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Etiqueta: patrimonio cultural

Día Internacional de la Lengua Materna

José Luis Pacheco Murillo

El 21 de febrero se celebra el Día Internacional de la Lengua Materna con el objetivo de preservar y proteger todos los idiomas y dialectos que se hablan en todo el mundo.

Se entiende como lengua materna, el primer idioma que adquiere una persona cuando nace y que después forma parte de su vida como un instrumento de comunicación. También se conoce con el nombre de lengua nativa. Posteriormente, si aprende otra lengua en el transcurso de la vida, entones está será considerada como una segunda lengua.

Es lamentable cómo se han perdido muchas lenguas. Vemos con preocupación, que a nivel mundial desaparecen muchas lenguas y dialectos de forma estrepitosa. De acuerdo con los últimos estudios, se calcula que cada dos semanas muere una lengua, lo que trae como consecuencia la extinción de todo un patrimonio cultural.

Hay muchas formas hoy con las que se van destruyendo lenguas maternas. Una de esas formas es la misma tecnología que va introduciendo términos que difieren con lo que aprendimos en nuestra infancia como lengua materna.

Hoy se realizan ingentes esfuerzos para proteger y mantener el patrimonio cultural de muchos pueblos y lo primero que se pretende proteger es su idioma.

Hay muchos pueblos aborígenes que aún mantienen su lengua materna y es importante que los gobiernos apoyen esa protección.

El señor Esteban Naranjo Navarro, funcionario del Ministerio de Educación Pública realizó un trabajo especial para este día que me parece oportuno compartir y se relaciona con las lenguas maternas de nuestro país. Indica: “La cultura costarricense se privilegia de ser una nación con gran diversidad cultural, por eso extendemos un mensaje con motivo de esta celebración que es, «Nuestra lengua materna: nuestro orgullo, nuestra identidad». También, se tradujo en las lenguas que nos identifican como una cultura diversa.

– En Boruca: Div tégat: div shúguev, div sót.

– En Ngäbere: Ni blite kugwe nigwe biti: utuäte krubate, ni ngäbere bä erere.

– En Cabécar: Sá ditsö ktö: sigëi tai, sá kawák ser dël

– En Bribri: Se’ ujtö we tsikine se’ ta: dör se’ iyí se’ wakdë

– En Malecu: Ma jaíca suírra: ma lhútu putúconh, tiá ma pucá suí.”

Mantener nuestra lengua materna es precisamente mantener nuestra cultura e identidad. Debemos conservarla y defenderla.

Dios quiera que a través de celebraciones como ésta más bien la fortalezcamos y podamos transmitirla a las nuevas generaciones.

Ética y estética de una sociedad decadente

Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor costarricense

La decadencia cultural de una nación, o incluso de un área continental entera, dentro de determinado período histórico, es un evento paulatino que se expresa en muchas dimensiones hasta alcanzar la totalidad de la vida social. A la decadencia ética, en la que el cinismo tanto como la mentira y la hipocresía no conocen límites, se une la que se pone de manifiesto en el plano estético que impide a la gran mayoría de la población apreciar, y valorar en su justa medida la belleza o singularidad del patrimonio cultural de una ciudad, por no decir de una nación entera.

La ciudad de San José, capital de la centroamericana (a pesar suyo) Costa Rica, una ciudad que en los años cincuenta del siglo pasado, apenas había superado los cien mil habitantes, fue perdiendo su patrimonio histórico cultural y la estética arquitectónica que la habían venido caracterizando, a partir de la segunda mitad del siglo XIX y durante la primera del siglo XX, un período de casi un siglo durante el que alcanzó su mayor esplendor, convirtiéndose después de manera gradual en una aglomeración urbana, cada vez más horrible, e incluso disfuncional para sus moradores originarios, que perdió esas cualidades que la hicieron destacable en estas latitudes, además de perder eso que alguna gente llama el “rostro humano” de la ciudad.

