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Etiqueta: regla fiscal

Inflación y regla fiscal en entidades públicas

*ANTE EL AUMENTO DE LA INFLACIÓN, APLICACIÓN DE LA REGLA FISCAL AFECTARÁ FUNCIONAMIENTO DE ENTIDADES PÚBLICAS

La inflación interanual del mes de febrero dio un salto importante, ubicándose fuera de la zona meta del Banco Central de Costa Rica, en un proceso de aceleración de esta variable que se inició desde el mes de noviembre del año 2021. Presiones importantes se seguirán reflejando en los precios locales, producto del aumento en el precio del petróleo, el incremento en los costos del transporte comercial marítimo, aumentos en el costo de los alimentos y aumento en el tipo de cambio en el país. El problema inflacionario no es solo local, sino también global, y afectará la capacidad de recuperación de las economías del mundo, incluyendo la nuestra. El impacto que tiene el conflicto en el este de Europa no solo afectará el precio de la energía, sino también de los alimentos, producto del aumento en el costo de los fertilizantes y en el precio de algunos granos.

En el caso de la regla fiscal, tal y como el Observatorio Económico y Social de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional (OES-UNA) lo señaló desde el año anterior, es muy importante tener claro que este mecanismo no se diseñó para aplicarse en un entorno de crisis, tampoco se consideró en su diseño el ajuste de los límites de gasto en entornos económicos de gran volatilidad, particularmente cuando la inflación crece por encima de lo previsto. Dado el nivel de crecimiento del gasto para el 2022 y considerando los problemas inflacionarios que estamos empezando a observar, de mantenerse la aplicación de la regla en el presente año se abrirá una brecha en los presupuestos de las instituciones públicas que sería importante y que vendría a afectar los servicios que éstas le prestan al país. El crecimiento máximo del gasto definido para el 2022 está siendo afectado por la caída del PIB nominal en el 2020, y dado que este año tendremos una inflación por encima del rango meta del Banco Central, las instituciones públicas sufrirán una reducción de sus presupuestos en términos reales.

Para OES-UNA urge incorporar en la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, un ajuste en la regla fiscal para que el porcentaje de crecimiento del gasto no sea menor a la inflación proyectada y que este nivel sea ajustado en la práctica al menos cada trimestre, algo que por supuesto no está previsto en la actual redacción de la norma. Además de esta modificación, es importante someter la regla a una serie de ajustes adicionales que permita un crecimiento racional del gasto y que deje de ser un instrumento de reforma implícita del Estado. Solo para considerar un ejemplo de lo pernicioso que puede ser este mecanismo, si no se corrige, en caso de seguir aplicando la regla fiscal al gasto en educación, éste podría bajar del 6% del PIB en el transcurso de los próximos años, en medio de los graves problemas existentes en el sistema educativo nacional.

Para OES-UNA los siguientes deberían ser otros ajustes a considerar en la regla fiscal:

  • Sacar de la limitación del gasto al gasto de capital, pues en el actual entorno de incertidumbre económica, impulsar la inversión pública ayudaría al país a crecer más rápido y permitiría alcanzar más rápidamente un nivel de sostenibilidad de la deuda pública.
  • Sacar del límite del gasto los recursos públicos destinados a ayudas a familias en condición de pobreza y vulnerabilidad económica, así como el gasto destinado a subsidios y becas estudiantiles. El aumento en la inflación, pero sobre todo en el costo de los alimentos y, eventualmente, del transporte público, producirá un efecto negativo mayor sobre las finanzas de las familias de menores recursos. Limitar el crecimiento del gasto en este caso sería contraproducente.
  • Deberían quedar por fuera de la aplicación de los límites de la regla fiscal, aquellos gastos ejecutados por entidades públicas con recursos propios, generados por la venta de servicios y cobro de tarifas, por el cobro de tributos especiales en entidades autónomas, cobros por ingreso a áreas protegidas y zonas de recreación, etc. Autorizar el gasto de estos recursos no afectaría el déficit del gobierno central, pero sí está provocando problemas para que las entidades públicas utilicen recursos que tienen disponibles.
  • Considerando el punto anterior, tampoco tiene sentido que se limite la ejecución de recursos provenientes de donaciones, cooperación internacional y otros recursos recibidos por el país, como aquellos recibidos en reconocimiento de su política ambiental. No poder gastar libremente estos recursos podría tener un efecto desmesurado sobre entidades del sector ambiental.
  • Finalmente, las excepciones de aplicación de la regla fiscal producto de emergencias declaradas en el país, deberían aplicarse en el mismo plazo que se establece como vigencia para una declaración de emergencia, cinco años, y no dos años como dice actualmente la Ley 9635.

8 de marzo, 2022.

*Observatorio Económico y Social, Escuela de Economía UNA

Oficina de Comunicación

Frente a segunda ronda, ciudadanía vigilante espera respuestas – Comunicado

De cara a la segunda ronda, es imprescindible saber cómo responden los dos candidatos a los planteamientos que presentaremos a continuación, y que reflejan preocupaciones cotidianas de la ciudadanía.

Creemos fundamental e importante escuchar, analizar qué dicen o qué no dicen los candidatos sobre el empleo, la educación, la estabilidad financiera, si son directos en sus respuestas o las evaden, si tienen propuestas viables y quiénes son los equipos que les acompañarían en su Gobierno.

Debemos mirar más allá de las apariencias para poder votar conscientemente y con intuición.

Señores candidatos, queremos saber:

1. Costa Rica se ha comprometido como país a escala internacional, a lograr la igualdad entre las mujeres y los hombres, ¿qué medidas concretas hará su gobierno para cumplir con esta obligación? ¿Qué medidas tomará para garantizar que esas obligaciones se incluyan en los programas y planes operativos institucionales?

2. ¿Cómo van a enfrentar el problema del desempleo y del empleo de mala calidad que afecta actualmente a la población costarricense?

3. Las mujeres presentan los mayores niveles de desempleo, subempleo, empleo informal y mal pagado, y enfrentan enormes limitaciones para salir a trabajar, debido a las labores de cuido, ¿Qué medidas y programas concretos y realizables proponen para que las mujeres tengan acceso a trabajos de calidad y bien remunerados?

4. ¿Qué propuestas tienen para mejorar el acceso a los servicios de salud? ¿Cómo van a asegurar la estabilidad financiera de la CCSS con servicios de calidad para toda la población?

5. ¿Cómo se va a asegurar un proceso de envejecimiento digno para la creciente población mayor?

6. Nos preocupa profundamente la grave crisis educativa que vive la población estudiantil del sector público, ¿Qué medidas concretas y efectivas tomarán para asegurar una educación de calidad y detener la exclusión educativa?

