proceso de priorización colocó al proyecto IFUTE COSTA RICA , como una prioridad para cumplir con el objetivo de promoción de la inclusión, integración y participación de los diferentes grupos poblacionales en la gestión de su propio desarrollo, incluyendo acciones diferenciadas hacia grupos tradicionalmente excluidos, que garanticen un desarrollo inclusivo y la reducción de desigualdades e inequidades.

c)- Que el objetivo general del proyecto IFUTE COSTA RICA es la “Organización, rescate y fortalecimiento de los Derechos Humanos Indígenas IFUTES”.

d)- Que en el marco de la emergencia Nacional del CORONAVIRUS (Covid-19), el hambre y el desempleo golpea significativamente a la sociedad costarricense, pero aún más a los grupos más vulnerables como el sector Indígena Fuera De Territorios y más aún este grupo que representa el 65% de los indígenas del país; según el censo 2011, tiene más de 40 años de abandono del estado

e)- ¿POR QUÉ LA EMERGENCIA GOLPEA MAS A LOS INDIGENAS IFUTES?: El Indígena IFUTE, está en más desventaja que los que viven dentro de los territorios por las siguientes razones. 1- Mientras los indígenas que viven dentro de territorios tienen tierras, el indígena IFUTE no tiene tierra y por lo tanto debe alquilar para sembrar y cosechar. 2- Mientras el Estado reconoce en todas sus acciones al 35% de indígenas que viven dentro de sus territorios, el Estado tiene en abandono a la mayoría de indígenas de este país. Ejemplo, a pesar de que la Defensoría de los Habitantes hizo un llamado a la No discriminación y a pesar de que los IFUTES han dado la lucha por ganar espacios en el marco de este decreto de atención a Buenos Aires, lo cierto es que hasta hoy el Estado costarricense envió ayudas a los indígenas que viven dentro de los territorios y elaboró acciones especiales de emergencia (medicamentos como gel, alcohol, diarios de comida), para el 35% y no ha planteado nada para el 65% de los indígenas IFUTES. Etc.

f)- Que tal y como lo establece la Exposición de Geiner Blanco, Coordinador del tema indígena del Vice-Ministerio de la Presidencia y Dialogo Ciudadano, exposición que hizo el pasado mes de enero 2020 en la mesa de inclusión en Buenos Aires, indica que: A- El enfoque de la atención indígena está basado en la atención de los Derechos Humanos y a la no continuidad de un Estado asistencialista, sino más bien, a que el Estado acompañe a los indígenas en el desarrollo de sus propios proyectos, que les permitan mejorar su calidad de vida.

EDUARDO ROJAS / ARIFUTESUR
Correo electrónico: arifutesur@gmail.com
Teléfono: 8303 0073

Imagen ilustrativa.

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¡De los muertos, líbranos la Memoria!

Vladimir de la Cruz

El impacto mundial del Coronavirus COVID-19 es innegable. Asusta por su facilidad de expansión, por la letalidad que causa, que no es tan alta hasta ahora comparada históricamente, por los niveles de contaminación que provoca, por el desconocimiento que se tiene del virus que incita esta pandemia, por los sectores sociales que principalmente afecta, pero especialmente porque ha impactado la economía local, de los países afectados, y los encadenamientos mundiales y redes comerciales, de la economía global, sobre todo porque la vamos viviendo, en su expansión y alcance geográfico, en tiempo real, de modo casi tangible para todas la personas.

De hecho, a mi modo de ver, no es tanto el número de muertes que va estimulando lo que horroriza, es la forma de no controlar esas muertes y la forma sorpresiva como se manifiestan, y el temor de contraerla y no poder superarla. Es porque ha generado una toma de conciencia sobre la muerte inmediata, existente, que no controlamos, que puede alcanzarnos.

Las muertes se pueden ir vigilando, como se viene haciendo en muchos países, con acatamiento por parte de la población de las directrices generales que se dan por la Organización Mundial de la Salud, y por las instituciones y funcionarios responsables en cada país, en ese sentido.

Lo que no se ha podido detener es el crecimiento de la curva de contagios, calculados a uno por diez, que hace colapsar las instituciones sanitarias y hospitalarias existentes, que a su vez facilitan el crecimiento del número de muertos y la falta, a nivel mundial, de los instrumentos, y medios médicos, para atender a los contagiados y enfermos sujetos de internamiento y de atención en las Unidades de Cuidados Intensivos.

Los grandes países, como potencias militares que algunos son, pilares de la economía mundial que también dominan, son los que más gritos de alarma dan. Es como si a ellos se les hubiera atacado, con armas incontrolables, invisibles, imprevisibles en su manifestación, en la imposibilidad de dar respuesta inmediata, y al contrario, en un ataque, movido por el virus, que hasta hoy golpea los sensibles mecanismos y motores de la economía mundial, los medios de transporte mundial, especialmente aéreos, las redes de abastecimiento, de producción, por la parálisis que ha generado en infinidad de industrias, comercios, servicios, trabajos en general, en el turismo mundial y local de los distintos países, por la desviación de recursos, no pensados ni programados, para atender de manera inmediata la pandemia, y por ver cómo se frena y detiene, porque han puesto en evidencia las malas y deficientes estructuras sanitarias, de salud pública y de seguridad social que muchos países tienen, incluidos y de manera obscena y escandalosa los grandes países capitalistas, algunos de ellos presentados permanentemente como modelos de sistemas de vida. Lo que más alarma, parece ser, no es las muertes de los seres humanos, sino la posible muerte de la economía, de los sistemas y redes económicas, resultado de una guerra no convencional, con un “enemigo” hasta ahora bastante invisible, de movimiento rápidos, actuando como si fuera una guerrilla en combate… por aquí, por allá… por todos lados…

En algunos momentos, en Estados Unidos, y a nivel mundial, el impacto de la presencia del Coronavirus se comparó con el impacto que tuvo, en muertes, el atentado a las Torres Gemelas en New York, con poco menos de 3000 muertos, para dramatizar la situación, de un microorganismo que se había originado en Asia y que llegaba a la costa este de los Estados Unidos. Eso ha quedado corto en los propios Estados Unidos. En la Torres Gemelas “la guerra” le había llegado a Estados Unidos en su territorio. Los Estados Unidos siguió haciendo guerras en otros territorios, en otros países, en otros continentes y regiones…mientras no se metieran con ellos en su casa. Estados Unidos siguió matando y exterminando… seres humanos, ciudades, infraestructura de distinta naturaleza, destruyendo las economías locales donde hace sus guerras…

Hasta hoy, a nivel mundial, el número de muertos por el Coronavirus es más bajo que el total de las muertes que produjo el lanzamiento de las Bombas Atómicas en Hiroshima y Nagazaki, por parte de los Estados Unidos, el 6 y 9 de agosto de 1945, donde murieron casi 250.000 personas, que marcó de nueva manera, desde entonces, la Historia Mundial. Allí fue una muerte focalizada, en dos ciudades, decidida por el gobierno de Estados Unidos, y su presidente Harry S. Truman, cuando era innecesario, en ese momento de la II Guerra Mundial, haber hecho aquel genocidio y acto criminal.

Si de muertos se trata, la I Guerra Mundial, desde 1914 hasta 1919, provocó de 10 a 30 millones entre civiles y militares. En la II Guerra Mundial, desde 1939 hasta 1945, fueron entre 50 y 60 millones de fallecidos…Solo en la Unión Soviética casi 30 millones.

En la antigüedad, en las tres Guerras Púnicas, desde el año 264 AC hasta el 146 AC, se calcula que murió casi un millón de personas. Los romanos entre el año 400 AC y el 500 DC perdieron casi un millón de hombres en los campos de batalla. En las guerras judeo romanas, a principios de la era cristiana, se estima que murió más de un millón de personas. En las Cruzadas cristianas, entre el año 1091 y el 1291, se calcula que hubo 5 millones de muertos. En la Conquista española y europea, de América, se calcula que entre 1492 y 1572 murieron más de 60 millones de indígenas como resultado de la guerra de conquista, de las torturas, los trabajos forzados, por la represión en general, ¡ah!, y, también, por la presencia de bacterias, con el tifus, y de virus, con el sarampión y la viruela.

