La tarea política inmediata es derrotar a Rodrigo Chaves en la Asamblea Legislativa

Vladimir de la Cruz

La luna de miel, resultante de la pernada presidencial realizada en Zapote, con representantes de los partidos políticos Liberal Progresista, de Eli Feinzaig, de Nueva República, de Fabricio Alvarado, de la Unidad Social Cristiana con Horacio Alvarado, al frente, y el grupo de diputados de Pilar Cisneros, que preveía una posible papeleta legislativa unitaria de los diputados, para imponerse como el Directorio del Gobierno en el Poder Legislativo, pareciera que se acabó.

Lo que iba a ser una candidatura segura de Horacio Alvarado se chispotió porque el zapoteño, de turno, no liga bien su cerebro con su lengua, y porque actuando, como frecuentemente lo hace, de manera autoritaria y confrontativa, de modo insultante e intimidante, ofensivo, irrespetuoso, contra todos los sectores políticos, contra los diputados como grupo general, contra la Contraloría General de la República, como institución, contra la Contralora, que quisiera tener agarrada de las relingas institucionales y políticas y ponerle encima plomos para inmovilizarla en sus redes, y enredos presidenciales, se le fraguó momentáneamente, por sus desplantes autoritarios, amenazantes, descalificadores contra diputadas, mujeres especialmente, en la gira y acto público en la provincia de Limón.

La Contraloría General de la República es un órgano auxiliar de la Asamblea Legislativa, cosa que el Presidente no ha leído bien, o no ha entendido, en la Constitución Política. Con todo respeto, como se dice popularmente, su pernada política en Zapote, con los diputados que le llegaron, le resultó en un polvo de gallo… por ahora.

Para esa reunión, Fabricio Alvarado como Eli Feinzaig, se habían preparado renunciando a la posibilidad de ser Jefes de sus respectivas fracciones parlamentarias, para la tercera legislatura, del 1 de mayo próximo al 30 de abril, del 2025, no por legítimo interés de dar oportunidad a otros diputados, de sus partidos, de poder ser jefes parlamentarios, por un año, sino porque ambos aspiraban, en esta Legislatura, ser parte del Directorio Legislativo, que se iba a cocinar con el mandamás de Zapote, como parte de su currículo político, considerando que para ambos se les consideraba en la Secretaría del Directorio Legislativo, que es el puesto más relevante, después del Presidente Legislativo, por el poder interno que tiene dentro de la Asamblea Legislativa, y así, el próximo año, que es el año electoral, volver a la trinchera parlamentaria, como Jefes de sus fracciones otra vez, cosa que no podrían hacer, por elegancia política, y casi por impedimento institucional, para el debate legislativo cotidiano, si se mantienen en los puestos del Directorio Legislativo.

Lo digo con claridad. Si ambos van a volver a ser candidatos presidenciales más les debe interesar, y les conviene, estar en la línea de fuego, como diputados y como jefes parlamentarios. Como diputados porque pueden estar en el debate parlamentario constante. La jefatura de sus diputados les coloca en la vitrina pública, son la voz oficial de sus partidos en los asuntos legislativos ante los medios informativos. Les fortalece sus liderazgos políticos. Apartarse de esa jefatura política, si realmente son los principales líderes de sus partidos, y sus potenciales candidatos presidenciales, es una falsa modestia, que nadie se las cree. Si sus compañeros diputados así les reconocen y así también se identifican con sus partidos, deben asegurar que sus candidatos presidenciales, desde la Asamblea Legislativa, se destaquen más, se formen mejor, en todas las formas políticas que se puedan aprovechar, sin convertirse en felpudos o alfombras presidenciales, sin comportarse como cortesanas zapoteñas. Dignidad política, y personal también, es lo que se requiere para esos liderazgos.

Los desplantes, los vituperios lanzados por el inquilino de Zapote en Limón, provocó que el Presidente Legislativo, con la dignidad y señorío que representa, y tiene, le manifestara al presidente del Ejecutivo Nacional, que no asistiría a una reunión que se había pactado en tanto estuviera faltándole el respeto a diputados, especialmente a las mujereas diputadas, a la Contralora General de la República, y a los poderes públicos.

