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Etiqueta: migrantes

Qatar Mundial 2022 sinónimo de muerte y explotación

El Mundial de #Qatar2022 causó la muerte de muchos trabajadores migrantes.

Súmate al llamamiento global para ayudar a sus familias. ¡No dejemos que la FIFA se lucre con la explotación!

Desde que la FIFA decidió que el despótico régimen catarí fuera el anfitrión del Mundial y, desde ese momento, se estima que han muerto miles de trabajadores migrantes que llegaron allí movidos por la pobreza y la desesperación.

A poco de iniciar el Mundial de futbol en Qatar, grupos defensores de los derechos humanos, futbolistas e incluso algunos de los principales patrocinadores del Mundial están presionando a la FIFA para que reserve un fondo de 440 millones de dólares para estos trabajadores – la misma cantidad que recibirán como premio los equipos participantes.

El torneo es por iniciar, debemos hacer de este llamamiento algo tan masivo que la FIFA solo pueda hacer lo correcto. Firma ya y haremos sonar nuestras voces directamente ante la FIFA.

En el siguiente enlace puede ser parte de este llamamiento en defensa de los derechos humanos:

https://secure.avaaz.org/campaign/es/make_fifa_pay_locked/?zQRxpdb

 

Compartido con SURCOS por Jaime García.

Información e imagen de AVAAZ

UCR, Voz experta: Migraciones en tránsito por Costa Rica, un complejo escenario con historia

Guillermo Antonio Navarro Alvarado Foto: Laura Rodríguez Rodríguez, UCR.

Por el Dr. Guillermo A. Navarro Alvarado, del Instituto de Investigaciones Sociales, Escuela de Sociología y coordinador de la Cátedra de Estudios de África y el Caribe

Este 2022 Costa Rica ha experimentado un crecimiento sustantivo del tránsito sur-norte de personas migrantes por el país, principalmente de personas venezolanas. Según los datos del Servicio Nacional de Migración del Gobierno de Panamá, entre enero y septiembre de 2022 se identificaron un total 107 692 personas migrantes venezolanas, que han cruzado el Tapón del Darién con el fin de atravesar América Central y llegar a los EUA. Comparativamente, el año anterior (2021) esta cifra alcanzaba para todo el año apenas el 2,7% de la cifra actual (2819) de personas venezolanas, caracterizando a este 2022 por ser un escenario de crecimiento sustantivo y acelerado del flujo migratorio venezolano, que alcanzó sus picos de tránsito entre julio y septiembre del presente año.

A esta cifra se suman otras nacionalidades en tránsito por la región, entre enero y septiembre de 2022 se identificaron en el tránsito por el Darién a 43 890 personas, provenientes de países tan diversos como Haití, Angola, Camerún, India, Nepal, Tayikistán, Senegal, Sierra Leona, Siria, etc., en total 37 diferentes nacionalidades identificadas, que en estos meses han sumado un total de 151 582 personas migrantes en tránsito, que encuentran su camino por América Central y por Costa Rica.

Aunque parezca un fenómeno reciente, lo cierto es que la identificación de estos flujos migratorios cultural y geográficamente diversos, así como socialmente heterogéneos, no son un fenómeno novedoso en la región, desde la década de 1990 y particularmente desde la primera década del 2000, estos flujos han transitado las rutas migratorias que cruzan Suramérica, la peligrosa selva del Darién, el territorio panameño, Costa Rica y el resto de América Central y México.

Generando diversas coyunturas a lo largo de este periodo, caracterizadas por transformaciones en los sistemas de atención, y control migratorio nacional y regional, así como complejos fenómenos migratorios que van desde las condiciones de inmovilidad y atrapamiento de personas migrantes en contextos centroamericanos, el establecimiento campamentos urbanos, la creación de centros y estaciones de atención migratoria, y profundas transformaciones culturales en las comunidades de recepción temporal (la mayoría situadas fuera de las capitales), etc.

Estas coyunturas y tránsitos migratorios han variado también de protagonistas, siempre caracterizados por la diversidad y la heterogeneidad, cada año y cada mes la presencia mayoritaria de nacionalidades varía, entre 2013 y 2015 el principal grupo en tránsito por Costa Rica fue el de personas migrantes cubanas, en 2016 haitianos, congoleños tanto de la República del Congo como de la República Democrática del Congo y somalíes, y así sucesivamente hasta llegar a la coyuntura actual. Y aunque se tienda a poner el foco en los principales grupos en tránsito, lo más importante del tránsito por América Central y Costa Rica, es que cada año el tránsito migratorio se conforma por personas migrantes provenientes de muy diversos orígenes y trayectorias.

Estas trayectorias no obedecen al clásico patrón migratorio unidireccional, del punto de origen al punto de recepción, sino que ellas se conforman por complejos trayectos, redes y motivos, que generan estancias migratorias variadas en África, Europa, Medio Oriente y Suramérica, antes de su tránsito por América Central, trayectorias sustentadas en vidas que se conforman en tránsitos permanentes. Esta condición constituye un complejo sistema migratorio global, al que América Central ha entrado como una trayectoria más dentro de un sistema mundo migratorio.

En términos de motivaciones la heterogeneidad es la pauta, la diversidad y el catálogo de motivaciones escapan a la síntesis generalizante de supuestas “migraciones por razones económicas”, el tránsito, orígenes y motivos de estas migraciones son multidimensionales y escapan a esta “razón” o salida fácil. Sin embargo, algunas tendencias nos pueden sugerir procesos globales que han motivado o más bien, estructurado estos complejos sistemas migratorios, razones compartidas de forma transregional y transcontinental:

Fotografía: Guillermo Navarro (2022) Campamento de personas migrantes en las inmediaciones de Calle 5 y Avenida 14 en San José, Cerca de la Terminal de Buses Tracopa Ltda.
  1. El crecimiento sostenido de la desigualdad en perspectiva global, esto no refiere tan solo a la desigualdad económica, sino al cada vez más desigual acceso a servicios, derechos y capacidades de acceso a oportunidades y recursos, una tendencia de la contemporaneidad;
  2. La desregulación de las formas de trabajo y generación de ingreso, y la multiplicación de las formas de trabajo informal: regla que progresivamente generaliza más trabajo informal, con mayores jornadas y con menores ingresos;
  3. La reconfiguración de los dispositivos y controles fronterizos: particularmente posterior a los atentados terroristas del 2001, las fronteras y los controles migratorios a nivel global se ha reconfigurado hacia políticas más marcadas por el control, detención e identificación, esto ha implicado dinámicas de extensión de los controles fronterizos hacia terceros países, fenómeno al cual se llama externalización de la frontera, generando con esto nuevas rutas migratorias.
  4. La fragmentación del monopolio del poder por el Estado-Nación: esto refiere a crisis de legitimación de los Estados-Nación y al control territorial de organizaciones paraestatales de muy diversas características (organizaciones terroristas, paramilitares, narcotráfico, pandillas, etc.,), en complejos contextos de control fragmentado de territorios. A esto se suma la tendencia a formas políticas cada vez más totalitarias y militarizadas, como respuesta a esta problemática.
  5. Recientes conflictos políticos y guerras: particularmente en contextos como África del norte, Asia occidental y Asia meridional, las guerras de Siria, Iraq, Afganistán y Libia han generado profundas transformaciones en las trayectorias y sistemas migratorios internacionales. En este punto debemos contar los propios conflictos en América Latina, particularmente Colombia, en donde la figura del desplazamiento ha generado flujos y corredores migratorios diversos.

