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Etiqueta: neoliberalismo

El sueño posible de cumplir

Por Marlin Oscar Ávila

Mientras el conflicto bélico de Israel con Irán trata de distraer nuestra atención al genocidio provocado por los sionistas en Palestina, en Centro América nos preparamos para elegir nuevas autoridades nacionales en algunos países. No es el caso de Costa Rica con el presidente ya elegido Rodrigo Chaves, ex funcionario del Banco Mundial, egresado de la Universidad de Ohio, EUA, tecnócrata, elegido, sin trayectoria política nacional (outsider), aun cuando parece más cuerdo, dispuesto al igual que Javier Milei, de Argentina, en cumplir con su plan tecnológico neoliberal, si le fuese posible.

En Nicaragua, los Ortega han neutralizado la oposición, reprimiendo a sus retractores, incluso, quitándoles su innata nacionalidad y expulsándoles del país. Ahora ese pueblo vive con miedo y en silencio cómplice. Es interesante ver como más de cuarenta miembros del Partido Nacional hondureño, acusados de corrupción, se han asilado en ese país vecino.

En Honduras, se preparan con un año y medio anticipado para las elecciones. El Partido Libre en el poder, con su fuerte candidata Rixi Moncada y la presidente Xiomara Castro, no se visualiza ninguna oposición capaz de convertirse en una real competencia política, para Libre. Esto seguirá siendo así mientras las agencias de inteligencia estadounidenses se mantengan distantes. Pero, en los muchos meses que faltan para las elecciones, sin duda, estarán estudiando cómo dividir al Partido Libre, sino es que provocan una tragedia donde nadie desvele sus autores intelectuales.

En el Salvador, sigue figurando su Presidente Nayib Bukele empresario salvadoreño de ascendencia árabe Palestina, un muy astuto joven conservador. Presidente desde 2023, después de ganar dos importantes alcaldías, porque logró hacer creer a los del Frente de izquierda que era un revolucionario. Ahora está logrando engañar a la izquierda de América Latina. Este joven cuarentón, cuenta con un 85% de popularidad asegurando así su reelección.

En Guatemala está el recién electo presidente César Bernardo Arévalo de León, quien es un político, diplomático, sociólogo y escritor guatemalteco que se desempeña como presidente desde el 15 de enero del presente año.

No cabe dudas que la presidente hondureña, Xiomara Castro, con el significativo apoyo intelectual del secretario de relaciones exteriores, Dr. Eduardo Enrique Reina, ha logrado perfilarse como una líder regional, principalmente a través del CELAC.

Esto hace ver como el expresidente Manuel Zelaya, coordinador del partido Libre, ha logrado unir las diversas corrientes internas, para convertir en un bloque sólido a su partido, con otra fuerte mujer, como lo es, la abogada Rixi Moncada, quien seguiría gobernando a Honduras.

Si esto llegara a cumplirse, Honduras dejará de ser vista como la cenicienta o la Banana República de nuestra región.

Centro América requiere de esa fortaleza para llegar a proponer la Federación Centroamericana, un sueño de su héroe Francisco Morazán.

Abril, 2024

La tarea política inmediata es derrotar a Rodrigo Chaves en la Asamblea Legislativa

Vladimir de la Cruz

La luna de miel, resultante de la pernada presidencial realizada en Zapote, con representantes de los partidos políticos Liberal Progresista, de Eli Feinzaig, de Nueva República, de Fabricio Alvarado, de la Unidad Social Cristiana con Horacio Alvarado, al frente, y el grupo de diputados de Pilar Cisneros, que preveía una posible papeleta legislativa unitaria de los diputados, para imponerse como el Directorio del Gobierno en el Poder Legislativo, pareciera que se acabó.

Lo que iba a ser una candidatura segura de Horacio Alvarado se chispotió porque el zapoteño, de turno, no liga bien su cerebro con su lengua, y porque actuando, como frecuentemente lo hace, de manera autoritaria y confrontativa, de modo insultante e intimidante, ofensivo, irrespetuoso, contra todos los sectores políticos, contra los diputados como grupo general, contra la Contraloría General de la República, como institución, contra la Contralora, que quisiera tener agarrada de las relingas institucionales y políticas y ponerle encima plomos para inmovilizarla en sus redes, y enredos presidenciales, se le fraguó momentáneamente, por sus desplantes autoritarios, amenazantes, descalificadores contra diputadas, mujeres especialmente, en la gira y acto público en la provincia de Limón.

La Contraloría General de la República es un órgano auxiliar de la Asamblea Legislativa, cosa que el Presidente no ha leído bien, o no ha entendido, en la Constitución Política. Con todo respeto, como se dice popularmente, su pernada política en Zapote, con los diputados que le llegaron, le resultó en un polvo de gallo… por ahora.

Para esa reunión, Fabricio Alvarado como Eli Feinzaig, se habían preparado renunciando a la posibilidad de ser Jefes de sus respectivas fracciones parlamentarias, para la tercera legislatura, del 1 de mayo próximo al 30 de abril, del 2025, no por legítimo interés de dar oportunidad a otros diputados, de sus partidos, de poder ser jefes parlamentarios, por un año, sino porque ambos aspiraban, en esta Legislatura, ser parte del Directorio Legislativo, que se iba a cocinar con el mandamás de Zapote, como parte de su currículo político, considerando que para ambos se les consideraba en la Secretaría del Directorio Legislativo, que es el puesto más relevante, después del Presidente Legislativo, por el poder interno que tiene dentro de la Asamblea Legislativa, y así, el próximo año, que es el año electoral, volver a la trinchera parlamentaria, como Jefes de sus fracciones otra vez, cosa que no podrían hacer, por elegancia política, y casi por impedimento institucional, para el debate legislativo cotidiano, si se mantienen en los puestos del Directorio Legislativo.

Lo digo con claridad. Si ambos van a volver a ser candidatos presidenciales más les debe interesar, y les conviene, estar en la línea de fuego, como diputados y como jefes parlamentarios. Como diputados porque pueden estar en el debate parlamentario constante. La jefatura de sus diputados les coloca en la vitrina pública, son la voz oficial de sus partidos en los asuntos legislativos ante los medios informativos. Les fortalece sus liderazgos políticos. Apartarse de esa jefatura política, si realmente son los principales líderes de sus partidos, y sus potenciales candidatos presidenciales, es una falsa modestia, que nadie se las cree. Si sus compañeros diputados así les reconocen y así también se identifican con sus partidos, deben asegurar que sus candidatos presidenciales, desde la Asamblea Legislativa, se destaquen más, se formen mejor, en todas las formas políticas que se puedan aprovechar, sin convertirse en felpudos o alfombras presidenciales, sin comportarse como cortesanas zapoteñas. Dignidad política, y personal también, es lo que se requiere para esos liderazgos.