Recientemente, en los últimos 100 años, por citar otras, resultado de las guerras imperialistas y colonialistas, así como las guerras civiles y las de Liberación Nacional de esos imperios coloniales, murieron muchas personas.

En la Guerra Civil Española se produjo un millón de muertos entre 1936 y 1939, en la Guerra de Corea entre 1950 y 1953, murieron 4 millones, en la guerra de Liberación de Argelia, entre 1954 y1962, a manos de los franceses hubo más de un millón de muertos, la criminal guerra de Vietnam, desatada desde 1957 hasta 1975, provocó casi 7 millones de muertos, con menos 100.000 norteamericanos, sin contar la Guerra de Indochina de los franceses, desde 1946 hasta 1954, con medio millón de fallecidos. En Vietnam los Estados Unidos usó armas químicas, que ya se habían inventado desde la I Guerra Mundial.

La guerra de Biafra, entre 1967 y 1970 produjo casi 3 millones de muertos, y una hambruna poblacional que asustó al mundo. El impacto de la hambruna que puede desatarse cuando se vean bien los resultados del impacto del Coronavirus va a ser similar, y quizá más grande, por el desempleo mundial que ha ocasionado.

La guerra civil en Angola produjo, entre 1975 y el 2003, alrededor de un millón de personas fallecidas, la guerra civil de Mozambique, entre 1977 y 1992, generó un millón de muertes, en la guerra civil de Afganistán, desde 1979 hasta hoy, han fallecido más de 2 millones de personas, la Segunda Guerra del Congo provocó entre 1998 y el 2003, casi 6 millones de muertos, en Irak, la guerra impuesta por Estados Unidos, desde el 2003 hasta el 2011, ha generado más de un millón de muertos, la Segunda Guerra Civil de Sudán, entre 1983 y el 2005, provocó alrededor de 2 millones de muertos. Así se podrían señalar por millares de muertos los conflictos en Ruanda, Etiopía, Eritrea, Darfur, Uganda, Liberia, Sierra Leona, Rodesia, Tanzania…

Casi todas estas guerras se ubicaron también en el rango de “limpieza étnica”, concepto más actual, con el que ha operado Trump, en la práctica, en los Estados Unidos, para no mitigar el impacto que le está ocasionando el Coronavirus en su país.

La Conquista de México y del Imperio Inca se hizo con 30 millones de indígenas muertos, y hay quienes afirman que fueron 50 millones. La Guerra de Independencia de los Estados Unidos, 1775-1783, provocó 110.000 muertos y el famoso Ku Klux Klan solo entre 1868 y 1871, produjo 20.000 afroamericanos muertos. En Cuba, la Guerra de los Diez Años, 1868-1878, y la Independencia de Cuba, 1895-1895, provocaron casi 600.000 muertos, incluidos 50.000 españoles.

La Independencia de México generó entre 1810 y 1821, cerca de un millón de muertos, la Revolución Mexicana desde 1910 hasta 1920 provocó 3.500.000 de muertos, la Guerra de los Mil Días, a finales del siglo XIX, en Colombia, tuvo casi 200.000 muertos.

Las guerras en Centroamérica, a finales del siglo XX, también han tenido sus cifras…Guatemala más de 100 mil muertos, El Salvador cerca de los 100 mil muertos…

Estas guerras han tenido también por resultado grandes movilizaciones de desplazados y de procesos migratorios hacia otras regiones, países y continentes, como vemos constantemente de África hacia Europa, y de África hacia Estados Unidos en la ruta latinoamericana… y de Centroamérica hacia Estados Unidos…

El Coronavirus COVID-19 no ha gestado, hasta ahora, ningún proceso migratorio, ni interno en los países, ni hacia fuera de los países. Ha hecho que se cierren fronteras y se establezcan censuras migratorias para evitar la propagación posible de infectados, de contagiados, especialmente los asintomáticos.

La Pandemia del Coronavirus COVID-19 se me parece a la Bomba de Electrones, que también llamaron Bomba N, que inventó Estados Unidos, a finales de la década de 1970, que como arma nuclear tiene, teóricamente así es, aunque dichosamente no se ha aplicado, un gran efecto devastador porque elimina los seres humanos sin tocar las estructuras físicas, sin destruir edificios o sin provocarles daños profundos. A las personas y seres vivos las puede aniquilar dentro de los edificios, automóviles, e incluso instalaciones blindadas. Se ensayó en el Estado de Nevada en 1963. El Presidente Jimmy Carter aplazó su desarrolló en 1978, y Ronald Reagan activó su producción en 1981.

Esta bomba se desarrolló sobre el estudio de las series de electrones que se encuentran en las membranas plasmáticas, interna mitocondriales y tilacoidales de las bacterias, que producen compuestos energéticos que usamos los seres humanos. Esta Bomba forma parte de las armas nucleares, las más poderosas que se han desarrollado en el mundo. Por ello también los países que forman el Club de los miembros de países atómicos tratan de impedir que surjan otros países o Estados con esa capacidad de producción de armas nucleares. El impacto de la onda expansiva que genera la Bomba N es 7 veces superior a las Bombas de Hidrógeno.

El Coronavirus COVID-19 no toca las estructuras físicas, construidas por el hombre, pero mata a los hombres silenciosamente, con efecto devastador, casi sin control alguno. Por eso es que la economía mundial se ha paralizado. La estructura física allí está, lo que se ha sacado de ella es a los trabajadores, y a las personas, desde niños hasta ancianos, de todos los campos y áreas productivas y económicas. Curiosamente se evidencia que sin trabajadores no hay economía en funcionamiento…

Las Bombas de Hiroshima y Nagazaki destruyeron el 90% de los edificios y construcciones de las ciudades donde cayeron las bombas. En un minuto había una ciudad y un instante después había desaparecido… Así fue.

Las bombas nucleares, la Bomba N, las armas de destrucción masivas son creadas por los hombres en laboratorios. El Coronavirus no es una creación humana. Esta es la gran diferencia. No se originó en un laboratorio. No es un arma biológica ni fue resultado de ensayo de esta naturaleza. Tampoco fue esparcido, con ese propósito, como se ha dicho contra la República Popular China, por otras potencias económicas y políticas mundiales, guerreristas que también estudian cómo desarrollar este tipo de armas.

La Organización Mundial de la Salud ha sido clara de que el virus del COVID-19 no fue introducido intencionalmente, en productos exóticos, en un mercado de la Ciudad de Wuhan, ni fue resultado de la bioingeniería, y que desde allí se propagó al resto del mundo.

Es el Gobierno de los Estados Unidos, y su Presidente Trump, quienes han sostenido esta tesis conspirativa contra la República Popular China, por la guerra política, diplomática y económica comercial que tienen los Estados Unidos con esa potencia asiática, tratando de sacar ventaja económica de esta situación, lo que no ha podido.

Solo en el 2018, según la revista norteamericana “Journal of Virology”, en el sur de China se habían descubierto 89 nuevos coronavirus procedentes de los murciélagos, en investigaciones en las que había participado la USAID y el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos.

Solo el Departamento de Defensa de los Estados Unidos tiene más de 400 laboratorios en diversas partes del mundo, especialmente en las fronteras de los antiguos países socialistas, estudiando y analizando la bioseguridad, porque Rusia sigue siendo el enemigo de los Estados Unidos, después de la disolución de la Unión Soviética.

Los gastos del Pentágono entre 1990 y el 2018 ascendieron a 100.000 millones de dólares en estudios de armas biológicas, desde hace más de 40 años, donde han venido tratando de modificar genéticamente los virus para aprovecharlos como armas biológicas.

