Querida comunidad universitaria:
Si algo nos ha afectado la etapa neoliberal del sistema capitalista, es que muchas veces nos restringe nuestro derecho a soñar, al convertir todas las actividades humanas en una mercancía. La lógica del lucro nos define el principio económico de que los bienes y servicios, como recursos, son limitados.
En la UNED sabemos que eso es una verdad relativa, porque nuestro mayor activo como Universidad, es el conocimiento. Y sabemos que el conocimiento, como mercancía y como recurso, es ilimitado, de hecho, cuanto más se comparte más se genera. Y muchas de las limitaciones físicas que tiene brindar los servicios educativos, gracias a las nuevas tecnologías aplicadas a la educación pueden ser parcialmente atenuadas y en algunos casos, hasta superadas.
Nosotros sabemos también que la crisis en nuestro país, como la fiscal del Estado (que ya lleva más de una década), no es solamente un tema presupuestario, también el modelo país y sus paradigmas están en crisis, lo vemos en el aumento de la desigualdad y el hambre, el empobrecimiento de las comunidades, la reducción de las oportunidades de empleo y el debilitamiento del Estado de Derecho, al igual que grandes retos globales nos afectan, como el calentamiento global, el desastre climático, la contaminación y muchas de los factores que los han causado, han contribuido o han surgido como secuelas de esos grandes fenómenos.
El derecho a soñar es sinónimo de búsqueda de alternativas y construcción de efectos demostración que muestren que otro “mundo es posible”. Esto será en lo micro y en lo macro, en una construcción social cotidiana o en la elaboración de conceptos y teorías que promueven el bien común. Y como Universidad, la UNED está llamada a comprender de otra manera al planeta, a Centroamérica, a nuestro país, sus regiones y sus comunidades, la solidaridad y las múltiples y variadas relaciones entre los seres humanos.
En nuestra práctica en la Dirección de Extensión y en las Sedes Universitarias de la UNED hemos hecho aportes de valor para construir modelos “alternativos-micro” de sociedad, en muchas comunidades donde estamos, desde otras formas de hacer y entender la participación y la política, para implementar avances sustantivos tras concepciones de democracia social efectiva, desde valores como el diálogo, el respeto, la cooperación y el trabajo colaborativo.
Desde muchas actividades gestionadas por las Escuelas se plantea la importancia de la soberanía alimentaria, confrontando el modelo de producción del agro-negocio – visualizado desde el monocultivo con su prioridad exportadora–, con un uso abusivo de tóxicos, que considera a la tierra como una simple mercancía y desprecia totalmente la naturaleza, el medio, el suelo y el ser humano mismo, para construir nuevos paradigmas que rescaten la producción familiar agro-ecológica, sustentada en la cooperación agrícola, ojalá con el necesario ingrediente de la agro-industria.
En la UNED hemos acompañado para que la ciudadanía se apropie de los espacios públicos, luche por el agua potable, la construcción de escuelas, alcantarillados, EBAIS, CEN-CINAI y transporte colectivo, con la clara intención de favorecer una democratización del acceso a lo público con sentido social y de reducir el efecto de la creciente violencia en las comunidades. Así mismo, propuestas de agricultura urbana, como los huertos colectivos y tantas otras iniciativas socioculturales que intentan modificar los paradigmas de pertenencia y apropiación ciudadana y que se suman a otras tantas formas de cuestionamiento a los valores hegemónicos de un sistema dominante, consumista y excluyente que no tendrá cabida cuando el planeta ya no permita esas formas de organización social y productiva excluyentes y polucionantes, para proyectar una nueva forma de ciudadanía y responsabilidad colectiva.
Por ejemplo, desde el Programa de Gestión Local pensamos que existe otro pensamiento posible y hemos acompañado la participación indígena en sus procesos comunitarios, consustanciándose la concepción del “Buen Vivir” como una alternativa al desarrollo convencional, al igual que lo hicimos apoyando ASADAS de todo el país y con la comunidad ribereña organizada en el Río Sarapiquí, rescatando el “bien común” o el “bien público”, como conceptos desde el “nosotras y nosotros” y no más desde el individualismo negador de los retos y responsabilidades como especie.