Con el derribo del Palacio Nacional, diseñado  por arquitectos y empresarios alemanes, entre 1855 y 1857, durante la gestión del presidente Juan Rafael Mora Porras, a mediados de los 1950 dio inicio esta involución que nos lleva dejar de ser el París en miniatura( María del Carmen Araya Jiménez SAN JOSÉ De “París en miniatura” al malestar en la ciudad EUNED  Costa Rica 2010) para convertirnos en un espacio urbano hostil al ser humano de carne y hueso, además de destructor del tejido social, y jamás un espacio para el “ocio creador” de otros tiempos. (Don´t forget the meaning of this ancient sentence: wasting time, wasting money).

Unido a todo este proceso de decadencia estética, encontramos que de manera paralela, y a escala planetaria existe un culto a la degradación ética que encuentra su correlato en una refinada estética. Puedo dar fe de ello, a lo largo del medio siglo transcurrido desde el golpe militar al presidente chileno Salvador Allende, ocurrido en el mes de septiembre de 1973, que me llevó a conocer la prisión e incluso la tortura en el Estado Nacional de Santiago, poco tiempo después, sin pretender por ello la condición de mártir, ni mucho menos la de héroe ni cosa que se le parezca, en cambio esa circunstancia adversa de entonces me permite ahora, hurgando en mis recuerdos, traer a cuento el inesperado y feliz encuentro que tuve con la impecable obra literaria del escritor neoyorkino, de origen italiano, Mario Puzzo, titulada EL PADRINO (GOODFATHER), una vez que me permitieron abandonar aquellas instalaciones deportivas convertidas en campo de concentración para miles de presos políticos, por parte de los militares chilenos, principales protagonistas de aquella dictadura que recién empezaba.

Estando en la Embajada de Costa Rica, en Santiago de Chile, me encontré con un ejemplar de mencionada novela de Mario Puzzo, de cuya lectura disfruté página a página, unos años antes de que Francis Coppola, el gran director cinematográfico estadounidense, lanzara al público la gran saga fílmica de Don Coleone, como una especie de gran fresco acerca de la conformación y hasta si se quiere fenomenología de esa particular institucionalidad de la dinástica familia de la maffia siciliana, a lo largo del siglo XX. Con actores como Marlon Brando y Al Pacino esa obra, llevada al cine durante los años setenta, se transformó en un clásico y en la expresión de una elaborada, además de refinada estética, vinculada a un particular universo y a unos personajes de muy dudoso comportamiento o filiación ética.

En la segunda película de la saga de Don Coleone, cuyo inicio se ubica alrededor de 1945, nos encontramos con un fascinante contraste entre las distintas formas que puede asumir la violencia organizada en las sociedades contemporáneas. El hijo del huérfano siciliano, que creó la dinastía en la ciudad de Nueva York, regresa de la recién concluida Segunda Guerra Mundial convertido en un héroe a los ojos de los suyos, e incluso de los allegados más cercanos que acuden a una fiesta familiar. Pronto el joven oficial estadounidense de apellido Coleone tendrá que dejar el elegante uniforme militar para ponerse al frente del ejercicio de la violencia, de una manera radicalmente distinta, a raíz de un atentado contra su padre proveniente de otras familias de la maffia interesadas en incursionar en el negocio de las drogas, el que el primer Don Coleone rechaza. Después de estar al frente de numerosos soldados en el campo de batalla, en el transcurso de una guerra regular, se ve sometido a la presión del clan, debiendo acatar instrucciones de gentes al parecer no tan calificadas como él, incluso acerca de qué tipo de armas emplear como ejecutor de un crimen o venganza, después del que deberá huir y refugiarse en su Sicilia natal.

