- VI Simposio Iberoamericano de Historia de la Enfermería recordó la decisión que tomó Costa Rica en 1899, la cual impulsaría con creces la salud nacional
La Enfermería es una ciencia enfocada en promover el bienestar de las personas. Pero para convertirse en profesión requirió que pasaran más de 1.500 años desde los primeros indicios históricos que registraron su práctica en el mundo. Con el pasar del tiempo su ejercicio continuo se fortaleció con variedad de conocimientos, experiencias e investigación, los cuales hoy forjan su identidad y son parte de una historia que no debe ser olvidada.
Por esa razón, la Escuela de Enfermería de la Universidad de Costa Rica (UCR) fue sede del VI Simposio Iberoamericano de Historia de la Enfermería (Siahe), que reunió a seis países de Iberoamérica- región que comprende desde México hasta el Sur del continente Americano, Portugal y España- con el propósito de reflexionar sobre el legado histórico que le dio origen.
De acuerdo con la M.Sc. Mari Meza Benavides, docente de la Escuela y coordinadora del Simposio, el encuentro es una iniciativa que se realiza a partir del 2006 en diferentes países de Iberoamérica, a fin de conocer y entender la razón de ser de la Enfermería, su aporte a la sociedad y su evolución. Para la experta, estudiar su pasado da la posibilidad de recordar, construir y avanzar con nuevas contribuciones en beneficio de la salud pública y la calidad de vida de la población.
“La historia de la Enfermería es preciosa. Hay muchos simbolismos que evidencian cómo se ha visto en el transcurso del tiempo. Uno de ellos es la evolución del uniforme. Puede ser que esos modelos no los estemos utilizando ahora, pero tuvieron un por qué y hasta fueron parte de un ritual de atención. Al conocer este tipo de acontecimientos vamos construyendo identidad, es decir, vamos distinguiendo la profesión de otras ciencias de la salud a partir de ese conjunto de rasgos. De igual forma, fortalecemos nuestro conocimiento y tenemos un mejor entendimiento del porqué de las cosas que nos permitió llegar hasta acá”, afirmó Meza.
En lo mismo coincidió la Dra. Maria Itayra Padilha, profesora titular del Departamento de Enfermería de la Universidad Federal de Santa Catarina, Brasil, quien en su conferencia de clausura indicó que mirar la historia de la Enfermería permite darle valor a la profesión y revivir todos aquellos obstáculos que tuvo que superar para convertirse en la ciencia que es hoy.
“Con la creación de las Escuelas de Enfermería en el mundo, se logró incluir formalmente la historia en su plan de estudios. Las profesoras consideraban este aspecto como un elemento de suma importancia no solo para la formación de identidad, sino también en la búsqueda de una mejor inserción de la enfermería en la sociedad y en el desarrollo de un compromiso social sostenible en el tiempo”, explicó.
Pero, ¿cuál es esa identidad que guía la existencia de la Enfermería?
La identidad de la profesión se elabora a partir de la identidad social y la individual, que toma en cuenta los múltiples contextos en los que un enfermero o enfermera se desenvuelve. Aunque los factores que identifican a estos profesionales son diversos, la M.Sc. Ligia Murillo Castro, directora de la Escuela de Enfermería de la UCR, manifestó dos elementos claves como parte de su esencia: sensibilidad humana y vocación de entrega para cuidar a quienes más lo necesitan.
“Ya sea un niño, un adolescente, un adulto o un adulto mayor, a nosotros nos identifica el poder visualizar a esa persona de forma integral, no como individuo, sino como un alguien que es parte de una familia y una comunidad. También en la visión humana, al realizar un acompañamiento en los distintos escenarios de vida de esa persona. Nosotros logramos conocerla, apoyarla y darle acompañamiento para aliviar situaciones. Es el gusto de ayudar a superar el dolor físico, el emocional y hasta el espiritual”, indicó Murillo.
Ese quehacer se refleja en el ejercicio diario de los enfermeros y las enfermeras de la UCR, al aplicar técnicas y procedimientos clínicos especializados en cada persona de forma humanizada. Su habilidad en el manejo de sustancias, de medicamentos y de respuesta en casos de emergencia, es una muestra clara de un profesional analítico, reflexivo y crítico que atiende las necesidades del paciente de forma oportuna.
Sin embargo, para consolidar ese espíritu Costa Rica tuvo que esperar hasta 1899, año en que se funda la Escuela de Obstetricia. Su nacimiento, el cual buscaba disminuir la mortalidad materna como consecuencia de los nacimientos atendidos en el hogar por parteras, fue la punta de diamante para inaugurar la primera Escuela de Enfermería en 1917; misma que se integraría a la UCR en 1977. Esta decisión impulsaría con creces la salud de los costarricenses.
“La función social de las enfermeras y enfermeros a lo largo de la historia de Costa Rica ha proporcionado al país un aporte invaluable. La UCR ha formado a más de 8 mil graduadas y graduados insertos en el sistema nacional de salud, y orientados a llenar las principales necesidades de atención y de promoción de la salud”, expresó Murillo.
Al rescate de los relatos vivos
La historia de la Enfermería ahora enfrenta un nuevo reto: captar la memoria viva. Según Meza, la mayor parte de sus relatos se ha construido desde biografías o documentos. Si bien ha generado importantes aportes, Costa Rica e Iberoamérica aún son espacios incipientes en el rescate de testimonios, los cuales colaboran en la construcción histórica con experiencias más cercanas en el tiempo. Según Meza, contemplarlas da la posibilidad de enfrentar los desafíos actuales a partir de las huellas de sus protagonistas y las experiencias colectivas.
“Los desafíos para contribuir a la historia de la Enfermería son enormes. Durante esta jornada tuvimos una actualización de qué es lo que se está investigando y qué es lo que interesa. A nosotros nos falta mucho y necesitamos organizarnos para investigar en campos que todavía no se han tocado, algunos de ellos son las acciones cotidianas que tenemos ahí y no se han estudiado. Es decir, captar esa memoria viva. Como lo decía Maria Itayra, no es tanto investigar más, sino mejor”, dijo Meza.
En el Simposio participaron cerca de 100 personas por día, del 15 al 17 de noviembre de 2017, entre ellos estudiantes, profesores y administrativos. Se realizaron cerca de 25 actividades que iban desde conferencias hasta talleres, además de la exposición de 12 pósteres académicos de todos los países participantes: Cuba, Colombia, Brasil, Chile, España y Costa Rica.
El próximo Simposio Iberoamericano de Historia de la Enfermería será durante el 2018 en Chile. Para este evento la Escuela de Enfermería de la UCR aspira presentar al menos cinco ponencias que muestren nuevos avances en investigación histórica.
Jenniffer Jiménez Córdoba
Periodista Oficina de Divulgación e Información, UCR
Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/
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