Skip to main content

Etiqueta: machismo

La única vez que nuestras voces son escuchadas

Fabiana Quirós Dobles

Este pasado 8 de marzo se llevó a cabo una vez más la marcha por los derechos de la mujer, este día tan simbólico para los movimientos feministas y cada una de nosotras, que, como niñas, mujeres, madres, amigas, parejas, pero sobre todo PERSONAS, hemos tenido que enfrentar situaciones que violan nuestra integridad; desde comentarios sexistas, agresiones verbales y físicas, acoso por parte de desconocidos en la calle y familiares, hasta violaciones y femicidios. Si usted, quien me lee, es hombre, ¿se ha tomado el tiempo de preguntarle alguna vez a una mujer cercana si ha sido acosada? o ¿si se ha sentido incómoda por elegir cierto tipo de ropa porque “no quiero que me digan cosas en la calle”? ¿ha vivido seguido o casi todos los días usted alguna de estas dos situaciones?… puedo casi jurar por lo que creo, que, si se atreve a hacerle esta pregunta a cualquier mujer, no va a tener una respuesta de indiferencia al sentimiento de frustración que es vivirlo todos los días.

Es por eso que marchamos, Costa Rica se encuentra en el 8vo puesto con la mayor tasa de violaciones a nivel mundial, ¡el lugar número 8 de 194 países reconocidos por la ONU! siendo nosotras la mayoría de la población, ¿siente usted que se le da la suficiente importancia que deberíamos darle para resolverlo? porque yo y todas podemos asegurar que no.

Eran tan solo las 2pm del 8 de marzo cuando los primeros movimientos de mujeres se hicieron presentes, bajo un sol picante, pero la marcha no empezó sino hasta las 5pm acompañado de ese característico viento veraniego de marzo, camino del Parque Central de San José y hasta la Asamblea Legislativa se escuchaban canticos de hermandad. Mujeres con camisas cubriendo su rostro, carteles con escritos verdaderamente chocantes de leer: “Te prefiero violenta que violada y muerta” y pues como no, si es el único día del año en donde nuestras voces por fin son escuchadas por el mundo gracias a los medios, ya sea de buena o mala forma, somos escuchadas.

Una vez la gran mayoría de nosotras nos encontrábamos frente a la asamblea, una tarima con un par de instrumentos y micrófonos se asomaban entre la multitud, pues minutos más tarde empezarían a cantar artistas nacionales como muestra de apoyo. Entre amigas cantamos lo que nos sabíamos, bailábamos y disfrutábamos de aquel espectáculo.

Luego de acabado el concierto, captó mi atención el montón de policías cuidando la entrada de la asamblea, y más filas y filas de policías alrededor, algo que en lo que a mí respecta, no suele ser común… vaya prioridades se tienen estos defensores de los ciudadanos…

Un grupo feminista cuyo nombre no recuerdo, empezó a hacer un performance, chicas en fila encendieron una hoguera alimentada con papeles y carteles, cada una llevaba una antorcha en su mano y la fue prendiendo mientras se acomodaban en la entrada principal de la asamblea en medio de frases que gritaban en multitud: “Estado cómplice” «Justicia», «Ni una menos»… a lo que por supuesto, la Fuerza Pública reaccionó, haciendo que… ¡claro! es el día de la mujer, por su puesto se van a unir al show y van a poner a las mujeres al frente, pero siendo honesta no me queda claro del por qué… ¿temían que las chicas de las antorchas se saltaran las vallas e hicieran un desastre adentro?… mientras observaba, en mi mente rondaba la idea de que era algún tipo de manipulación para crear empatía y alivianar tención, en otras palabras, las usaron de escudo, pero, quiero pensar que es porque a pesar de que cumplen las mismas labores que ellos, reciben un 12% menos de salario anual y fue alguna forma de darles su lugar en su día.

Los canticos y bailes continuaron un par de horas hasta que poco a poco la gente fue mermando, ya eran las 9 casi 10 pm y no quedaban más que algunas personas nada comparables con el tumulto de hace una hora y el montón de policías decididos a proteger lo improtegible.

Esta fue la primera vez que asistía a la marcha, mi motivo no era ajeno, como se lo podrán imaginar, era más que personal, me sentí acompañada y empoderada, me sentí empática ante los testimonios de otras, pero también sentí rabia, rabia porque después lo único que vería en las noticias serían reportajes de las cosas que menos importan de la marcha, cosas que sí se solucionan de un día para otro, en cambio no le dan voz a las que necesitamos nosotras para acabar con todos estos problemas que nos hacen sentir mal todos los días, problemas que nos trauman e interfieren con nuestra forma de interactuar con el mundo, a nivel profesional, sentimental, psicológico y personal con nosotras mismas.

Finalmente, cansada, en el auto de regreso a casa, con la experiencia de haber vivido uno de los momentos más desafiantes emocionalmente, me quedé con la seguridad de que esta era la primera de muchas luchas que voy a enfrentar en mi vida como mujer, porque al parecer al contrario de lo que dicen las teorías, los derechos no es algo que obtenga por nacer.

Fotografía Fabiana Quirós Dobles, 2022.

Un año más de celebración del Día Internacional de la Mujer

Alberto Salom Echeverría

Cada día 8 de marzo se celebra en todo el mundo el día internacional de la mujer. La palabra celebración tiene una connotación de festividad. Sin embargo, aunque hay muy gratas razones para festejar, porque la mujer es madre, hija, hermana, esposa, compañera y luchadora sin par en la vida, por otro lado, la discriminación, el maltrato, la violencia, el crimen, la exclusión social que subsiste en el mundo contemporáneo especialmente contra ellas, me llevan a hacer una pausa para reflexionar sobre todo ello.