Con el tiempo, más de un cuarto de siglo después, el segundo Don Coleone se verá enfrentado a la gran tragedia de su larga vida, cuando se ve obligado –una vez más- a volver a Sicilia, por razones que oscilan entre lo estético y lo familiar, un medio en que las diferencias y las venganzas o vendettas continúan, aún dentro de su propia familia. Es ya en la tercera película de Francis Coppola, cuando irrumpen en escena los compases musicales, las voces y la extraordinaria coreografía de la gran ópera de Pietro Mascagni (1863-1945) “Cavaleria Rusticana”, una tragedia típicamente siciliana expresada en una obra del género dramático que conoció el éxito, desde de su primera representación en 1890 y que ha continuado in crescendo, dándole una tonalidad estética impresionante, paradojal y conmovedora a la vez, a uno de los momentos más dramáticos de la saga familiar de los Coleone. Presente en Sicilia, para la representación de la ópera de Mascagni, donde su hijo actuará como una voz destacada, por presión de su segunda esposa estadounidense, y madre de sus dos hijos, será testigo de la violencia entre los distintos clanes en el propio Teatro (convertido en teatro de operaciones, por decirlo en la jerga militar), mientras de fondo aparecen las escenas más violentas de la propia opera y con el fondo de la música del increíble, además de lírico e incluso lánguido INTERMEZZO de la Cavaleria Rusticana. Al salir del Teatro, una bala dirigida hacia él alcanza a su hija, la que muere en sus brazos, mientras el eco de la música se va apagando, en tanto que en el epílogo que se muestra en las últimas escenas, al parecer muchos años después, el protagonista aparece en una silla de ruedas no sabemos si evocando un pasado lejano, durante el cual, y a lo largo de varias décadas décadas había procurado adecentar y legitimar el negocio que había heredado de su padre. De manera, simultánea un Papa había sido asesinado (quien poco antes de ser electo le había mostrado al mismo Coleone la imposibilidad de una Europa Cristiana, dada su impermeabilidad o rechazo implícito del mensaje esencial del Jesucristo histórico, a semejanza de lo que para él ocurre con una piedra en el agua) y un escándalo se había desatado en las finanzas del Vaticano, con cuyo banco Coleone habría tratado de hacer negocios. En fin, la estética y la ética aparecen entremezcladas en el estrecho marco de una dialéctica imparable, y reducidas ambas al principio de suma cero, dentro del despliegue de un mundo y una sociedad cada vez más complejos.

UCR: Comida tradicional costarricense es sujeta de estudio y promoción en proyecto de acción social

El Casado es una comida tradicional completa.

Autoría: Esteban Umaña Picado (Periodista Unidad de Comunicación Vicerrectoría de Acción Social)

En el planeta se produce la suficiente cantidad de toneladas de platos básicos para solventar las necesidades nutricionales de la humanidad. Sin embargo, la alimentación es un tema aún más complejo que va más allá de los aspectos biológicos de nuestra especie, distribución y acceso, cultura, economía, calidad, producción y sostenibilidad son aspectos fundamentales en el cumplimiento del derecho humano a la alimentación, así lo afirma Patricia Sedó Masís, de la Escuela de Nutrición (ENu) de la Universidad de Costa Rica (UCR) y coordinadora del proyecto de acción social Tradiciones alimentarias y cocina patrimonial de Costa Rica: acciones para contribuir a su salvaguardia (EC-436).

El proyecto se ubica dentro de la ENu como un programa que lidera el accionar de todo lo relacionado con la cocina costarricense, se enmarca en los objetivos de la agenda 2030 en donde se espera reducir el hambre y en donde los alimentos sean suficientes, nutritivos y culturalmente aceptables, es decir en donde se rescate la comida tradicional costarricense y sea nutricionalmente balanceada.

Dentro de sus objetivos se encuentran: generar material técnico para profesionales en nutrición, desarrollar material y actividades educativas para las comunidades y posicionar la comida tradicional costarricense en la agenda de las instituciones nacionales. Por otro lado se explora el contexto, cómo se producen los alimentos, cuándo y cómo se consumen, el carácter cotidiano y festivo además de su valor nutricional.

Como parte del proyecto se realizan  actividades educativas y de difusión sobre tradiciones alimentarias nacionales,  se desarrolló el taller de capacitación «Somos Maiceros»,  y hubo participación en la Cátedra Patrimonio y Diversidad Cultural coordinada por la Escuela de Antropología. 

Asimismo, se han elaborado publicaciones comoRecetario sobre preparaciones propias de la cocina tradicional de Costa Rica de bajo costo y alto valor nutricional. Como respuesta a los problemas de acceso a alimentos durante la pandemia por COVID-19, el proyecto realiza publicaciones periódicas en redes sociales, maneja la página «Costa Rica, Alimentos y Cultura», y edita e imprime el fascículo sobre la cultura maicera en Costa Rica.