Muchas enfermedades hoy se transmiten por virus, independientemente de su agente transmisor, como la gripe, el cólera, que según la Organización Mundial de la Salud, mata 100.000 personas al año, el dengue hemorrágico, el Ébola, el paludismo o malaria, que solo en el 2016 afectó a 126 millones de personas, en 91 países, el sarampión, que mató, en el 2016, a 90.000 personas en todo el mundo, y que produce universalmente alrededor de 390 millones de contagios o infecciones, la fiebre amarilla, el VIH-SIDA, la tuberculosis que mata 2 millones de personas al año.

En el mundo actual, como parte de las guerras modernas, se usan bacterias, virus, esporas como la del Antrax, para desarrollar lo que se llaman las guerras bacteriológicas y guerras agroterroristas, aprovechando para ello aerosoles, animales, insectos, pulgas, ratas, mosquitos, moscas, infectando ríos, aguas en general, alimentos, de persona a persona, depositando cadáveres en pozos de agua como hizo William Walker, cuando huía, en la guerra nacional en Nicaragua en abril de 1856, para provocar el cólera.

Desde la I Guerra Mundial se utilizaron armas químicas y gases asfixiantes, vesicantes, invalidantes, y lacrimógenos. Después se desarrollaron gases neurotóxicos y las armas bacteriológicas, como el uso de la botulina, con efectos similares a la Bomba N, que mata personas dejando intactas las edificaciones físicas.

Durante la II Guerra Mundial se hicieron experimentos en humanos prisioneros, por los nazis y japoneses, para desarrollar armas bacteriológicas.

En la guerra de Vietnam los Estados Unidos usó desfoliantes como el “agente naranja” y los “herbicidas arco iris”.

Como parte de estas armas biológicas están el carbunco, el ébola, la brucelosis, el tifus, la fiebre amarilla, la viruela, así como muchas toxinas.

Hay armas biológicas y herbicidas anti agrícolas para destruir cultivos, desfoliar vegetación, como las usaron en Malasia, Vietnam y en Cuba. La roya del trigo, del arroz y del café, ¿quién puede asegurar que no se introdujo como armas en países para entorpecer sus producciones agrícolas, disputando mercados mundiales o regionales? Igual con el ganado de distintas especies, vacas, puercos afectados con la peste bovina o la fiebre porcina, con lo que también se eliminan recursos animales.

La muerte, en números millonarios de personas, no nos han sido indiferentes, han existido. Somos los humanos los que hemos sido indiferentes hacia esas muertes resultado de las guerras mientras no nos afecten, mientras se lleven allá… en una localidad remota, allende de nuestras fronteras y nuestra comodidad.

El terror con que se ve y se aprecia el Coronavirus, por su inmediatez e impacto sorpresivo, acaso no es igual al que sufren millares de personas, hoy en el mundo, por las guerras regionales que se impulsan por las grandes potencias, y que viven esos pueblos, disputándose estas potencias las áreas de materias primas estratégicas, las regiones geopolíticas, los mercados de colocación de productos y las áreas de mano de obra barata.

El mismo esfuerzo internacional que hoy se trata de hacer y de coordinar para enfrentar el Coronavirus, deberíamos mantenerlo para acabar, de una vez por todas, con las guerras neoimperialistas, neocolonialistas, que siguen existiendo.

Hay guerras de las que no cultivamos la memoria de sus muertos y de las que nos hacen perder su memoria. Mientras no las olvidemos las recordamos.

La guerra contra el Coronavirus no nos ha hecho perder la memoria de su presencia, de su amenaza. Tampoco nos ha hecho perder la memoria de esas otras muertes, algunas muy presentes y no tan lejanas.

¡Mantengamos en alto la memoria de todas las guerras para la preservación del género Humano!

Imagen: https://pgmysgm.blogspot.com/2019/09/la-primera-guerra-mundial-fecha-28-de.html

El COVID-19, el bono Proteger y los indígenas

CSF I San José I 20 abril 2020

Foto cortesía Alberta Spinazze,Happy Family BioCycling

¿Será que el Bono Proteger no fue hecho pensando en los trabajadores indígenas de Costa Rica o será que todas las autoridades costarricenses de las más de 10 dependencias de Gobierno que trabajan en la emergencia se olvidaron de las condiciones de habitabilidad y vivienda que presentan los territorios indígenas (22), muchos de ellos sin electricidad y sin señal de Internet? Quisiera pensar lo segundo, en el descuido.

Para quienes no lo sepan el Bono Proteger es parte del Plan del mismo nombre que brinda ayuda económica por tres meses a las personas trabajadoras que han visto afectados sus ingresos por el COVID-19

Pero ¿por qué parecería que el Bono Proteger no habría tomado en cuenta a los indígenas en Costa Rica? la respuesta está en su diseño y accesibilidad. Para acceder al bono hay que contar con conexión a Internet, saber navegar en la red y contar con un ordenador o plan de Internet suficiente en el teléfono móvil, aspectos con los que no cuenta la población indígena. Además, se debe transcribir y firmar una declaración jurada de puño y letra, tomarle una fotografía, subirla al sitio web Proteger y firmar con el dedo o el mouse del ordenador en el mismo. Tecnologías con las que no cuentan o a las que no pueden acceder por lo intrincado de la geografía y la inamovilidad de la cuarentena.

LOS INDÍGENAS TAMBIÉN TRABAJAN

Quizá se puede pensar válidamente que el Gobierno tiene estrategias diferenciadas para los distintos sectores de la población: para los trabajadores no indígenas dinero en efectivo y para los trabajadores indígenas diarios (alimentos) y artículos de higiene y limpieza.

Si ese fuera el caso, uno se pregunta: ¿por qué los funcionarios de Gobierno tienen esta anacrónica y pobre apreciación sobre el ser indígena? ¿Acaso se piensan las autoridades de Gobierno que los indígenas no son trabajadores? Los indígenas son gente que trabaja y que como tal tienen una serie de gastos que asumir. Algunos trabajan en el sector turismo, pero la mayoría son productores de alimentos y deben lidiar con el transporte de su producción sea a caballo, en vehículo automotor o en bote y para ello hay un gasto en el uso del transporte, la maquinaria o en el uso de la propia gasolina. Con diarios o artículos de higiene no se puede pagar el servicio de telefonía celular que utilizan para estar conectados con el mercado, ni las botas o herramientas de uso agrícola, ni la madera para la construcción de sus botes y casas, ni los animales de corral, ni pagar el canfín, las medicinas o el vestido que usan. Y hago la aclaración del vestido porque quizá las y los señores funcionarios siguen pensando que los indígenas en Costa Rica andan con taparrabo sobre las copas de los árboles. Esta es la impresión que deja el Gobierno con su asistencia diferenciada y desigual, si no, no se entiende por qué se confina a este sector de la población a la entrega de víveres y artículos de higiene y limpieza. ¿Acaso se piensa que la población indígena solo come, se asea y vive de asear la casa?

Botero de la comunidad indígena Bribri de Yorkin. Cortesía Alberta Spinazze,Happy Family BioCycling.

LOS BRIBRIS DE YORKIN, LA FLOR EN EL OJAL

A 400 kilómetros de distancia de San José en las riberas del Río Yorkin, distrito Bratsi, provincia de Talamanca en el Caribe Sur de Costa Rica habita una comunidad de productores indígenas de cacao y banano orgánico de exportación. Allí un promedio de 200 personas de origen Bribri se dedica, además de los citados cultivos orgánico de exportación, al desarrollo de la actividad turística, actividad que ellos mismos lograron montar para sustento de las familias y la preservación y promoción de la cultura y tradiciones Bribris. Esta pujante comunidad organizada recibe un promedio de 1700 turistas por año. Ha logrado aglutinar a la comunidad en torno al negocio turístico con puestos de trabajo y empleo diversificado, con ocupaciones de guía turístico, artesano, guarda, mesonero, cocinero, capitán de bote, asistente en bote y misceláneos. Y con ello germinar en las nuevas generaciones el orgullo del ser indígena, el amor por el territorio y la promoción y preservación de su cultura dentro y fuera de la comunidad.

