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¿Cambio sistémico o contradicciones del colapso «democrático burgués»? Algunas consideraciones al vuelo e incompletas

Costa Rica tiene penalizada la protesta social en el país (F. BBC News)

Oscar Barrantes R.*
Círculo Bolivariano Yamileth López
Centro Popular Costarricense de Estudios Sociales (CBYLO – CPCES)

Pulir un tanto la visión alrededor de la catastrófica, decadente y semicolonizada “democracia burguesa”, ¿en Costa Rica o América Latina? ¿Cómo la veo? ¿Cambio sistémico? No lo creo ni lo es. Tenemos argumentos de carácter filosófico, social, de praxis, espiritual y la realidad histórica como aliada, para ello.

Consideramos como punto de partida, es la degeneración a formas fascistoides de violencia del Estado burgués liberal reformista – como bien dice Miguel Sobrado en un artículo recientemente publicado, el Estado «clientelista» – la aparición de un engendro de Estado forajido, narcotraficante, paramilitaroide, mafioso y subordinado a los aparatos militares geoimperialistas como el Comando Sur, la CIA, el TIAR, la OTAN y otros tratados recolonizadores como el Plan Colombia, Plan Puebla Panamá – Medellín, el Plan Mérida, los TLC yankis; entre otros.

Estados y sus territorios convertidos en portaaviones del tráfico de drogas -tránsito, bodega, intercambio de droga por armas, distribución al menudeo y gran escala, expansión de operaciones y guerra de cárteles continentales y globales – de ofensivas de militarización neocolonial, instalación de bases militares – Comando Sur, OTAN, DEA, CIA, A.S.N., MOSSAD, MI6, – paraísos fiscales para lavado de activos y blanqueado de dólares, centros de operación de guerra asimétrica (contrainsurgencia y contrarrevolución) países utilizados como plataforma «proxi», para la guerra no convencional contra gobiernos y proyectos políticos que construyen sociedades y Estados soberanos, independientes, antiimperialistas y rebeldes.

En los países de América Latina y El Caribe se ilegaliza la protesta social y la huelga como instrumento jurídico y legítimo de la lucha por los derechos sociales. Se judicializa, se penaliza y se aplican sentencias de cárcel a lideres, activistas, dirigentes populares, sindicales, estudiantiles, obreros, campesinos, intelectuales, mujeres y hombres de los sectores, movimientos, comunidades y enjambres sociales en plena organización y movilización.

Chile fue un plan piloto, vinculado a la Operación Cóndor después del Golpe de Estado a Salvador Allende y al proyecto popular y democrático de la Unidad Popular. Más recientemente es Colombia el laboratorio donde se mixtura el eje económico con el político militar.

Se implementa una vuelta de tuerca al neofascismo americanizado, con una reingeniería social y mercantil al liberalismo fundamentalista (denominado por cierto academicismo como: neoliberalismo) con una mezclademilitarización con bases militares imperialistas, asociación a la OTAN, desarrollo de la industria de narcóticos, surgimiento de un departamento de paramilitarización y legitimación del paramilitarismo, manteniendo el escenario eleccionista burgués y la ficción de formas democráticas de poder.

Lo mismo se implementó con modelos particulares y de acuerdo con las realidades concretas en Venezuela del régimen de » punto fijo». En México con acento en las mafias oligárquicas marionetas de Washington desde los años de 1960.

En octubre de 1968 administración de Luis Echeverría y, su ministro de Gobernación Gustavo Díaz Ordaz, atildan su clímax de odio a la movilización estudiantil y popular antiimperialista, al ordenar la masacre de la Plaza de Tlatelolco.

También ha tenido sus matices en Brasil, Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina, Honduras, Haití quizás los más representativos del continente. Las castas militares y FF.AA., policías y servicios secretos de esos países tienen un rol central en la dinámica de esa metamorfosis de las superestructuras burguesas, forzadas por la estrategia de recolonización del imperialismo global anglosajón.

Se descuartiza la forma de Estado reformista social – liberal, porque no le es necesario estratégicamente al bloque neocolonial, con la pírrica, escasa y temporal victoria del imperialismo sobre el socialismo, (1989 – 2006) vendida como derrota definitiva y como «fracaso de la sociedad comunista».