Aunque estas razones no son suficientes para captar la heterogeneidad de los procesos y las motivaciones migratorias que contienen estos tránsitos, estas condiciones se encuentra repetitivamente a lo largo de los testimonios de personas migrantes, problematizando a su vez las propias categorías jurídicas de atención migratoria, tales como refugio.

La respuesta de Costa Rica a esta realidad ha sido variada, en las primeras etapas de identificación de estos flujos migratorios el país no adoptó una política de atención, adoptó la ambivalente perspectiva de la irregularización del tránsito migratorio y la permisividad del tránsito, hasta que en 2015 con el cierre de frontera de Nicaragua, las condiciones de inmovilidad de estos flujos migratorios generó una situación de concentración en el país, tanto en el Pacífico Sur como en el Norte, esto se llamó la “crisis de los cubanos”, pues la mayoría de personas migrantes era de origen cubano.

Una vez resuelta esta coyuntura con atención de emergencia y la agencia diplomática del gobierno, trasladando a las personas cubanas por avión a México para que continuaran su trayecto, en 2016 se experimenta otra coyuntura de inmovilidad y atrapamiento, igualmente relacionado al cierre de fronteras en Nicaragua, esta vez con mayoría de migrantes haitianos y de diversos orígenes africanos.

Esta coyuntura, de nuevo titulada como “crisis”, articuló dos soluciones, la atención humanitaria y el control migratorio, y la apuesta por la continuidad autónoma del tránsito migratorio de los diversos grupos. En el primero de los casos se estableció un sistema de atención de flujos mixtos, que contempló un flujo controlado de personas migrantes pactado entre Panamá y Costa Rica, el establecimiento de albergues, posteriormente, dos Centros de Atención temporal para Migrantes (CATEM) en La Cruz de Guanacaste y Golfito, un permiso de tránsito temporal de 25 días, y atención en salud, alimentación etc. Este sistema operó entre 2016-2020, en donde los flujos migratorios sostuvieron su tránsito, con un mejor registro, control y atención.

Entre 2020-2021, en el contexto de la pandemia y con el cierre de fronteras terrestres de Costa Rica dicho sistema fue desmantelado, dando paso a dos años de flujos migratorios en tránsito en condición irregular o irregularizada, paralelamente con el desarrollo de esfuerzos Estatales por el establecimiento de un Plan Integral para la Atención de los flujos migratorios mixtos, esfuerzo que permitió la construcción de la Estación Migratoria Bicentenaria Sur (EMBISUR) situada en el cantón de Corredores, y la planificación de la Estación Migratoria Bicentenaria (Norte) situada en La Cruz de Guanacaste, actualmente en proceso de construcción.

Este contexto reciente ha generado, entre 2020 y 2022, un vaciamiento y ausencia de la atención migratoria por parte del Estado a estos flujos migratorios, una irregularización de los flujos migratorios en tránsito, los cuales han establecido sus estancias temporales en diversos pueblos y ciudades a los largo del Pacífico Sur, San José y el Norte de Costa Rica, implicando el establecimiento de nuevas dinámicas de tránsito, las cuales se han visto marcadas por un acelerado crecimiento del tránsito migratorio por Panamá y Costa Rica entre 2021 y 2022, como explicamos al inicio, identificándose mayores flujos migratorios en estos dos años que en todos los años anteriores a 2020.

El tránsito global de personas migrantes por América Central y Costa Rica es más que una realidad y un patrón, constituye hoy un complejo sistema global, al cual es necesario abocarse en su acompañamiento y del cual aún estamos por conocer sus dimensiones. Este sistema ha implicado complejas transformaciones en las políticas migratorias de las Américas en general, las cuales han registrado su continuidad, heterogeneidad y consistencia a través de estos periodos.

 

Dr. Guillermo A. Navarro Alvarado
Instituto de Investigaciones Sociales, Escuela de Sociología y coordinador de la Cátedra de Estudios de África y el Caribe

Abrazar la migración desde el arte comunitario

Entre septiembre y principios de noviembre, se llevó a cabo una gira nacional de cuentacuentos y música, en diferentes localidades donde se concentra población migrante en Costa Rica. Fueron ocho las localidades, mayoritariamente rurales o urbano-rurales: La Cruz (Guanacaste), Aguas Zarcas (Alajuela), La Carpio (San José), Puerto Jiménez (Puntarenas), Cuajiniquil (Guanacaste), Purral, Concepción Abajo y Alajuelita (San José).

Este proyecto artístico y comunitario se realizó gracias al apoyo de la Beca Proartes 2022 en donde se seleccionaron 26 proyectos y uno de ellos fue “Cuentos entre pasillos”, dirigido por Mirella Espinoza Lama, ecuatoriana residente en Costa Rica, cuentacuentos y filóloga española.

Este espectáculo tematiza la migración, la reconciliación identitaria cultural, local y comunitaria, además está dirigido a todo público, de 7 años en adelante. Se acompaña los cuentos con música compuesta por el guitarrista Yurguen Campos Otero. Pero, además, la gestión del espectáculo se proyecta de forma comunitaria.

Mirella, que es la cuentacuentos y además la encargada de la dirección del proyecto, eligió las comunidades mencionadas arriba no solo para presentarse allí, sino para construir la presentación a la par de los gestores y líderes comunitarios. Reconociendo así que el arte comunitario tiene sus propias particularidades, en contraste con las estrategias de difusión en el Gran Área Metropolitana; por ejemplo, el boca a boca proveniente de una persona líder de comunidad es más efectivo que la información divulgada en redes sociales.

También fue importante reconocer los proyectos de acción social y comunitaria que las personas están sosteniendo en dichos espacios y que, por lo general, son mujeres las que impulsan esas iniciativas.

La propuesta que realiza “Cuentos entre pasillos” está atravesada por el género, su perspectiva de las experiencias migratorias contempla que para hablar de migración es necesario ser migrante, en su caso, reconocerse como una mujer que migra y desde allí contar sobre los recuerdos de su tierra y dejar una semilla de esperanza. También para ella es importante hablar de esto con las niñas y niños, hablar en un lenguaje universal y desprejuiciado, y hablar para sensibilizar a personas no migrantes pero que conviven en una realidad migratoria.

“Quería que el espectáculo se construyera a partir de las experiencias, pero sin una visión dolorosa, porque el dolor está implícito. La gente que migra no necesita que se lo recuerden”, apunta desde sus reflexiones.