¿Por qué hoy la mujer, no obstante ocupar un lugar tan central en la vida de todos los seres humanos, ha sido a lo largo de los tiempos y continúa siendo vilipendiada o denigrada, y es víctima de la exclusión social?

Una de las autoras que desarrolla con mayor profundidad los orígenes de la segregación de las mujeres del mundo de lo público, lo fue Hanna Arendt. Arendt se transporta al mundo de la “polis” griega, en la que mientras el hombre, postula ella, se desenvolvió “libremente” y era el conductor de la ciudad estado, la mujer había quedado confinada a la vida privada, a cargo de las tareas de la producción (principalmente la agricultura) y, nada menos que la atención de la vida de los párvulos en el hogar. Las tareas de la producción en la “polis”, la mujer la compartió con los esclavos, siendo muchas de ellas parte de este estamento, denigradas, sojuzgadas por “el hombre”. De esta manera, la producción en el mundo antiguo fue concebida como una tarea del ámbito privado, de la cual estaba sustraído el hombre “libre”. No sería sino hasta el renacimiento, que la producción material escalaría del ámbito de lo privado a lo público, y fue hasta entonces que nació la economía política: conjunción de las esferas de lo privado con lo público. Sin embargo, la economía pasa al ámbito de lo público, sin que la mujer que había sido en la “polis” griega el sujeto fundamental de su accionar, se hubiese podido liberar de las ataduras que la anclaban a la vida privada. En ella, en la vida privada, la mujer permaneció por siglos, despojada de derechos civiles y políticos y cosificada por el hombre.

En tal virtud, en la “polis” griega la mujer, aún cuando cumplió un relevante papel social, se vio permanentemente relegada de las decisiones fundamentales que se tomaban sobre la administración de la ciudad, tanto en la guerra como en la paz. La importancia de esta aseveración de Arendt radica en que, esta circunstancia afectó a todo occidente en su modo de vida, en su pobre concepción de la mujer que, en gran medida ha trascendido hasta el presente; no obstante, los indudables progresos alcanzados por ellas, principalmente merced a sus luchas.

Una de las mujeres que más han ayudado a caracterizar la vida de las mujeres y las circunstancias adversas que la han acompañado hasta hoy, ha sido la intelectual académica y política de origen mexicano, Marcela Lagarde. Ella fue quien primero acuñó el término de “femicidio” para referirse a los crímenes contra mujeres, cometidos por hombres, debido a su género. Como congresista que fue Lagarde, en calidad de militante del partido comunista, impulsó la “Ley General para el acceso de las mujeres a una vida libre de violencia”, la cual fue aprobada en el año 2007. Esta ley ha tenido una importancia señera en muchos otros países, en donde este término pasó a formar parte de la legislación penal y de Derechos Humanos. La misma Corte Interamericana de Derechos Humanos se apoyó en esta legislación para condenar al gobierno mexicano en el 2009, por el asesinato de tres mujeres en ciudad Juárez.

Lagarde ha recorrido “el mundo” denunciando el “femicidio”, crimen contra mujeres a manos de hombres poseídos de una mentalidad machista. El “machismo” es a su vez hijo de la sociedad patriarcal, que en lo medular prevalece en el mundo de hoy. Para Rita Segato, antropóloga argentina, una de las principales impulsoras del feminismo en América Latina, la sociedad patriarcal es aquella en la que los hombres se apoderan del territorio (la propiedad), tienen el poder primario y predominan en roles de liderazgo político, autoridad moral y privilegio social. Por ende, los hombres con esa mentalidad se creen “dueños” de los cuerpos femeninos. En el patriarcado el dominio del “macho” se institucionaliza y la mujer queda invisibilizada, así como todo lo que es considerado “lo femenino”, creando una situación de desigualdad estructural que está basada en la pertenencia a determinado “sexo biológico” (Cfr. https://diccionario.cear-euskadi.org Puede consultarse, además: Segato, Rita. https://entredichos.trabajosocial.unlp.edu.ar)

A pesar de que el “patriarcado” continúa predominando en la vida social en el mundo entero, tanto Marcela Lagarde como Rita Segato no son pesimistas, pues valoran los pasos que han dado las mujeres en su lucha contra la violencia y el predominio y sometimiento de la mujer por el hombre. Por esa razón, me niego en un día como el pasado 8 de marzo y todos los días en realidad, a no celebrar que haya un día en particular dedicado a las mujeres y sus luchas. La perspectiva de algunas personas de no celebrar y hacer una sutil diferencia entre celebración y conmemoración constituye para mí un error de perspectiva, cuando en el propio diccionario de la Real Academia en su primera acepción se consigna que celebración es “conmemorar, festejar una fecha, un acontecimiento.”

Se lucha por una causa justa, como es la de la igualdad entre la mujer y el hombre, o el destierro para siempre de la violencia contra las mujeres, no solamente porque es “justa”, sino porque se tiene fe en el triunfo de una causa por una sociedad diferente, sin discriminación ni violencia. Para ello hay derecho a celebrar cada triunfo del movimiento feminista, por parcial que haya sido. Las luchas se dan porque se cree en ellas, en la fortaleza del movimiento como su base de sustentación.

