El COVID-19, el bono Proteger y los indígenas

CSF I San José I 20 abril 2020

Foto cortesía Alberta Spinazze,Happy Family BioCycling

¿Será que el Bono Proteger no fue hecho pensando en los trabajadores indígenas de Costa Rica o será que todas las autoridades costarricenses de las más de 10 dependencias de Gobierno que trabajan en la emergencia se olvidaron de las condiciones de habitabilidad y vivienda que presentan los territorios indígenas (22), muchos de ellos sin electricidad y sin señal de Internet? Quisiera pensar lo segundo, en el descuido.

Para quienes no lo sepan el Bono Proteger es parte del Plan del mismo nombre que brinda ayuda económica por tres meses a las personas trabajadoras que han visto afectados sus ingresos por el COVID-19

Pero ¿por qué parecería que el Bono Proteger no habría tomado en cuenta a los indígenas en Costa Rica? la respuesta está en su diseño y accesibilidad. Para acceder al bono hay que contar con conexión a Internet, saber navegar en la red y contar con un ordenador o plan de Internet suficiente en el teléfono móvil, aspectos con los que no cuenta la población indígena. Además, se debe transcribir y firmar una declaración jurada de puño y letra, tomarle una fotografía, subirla al sitio web Proteger y firmar con el dedo o el mouse del ordenador en el mismo. Tecnologías con las que no cuentan o a las que no pueden acceder por lo intrincado de la geografía y la inamovilidad de la cuarentena.

LOS INDÍGENAS TAMBIÉN TRABAJAN

Quizá se puede pensar válidamente que el Gobierno tiene estrategias diferenciadas para los distintos sectores de la población: para los trabajadores no indígenas dinero en efectivo y para los trabajadores indígenas diarios (alimentos) y artículos de higiene y limpieza.

Si ese fuera el caso, uno se pregunta: ¿por qué los funcionarios de Gobierno tienen esta anacrónica y pobre apreciación sobre el ser indígena? ¿Acaso se piensan las autoridades de Gobierno que los indígenas no son trabajadores? Los indígenas son gente que trabaja y que como tal tienen una serie de gastos que asumir. Algunos trabajan en el sector turismo, pero la mayoría son productores de alimentos y deben lidiar con el transporte de su producción sea a caballo, en vehículo automotor o en bote y para ello hay un gasto en el uso del transporte, la maquinaria o en el uso de la propia gasolina. Con diarios o artículos de higiene no se puede pagar el servicio de telefonía celular que utilizan para estar conectados con el mercado, ni las botas o herramientas de uso agrícola, ni la madera para la construcción de sus botes y casas, ni los animales de corral, ni pagar el canfín, las medicinas o el vestido que usan. Y hago la aclaración del vestido porque quizá las y los señores funcionarios siguen pensando que los indígenas en Costa Rica andan con taparrabo sobre las copas de los árboles. Esta es la impresión que deja el Gobierno con su asistencia diferenciada y desigual, si no, no se entiende por qué se confina a este sector de la población a la entrega de víveres y artículos de higiene y limpieza. ¿Acaso se piensa que la población indígena solo come, se asea y vive de asear la casa?

Botero de la comunidad indígena Bribri de Yorkin. Cortesía Alberta Spinazze,Happy Family BioCycling.

LOS BRIBRIS DE YORKIN, LA FLOR EN EL OJAL

A 400 kilómetros de distancia de San José en las riberas del Río Yorkin, distrito Bratsi, provincia de Talamanca en el Caribe Sur de Costa Rica habita una comunidad de productores indígenas de cacao y banano orgánico de exportación. Allí un promedio de 200 personas de origen Bribri se dedica, además de los citados cultivos orgánico de exportación, al desarrollo de la actividad turística, actividad que ellos mismos lograron montar para sustento de las familias y la preservación y promoción de la cultura y tradiciones Bribris. Esta pujante comunidad organizada recibe un promedio de 1700 turistas por año. Ha logrado aglutinar a la comunidad en torno al negocio turístico con puestos de trabajo y empleo diversificado, con ocupaciones de guía turístico, artesano, guarda, mesonero, cocinero, capitán de bote, asistente en bote y misceláneos. Y con ello germinar en las nuevas generaciones el orgullo del ser indígena, el amor por el territorio y la promoción y preservación de su cultura dentro y fuera de la comunidad.

Empero hoy desatada la pandemia a nivel mundial y a un mes de la cuarentena en el país, los bribris de Yorkín están viendo reducidos sus ingresos por la ausencia de visitantes. Y como ocurre al resto de costarricenses TRABAJADORES en las siete provincias, los Yorkin están empezando a resentir la crisis económica en sus bolsillos. ¿Qué opciones por parte del Gobierno tienen estas familias TRABAJADORAS para paliar la emergencia? Ninguna porque no tienen acceso a Internet y tienen restringida la movilidad por la pandemia. ¿O acaso creen los funcionarios del Gobierno que las poblaciones indígenas pueden enfrentar la emergencia con diarios y alcohol de la Fanal?

Es hora de ver a las poblaciones indígenas como fuerza laboral, como parte de la sociedad que también contribuye a la construcción de esta nación. Miles de indígenas en todo el país utilizan sistemas de producción únicos que resguardan los recursos naturales, regeneran los suelos y preservan los ecosistemas salvaguardando la diversidad genética de especies, asegurando más alimentos diversos por hectárea y la Biodiversidad en el país. Y por si esto fuera poco, cientos de ellos dan dinamismo al sector turístico y otros miles hacen posible los cultivos de exportación como el banano y el cacao que generan trabajo y divisas para el país. Las poblaciones indígenas también constituyen la fuerza laboral de Costa Rica ya es hora de volver la mirada, dejarse de dádivas y de articular iniciativas que nos involucren a todos por igual, porque todos hacemos Costa Rica.

Por Natalia López

Las opiniones expresadas son de responsabilidad de la autora y no necesariamente representan la opinión de Coop Sin Fronteras