Empero hoy desatada la pandemia a nivel mundial y a un mes de la cuarentena en el país, los bribris de Yorkín están viendo reducidos sus ingresos por la ausencia de visitantes. Y como ocurre al resto de costarricenses TRABAJADORES en las siete provincias, los Yorkin están empezando a resentir la crisis económica en sus bolsillos. ¿Qué opciones por parte del Gobierno tienen estas familias TRABAJADORAS para paliar la emergencia? Ninguna porque no tienen acceso a Internet y tienen restringida la movilidad por la pandemia. ¿O acaso creen los funcionarios del Gobierno que las poblaciones indígenas pueden enfrentar la emergencia con diarios y alcohol de la Fanal?

Es hora de ver a las poblaciones indígenas como fuerza laboral, como parte de la sociedad que también contribuye a la construcción de esta nación. Miles de indígenas en todo el país utilizan sistemas de producción únicos que resguardan los recursos naturales, regeneran los suelos y preservan los ecosistemas salvaguardando la diversidad genética de especies, asegurando más alimentos diversos por hectárea y la Biodiversidad en el país. Y por si esto fuera poco, cientos de ellos dan dinamismo al sector turístico y otros miles hacen posible los cultivos de exportación como el banano y el cacao que generan trabajo y divisas para el país. Las poblaciones indígenas también constituyen la fuerza laboral de Costa Rica ya es hora de volver la mirada, dejarse de dádivas y de articular iniciativas que nos involucren a todos por igual, porque todos hacemos Costa Rica.

Por Natalia López

Las opiniones expresadas son de responsabilidad de la autora y no necesariamente representan la opinión de Coop Sin Fronteras

Pueblos indígenas en alerta por plantón de no indígenas. Actualización

COSTA RICA: NECESITAMOS SOLIDARIDAD URGENTE.

ALERTA TEMPRANA

El No indígena Guadamuz, levantó hoy 3 campamentos con matones armados en la Finca que usurpa hace algunos años en Térraba. Dentro de esa finca está el Colegio de Térraba, el cual quedó prácticamente en “estado de sitio” por personas armadas No Indígenas

A LAS AUTORIDADES, MOVIMIENTOS SOCIALES, COMUNIDAD NACIONAL E INTERNACIONAL

Al ser las 5:07 de la tarde de hoy 23 de febrero del 2020, recibimos llamada de un miembro del Consejo de Mayoras/es de Cabagra, para informar que hay una movilización de No Indígenas (dijo sikuas) en dos grupos, van armados y según su criterio se dirigen a las últimas recuperaciones: en Térraba (imperio duro- catarata), Crun D’bonn y en Cabagra en Palmira.

Esta información proviene de un contacto de las “Alertas Tempranas” establecido, se está corroborando toda la información con otros contactos similares y en las zonas citadas

Desde la mañana de hoy, la ADI (entidad estatal conformada por indígenas, que funciona como Gobierno Local en los Territorios) de Térraba organizó una Reunión (concentración) con los NO indígenas usurpadores.

Según versiones la ADI les dijo que no “se metería” ante lo que hicieran para retomar las tierras recuperadas por indígenas.

El No indígena Guadamuz, levantó hoy 3 campamentos con matones armados en la Finca que usurpa hace algunos años en Térraba. Dentro de esa finca está el Colegio de Térraba, el cual quedó prácticamente en “estado de sitio” por personas armadas No Indígenas.

Las/os estudiantes están bajo régimen para ingresar. En la “concentración” de hoy se han visto camiones con cilindros de agua – alimentos y otros- que indican que los NO indígenas buscan instalarse entrando por la fuerza de las armas a las tierras recuperadas propiedad de los indígenas que las habitan.

Se avisó a la Fuerza Pública y al vice ministerio de la Presidencia, Encargado del Diálogo Nacional y del Tema Indígena.

Aparentemente hay patrullas (personas armadas) movilizadas al lugar, desconocemos más detalles. Hemos abierto las “Alertas Tempranas” también con contactos de la Comisión Interamericana de DDHH – CIDH y el Relator Especial para los DDHH de los Pueblos Indígenas.

Esta información es compartida desde la Coordinación Nacional del Frente Nacional de Pueblos Indígenas FRENAPI y el Comité Nacional de Apoyo a la Autonomía Indígena.

Esperamos que esta información sea una Alarma que no logre pasar a una situación de violencia grave. Todas las Recuperaciones realizadas hasta ahora, están hechas a NO indígenas usurpadores y poseedores de “mala fe”, según las leyes y las Resoluciones Judiciales.

Todas las familias recuperantes son indígenas de los Territorios en que se realizan y tienen los Títulos de Posesión legales, otorgados por los Consejos de Autoridades Propias (según nombre en cada Cultura).

El Proceso de Afirmación Territorial Autónoma (saneamiento) no se detendrá, los Territorios son exclusivos de los indígenas de esos territorios que las habitan.

¡QUEREMOS JUSTICIA PRONTA Y CUMPLIDA!

¡NO MAS IMPUNIDAD!

SERGIO VIVE

¡LA LUCHA SIGUE Y SE EXTIENDE!

SergioRojasVIVE

FRENTE NACIONAL DE PUEBLOS INDÍGENAS (FRENAPI)

Acompaña: Comité Nacional de Apoyo a la Autonomía Indígena

23 DE FEBRERO, 2020.

Necesitamos una acción urgente de su parte à



ÚLTIMA HORA

  • Solo falta retirar 6 reses de la recuperación de tierra-territorio en Nima Diköl de Cabagra

  • Primo del usurpador Espinoza Vargas que se mantiene atrincherado en la casa, saldrá esta mañana

Lunes 24 de febrero de 2020. Después de que el día de ayer domingo, se retiraran más de 100 cabezas de ganado que mantenía el usurpador Mario Espinoza Vargas en el terreno recuperado Nämú Di Kaskë (tierra de la quebrada del tigre) solamente hace falta retirar 6 reses que se encuentran en el corral; esto al sur de Costa Rica.

Miguel Espinoza, quien se mantiene atrincherado en la casa del terreno recuperado, primo de Espinoza Vargas y que ayer amenazó con arma de fuego a las familias Bribris recuperadoras, se comprometió a salir del lugar durante la mañana de hoy.

Desde que inició esta recuperación en el territorio Iriria Bribri Sá Ká (Cabagra) a las 8 de la mañana del pasado sábado 22 de febrero se ha contado con presencia policial y hasta ayer en la noche con un pequeño grupo de 4 personas que apoyan a Espinoza Vargas, quienes estuvieron en actitud intimidatoria y amenazante contra las familias recuperadoras y acompañantes, hasta que se fue fueron anoche, cuando se retiró la mayoría del ganado.

Las familias y organizaciones que suscriben, condenan enérgicamente los actos de violencia que se dieron anoche contra el Pueblo Brorán de Térraba, por grupos violentos que siempre han estado en contra de los procesos de reafirmación territorial que desarrollan los Pueblos Originarios del sur del país.

También, recordamos al Estado costarricense su obligación de garantizar la vida e integridad de estos pueblos y lo responsabilizamos por cualquier incidente de violencia, realizado por personas y grupos agresores.

¡Justicia para Sergio Rojas y los Pueblos Originarios!

¡Sergio vive, la lucha sigue!

Familias Bribris recuperadoras Aguirre Quiel, Ortiz Figueroa y Obando Delgado, de los clanes Uniwak, Duriwak y Tubolwak.

Consejo de Mayores Iriria Jtechö Wakpa.

Coordinadora de Lucha Sur Sur.

 

Imagen ilustrativa. Finca recuperada Crun Shurin, en territorio indígena Térraba. Foto: Fabiola Pomareda.

Enviado por Suyen Vega.

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Carta dirigida al señor Ignacio Santos, director Telenoticias, Canal 7

Mercedes de Montes de Oca, 20 de febrero de 2020.