7. Ante eventuales descontentos populares por decisiones de gobierno, ¿qué mecanismos utilizarán para considerar las posiciones de sindicatos, organizaciones sociales y demás sectores de la sociedad civil?

8. ¿Cuáles serán sus prioridades en programas y políticas para el sector agropecuario? ¿Fomentarán las plantaciones de piña, banano y melón, productos agrícolas altamente contaminantes junto con la precariedad de la condiciones de estos trabajos? ¿Qué medidas tomarán para fomentar la producción de alimentos para consumo nacional? ¿Qué propuestas tienen en relación al problema del cambio climático en el sector agropecuario?

9. ¿Qué medidas van a tomar para mejorar las políticas y programas para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia femicida?

10. ¿Promoverán el cierre, venta o participación privada en instituciones estatales? En caso afirmativo: ¿Cuáles son sus propuestas?

11. ¿Cómo implementarían la regla fiscal para que no afecte los programas sociales?

12. ¿Cuáles son sus propuestas para fortalecer el Estado social de derecho y la institucionalidad pública?

13. ¿Cómo resguardarán los recursos económicos de las instituciones que protegen los derechos de las mujeres en toda su diversidad, los derechos humanos en general y el medio ambiente?

14. ¿Cómo resolverán los conflictos por usurpación de tierras en los territorios indígenas?

Demandamos respuestas claras y concretas a estas preguntas para tomar una decisión informada y responsable el próximo 3 de abril.

Estaremos vigilantes de que las instituciones que garantizan el Estado social de derecho no se cierren ni cambien su naturaleza sino, por el contrario, se fortalezcan para que puedan cumplir con sus mandatos para garantizar el bienestar de toda la población.

Estos, entre otros temas, serán nuestra preocupación y exigencia por los cuales estaremos vigilantes a lo largo de todo el gobierno.

Iniciativa:

1. Alda Facio Montejo Cédula 103830940
2. Ana Cecilia Escalante Herrera Cédula 103600701
3. Ana Elena Badilla Cédula 105290786
4. Ciska Raventós Vorst Cédula 900360482
5. Marta Solano Arias Cédula 104530311
6. Rodrigo Jiménez Sandoval Cédula 105370978
7. Roxana Arroyo Vargas Cédula 106430057
8. Sharo Rosales Arce Cédula 106920853
9. Thais Aguilar Zúñiga Cédula 105870972
10. Vilma Leandro Zúñiga Cédula 303360920

Puede ser parte de esta iniciativa firmando en el siguiente formulario: https://forms.gle/sD67gcsWx3XwXH838

Compartimos el documento original en formato PDF para descargar:

SINTRAJAP solicita no aplicar regla fiscal a JAPDEVA

SURCOS comparte la siguiente información enviada por SINTRAJAP:

La regla fiscal opera como una doble regla en negativo para reducir el gasto, en el caso de Japdeva opera en más cantidad el daño.

Señores(as)

Diputados(as)

Asamblea Legislativa

República de Costa Rica

Si el dinero ejecutado es inferior a la autorización de presupuesto, entonces, el presupuesto del año entrante rige sobre lo que se ejecutó. O sea, como ejemplo para mejor entender si tengo un presupuesto para el año 2021 de 500 colones y solo ejecutó 400 pierdo 100 para el presupuesto del siguiente año contando solo con 400. Esto ocurre, inclusive si la razón para no ejecutar un dinero en razón de una emergencia, por ejemplo, el COVID 19 qué efecto a todas las empresas en su ejecución, pero si el dinero ejecutado es mayor al presupuesto originalmente por la entidad pública, en razón de un gasto extraordinario, entonces rige la Regla Fiscal sobre lo que fue presupuestado. En ese sentido justificamos el por qué JAPDEVA debe quedar fuera de la Regla Fiscal. 

  1. JAPDEVA Opera los 365 días del año las 24 horas del día 
  2. JAPDEVA Le sirve al comercio internacional y nacional 
  3. JAPDEVA Vende servicios y estamos en competencia. 
  4. Somos el puerto más barato de la región. 
  5. No se puede decir que comprar equipo es generar gasto porque son equipos que generan ingresos y colaboran con la economía del país y el comercio internacional.  
  6. En el caso de JAPDEVA lo presupuestado en horas extras se puede superar, por el motivo de que se está atendiendo más barcos vendiendo servicios atendiendo la exportación e importación del país. 
  7. No es de recibo que si JAPDEVA maneja las tarifas más bajas, nos quiten las cargas, estamos en competencia, no se ajustan tarifas hace más de 10 años y nos amarren con la Regla Fiscal. 
  8. JAPDEVA promueve socialmente el desarrollo del Caribe.
  9. Es importante saber que JAPDEVA es evaluado todos los años por la CEPAL, una entidad internacional y nos ha ubicado en el ranking portuario compitiendo con 120 puertos de América Latina y el Caribe, ubicando a JAPDEVA en el lugar número 12, moviendo hasta 12 millones de toneladas métricas anuales, movilizando igualmente 750 mil contenedores anuales, eso equivale a más de millón doscientos TEUS anuales. 
  10. Es importante decir que JAPDEVA cuenta con 10 puestos de atraque, 54 hectáreas de muelle, infraestructura equipo y personal capacitado, así JAPDEVA ha operado durante 57 años de forma barata y eficiente. 
  11. Además, le ha aportado un 15% de sus ingresos totales al desarrollo social. 

No es conveniente amarrar una empresa que está en competencia y que le sirve al país y al comercio nacional e internacional, en estos momentos somos el puerto más atractivo por los bajos costos, además tenemos una deuda con el estado que tenemos que honrar, pero con estas disposiciones de la Regla Fiscal la está condenando a no surgir y hacerla ver mal con el comercio de las importaciones y exportaciones. 

Tenemos las tarifas más bajas de la región y no sacarnos de la Regla Fiscal sería amarrar a JAPDEVA a no ser eficiente. En estos momentos por lo atractivo que es JAPDEAVA por las tarifas bajas están volviendo barcos de CHIQUITA, DOLE, BANDECO, están llegando buques graneros, hierro, barcos con turistas, etc, etc. 

Por estos motivos solicitamos que se haga una moción para dejar fuera de la Regla Fiscal no solo el canon, sino también a la empresa JAPDEVA por estar en competencia, por ser el puerto más barato, por atender la economía nacional e internacional operando los 365 días del año las 24 horas del día. Por atender socialmente la provincia de Limón. 

 

Información compartida con SURCOS por María Miranda.

De las políticas y regla fiscal

Miguel Ureña Cascante

Resulta que a cada rato nos enteramos que nuestra luminaria de Ministro de Hacienda nos sorprende con varias solicitudes en Comisión de Hacendarios para aprobar prestamos con entidades foráneas.