El llamado «fin de la historia» de Francis Fukuyama – nada más alejado de la realidad histórica, hoy demostrado por los hechos vivientes, los acontecimientos en curso y la rueda de la historia girando con soltura y aplastando la escoria de las relaciones humanas retardatarias – recordemos que los reformismos socialdemócratas y socialcristianos, heredados de las tesis euroteóricas de Max Beber, Bernstein y Kausky, denominados también como» capitalismo con rostro humano» o los modelos de «Estado clientelista», «populismo» de Estado, «Estado social de derecho» o suplente reformista; sencillamente se hicieron como aplicaciones tácticas de contención social y contrainsurgencia, con el objetivo de frenar la radicalización revolucionaria, impregnar el conformismo de masas, » domesticar definió José Figueres Ferrer» en su oportunidad, mediatizar el descontento popular y la rebeldía social y nacional, así como desmovilizar a las fuerzas políticas y amplios sectores populares descontentos. Es un enfoque estratégico dirigido a taponear y diluir los proyectos políticos revolucionarios en desarrollo.

Acá es necesario un alto y esclarecer. Para Costa Rica, Guatemala, Bolivia, y talvez, otros casos en América Latina debemos separar esta concepción reformistas de los movimientos populares de conquista social – a tenor de las reformas sociales de las décadas de 1930 – 1940 – 50, 1960 – 70 – verdaderas transformaciones alcanzadas por la acción revolucionaria y la dirección política científico – social doctrinaria y estratégico- táctico de destacamentos político y movilización social – popular de masas proletarias conscientes y organizadas en unidad con sectores avanzados de la sociedad, que fueron retardados y cortados por la contrainsurgencia intervencionista y mercenaria oligárquica criolla, auspiciada por el imperialismo desde Washington.

Proyectos sociales valorados y respaldados por la energía racional, el espíritu moral y emocional y, la sangre de miles de obreros, familias campesinas, estudiantes, artesanos, intelectuales, mujeres y hombres del campo y de la ciudad.

Hoy estamos frente a la mutación del Estado oligárquico semicolonizado. La misma responde y es una arquitectura bocetada en los conciliábulos de las corporaciones y lobbies imperialistas, como el «Consenso de Washington», la OMC, «El documento de Santa Fe», en las encerronas de Davos, en las confabulaciones del «G – 7», Banco Mundial, FMI y en otras conocidas «liturgias» de las anquilosadas y estáticas aristocracias globales del «deep state». En las cavernas de los «thing thang» de los globalistas del fatalismo civilizatorio anglosajón.

Sin la menor duda, Costa Rica hoy se encuentra en la coordenada precisa que se le asignó por el hegemón, como pieza subordinada en el tablero geopolítico y regional, en el que le toca jugar un papel miserable y repugnante, al servicio de los intereses geo-globalistas.

Un punto de quiebre definitivo del «Estado nacional» y el sometimiento total de «la república burguesa semicolonial» a los designios de la doctrina y estrategia del hegemonismo unipolar y totalitario.

*Los escritos del autor son conocidos en la región en el área de la geopolítica, y aborda en el presente trabajo la crisis de la democracia costarricense, así cómo, desde la pequeña burguesía hasta la más rancia oligarquía se funden en bloque en sus intentos para salvar “los muebles” de un sistema que hace “aguas”, tanto en el plano interno como externo.

Óscar Aguilar Bulgarelli pide debate al presidente Rodrigo Chaves

El historiador y analista Óscar Aguilar Bulgarelli señala que el mandatario Chaves Robles confunde su misión, que no es retar a debatir a los jerarcas de los otros dos poderes de la República afectando la división de poderes, sino coordinar el gobierno y generar paz.

Óscar Aguilar Bulgarelli le dice el presidente que si lo que quiere es “gresca y retar” por qué no invita a la Casa Presidencial a unos cuantos, para debatir, y muestra su apunte de una agenda que le gustaría discutir con Chaves Robles.

Enumera una serie de fracasos que, considera el historiador, representa el gobierno actual.

Le invitamos a ver el brece video de Óscar Aguilar Bulgarelli.

¿Qué hace a Rodrigo Chaves el hombre y el político más fuerte del país?

Vladimir de la Cruz

La situación de debilidad política, organizativa y movilizadora de los partidos tradicionales y de las organizaciones civiles, sociales y sindicales nacionales, es quizá la razón del matonismo institucional del Jaguar de Zapote.

El Jaguar sabe rugir, como animal político salvaje, el zoon politikón que todos llevamos dentro, ropaje con que se auto presenta, que se expresa en la doble dimensión aristotélica, en lo social y en lo político. En lo social, auto presentándose como el líder, el “mesías salvador”, el “Moisés” como alguna vez se presentó, de las masas populares a quien dice representar y conducir, a las que quiere resolverle sus problemas, alegando que no lo dejan.