Este espectáculo lleva tres años presentándose en la GAM, pero en este año tuvo la oportunidad de sacarlo de las salas de teatro y hacerlo en otros espacios. “A veces comenzaba preguntándole al público si habían visto los pájaros en el cielo volando juntos, especialmente pájaros que no son propios de Costa Rica, y eso era suficiente para hablar de migración sin hacerlo directamente.”.

Otras de las instituciones que apoyaron de diferentes formas a este proyecto fueron Centro Municipal para Migrantes en La Cruz, a CENDEROS (en la región norte y San José), Sifais en La Carpio, Fundación Keme en Alajuelita, la Red de Mujeres Nicaragüenses en Costa Rica, Coopeemprendedoras en Cuajiniquil, la Asociación de Desarrollo Integral a cargo de lideresas de la zona, la Embajada Española y PiOsa de la UCR.


Mirella Espinoza Lama, ecuatoriana radicalizada en Costa Rica desde el 2014. Filóloga Española de la Universidad de Costa Rica. Cuentacuentos formada en el taller de Narrarte de la UCR y en diferentes talleres externos. Se enfoca en el trabajo comunitario y artístico a través de cuentos para todo público y talleres de creación de historias a través del juego. Organizó el grupo Círculo de Narradoras Orales en Costa Rica (proyecto en curso) y colabora actualmente con el Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas (Sinabi), Costa Rica.

Trabajo forzoso se ha incrementado en los últimos 5 años, según la OIT

Millones de personas se encuentran atrapadas en trabajos forzosos, incluso en sistemas de esclavitud moderna. (Foto: Cortesía)

Por María Núñez Chacón

Los trabajadores migrantes tienen más de tres veces de probabilidad de realizar trabajos forzados, lo que les pone en una situación de gran vulnerabilidad.

La pandemia creó grandes perturbaciones en los mercados del trabajo; la baja en los ingresos de las personas provocó un mayor endeudamiento; se dio un marcado aumento de la servidumbre por deudas; y, finalmente, el deterioro en las condiciones laborales de muchos trabajadores propició, en los casos más extremos, el trabajo forzoso.

De hecho, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reveló recientemente en su informe “Estimaciones mundiales sobre la esclavitud moderna, trabajo forzoso y matrimonio forzoso” que unos 50 millones de personas viven en situación de esclavitud moderna (al 2021), de estas, 28 millones realizan trabajos forzados y 22 millones están atrapadas en matrimonios forzados.

Y es que el número de personas en situación de esclavitud moderna ha aumentado considerablemente en los últimos cinco años, pues para el año 2021 había 10 millones más de personas en situación de esclavitud moderna en comparación con las estimaciones mundiales de 2016.

De acuerdo con Noortje Denkers, especialista de Migración Laboral y Movilidad Humana de la OIT para América Central, Haití, Panamá y República Dominicana, la agencia de Naciones Unidas nota con mucha preocupación que el número de personas que está atrapada en la esclavitud moderna va en aumento, asimismo, alerta que siguen siendo las mujeres, niños y niñas quienes están más vulnerables ante esta situación.

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“Cuando lo vemos desde la óptica migratoria, el trabajo forzoso es mucho más frecuente, las personas migrantes tienen tres veces mayor riesgo de trabajo forzoso, las cifras muestran que, de cada 1.000 migrantes, 13,8 están en trabajo forzoso y para el caso de personas no migrantes, de cada 1.000, 4,1 están en esta situación”, explicó Denkers en entrevista con UNIVERSIDAD.

¿Esta realidad mundial, con qué incidencia se presenta en los países centroamericanos?

—Las crisis que estamos viviendo han generado coyunturas que facilitan la profundización del trabajo forzoso y Centroamérica no está exenta de ellas. Una crisis global, como la que ocasionó el COVID-19 y el cambio climático han tenido un fuerte impacto en temas de empleo y educación, aumento de la pobreza extrema, migración forzosa, inseguridad e incremento en las denuncias de violencia de género.

La combinación de estos factores incrementa el riesgo de la esclavitud moderna o el trabajo forzoso, y quienes están en condiciones de vulnerabilidad se ven más afectadas, por ejemplo, quienes están en pobreza, trabajadores de la economía informal, niños y niñas.

¿Qué implica el trabajo forzoso o la esclavitud moderna?

—Cuando pensamos en el trabajo forzoso pensamos en personas encadenadas, encerradas de un edificio, pero debemos entender que la realidad es distinta, hay a quienes les decomisan su pasaporte en el trabajo, lo que les impide la movilización o salir del país en el que trabajan. Eso es un indicador muy común del trabajo forzoso.

También, hay a quienes les retienen sistemáticamente el salario, o les dicen que tienen una deuda por haberles dado el trabajo y la personas sigue trabajando sin recibir su sueldo. También, aquellos que sufren algún tipo de coacción, confinamiento, violencia física o sexual y la privación de necesidades básicas.

Todas estas cosas suceden a nuestro alrededor, no hay que ir muy lejos.

¿En qué sectores es más frecuente encontrar condiciones de trabajo forzoso o esclavitud moderna?

—La mayoría está en servicios, en la industria manufacturera, en la construcción, agricultura y en el trabajo doméstico, esos son los cinco sectores que concentran más a las personas que están en trabajo forzoso. Y la mayoría de los casos de trabajo forzoso, 86%, se dan en el sector privado.

¿Cuáles son las acciones que deberían tomar los países para luchar contra la esclavitud moderna?

—La OIT recomienda en su informe que, para prevenir el trabajo forzoso, es esencial respetar las libertades y derechos de las personas trabajadoras, lo que incluye la libertad sindical y a la negociación colectiva, que les permiten ejercer una voz colectiva y defender sus intereses, así como negociar un trabajo seguro y decente.

Otra medida es ampliar la protección social para que las personas no se encuentren en situación de vulnerabilidad y que tengan acceso a seguridad básica de ingresos y puedan rechazar cuando les ofrezcan un trabajo abusivo, o abandonar aquellos empleos que tengan esa tendencia. Es necesario promover la contratación equitativa, incluyendo el reclutamiento de migrantes, que les prevenga de prácticas abusivas y fraudulentas.

Es fundamental que los servicios públicos sean capacitados y fortalecidos para detectar las infracciones laborales e indicadores de trabajo forzoso y que desarrollen procesos de reparación para las personas donde la prevención falló.

 

Trabajo periodístico de María Núñez Chacón del Semanario Universidad, compartido con SURCOS por Maikol Hernández.

Mirar a la par y con empatía

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Los trajes que llevan puestos delatan un origen, un lugar de procedencia. Antes que cualquier cosa son mujeres que por diversas situaciones han debido marcharse de su hogar y aventurarse a buscar nuevas oportunidades donde sea.

Ahí están, entonces, con la representación de lo que son, de lo que sienten, de lo que traen. Los trajes que visten esa mañana les recuerdan que vienen de lugares con historia, con olores y sabores, con humanidad.

Participan en un espectáculo teatral denominado “MigrArte: historias de vuelo”. No son actrices profesionales. Son mujeres cuya historia de vida las ha llevado a atravesarse en un país como Costa Rica y tratar de enraizar, acoplarse, vivir aquí.