Asumimos, que nuestros directores de Deuda Pública emitan una recomendación técnica, es lo menos que deberían solicitar los diputados para aprobar estos empréstitos, pero bien; asumamos que eso está superado, entonces, es lógico como buen jugador de ajedrez anticipar los movimientos de la contraparte, no hablemos de adversario, porque se pueden herir susceptibilidades.

La contraparte, con la 9635; imponen la regla fiscal, la que hoy día muchos han señalado les pone demasiada restricción, hasta los municipios pegaron el grito, se sacan unos, otros que aún están, siguen sin comprender que el nivel de deuda es el parámetro para aplicar el estrés de la regla a las entidades sujetas. Hacia ese nivel nos llevan.

Bien hecho entonces por la contraparte llevar a ese nivel de endeudamiento para poner, soga o freno al “desenfreno”. Y desde una silla inquisidora, decir donde si o donde no reparto el dinero.

Veamos la consecuencia, quizás una visión de corto plazo , en razón de un tiempo o magistratura dirá, además en tiempo de pandemia, necesitamos paliar la pandemia, cochinilla, los huecos o yerros de la administración de salud, los cientos de fallecidos por no tener capacidad demostrada en tiempos de pandemia, y los grandes negocios de las mascarillas y otros debilitamientos a la Seguridad Social, cuando se pretendía hasta FANAL regalar o vender el INS, es decir, siempre ante un préstamo debe dotarse de un balance general de la situación de la empresa a endeudarse, Costa Rica, con los sectores sociales, ha demostrado que tenemos una seguridad social inquebrantable, los lideres de los trabajadores, y trabajadores mismos, han demostrado que están con la camiseta puesta con la Selección de Costa rica, y esos jugadores somos todos los ticos. Ahora para darle palo a los trabajadores, se les van contra derechos declarados por un tribunal en el laudo arbitral, para que desvíen la atención y seguir la fiesta en el OLYMPO.

La estrategia de un Gobierno, de tener liquidez a partir de préstamos reducirá en mucho hoy, hoy, si hoy la presión para paliar la mala administración, la mala planificación o capacidad de estrategia política de largo plazo, no les interesa que otro encuentre quebrado el Estado.

La salud impera, y un Estado Muerto no contribuye, igual las empresas o declarantes (recuérdese que declarante es antónimo de contribuyente) Declarar es una cosa, contribuir otra, no es lo mismo declarar lo que retengo al cliente, que sacar de mi bolsillo y pagar como sucede con el impuesto al Salario.

Los préstamos, hoy reducen presión financiera, pero hay que pagarlos, y ver como se pagan, con aumento de impuestos, encareciendo el tipo de cambio, o aumento de combustible, encareciendo el canal de distribución de los insumos útiles y necesarios para los habitantes.

De esa manera sin necesidad de un impuesto, vengo y aumento el litro de combustible, lo que, por su inelasticidad en la demanda, el consumo se mantiene y a cualquier precio seguiremos dependiendo del combustible fósil, petrolero; para movilizar la flotilla de una empresa o bien para la moto del mensajero, esas aristas deben tenerse presente, lo que disminuimos hoy en presión, nos afectará a mediano o corto plazo.

Vendemos las joyas de la abuela, en ocasiones podríamos ir por la estrategia de vender activos, pero también mediante la deuda, puedo poner en garantía esos activos, así podríamos tener una venta técnica y a muy bajo precio, situación por la que debemos estar con el alfil listo, o el peón o bien hasta la reina alerta, para que no nos metan un gol, como pasó con el partido de la Sele, es decir, todos como Keylor, bien pellizcados. EL GOL ENTRÓ, PERO LUEGO RETOMAMOS CONTROL

Lenguaje coloquial, para ilustrar el tiquicia léxico, que llama la atención de todos, usted y yo, deberemos pagar lo que talvez, pudo usted negociar a más largo plazo y con menos interés, pero los que están al mando tienen la investidura, aunque no estén capacitados, tienen la investidura para poder hasta pasearse en Costa Rica, y el Ministerio Publico no enjuiciarlos, el Código Penal es débil en materia de los Gobernantes y Funcionarios Públicos de alto nivel (Directivos de la CCSS invierten 13 mil millones del IVM con alto riesgo, o perdida de 183 mil millones por inversiones en IVM) , así por ejemplo la Contraloría, hace esa diferencia, palabras más o menos de la hija de Amelia Rueda, en el Área de Fiscalización, dicho una tarde , hace mucho tiempo, a mi persona y otros compañeros del SITRAHSAN.

Debemos en consecuencia, parar las antenitas, y como en el FARO encender la luz, para que no violenten la intimidad por la parte más inocente de la casa, “los niños no mienten” y eso lo utilizan de mampara para solapada UPAD en el últimos 3/3 del resto de su gobierno, saber cómo es su cuarto o alcoba o poder deducir , si tiene amante o es tranquil@.

Entonces concluimos:

  • Lo que se pide prestado, debemos pagarlo,
  • Lo que se pide prestado, hay que garantizarlo,
  • Lo que pedimos prestado, lo pagamos con ley impositiva o garrotazo,
  • El Estado como tablero de ajedrez, puede mover sus piezas, y eso el pueblo lo sabe, el pueblo educado, pero todo tiene un límite,
  • El conocimiento generalizado por medio de los sociólogos vaticina que rumbo o efecto final será consecuencia de toda la estrategia política de nuestros gobernantes,
  • Somos un pueblo humilde, educado y antiguerra, porque por menos han quemado furgones en LIMÓN

Así las cosas, ya conocemos la estrategia de los juegos del hambre o el juego del calamar, para que estén avispados los políticos de turno y los que vienen a ofrecer bienestar cuando lo que están pensando es seguir sangrando y comprometiendo el futuro del trabajador o de sus hijos, por generaciones, con proyectos como Empleo Público, o las antes vedas fiscales, sinónimo de amnistías tributarias, en fin; borrón y cuenta nueva, escuchado estribillo de ministros o algunos diputados.

Mientras los yates hacen cola en las marinas de Tamarindo o parajes turísticos de los acaudalados millonarios , los aviones o vagonetas circulen por territorio nacional sin pagar marchamo o un canon adecuado por ese tránsito, nos siguen bailando, casos como los de un Doctor Especialista acumula millones por la alta demanda en BIOMBOS y no declara Renta, pero tiene su avionetita, en un hangar, cerca de San José, cerca de unos JET casi únicos, propiedad de una gente que vende tubo plástico, o bien de aquel que un día fue trabajador de la CNE oh aquella compañía que los conserve con matrícula extranjera pero se sabe son propiedad de ticos, en fin mientras bailen el sistema y no controlemos como debe ser, y nos impidan contar con los instrumentos legales, para tener ese fuero legal que ocupamos como fiscalizadores de la Hacienda Pública, seguirán endeudando al país, mientras los que deben pagar impuesto, lo evaden porque tenemos leyes muy débiles.