Los desplantes, los vituperios lanzados por el inquilino de Zapote en Limón, provocó que el Presidente Legislativo, con la dignidad y señorío que representa, y tiene, le manifestara al presidente del Ejecutivo Nacional, que no asistiría a una reunión que se había pactado en tanto estuviera faltándole el respeto a diputados, especialmente a las mujereas diputadas, a la Contralora General de la República, y a los poderes públicos.

Hizo muy bien Rodrigo Arias Sánchez. En el escenario taurino de Zapote Rodrigo Arias ha actuado más como banderillero. No es el torero. Ha sido el encargado de torear en el segundo tercio del toreo; es el protagonista del toreo. Bien clavaditas puso las banderillas, en el redondel de Zapote, al toro que pareciera no tener buen trapío, pareciendo más un toro mocho, descornado.

En la faena taurina capitalista, de la plaza de toros de Zapote, los que llegaron a la pernada, pareciera que no han podido sacar a nadie en hombros, como se hace con los toreros, que eran los candidatos que en Zapote se iban a anunciar oficialmente, ni cobrar el acuerdo que se tenía pactado, como cobran en las plazas taurinas los que sacan en hombros a los toreros…

Después de esos alaridos del Presidente, en Limón, y sus desplantes movilizadores de la población contra la Asamblea Legislativa, y la Contraloría General de la República, era natural que gente educada, como Eli Feinzaig anunciara que se retiraba de la comparsa en la que se había metido para ir a Zapote. También por postura política porque había que marcarle al histriónico dirigente su frontera si se quiere aspirar a la Presidencia de la República con dignidad, con altura política; no charraleramente.

¿Qué va a pasar con los diputados desflorados en Zapote? Todavía no sabemos, al menos con los restantes que fueron, que, al momento de escribir esta nota, todavía permanecen, aparentemente, en el lecho nupcial zapoteño. Por lo que está ocurriendo, paradójicamente, pareciera que el desflorado va a ser el Presidente.

¿Se fortalece la candidatura de Rodrigo Arias a la Presidencia Legislativa? Probablemente que sí. Hay que entender también que en el conjunto legislativo hay ocho diputados, de los cuatro partidos que fueron a Zapote, que literalmente son disidentes de sus partidos, cuyos votos el primero de mayo pueden jugar un papel muy importante.

A Eli Feinzaig más le conviene, políticamente, con su partido, en este momento, integrarse al grupo que apoya a Rodrigo Arias, incluso sin esperar nada a cambio. De esos cuatro partidos Eli Feinzaig es la figura más destacada, el que tiene más talante político. Tiene mucha afinidad conceptual con las políticas de Gobierno, pero pone sus distancias. Los otros son arrimados políticos del gobierno, colocados y llevados, estos sí de la relinga, en el cabús del tren presidencial.

Insisto, con el Frente Amplio. Tienen una enorme responsabilidad política en esta elección del primero de mayo. Su planteamiento de apoyar un directorio de oposición, donde no esté Rodrigo Arias, los acerca más al triunfo de un Directorio hijo de Zapote, con una agenda política y parlamentaria claramente neoliberal, muy perjudicial para el país y el pueblo costarricense.

El viejo partido comunista, Vanguardia Popular, sabía distinguir, en su trabajo político y parlamentario, lo que era correcto o incorrecto para el momento político que se viviera. El Frente Amplio no es el partido comunista histórico que llegó hasta la división de ese partido a mediados de la década de 1980, ni es el partido Vanguardia Popular que hoy escasamente existe, aunque allí haya algunos miembros que tienen esos genes y ese ADN.

El Frente Amplio hereda, de esa tradición, el ropaje de la izquierda parlamentaria nacional. En este momento la tarea es detener parlamentariamente la mayor presencia política de los intereses legislativos del gobierno, representado por los grupos económicos, financieros y “políticos” que mueven los títeres zapoteños, y la agenda legislativa neoliberal, y anti costarricense, que quieren imponer este año.

Que el gobierno constantemente ataque al Frente Amplio no lo resalta políticamente más. Tan solo lo lleva, como grupo, a replegarse en este juego político parlamentario. Y ese retroceso, esa aparente “neutralidad”, entre lo que se presenta como “Liberación Nacional” y los “anti liberacionistas”, solo le hace el juego al Presidente Chaves.

La elección del primero de mayo, como objetivo político, debe entenderse como una elección en la que debe ser derrotada la papeleta presidencial neoliberal del gobierno, sin engañarnos de las posturas neoliberales, con sus distintos matices y ribetes, que tienen las otras fracciones parlamentarias.

Los votos del Frente Amplio en la elección del primero de mayo no deben botarse a favor de Zapote y su Directorio Legislativo. Deben votarse a favor de la institucionalidad, de la democracia y de la mejor protección de los intereses legislativos del pueblo.

El camino, de este momento político, es votar por Rodrigo Arias. Esta es la tarea política inmediata de la realidad nacional.

Compartido con SURCOS por el autor.

Chaves al cuadrado

Oscar Madrigal

Óscar Madrigal

Hasta la fecha, la nueva derecha que representa el presidente Chaves, que es principalmente autoritaria y más neoliberalista, no ha logrado una alianza con sectores conservadores como el PLN y la Unidad y de forma más permanente con el partido evangélico y el Liberal de Feinzaig. La política de Chaves ha sido de enfrentamiento con los partidos políticos, lo que de alguna manera ha debilitado sus políticas entreguistas y neoliberales de mayor calado.

La unidad entre esa llamada nueva derecha y los sectores conservadores se ha dado con Trump, Bolsonaro y ahora entre Milei y Macri para solo mencionar algunos ejemplos. Eso no se ha dado claramente en Costa Rica.

Por esta desunión es que Chaves no ha podido implementar y concretar -como hubiera querido- una política económica de extrema derecha conducente a desmantelar totalmente las instituciones estatales.

Hasta ahora la política económica de Chaves se ha limitado a una aplicación ortodoxa de las medidas aprobadas en el gobierno anterior.