En un afiche promocional que anuncia la actividad se indica:

“Se trata de un espectáculo en el que 10 mujeres de diferentes nacionalidades latinoamericanas, nos narran cómo es el país en el que nacieron y crecieron pero que tuvieron que dejar por diversas razones, en su mayoría la seguridad y bienestar de sus vidas y la de sus familias”.

El grupo ya ha ido modificando sus integrantes pues algunas de ellas lo han abandonado por distintas razones. Finalmente son mujeres que continúan sus luchas diarias, sus caminos.

Escrita y dirigida por la actriz costarricense Raquel Hernández Castro, la pieza de aproximadamente una hora con treinta minutos rememora un viaje en un avión imaginario en cuyo tránsito las distintas mujeres van tejiendo historias alrededor del lenguaje, la comida, los rituales de celebración de la vida y muerte que se reproducen en cada país del que provienen.

Representando a Colombia, Venezuela, Panamá, Costa Rica, Nicaragua y Honduras, los personajes interpretados proponen una forma sencilla de entender las movilidades humanas. Lo hacen si con un mensaje directo en el que el humor es el combustible que hace posible tocar las fibras de quien observa esta excelente pieza teatral, que lleva irremediablemente a la reflexión y la sensibilización.

Hace unas semanas recibí una llamada de la psicóloga Estela Paguagua, funcionaria del Departamento de Gestión Social Inclusiva de la Municipalidad de Heredia, ciudad donde está ubicada nuestra Universidad Nacional.

Me habló del proyecto y de la necesidad de buscar un espacio en el que se pudiera presentar este trabajo.

De inmediato pensé en el curso optativo Migraciones en Costa Rica, impartido por el Instituto de Estudios en Población (IDESPO) de la Facultad de Ciencias Sociales, conversé con su docente la Doctora Cynthia Mora y organizamos la presentación de este material a sus estudiantes.

Considero que este tema debe trabajarse más fuerte desde la sensibilidad, buscando llegar al entendimiento. Y por eso una vez más el arte puede ser un excelente vehículo para hacerlo.

Acompañada por su esposo Luis Diego Solórzano, cantautor costarricense y está vez el sonidista del espectáculo, Raquel explica que durante cuatro meses impartió un taller de actuación y técnicas teatrales a las mujeres, pero ante todo, observó como esa acción se fue convirtiendo en un espacio de reflexión, conversación y encuentro.

Costa Rica debe asumirse como eso precisamente. Debe mirar a la par y con empatía las historias de aquellos y aquellas que han llegado a nuestro territorio buscando una vida mejor. Convertirse en ese espacio de encuentro cálido que tantas personas buscan y necesitan.

El espectáculo termina con un enunciado directo y franco: “No es nuestra culpa haber llegado aquí”. Atendamos pues las causas de sus historias de movilidad. Las verdaderas. Mirémoslas a los ojos con amor, abracemos sus luchas, que son nuestras también.

Imágenes de representación del espectáculo teatral “MigrArte: historias de un vuelo” realizada el jueves 27 de octubre en el marco del curso Migraciones en Costa Rica, impartido por IDESPO de la Universidad Nacional.

QUE EL FIN DEL MUNDO NOS PILLE BAILANDO

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Todos hemos tenido nuestros propios fines de mundo. Porque se nos van seres queridos, seres de luz que se convierten en algo fijo en el firmamento que a veces puede ser una estrella o un pensamiento. También porque lo conocido se nos vuelve incertidumbre, porque en un segundo nos cambia la vida para siempre.

Al contrario de la interpretación que las escrituras bíblicas nos proponen acerca de un momento al que todos acudiremos al juicio final en medio de una debacle colectiva, que por cierto ya la hemos empezado a vivir como especie desde hace tiempo, el fin del mundo supone para cada uno y cada una un cambio en el estado de cosas tal y como la conocíamos: un apocalipsis para cada cual.

Ahora mismo, mientras escribo estas reflexiones, un contingente humano, uno más de tantos que han caminado los últimos años las anchas carreteras regionales, ha salido del sur de México con la esperanza de cruzar todo su territorio, llegar a frontera con Estados Unidos e intentar pasarla. Para todos ellos, para todas ellas, el fin del mundo es hoy, es ahora, mientras caminan, mientras intentan construir una nueva vida.

Narrar lo que nos ha ocurrido como civilización, pero ante todo como personas, durante la pandemia es un acto político y sanador. Es político porque revela la construcción de una estrategia, de un proceso de negociación con el entorno, de las formas mediante las cuales establecimos jerarquías, prioridades y las fuimos ejecutando con el día a día. Y es sanador porque nos permite decir aquello que nos produjo miedo e incertidumbre, nos paralizó, nos inmovilizó o nos provocó las más diversas reacciones.

Decir la pandemia es buscar con las palabras precisas su significado y hacerlo visible.

Eso fue justamente lo que la escritora y periodista guatemalteca Vania Vargas hizo con su libro «El cuaderno del fin del Mundo» publicado en su país por Editorial Celsius 232, del proyecto cultural Ocote. A simple vista el libro asemeja justamente un cuadernillo, una especie de libreta que la autora tomó un buen día en medio de los primeros momentos de pandemia, para empezar a detallar de forma precisa el paso del tiempo, un tiempo sanitario y urgente, la diferencia entre el día y la noche, la oscuridad y la luz, la transformación de su propio cuerpo a medida que el cuerpo social iba también siendo modificado por los efectos devastadores del virus en un país cuyo sentido de orfandad institucional provoca enojo, sí, pero sobre todo tristeza. Y la tristeza hay que transmutarla en poesía.

Coincidí con Vania el primer fin de semana de junio en la Feria Internacional del Libro de Xela (FIL XELA) en Guatemala, evento que, a pesar de los pesares, a pesar de un estado omiso en materia cultural y literaria, ha resistido el paso del tiempo ya en cinco ediciones, pandemia incluida. Fui invitado a presentar una publicación sobre la Centroamérica que me he permitido conocer y esa otra Centroamérica histórica. Allí fui a dar con mis huesos, como diría Víctor Manuel en una canción de camino, ya conocida.

Vania fue la persona dedicada de la feria y en la actividad homenaje realizada para brindarle el reconocimiento, compartió una hermosa reflexión sobre su propio acto de moverse como fuero interno, como ritual al que todos, todas alguna vez hemos acudido, acudimos, acudiremos. Decía Vania:

“En una región en donde la única manera de sobrevivir parece ser marcharse, yo reconozco que la mía ha sido una errancia privilegiada. Soy de los que decidieron irse de su ciudad natal, porque sentían que estaban destinados a hacerlo, sentían que estaban obligados a hacerlo o querían hacerlo profundamente, por la curiosidad innata de averiguar si la vida que imaginaban estaba detrás de las montañas que abrazan al pueblo, esas, tan verdes, que inevitablemente se transforman en la distancia, y dejan de ser verdes, para convertirse en el azul de todo lo que fluye, aunque no se muevan. Yo también quería ser parte de ese milagro.