La desconstitucionalización de las autonomías y empleo público

“La tesis según la cual el Presidente, o el Ejecutivo, deben tener todas las atribuciones en última instancia, (…), esa es la teoría estatista o totalitarizante; la de las autonomías, (…) para evitar la concentración de poder y recursos, es la tesis democrática.” (Diputado Constituyente Rodrigo Facio)

Manuel Hernández

En un artículo de opinión que recientemente me publicó el Semanario Universidad, titulado “El virus del malinche universitario”, critiqué, desde el punto de vista jurídico, la pusilánime posición de CONARE acerca del Proyecto de Ley Marco de Empleo Público.

A raíz de ese artículo, funcionarios de otras instituciones públicas, que me honran con su lectura, me solicitaron que, más allá de los confines de los campus universitarios, expusiera los alcances que tiene el proyecto, en general, en el ámbito de las autonomías institucionales.

Pues bien, trataré de cumplir este particular cometido.

1.- La ruptura de las autonomías constitucionales

El último texto de Empleo Público, que podría estar la próxima semana, en la agenda de primeros debates, que ya va por la cuarta edición, y que en cada versión de esta tragedia legislativa, como decía Unamuno, se mantiene en estado de agonía, conserva, en lo esencial, el mismo libreto totalitario y antidemocrático, trastocando las autonomías de las universidades públicas, Caja Costarricense de Seguro Social y las Municipalidades.

Al tenor de la nueva cirugía reconstructiva que sufrió el accidentando proyecto, fundamentado en un singular voto de la Sala Constitucional (N° 017098-2021), que como la serpiente que se come su misma cola, ese Tribunal se volvió contra su propia doctrina y jurisprudencia, el proyecto estableció que quedan excluidas de la rectoría de MIDEPLAN, únicamente “las relaciones de empleo de personas servidoras públicas que desempeñen funciones o labores administrativas, profesionales o técnicas, que sea exclusivas o excluyentes para el ejercicio de las competencias constitucionalmente asignadas“ a aquellas entidades públicas.

La regulación de la relación de empleo de esta única categoría de personas trabajadoras, la retendrán simbólicamente los órganos supremos de cada una esas entidades, pero que no quedan excluidas de la cobertura del proyecto, y en consecuencia, estarán sometidas al rigor de sus cánones autoritarios y fiscalistas. Por contrario, la rectoría y regulación de la relación de empleo, en materia de reclutamiento, selección, contratación, concursos, evaluación de desempeño, remuneraciones, entre otras, de todas las demás personas trabajadoras de esas instituciones, la asumirá y definirá unilateralmente MIDEPLAN.

Entonces, a esta dependencia del Poder Ejecutivo, transmutada en el emergente Leviatán, el proyecto, haciendo una regresión en el tiempo, que nos devuelve más de 70 años atrás, a la época del clientelismo y reparto del botín político (spoils system), le transfiere a MIDEPLAN la gobernanza y regulación de la relación de empleo de significativas categorías de trabajadoras y trabajadores de dichas instituciones.

De esta manera, tratándose de estos amplios colectivos laborales, se desposeen las competencias constitucionales de esas entidades, cuya regulación, mediante políticas, directrices, reglamentos y ordenanzas, la realizará ese despacho del Gobierno.

Esta transferencia de competencias tendrá consecuencias directas muy graves en el conjunto de las autonomías, el funcionamiento regular de las instituciones y no menos, en la prestación de los servicios públicos.

2.- La autonomía constitucional de las instituciones es unitaria e indivisible

Esta segregación competencial y configuración de un régimen dual de empleo público, es absolutamente artificiosa.

La autonomía de las entidades descentralizadas es indivisible, resultando contrario a los preceptos constitucionales, quebrar de esa manera la autonomía y repartir las competencias regulatorias entre la respectiva institución y MIDEPLAN.

El proyecto violenta la máxima Ubi lex non distinguit, nec nos distinguere debemus (donde la ley no distingue, tampoco nosotros debemos distinguir), vaciando de contenido el ejercicio de una potestad constitucionalmente asignada, que produce la ineficacia de la norma constitucional; es decir, trayéndose al suelo, de un solo golpe, el principio de supremacía constitucional.

La autonomía de las universidades públicas, la CCSS y las municipalidades, es unitaria, inescindible, por lo que no se podría sostener ese espurio reparto de competencias y ese régimen bifronte de empleo público, dentro de cada una de ellas, salvo que sea a contrapelo de los artículos 84, 86, 87, 73, 169, 170 y 175 de la Constitución Política.

Así, cada institución autónoma, podría representarse con una caricatura de un monstruo de dos cabezas, que se vuelven y destruyen a si mismas, cuya lucha terminará causando, por una parte, hacia afuera, una constante inestabilidad política-institucional, y por otra parte, hacia dentro, una permanente conflictividad laboral.

3.- La alteración del diseño constitucional del Estado democrático

Este ficticio reparto de competencias funcionales y materiales, entroniza aquella tesis autocrática que vehemente rebatió el constituyente Rodrigo Facio, la intervención política del Poder Ejecutivo, residenciado en MIDEPLAN, en materias que constitucionalmente están reservadas a cada una de esas instituciones.

Por esto es que el proyecto quiebra la arquitectura del diseño orgánico del Estado, definido por el constituyente, porque sacrifica la autonomía de las instituciones.

La ruptura del diseño constitucional, que no es cualquiera cosa, significa una grave alteración de las reglas del sistema democrático.

Además, esta alteración de las reglas constitucionales tendrá serias consecuencias en la prestación de los servicios públicos asignados a cada institución.

Los servicios públicos que prestan las universidades, la CCSS, municipalidades y otras entidades, constituyen la infraestructura de la democracia, los cuales no quedan indemnes del otro objetivo que tiene el proyecto, tendiente a reestructurar las instituciones y privatizar los servicios que se les cometieron.

4.- La eliminación de las estructuras salariales propias de las instituciones

Pero, además, hay que tener muy claro que la competencia exclusiva y residual que el proyecto reserva a las instituciones autónomas, limitada únicamente a aquel colectivo de funcionarios, queda muy restringida y condicionada, porque, de toda suerte, su ejercicio tiene que adecuarse a sus reglas fiscalistas. No se olvide que las autónomas, no quedan excluidas de su cobertura (artículo 2), sobre las cuales cae, con todo el peso, esa espada de Damocles.