En lo político, destruyendo en todo lo que puede el andamiaje político institucional del país, debilitando el Estado de Derecho. Con ello provocando desconfianza en el sistema democrático institucional que tenemos, especialmente en sus poderes públicos, el Legislativo y el Judicial, en las instituciones controladoras de la legalidad como la Sala Constitucional y la Contraloría General de la República, de seguido en los partidos políticos que han gobernado, que los ha pintado como las estructuras de los dictadores y tiranos que han ejercido la presidencia de la República desde 1949 hasta su gobierno.

En lo político, también, aniquilando el Estado Social de Derecho, debilitando y disminuyendo hasta donde pueda, los beneficios sociales históricos que se han logrado para los trabajadores y todos los costarricenses, congelando y reduciendo salarios e ingresos de los trabajadores y pensionados, elevando el costo de la vida, empobreciendo por esa vía a los ciudadanos y a los diferentes sectores asalariados del país.

En lo política, además, aniquilando hasta donde pueda a los líderes que hasta ahora han sido las cabezas de los partidos políticos, procurando improvisar líderes débiles, sin valores ni ideologías políticas, que actúen más instintivamente, situación que ha penetrado al interior de los grandes partidos en los conflictos que ha logrado provocar entre facciones contra quienes han dirigido o dirigen esos partidos.

Como jaguar sabe gruñir mostrando siempre su disgusto y repugnancia, murmurando entre sus dientes, refunfuñando, emitiendo voces confusas, a veces contradictorias, ininteligibles, amenazando, intimidando, acusando de manera directa personas, con nombres y apellidos, cuyo efecto colateral es el de inhibir a las personas que pueden opinar en su contra o críticamente, para que no lo hagan, porque en paralelo les echa la maquinaria estatal, y la organización policial personal, que tiene para que los investiguen en todo lo que puedan.

El animal político sociable aristotélico, en el caso del inquilino de su guarida en Zapote, es el menos sociable. Es confrontativo, peleador callejero, se comporta como el gritón del barrio, como un pachuco desbocado, sin control ni ligamen de su lengua con su cerebro.

El animal político aristotélico lo manifiesta en las decisiones que toma en ejercicio de su gobierno y mandato, más en contra de la comunidad que debe representar que a favor de ella. Su idea más maquiavélica se orienta a ser mejor temido que amado.

Frente a su poderío hegemónico del ejercicio del poder, en la forma autoritaria como lo lleva a cabo, opaca a cualquier “dirigente” político de todos los partidos políticos existentes en el país. No hay uno solo activo que lo iguale, menos que lo supere. No hay dirigentes políticos partidarios que destaquen por sí mismos en el escenario nacional. Eso es lo que lo tiene de punta en las encuestas, a punta de su demagogia, sus insultos y bravuconadas. La sociedad nacional en esto refleja una violencia y un irrespeto como no se había visto antes. Refleja una sociedad altamente machista, de matones de barrio, de peleadores callejeros, a quienes Chaves les dirige sus mensajes que los acogen con aplausos y gritería, con ánimo de enfrentamientos, de peleas, de agresiones, como se ve en algunos de sus seguidores, pagados o no, que moviliza el Presidente hacia las instituciones públicas cuando quiere amedrentar a sus miembros.

Me atrevo a afirmar que “nadie”, en términos generales, conoce a los miembros de los directorios políticos de los partidos porque no tienen vida propia, ni como dirigentes de sus partidos ante el país, ni de sus personas porque no hablan, no opinan, no se pronuncian sobre los problemas políticos nacionales, ni sobre nada. Lo único que atienden, de vez en cuando, es responder a los improperios del presidente, y provocar algunas gestiones de acusación ante la Fiscalía General de la República, ante el Poder Judicial o ante el Tribunal Supremo de Elecciones, para que lo investiguen sobre algún punto en particular, sin seguirle el paso a la denuncia o acusación.

En este momento hay dos gestiones ante el Tribunal Supremo de Elecciones acusándolo de beligerancia política. Una acusación fue hecha por el presidente del partido Liberación Nacional, motivo por el cual se le menciona en un periódico. Si no fuera por eso, sería un desconocido ciudadano, con lo cual se demuestra que él como presidente de ese partido, y ese partido, está a la cola de lo que hace el presidente. La iniciativa política, si así se puede llamar, de lo que sucede en el país, la pone y la tiene el presidente. Antes la ponían los partidos políticos. Cuando los partidos abandonaron esa iniciativa lo hizo la prensa costarricense por medio de sus editoriales o grandes temas de discusión que trataban, lo que hizo también que la prensa asumiera el papel de control político que los partidos políticos habían abandonado o perdido, motivo por el cual también gobernantes como el Jaguar de Zapote enfrentó a la prensa, a la prensa llamada por él “canalla”, equivalente a mezquina, sinvergüenza, miserable, agregándole que no le deja gobernar.