Entonces, el “allá” que imaginábamos, de este lado, se convirtió, del otro lado, en un nuevo punto de partida que ve de vuelta hacia otro “allá” que ciertos días añoramos. “Allá”: cuatro letras, un palíndromo imperfecto que en su camino de vuelta nos dejará con la sensación de una significativa ausencia.

Ir y venir se convirtió en el péndulo de nuestro tiempo, en el movimiento que le bombea sangre a la vida. Una especie de parpadeo entre dos realidades que nos conforman y nos transforman, nos marcan y nos desdibujan. Somos de aquí, pero no pertenecemos. No somos de allá, nos define el camino, el tránsito, el recorrido, el siempre volver sobre los lugares abandonados.

Así, entre el llamado, la necesidad y la vocación de marcharse se van acumulando los años. Uno se va, pero nunca se va del todo. Uno vuelve, pero nunca vuelve del todo”.

Y entonces presentó su libro en el que con maestría periodística pero sobre todo literaria, nos compartió un hermoso registro en primera persona o en la persona de todos, sobre ese tiempo-no tiempo que nos tocó vivir como especie humana. Su poema II, que forma parte de un cuerpo de 35 textos en prosa, retrata quizá con total conciencia del momento, lo que sentimos y como se nos inscribió en el cuerpo:

II

El despertador sigue sonando a la misma hora, cinco días a la semana y yo le obedezco. Arreglo mi cama, me meto a bañar y empiezo la rutina del encierro. La costumbre es la ilusión de la que se sostiene la nueva normalidad para no terminar de desmoronarse. EL fantasma de la realidad conocida avanza despacio, sobre el caos, viendo hacia atrás. Porque, hacia adelante, su miopía choca contra la bruma.

Resulta evidente que a cada quién le sucede el momento último, de la forma que lo conciba. Reconstruirnos así es un acto de resistencia. Solo desearía que, al decir de Joaquín Sabina y que alguna vez la querida Chavela Vargas rasgara con su voz, ese momento fuera importante, esclarecedor, sanador, tanto, que nos tomara bailando desde adentro para afuera.

 

Fotos archivo personal. Feria Internacional del Libro en Xela, Guatemala. 4 de junio

Senadores estadounidenses anticubanos: Marco Rubio y “Ted” Cruz, no deben hablar mucho

Lic. José A. Amesty Rivera
Junio, 2022

Estos dos seres anticubanos, osaron hablar en el contexto de la Cumbre de las Américas, el senador norteamericano Marco Antonio Rubio García, primero se alegra de que el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador no asistiera a la Cumbre y, además, lo acusa de ser un “apologista de la tiranía”.

Indicando, además, que López Obrador, “ha entregado secciones de su país a los cárteles de droga”.

Por su parte, el igualmente senador estadounidense Rafael Edward “Ted” Cruz, algunos meses atrás, dijo que el mandatario mexicano “es una amenaza para la seguridad nacional de EEUU”.

Ante tales acusaciones, el mandatario mexicano, López Obrador, responde a ambos senadores anticubanos, anti venezolanos y anti nicaragüenses: “Yo les digo a los dos que presenten pruebas, porque yo sí tengo pruebas de que el señor Ted Cruz, senador de Texas, de origen hispano, que obtiene sus votos por los hispanos”. “Yo sí tengo pruebas de que a él le han dado dinero los que están a favor de la fabricación de armas en EE. UU. y de que no haya ninguna prohibición para la venta de armas”.

Creemos que el presidente mexicano, se quedó corto al responderles a los senadores Rubio y “Ted”, ya que sus perfiles revelan que son mucho más funestos, veamos:

Marco Antonio Rubio García

Sin duda alguna, el senador republicano Marco Rubio García, en EEUU, se ha convertido en el estratega de presión contra Cuba y Venezuela. Su verborrea barata, repetitiva, politiquera, lo hace ser un monomaníaco y mentiroso.

Nos sumamos a las denuncias del compañero, Tony López R., periodista, politólogo y analista internacional, quien señala: Además de los adjetivos señalados contra Rubio García, debemos enfatizar que es un Señor de la Guerra, al desear borrar las ideas y ejemplos de Bolívar y Martí, que guiaron a los dos grandes líderes de esta época, Fidel Castro y Hugo Chávez, y que protagonizaron esta gesta libertaria en los albores del Siglo XXI frente al imperialismo yanqui.

En este sentido, Marco Rubio (cabeza política e ideológica) es el alfil más importante en este ajedrez político, para manejar el tema cubano- venezolano, el senador cuenta con el respaldo de la mafia cubana-americana y venezolana de Miami, además tiene estrechas relaciones con el colombiano senador Álvaro Uribe Vélez y el actual presidente Iván Duque, cuyos vínculos con el narco paramilitarismo ha sido públicamente denunciado por la revista Semana y los destacados periodistas Gonzalo Guillen en Nueva Prensa y Julián Martínez.

No es extraño, entonces, estas relaciones de Marco Rubio con la dirigencia narco paramilitar de Colombia, y los lazos, actualmente, ocultos o censurados por los medios de Miami, y el escándalo que se produjo en 1987, por la relación familiar de Marco con su cuñado Orlando Cicilia de Paula, perteneciente a la poderosa banda de narcotraficantes dirigida por Mario Tarrau.

Este escándalo, relacionado con el narcotráfico, ocultado por Rubio en su currículo cuando aspiraba a un escaño al Congreso, norteamericano, lo marcó como mentiroso por su sospechosa omisión y fue objeto de diversos comentarios.

También, desde hace algunos años, Marco Rubio, se vinculó a la tarea de provocar el derrocamiento del gobierno de Maduro, lo hizo siempre. A su vez, el senador Rubio fue uno de los promotores del Concierto Aid Live Venezuela. Esta actividad, tenía el propósito tratar de ingresar, ilegalmente, una supuesta ayuda humanitaria a Venezuela.

A todo lo anterior se suma, los esfuerzos y trabajos de Rubio, que realizo con delegaciones miembros de la OEA, para lograr la condena del gobierno venezolano y así poder justificar, legalmente, una intervención militar a través del TIAR y respaldo de la OEA, las condenas nunca fueron logradas, a pesar de que, junto al Secretario General de la OEA, el mercenario Luis Almagro, presionaron y chantajearon a muchos gobiernos.

En diferentes ocasiones ha mentido sobre la llegada de sus padres a EEUU, para buscarse la simpatía de los que odian visceralmente al gobierno cubano. Según el “Ilustre Senador” sus padres llegaron a la Florida después de 1959, huyendo del régimen comunista de Cuba, cuando la verdad es que aún Fidel Castro no había salido de México, para desembarcar en la isla, cuando ya los progenitores de Rubio, habían aplicado por una visa de inmigrante permanente en la embajada norteamericana, en el Malecón habanero.