Lo anterior implica, por ejemplo, en materia de remuneraciones, que las estructuras salariales propias que actualmente tiene cada una de esas instituciones, que evolutivamente se configuraron de acuerdo con la naturaleza y especialidad del servicio que ejecutan, amparadas a sus autonomías, quedarán derogadas, suprimidas, y en su lugar, se sustituirán por el esquema de salario global único.

Este esquema salarial es el producto estrella, pero el más opaco, que constituye la punta de lanza de la política fiscal del proyecto de ley.

Otra grave vulneración de la Constitución, porque la ley ordinaria le está imponiendo a esas instituciones un esquema salarial determinado, irreconciliable con las autonomías constitucionales.

Además, como si lo anterior fuera poco, ese esquema salarial se complementa con el congelamiento y estancamiento de los salarios de todas y todos los trabajadores que prestan sus servicios en los Poderes del Estado e instituciones públicas que cubre el proyecto, a merced de la salvaje regla fiscal y los transitorios XI y XII del proyecto, que recibieron la bendición neoliberal de la Sala Constitucional.

Quedará por ver, como suele ocurrir en las películas de terror, si en los últimos capítulos, el monstruo muere ajusticiado por un héroe, que aplaste las cabezas del Leviatán.

16/11/2021

La regla fiscal: un fundamentalismo financiero que se debe eliminar

Francisco Esquivel. Economista.

El diccionario de la Real Academia Española define fundamentalismo como “exigencia intransigente de sometimiento a una doctrina o práctica establecida”. La regla fiscal es eso exactamente. Es una limitación del gasto público aplicada férreamente sin importar las consecuencias de tal restricción. No importa si los niños pobres se quedan sin alimentos, o los ancianos pobres sin su pensión no contributiva, o si los acueductos rurales se paralizan. Incluso, si el país se queda sin censo y sin el servicio 911, tampoco es relevante para esta regla. Lo que vale es detener al “enemigo” de la economía: el gasto público. Es el neoliberalismo en su pura esencia.

Para la visión liberal el Estado es un obstáculo. Si el libre funcionamiento de los individuos produce el mejor resultado posible, ¿para qué queremos que el Estado intervenga en la economía? Por el contrario, la intervención del Estado, según este enfoque, producirá una distorsión en el funcionamiento de los mercados porque no dejará que los individuos actúen libremente, lo que se traducirá en un resultado no óptimo del mercado. Al respecto, el Estado estrujaría al individuo, cobrándole impuestos para desarrollar una intervención ineficiente. Si se eliminan los impuestos, el ingreso quedará disponible para el libre uso de los individuos, los que deberían producir lo mejor para la economía mediante los mercados libres.

El déficit fiscal de Costa Rica es importante. Amerita un programa urgente que combine equilibradamente el control riguroso del gasto y las acciones firmes para incrementar el ingreso. Sin embargo, cuando el enfoque liberal orienta la política fiscal, la disminución del gasto predomina sobre el incremento del ingreso. La experiencia reciente lo demuestra: se están impulsando acciones para aumentar la carga tributaria de los grupos de ingreso medio y bajo; sin afectar significativamente a los segmentos de ingreso alto. Así, el incremento de los ingresos será limitado. Por lo tanto, dominando la visión liberal, el equilibrio en las finanzas públicas se pierde, y la obsesión por reducir el gasto impide una acción integral de la política fiscal. En ese sentido, la gestión fiscal se reduce a perseguir partidas: salarios, compra de insumos, transferencias para la población pobre, pensiones, etc. Se recortan indiscriminadamente las partidas, sin considerar la importancia estratégica de los ministerios ni de los programas respectivos. La regla fiscal es la “fórmula operativa” de la persecución de partidas. El mecanismo es muy sencillo: se establece un nivel máximo de la deuda del Gobierno que se calcula como porcentaje respecto al Producto Interno Bruto (PIB). La política fiscal actual lo define como el 60% respecto al PIB. Si el monto de la deuda sobrepasa ese nivel, se activa un freno: se aplica un porcentaje reducido de crecimiento del gasto y el resto se acomoda a ese límite. En este momento, ese indicador sobrepasa levemente el 70%. ¿Cómo se definió ese porcentaje crítico de la deuda? Arbitrariamente. ¿Por qué no un 80%, o un 40%? En Japón ese indicador llega a 256%. En Estados Unidos el indicador asciende a 133%, mientras en Canadá equivale al 116%. Estos países aplican políticas de ingreso y de gasto para reducir los déficits; pero no se amarran a la rigidez de una regla fiscal como la costarricense, que opera en función del porcentaje de la deuda respecto al PIB.

El “truco” de la regla fiscal es condicionar el crecimiento del gasto al nivel de dicho indicador. En la situación fiscal actual, bajar el indicador desde el 70% al 60% tomará varios años; tal vez muchos. Eso dará una excusa para reducir el nivel del gasto hasta niveles insospechados. Cuando el indicador vuelva a su “nivel normal” del 60% será tarde: varias, o muchas funciones habrán sido desmanteladas. Incluso, podría suceder que el déficit fiscal se elimine en unos 3 o 4 años, pero el nivel de la deuda todavía supere el fatídico 60%. En consecuencia, tendríamos el absurdo de que el gasto se sigue recortando, aunque ya no habría déficit. El próximo gobierno, aunque intente modificar la política fiscal, no podrá hacer nada para detener la regla fiscal. La única solución es derogarla. Hay intentos por introducir excepciones; sin embargo, esas iniciativas no captan la esencia del problema: el enfoque liberal no admite parches. Por lo tanto, habrá una oposición obstinada a las excepciones porque “quebrarían” la disciplina. No se puede tapar el sol con un dedo, hay que cambiar la regla fiscal y aplicar un método diferente de control del gasto.

La persecución de partidas contiene errores metodológicos serios. En primer lugar, la regla se aplica, de manera general, al Gobierno Central (es decir, al presupuesto de los ministerios y de los otros Poderes del República) y a las entidades autónomas. Sin embargo, el déficit está en el Gobierno Central. Las instituciones autónomas tienen sus propios ingresos y normalmente no tienen déficit. Entonces, ¿por qué amarrar a las autónomas con la regla fiscal? Por ejemplo, el AyA no puede financiar adecuadamente con sus propios ingresos a las ASADAS, que administran acueductos comunales, porque “se pasa” del límite de gasto impuesto por la regla fiscal. ¡Notable ejemplo del enfoque anti estatista de la política fiscal¡: la regla fiscal se convierte en un pretexto para desmantelar las funciones básicas del Estado, en su acción descentralizada. Si las entidades autónomas no tienen déficit, ¿por qué están sujetas a la regla fiscal? No hay justificación; prevalece el prejuicio ideológico contra la acción del Estado.