Por otra parte, las medidas más neoliberales de Chaves han chocado con la institucionalidad nacional, cuando en su afán autoritario, ha querido saltarse la legalidad; la Contraloría o los Tribunales, centro de su ofuscación y rabia, le han echado abajo, decretos o decisiones contrarias al bloque jurídico y puesto un alto a la arbitrariedad de sus decisiones políticas.

Además, Chaves ha tenido una importante debilidad: la falta de un partido político que acuerpe sus decisiones. Los intentos realizados con Choreco y la “mejicana” terminaron en un total fracaso. Su partido político ha sido y es hasta ahora Pilar Cisneros, quien con su credibilidad le permite mantener cierto cuerpo político o social, aunque insuficiente.

Sin embargo, esta situación está por cambiar.

Los partidos Unidad, Liberal de Feinzaig, los evangélicos de Fabricio y los diputados de Gobierno están a punto lograr un acuerdo para conformar un Directorio Legislativo. El Gobierno de Chaves promueve esta nueva alianza.

Por lo que se sabe de información pública, la Alianza se fundamenta en acuerdos, dos de los principales son: la venta del Banco de Costa Rica y aprobación de las jornadas 4×3. Es posible que el acuerdo sea más profundo, que incluya otros alcances tales como la aprobación de una agenda legislativa que reduzca y limite los derechos de los trabajadores, las mujeres, cierre instituciones y reduzca más aún el Estado de Bienestar. No lo sabemos aún, pero lo que está sobre la mesa ya es para preocuparse.

Por lo menos tendremos un presidente Chaves acuerpado por 3 partidos, un acuerdo sobre una agenda legislativa más neoliberal que redundará en un fortalecimiento de las políticas autoritarias del presidente. Un Chaves al cuadrado.  ¡Que Dios nos agarre confesados! Lo que viene es peor.

¿Preparan Argentina y Estados Unidos una ruta alternativa al Canal de Panamá?

Germán Gorraiz López – Analista

La estrella del firmamento neoliberal argentino, Javier Milei se habría convertido en el vivo reflejo de la incongruencia trumpiana y habría conseguido suplir su bisoñez en la gestión pública con el impacto mediático de sus intervenciones públicas al tiempo que se habría convertido en una «rara avis» que consigue desarbolar cualquier estrategia opositora que sea mínimamente racional. Asimismo, Milei sería portador de un peligroso virus político que podría arrasar con los principios de la democracia argentina al poseer un ADN dotado de la triple enzima DXH (dictadura blanda, xenofobia y heteropatriarcalidad) y cuyo primer efecto visible fue el finiquito de lo «políticamente correcto».

¿Hacia una democracia iliberal?

El cambio cualitativo o discontinuidad que se produce cuando simples cambios cuantitativos pasan a ser otra cosa diferente y el sistema se transforma internamente de modo radical en una nueva realidad que modifica su situación de equilibro interno y se crea una situación nueva (Democracia no liberal), tesis defendida por Milei y que consiste en la implementación de una democracia no liberal, siguiendo la estela del húngaro Viktor Orbán.

Dicho régimen bebería de las fuentes del paternalismo de las dictaduras blandas y de las tesis económicas neoliberales y devendrá indefectiblemente en un régimen autocrático, forma de gobierno ejercida por una sola persona, especie de parásito endógeno de otros sistemas de gobierno (incluida la llamada democracia formal). Así, partiendo de la crisálida de una propuesta partidista elegida mediante elecciones libres, llegado al poder se metamorfosea en líder Presidencialista con claros tintes totalitarios (xenófobo, neoliberal y autoritario), lo que confirma el aforismo de Lord Acton «El Poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente».

El paraíso económico neoliberal de Milei

Según el Banco Central Argentino, la inflación en Argentina seguirá desbocada en el 2024 (superior al 130%) lo que provocará la pérdida de competitividad de los productos argentinos con la consiguiente constricción en las exportaciones e incremento del déficit comercial que desembocará en una tasa de paro desoladora del 13% prevista para el 2024.Una inflación descontrolada conlleva la pérdida de poder adquisitivo de trabajadores y pensionistas, la contracción del consumo interno y la desincentivación del ahorro y búsqueda de rentas fuera de las actividades productivas que podría desembocar en una desertización productiva que fuera incapaz de satisfacer la demanda de productos básicos.

Igualmente, la economía argentina estará más expuesta a una posible apreciación del dólar y la reversión de los flujos de capital asociados, lo que podría reeditar la “Década perdida de América Latina” (década de los 80).Ello conllevará un notable incremento de la inestabilidad social que tendrá a los sindicatos Confederación General del Trabajo (CGT) y Central de los Trabajadores de la Argentina de los Trabajadores (CTA-T), como puntas de lanza de la lucha callejera, al aumento de las tasas de pobreza (cerca del 40 % de los argentinos rozaría el umbral de la pobreza), y un severo retroceso de las libertades democráticas.

¿Argentina en la órbita estadounidense?

Dada la miopía política del FMI al no aplicar una quita a la deuda argentina heredada de la etapa neoliberal de Macri, el presidente Fernández inició un acercamiento a Rusia y China para estimular las transacciones comerciales mutuas, así como atraer inversiones que se antojan imprescindibles para reflotar la maltrecha economía argentina.

Así, Fernández en su visita a Putin le ofreció la posibilidad de ser “la puerta de entrada a América Latina” y en su encuentro con Xi Jinping, confirmó la adhesión argentina al Proyecto de la Franja y Ruta de la Seda que podría significar para Argentina la escalofriante suma de 24.000 millones de dólares en inversiones y el dejar de pivotar en la órbita de Estados Unidos. Ello encendió las alarmas en la administración Biden quien manifestó su sería preocupación por la creciente presencia de China y Rusia en el país y en especial por la posibilidad de que China instalara una base militar conjunta con Argentina en Ushuaia a cambio de respaldo financiero chino para instalar un gigantesco Polo logístico en la provincia de Tierra del Fuego.

Así, Milei anunció una «nueva doctrina de política exterior de Argentina basada en una relación especial con Estados Unidos» tras reunirse con la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, la general Laura Richardson para tratar sobre la instalación de una base conjunta EEUU-Argentina en Ushuaia que controlará el tráfico de mega contenedores por el paso de Drake.

Así, tras el triunfo de Milei, asistiremos al alejamiento de Argentina de los países Brics tras la entrada de Argentina en la Alianza del Pacífico y el veto a las inversiones chinas, lo que aunado con la futura instalación de una base pseudocientífica de Gran Bretaña en las islas Shetland del Sur, asegurará el control marítimo del eje anglo-estadounidense de una ruta que será la alternativa al Canal de Panamá.