El demócrata Dan Gelber, califica a Rubio como peligroso, y cuenta que el día que este asumió el cargo como Presidente de la Cámara de Representantes de Florida, tomó el micrófono y pidió a los congresistas se acercaran a su estrado, les mostró un libro azul, con un gran 100 en la portada. Cuando Gelber y sus compañeros, lo abrieron para hojearlo, un murmullo recorrió la sala, pues, todas las páginas estaban en blanco. Un libro en blanco, Rubio, lo había mandado a hacer, pero solo había redactado el título: “100 ideas innovadoras para el futuro de Florida”.

En 2016, el congresista republicano Marco Rubio mencionó que Cuba estaba utilizando ataques sónicos para afectar la salud de los diplomáticos de EEUU, residentes en la Habana llamando a las ondas el “rayo de la muerte”.

Estas son nada más, algunas muestras, de la mitomanía y lo monotemático de Rubio García, quien ha labrado su carrera política con base en estas prácticas.

Rafael Edward “Ted” Cruz

En la investigación acerca del senador norteamericano Rafael Cruz, lo primero que resaltamos es que pertenece a lo más prestigioso del lobby anticubano en Estados Unidos. Se destacó en el periodo de gobierno del expresidente Donald Trump, por ser el artífice de muchas de las medidas coercitivas que se aplicaron contra Cuba y Venezuela.

Defensor de las políticas antinmigrantes, siendo precandidato republicano a la Casa Blanca, en 2016, prometió deportar a todos los inmigrantes indocumentados de Estados Unidos.

También se le recuerda por votar en contra de la ayuda federal, para enfrentar los destrozos del huracán Sandy.

Aunque ha tratado de desmarcarse de los sucesos del Capitolio, decenas de organizaciones cívicas entregaron un documento, con más de 25.000 firmas de ciudadanos que demandan la renuncia del senador, y de otros 17 legisladores, por complicidad en la insurrección del 6 de enero en Washington DC.

Aunque las organizaciones cívicas, la integran grupos aliados de los demócratas, como Voto Latino y Move On, ya una organización llamada Republican Accountability Project, instaló en San Antonio carteleras callejeras con el texto: “Usted mintió acerca de la elección. Y el Capitolio fue atacado. Renuncie”.

“El senador Cruz tiene sangre en sus manos. Ha perdido el derecho de representar a Texas en el Senado de Estados Unidos”, dice la declaración en referencia al asalto al Congreso que dejó al menos cinco personas muertas y decenas de heridos.

Encabezó los intentos de presentar un Proyecto de Ley, para sancionar a países que contraten a médicos de la nación antillana Cuba.

Es un político ampliamente repudiado. A lo largo de su carrera ha suscitado el disgusto de una amplia gama de políticos, desde el expresidente George W. Bush, hasta el senador Rand Paul.

Mañoso e inescrupuloso, acostumbrado al juego sucio electoral, aspira a presentarse como candidato a las elecciones de 2024, para lograrlo tiene que paliar las consecuencias de lo que algunos nombran el “Cancúngate” y atraer a las bases que le dieron la presidencia a Donald Trump en 2016.

Su actitud antipática, por decir lo menos, sentencia compartida por el Nuevo Herald, que lo calificó, además, como “peor que Marco Rubio”, y usual en políticos mediocres, se muestra y evidencia cuando instó a sus electores a “quedarse en casa” y advirtió que el clima invernal que azotaba a Texas podría ser mortal. Al día siguiente, usó un emoji de encogimiento de hombros y declaró que la situación “no era buena”. Luego, se marchó con su familia a un resort Ritz-Carlton, en la soleada Cancún, y escapó de su casa helada.

Lo anterior, provocó que muchos estadounidenses texanos, afectados por la mortífera tormenta invernal, además de la pandemia de casi un año, encontraron por un motivo para reunirse y alzar la voz en un coro unido por la rabia.

Por otro lado, “Lucifer en persona”, dijo John Boehner, el expresidente de la Cámara de Representantes, sobre Cruz en 2016. Incluso los satanistas no pudieron soportar la comparación; un portavoz del Templo Satánico emitió rápidamente un comunicado diciendo que el grupo no quería “tener nada que ver” con políticos como Cruz.

Otra información, verdadera o falsa, provino del expresidente Donald Trump, cuando vinculó al padre de Ted Cruz con el presunto asesino del presidente John F. Kennedy.

Trump repitió una historia de la publicación National Enquirer, según la cual Rafael Cruz, padre del senador Cruz, aparece fotografiado con Lee Harvey Oswald, durante una actividad en Nueva Orleans en 1963.

Reiteramos que Ted Cruz, llamado por Trump en 2016 mentiroso, es repudiado por sus conciudadanos, tanto los demócratas como por miembros de su partido, lo consideran un oportunista inescrupuloso y se preparan para cerrarle el paso en su pretendido camino a la Casa Blanca en 2024.

Hay muchos otros datos negativos de este nefasto ser, pero solo incluimos esta muestra, de personas que son malos políticos y, además, se aventuran en planes contra la Cuba heroica y América Latina.

 

Imagen ilustrativa: https://venezuela-news.com/

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Por Memo Acuña (sociólogo y escritor costarricense)

Son niños muy pequeños. Entre los dos no alcanzan siquiera 5 años, pero ahí están jugando a las escondidas detrás de las piernas de sus madres. Sus madres tampoco tendrán mucha edad, a lo sumo 24, 25 años cada una.

Observo lo que puedo observar, que es todo y nada a la vez. Minutos antes era tan sólo un salón dispuesto para esperar uno de los tres vuelos diarios que en promedio están llegando a Ciudad Guatemala con personas deportadas. Me comentan que la intensidad de estas llegadas ha crecido en las últimas semanas.

Son vuelos clasificados: unidades familiares, los que vienen de la ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EUA) y un tercero en el que devuelven, por decir lo menos fuerte, a aquellas personas migrantes interceptadas en el tránsito, generalmente en el desierto fronterizo entre Estados Unidos y México.

Se trata de vuelos comerciales en los que vienen en promedio 135 personas. Una y otra vez. Uno tras otro. Observo de nuevo a los niños que juegan y que a tan corta edad ya han sido categorizados por un régimen de administración migratoria, que los ha marcado con figuras jurídicas como si fueran adultos: son deportados.

Me encuentro en el Centro de Atención para Migrantes Retornados (CAMR) ubicado en las oficinas de la fuerza aérea guatemalteca, ubicadas en el lado opuesto a las instalaciones habituales donde llegan, transitan y se van cientos de miles de pasajeros diariamente, pero en otras condiciones. Yo soy uno de ellos.

Para aquellos habrá una salida dirigida, marcada con rótulos que la comunicación internacional aeroportuaria ha dispuesto en todos los aeropuertos del mundo: exit, custom, conexions. Las personas pasajeras se dirigirán a las bandas respectivas a retirar su equipaje luego de haber sorteado con éxito los trámites migratorios. Compraran algún obsequio. Llegarán.

Pero para quienes llegan de otra manera en los vuelos de los deportados no habrá más señalización que varios protocolos que deberán cumplir en los servicios de migración y salud, antes de cruzar por una única puerta que les indicará la entrada a una sociedad de la cual salieron semanas antes buscando un futuro mejor.