En el ambiente nacional no hay una agenda política de temas que se debatan. En las páginas de opinión de los medios de prensa hay diversidad de opiniones, pero dispersas, que no provocan debates entre los colaboradores de esos medios. Los comentarios de esas opiniones hoy se cargan más con los troles a favor del gobierno, llenos de insultos e improperios, sin ideas, contenidos ni razonamientos en contra de los artículos que cuestionan, donde atacan a los mensajeros y no entienden ni comentan a fondo los mensajes.

Desde el gobierno solo hay actos distractores de las acciones de gobierno, y actos distractores de la agenda parlamentaria, de manera que toda la información política gira alrededor del presidente y de sus intervenciones vacías y provocadoras de los miércoles, y de su principal diputada experta en mentir, lo que hace que los diputados giren alrededor de ellas, y de casualidad, como este caso, ante el Tribunal Supremo de Elecciones, un presidente de un partido político accione para tener alguna publicidad y presencia en algún medio de comunicación.

Los partidos políticos nacionales han desaparecido en la práctica política nacional. No sirven para nada. Se han enquistado únicamente en ver cómo realizan sus asambleas cantonales, provinciales y nacionales para cumplir con los requisitos de la inscripción electoral para las próximas elecciones, o para actualizarlas de conformidad a las exigencias legales. En los cantones, en los ciudadanos y habitantes de las municipalidades, no se siente ninguna actividad de los partidos políticos que en ellas se representan. En ningún cantón ni cabecera municipal hay locales abiertos de los partidos que están representados en la Municipalidad.

El presidente por su parte, sin tener partido político propio, con el cual él se identifique, todos los días realiza pronunciamientos, hace intervenciones, opina sobre los partidos existentes, especialmente los que cotidianamente ataca de la oposición, reclamándoles lo que sea, pidiéndole a la gente que vea en el próximo proceso electoral quienes dañan al país, insinuando que son esos partidos criticados por él, con lo cual interviene en la política nacional electoral. El presidente llama a votar en las próximas elecciones por una fracción política parlamentaria que sea mayoritaria, que domine la Asamblea Legislativa para poder hacer los cambios que cree se deben impulsar en el país. La sanción extrema para el presidente que se le compruebe beligerancia es la destitución del cargo o una inhabilitación política de dos años. ¿Alguien sensato cree que esto pueda proceder en este momento, a 13 meses de la próxima elección nacional? ¡Pura bulla!

Para los que hayan llegado hasta aquí, en esta lectura, les digo que no me preocupa que el presidente opine sobre temas partidarios, políticos o electorales. Desde la legalidad existente el delibera, él se mete en la política, y en temas electorales, lo que le está vedado. Por supuesto, que me pueden decir que si la ley le impide opinar, no debe hacerlo. ¿Por qué tenerle miedo a la discusión política? ¿Por qué limitarle al presidente deliberar? ¡Qué lo haga! Estoy seguro qué, si se le permitiera, la política nacional se enriquecería en atención, en compromiso ciudadano y en la reducción del abstencionismo electoral.

Soy de la tesis de que esa restricción no debe existir. Todo lo que hace el presidente es político. Tiene todo el derecho a defenderlo. Igualmente, todas las fuerzas políticas nacionales tienen, en esa dimensión, la posibilidad de combatirlo, confrontarlo, criticarlo, debatirlo. Si el presidente opina, más derecho tienen los ciudadanos de hacerlo. Pero, además es hipócrita que se le impida al presidente actuar en la política nacional con actuación directa, defendiendo sus acciones gubernativas, defendiendo las posiciones políticas de su partido y de sus diputados.

En todas partes del mundo los presidentes y gobernantes tienen plena participación política sobre todo lo que rodea su gobierno, su ejercicio presidencial, sobre el ejercicio y la práctica política de los demás partidos.

En la vida nacional, antes de 1948, los presidentes y mandatarios eran activos dirigentes políticos. Eran grandes polemistas sobre el acontecer político en los temas nacionales que se discutían, y de manera fuerte, con las razones, con el análisis y las tesis políticas que se sustentaban.