Costa Rica: Un Tren Descarrilado

Álvaro Vega

Álvaro Vega Sánchez, sociólogo

Hasta los aciagos años de 1980 el país avanzó, más bien que mal, desde una reforma de corte socialista en los años de 1940, con protagonismo del movimiento campesino-obrero que una década anterior (huelga de trabajadores bananeros de 1934) contribuyó a impugnar el régimen oligárquico de economía de enclave, hasta consolidar una institucionalidad social modernizante de inspiración social demócrata y socialcristiana.

El descarrilamiento que se produjo con la instauración de los Programas de Ajuste Estructural de corte neoliberal, en la década de 1980, ha sido de consecuencias desastrosas, comparable con la “tragedia del Virilla” en 1926 que cobró 385 víctimas y 150 heridos. Por más que se quiera vender la idea de que tales programas eran una necesidad, lo cierto es que fueron el inicio del desmantelamiento del Estado Social de Derecho, el rumbo que nos venía conduciendo a mejores puertos, al punto de convertirnos en el país latinoamericano que punteaba en desarrollo humano.

Hoy estamos punteando también, pero en desigualdad y violencia. Ocupamos los vergonzantes primeros lugares en la región y también entre los diez más desiguales y violentos del mundo. Frente a esta realidad, por una parte, se profundiza el derrotero privatizador más que diezmando el financiamiento a la institucionalidad social (Caja del Seguro Social, educación pública, programas de asistencia social), propiciando la importación de arroz con lo que se favorece a países extranjeros (Brasil, Uruguay y Estados Unidos, principales proveedores) y a los pocos importadores, mientras se produce la quiebra de nuestros productores. Asimismo, para no impulsar una verdadera reforma tributaria que ponga a pagar a los ricos del país, se festina la venta del Banco de Costa Rica: un paliativo más, propio de la vieja estrategia de “patear la bola” que tanto se critica. Por otra parte, se negocian una serie de leyes, más bien de carácter represivo y no preventivo, y se anuncia la creación de más cárceles como la fórmula mágica para contener el avance de la violencia organizada y delincuencial.

No se quiere entender que la mejor política de seguridad para el país es una buena política económica y social, que propicie el empleo digno, el salario justo, la educación de calidad y accesible, la salud preventiva, es decir, una canasta básica y nutritiva al alcance de todos y diagnósticos tempranos de enfermedades crónicas, servicio de transporte público de calidad y ciudades amigables.

De no avanzar hacia un estilo de desarrollo postneoliberal, dando un nuevo impulso al Estado Social de Derecho, el tren seguirá descarrilado y cobrando cada vez más víctimas. El viraje tiene que ser lo antes posible, y solo una coalición de fuerzas sociales y políticas imbuidas de una decidida y valiente voluntad patriótica puede hacerlo.

El derrotero de la denominada “dictadura en democracia” que se inauguró torciendo brazos para impulsar el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Costa Rica-República Dominicana, se ha venido profundizando en los dos últimos gobiernos, pero ya hace aguas. El discurso populista y mesiánico de perfil religioso resulta cada vez más vacío, se diluye en un marasmo de falsas promesas que vienen siendo repulsadas por una ciudadanía desencantada.

Las personalidades fuertes por las que apostaba buena parte de la ciudadanía han defraudado. Vendieron una imagen de fortaleza para enderezar la barca y enrumbar al país hacia la decencia en el manejo de la cosa pública y hacia la justicia social, pero una vez en el poder pactaron con los poderosos y abandonaron las banderas de la justicia para el bienestar y la paz social. El tren continuó descarrilado.

Hoy se abre una ventana de oportunidades con el diálogo social emprendido por la academia y la clase trabajadora del país. Este es un país donde ha prevalecido la inteligencia y la cultura sobre el poder y la fuerza. Cuando en el mundo hay una avanzada de regímenes de fuerza que conducen a la guerra por mezquinos intereses económicos y geopolíticos, legitimando el genocidio, se hace necesario levantar las banderas de la inteligencia y la cultura, para construir sociedades que apuesten por la paz y a vida. ¿Por qué no Costa Rica?

Insolidaridad partidaria

Dr. Óscar Aguilar Bulgarelli

Es muy evidente, y ya es una realidad comprobada históricamente, que el PUSC ha sabido acomodar piezas de algunos miembros de sus huestes en los gobiernos de Alvarado y Chávez a cambio de lograr apoyos, unos evidentes como el de Piza Rocafort y las huestes neoliberales al gobierno anterior y otras tan transparentes como el agua del Río Grande de Tárcoles lleno de cocodrilos, con el Chavismo, que ha sabido tirar algunos restos de pollo para saciar el hambre de huesos oficiales.

Pero lo que sucede en este momento, evidencia la poca “hidalguía” que impera en la Nueva Unidad al dejar sola, sin apoyo alguno y en la estacada a la diputada Vanesa Castro, perseguida y perjudicada por el autoritarismo chavista.

Sus “compañeros” diputados han guardado calculado y hasta acobardado silencio ante estos hechos demostrados, y lo más grave, el propio Directorio Político ha mantenido sepulcral silencio ante un hecho sumamente grave para nuestra ya escuálida democracia: la persecución clara y abierta de una ciudadana, representante del Soberano, por el mismísimo Presidente Chaves que denigra, un día sí y otro también, la dignidad de su cargo y la democracia misma.

Y de Repretel, qué se puede decir, si es nido de súbditos del mexicano Ángel González su aparente dueño, pero cara de muchos otros, que llega no solo a romper el contrato profesional de doña Vanessa, sino que pone los servicios informativos a la orden del autócrata, como es público y notorio, con solo verlos y escucharlos; sin medir el daño que hacen al país y a la libertad, pues pesa más el bolsillo del Fantasma, como le dicen al mexicano.

Por supuesto que todo es indignante y peligroso, yo uno mi protesta como simple ciudadano a muchas voces que protestan por tan inaceptable insolidaridad política en un partido falto de toda… ¡hidalguía!

Pero recuerden, quien vende su alma al Diablo, con llevárselo le paga.

Perú: El rostro de una dictadura fascista – reseña del Programa Alternativas

Reseña del Programa Alternativas del 1 de marzo de 2024, sobre Perú: El rostro de una dictadura fascista. Se contó con un panel invitado con Gustavo Espinoza Montesinos, escritor, periodista y ex parlamentario. jefe de la edición peruana de Resumen Latinoamericano; Aída García Naranjo, educadora, artista, política y ex ministra de la Mujer; y Eduardo Cáceres Valdivia, Filósofo, escritor e investigador social.