Tampoco pasarán por una sala a recoger su equipaje, porque no lo hay. Son llamados por número y sus pertenencias, reducidas a una bolsa negra, son entregadas sin demora.

Es una mañana fría y oscura. Le pregunto a Cynthia Loría, costarricense radicada en Guatemala hace muchos años y coordinadora de la organización Avina, que procura entre otras cosas la reinserción laboral de esta población retornada, si es posible hablar con una de las personas. Me dice que sí. Pero no me atrevo. No es el momento, pienso.

Es que llegan con sentimientos de frustración y desesperanza que se les ve y les cruza por el cuerpo. Por eso no considero oportuno interrumpirles. Pero si seguir observando imágenes fuertes como la de niños, niñas y mujeres calzarse sus zapatos a los que las autoridades migratorias estadounidenses les han quitado los cordones. “Los han despojado de su dignidad” pienso en voz baja mientras sigo observando a los dos niños jugar con total y absoluta seguridad. Ajenos a su condición y la de sus madres.

Semanas antes iniciaron una travesía vía terrestre con la esperanza de llegar y establecerse en Estados Unidos. No dimensiono su caminar, su travesía. No es posible para mi pensar que niños y niñas tan pequeños deban inscribir en sus biografías la narrativa de la movilidad como único proyecto posible.

Es una mañana fría de junio de 2022. A la pista del aeropuerto La Aurora en Guatemala ya han bajado dos vuelos “malditos”: el de las llamadas unidades familiares, en las que observo solo dos familias completas. Son en total 45 unidades de las cuales 43 son formadas por madres e hijos.

El otro vuelo, al que le llaman “el de la ICE” viene compuesto por 132 hombres y únicamente 3 mujeres. Son alineados en la pista antes de ingresar a cumplir los protocolos. En ese momento su desparpajo combinado con enojo por el proyecto fallido los hace un grupo intimidante: ¡Viva Guatemala! Gritan de forma Irónica; ¡tenemos hambre! Dicen algunos con total honestidad.

En este vuelo vienen varios hombres uniformados con vestimentas que la administración migratoria estadounidense les ha provisto, en una especie de acción correctiva que empieza por despojarles su identidad, su subjetividad.

Esa mañana en el vuelo de las unidades familiares el número de niños y niñas que ingresan es superior al de personas adultas: 68 y 57 respectivamente. Lo que significa no más ni menos la fractura absoluta que nuestras sociedades centroamericanas están presentando, hipotecando un incierto futuro.

Pocas observaciones participantes me han golpeado tanto como esta que comparto. Quisiera haber visto algo distinto pero la realidad es otra.

Me quedo con la imagen de los niños que juegan porque eso es lo que deben hacer los niños en un mundo como hoy. La esperanza en sus juegos debería ser declarada como tantas otras cosas intangibles un asunto de política pública.

Abogo por eso.

 

Fotos: archivo personal con imágenes del Centro de Atención para Migrantes Retornados (CAMR), Fuerza Aérea de Guatemala. 2 junio 2022.

Tertulias nocturnas en el corredor con el abuelo

Bernardo Archer Moore

Es un sabor de la historia reciente para los amantes de la lectura.

La mayoría de nuestros abuelos, y en muchos casos bisabuelos, llegaron a Costa Rica en los albores del siglo anterior (1900), con una mano delante y la otra detrás.

Hicieron cualquier trabajo disponible para sobrevivir y pasaron su tiempo fuera de las horas de trabajo de la hacienda haciendo sus propias granjas.

Impulsados por su propósito, soportaron alegremente tales sacrificios y, a veces, dificultades. Algunos pueden preguntarse, ¿cómo puede alguien ser feliz en circunstancias tan adversas?

Cada pequeño paso que dieron hacia su objetivo de brindar una mejor calidad de vida para sus futuras generaciones, trajo alegría a sus corazones y almas.

Fue así como en menos de cuatro décadas y, a pesar de no poder hablar el idioma español con fluidez, lograron forjar una base económica comunitaria autosuficiente, lo que captó la preocupación de los ciudadanos de clase alta, así como de los funcionarios del gobierno.

Que tomó cartas en el asunto de inmediato, al condicionar a la United Fruit Company, a «no emplear negros del Atlántico» en la nueva Concesión del Pacífico. Entidad que era el empleador más grande del país en ese momento.

Entonces, así fue como de repente se encontraron atrapados en un país extranjero, con las puertas del mayor empleador de mano de obra del país cerradas para los inmigrantes negros y sus hijos. (Decreto Ley No.13 de 1935).

Ese incidente marcó un hito para la relación racial en Costa Rica durante la siguiente mitad de siglo. Además de ser la primera evidencia documentada de políticas gubernamentales dirigidas a frenar la riqueza y el progreso de las familias negras en el Caribe.

Sin mucho alboroto las familias se dividieron, y mientras que los más adultos se quedaron para proteger sus tierras, los jóvenes más aventureros emigraron al sur para buscar empleo en el país vecino de Panamá, particularmente en las provincias de Bocas del Toro, Colón y Ciudad de Panamá.

Por medio de un mensajeros personales o viajeros («ferrocarril subterráneo») los hijos, hijas, padres y hermanos mantuvieron una comunicación constante a través de las líneas fronterizas, durante las siguientes dos décadas (mediados de los años 30 a mediados de los 50); cuando algunos decidieron regresar a casa, mientras que otros se dirigieron a Estados Unidos.

Aquellos que regresaron a Costa Rica, se unieron a sus padres o parientes mayores para proteger y continuar desarrollando las propiedades de la familia; eso para evitar que la historia se repitiera.

Por su parte, quienes continuaron su migración a Estados Unidos nunca olvidaron a sus familiares en Costa Rica.

Aparte de apoyarlos económicamente con remesas periódicas de acuerdo a sus propias limitaciones, ayudaron a sus familiares y amigos a llegar también a EE.UU. donde había mayores oportunidades de trabajo y una mejor calidad de vida.

Creándose así la corriente migratoria de la década de 1960 desde la provincia de Limón hacia América del Norte; que se convirtió en el bombo popular del momento.

Por otro lado, a principios de los años 70, la riqueza y la prosperidad de las familias negras costarricenses estaba en un pico histórico, con la tenencia masiva de tierras, que no solo incluían hermosas propiedades frente al mar; sino, también cientos, si no miles de hectáreas de las tierras más fértiles y productivas del interior de la región caribeña, pero sin las familias para desarrollarlas debido al ya citado desarraigo.

Evidentemente, la «gran solución» de las autoridades gubernamentales de 1935 no cumplió sus propósitos; lo que los llevó a experimentar con un nuevo método en la década de 1970.

Lo que resultó en la confiscación masiva de sus tierras, paralela a una política de redireccionamiento de inversiones destinadas para la región, tanto privadas como públicas; así como las de empresas extranjeras.

Si bien no se emiten recibos por actos de racismo y corrupción, tenemos el triste recuerdo del caso documentado de la compañía JACK ROYAL PARKER ASSOCIATE, INC.