Hablando de Marcela Lagarde, escribe la periodista Almudena Barragán en una entrevista publicada en el periódico El País de España en marzo del 2020: “La lucha incansable de la mexicana por erradicar la violencia machista la ha llevado por todo el mundo a dar conferencias sobre su obra y una cátedra lleva su nombre. Pese al horror y un camino lleno de obstáculos, en los ojos y las palabras de Marcela Lagarde hay esperanza. Se aferra a las nuevas generaciones de mujeres que vienen detrás de ella quemándolo todo y haciendo huelga para cambiar las cosas de raíz. “Estoy encantada de ver a las jóvenes en las universidades. Me fascinan, me dirigen, estoy dispuesta a ir con ellas. Me parece que podemos vernos en sus ojos y tenemos que apoyarlas y acogerlas”, dice la antropóloga.” (Almudena Barragán. “Cualquier Mujer en México está en Riesgo Frente a los Hombres”. Entrevista para El País, España, realizada en la ciudad de México. Marzo 5, 2020.)

Marcela Lagarde habla pues de esperanza y de lucha, de lucha incansable de la mujer mexicana por erradicar la violencia machista. Por eso digo ahora que, yo sí regalo flores, a mi madre le regalé, que conocía mis anhelos por un mundo mejor, aunque no hubiese compartido todos mis sueños, sabía por qué luchaba; nunca pensé que un regalo de flores ni a ella, ni tampoco a mis compañeras y amigas a quienes también regaló flores, las iba a desubicar por eso de la meta de erradicar para siempre la violencia, y la irreal supremacía masculina, que únicamente puede serlo en lo brutal, en la fuerza física. Al contrario, se lucha contra la violencia hacia las mujeres por amor a ellas. Y espero tener un espacio en esta causa, para mí una de las más nobles y justas a las que puede aspirar la humanidad. No deseo luchar a la par de ellas para dictarles qué hacer, sino para sumarme como uno más y brindarles solidaridad, acompañamiento y amor. En tal virtud espero se me acepte y a los demás hombres que, como yo lo deseo y lo busco, procuramos una nueva masculinidad.

Por eso brindo cada año por las mujeres, en el día que ellas escogieron como una fecha especial para rememorar las luchas y conquistas alcanzadas, e incorporar los nuevos conceptos que nos ayuden a humanizarnos más y hacernos más entrañables las unas con los otros; siempre que, sin dobleces estemos dispuestos a erradicar el androcentrismo, el machismo y el patriarcalismo de nuestras propias vidas y de la sociedad; es decir, desterrar para siempre el control de los recursos por parte de los hombres sobre las mujeres, incluyendo sus cuerpos y la sexualidad. El androcentrismo nos ha llevado a subvalorar en lo social todo lo que proviene de la mujer, por ello es por lo que se ha invisibilizado a lo largo de la historia todo el aporte de la mujer a la evolución de la especie humana y al desarrollo. Por contraposición se ha sobrevalorado todo lo masculino, hasta las guerras, un producto esencialmente varonil, que se nos ha presentado como si hubiera sido una necesidad, a pesar de la destrucción y el indecible horror humano que arrastran consigo.

Es imprescindible estar claros, como nos dice de nuevo Marcela Lagarde que, de mantenerse la dominación del hombre sobre la mujer, hasta en la familia, se agudizará y ampliará más la brecha entre hombres y mujeres, aumentará la feminización de la pobreza, la marginación de las mujeres y el femicidio tanto individual como colectivo. (Cfr, Lagarde, Marcela. “Feminismo, Género y Patriarcado.” http://www.derecho.uba.ar. Revistas).

Finalmente afirmó que, en cambio, mientras haya mujeres dispuestas a luchar por sus innegables derechos a una vida digna, que implica una plena igualdad con los hombres, y mientras haya varones dispuestos a entender y sumarse a esos sueños de equidad e igualdad entre géneros, habrá razón para el optimismo.

 

Nota compartida con SURCOS por el autor.

“El poder del perro” de Jane Campion. Una lectura muy personal de una gran película

Luis Paulino Vargas Solís. Economista / CICDE-UNED

“Cuando mi padre murió, no me importaba nada más que la felicidad de mi madre.
Qué clase de hombre sería si no ayudaba a mi madre, si no la salvaba”.

Esa es la frase que abre la película, la cual es pronunciada por Peter, un joven adolescente que es, asimismo, uno los personajes centrales de esta historia, ubicada en el estado de Nevada, Estados Unidos, en el año 1925. He leído diversos comentarios que parece encontrar ahí la clave para la interpretación de la película y, de hecho, un anticipo de su desenlace. Es, nos dicen, una historia de venganza, que asimismo da cumplimiento a aquel compromiso de vida: asegurarse que su madre sea feliz, aniquilando a quien intenta impedirlo.

Todo lo anterior tiene sentido, pero, según mi modesto entender, no pasa de ser una lectura más bien lineal y simplista.

Primero que nada, es claro que Rose, la madre de Peter, es una mujer buena y dulce, pero sumamente vulnerable e insegura. Ello se hace evidente, no solo cuando le toca enfrentar al despiadado Phil, sino, asimismo, frente a sus suegros y frente al gobernador y su esposa. Pero también es claro que establece una relación tóxica con su hijo, una relación a la vez dependiente y sobreprotectora. Que Peter sienta que su vida debe estar condicionada a darle felicidad a una madre de tan frágil carácter, es por lo menos llamativo ¿Un hijo dispuesto a dejar de ser él mismo, y a renunciar a su propia felicidad, en procura de proteger la felicidad de la madre? Al final resulta que sí, y, de hecho, la famosa frase del inicio lo anticipa, aunque esta forma de plantear las cosas no parece haber recibido atención. Sobre eso volveré luego.