Lic. Ignacio Santos

Director Telenoticias

Canal 7

CICDE_064_2020

Estimado señor director don Ignacio Santos:

Primero que nada, mi saludo respetuoso para usted, esperando se encuentre muy bien.

Le escribo en mi condición de director del Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo de la UNED (CICDE-UNED), para expresarle, a nombre propio y del equipo de nuestras investigadoras e investigadores, la preocupación que nos ha generado los reportajes que el medio que usted dirige publicó hace algunos días, en relación con los conflictos territoriales en el territorio indígena bribri de Salitre.

Nos respaldan diez años de investigación realizada sobre el propio territorio, enriquecida por la más profusa documentación y por las propuestas teóricas y metodológicas más avanzadas en esta materia, como asimismo una rica producción científica, académica y audiovisual, en la que se recogen los hallazgos de las investigaciones que nuestro equipo han realizado, bajo la coordinación de la M.Sc. Xinia Zúñiga Muñoz, con la participación de los investigadores M.Sc. Juan Antonio Gutiérrez Slon, Lic. César Moya Aburto, y nuestros investigadores comunitarios indígenas: Mariana Delgado Morales del clan Tubölwak y Pablo Sivas Sivas, Mayor Brörán.

Y puesto que sabemos que la voz de los pueblos indígenas ha sido sistemáticamente silenciada, al punto que incluso su existencia a veces es negada, y puesto que somos conscientes del cúmulo de prejuicios que alimentan los imaginarios populares en relación con estas poblaciones, nuestro trabajo, que persigue objetivos académicamente rigurosos, siempre ha partido de una premisa ética fundamental: respetar la voz y la cosmovisión de estos pueblos.

Desde ahí, y con todo respeto, he de decirle que los reportajes de Telenoticias son omisos en relación con las bases jurídicas en que se fundamentan los reclamos de los pueblos indígenas, como también lo son en cuanto a la caracterización de la evolución histórica de los conflictos. Al partirse de bases tan defectuosas, se termina invistiendo de legitimidad jurídica a actores que no la tienen, en desmedro de los legítimos derechos territoriales de los pueblos indígenas.

Hay en las notas periodísticas que ustedes ofrecen, groseras inexactitudes en relación con el papel de la fuerza pública, y una clarísima invisibilización de las manifestaciones de violencia que a lo largo de los años han sufrido las personas indígenas y sus familias. Quizá lo más grave de todo está en la imagen distorsionada que se ofrece, según la cual los invasores son los propios pueblos indígenas, no obstante tratarse de territorios indígenas así reconocidos por leyes y tratados internacionales. Y puesto que es responsabilidad de la institucionalidad pública de Costa Rica, darles plena validez a tales obligaciones legales, necesariamente ha de subrayarse que la negligencia de los sucesivos gobiernos a lo largo de muchos años ha suministrado combustible para el conflicto. Ni siquiera las Medidas Cautelares dictadas en abril de 2015, por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), están teniendo la aplicación correcta y rigurosa que la gravedad del problema hace urgente. El asesinato del líder indígena Sergio Rojas del clan Uniwak, hace un año, y el reciente atentado de bala contra Minor Ortiz Delgado del clan Tubölwak, lo atestiguan de manera contundente.

Es desde luego lamentable que la voz de las personas indígenas y sus autoridades tradicionales, que han buscado recuperar las tierras que legítimamente les pertenece, hayan sido silenciadas por lo reportajes de Telenoticias. Tampoco favoreció la calidad y equilibrio de esas notas, el haber ignorado a instancias gubernamentales y judiciales involucradas en estos asuntos, así como a la academia que, como es el caso del CICDE-UNED y de colegas de la UCR, han trabajado este tema por muchos años.

He de indicar con todo respeto, que este tipo de reportajes alimentan los prejuicios racistas en contra de nuestros pueblos indígenas, y dan pretexto para la violencia y la discriminación que padecen.

Adjunto un documento que fue preparado por nuestro equipo de investigación, y que presentamos como la posición de nuestro centro en relación con el asunto planteado. Posteriormente le haremos llegar alguna documentación adicional, derivada de nuestro trabajo investigativo. Espero que todo ese material le sea de utilidad a usted y sus periodistas, para formarse una idea fundamentada y seria de lo que acaece en el territorio indígena de Salitre.

Atentamente

Dr. Luis Paulino Vargas Solís

Director

Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo (CICDE)

Vicerrectoría de Investigación

UNED

 

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Noticias que (en)cubren realidades y desvirtúan los hechos

CICDE _ 14 febrero 2020

Pronunciamiento del Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo (CICDE UNED) sobre el conflicto por las tierras en el territorio indígena de Salitre y los reportajes de un canal de televisión

Luego de observar los reportajes presentados en los últimos días en uno de los medios televisivos de cobertura nacional (Telenoticias de canal 7), el Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo (CICDE) de la Universidad Estatal a Distancia, considera necesario ofrecer a la ciudadanía costarricense otros elementos –contextuales, analíticos y empíricos– acerca de los hechos que vienen sucediendo en los territorios indígenas del Cantón de Buenos Aires de Puntarenas, especialmente en el territorio de Salitre. Nos parece importante hacerlo en vista de que esas realidades han sido desvirtuadas tendenciosamente por este tipo de reportajes televisivos. De esa forma, se criminalizan las luchas de los pueblos indígenas por su territorio, se incentiva la animadversión racista en contra de estas poblaciones tan vulnerables y discriminadas, y se lanza un manto de impunidad sobre los incumplimientos en que, como país, estamos incurriendo, respecto de diversas obligaciones legales, nacionales e internacionales.

Es importante tener presente que no es la primera vez que estos medios han incurrido en reportajes parcializados sobre la realidad del territorio de Salitre (véase el estudio realizado por CICDE con relación a este tema en siguiente vínculo https://investiga.uned.ac.cr/cicde/wpcontent/uploads/sites/37/2019/08/noticias_salitre.pdf). Estas noticias recientes, son entonces parte de un continuum, nuevas expresiones de un enfoque mediático sesgado, y carente de una fundamentación seria.

El CICDE-UNED desarrolla desde hace 10 años una línea de investigación sobre las luchas y reivindicaciones de los pueblos indígenas costarricenses, contando a la fecha con varios estudios concluidos, otros en proceso y múltiples productos académicos, que sustentan los datos y apreciaciones que enseguida ofrecemos. Todo ello está disponible en nuestro sitio web https://investiga.uned.ac.cr/cicde/informes/.

  1. Los derechos territoriales indígenas y la usurpación del territorio

Las 11 700 hectáreas que hoy componen el territorio de Salitre fueron declaradas territorio indígena en 1956 (Decreto Nº 34, reformado por el Decreto Ejecutivo Nº 13571 de 1982), fecha a partir de la cual dichas tierras quedaron protegidas jurídicamente como terrenos de propiedad exclusiva de la población indígena.

Los Pueblos Indígenas son titulares de derechos humanos colectivos, entre los que se encuentran los derechos territoriales, establecidos en diferentes instrumentos internacionales, aprobados y vigentes en Costa Rica desde 1993 cuando el país ratificó el Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales de la OIT, el cual había sido aprobado en 1989; mediante la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (2007), y la Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (2016).

Es decir, el conflicto que se hace evidente con la recuperación de las tierras localizadas dentro de los propios territorios indígenas, obedece a una problemática creada, fundamentalmente, por la violación de los derechos de estos pueblos, tanto por parte del Estado costarricense, que no ha cumplido la función tutelar que le corresponde, como por la invasión ilegal de estos territorios por parte de personas no indígenas.

Esta situación de usurpación y apropiación ilegal alcanza en promedio, según estimaciones elaboradas a partir de nuestras investigaciones en el CICDE-UNED y otras fuentes, entre 40% y 50% de las tierras reconocidas por el Estado costarricense como tierras indígenas (Zúñiga et all, 2017; Vargas et all, sf; Guevara y Romagosa, 1987), llegando hasta un 80% y 90% en algunos territorios como Térraba y China Kichá. Hasta el momento, esta situación ha quedado cubierta por un manto de impunidad.