Empresa con sede en New Jersey, Estados Unidos, que en 1978 se interesó en establecer Parques Industriales y Zonas Francas en Limón, para albergar al menos 22 empresas industriales, lo que generaría un estimado de 4,500 nuevos empleos en aquel momento.

A pesar de los esfuerzos incansables de nuestro entonces Congresista Daniel Jackson Freedman y el apoyo de la Junta Directiva y Ejecutivos de Japdeva, este esfuerzo pionero de crear PARQUES INDUSTRIALES Y ZONAS FRANCAS EN EL CARIBE se vio frustrado, solo para reaparecer con fuerza en el Valle Central una década después; específicamente en Alajuela y Heredia (Zona Franca BES en El Coyol de Alajuela y Ultrapark en El Barreal de Heredia). Ambos con autorización de funcionamiento a partir de 1990.

El alcance de dicha actividad económica hace 7 años superaba los 80.000 empleados.

Según un informe de PROCOMER (Promotora del Comercio Exterior) titulado: «Balance de las Zonas Francas», «el empleo directo formal generado por las empresas en zona franca fue de 82.086 en el 2015». Con un «beneficio país neto de $3.179 millones».

Ahora, ¿te imaginas cómo se vería hoy el Cantón Central de Limón (Ciudad de Limón) y la costa del Caribe con una cuarta parte de esos empleos (20,000)?

Sin duda, habría alterado el continuo desarraigo de jóvenes limonenses hacia Estados Unidos y el valle central del país en busca de oportunidades laborales, con la consecuente división y debilitamiento de familias y comunidades; tal como les sucedió a nuestros antepasados cuatro décadas antes con la prohibición de trabajar con la United Fruit Company en las fincas del Pacífico, citada anteriormente.

Así las cosas, el fracaso del más reciente Proyecto “LIMÓN CIUDAD PUERTO”, liderado por el hermano del entonces Presidente de la República, debe verse en el contexto de una continuidad política institucionalizada, orientada al desarraigo y desintegración de las familias negras limonenses; aunque también afecta a familias no afrocostarricenses que ahora viven en el Caribe.

Bajo el mismo lente, debemos mirar y evaluar las políticas gubernamentales actuales respecto a las áreas de la Zona Marítimo Terrestre (ZMT), declaratorias de «Patrimonio Natural Estatal (PNE)» y Territorios Indígenas, que incluyen propiedades ancestrales de familias afrocostarricenses, y a quienes ellos hayan vendido por razones de necesidad y subsistencia.

Sin duda estamos en la encrucijada de una batalla centenaria, que solo unidos venceremos tal desafío de no caminar por el mismo camino de nuestros ancestros.

Publicado originalmente en https://www.facebook.com/296937617065353/posts/5071836032908797/?sfnsn=mo

DE TODAS LAS FLORES

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

No conozco a Tanisha. Personalmente quiero decir. Se que es una mujer joven, negra, activista por los derechos de las personas afrodescendientes y migrantes. Particularmente he seguido, por Twitter, sus comentarios y reflexiones acerca de los procesos de racismo y discriminación a los que un día sí y otro igual se enfrentan ella y su comunidad.

En twitter, valga decirlo, los ataques que experimenta son feroces, particularmente por hombres que a toda costa y a base de insultos y recuerdos constantes de que es “mujer, negra, activista” tratan de cancelar su voz y su agenda.

En los últimos días los insultos y las provocaciones han subido de tono. Pero ella no se inmuta y sigue adelante con su lucha diaria por hacer visible lo que discurso y prácticas sociales desarrollan con las minorías, las personas extranjeras, las etnias.

Una de las cosas que le cobran seguramente con odio nacionalista, rancio y pestilente, es su constante cuestionamiento a la identidad homogénea y hegemónica, “blanca” y vallecentralina. Nada que Chavela Vargas no haya dicho ya y por eso también en su momento fuera enjuiciada por la moral decimonónica que recorre las fibras de esta nación imaginada que creemos ser.

No conozco a Tanisha pero respeto su agenda, comparto sus luchas, la escucho.

Personas como ellas son necesarias en un mundo que hoy pareciera no haber entendido absolutamente nada acerca de la necesidad de vivir distinto, vivir bonito al decir de mi querida amiga psicóloga colombiana Rosita Suárez, entendernos como colectivo, procurarnos espacio todos y todas con nuestras diferencias.

En pocos días hemos tenido ejemplos de sobra acerca de cómo nos cuesta la convivencia, vivir juntos y juntas.

El club de futbol español Atlético de Madrid fue multado por UEFA con 5.000 lugares menos para su partido de vuelta en el marco de la Champions League. ¿El motivo? Durante el partido de ida jugado en Inglaterra, algunos de sus Ultra fueron captados en vídeos haciendo el saludo nazi.

Una apelación y suspensión cautelar de última hora logró refrenar la multa, pero los videos siguen su curso viral, al tiempo que se desarrolla una investigación para determinar la responsabilidad de quienes provocaron el acto racista.

En Costa Rica, hace unos días, un hombre irrumpió en un comercio al detalle administrado por personas de origen oriental. De nuevo el video como herramienta de denuncia, captó improperios de corte xenofóbico que el hombre profirió contra la mujer encargada del negocio.

No es de recibo pensar que sus disculpas posteriores en medios de comunicación atenúen la matriz histórica, colonial, xenofóbica, que esconden sus insultos y su idea de que Costa Rica es para los nacionales. Con esa idea se ha cimentado una comunidad imaginada basada en una superioridad biológica y social inexistente.

Esa acción de tirar la piedra y luego disculparse, no resulta válida en un mundo como hoy. Se debe más bien restituir una conducta colectiva basada en la aceptación y la convivencia, que deben ser instrumentos de política pública y currícula educativa de forma inmediata.

Preocupa el hecho en el supermercado, por supuesto. Pero preocupa aún más la ausencia de una visión amplia en materia migratoria y de integración de las autoridades gubernamentales costarricenses electas para el periodo 2022-2026. Es urgente trabajar desde ya para contar con la continuidad, evaluada por supuesto, de una política migratoria integral cuya implementación de 10 años termina en 2023.

En este instrumento es necesario fortalecer las herramientas para abordar con perspectiva constructiva y formativa el tema del racismo y la xenofobia.

En lo que esta posibilidad encuentra interlocutores válidos y sensibilizados, acciones restitutivas y reparadoras aparecen para mediar el dolor y la pesadumbre de una persona expuesta a través del insulto infundado, la exclusión y la discriminación.

Justamente una campaña aparecida en el mismo twitter, llamó a llenar de flores, de todas las flores, el negocio de la mujer agraviada con insultos xenofóbicos. Pienso en cuantas cuarterías, comunidades, espacios de habitabilidad de poblaciones migrantes en Costa Rica merecen ser adornadas con esos mismos colores, esa misma actitud de restitución de la dignidad.

La reparación no debería quitar el dedo del renglón de lo urgente por hacer, pero al menos llena de color y luz un alma que un buen día salió de su país para recalar en este otro, construido también con su esfuerzo.