La carencia de liderazgos políticos nacionales, la carencia de liderazgos políticos en los partidos, la ausencia de importantes líderes parlamentarios, la ausencia de debates nacionales sobre los temas más significativos del país, los ataques constantes del presidente a todos los dirigentes de los partidos que han gobernado, y a todos los partidos que han tenido la responsabilidad de conducir el país por cuatro años, en cada período presidencial desde 1949, la estigmatización que se ha hecho de algunos de esos presidentes y dirigentes políticos, ha provocado un gran vacío político nacional, donde el presidente, por su condición, por sus montadas conferencias de prensa, ha hecho que el presidente Rodrigo Chaves se muestre, por él mismo, como el hombre y el político más fuerte del país, como el único en posibilidad y capacidad de conducir el país hacia un nuevo derrotero nacional, como el lo solicita y demanda.

Si los partidos políticos, y los sectores políticos en sus diversos partidos políticos, en marcha hacia las elecciones nacionales, en los próximos 13 meses, no se ponen las pilas, si no surgen buenos y reales liderazgos partidarios y nacionales, nos van a llevar al carajo o nos va a llevar la trampa… vamos a continuar engañados y con presidente en el 2026 que puede ser peor que lo que tenemos.

Compartido con SURCOS por el autor.

Realidad ecuatoriana actual: Alternativas ofrece perspectivas de personas expertas

El día 6 de diciembre del 2024 el programa Alternativas transmitió en vivo un conversatorio con profesionales de distintas disciplinas de las Ciencias Sociales con el fin de analizar el contexto actual de Ecuador. En esta línea se compartieron diversos puntos que permiten un amplio análisis del panorama político tan complejo que se enfrenta actualmente, de esta manera a modo de introducción se señala que un aspecto relevante al intentar comprender la realidad ecuatoriana radica en considerar el contexto latinoamericano en general, el cual es dominado principalmente por un capitalismo neoliberal que genera múltiples consecuencias debido al funcionamiento que este establece.

Es decir, uno de los puntos más destacables es el hecho de que el país se enfrenta a una alta ola de violencia en medio de un sistema que persiste en conseguir sus objetivos sin importar el costo, ya sea atropellando los derechos humanos, generando ecocidios, entre otras situaciones. En este marco, se presentan discursos sumamente polarizados y enfoque social securitista que apunta con mayor frecuencia a medidas punitivistas, además, cabe destacar que en este punto se señala el hecho de que el securitismo conlleva a su vez grandes sumas de dinero invertidas únicamente en dicho sector, por lo que se comienzan a descuidar sectores como educación y salud generando recortes.

Se destaca otra problemática que ha tomado mucho protagonismo y es la economía ilegal (crimen organizado); en este punto tal y como se señala se observa una especie de paralelismo entre el Estado y dichas organizaciones. 

En esta línea, se presenta un gobierno con gran capacidad de manipular masas y poca tolerancia a la crítica, lo cual se explica que resulta altamente peligroso para la democracia. En este sentido, se señala el papel de los movimientos sociales en la nación, los cuales han implicado irse ligando poco a poco al sistema de dicho país, de esta manera un punto de encuentro entre las personas panelistas es la necesidad de ver dichos procesos como algo colectivo en lugar de individualista, asimismo se señala en un inicio la necesidad de pasar de un sistema competitivo a uno humanista cuidando el no caer en androcentrismo. De esta manera, se destaca la complejidad del panorama actual en Ecuador dadas las perspectivas cada vez más polarizadas y un gobierno que no apuesta un más a un modo competitivo, así como métodos securitistas para resolver procesos que trascienden más allá de lo que se observa.

Si desea conocer a detalle los puntos señalados en el conversatorio, presione el siguiente enlace: https://www.facebook.com/share/v/yjEmVsSYQHwrxdPa/

Además se le invita a seguir el programa Alternativas, el cual realiza constantemente ejercicios que invitan a cuestionarnos y analizar las realidades actuales.

Situación actual de la CCSS y propuestas del movimiento popular que la defiende

El 13 de diciembre próximo se transmitirá en vivo un conversatorio sobre la situación actual de la Caja Costarricense del Seguro Social incorporando las propuestas de miembros del movimiento defensor, por lo que se contará con la participación especial de Martha Elena Rodríguez, Marcela Zamora Cruz, Fabio Villalobos y Jorge Coronado Marroquín.

El evento ha sido organizado por el programa Alternativas, asimismo se empezará a transmitir a partir de las 6:00 p.m por las plataformas digitales Facebook, YouTube y Spotify, además, se retransmitirá por las emisoras Radio Actual, Radio Guanacaste, Radio Soberanía y Radio Revolución.