El programa aborda la situación que se vive en Perú, donde no se vive en una democracia formal, por el contrario, se vive ante un régimen débil que puede transicional a uno autoritario, una dictadura. Según los panelistas, quienes abordan múltiples áreas temáticas principalmente la situación de crisis sistémica de gobernanza, la situación de las élites económicas además de otros temas que surgen en la discusión.

Una introducción a la realidad del Perú, quien vive en la actual coyuntura una situación de crisis desde hace 10 años, con un agotamiento de la dominación política del neoliberalismo, que se plasmaron como el régimen dominante desde la dictadura de Fujimori que dio paso a una democracia débil, que no busco solucionar los problemas heredados del régimen de Fujimori, especialmente las demandas sociales, más allá de ser juzgados los crímenes contra los derechos humanos, que favorecieron el deterioro social, con una crisis del régimen político, falta de legitimidad del poder político.

El fallido gobierno del expresidente Castillo del Perú, que no logró avanzar cambios sociales profundos, que culmina el 7 de diciembre del 2022, cuando se da un auto golpe institucional, para una nueva constituyente que genera la culminación de un golpe institucional desde el congreso en respuesta, creando una vacancia de poder ilegítima. Provocó una reacción popular fuerte en el centro y sur andino del Perú, una confluencia de diversos sectores para la toma pacífica de Lima, que fueron violentamente reprimidas, por el gobierno peruano que cuenta con pocos apoyos populares, pero si el apoyo de una coalición de poder entre empresarios, medios de comunicación y militares.

La situación actual de una crisis de régimen, donde la actual presidenta Dina Boluarte gobierna sin legitimidad con el apoyo de quienes perdieron las elecciones presidenciales, hay una posibilidad de pasar de un régimen de débil democracia a uno autoritarios, ante la crisis social, económica, sanitaria, política, climática entre más, una crisis de dominación en su conjunto, se profundizaron los cuestionamientos a cada sector del Estado. Donde la herencia del Perú desde la colonia es una herencia conflictiva donde hay una débil consolidación de su identidad. Si bien no es un gobierno fascista el que gobierna el Perú es un gobierno con tintes e inclinaciones fascistas, principalmente en su área económica extendiendo un dominio sobre todos los sectores del país.

Entre los temas tratados se aborda la situación empresarial donde las empresas mineras son parte interesada en el apoyo al gobierno para conseguir el respaldo en proyectos mineros extractivistas, perjudiciales para el medio ambiente y las comunidades indígenas. La utilización de la policía como brazo de represión estatal, para lograr mantener el régimen con la represión social, brindándoles un respaldo total y protección a las fuerzas policiales; Finalmente el uso y apoyo de los medios de comunicación para brindar al gobierno, por una parte, manteniendo el enfoque mediático en el fallido golpe de Pedro Castillo, luego evitando la crítica al gobierno para lograr afianzarlo en el poder, este apoyo viene principalmente de medios medianos y los grandes medios de comunicación. En todas estas áreas se presenta una fuerte impunidad ante la ley y los derechos humanos, con amplios casos de corrupción.

Finalmente es importante destacar la proyección que se realiza del actual gobierno del Perú, que posee una afinidad con el neoliberalismo que mermó los sectores sociales históricos, que funge en contra del sector social y destruyó las empresas públicas, favoreciendo la desregularización de la vida pública, social y económicas, esto ha favorecido la expansión del narcotráfico en los andes peruanos, así como el problema de la minería ilegal afectando la cordillera andina, afectando seriamente el medio ambiente, que son nuevos poderes económicos emergentes, que han entrado en política. Por lo cual los panelistas invitan a organizar los movimientos sociales y políticos de izquierda para brindar una verdadera oposición que de esperanza al pueblo peruano.

Una referencia la situación de Perú en el escenario internacional, se muestra desde la lejanía, existen pocas noticias sobre lo que sucede en el país, visto desde el exterior, la situación del 7 de diciembre, ha marcado distanciamientos con gobiernos progresistas en la región latinoamericana, a pesar de Pedro Castillo no esté en el gobierno, lo cual debe en principio permitir restablecer lazos con gobiernos de la región.

Para ver el programa completo, puede visitar el siguiente enlace: https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=293644296837051&id=100039176114597&sfnsn=wa&mibextid=RUbZ1f

¿Crisis político electoral en Costa Rica? La ruptura del bipartidismo y el auge de la derecha

Vladimir de la Cruz

Costa Rica goza de un reconocimiento internacional, entre otras cosas, por su democracia estable, por sus recursos naturales protegidos y su rica diversidad natural, por la abolición del ejército desde hace 76 años; por el ejercicio democrático electoral y cambios de gobierno estables, cada cuatro años, desde 1848, con algunos períodos muy cortos de golpes de estado, dos en el siglo XX, de dos años cada uno; por un régimen de partidos políticos que funciona desde 1889, por un régimen constitucional estable desde 1871, por el ejercicio de libertades y derechos y una amplitud de los Derechos Humanos.

En este escenario, las corrientes políticas, especialmente desde 1931 hasta hoy, han girado con la presencia liberales clásicos decimonónicos, de la izquierda comunista, la socialdemócrata, la social cristiana, como grandes ejes de pensamiento político. En la segunda mitad del siglo XX surgieron variantes de estas corrientes políticas o ideológicas, algunas de ellas con pequeñas estructuras político-partidarias y hasta electorales. Corrientes liberales y neoliberales se han desarrollado como corrientes político-electorales desde finales del siglo XX. Hoy tienen más presencia pública y de gobierno. Tendencialmente se ven como amenazas gubernativas, ahora y para el próximo gobierno 2026-2030.

Tradicionalmente los gobiernos de Costa Rica desde 1953 hasta el 2014 han gravitado con partidos socialdemócratas y socialcristianos gobernantes, alternado entre ellos, los socialdemócratas 9 veces en gobierno, los socialcristianos seis veces. Esto produjo la idea de un bipartidismo gobernante muy sólido, al que se le debe lo bueno y lo malo del país en todo sentido.

Dos de los últimos gobiernos fueron de un nuevo proyecto político electoral, sin una clara definición político-ideológica, que quedó fuera del proceso político, y electoral en la práctica, en las elecciones nacionales del 2022, donde no eligió el partido gobernante, de estos años, ni un solo diputado, y en las elecciones municipales recién realizadas donde también se desdibujó electoralmente.

