Skip to main content

Trenes de carbón chocan con muro de resistencia en EEUU

Trenes de carbón chocan con muro de resistencia en EEUU

Los trenes de carbón pierden casi medio kilo de polvo tóxico por vagón cada 1,5 kilómetros, advierten activistas ambientales. Crédito Scott Granneman / cc by 2.0

 

Activistas del noroeste de Estados Unidos luchan contra la instalación de tres terminales de carbón, mientras avanza el movimiento por la erradicación del uso de las plantas del mineral negro en todo el país.

Una de las terminales se instalaría en Oregon y las otras dos en Washington, ambos estados del noroeste, en la costa del océano Pacífico.

Los activistas ya lograron impedir que se instalaran otro trío de terminales para carbón. La campaña Beyond Coal (Más allá del carbón), de la organización ecologista Sierra Club, considera este hecho como una señal de progreso del movimiento nacional.

“Hay tres razones principales por las cuales nos oponemos a las exportaciones de carbón”, dijo Trip Jennings, organizador del grupo ecologista Portland Rising Tide.

“La primera, y la más importante para nosotros, es que estamos cerrando plantas de energía en Estados Unidos”, explicó a IPS.

“Oregon y Washington estarán totalmente libres de carbón en algunos años. Nosotros, como comunidad y como ciudadanos, decidimos que no queríamos que se queme carbón. Si permitimos que las empresas lo exporten… se minará todo el trabajo que hemos hecho para hacer frente a la crisis climática”, subrayó el activista.

“La segunda es que estos proyectos tienen un impacto enorme en el número de trenes que pasan por la zona. Se crea una situación en que nos comprometemos con cargar productos básicos de alto poder destructivo, en vez de transportar personas o recursos limpios por nuestros rieles”, dijo Jennings.

“El tercer argumento es el polvo que se produce cuando los vagones pierden casi medio kilo de polvo por vagón cada 1,5 kilómetros. Rocían el campo, los ríos, arroyos y las comunidades con el tóxico y sucio polvo de carbón”, que provoca asma y enfermedades pulmonares, agregó.

El 8 de mayo de 2013, la empresa de energía Kinder-Morgan abandonó el plan de construir una enorme terminal de exportación cerca de la ciudad de Clatskanie, en Oregón, con capacidad para exportar anualmente entre 15 y 30 millones de toneladas de carbón de la cuenca del río Powder.

El 1 de abril, la compañía de energía Metro Ports, la última inversora restante en una terminal propuesta para Coos Bay, Oregon, dejó que caducara su contrato de negociación.

Los inversores Mitsui & Co., de Japón, y la Electric Power Corporation, de Corea del Sur, ya se habían retirado de las negociaciones. La terminal habría tenido capacidad anual de exportación de ocho a 10 millones de toneladas de carbón.

La tercera victoria de los activistas sucedió en agosto, cuando la empresa Rail América retiró los planes para instalar una terminal de carbón en el puerto de Greys Harbor, en Hoquiam, en el estado de Washington, que habría transportado cerca de cinco millones de toneladas del mineral negro cada año.

Las tres terminales que siguen en marcha en Oregón y Washington son adversados por diferentes organizaciones, como la coalición Power Past Coal  o  Portland Rising Tide. Esta organización es una red internacional de grupos dedicados a  lidiar con las principales causas del cambio climático, que comenzó a actuar en Europa en 2007 y después se extendió a Estados Unidos.

El polvo de carbón de los trenes “también cubre los ríos y arroyos con polvo tóxico, que mata a los salmones e impide que sigan desovando donde lo han hecho durante millones de años. Le hemos dedicado muchos recursos a la rehabilitación y protección de las migraciones del salmón en el noroeste”, explicó Jennings, integrante de Portland Rising Tide.

El carbón se extraerá de las minas en la cuenca del río Powder y la cuenca del río Tongue,  en los estados de Wyoming y Montana, respectivamente. Los ferrocarriles, de avanzar los proyectos, transportarían el carbón por la garganta del río Columbia, ya en Oregón, hasta los barcos.

Desde allí se adentrarían por el vecino estado de Washington hasta llegar a las otras terminales portuarias proyectadas.

La ciudad de Spokane, en Washington, se vería afectada por cualquiera de los trazados ferroviarios para el carbón previstos, porque todos la atravesarían. Muchos residentes allí temen que el mayor tráfico ferrocarrilero obligará a parar frecuentemente el tránsito de vehículos, incluidos los de emergencia.

Más de 400 personas asistieron a una audiencia pública sobre la propuesta de la terminal Millennium Bulk en ese estado, en septiembre de 2013, y en su mayoría se opusieron al ferrocarril de carbón.

En la audiencia, el presidente del Consejo de Spokane, Ben Stuckart, levantó una bolsa de carbón que él y otros residentes habían recogido, con piezas enteras del mineral caído de los cargamentos de trenes anteriores. Los trenes pueden perder hasta una tonelada de carbón en cada viaje, según activistas.

Ese proyecto provocó, además, que 164.000 ciudadanos enviaran sus observaciones al Departamento de Ecología del estado y al Cuerpo de Ingenieros del ejército de Estados Unidos, antes de la finalización en noviembre del plazo para entregarlas.

Mientras, la coalición Power Past Coal  se concentró en los procesos regulatorios y de permisos.

Una de sus victorias es que el condado y el estado acordaron considerar el impacto ambiental de las emisiones de carbono en el transporte del carbón y de las emisiones que resultarán cuando se consuma el carbón, para el otro terminal proyectado, Gateway Pacific.

No obstante, ningún organismo público aceptó incluir en su estudio de impacto ambiental “qué tipo de contaminantes se van a producir en las ciudades que no tengan ninguna otra conexión, salvo que serán una ciudad de paso hacia los puertos”, explicó a IPS el abogado Cullen Gatten, quien participó como asesor jurídico en una reciente audiencia en Spokane.

“China también se está distanciando lentamente del uso del carbón. Además, está buscando la energía limpia… podrá usarlo ahora, pero… existe la preocupación de que van a tener que seguir hacia otra cosa antes de extraer todo” el mineral, señaló Gatten.

La empresa australiana Ambre Energy es la mayor inversora extranjera en los tres proyectos.

Liz Fuller, portavoz de la empresa, pidió a IPS el envío de un cuestionario sobre el tema, pero no brindó respuesta a las preguntas remitidas.

Recientemente, las propuestas de las terminales de carbón se convirtieron en tema de las elecciones para los comisionados del condado en Whatcom, en Oregón, donde los candidatos contrarios a ellas consiguieron la mayoría de los puestos en el consejo.

 

Enviado a SURCOS por IPS Agencia de Noticias.

 

carbón, crisis climática, ferrocarril, impacto ambiental