Los negocios israelitas

Por Marlin Oscar Ávila
12 de diciembre de 2024

Como es bien conocido, Israel y más los que se distinguen como sionistas, están involucrados en muchas instituciones nacionales e internacionales donde ejercen una gran influencia en las decisiones de poder económico y político. Desde las Naciones Unidas y sus instituciones multilaterales, hasta las que definen las políticas de defensa y los presupuestos militares de algunas naciones.

Durante el presente año, Israel y su ejército se ha venido distinguiendo por sus actos genocidas contra la población civil de Palestina, y últimamente, contra Siria.

Israel, -y su primer ministro Benjamín Netanyahu, apodado el “diablo israelí”, quien ha sido acusado de corrupción, soborno y fraude-, no niega que busca la eliminación de los semitas palestinos, asesinando toda persona sin importar edad o sexo. Para ello ha bombardeado aldeas, ciudades, hospitales, centros de refugiados, etc. En estos días ha enviado aviones a bombardear poblaciones en Siria.

En Honduras, el 5 de noviembre del 2019 el grupo israelita, KASS, en conferencia de prensa (El Heraldo 05,11 EH) expresó que van a invertir 500 millones es dólares en Honduras; desde entonces las inversiones israelitas están por todo el país y circula información que no tengo confirmada de que en empresas como Mc Donald y Starbucks se invierten recursos. Recientemente inauguraron un Starbucks en San Pedro Sula, pero seguirán extendiéndose en varias ciudades importantes de Honduras y el resto de la región centroamericana.

Lo que habría que constatar es cuán vinculados están estos negocios alimentarios con las inversiones que cita El Heraldo, y si las utilidades llegan a financiar las actividades bélicas israelíes o solamente agrandan las inversiones de los israelíes en negocios culinarios.

Me agrada tomar café, pero no si va mezclada con la sangre de niños, mujeres y ancianos, no importa si son de Palestina, Siria, u otro país lejano o vecino nuestro.

Mi metro cuadrado

Sergio Gutiérrez

¡Qué carajo! Este metro cuadrado es mío, y no me importa nada más. Hoy, 12 de diciembre de 2024, a las 21:30, me pegué con pared.

¿Por qué hoy y a esta hora? La verdad, no sé.

Si tuviera las imágenes de un pequeño dron volando a tan solo un metro de altura, vería que el día es absolutamente hermoso. Comencé mi día con una esposa perfecta, una familia perfecta, salud, en una casa perfecta, en un barrio perfecto en Santa Ana, con un sol radiante, y con un negocio que marcha bien. En este momento, perfectamente podría irme a dormir y sentir que «debería» estar satisfecho. Mañana podría ser un día igual, y muchos de nosotros seguiríamos adelante sin ningún cambio.

Pero si subimos el dron a 10 metros de altura, ahora mi visibilidad abarca 11 kilómetros a la redonda. Desde esta nueva perspectiva, no veo muchas diferencias. Aún vería a personas enfermas, algunos que han perdido seres queridos, otros que no tienen qué comer, pero en general, la mayoría de las personas podría acostarse y levantarse mañana con un día muy similar al de hoy, encontrando satisfacción en sus vidas.

Si subimos a 100 metros de altura, la perspectiva comienza a cambiar. Vemos más realidades: indigentes, pobreza, personas sin oportunidades. Aún hay belleza y prosperidad, pero es evidente que no todos tendrían la certeza de que mañana seguirán un camino claro hacia la prosperidad.

Lleguemos a 500 metros. Ahora vemos algo completamente diferente. A esa altura, podríamos ver a personas que han sufrido recientemente en lugares como el Pacífico Central, pero que hoy pueden estar disfrutando de la vida. También podríamos ver grandes desarrollos urbanos en zonas como Barrio Escalante, Rohrmoser o el Valle Occidental, impulsados por quienes tienen la suerte de estar en el lugar correcto y disponer de los recursos necesarios. Sin embargo, en otro lado, vemos a familias en Sarapiquí, durmiendo en refugios y hasta en los techos de sus casas tras devastadoras inundaciones. Es esta la altura en la que las imágenes que hoy no me dejan dormir se vuelven abrumadoras.