Gallo pinto

Caso del Gallo Pinto

La investigación es una de las actividades sustanciales del proyecto y uno de los resultados concretos que arroja, es el caso del gallo pinto, un plato tradicional que se conoce en todo el terreno nacional, permanece en el tiempo, se aprovecha en diferentes tiempos de comida durante el día y cuya combinación de un cereal como el arroz, con una leguminosa como los frijoles lo convierte en un plato nutricionalmente completo, declaró Sedó.

Parte de la población con la que se vincula el proyecto son las personas adultas mayores del Programa Integral del Adulto Mayor (PIAM) que asistieron al curso: “ Alimentación Saludable”.

Emilia Villalobos, estudiante del PIAM afirma que en el curso le están enseñando criterios para tener una alimentación balanceada en la tercera edad.  Nos han abierto un panorama nuevo donde uno antes creía que estaba comiendo sanamente y saber que hay cosas que podemos mejorar en nuestra alimentación, como la hidratación que es tan importante en la edad de nosotros”, añadió.

Por su parte Carlos Ruiz, también del PIAM destaca que ha cambiado su visión de la alimentación con el curso. “Aunque en mi casa siempre intentamos comer sano, como por ejemplo tratamos de incluir ensaladas, este curso profundiza más sobre cómo hay que repartir las proteínas, los minerales y qué productos tienen esas características, entonces le permite a uno ir seleccionando y armando un menú que sea más saludable”, detalló Ruiz.

DE LA ESTULTICIA Y EL LARGO CAMINO HACIA EL OLVIDO

Columna Libertarios y Liberticidas(26)
Tercera época
Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor costarricense

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La estulticia de los gobernantes, y de buena parte de las gentes de la llamada «sociedad civil» costarricense de la segunda mitad de los años cincuenta del siglo anterior, no soportó la presencia de la historia viva, expresada en el extraordinario patrimonio arquitectónico que nos dejaron las generaciones anteriores, a lo largo de un siglo, pues según esas gentes había que modernizar la capital de la República llenándola de horribles edificaciones de varilla y cemento, todas casi idénticas y espantosas. La encarnizada destrucción del Palacio Nacional, edificado entre 1855 y 1857 por un arquitecto alemán, hasta entonces sede de la Asamblea Legislativa de Costa Rica es equivalente en nuestro medio a la quema (o alguna de las sucesivas destrucciones) de la Biblioteca de Alejandría, por parte de monoteístas cristianos o musulmanes, en dos momentos históricos diferentes, ateniéndonos a la especificidad del contexto histórico, social y cultural en el que tales hechos se produjeron. Ni siquiera vale la pena lamentarse, somos el país que nunca fue, a pesar del pretencioso chauvinismo con el que miramos hacia las otras naciones de la América Central, las que por cierto han conservado su patrimonio arquitectónico.

Nos convertimos en un país sin historia, a la pérdida del patrimonio cultural strictu sensu siguió un extendido analfabetismo por desuso, donde no hay lectura e investigación que llegue a grandes sectores de la población, la que hoy está inmersa en los avatares de la globalización, la que nos rotula como seres sin identidad propia. Sucede, entonces, que al no estar visibles los lugares donde ocurrieron los hechos históricos de más importancia, de los que ya no hay evidencia material, su recuerdo se diluye de la memoria de las gentes, sobre todo de las mayorías populares. Las siguientes generaciones difícilmente se van a identificar con algo que no ven, pasan preguntando donde quedaba la plaza tal o la institución llamada…no es posible que las hagan suyas, más allá de la «aburrida» lectura a la que son obligados dentro de la educación formal.

En medio de todo esto, nos encontramos con que el PLN o Partido Liberación Nacional, que alguna vez fue el partido político más importante en este país no existe como tal desde hace muchos años, lo que quedó fue la franquicia electoral de la que disfrutan los herederos de los padres y abuelos fundadores quienes quedaron reducidos a la condición de estatuas, cuando no condenados al olvido, ahora es una fábrica o sindicato para hacer diputados YES MEN AND ALSO YES WOMEN, como dijo con acierto el recordado Alberto Cañas Escalante.