Además de lo anterior, hay un defecto metodológico más grave. Antes de recortar una partida del presupuesto público, es necesario evaluar el impacto, la eficiencia y la calidad del gasto que se piensa reducir. Cualquier partida puede ser un problema, pero no de manera general. No es que, por ejemplo, los salarios, la compra de insumos o las transferencias sean malos, en sí mismos, sino que el recurso que se contrata con ese gasto se podría usar de manera ineficiente, o ser de mala calidad. La regla fiscal no evalúa el impacto, la eficiencia y la calidad del gasto; simplemente, aplica el bisturí porque el gasto público es “malo para la economía”. Lamentablemente, la regla fiscal olvida lo establecido en la ley 8131, que establece el marco operativo que se debe aplicar para obtener el máximo provecho de los presupuestos. El artículo 52 establece la obligación de los ministerios de Hacienda y de Planificación Nacional y Política Económica de velar por la eficiencia, el impacto y la calidad del gasto, aportando “los elementos explicativos necesarios para medir la efectividad de los programas, el costo unitario de los servicios y la eficiencia en el uso de los recursos públicos”. Nada de esto se encuentra en la regla fiscal.

La regla fiscal está generando daños que justifican su eliminación. Cercena áreas importantes de la gestión pública, de manera arbitraria, obedeciendo al dogma anti estatal. Y lo hace sin evaluar lo básico: la eficiencia, el impacto y la calidad del gasto. Por lo tanto, debe sustituirse por un riguroso control del gasto, orientado por la ley 8131, sin los defectos metodológicos citados.

LA DEMOCRACIA QUE NUNCA TUVIMOS

COLUMNA LIBERTARIOS Y LIBERTICIDAS(10)
Tercera época

Rogelio Cedeño Castro, sociólogo y escritor costarricense

En Costa Rica la fragmentación política ha llegado a tal punto que resulta inútil intentar siquiera alguna explicación racional de un fenómeno tan avasallador: el pueblo tendrá frente a sus ojos un carnaval electoral con más de 25 carrozas, las que por sortilegio se convertirán en una sola al terminarse la fiesta, como en aquel cuento de la carroza y la calabaza, llegado ese momento de la verdad todos los feriantes supuestamente plurales recitarán en coro los salmos del credo falsamente liberal del neoliberalismo mercantilista, el de los monopolios y oligopolios privados, será un universo donde la regla fiscal y su rígida observancia representarán la mayor virtud teológica que se pudiera haber imaginado alguna vez, al igual que las muchas veces millonarias evasión y elusión fiscales.

La descomposición de las viejas maquinarias políticas, la podredumbre imperante en sus escuálidos aparatos electorales es de tal magnitud que ya nadie confía en nadie. Es por eso que al lado de aquellas han surgido una gran cantidad de meras franquicias electorales, de etiquetas y de figurones inimaginables que se mueven entre el falso liberalismo, los falsos cristianos y una serie de gentes que aseguran ser “de izquierda”, en un país donde la izquierda hace varias décadas que renunció a pensar siquiera, son gentes que se aferran al activismo electoral, y a la búsqueda de espacios en el parlamento (un sitio donde ya no se habla, se emiten gruñidos e interjecciones sí acaso) sin plantearse siquiera qué sentido podría tener su presencia en ese ámbito tan degradado.

El tema de la democracia pasa necesariamente por la posibilidad individual de disentir, de no tener que pensar y actuar dentro de los cánones o las maneras propias de aquellas gentes, esas que se ven a sí mismas como el non plus ultra de la moralidad pública y de todas las virtudes, a semejanza de lo que ocurría en la Roma de la antigüedad, tanto en su fase republicana aristocrática como en la posterior imperial, que fue la prevaleciente durante la mayor parte de ese prolongado período histórico del mundo antiguo. Las élites del poder, pero sobre todo aquellas conformadas por los que, en nuestro tiempo, llamamos con sobradas razones y evidencias sustanciales, integrantes de “los poderes fácticos”, esos que no siempre están a la vista del ciudadano de a pie, la verdadera víctima propiciatoria que paradojalmente sufre, con más intensidad e indefensión, las consecuencias de sus despiadados actos.

Esos poderes son en realidad la expresión de la voluntad manifiesta de quienes mandan y deciden, en lo esencial, los destinos de la cosa pública, con el agravante de que no son precisamente un dechado de virtudes morales y republicanas: esas  gentes, de quienes se dice que son los dueños de nuestros países, pocas veces aparecen en los eventos más teatrales de las llamadas democracias formales, como son los procesos electorales.

Esas puestas en escena de una gran cantidad de comediantes, más o menos buenos o malos, pero cuyos actos aún en el caso de lograr sus metas explícitas, como la de ser elegidos como presidentes o representantes parlamentarios, no cambiarán en lo esencial las decisiones políticas de verdad, esas que fueron tomadas en otra parte o en otros escenarios…mientras el pueblo es el gran ausente, excepto en los momentos circenses de la comedia electoral. Al pueblo Pan y Circo decían los patricios romanos de aquellos tiempos de antaño, el lema y las acciones se mantienen vigentes para la manipulación efectiva de las gentes.

Durante los meses venideros, en un lapso breve pero intenso, que habrá de transcurrir entre los primeros días del mes de noviembre del año que corre hasta febrero o abril del entrante, tres naciones centroamericanas estarán enfrascadas en esos eventos así llamados “democráticos”: Nicaragua, Honduras y Costa Rica en ese orden… Mientras el tema de Nicaragua ocupa las primeras planas de los diarios, los momentos de más rating en los noticieros de las televisoras más poderosas y en las radioemisoras con más sintonía, el caso de Honduras es silenciado deliberadamente, tal y como ha venido sucediendo durante estos cuatro años transcurridos desde que, en  la tercera semana de noviembre de 2017, un nuevo fraude electoral impuso al dictador neoliberal Juan Orlando Hernández, contra el que fuimos a protestar unos pocos frente a la Casa Amarilla o sede de la Cancillería en San José de Costa Rica.