Los reportajes a que hacemos referencia no mencionan tales datos, las cuales son reconocidas oficialmente, no obstante que estudios técnicos adicionales son necesarios para precisar los hechos con mayor detalle. Estos medios presentan exclusivamente la versión de las personas no indígenas o de personas que siendo indígenas respaldan intereses ajenos a los de sus propios pueblos.

Resaltamos que las fincas que están siendo reocupadas por familias indígenas se hayan dentro de los territorios indígenas y pertenecieron anteriormente a familias indígenas.

En la memoria y en la historia de las familias indígenas se recuerdan y registran múltiples formas fraudulentas, engañosas e injustas de despojo que sufrieron sus abuelos por parte de personas no indígenas inescrupulosas, contando para ello con la ayuda de abogados y abogadas irresponsables que hicieron transacciones irregulares.

En el caso de Salitre es bien conocido que este conflicto por las tierras, que en su última etapa que lleva ya diez años, ha generado una verdadera crisis comunitaria, una dolorosa escalada de violencia. Ninguna persona no indígena ha sido agredida por indígenas mientras que varios indígenas si lo han sido a manos de no indígenas, sin que hasta el momento haya nadie detenido por este tipo de hechos, ni por otros como las balaceras, las amenazas e intimidaciones que se han vuelto el pan de cada día en Salitre.

La ausencia del punto de vista de quienes son víctimas de una situación histórica de injusticia y protagonistas de una lucha en situación muy desventajosa, resta validez y credibilidad a ese tipo de reportajes, pero sobre todo, y es lo más preocupante, abona a la justificación ante la opinión pública, de la violencia en este territorio, en un evidente respaldo a los finqueros no indígenas.

Algunos finqueros entrevistados argumentan que poseen muchos años habitando dentro del territorio indígena, aunque los estudios demuestran que la mayoría de ellos, quienes por lo general poseen varias fincas en uno o varios territorios indígenas, viven fuera de ellos. Estar en posesión de una de estas fincas por más de 20, 30 o 40 años no es en sí misma una prueba de legalidad, pues según la Ley Indígena las tierras indígenas son “inalienables e imprescriptibles, no transferibles y exclusivas para las comunidades indígenas que las habitan”. Por lo tanto, y desde el punto de vista legal, el finquero no indígena solo puede aspirar a ser indemnizado por parte del Estado, si logra demostrar que es “poseedor de buena fe”, es decir, si el adquirió esa posesión –valga decir, no hay escrituras individuales y si las hubiere en algún caso, son ilegales– antes de la promulgación de la Ley Indígena (1977).

Al respecto es ilustrativo el voto 4044-F-S1-2019 de la Sala I de la Corte Suprema de Justicia emitido el 21 de diciembre de 2019, en el cual se deniega la petición de una persona no indígena que reclama al Estado el pago de 300 millones de colones por indemnización, argumentando que era un poseedor de “buena fe”, debido a que adquirió la finca de otras personas no indígenas poseedores de “buena fe”. Es decir, que el derecho del poseedor de “buena fe”, aunque se dé si fuera el caso, no es transferible al realizar una compra.

Hasta el momento ningún no indígena ha logrado demostrar fehacientemente que es “poseedor de buena fe”, por lo que su permanencia dentro del territorio indígena es ilegal y la finca que mantiene en sus manos, susceptible de recuperación.

Los reportajes recientes sobre esta problemática apelan a un recurso que provoca desinformación, al darle vuelta a la realidad de las cosas e invertir al sujeto que lleva a cabo las “invasiones”. Así el usurpador no indígena es transfigurado en víctima y legítimo propietario, mientras las personas indígenas se las presenta como invasoras. Pero ¿invasoras de sus propios territorios? Nada más lejano de los hechos.

También es altamente imprecisa la afirmación o insinuación de que se han recuperado fincas que se hallan en manos de otros indígenas. Aunque se dan conflictos de diversa naturaleza entre indígenas dentro de Salitre, todas las fincas recuperadas hasta el momento estaban en manos de personas no indígenas. Claro que en algunas de ellas los finqueros contrataron peones indígenas, pero ello no significa que fuesen estos peones quienes ocupaban las tierras.

Ante este conflicto las últimas dos administraciones de gobierno propusieron la realización del Plan de Recuperación de Territorios Indígenas (PLAN RTI), el cual está a cargo del INDER. Su principal debilidad es que se queda en la conformación de expedientes acerca de la condición de “buena o mala fe” de la ocupación de las tierras por parte de los finqueros. No se ha previsto todavía un plan de acción, ni contemplados los presupuestos necesarios para hacer efectiva la devolución a sus legítimos dueños. Eso es lo que correspondería hacer, según la legislación vigente y los compromisos adquiridos por el Estado.

  1. La violencia, el papel de la Fuerza Pública y las Medidas Cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos

Con base en los dichos de los finqueros, los reportajes señalan a la Fuerza Pública como promotora o responsable de “sacar el ganado de la propiedad” de los finqueros. O sea, y de la forma más sorprendente, atribuyen a la Fuerza Pública ser “cómplice” de los indígenas recuperadores. Nuestros equipos del CICDE-UNED, quienes han investigado estos temas, y muchas veces han realizado giras de trabajo a los territorios, no conocen un solo caso que respalde tal aseveración. En ninguna ocasión desde que en el 2010 iniciaron las recuperaciones del territorio en Salitre, la Fuerza Pública ha intervenido “sacando el ganado”. Lo que sí ha ocurrido es que por disposición de la propia Fiscalía General de la República (según CIRCULAR 13-ADM 2011 de noviembre 2011) la Fuerza Pública está impedida de desalojar indígenas de sus propios territorios.

Se omite en este tipo de reportajes que las familias indígenas reclaman como su propiedad solo la tierra que se haya localizada dentro de su territorio y nada más. Por eso los recuperadores solicitan al finquero con antelación, que desmonte la infraestructura existente y saque todo tipo de enseres y animales. Cuando la persona no indígena decide mantenerse e ignorar tal solicitud es que se producen situaciones como las descritas en algunos de los reportajes de prensa.

Llama la atención la ausencia en las notas periodísticas, de las voces de las familias recuperadoras. El silenciamiento de esas voces, resulta más bien estridente. E igualmente llamativa es que no se tomen en cuenta a autoridades de gobierno e instituciones responsables de resolver este problema, las cuales poseen conocimiento verás acerca del conflicto. Esta ausencia despoja de todo equilibrio y objetividad a los reportajes.

Este conflicto por las tierras en Salitre ha generado un insoportable clima de violencia para las familias indígenas, quienes han sufrido más de 150 hechos violentos en los últimos años, incluyendo quemas de casas, quemas de cultivos, robo de pertenencias, agresiones físicas, persecuciones, uso o intimidación con arma blanca, uso o intimidación con armas de fuego y los intentos homicidio que reiteradamente se han venido dando entre 2010 y 2020. Esto alcanzó un punto culminante en el asesinato de Sergio Rojas Ortiz, su mayor líder político de los últimos años, y tiene continuidad en los hechos más recientes de agresión con arma de fuego a un indígena en Río Azul, lo cual vuelve a colocar a Salitre en el centro de la noticia.

Todo este caudal de violencia está ampliamente documentado en los informes de la Defensoría de los Habitantes, el CICDE-UNED, Observatorio de Derechos Humanos (ODHAIN) y las propias autoridades Estatales, formando parte del sustento que motivó la imposición de Medidas Cautelares a Costa Rica desde el 30 abril del 2015, por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) (MC 321-12, 15-16).