Si subimos aún más, a 3,000 metros, la visión de Costa Rica cambia por completo. Desde aquí, vemos un país dividido en dos: uno lleno de gente educada y próspera, con un futuro prometedor, y otro que lamentablemente vive una realidad completamente diferente. Sí, los ticos somos privilegiados en comparación con nuestros vecinos, pero… ¿hacia dónde vamos? ¿Qué camino estamos tomando? ¿Tenemos un camino claro hacia la prosperidad? ¿Estamos dejando hombres/mujeres atrás?

Ahora bien, si la Tierra fuera plana, ¡algunos todavía lo creen!, según una visión simplificada de las leyes de la física, bastaría con estar a 100 km de altura para ver toda la superficie de la Tierra. Y al hacerlo, veríamos una realidad de riqueza obscena, pobreza extrema, guerras, paz, diferentes religiones, injusticias extremas, y mucho más. Me pregunto, ¡qué difícil debe ser para Dios tener esa visión!

Elegir la altura es un arte: encontrar el balance entre la sensibilidad hacia los demás y no volverse loco en el intento.

Hoy yo elijo quedarme a 500 metros de altura, perturbado por las imágenes de mis hermanos de Sarapiquí, sufriendo lo que para mí, en mi pequeño metro cuadrado, es inimaginable. Tal vez mañana suba a 3,000 metros para tratar de entender mejor la realidad de Costa Rica, pero lo que definitivamente no haré es quedarme aquí, encerrado en mi metro cuadrado. Simplemente no puedo. ¿Y usted, qué altura elige?

El mundo tal como es (III-final)

Gilberto Lopes

San José, 5 de diciembre del 2024

Componer el mundo por la fuerza

La Guerra Fría nos dejó lecciones útiles para la interpretación de los conflictos internacionales. El de entonces y el de ahora tienen una característica común: tratan, ambos, del fin de una época, marcada por una confrontación de las grandes potencias.

El final de la Guerra Fría estuvo marcado por la reafirmación de la potencia dominante, los Estados Unidos, que había salido fortalecido de la II Guerra Mundial. Fue la reafirmación del mundo capitalista cuyos recursos superaban en mucho las capacidades del mundo soviético cuyas debilidades económicas decidieron su derrota.

Es una historia que está contada de forma convincente en un libro al que ya he hecho referencia otras veces: The triumph of broken promises, de Fritz Bartel. Fue el último gran triunfo del capitalismo y de su potencia más desarrollada: los Estados Unidos. Con su triunfo en la Guerra Fría se transformó en la única gran potencia mundial.

El texto de Bartel nos sugiere una clave de este proceso: la política de la FED, de aumentar las tasas de interés hasta niveles inimaginables entonces, permitió inundar Estados Unidos de recursos. Fue un factor decisivo para derrotar un mundo soviético no solo cada vez más endeudado, sino expuesto a la debilidad de un orden económico sustentado en la energía barata que les suministraba la Unión Soviética. Pero ese éxito fue también la clave del descenso, expresado hoy en una deuda imparable, que consume cada vez más recursos de una potencia en declive: 3.000 millones de dólares diarios en intereses.

Entre el final de la Guerra Fría y el escenario internacional actual lo que ha ocurrido es que la potencia ganadora había llegado a la cúspide de su poder. Desde ahí, y desde entonces, ha venido bajando por el otro lado de la ladera.

Fueron las condiciones internas de cada país la clave para el desenlace de la Guerra Fría. Y no se corre gran riesgo en afirmar que lo serán también en el desenlace de la confrontación actual (a menos que lleguemos a una inimaginable guerra nuclear).

Como dijo Rush Doshi, director de la Iniciativa sobre Estrategia China en el Council on Foreign Relations y subdirector para los asuntos de China y Taiwán en el Consejo de Seguridad Nacional durante la administración Biden, algunas de las cuestiones más urgentes para la definición de la política hacia China son de orden doméstico, base de la fortaleza norteamericana. “Pero los fundamentos de esa fortaleza se han atrofiado, especialmente desde el fin de la Guerra Fría”, agregó, en un artículo publicado en la revista Foreign Affairs, el 29 de noviembre.

Naturalmente, la Unión Soviética no era una gran potencia capitalista, ni tenía condiciones de enfrentar con éxito a los Estados Unidos. Su capacidad militar fue fundamental para la derrota alemana en la II Guerra Mundial y esto ayudó a enturbiar la naturaleza del conflicto entre las grandes potencias durante la Guerra Fría, a hacer pensar que eran dos potencias con capacidades parecidas. El resultado mostró que no lo eran.