Del socialismo democrático, o de algo así, del que tanto se hablaba en tiempos de Rodrigo Facio Brenes, Daniel Oduber Quirós, Carlos Luis Jiménez Maffio, Luis Alberto Monge, Rodolfo Solano Orfila, los hermanos Fernando y José Manuel Salazar Navarrete, Enrique Azofeifa Víquez, Cecilia González, Jorge Luis Villanueva, Piquín Garro, Fernando Volio Jiménez, Manuel Carballo y tantos otros, de grata memoria, no quedó ni el recuerdo, es como si no hubiese existido ni siquiera como la formulación de una política posible o, al menos utópica en el mejor sentido del término.

El Manifiesto de Patio de Agua para una revolución democrática de 1968, suscrito por tantos socialdemócratas de entonces, que tanta ira suscitó en el diario La Nación y en toda la derecha cavernícola de aquel gobierno reaccionario de José Joaquín Trejos, al parecer quedó para la crítica devoradora de las ratas como dijo Karl Marx, a propósito de uno de sus textos de juventud.

Lo mismo sucede en cuanto al Keynesianismo rooseveltiano de don José Figueres Ferrer –por así llamarlo- con sus políticas redistributivas del ingreso, la intervención del estado para regular el mercado y los salarios crecientes, un tema del que creo que muchas gentes de este cambio de siglo ni siquiera han oído hablar, además de que es una herejía o quienes lo hagan estarían incurriendo en el dogmatismo cuando lo políticamente correcto es ser pragmáticos, FOR EVER, entre los politiquillos que usufructúan de lo que quedó del viejo PLN, beneficiándose de un modelo económico en el que la libre competencia no pasó de ser un slogan. Muchos piensan que es mejor seguir las enseñanzas económicas neoclásicas de la Escuela de Chicago, con Von Mises y Hayek como obispos y profetas precursores, aunque sin aplicar sus consabidos preceptos.

Ahora hay que vender, malbaratándolas a precio de remate, las instituciones que se hicieron con los esfuerzos de todos los costarricenses, una tarea que deja inconclusa, aunque bastante encaminada, el cortesano Carlos Alvarado, para lo que tuvo la decisiva ayuda parlamentaria de los diputados del PLN PAC PUSC y demás partidos de la coalición gobernante que se integró en abril de 2018, con el concurso no tan periférico de los panderetas del RN y NR.

No hay duda, a falta de otras señales, de que Rodrigo Chaves se encamina por esa ruta, tras vencer en unas elecciones donde los poderes fácticos hicieron hasta lo imposible para impedir su llegada a la Casa Presidencial del barrio de El Zapote, en una de las campañas políticas más sucias de nuestra historia reciente. ¿Podríamos darle, al menos, el beneficio de la duda al recién llegado? ¿Se atreverá a obligar a los grandes evasores tributarios a pagar la inmensa deuda que han acumulado con el fisco? ¿detendrá o podrá detener la liquidación de la Caja Costarricense de Seguro Social y el saqueo sistemático de sus dos regímenes? ¿La Nación y los grandes medios de la radio y la TV le pagarán al fisco, en valores indexados al presente, sus franquicias para seguir utilizando el espacio radioeléctrico o, en su defecto, el nuevo presidente tendrá que sobornarlos? ¿Se terminarán las cochinillas y las trochas? La lista es muy larga.

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LO QUE SE NOMBRA, ES

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

En días pasados estuve en medio de una interesante reflexión sobre lenguaje, significados y procesos políticos, a propósito de las distintas formas mediante las cuales se nombra, renombra y reconoce a la región centroamericana.

Esta discusión, desarrollada en el marco de una red regional sobre movilidades humanas, apuntaba a la necesidad de “desescalar” (palabra de moda) algunas nociones que desde fuera de la región se erigen.

En concreto conversábamos sobre el tan llevado y traído concepto de “triángulo norte” utilizado para designar a los tres países que conforman justamente la parte norte Centroamericana: Guatemala, El Salvador y Honduras.

Bajo este concepto, se ha impulsado la idea de que se trata de países violentos, ingobernables, institucionalmente débiles y con altos niveles de impunidad y corrupción.