Los hermanos Phil y George, por su parte, son un par de ricos hacendados. Phil hace ostentación de un machismo visceral y recalcitrante. George, en cambio, es de modales amables y educados. Phil, sucio y sudoroso, trabaja, hombro con hombro, con la peonada, en los trabajos físicos más agotadores. George viste pulcramente y cuida que sus manos no se encallezcan. Guiándose por los estereotipos usuales, no sería extraño que alguien, en algún momento, al inicio de la película, pudiese haber pensado que George era homosexual. De hecho, algunos diálogos entre ambos hermanos, por su carácter equívoco, podrían propiciar esa idea.

Pero luego resulta que, desmintiendo esa posibilidad para quien pudo haberla considerado, George y Rose se enamoran y se casan. El recibimiento que ella obtiene por parte de Phil al llegar a la hacienda, es brutalmente grosero. Esa noche, Phil está en su cama, ahora solo en el cuarto que anteriormente compartía con George. Le llegan los ruidos de lo que ocurre en el lecho del cuarto contiguo, donde yacen los recién casados. Las lágrimas asoman a sus ojos, y, enseguida, en aquella fría noche invernal, se va al granero y se dedica a frotar y limpiar la silla de montar de Bronco Henry. Phil, el macho correoso e irascible, da inusitadas muestras de debilidad, como si el matrimonio del hermano lo hubiera dejado al descampado y enfrentado a una soledad que le infunde terror.

A lo largo de la película, Bronco Henry es una presencia invisible, pero permanente y decisiva. Una y otra vez es evocado por Phil: es su mentor y su maestro. Más aún -Phil lo enfatiza- Bronco Henry es quien lo hizo hombre.

Peter, por su parte, es un chico amanerado, evidentemente homosexual. Phil, y los demás vaqueros, hace escarnio de él de forma terriblemente cruel. De visita a la hacienda durante el período de vacaciones, Peter descubre lo que podríamos llamar el escondite secreto de Phil, una sección del río de difícil acceso, donde, en una estrecha casucha de madera, él guardaba revistas comprometedoras, y en el cual podía bañarse en el río, desnudo…y solo. Peter descubre las revistas, ve a Phil desnudo en el río y luego huye despavorido cuando Phil lo persigue amenazadoramente. Algunos hechos importantes han acaecido: inmediatamente antes de que este incidente tuviese lugar, la cámara nos permitió ver con los ojos de Phil, a los vaqueros que, en grupo, se bañaban desnudos en otra parte del río, pero ahora Peter descubre, como para confirmarnos la insinuación que poco antes nos había sido hecha, que Phil es homosexual. Pero, en el proceso, algo más se nos había comunicado: el juego erótico que Phil realiza con un pañuelo que tiene las iniciales de Bronco Henry, claramente nos insinúa cuál fue la verdadera naturaleza de la relación que hubo entre ambos. No sé si decir que la sugerencia de que Bronco Henry lo hizo hombre, era en realidad la forma como Phil quería decir que fue él quien le enseñó a amar.

De ahí en adelante la relación entre Phil y Peter cambia, pero es un cambio fundamentalmente inducido por Phil, quien busca acercarse a Peter y establecer un lazo de afecto y complicidad entre ambos. El chico lo acepta, al parecer con agrado. Phil intenta anudar el vínculo, elaborando para Peter una cuerda, trenzada con correas de cuero de ganado. Luego se confirmará el enorme valor simbólico que aquella cuerda tiene para Phil.

Omito diversos detalles -todos muy significativos- para desembocar en un acontecimiento clave: Rose entrega a un hombre indígena y su hijo los cueros que, según orden de Phil, debían quemarse. Cuando éste se da cuenta, su reacción, es de furia, pero, sobre todo, transmite profundo dolor y verdadera desesperación, como si experimentara un catastrófico derrumbe interno. George le dice: “¿cuál es el problema? Ibas a quemar los cueros ¿no?”. Y Phil, con ojos llorosos y rostro de desolación: “los necesitaba…los necesitaba”

Simple y aplastante: los necesitaba para terminar la cuerda para Peter. Se adivina que, en la vida de Phil, aquello, al parecer tan trivial, representaba el acontecimiento más importante, al menos desde la muerte de Bronco Henry. Era volver a tejer un lazo afectivo y emocional, que, desde aquella muerte, había quedado roto, y jamás fue reconstruido.

Y, sin embargo, esa noche Phil terminará la cuerda, con cueros que le son proporcionados por el propio Peter. La escena nocturna en el corral de los caballos, es precedida por la escena, aún a la luz del día, en que Peter le hace saber a Phil que le puede proporcionar el cuero que le hace falta. Vemos entonces a un Phil fragilizado, lloroso y agradecido. El acercamiento físico entre ambos es casi un beso. Phil le dice a Peter: “las cosas serán mejores y más fáciles para ti”, como diciéndole: “tendrás lo que a mí me ha sido negado”.

Caída la noche, ya en el corral, Campion nos pone en un escenario de claroscuros profundos que recuerdan a Rembrandt, y enfatizan la intensidad emocional del momento. Phil termina la cuerda, en un ritual donde, como en un acto de amor y liberación, desnuda el alma ante Peter, y le comparte reminiscencias y confidencias de enorme significado para su vida. Peter pareciera ser partícipe de todo ello, aunque algunas de sus miradas insinúan algo más. Lo cierto es que ahí se sentenciaba el final trágico de Phil.