El galimatías político electoral de Nicaragua, uno de los tres países de la región donde el gobierno de los Estados Unidos quiere cambiar al gobierno por uno más manejable, acorde con sus intereses geopolíticos, algo que resulta de suyo evidente, no hay quien lo entienda a estas alturas en todos sus alcances, es decir lo que está detrás del juego político electoral: al parecer habrán elecciones generales, según lo planeado y dispuesto por las leyes electorales, el primer domingo del mes de noviembre entrante, en  medio de acusaciones hacia quienes eran los potenciales candidatos de una oposición que no logra definirse todavía, al parecer enmarcada entre una disidencia sandinista que buscaría enmendar el rumbo y volver al proyecto original, según algunos actores de la “izquierda” regional (al menos eso vienen diciendo desde los disturbios de 2018) y las posiciones de una derecha no tan variopinta que rechazan abiertamente todo lo que representó la llamada revolución sandinista durante la década de los ochenta.

El candidato oficialista (para no entrar en satanizaciones oficiosas y deliberadas, por parte de uno y otro bando) tendría o tiene todas las de ganar en ese escenario, pero la exclusión del juego electoral de la casi totalidad de sus opositores, acusándolos al parecer con fundamento, de estar financiados por la CIA, la USAID y otras agencias del gobierno de los Estados Unidos, ha tornado inmanejable la situación y ha permitido tejer un manto de sospechas sobre la legitimidad de esos comicios ¿será que la inteligencia militar del régimen nicaragüense develó algún asunto muy grave a punto de materializarse, tal cómo fueron los cruentos disturbios ocurridos entre abril y junio de 2018? Es ahí donde este galimatías resulta muy difícil de desentrañar, en todo caso, se trata de un conflicto entre las élites, donde las mayorías populares no deciden ningún asunto esencial que no sea el resultado electoral, todo eso en medio de un juego retórico muy manipulado por ambas partes.

En Honduras, por otra parte, cabe preguntarse si ¿se estará preparando un nuevo fraude electoral como los que vienen ocurriendo desde el año 2009 cuando los militares y la derecha troglodita derrocaron al entonces presidente Manuel Zelaya Rosales? ¿Volverán los del partido nacional o cachureco a comprar votos con la famosa tarjeta del mismo nombre? ¿La OEA y los voceros de la Casa Blanca tornarán los ojos hacia otro lado? Todo parece indicarnos que el mismo escenario se repetirá, salvo imprevistos.

Retornaremos sobre el tema político-electoral en Costa Rica, eso sin descuidar el de los dos países vecinos de un poco más al norte de nuestras fronteras.

La agenda conservadora regresiva y la regla fiscal antihumana avanzan al ritmo de la pandemia

SURCOS comparte la siguiente información:

Juan Carlos Durán Castro
Dirigente Sindical
SIFUPCR-CMTC
Sector Salud Costa Rica

Nuestra historia reciente nos coloca en cuatro momentos de irrupción político-social: la lucha de Alcoa, el combo del ICE, el referéndum contra el Tratado de Libre Comercio (TLC), cuyos bondades seguiremos esperando y finalmente en el pasado más reciente la huelga del 2018, contra la mal llamada “ley de fortalecimiento de las finanzas públicas”, conocido popularmente como combo fiscal, hoy ley 9635, que jamás resolverá el tema del déficit fiscal, proceso diremos sellado con la aprobación de la ley 9808, que a nuestro gusto es violatoria de derechos humanos fundamentales.

En esos cuatro episodios de lucha, aunque se ha ocultado, el pueblo debe entender que lo que ha realmente ha sucedido es, una disputa del enfoque del modelo de desarrollo nacional, es decir, una disputa política entre un grupo cada vez más pequeño de ricos y un bloque de pobres cada vez más grande , una guerra entre el Dios mercado versus el Dios Estado, un partido entre la exclusión y la inclusión social, lo cual en concreto explica, porque todo es más caro, porque hay menos trabajos, porque hay más pobres, porque recortan las becas, porque hay menos comida en el comedor de la escuela, etc.

El balance de ese devenir histórico nos permite atrevernos a decir, que el país ha entrado en una suerte de proceso muy perverso, antidemocrático, antihumano y altamente corrupto, cuyo buque insignia no dudamos en decir, es la antihumana, darwiniana y dogmática regla fiscal, que ya empezó a hacer las veces de un cartucho de dinamita que terminará de dejar en añicos el Estado Social de derecho y cuyos efectos e impactos vulneraran y precarizar aún más la vida de miles o millones de hombres, mujeres, niños y niñas.

Ese oprobioso proceso en desarrollo que los ricos impulsan en nombre de la modernidad y demás palabrerías lindas, que repiten los “medios de comunicación”, los seguirán colocando en la vitrina de una legalidad legítima, pero lo cierto es que alimentan un monstruo, una superestructura corrupta que ya no responde a las necesidades de las mayorías, no responde al qué por Dios tenga cada persona en su esfera personal y familiar.

En ese sentido rechazamos ese proceso de exclusión y no dudamos en proclamar que esas mayorías excluidas crecerán en número en cada rincón del país y que además al ser arrastradas irreductiblemente a lo que llamaremos una ilegalidad legítima, se consolidaran en algún momento histórico en lo que llamaremos el bloque social de los oprimidos y saldrán a protestar a las calles.

Ese conglomerado social en desarrollo tendrá como un volcán su momento de erupción y su magma humano deberá destruir las partes o el todo de este modelo corrupto, ya corroído y fetichizado en buena parte, está una cochinilla nacional vergonzante, para dar paso a un nuevo modelo de país más humano, probó, ético, inclusivo y respetuoso efectivamente del enfoque de género, de los derechos humanos y del trabajo decente.

Lo descrito nos coloca en el hoy y vemos como todos los y las aspirantes a Zapote o a Cuesta de Moras, construyen discursos huecos y gastados de una nueva normalidad, pero lo cierto del caso es que son marionetas y títeres de los del bando de los ricos y como es de esperar serán correa de transmisión de los sectores conservadores y neoliberales de Costa Rica que han aprovechado la pandemia de la Covid-19, para posicionar e impulsar su agenda política y económica.

Veamos:

  1. Rebaja de «cargas» sociales. Las contribuciones a la seguridad social (mal llamadas “cargas”) financian el régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (RIVM), el Seguro de Salud y varios programas sociales. Recientemente crecen las voces que dicen que estas “cargas” son las responsables del alto desempleo y de la alta informalidad laboral. La propuesta es mecánica y sencilla: si las “cargas” son muy altas, hay que bajarlas. Pero cuando se les pide a estos sectores alternativas de financiamiento, el acuerdo entre ellos mismos cesa. El gran peligro es desfinanciar la seguridad social en Costa Rica, uno de nuestros últimos bastiones del Estado Social de Derecho. .

Una forma de asfixiar salud y pensiones y avanzar en la ruta de la privatización.

  1. Privatización camuflada de pensiones.

Se está posicionando una matriz informativa que lleve a la gente a creer que una “pensión básica universal”, aunque su monto sería ridículamente bajo. Se trata de una forma abierta de impulsar la privatización camuflada de las pensiones, aunque se evite el término “privatizar”, hoy completamente desprestigiado cuando de pensiones se trata.