Parlamentariamente, el bipartidismo histórico dominó el Poder Legislativo, generalmente con mayoría socialdemócrata o compartiendo con los socialcristianos la amplia mayoría legislativa desde 1953 hasta 1998.

Desde 1998 este bipartidismo parlamentario se rompió. Perdieron las mayorías legislativas con la que se imponían nacionalmente. Aparecieron otras fuerzas pequeñas parlamentarias con las que tuvieron que negociar para la mejor toma de decisiones parlamentarias y políticas. En este escenario, desde 1998, surgieron fuerzas políticas electorales y parlamentarias de carácter cristiano no católicas, liberales dentro del neoliberalismo. Hubo una atomización de partidos disputando la presidencia de la República en el 2022 cuando participaron 25 partidos políticos en esa batalla electoral. De estos 25 partidos nacionales solo llegaron ocho a las elecciones municipales del pasado 4 de febrero. El nuevo Congreso Nacional, de 57 diputados, quedó dominado por seis partidos, cinco de ellos ubicados en el centro derecha.

En los últimos ocho años han venido surgiendo corrientes de carácter neoliberal populistas. En el 2022, en las elecciones se impuso como gobernante, con menos de un año de ejercicio político, y de reconocimiento personal político, el actual presidente de la República, que tenía casi 35 años de trabajar en el extranjero, en el Banco Mundial. Totalmente desarraigado, sin raíces políticas importantes, a modo de un típico outsider se impuso, cuestionando todo el pasado político, acusando graves casos de corrupción reales, como un lastre de toda la clase política tradicional, de todos los partidos políticos existentes y de todos los poderes públicos. Señalaba que la situación que se calificaba de ingobernabilidad en que había entrado el país se debía a que no había habido gobernantes que gobernaran, que mandaran, presentándose como el escogido para esa tarea.

Los partidos tradicionales gobernantes desde 1978 habían iniciado el proceso de acabar y debilitar el Estado Social de Derecho que se había venido construyendo desde 1943, y de reducir al máximo posible el Estado asistencialista y benefactor que se había impuesto desde las reformas políticas y sociales de 1943, y como resultado de la Guerra Civil, de 1948, en el marco de la guerra fría que se dio desde 1945 hasta 1991, como barrera de contención a las posibilidades de ascensos de la izquierda y de los comunistas, sobre todo después del triunfo de la Revolución Cubana, en 1959, del triunfo del Salvador Allende, en Chile, en 1970, y de los sandinistas en 1979, como del desarrollo de las insurgencias guerrilleras en Suramérica y Centroamérica en este período, 1980-1989, que se frenaron con los Acuerdos de Esquipulas, iniciando procesos de reconstrucción democrática en la región; democracia que no ha sido fácil establecerla y consolidarla, como se puede apreciar por lo que sucede en Nicaragua, desde el 2006 hasta hoy; en Honduras desde el golpe de Estado al Presidente Zelaya en el 2009; con el gobierno de Bukele en El Salvador, recientemente, cuestionado en muchos aspectos, a pesar de su exitoso enfrentamiento y control de los grupos narco criminales, y con los sucesos electorales hace pocos días, de Guatemala, donde se trata de que el Presidente Bernardo Arévalo no pueda gobernar ni ejercer democráticamente su mandato presidencial.

En este contexto los grupos neoliberales tienen cada vez más presencia en el área y en Costa Rica. El actual gobierno, del presidente Rodrigo Chaves, es su mejor exponente. Sus desplantes autoritarios, despóticos y confrontativos con toda la institucionalidad, pública, que le paraliza acciones por violar la Constitución, las Leyes y por no apegarse con rigurosidad a los trámites administrativos para sus proyectos, y por su constante confrontación con los sectores sociales y políticos del país, lo ha llevado a plantear recientemente la necesidad de acabar con todas las estructuras intermedias de la institucionalidad, para poder ejercer un gobierno más directo, mas autoritario y con capacidad de tomar de decisiones únicas y verticales desde el Poder Ejecutivo. Sin partido político propio, impulsando dos, que no participaron en las elecciones municipales, por impedimentos legales, se le ve como un peligroso continuista político gubernativo. Por la Constitución Política no puede reelegirse, pero nada le impide impulsar su candidato tarea en la que se encuentra.

En las recientes elecciones municipales, el Presidente, y sus amigos, no pudieron participar por no haber acatado las disposiciones legales y electorales de su inscripción. Pero, otros partidos, del centro derecha tuvieron cierto auge, lo que perturba a los dirigentes del partido Liberación Nacional y de la Unidad Social Cristiana. En ambas tiendas políticas desde distintos parámetros se ha planteado, después de las elecciones municipales, la posibilidad de impulsar coaliciones políticas contra ese modelo neoliberal del actual presidente Chaves. Lo mejor es que estos dos partidos son los que han impulsado ese modelo neoliberal desde 1978, lo han agudizado, han contribuido a debilitar el Estado Social de Derecho y el asistencialismo social, y se sienten desplazados de esas políticas. La social democracia nacional impulsó reformas importantes a las que ha renunciado. El social cristianismo nacional se dice heredero de las reformas sociales de 1943 que resultaron de una alianza del Partido Comunista, del partido Republicano, que era el del Gobierno y de la Iglesia Católica.

Ambos partidos abandonaron hace bastantes años estos impulsos e identificaciones sociales. Se plegaron a los mandatos internacionales de las políticas neoliberales. Las nuevas corrientes neoliberales han superado a esos partidos, que han sido arrastrados a posiciones cada vez más a la derecha política, lo que les es muy difícil disputar con sus banderas. La izquierda nacional ni siquiera ha podido presentarse, con fuerza, como la defensora de esas reformas sociales, del Estado Social de Derecho, ni como un verdadero movimiento político reformista, que defienda las reformas sociales que han sido debilitadas, de rescate de los derechos sociales de los trabajadores que ya han sido eliminados y de nuevas reformas sociales.

El escenario de las coaliciones no está lejano, aunque en el país no haya una gran experiencia en este tipo de participaciones. Las posibles coaliciones contra el actual gobierno y su posibilidad continuista de reelección gubernativa, se presentan ambas como coaliciones de centro de derecha, disputando contra un gobierno de derecha, que a los efectos produce más confianza, esperanza y sentimientos de renovación contra la derecha histórica que ha desarrollado una masa de pobreza enorme, de excluidos de los beneficios sociales, de marginados sociales, de jóvenes que ni estudian ni trabajan, de debilitamiento de salarios y pensiones, de cercenamiento de subsidios sociales.