Al día siguiente Phil está enfermo y deberá ser llevado por su hermano al médico. Cuerda en mano, trastabillante y ansioso, se le ve buscar a Phil para entregársela. Lo miramos como si lo hiciéramos a través de los ojos de Peter y desde el interior de la casa. Phil ansía, con desesperación, terminar de cerrar el lazo con Peter, y para ello debe entregarle la cuerda. Y, sin embargo, no logra hacerlo: la cuerda queda tirada en el suelo. Para mí es una escena extremadamente dolorosa, al punto de hacerme llorar: lo que queda olvidado sobre la tierra no es la cuerda, sino más bien la esperanza de amor y liberación de un hombre sediento de otra oportunidad frente a la vida.

El macho agresivo y dominante resultó, a fin de cuentas, ser tan solo un antifaz que malamente buscaba disimular al hombre frágil, inseguro y vulnerable, pero sobre todo solitario. Ya el matrimonio de George lo asustó y desconcertó: era como perder el último rastro de apoyo emocional del que disponía. En Peter intenta un reencuentro consigo mismo y con su yo negado, el cual es, asimismo, su verdadero yo. Ello entraña, al mismo tiempo, un intento por recuperar lo que el mundo y la vida le habían proscrito: el amor. Cuando al fin cree encontrar la salida a ese largo y oscuro túnel, lo que se encuentra es el abismo. No hay un más allá, no tiene derecho al amor.

Peter mismo se encarga de negarle esa posibilidad de redención, pero, al hacerlo, renuncia a su propia redención. No es que quisiera proteger la felicidad de su madre. Más bien opta por ser el guardián de un orden que excluía a Phil, pero que también lo excluye a él. Hacia el final, el beso de Rose y George, que él presencia desde la ventana de su cuarto en el segundo piso, sella la inviolabilidad de ese orden.

Y viene entonces la inevitable evocación al Salmo 22:20, con que se cierra el filme: “libra mi alma de la espada, mi única vida de las garras del perro”. La peligrosa disidencia que Phil representa ha sido aniquilada; el perro deja de ser una amenaza.

La vida me ha hecho vivir mil historias que, de una u otra manera, en mayor o menor grado, están sintetizadas y simbolizadas en la tragedia de Phil y Peter. Comprendo, entonces, que mi lectura de esta película tiene mucho de personal: es una lectura labrada por mi propia historia de vida. Por ello mismo, entiendo perfectamente si otras personas no la comparten.

Compartido con SURCOS por el autor, publicado en https://sonarconlospiesenlatierra.blogspot.com/2022/01/el-poder-del-perro-de-jane-campion-una.html

CON UN HASHTAG NO ELIMINAMOS EL RACISMO

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

En su declaración de principios, la política nacional para una sociedad libre de racismo, discriminación racial y xenofobia 2014-2025 indica que tendrá como propósito la construcción de una sociedad costarricense más sensible a las diferencias. Así lo señala su visión:

Costa Rica será una sociedad libre de racismo, discriminación racial y xenofobia a partir de la garantía del ejercicio pleno de los derechos humanos de los pueblos indígenas, afrodescendientes, poblaciones de migrantes y refugiados, que contribuyen a la conformación de una sociedad más respetuosa y sensible a las diferencias y enfoques particulares”.

Pese a este propósito, la sociedad costarricense continúa presentando serias dificultades para alcanzar la aspiración de una sociedad cada vez más inclusiva.

Durante las recién pasadas finales de fútbol desarrolladas en el país, el jugador del Club Sport Herediano Kreysher Fuller denunció haber sido objeto de insultos racistas provenientes de un sector de aficionados apostados en las graderías del sector oeste del Estadio Ricardo Saprissa, ubicado en la capital costarricense.

En las imágenes del incidente, se logra apreciar algunas reacciones verbales del jugador, criticables también, contestando a tales insultos. En una publicación en su cuenta personal el jugador afirmó: “No puede ser que en estos tiempos aún exista insultos raciales, como lo volví a vivir este jueves en el estadio».

Ambas actitudes son deplorables. Sin embargo las respuestas no fueron similares. El jugador fue sancionado con varios partidos por su reacción. Pero la actitud de los aficionados no fue castigada de oficio, abriéndose en su lugar una “investigación” para determinar el alcance de lo denunciado por el jugador por parte de los órganos correspondientes a nivel dirigencial.

Esta actitud organizativa no es neutra. Cuando la institucionalidad actúa así, representa el culmen de la naturalización arraigada en cuanto a racismo y discriminación. Es sabida la producción y reproducción de discursos discriminatorios en lugares como estadios. La xenofobia, la homofobia, el machismo y el racismo encuentran terreno fértil tras una voz colectiva que se escuda en el anonimato para ofender y agredir de palabra.

El caso de México, por ejemplo, demuestra cuánto se debe seguir trabajando en la erradicación de estas prácticas. Las últimas noticias confirmaron un castigo más a su Federación por la reiteración de gritos homofóbicos en los juegos de su selección.

Costa Rica, a pesar de avances en su legislación como la política citada al iniciar esta columna, debe hacer un examen a conciencia acerca de los esfuerzos para estirpar estas odiosas acciones. Los procesos de violencia experimentados recientemente y en múltiples ocasiones por pueblos originarios en defensa de sus territorios son acaso un desafío que el estado costarricense no ha logrado resolver.

Peor aún, las declaraciones de un alcalde de una comunidad del Atlántico costarricense ofreciendo una “mujer indígena a cambio de favores de la empresa privada” en las que deja entrever un racismo y colonialismo in extremis, solo confirman la naturalización de una conducta histórica que una legislación no elimina.

La erradicación del racismo en los estadios, uno de los tantos desafíos en la materia por parte de la sociedad costarricense, no se resuelve con una campaña de camisetas vestidas por los jugadores, un “hashtag” y mensajes previos a cada partido.