Hizo muy bien Rodrigo Arias Sánchez. En el escenario taurino de Zapote Rodrigo Arias ha actuado más como banderillero. No es el torero. Ha sido el encargado de torear en el segundo tercio del toreo; es el protagonista del toreo. Bien clavaditas puso las banderillas, en el redondel de Zapote, al toro que pareciera no tener buen trapío, pareciendo más un toro mocho, descornado.

En la faena taurina capitalista, de la plaza de toros de Zapote, los que llegaron a la pernada, pareciera que no han podido sacar a nadie en hombros, como se hace con los toreros, que eran los candidatos que en Zapote se iban a anunciar oficialmente, ni cobrar el acuerdo que se tenía pactado, como cobran en las plazas taurinas los que sacan en hombros a los toreros…

Después de esos alaridos del Presidente, en Limón, y sus desplantes movilizadores de la población contra la Asamblea Legislativa, y la Contraloría General de la República, era natural que gente educada, como Eli Feinzaig anunciara que se retiraba de la comparsa en la que se había metido para ir a Zapote. También por postura política porque había que marcarle al histriónico dirigente su frontera si se quiere aspirar a la Presidencia de la República con dignidad, con altura política; no charraleramente.

¿Qué va a pasar con los diputados desflorados en Zapote? Todavía no sabemos, al menos con los restantes que fueron, que, al momento de escribir esta nota, todavía permanecen, aparentemente, en el lecho nupcial zapoteño. Por lo que está ocurriendo, paradójicamente, pareciera que el desflorado va a ser el Presidente.

¿Se fortalece la candidatura de Rodrigo Arias a la Presidencia Legislativa? Probablemente que sí. Hay que entender también que en el conjunto legislativo hay ocho diputados, de los cuatro partidos que fueron a Zapote, que literalmente son disidentes de sus partidos, cuyos votos el primero de mayo pueden jugar un papel muy importante.

A Eli Feinzaig más le conviene, políticamente, con su partido, en este momento, integrarse al grupo que apoya a Rodrigo Arias, incluso sin esperar nada a cambio. De esos cuatro partidos Eli Feinzaig es la figura más destacada, el que tiene más talante político. Tiene mucha afinidad conceptual con las políticas de Gobierno, pero pone sus distancias. Los otros son arrimados políticos del gobierno, colocados y llevados, estos sí de la relinga, en el cabús del tren presidencial.

Insisto, con el Frente Amplio. Tienen una enorme responsabilidad política en esta elección del primero de mayo. Su planteamiento de apoyar un directorio de oposición, donde no esté Rodrigo Arias, los acerca más al triunfo de un Directorio hijo de Zapote, con una agenda política y parlamentaria claramente neoliberal, muy perjudicial para el país y el pueblo costarricense.

El viejo partido comunista, Vanguardia Popular, sabía distinguir, en su trabajo político y parlamentario, lo que era correcto o incorrecto para el momento político que se viviera. El Frente Amplio no es el partido comunista histórico que llegó hasta la división de ese partido a mediados de la década de 1980, ni es el partido Vanguardia Popular que hoy escasamente existe, aunque allí haya algunos miembros que tienen esos genes y ese ADN.

El Frente Amplio hereda, de esa tradición, el ropaje de la izquierda parlamentaria nacional. En este momento la tarea es detener parlamentariamente la mayor presencia política de los intereses legislativos del gobierno, representado por los grupos económicos, financieros y “políticos” que mueven los títeres zapoteños, y la agenda legislativa neoliberal, y anti costarricense, que quieren imponer este año.

Que el gobierno constantemente ataque al Frente Amplio no lo resalta políticamente más. Tan solo lo lleva, como grupo, a replegarse en este juego político parlamentario. Y ese retroceso, esa aparente “neutralidad”, entre lo que se presenta como “Liberación Nacional” y los “anti liberacionistas”, solo le hace el juego al Presidente Chaves.

La elección del primero de mayo, como objetivo político, debe entenderse como una elección en la que debe ser derrotada la papeleta presidencial neoliberal del gobierno, sin engañarnos de las posturas neoliberales, con sus distintos matices y ribetes, que tienen las otras fracciones parlamentarias.

Los votos del Frente Amplio en la elección del primero de mayo no deben botarse a favor de Zapote y su Directorio Legislativo. Deben votarse a favor de la institucionalidad, de la democracia y de la mejor protección de los intereses legislativos del pueblo.

El camino, de este momento político, es votar por Rodrigo Arias. Esta es la tarea política inmediata de la realidad nacional.

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