Sin embargo, obvia la noción que los tres países cuentan con poblaciones, historias, conocimientos, geografías culturalmente vivas, presentes y ciertas. Los saberes ancestrales en la región centroamericana son quizá su mayor activo, su principal patrimonio y se basan justamente en una idea de circularidad que rompe cualquier estructura piramidal con la que suelen identificarse.

El origen de esta idea de triángulo norte, tiene en realidad un sustento material cargado de violencia y extracción. Se trata del exterminio de tres comunidades de la etnia ixil a manos del ejército guatemalteco ya que se les ligaba con la guerrilla en aquel país.

Luego su uso derivó en tantas otras acepciones, homogenizando realidades distintas, convirtiéndolas en una sola idea, cuando tienen particularidades históricas, culturales y poblacionales ricas y diversas. Incluso las formas de nombrar la región están cargadas de un intenso sentido negativo qué hay que discutir.

Entre el triángulo norte y el “ shithole countries” utilizado por el expresidente Trump para referirse a algunos de nuestros países hay discursos que deben ser desmontados, incluso desde la academia.

Es importante dar este paso. Plantearse nuevas formas de nombrar lo que es, recuperando su naturaleza inicial y no la aberración discursiva con que suelen nombrarse nuestras realidades.

Declarada Institución Benemérita la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano

Vladimir de la Cruz

Declarada Institución Benemérita la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano, en el campo de la Educación Pública, la Historia Patria y la Paz Social, en beneficio del Pueblo costarricense.

Después de varios meses de trámite legislativo, por iniciativa del Diputado Wagner Jiménez Zúñiga, ayer fue declarada Institución Benemérita, la Biblioteca Nacional de Costa Rica, que lleva de nombre el del ilustre educador y ex Ministro de Instrucción Pública, también Director de esa Biblioteca, Miguel Obregón Lizano.

La Biblioteca Nacional junto al Archivo Nacional, al Instituto Físico Geográfico, al Registro Civil, al Registro Público, entre otras instituciones que surgieron a finales del siglo XIX, son las instituciones que preservan, guardan y rescatan la información más importante de la Memoria Nacional Costarricense, de la Identidad Nacional, del Patrimonio Cultural de la Nación costarricense.

Por Ley la Biblioteca Nacional recopila, conserva y difunde el patrimonio documental de nuestro país, constituido por periódicos, libros, revistas, mapas, fotografías, música, audiovisuales, entre otros. Es también depositaria de toda publicación o producción hecha en Costa Rica, que por ley debe entregar al menos tres ejemplares de cada obra.

La colección principal de la Biblioteca viene desde las publicaciones hechas en 1833, cuando la Imprenta tenía tres años de haber llegado al país y empezaban a imprimirse obras en Costa Rica, entre ellos periódicos. En sus colecciones también hay documentos extranjeros desde el siglo XVII.

La Biblioteca Nacional conserva también obras de artistas, de todas sus ramas, escritores, músicos, obras literarias de todo tipo de materias y temáticas, que permiten ver, estudiar y analizar la Historia Patria, en todas esas dimensiones en la particularidad de cada una de las diferentes épocas que se quieran abordar con toda esa documentación.

Entre sus principales actividades y funciones la Biblioteca difunde, a escala planetaria, toda la Bibliografía Nacional, e informa de esa manera de las obras que se publican en el país, llevándole el pulso al día a esta producción.

Con la actual Directora, Laura Rodríguez, la Biblioteca Nacional avanzó, desde hace poco más de diez años, a la digitalización de sus colecciones, con lo cual hoy ofrece digitalizados más de 170.000 documentos como periódicos, revistas, libros, fotografías, música, audios, mapas, planos, caricaturas, biografías, entre otros y publicados desde el siglo XIX y hasta hoy. Además, ofrece 11 servicios virtuales, todos estos programas con sus contenidos con acceso abierto y disponible las 24 horas del día, con una visita de más de seis millones de personas de 155 países.