Debe surgir de una profunda modificación de contenidos educativos en los que respeto, convivencia e integración sean los ejes para avanzar hacia la construcción de una sociedad absolutamente diferente.

Costa Rica: pan y circo de bicentenario

Marcos Chinchilla Montes

Juvenal acuñó la expresión “pan y circo para el pueblo”, la que alude a la distracción que se le ofrece e impone a un pueblo para evitar que éste no solo reflexione sobre las contradicciones y problemas que afectan a la sociedad en la que vive, sino también para que busque superarlas.

En eso resumo el espectáculo que se organizó para celebrar la independencia costarricense el pasado 15 de setiembre en el Estadio Nacional. Un colorido espectáculo tipo Hotel Fiesta (con su todo incluido) donde se conjugan luces, trajes, bailarines, músicos e historias perfectamente sincronizadas en torno a una idea central: el ser iguales en un país encantador, perfecto, independiente y sin contradicciones. Miles aplaudieron la versión oficial, la versión que siempre han conocido desde su niñez.

Ni por asomo, una alusión a la corrupción, al aumento de la pobreza, o la concentración de riqueza cada vez más descarada y vergonzosa, a las imposiciones históricas del Fondo Monetario Internacional. Nada de mencionar el machismo y la violencia hacia la mujer, el tráfico de drogas, la discriminación a las poblaciones no binarias, la violencia del crimen organizado que se extiende por todo el país. Bien escondidos quedaron los asesinatos políticos del Codo del Diablo, el robo de las tierras indígenas, el combo fiscal, la ilegalización de las huelgas, la destrucción del medio ambiente, la policía militarizada que reprime manifestantes, la exclusión educativa, la venta de la patria. Carmen Lyra figuró mutilada e instrumentalizada, al menos no quedó reducida a los Cuentos de mi tía Panchita.

Se impuso la fina coreografía, una bofetada descarada a historia crítica y reflexiva de nuestro pasado.

En fin, lo volvieron a hacer; millones de costarricenses recibieron su dosis de soma para afianzar la idea de que somos lo mejor de Centroamérica y América Latina; aunque diversos indicadores sociales reflejan la progresiva y peligrosa regresión social que sufre el país. Eso se llama construir la identidad nacional a base de mentiras y sueños, ocultando debajo de la cama nuestras múltiples contradicciones acumuladas a lo largo de siglos.

Tal vez para el tricentenario, quienes nos sucedan puedan reflexionar de manera profunda y honesta sobre el país que están construyendo; si es que quienes vivimos en esta época, algo les dejamos para repensar su pasado y futuro.

De mal en peor

José Manuel Arroyo Gutiérrez. Exmagistrado y profesor catedrático UCR

            Cada proceso de nombramientos en la Asamblea Legislativa, pone al desnudo un sistema colmado de vicios y falencias. Al país le urge un rediseño integral que asegure un mínimo de objetividad y credibilidad en la escogencia de magistraturas y otras jerarquías, competencia del parlamento. Hay que emitir un reglamento único y estable que fije con alguna seguridad las reglas del juego; encontrar un mecanismo de pre-selección para que la Asamblea tenga por obligación que escoger entre los mejores aspirantes, calificados con estricto criterio técnico por parte de expertos en la materia; hay que hacer públicos los procesos para saber con toda transparencia las razones por las cuales se escoge a una persona y no a otra; exigir la fundamentación de las decisiones; potenciar los criterios objetivos y reducir a su mínima expresión, ojalá eliminar por completo, las variables arbitrarias. Los diputados (as) no tienen, en la mayoría de los casos, la formación especializada para saber quién puede ser un buen juez. Es imprescindible erradicar la “información informal” –por no llamarla incultura del chisme- acerca de las eventuales ventajas o desventajas de un candidato o candidata. No podemos seguir sometiendo a las personas a procesos complejísimos plagados de requisitos, para al final nombrar al último de la nómina o sacarse un conejo del sombrero que ni siquiera ha participado en el certamen. Tampoco es admisible la burla de reservarse un alto porcentaje para una entrevista, con calificación totalmente subjetiva, que sólo ha servido para promover a los mediocres y castigar a los mejores que, sin embargo, no gozan de la “confianza” o el “ambiente” políticos.

            El último capítulo de este desdichado tema ha sido la confesión del diputado Fonseca del PLN afirmando que no nombran en la magistratura a la Dra. Patricia Vargas González porque es conocida o tiene cercanía con el autor de estas líneas. El daño que se le hace a la persona mejor calificada, y con ello al sistema de nombramientos, al Poder Judicial y al país, es de tales dimensiones, que no puedo menos que intentar analizar esta injusticia apartando, en lo posible, todo ingrediente personal.

            La candidata Vargas González no sólo ha obtenido un 96 en la calificación general del concurso. Es también una mujer sobresaliente por su inteligencia, preparación académica –con doctorado en España y con el sacrificio que eso significa, en esta sociedad, para una mujer con familia- y exhibe, además, un desempeño profesional excepcional. Como si todo eso no fuera suficiente, Patricia es una persona de gran calidad humana. Puede que todas esas virtudes les resulten a algunos, imposibles de soportar. De manera que atar su carrera a la relación laboral que tuviera conmigo cuando me correspondió ser magistrado integrante y Presidente de la Sala Tercera es no sólo una repugnante injusticia sino un acto de machismo incalificable. Resulta también inaudito que la trayectoria impecable, los atestados, méritos y logros de una profesional, se tiren al caño frente a un hecho más bien anecdótico y circunstancial, como la cercanía con otra persona.