Estas medidas son una respuesta ante las agresiones que tanto el pueblo bribri de Salitre como el pueblo brörán de Térraba han venido sufriendo sistemáticamente por parte de finqueros no indígenas. Una reseña del proceso seguido para estas medidas puede ser consultado en esta dirección: https://investiga.uned.ac.cr/cicde/wpcontent/uploads/sites/37/2019/08/informe_salitre.pdf

Las Medidas Cautelares de la CIDH, fueron solicitadas por peticionarios de los territorios de Térraba y de Salitre en el año 2012 debido a una serie de agresiones y amenazas que incluyeron agresiones directas a líderes de ambos territorios, especialmente el atentado que sufriera ese mismo año el señor Sergio Rojas Ortiz, asesinado seis años después.

Estas Medidas Cautelares se componen de una serie de solicitudes, cuya ejecución requiere de un protocolo de implementación, que en el caso de Salitre tardó dos años para su definición. Dentro de ese protocolo, el gobierno se comprometió al saneamiento territorial mediante dos acciones prioritarias: ejecutar ocho desalojos que ya estaban aprobados por las autoridades administrativas y judiciales correspondientes, e implementar el Plan RTI, ya mencionado. En materia de seguridad, se comprometió además con una serie de medidas de protección para garantizar la vida y la integridad de las personas.

En relación con ambos compromisos, el nivel de cumplimiento es muy insatisfactorio, lo que ha facilitado la agudización del conflicto a niveles críticos. La presencia de la fuerza pública en estos territorios, responde a la esas medidas cautelares, así como a los constantes episodios de violencia.

  1. Las identidades indígenas y su apropiación indebida

Es importante que se comprenda que las culturas indígenas son diversas y que cada pueblo se organiza culturalmente de manera particular. En el caso del pueblo bribri, su sistema de parentesco y estructura organizativa tradicional se realiza mediante el sistema de clanes, los cuales poseen plena vigencia en la actualidad, a pesar de las pérdidas culturales que éste, como otros pueblos indígenas costarricenses, han sufrido a lo largo del tiempo.

El sistema bribri es matrilineal. Eso ha sido así ancestralmente, de manera que para que una persona sea reconocida naturalmente como bribri, su madre debe ser bribri. Este tema de las identidades indígenas ha sido también motivo de conflicto en los últimos años pues una de las estrategias de las personas no indígenas ha sido precisamente recurrir a autoproclamarse persona indígena y de esa manera evadir la aplicación de la legislación vigente, pues en ese caso las personas pueden alegar derecho de posesión sobre la tierra dentro de estos territorios. Con esa intensión personas no indígenas han obtenido certificaciones falsas otorgadas por personas indígenas afines a sus intereses, orquestando de esta manera toda una dinámica de reconocimientos que son ilegítimos, cuyo propósito es mantener posesión o apropiarse de fincas dentro de territorios indígenas y usufructuar de esta identidad ante instituciones públicas.

  1. Usos descontextualizados de materiales producidos por la academia

Otro aspecto que habla muy mal de los recientes reportajes televisivos es el uso manipulado de materiales académicos producidos por el CICDE y el Programa de Producción Audiovisual (PPMA) de la UNED, entre los que destaca la serie “Salitre.

La recuperación de un territorio”, que consta de cuatro cortometrajes. En este caso el noticiero utilizó imágenes o segmentos para la realización de su reportaje, los cuales aparecen así citados fuera de contexto, sin considerar la investigación que desde la UNED respalda estos videos y que es de acceso público desde julio del 2018 en las páginas web del CICDE-UNED y en el canal de YouTube de PPMA-UNED (para el caso de los audiovisuales).Tales reportajes usan este material pero no los datos producidos por los estudios académicos que representan la base sustantiva de tales materiales. Esto reitera el proceder tendencioso y sesgado, carente de rigor, e irrespetuoso a la hora de utilizar y citar productos resultantes de la investigación académica.

Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo – CICDE

Director Dr. Luis Paulino Vargas Solís

Contactos: lvargas@UNED.AC.CR, 8362-6681 / 2234 – 3236 ext. 6542.

 

Enviado por Luis Paulino Vargas Solís.

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En Salitre se siguen violando impunemente los derechos del pueblo indígena Bribri

Alberto Gutiérrez Arguedas, Universidad de Costa Rica

18 de febrero 2020

En días pasados hicimos una visita al territorio indígena Bribri de Salitre y pudimos constatar de primera mano el grave escenario de violación de derechos que este pueblo continúa sufriendo de manera sistemática. A casi un año del asesinato del líder Sergio Rojas Ortiz (18 marzo 2019), el cual permanece en total impunidad, las violencias en contra de la integridad física, psicológica y patrimonial del pueblo indígena Bribri de Salitre son una realidad de todos los días, demostrando, una vez más, el fracaso del Estado costarricense por salvaguardar los derechos fundamentales de este pueblo.

Estos actos de violencia, con altos niveles de crueldad y saña, son ejercidos principalmente por parte de finqueros y terratenientes no-indígenas, quienes con el pasar del tiempo se han apropiado de manera ilegal e ilegítima de estas tierras. Sin embargo, todo esto es posible debido a la negligencia, indiferencia y complicidad por parte de las autoridades gubernamentales que -se supone- deberían de velar por los derechos indígenas, comenzando por el derecho a la tierra y el territorio, el cual está en la raíz del actual conflicto que azota Salitre y otros territorios indígenas de la Zona Sur.

El pasado domingo 10 de febrero Minor Ortiz Delgado, de la comunidad de Río Azul, fue agredido con un arma de fuego en su pierna derecha, cuando se encontraba trabajando en las tierras que él y su familia han recuperado y que por ley les pertenecen. No es la primera vez que Minor es agredido gravemente por parte de finqueros y terratenientes: en su otra pierna, la izquierda, también tiene metida una bala producto de un ataque en 2013, en el cual también fue torturado con un machetazo en una oreja y quemado con un fierro incandescente en el pecho, el mismo que se usa para marcar el ganado. Producto de este último ataque, Minor sufrió una fractura ósea que probablemente le impida volver a trabajar por el resto de su vida.

¿Qué ha sucedido con los responsables de tan atroces actos de violencia? Absolutamente nada. A pesar que se conoce bien quiénes son estas personas (pues los indígenas conviven con ellos diariamente), todas las denuncias que se han interpuesto en la Fiscalía local han quedado desestimados por “falta de pruebas”. Los agresores andan libremente por el territorio; han amenazado de muerte a Minor y a otros recuperadores; amedrentan e intimidan a los hijos e hijas de los recuperadores cuando estos se dirigen a la escuela, inclusive con amenazas sexuales a niñas menores de edad. Mientras que Minor y su familia viven prácticamente prisioneros en su propio territorio, con profundo temor de salir de sus casas, sin conseguir dormir en paz, con una angustia constante de que en cualquier momento puede repetirse otra escena de terror.

¿Hasta cuándo las autoridades van a seguir permitiendo que esto continúe? Recordemos que el pueblo indígena Bribri de Salitre es beneficiario de medidas cautelares por parte de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), la cual ha determinado que el Estado costarricense es responsable por hacer valer los derechos de este pueblo. Esto significa, en primer lugar, mostrar voluntad política para resolver de una vez por todas la problemática de tenencia de las tierras, el Saneamiento Territorial como le llaman las personas recuperadoras. Pero además, es responsable por cualquier atentado en contra de la vida y la dignidad de estas personas. ¿Está el Estado costarricense dispuesto a que corra más sangre indígena? Si no se toman medidas urgentes y decididas, la violencia no cesará y corremos grave peligro de que haya otras personas con el mismo destino que Sergio Rojas.

 

Enviado por el autor.

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La UCR es pionera en el estudio y fortalecimiento de las lenguas indígenas de Costa Rica

Un concepto de investigación sobre lengua y cultura indígenas prioriza el trabajo con las comunidades y para las comunidades

Las enciclopedias se han elaborado en el marco de varios proyectos de investigación y tratan sobre temas cotidianos de las comunidades indígenas. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Desde hace siete años, la Escuela de Filología, Lingüística y Literatura, de la Universidad de Costa Rica (UCR), investiga en las comunidades indígenas del país bajo un nuevo paradigma. Además, desarrolla trabajos de acción social directamente con tales poblaciones y los resultados que se obtienen regresan a estas personas para su beneficio.