  1. Cierre del PAI y del CNP. Si hay problemas en el CNP, estos deben identificarse y corregirse, pero la prensa del gran capital solo conoce una palabra: cierre. A los grandes agricultores les duele el Programa de Abastecimiento y Apoyo (PAI), que con justeza fue creado para evitar que miles de pequeños agricultores cayeran en la pobreza.
  2. Apertura eléctrica. Igualmente avanzan en colocar este tema en la agenda pública y con el enfoque conocido. El caballo de batalla en esta ocasión es “generación distribuida”, pero tampoco faltan las voces que sencillamente claman por la privatización de la generación, hoy en manos del ICE, CNFL y cooperativas eléctricas.
  3. Defensa cerrada del austericidio.

La llamada regla fiscal ya está haciendo estragos en muchas instituciones públicas, desde el Ministerio de Educación hasta las universidades públicas. No ponemos en duda la importancia de la eficacia y eficiencia en el gasto público, pero la regla fiscal se ha convertido en la mejor arma para destruir “a mordiscos” nuestro Estado social.

Es urgente una reacción rápida y articulada de los movimientos sociales que impacte en la ciudadanía y que ponga en blanco y negro esta gran amenaza, porque lo que está en juego es la calidad y la misma posibilidad de los servicios públicos a la población más desfavorecida que estas instituciones brindan.

  1. Asfixiar RECOPE.

RECOPE es la joya de la corona que la oligarquía criolla anhela. Si bien es cierto que la refinación de petróleo no ha resultado según lo planeado, el verdadero negocio es la importación y distribución de combustibles. Y es esto lo que desvela a nuestros neoliberales criollos. La idea original de RECOPE sigue siendo correcta (más allá de los posibles errores de gestión): la importación de combustibles no debe ser un negocio para unos cuantos, por eso el Estado debe tener ese monopolio.

  1. Privatización de las frecuencias al ICE

Esta es otra “joyita”, la que queda por apropiarse de la apertura en las telecomunicaciones. Y al igual que el resto de las frecuencias radioeléctricas, las quieren a precio de ganga.

Esta es solo una lista incompleta de la agenda neoliberal de corto plazo, la cual es claramente regresiva en una Costa Rica que está dando pasos agigantados hacia una sociedad altamente desigual y excluyente y no nos cabe la menor duda de que la guillotina de la regla fiscal es afilada por los ricos en el molejón de la deshumanización y nos conduce directamente a una sindemia mayor de precarización social, que tarde o temprano provocará un nueva protesta social de enormes dimensiones que estará centrada en ondear

la bandera de la justicia social y la verdadera inclusión social desde una segura ilegalidad legítima que tendrá por objetivo destruir un modelo opresor y corrupto y construir normas de convivencia humanas e inclusivas a favor de las mayorías oprimidas.

28 de septiembre de 2021.

Adjuntamos documento oficial para descarga:

Material didáctico sobre la regla fiscal

SURCOS comparte la siguiente información:

Fernando Rodríguez Garro, del Observatorio Económico y Social de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional, explica la regla fiscal, sus características y los problemas principales que presenta.

En un primer apartado plantea la cuestión: ¿Qué es la regla fiscal?, y elabora una lista de criterios utilizados por quienes promueven esta regla; además, expone los tipos de reglas que existen, las condiciones y disposiciones de la regla fiscal en Costa Rica, las problemáticas de aplicación y sus posibles roces legales y constitucionales.

Le invitamos a descargar el documento:

La Gran Estupidez al Cuadrado

Luis Paulino Vargas Solís

He dicho que la regla fiscal es, con sobrado merecimiento, la Gran Estupidez. Pero lo mejor del cuento, es que la Contraloría de Marta Acosta, ha puesto lo suyo para hacerla aún más estúpida.

Como sabemos, esta regla establece límites al crecimiento del gasto público en función de ciertos parámetros que la ley define. Con el perdón de ustedes, voy a omitir detalles sobre ese particular. Luego me referiré a ello.

Una vez considerados los parámetros definidos, y una vez calculado cuánto puede crecer el gasto público, de un año al siguiente, hay dos formas posibles de aplicar el porcentaje de crecimiento resultante: sobre el presupuesto aprobado o sobre el presupuesto ejecutado. El gobierno aplica la regla sobre el primero, pero la Contraloría lo hace sobre el segundo. Sin embargo, dado el poder sancionatorio que la ley concede a la Contraloría, prevalece la tesis de ésta. Y ello tiene serias consecuencias.

Supóngase la institución XYZ. Su presupuesto en 2021 es 100. Al final de 2021, la institución XYZ ejecuta 95 de los 100 (es normal, y prácticamente inevitable, que siempre haya algún margen de subejecución).

Supóngase que para 2022 la regla fiscal permite un crecimiento máximo del 2,0%. El gobierno aplica ese porcentaje sobre el monto total del presupuesto de 2021, y, entonces, le asigna un presupuesto de 102 a XYZ para 2022.

Pero la Contraloría toma los 95 realmente ejecutados en 2021 y sobre esa base aplica el porcentaje de crecimiento del 2,0%. Ello significa que, como máximo, XYZ podrá gastar 96,9 en 2022. El nivel de subejecución tiende a crecer. Pero eso no es lo principal.

Veamos

Volvamos a 2021. Se presupuestaron 100, se ejecutaron 95. Hubo un superávit de 5, pero suponga usted que 3 de esos 5 están comprometidos, digamos que para una inversión en equipo de cómputo. Lo cual, por cierto, es muy usual, o sea, es muy usual que queden compromisos de un año para el siguiente, sobre todo cuando se trata de inversiones en infraestructura y equipo.

Bueno, pero la Contraloría no permite usar esos 3 que quedaron comprometidos. Solo permitiría utilizar 1,9 ya que ese es el límite que arbitrariamente impone. Y eso bajo el supuesto de que TODO lo demás en la institución XYZ, queda congelado en su nivel de 2021.

A esta institución le quedan dos opciones: incumplir la regla y afrontar las consecuencias derivadas de una sanción de la Contraloría, o enfrentar una demanda judicial por incumplimiento de contrato con la empresa que iba a proveer el equipo de cómputo.

¿Qué opción le queda a esta y a las demás instituciones? Aplicar la estrategia de “coyol quebrado, coyol comido”, o sea, gastar en el día a día, olvidarse de planificar para el mediano y largo plazo, y, en especial, olvidarse de proyectos de inversión cuya plena ejecución demande varios años.

Más estúpido ¡¡¡¡Imposible!!!!

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