Como parte de esta modernización la Biblioteca Nacional hoy tiene más de 10.000 seguidores en sus redes sociales, con una intensa actividad de foros, debates, presentaciones de libros, recitales de poesía, de exposiciones de obras artísticas y de libros o documentos, de colecciones especializadas por temas, conferencias etc.

“La Biblioteca Nacional “Miguel Obregón Lizano”, como dice el expediente legislativo de su Benemeritazgo, es la memoria de nuestra Nación y una herramienta invaluable que democratiza la información y el conocimiento. A lo largo de su ya dilatada existencia, ha contribuido al desarrollo de nuestra identidad nacional, así como a la construcción de una sociedad costarricense más crítica y equitativa.”

De los reconocimientos públicos que ha venido haciendo la Asamblea Legislativa recientemente éste es de los más importantes, si no el más significativo y valioso.

La Biblioteca Nacional es una de las instituciones más emblemáticas, casi un Símbolo Nacional, de carácter republicano, nacida al calor del movimiento liberal costarricense del siglo XIX, que recoge la huella de los Padres Fundadores de la Patria y de la República costarricense.

En todos los países, que se precian de su cultura y sus valores históricos, la Biblioteca Nacional, es una institución estelar, principal, rectora en el campo de las bibliotecas regionales o existentes. Así son las Bibliotecas Nacionales de España, de México, de Francia, la del Congreso de los Estados Unidos, de Venezuela, por citar algunas. La misma UNESCO, el organismo de cultura de las Naciones Unidas, desde hace más de 30 años ha venido haciendo estudios importantes sobre el papel de las Bibliotecas Nacionales de los distintos países, para contribuir incluso a desarrollar Bibliotecas Nacionales en los países subdesarrollados, en vías de desarrollo, menos desarrollados o pobres del mundo, según las denominaciones de la misma UNESCO.

Por el origen de la Biblioteca Nacional, y por quienes la impulsaron, la Biblioteca Nacional “Miguel Obregón Lizano”, es de primer mundo en su concepción, está a la altura de los países desarrollados. Sin embargo, la autoridad superior del Sistema Nacional de Bibliotecas, que existe en el país, sin tener claro este papel, ha reducido la Biblioteca Nacional a un simple Departamento, y por el camino que lleva contra la existencia de la Biblioteca Nacional la convertirá en una simple Oficina, cuando es la Biblioteca Nacional la que debería ser rectora de toda la política bibliotecaria nacional.

Pareciera que de esa forma la quiere destruir, pulverizar, desaparecer, asfixiar restándole personal, limitándole recursos.

Las Bibliotecas Nacionales son tan importantes como que la Biblioteca Nacional Judía fue creada 50 años antes del surgimiento del Estado de Israel. En algunos países se han desarrollado también Bibliotecas Nacionales Temáticas.

Lo que realmente importa, para el caso nuestro, es que el ámbito de los servicios de las bibliotecas regionales, adscritas al Sistema Nacional de Bibliotecas, sacando a la Nacional, como lo vienen haciendo, no tienen la importancia ni la capacidad de atender las necesidades propias de esas bibliotecas o de asistir a la Biblioteca Nacional, como contrapartida, en facilitar determinados servicios concretos al país y a los ciudadanos visitantes de la Biblioteca Nacional.

Es la Biblioteca Nacional la que tiene esa capacidad de asistencia a todas las bibliotecas del país, aunque la Directora del Sistema Nacional de Bibliotecas no lo entienda y opere diariamente por liquidar a la Biblioteca Nacional, convirtiéndose en la práctica en su enemiga pública número uno, y dañando con ello la labor e imagen de la propia Ministra de Cultura, y del Gobierno del Presidente Carlos Alvarado.

La Declaratoria de Benemeritazgo a la Biblioteca “Miguel Obregón Lizano” se debe al esfuerzo del diputado Wagner Jiménez Zúñiga, a los que en la Comisión legislativa que estudió el Proyecto de Ley de Benemeritazgo, y a quienes en la Comisión Plena del Congreso lo han apoyado y, especialmente, a la Directora de la Biblioteca Nacional Ms. Laura Rodríguez, con su trabajo, empeño y dedicación que ha mantenido la Biblioteca a flote contra los intentos institucionales, que desde la dirección del Sistema Nacional de Bibliotecas, la han querido hundir y destruir. Desde allí no se movió un dedo para lograr la Declaratoria de Benemeritazgo de la Biblioteca Nacional.