Cuando el presidente actual habla a estos grupos sociales les manifiesta su identificación con ellos. Les hace ver que no les puede resolver sus problemas porque no le dejan gobernar; que él necesita fuerza institucional y política para poder resolver sus problemas. Procura crear un estado de violencia política interna, aprovechando la presencia en el país de más de 20 grupos de organizaciones criminales, que se disputan el territorio nacional, por el control de la comercialización de drogas, considerando que Costa Rica se ha convertido en la bodega de almacenaje de drogas, más importante de la región, junto con la de Ecuador en Sur América, para con ese estado de violencia, acudir, si pudiera a la declaración de un Estado de Excepción, que le permitiera gobernar sin ataduras y ojalá con mano fuerte. Ese es su diseño político. Esas son las propuestas electorales, las dos coaliciones desde el centro derecha que proponen elementos de Liberación Nacional y de la Unidad Social Cristiana.

La izquierda no tiene a la vista posibilidades de presentar un proyecto también de coalición política electoral. La historia de esta izquierda no produce la confianza para un gran frente político de esa naturaleza, al menos por ahora.

El escenario inmediato pareciera avanzar hacia el fortalecimiento de la de derecha en general en el país.

Compartido con SURCOS por el autor.

Paralizados por todas partes

Abelardo Morales Gamboa

Ya las cosas venían mal en este país; siguen mal y pintan peor. Tenemos uno si no el peor de los gobiernos de la historia reciente, pero no solo el gobierno toma malas decisiones, o no toma ninguna o toma las que toma con muy mala leche. Este grupito ha venido a empeorar la situación de los costarricenses, no hay duda. Podríamos sentarnos a llorar, pero con llorar no logramos nada.

Pero qué hace que este gobierno sea un desastre, cause los desastres que causa y nada pasa, los partidos políticos de oposición si es que hacen oposición, los sindicatos y organizaciones sociales, la sacrosanta intelectualidad de este país, nadie mueve un dedo, no pasamos de arrugar las narices y de seguir confinados en nuestro confort neoliberal, claro, pero con poses antineoliberales porque frente al mal debemos aparentar ser políticamente correctos.

Peor aún, el gobierno es un desastre, paraliza todo, pero hay un segmento de la población que le aplaude; si las encuestas están bien hechas, no lo sé, podríamos decir que el desastre y la parálisis gozan de legitimidad y de apoyo popular. No obstante, vemos a las derechas del PUSC y neoliberales descendientes del movimiento libertario con aires de triunfo. Están convencidos de que esta es su gran oportunidad. En río revuelto…

Hay que reconocerle al grupo que nos gobierna su genialidad. Aunque parezcan burdos, tontos no son. No más entrando al poder pararon todo desde el uso de mascarillas hasta la construcción de hospitales. Detuvieron obras viales importantes; la del Ministerio de Obras Públicas y Transportes ha sido de las peores en décadas y allí sigue el ministro como un mono agarrando el zapote. Ni qué decir sobre Educación y Salud.

Este gobierno acaba de dinamitar los programas de inversión social y condenar a miles de familias, de niños y de jóvenes, no solo a la pobreza sino a situaciones de riesgo que al cabo de un par de años pondrían a este país de rodillas frente al crimen organizado y el autoritarismo. El presidente llama a las familias pobres a asumir el sacrificio y nada pasa. Si yo les diera crédito a las conspiraciones creería que nos lavaron el cerebro, les echaría la culpa a las vacunas o a algún poder extraterrestre.

Tampoco bastan los editoriales y titulares de la prensa que también tienen responsabilidades en esta pérdida de conciencia colectiva. Hay que reconocer que, durante décadas, mientras el país avanzaba en educación, ciencias y cultura, estábamos dominados por una prensa empobrecida intelectualmente. Luego vino el desastre en educación, los contenidos de las redes sociales se volvieron más creíbles que los cuentos de la abuela, pero ya el daño estaba hecho.

Hemos llegado al punto de que un accidente paraliza el tránsito durante largas horas en cualquier vía de comunicación. El colmo es que la construcción de un puente paraliza a toda la región central del país durante meses. La parálisis no es solo mala planificación, aunque la desplanificación y el valeverguismo de los funcionarios sea resultado precisamente de la pérdida de sentido de la responsabilidad pública.

La parálisis en la que nos tiene este gobierno no es un accidente, no es un producto no previsto de la presente coyuntura histórica. No. Este gobierno sintetiza nuestra historia reciente, es hijo del desastre de fuerzas políticas y sociales que llenaron bancadas legislativas y ocuparon el gobierno en los tiempos del neoliberalismo.

Es el resultado cultural del empobrecimiento de la opinión pública hecho por la prensa de derecha, de la crisis de la educación gracias a gremios auto centrados en sus conquistas sindicales y cada vez más alejados de las congojas de los maestros y de las familias pobres, este gobierno nos está mostrando, dientes para afuera y sonrisa rechoncha, que es el resultado de una empobrecida cultura cívica, de una democracia anémica y de partidos partidos a pedacitos. Lo dicen, los vemos y les oímos, pero no abrimos los ojos. Pero la derecha va por su tajada.

De la Resiliencia a la Acción: la Encrucijada Costarricense

Mauricio Ramírez Núñez
Académico

La noción de resiliencia emergió en los años 70 como un concepto clave en la ecología y la física, describiendo la capacidad de los sistemas naturales para resistir y recuperarse de perturbaciones naturales o provocadas por la industrialización. Proviene del latín resilio, que significa volver atrás. Con el tiempo, esta idea trascendió su origen científico para infiltrarse en el ámbito de la psicología, donde fue abordada como la capacidad de las personas para superar y reponerse ante las adversidades de la vida.

La transformación económica e ideológica que ha caracterizado al mundo posterior a la Guerra Fría se ha centrado en la búsqueda constante de rendimiento y eficiencia. En este contexto, las personas tienden a someterse a una autoexplotación en busca de una supuesta realización personal. Cuando enfrentan dificultades o fracasos, la culpa suele recaer exclusivamente sobre ellas mismas, desvinculando cualquier responsabilidad estructural de su entorno, ya sean factores políticos, sociales o económicos, y minimizando así la influencia de sus circunstancias. Este enfoque ideológico ha facilitado la integración de la resiliencia en la psicología contemporánea, volviéndola un concepto-tendencia global que se ha aplicado también en diversos campos del conocimiento, convirtiéndose en un concepto omnipresente y, en ocasiones, trivializado.