            Por lo demás, en lo que a mí respecta, – y si ese es otro pretexto implícito en este despropósito-, decidí integrar el Grupo de Garantes de la gestión del Presidente Alvarado, –ad honorem y sin ningún interés personal-, después de analizar, como ciudadano fuera ya de la función pública, el riesgo inminente que existió en el 2018, de que figuras autoritarias o fanáticas religiosas, llegaran a conducir los destinos de esta maltrecha democracia. Esta decisión personalísima no tiene tampoco por qué alcanzar a personas que trabajaron conmigo.

            Por eso creo que la (sin) razón que están alegando la mayoría de parlamentarios es un mero pretexto. A lo que le tienen fobia es a la excelencia y a la independencia de criterio. Peor si se trata de la excelencia y autonomía de una mujer.

            La comunidad nacional tiene que saber que estos “inexplicables” asuntos son réplicas de la crisis que sufrió la Corte a mediados de 2017, cuando tráficos indebidos entre diputados y magistrados nos estallaron en la cara. Quienes tuvieron que salir por la puerta trasera con sanciones disciplinarias, o se quedaron con obstinación digna de mejor causa, siguen manejando los hilos del destino de este Poder Judicial. Dejaron colocados en las listas de elegibles a actuales propietarios y suplentes, y siguen manejando por debajo, entre González Lahman y Cuesta de Moras, quién si y quién no accede a las magistraturas.

            Todo este turbio fenómeno no es nada nuevo. Ya van generaciones enteras de juristas destacados a los que se les cierra la puerta con todo tipo de artimañas y con justa razón renuncian a someterse a estos procedimientos espurios. Una democracia no puede soportar por mucho tiempo esta sangría de talento, sólo porque no existe una clase política que sepa valorar responsablemente el poder que se le ha concedido.

            En medio de tantísima ignorancia, los políticos en ejercicio creen asegurarse eventuales tropiezos en sus intereses y trayectorias poniendo a jueces de su confianza y coincidencia ideológica. Se equivocan estrepitosamente. Primero, porque los siervos de hoy pueden convertirse, con facilidad, en los verdugos de mañana, cuando las mayorías partidarias cambien; y segundo, porque la mediocridad y la falta de preparación resultan una amenaza y un peligro para todos los habitantes de la República, incluidos los políticos, cuando tengan que buscar el amparo del debido proceso, la tutela de las garantías y derechos fundamentales y la sabiduría profunda de jueces y juezas que además, no le deban el puesto a nadie.

El triunfo de los que siempre perdieron

Por Sinesio López

Pese a que los organismos electorales no han proclamado aún su triunfo electoral, Pedro Castillo ya ha obtenido un triunfo político espectacular por varias razones.

Primero, por lo que representa: a los que siempre perdieron en la historia del Perú, a los ninguneados, a los excluidos, a los explotados, a los oprimidos, a los discriminados, a los de debajo de todas las sangres.

En segundo lugar, por el momento en el que triunfa. Este año celebramos el bicentenario de nuestra independencia. Fue una conquista de los criollos con el apoyo extranjero, pese a la oposición de la aristocracia criolla limeña. El triunfo político y electoral de Castillo celebra esta gesta, pero reivindica también el heroísmo de los grandes movimientos indígenas y mestizos (de 1814) que entregaron su vida para conquistar la independencia. Este fue un proceso en el que intervinieron todas las sangres que componen hoy la nación. Ha llegado la hora de acabar con la herencia colonial.

En tercer lugar, por los adversarios a los que derrota. A la señora K Fujimori, quien no tiene CV sino prontuario. A los poderes fácticos que, con sus millones, han sostenido esta costosa campaña de la señora KF. A los conservadores y a los fascistas. A la mayoría de los medios (radio, tv, prensa concentrada) que se alinearon con KF, eliminando el pluralismo informativo y desatando una de las guerras más sucias de la historia electoral. Pese a que la competencia electoral ha sido brutalmente injusta, ha triunfado Castillo.

En cuarto lugar, por lo que significa la victoria. Han triunfado los sectores sociales que quieren un gran cambio; los que buscan la justicia que siempre les fue negada; los que anhelan el bienestar al que nunca pudieron acceder; los que quieren una democracia que no sólo sea de procedimientos sino de contenidos sociales; los que buscan construir un «NOSOTROS» en el que todos nos reconozcamos como una sola nación plural y pluricultural, acabando con el racismo, la discriminación y el machismo; los que buscan construir un Estado capaz de defender el bien común, de desplegar políticas públicas y de distribuir bienes públicos a toda la población y en todo el territorio por igual, contribuyendo a la formación de una comunidad política nacional; a los que quieren un desarrollo armónico y democrático de todas las regiones, defendiendo el medio ambiente, la biodiversidad y la multiculturalidad.

En quinto lugar, porque es la PRIMERA VEZ QUE TRIUNFA LA IZQUIERDA A NIVEL NACIONAL, que se unifica, pese a su diversidad ideológica, para lograr un gobierno exitoso. A medida que se fortalezca la unidad, se va a contar con mucho apoyo ciudadano, con un sólido programa de gobierno y con equipos técnicos muy calificados.

Que todos los dioses la ayuden.

En vez de proponerse cuidar a las mujeres, los hombres deben enfocarse en erradicar comportamientos que llevan a vivir con miedo

Hombres, en vez de cuidar a las mujeres, apreciaríamos más que se enfoquen en erradicar los comportamientos propios y de otros hombres que hacen que tengamos que vivir con miedo.