Lo anterior se ha logrado gracias a la trayectoria de dicha escuela, la cual durante más de medio siglo se ha dedicado, de manera pionera, al estudio de las lenguas autóctonas costarricenses.

Ese recorrido es la base del surgimiento reciente de nuevos proyectos, que se gestan desde la misma comunidad indígena y tienen como objetivo la documentación lingüística-etnográfica. Esto significa documentar aspectos de una cultura en su propio idioma, normalmente a solicitud de las mismas poblaciones indígenas.

“Nosotros ahora tenemos una perspectiva nueva, otra forma de pensar cómo se desarrolla el trabajo con las comunidades y para qué se documenta una lengua y una cultura (que es para el mismo provecho de las comunidades)”, dijo Carlos Sánchez Avendaño, investigador y coordinador de dos proyectos de acción social sobre esta temática.

Tales iniciativas son un trabajo comunal universitario (TCU), donde participan estudiantes de diferentes carreras, y un proyecto de extensión docente. Ambas tienen el fin de documentar y elaborar recursos didácticos para las comunidades, materiales que —basados en la investigación científica— contribuyan al fortalecimiento de la lengua y la cultura indígenas.

Larga tradición

El estadounidense Jack Wilson creó el Departamento de Lingüística de la UCR. Con su aporte y el de reconocidos lingüistas como Adolfo Constenla Umaña y Enrique Margery Peña, entre otros, se inició el estudio sistemático de las lenguas indígenas de Costa Rica.

Para Sánchez, la labor de estos académicos ha sido crucial y es la base de todas las investigaciones que en adelante se efectuaron.

Integrantes del equipo de documentación de la lengua y la cultura maleku muestran algunos de los objetos que se fabricaron para crear la Enciclopedia de las cosas. Foto: cortesía de Carlos Sánchez.

Uno de los grandes resultados de los primeros trabajos fue la descripción de los idiomas indígenas, tarea que en su momento partió prácticamente de cero. Según relató Sánchez, luego de esta generación de investigadores, vino otra compuesta por lingüistas como Carla Jara Murillo (quien es especialista en bribri), Mario Portilla Chaves y, recientemente, Haakon Stensrud Krohn.

Nuevo paradigma

La UCR se ha aproximado a las comunidades indígenas para realizar diversas iniciativas de trabajo conjunto, que permitan generar diferentes productos en sus lenguas autóctonas y, a la vez, fortalezcan su cultura.

“Se trata de hacer un trabajo de colaboración entre la Universidad y miembros de las comunidades, esa labor tiene que ver con las lenguas indígenas, hacer algo con ellas y, paralelamente, con aspectos de la cultura relacionados siempre con las lenguas. Entonces, son trabajos de colaboración de base comunitaria”, explicó Sánchez.

El cambio de paradigma consiste precisamente en el intercambio de conocimiento que se propicia en el proceso de investigación, en el que se parte de los intereses de las poblaciones y no de la persona que investiga. Asimismo, la participación de las comunidades es clave para alcanzar los objetivos deseados.

Por esto, se han conformado grupos de indígenas en los distintos territorios del país y se trabaja con ellos. El resultado es que estas personas son coautoras de los productos efectuados y, además, los materiales se escriben en la lengua respectiva. De acuerdo con Sánchez, han recibido solicitudes de las comunidades maleku, bribri, brunca, cabécar, brorán, térraba y ngäbe.

Materiales y actividades

Sánchez explicó que uno de los recursos más fuertes en los que se ha trabajado en los últimos años es en la creación de diccionarios temáticos y enciclopedias etnográficas.

Ya se han elaborado cinco de la lengua maleku, cinco de bribri, tres de brorán y una de brunca.

El investigador Carlos Sánchez Avendaño, de la Escuela de Filología, Lingüística y Literatura de la UCR, coordina los proyectos sobre lengua y cultura indígenas. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Las temáticas de las primeras cuatro fueron similares: el cuerpo humano, los animales, así como la agricultura y la gastronomía tradicionales. Luego, en idioma bribri, se expuso sobre la casa tradicional y, en maleku, se desarrolló el tema de los productos fabricados por sus comunidades. En cabécar, se abordó el sistema de clanes y, con los bruncas, se efectúa una enciclopedia sobre la producción de textil y el teñido.

Para construir cada uno de estos recursos didácticos, la comunidad conforma un grupo de personas, de acuerdo con cada tema, y se reúne con estudiantes e investigadores de diferentes disciplinas, tales como lingüistas y diseñadores.

El mismo proceso ocurre para crear otros materiales visuales que son parte del “paisaje lingüístico”. Entre estos se encuentran las impresiones en gran formato (lonas), de 1.50 metros por 1.55 metros, las cuales usualmente explican los mismos temas de las enciclopedias u otros tópicos específicos, pero de una forma más resumida.

Las lonas, por ejemplo, tratan sobre el cuerpo humano, animales, alimentación, casa, familia, clanes, entre otros, y son colocadas en las paredes del aula, por citar un lugar. Todos estos materiales impresos, además de los digitales, son donados por la UCR a las poblaciones indígenas.

Asimismo, se ha aprovechado la participación de estudiantes de la carrera de Informática para hacer la versión digital de las enciclopedias y diccionarios, así como para construir aplicaciones móviles y juegos que los jóvenes indígenas pueden utilizar en sus teléfonos. Igualmente, se llevan a cabo presentaciones artísticas en las comunidades, gracias a la colaboración de alumnos de Artes Dramáticas.

En las escuelas indígenas se imparten cinco lecciones por semana sobre la cultura y lengua autóctona correspondiente, que forman parte del currículo del Ministerio de Educación Pública (MEP). Sin embargo, Sánchez considera que estas clases no son suficientes para lograr una revitalización de los idiomas indígenas.

“Los recursos didácticos sirven para apoyar procesos de enseñanza, de aprendizaje de las lenguas y las culturas, para atraer a las nuevas generaciones y hacerles ver que su lengua y su cultura pertenecen al presente y participan de las nuevas tecnologías, como cualquier idioma de prestigio. Sirven también para fortalecer la seguridad, la identidad y para vincularse de una forma distinta con esa identidad y con su legado, el legado de sus ancestros”, manifestó el investigador.

Un caso de éxito

Para lograr un mayor impacto de los materiales didácticos se requiere que los educadores de lengua indígena puedan hacer una buena mediación pedagógica y utilizar esos recursos. A criterio del investigador Carlos Sánchez Avendaño, de la Escuela de Filología, Lingüística y Literatura, de la Universidad de Costa Rica (UCR), esto constituye un enorme reto, ya que los docentes no han recibido la formación adecuada.

No obstante, el académico mencionó un caso en el que se han obtenido muy buenos resultados. Se trata del maestro de cultura Leonardo Porras Cabrera, quien ha logrado utilizar dichos materiales para la revitalización del brorán.

Porras trabaja en Bijagual, una comunidad del territorio Térraba, donde este idioma no se habla desde hace muchos años. Incluso la niñez ni siquiera tenía conciencia del vínculo con la lengua y la cultura. No obstante, con su empeño e impulso del conocimiento del brorán, Porras ha conseguido que los escolares empiecen a decir algunas palabras en este idioma.

“Entonces ahí uno sí podría hablar de revitalización, porque no es solo interés, sino que ya dicen palabras. Después de que la lengua tenía no sé cuántos años de no escucharse en la comunidad, ahora se escucha. Obviamente de forma fragmentaria, no es que tengan una conversación en esta lengua, pero el brorán empieza a estar más presente otra vez. Entonces eso sí es revitalización”, finalizó Sánchez.

 

Nidia Burgos Quirós

Periodista, Oficina de Divulgación e Información

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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