La Declaratoria de Benemeritazgo ha de servir para salvar a la Biblioteca Nacional de quienes, desde el Ministerio, de manera más precisa, desde el mismo Sistema Nacional de Bibliotecas quieren liquidarla. Debe servir, también, para apoyar los ingentes esfuerzos que hace la Directora de la Biblioteca, en colaboración estrecha con el Benemérito Cuerpo de Bomberos, por garantizar su mejor cuido procurando darle un sistema moderno de protección de incendios, que requiere en apoyo todavía mucho dinero. Y, ojalá sirva, también, para procurarle alianzas estratégicas con otras Bibliotecas Nacionales de otros países, con la ayuda de sus Embajadores acreditados en nuestro país.

Al personal abnegado de la Biblioteca Nacional, a su Directora Laura Rodríguez, el mejor reconocimiento a su abnegado trabajo es la Declaración de Benemeritazgo a la Biblioteca Nacional que ha hecho ayer la Asamblea Legislativa.

¡Larga vida a la Biblioteca Nacional!

Rey Curré estrenará oficialmente su nuevo video de diablitos llamado: En Yímba el juego es lucha

El pasado martes 31 de agosto, la comunidad indígena de Rey Curré estrenó de manera oficial su nuevo video sobre el Juego de los Diablitos llamado: «En Yímba el Juego es Lucha».  Este material fue producido por el Museo Nacional de Costa Rica durante este año 2021, con la supervisión de la comunidad de Curré.

La presentación se realizó en el Salón Comunal.

 

Compartido con SURCOS por Uriel Rojas.

Diálogos culturales: Calypso afrolimonense

El próximo viernes 27 agosto del 2021 a las 4 p.m. en el restaurante Ricky’s, Cahuita (aforo limitado) se llevará a cabo un conversatorio acerca del Calypso afrolimonense. Se contará con la participación del grupo Kawe Calypso, además de la participación de la Mag. María Soledad Hernández, historiadora Centro de Patrimonio, calypsonians y mujeres artistas del Calypso.

Siga la transmisión en vivo por el Facebook Live y en el canal de YouTube de Onda UNED: ondauned.com.

Escuela Indígena Curré continúa mejorando su infraestructura

Por Uriel Rojas

La Junta de Educación de la Escuela Indígena de Rey Curré doblega esfuerzos por continuar con las mejoras en su infraestructura institucional.

Los ranchos tradicionales que darán protección a los legados arqueológicos se encuentran en un 70% de avance, el cual es un gran logro en beneficio de su patrimonio cultural.

Se ha iniciado con la reconstrucción de la huerta escolar el cual se espera, se produzca a corto plazo productos hortícolas que será de mucho provecho en la comunidad estudiantil.

La acera que conecta el aula de preescolar con el comedor y gimnasio pronto se podrá culminar y para esta obra, ya se cuenta con el material que se necesitaba.

Todas estas obras de construcción se realizarán gracias al aporte voluntario de varios colaboradores civiles y el esfuerzo de la Junta de Educación.

Le invitamos a ver la galería:

7 de mayo: Día Nacional del Calypso

SURCOS comparte la siguiente información:

¡Feliz cumpleaños 102 a Don Walter «Gavitt» Ferguson, Padre y Rey del Calypso costarricense!

Esta celebración se hizo oficial en el 2018, gracias al decreto N.9612 de la Asamblea Legislativa que declara el 7 de mayo como Día Nacional del Calypso. Este decreto representa un reconocimiento al pueblo afrodescendiente y al gran aporte que ha tenido a la formación de la identidad cultural y musical de nuestro país.

Esta celebración a su vez es un homenaje al Maestro Walter Ferguson por su gran legado musical y a un amplio grupo de personas que han preservado este patrimonio cultural.

 

Fotografía por: Colectivo_Kamuk / Proyecto_Afrocostarricenses / Cahuita_Culture

Compartido con SURCOS por Rafael López Alfaro.