– Dejen de hacer chistes machistas.
– Dejen de hablar de las mujeres como si fuéramos objetos, partes del cuerpo (ej «culito»), animales (ej «cabra») o comida (ej «rica»).
– Dejen de decirnos guila, niña o chiquita cuando somos adultas (si, aunque sea de cariño, nos infantiliza)
– Dejen de subestimarnos o minimizarnos en espacios de estudio o trabajo.
– Confíen en que somos igual de capaces, competentes y fuertes que ustedes.
– Dejen de interrumpirnos en reuniones y escuchen lo que tenemos que decir.
– Dejen de explicarnos cosas en que somos expertas o de escuchar criterio experto solo si viene de hombres.
– Dejen de ridiculizarnos o desestimar nuestro testimonio cuando manifestamos incomodidad sobre alguna situación en la casa, trabajo, cole, etc.
– Dejen de excluirnos de espacios de toma de decisiones, de organización de eventos y de participación ciudadana.
– Dejen de aceptar invitaciones a espacios donde solo participan hombres.
– Dejen de pagarnos menos por el mismo trabajo. Evalúen sus planillas y cierren brechas salariales.
– Acepten cuando les decimos o demostramos con lenguaje corporal, que no queremos hablar, salir con uds, que se acerquen, o que nos toquen.
– Dejen de decirle a sus hijas que no salgan con esa ropa pero reforzarle a sus hijos que sean agresivos, que no puedan llorar o expresar sentimientos, o que no acepten un no.
– Dejen de decirle a las niñas/adolescentes que si un chiquito les jala el pelo o las molesta es porque les gusta.
– Dejen de tratar de controlar a sus parejas, restringir y limitar a alguien por celos, no es saludable.
– Dejen de opinar sobre nuestros cuerpos cuando no se los estamos pidiendo.
– Dejen de compartirse fotos de mujeres desnudas sin su consentimiento.
– Dejen de usar palabras femeninas o la identidad femenina como insulto o para ridiculizar a otros hombres.
– Dejen de reconocernos solo como «la esposa de», «la hija de» o «la novia de» un hombre.
– Dejen de recargarnos tareas del hogar y cuido. Asuman su responsabilidad.
– También, no nos juzguen de vagas o irresponsables cuando tenemos que interrumpir el trabajo o estudio para asumir roles de cuido justamente porque los hombres en nuestra vida no ponen de su parte para asumir y compartir esa responsabilidad.

Y POR FAVOR, por favor, por favor, sean incómodos y háganle saber a su tata, su abuelo, si tío, su hermano, colega de brete, su jefe, su subalterno o sus amigos cuando están teniendo ese tipo de comportamientos. Visibilicen que está mal. Su silencio habilita esos comportamientos. Reírles la «gracia» más bien lo refuerza. Ser cómplices contribuye con el problema.

Sí, no todos los hombres violan o matan, pero el que todos estos comportamientos existan, se permitan, y no se frenen una y otra vez, es lo que habilita a que algunos y muchos hombres lleguen a agredir, violar y matar.

Entonces, aunque uds no violen o maten, no están exentos de responsabilidad en el problema. Identifiquen qué tipo de comportamientos sí tienen que minimicen o afecten a mujeres u otras personas vulnerables, cuáles refuerzan el machismo en su casa, trabajo, etc. y cámbienlos.

El enfoque de cuidarnos perpetúa la idea de que somo niñas, seres débiles que hay que proteger. Nosotras somos fuertes y luchadoras, y en esa lucha nos sirve más que activamente se involucren y nos ayuden a deconstruir y cambiar el sistema. Eso sí es ser aliado de verdad.

 

Del muro de Andrea San Gil, compartido con SURCOS por Patricia Salgado Muñoz.

Proyecto contra acoso sexual callejero hoy en radio a las 11 am

MUSADE

Les invitamos este sábado 6 de junio, a sintonizar nuestro programa “Tejiendo Historias”.

La Msc. Ruth Mayela Barboza Morera, jueza pensionada y defensora de los derechos de las mujeres comentará el proyecto de ley contra el acoso sexual callejero.

En el espacio de Escuelita Antimachista participará el viceministro de Seguridad Publica, Lic. Eduardo Solano. El tema será el Protocolo de Intervención Policial en la Atención de Casos de Acoso Sexual en Espacios Públicos o de Acceso Público.

Sintonícenos por Radio Sideral (1340AM) o Facebook Live y opine. Puede enviar sus comentarios al WhatsApp 8605 2958, puede participar mediante los números telefónicos 2445 1559 y 2447 6463 o mediante Facebook Live.

Mujeres Unidas en Salud y Desarrollo (MUSADE)

Vida familiar y solidaridad en el COVID-19

La Asociación Nacional de Educadores (ANDE) compartió con SURCOS material educativo que está promoviendo en alianza con otras organizaciones, para apoyar la formación de conciencia en torno a valores como la solidaridad y la erradicación del machismo.

Una de las infografías, que invitamos a circular en todas las redes a su alcance, hace referencia a la acción de humanidad que implica cuidar a otras personas, como a la población adulta mayor, que es parte de nuestra familia o de la vecindad.

Otra ofrece el mensaje de que la emergencia no es excusa ni oportunidad para actuar con violencia en el espacio familiar o de pareja. La construcción de espacios seguros y sin violencia son factores claves para mantener la tranquilidad, fomentar la salud, y activar el respeto a todas las personas.

La campaña formativa la desarrolla ANDE en colaboración con la Fundación Justicia y Género, la campaña Metele un Gol al Machismo, la Asociación Cartaginesa de Atención a Ciudadanos de la Tercera Edad, y el Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor.

Puede reenviar la nota con los enlaces al pie o copiando y pegando este vínculo: https://bit.ly/2RfywIn ;o bien, también puede copiar las imágenes para compartirlas en sus redes.