La UNED desde la academia y la investigación abre su acción a diversos actores de la sociedad civil con quienes dialoga y coadyuva en lo posible a la articulación de las instituciones públicas para lograr el cumplimiento de objetivos por medio de sinergias entre todas las partes interesadas. El Instituto de Formación y Capacitación Municipal y Desarrollo Local, ha trabajado de la mano con numerosos gobiernos locales fortaleciendo el presupuesto participativo en sus distritos y la rendición de cuentas como herramientas de democracia directa, logrando que sean espacios de reflexión e intercambio desde una perspectiva de democracia social efectiva.
Y con la apertura del nuevo canal televisivo, la UNED tendrá la oportunidad de compartir prácticas locales, experiencias comunales exitosas, incorporar también las constantes reflexiones sobre la comunicación alternativa como necesidad, como búsqueda existencial y como condición ideológica para acercar mundos, promover la conjunción de experiencias, desarrollar nuevas propuestas, revitalizar el debate sobre conceptos y paradigmas y ayudar a nuestro pueblo, a recuperar su pleno derecho a soñar y a ejercer de forma activa su rol como ciudadano global.
Por eso y mucho más es que en la UNED debemos renovar nuestro derecho a soñar y es desde el máximo órgano permanente de gobernanza, como es el Consejo Universitario, que debe trabajarse en renovar todos los esfuerzos en construir esa práctica transformadora y liberadora, generadora de oportunidades y constructora de comunidades de conocimiento, en cada Sede Universitaria, en cada Escuela, en la producción de materiales multimediales, la editorial, las vicerrectorías, en cada centro o instituto, en cada programa de investigación, extensión y de vida estudiantil. Como para el espacio al que estamos convocados en el marco del V Congreso Universitario de la UNED.
No puede ser que con 45 años de existencia en la UNED trabajemos por la interdisciplinariedad con una oferta reducida y en muchos casos carentes de componentes básicos, como es el aprovechamiento de las nuevas tecnologías y el uso intensivo del conocimiento, como recursos que deben ponerse a disposición de las comunidades, generando capacidades para desarrollar riqueza para todos.
Por supuesto que la estabilidad laboral, el desarrollo de un sistema de remuneración equitativo a lo interno y competitivo a lo externo y ámbitos laborales al servicio del desarrollo humano, académico y de la eficiencia administrativa y logística, son básicos para fortalecer nuestro derecho a soñar. Pero eso pasará por la construcción de una nueva UNED con un sentido inclusivo y transformador, comprometida con la vida, con la sociedad y con la comunidad universitaria.
Los retos que enfrenta la UNED son enormes, cómo atenderlos en forma articulada, es desde el Consejo Universitario promoviendo sesiones consultivas en las regiones, con las diferentes unidades de la universidad donde se debe comenzar, promoviendo el diálogo franco y el análisis concienzudo para apuntalar nuestras fortalezas e ir superando nuestras debilidades.
El próximo miércoles 12 de octubre de 2022 concluye el proceso para elegir un miembro interno al Consejo Universitario y las personas miembros del padrón universitario tendrán que escoger entre diez personas candidatas, quien lo representará a nivel interno, al igual que lo harán entre tres pretendientes para un puesto de miembro externo al mismo órgano. En lo personal, agradezco a todas y todos mis compañeros y a todas y todos los estudiantes que han leído mis comunicaciones y han considerado mi nombre como la persona a ocupar esa representación, porque les ha resultado de valor mis reflexiones.
Invito a todas y todos los académicos, administrativos y estudiantes que todavía no han podido informarse y tomar una decisión, a que lo hagan para contar con una comunidad comprometida e involucrada con el buen funcionamiento de sus órganos de decisión.
De mi parte, mi total gratitud.
Un saludo fraterno.