La expresión de moda ha evolucionado de «usted debe» a «usted puede», todo en un tono positivo. Se dice que somos capaces de adaptarnos y superar obstáculos una y otra vez. Y aunque esto es cierto en muchos aspectos, existe una trampa importante. Adaptarse y recuperarse de los desafíos de la vida es una cosa, pero persistir en una lucha constante y autoexplotadora para alimentar un modelo que no solo agota los recursos naturales, sino también a las personas y sus emociones, es algo completamente distinto.

Este estilo de vida ha desencadenado un preocupante aumento de enfermedades mentales como la depresión y el síndrome del burnout, especialmente entre la juventud, la clase media y los trabajadores, lo que ha legitimado aún más el uso de la resiliencia por parte de terapeutas y expertos en coaching. Esto parece crear un ciclo vicioso. En este contexto, la percepción constante de fracaso personal se erige como un obstáculo a vencer, mientras que algunos lo interpretan como una faceta positiva del camino hacia la realización individual. Esto traslada las contradicciones sociales y económicas objetivas a un nuevo terreno de batalla: la psique de cada persona, ejerciendo así un impacto negativo en la salud mental y el bienestar de la población.

Es por esto por lo que el filósofo surcoreano Byung Chul Han sostiene que en la actualidad resulta imposible la revolución, ya que las personas no saben contra qué o quién rebelarse; en lugar de resistencia, lo que se observa en todas partes es cansancio y depresión. Han argumenta que hoy en día se prefiere descansar en lugar de luchar. Es crucial reconocer en este punto que la resiliencia, despojada de su concepción original, ha pasado a convertirse en una herramienta poderosa para amortiguar de cierta manera la dinámica irracional de vida que impera en nuestra sociedad, desviando la atención del problema hacia la persona y enseñándole a adaptarse constantemente y superar los desafíos, en lugar de cuestionar la estructura misma de vida y consumo que genera esas adversidades y crisis existenciales recurrentes.

Sin embargo, su evolución no se detuvo allí. La resiliencia, transformada en un instrumento ideológico del neoliberalismo y aceptada acríticamente como un concepto apolítico por amplios sectores tanto de izquierda como de derecha, ha sido fácilmente utilizada para justificar la inmutabilidad del statu quo, presentando a quienes realmente desafían este sistema como amenazas al orden, la democracia o los derechos humanos, lo cual ha alimentado fenómenos como la dictadura de lo políticamente correcto por un lado, y al surgimiento de su opuesto: el hartazgo, la polarización y el populismo por otro, creando una especie de espada de Damocles sobre la sociedad contemporánea.

No es sorprendente observar el grave aumento en el consumo de sustancias ilegales, cuyo principal propósito es permitir a las personas escapar de la realidad. Los datos revelan claramente que este estilo de vida conduce inevitablemente a sociedades más violentas, intolerantes y divididas. Todo esto resulta de una saturación de positividad artificial. Bajo esta perspectiva, se ha promovido la ilusión de que cualquier sistema, ya sea natural o humano, posee una capacidad infinita de adaptación, ocultando así las consecuencias destructivas de un modelo económico insostenible como el actual. Incluso se ha ido un paso más allá al considerar la resiliencia como un indicador de progreso civilizatorio, cuando en realidad es más bien una forma extrema de supervivencia frente al inminente colapso del planeta, causado por la interferencia y explotación desmedida del ser humano en los ecosistemas y sus recursos.

Costa Rica, como ejemplo paradigmático, ha experimentado en carne propia los límites de esta supuesta resiliencia. Aunque su modelo ha demostrado una notable capacidad para resistir y adaptarse a diversos desafíos, se enfrenta ahora a una encrucijada donde la continuidad del statu quo ya no es una opción viable para el bienvivir de toda la nación.

El último informe del Estado de la Nación, publicado en 2023, arroja una luz cruda sobre el desgaste del desarrollo humano en el país. Amplios sectores de la sociedad se encuentran ahora con menos acceso a oportunidades laborales de calidad, al bienestar social y a un entorno seguro en comparación con una década atrás. Aunque los indicadores económicos promedio señalan un leve aumento en el dinamismo de la economía y el empleo, debido al fin de la pandemia y no tanto por las acciones del gobierno, estos avances son insuficientes para reparar los daños causados por ésta, que ha golpeado con mayor fuerza a los sectores más vulnerables.

Además, el informe resalta los desafíos inherentes a un sistema político marcado por la debilidad de los actores políticos, el antagonismo y el entrabamiento, lo que dificulta la construcción de acuerdos y la consecución de mejores resultados para el desarrollo humano. La crisis educativa y la falta de una dirección estratégica por parte del gobierno para transformar la realidad profundizan aún más esta situación y debilitan la cohesión social.

Ante este panorama desafiante, surge la necesidad imperativa de romper con la inercia y la inacción. El camino hacia el cambio implica la creación de un movimiento político robusto, verdaderamente popular y participativo. Este movimiento debe surgir de la mano del pueblo y abarcar a todos sus sectores, desde sindicatos y cooperativas, hasta emprendedores y empresarios. Todos tendrán algo que aportar y que ceder, pero no se podrá echar por la borda a nadie más, de igual manera, habrá quienes vayan por el camino contrario naturalmente. Es momento de refundar la política costarricense, dejando atrás lo viejo y decadente, y construyendo un movimiento de nuevo tipo: amplio, democrático y soberano.

Entonces, ¿cómo podemos trascender este ya viejo paradigma? Es hora de recurrir a las herramientas democráticas con las que contamos y a la verdadera formación política para la acción, en aras de abordar los desafíos que enfrentamos y transformar la esfera pública. Es momento de replantear nuestro enfoque hacia un desarrollo sostenible y equitativo, donde la resiliencia no sea una excusa para la inacción y la perpetuación del status quo so pretexto que no se puede hacer nada al respecto más que adaptarse. No se pueden seguir aceptando cambios cosméticos para que todo siga igual o peor. Es tiempo de pensar en algo diferente y actuar en consecuencia.

El pueblo es el motor del cambio, y todos merecemos vivir bien y disfrutar de los resultados del trabajo conjunto. Es hora de revitalizar la política, enraizándola en las necesidades y aspiraciones de la gente, y así abrir paso a una Costa Rica próspera y solidaria, que sabe vivir en armonía con el ambiente.