Pero el énfasis en la capacidad militar nubla también la visión de quienes sugieren que Washington puede replicar lo ocurrido entonces para enfrentar los desafíos actuales. No ven el escenario interno, ni la importancia de la capacidad económica en el desenlace de la Guerra Fría. Piensan que con la amenaza militar (peace through strength) pueden repetir la hazaña que atribuyen a las agresivas políticas del entonces presidente Ronald Reagan. Una ilusión que recorre también el patético balance de Josep Borrell, de sus cinco años a cargo de la política exterior y de seguridad de la Unión Europea, para quien le queda todavía mucho trabajo por hacer “para hablar eficazmente el lenguaje del poder”.

“Si Europa no logra unirse en este momento de cambios tormentosos, no tendrá una segunda oportunidad”, dice el líder de los verdes alemanes y exministro de relaciones exteriores (1998-2005), Joschka Fisher. Su única opción, agregó, es “transformarse en un poder militar capaz de proteger sus intereses y garantizar la paz y el orden en el escenario mundial. La alternativa es la fragmentación, la impotencia y la irrelevancia”.

El peligro es, naturalmente, que lo intenten. Toda apuesta a un triunfo militar en el escenario actual peca de ingenuidad o mala fe, pues todos sabemos que una guerra, con las capacidades nucleares modernas, significará una derrota para todos.

Hoy el escenario de la confrontación es distinto al de la Guerra Fría en un aspecto fundamental. Se trata de la decadencia de la que ha sido la cabeza del orden capitalista mundial y el resurgimiento de antiguas potencias, una historia que tiene en el académico y diplomático singapurense, Kishore Mahbubani, uno de sus principales estudiosos, entre otros, en su libro “El nuevo hemisferio asiático”.

Entre las potencias que resurgen, evidentemente la más importante es China. Pero cuando una potencia como Estados Unidos ha extendido su influencia por todo el mundo de una forma no conocida anteriormente, con su economía capitalista (de creciente concentración de la propiedad privada) y con la ideología liberal que la ha sustentado (fundamento de prácticamente todas las dictaduras, especialmente en América Latina), su decadencia no puede ocurrir sin confrontaciones diversas, en los más variados escenarios en los que ha estado presente.

En particular, en Asia, sede de la potencia que surge, y en Europa, la retaguardia de la verdadera guerra –entre EEUU-China–, donde los intereses de Washington están intermediados por sus aliados en una confrontación con Rusia.

En todo caso el más poderoso, Alemania, ya no está en condiciones de amenazar a ninguna otra potencia, como ha hecho en dos guerras mundiales. Con costo le ha alcanzado por exprimir los recursos de una Europa que ve su influencia en el mundo cada vez más reducida.

Doshi resume los diferentes escenarios de las tensiones en Asia, donde la fortaleza de Estados Unidos deriva de una amplia red de alianzas. Para detener la agresión en el estrecho de Taiwán, o en el mar del Sur de China, Trump deberá sostener las que ya ha construido Biden: Aukus, orientada a proveer a Australia de submarinos de capacidades nucleares; Quad, conformada por Estados Unidos, Australia, India y Japón; y otras iniciativas, de la que participan, entre otros, Corea del Sur, Filipinas y Papúa Nueva Guinea.

Distintos son los escenarios en África y América Latina. En África, la dominación fue colonial, ejercida de manera brutal por las potencias europeas. En América Latina, la dominación norteamericana fue prácticamente total, vinculada a las clases dominantes de los países de la región. De modo que las luchas políticas en esos dos continentes, en esta fase de transición, están condicionadas por las características de la dominación a que han estado sometidas.

Arreglar la casa

La idea se repite de forma reiterada en los análisis de los más variados analistas norteamericanos. Ya citamos a Doshi, cuando afirma que son el arreglo de cuestiones domésticas lo más urgente para la definición de la política hacia China.

También lo trata Robert C. O’Brien, exasesor de Seguridad Nacional (2019-2021), en el primer gobierno de Trump, en un artículo sobre su política exterior, sobre la de “paz basada en la fortaleza”.

En los años 90’s del siglo pasado (o sea, al terminar la Guerra Fría), el mundo parecía alistarse para el segundo siglo norteamericano. Pero las cosas no se han desarrollado así. Las expectativas surgidas entonces contrastan con la realidad de hoy, dice O’Brian: “China se transformó en un formidable adversario militar y económico”. Con Estados Unidos atrapado en “un pantano de debilidades y fracasos”, O’Brian apuesta por una restauración de las capacidades norteamericanas, que le permita seguir siendo “el mejor lugar del mundo para invertir, innovar y hacer negocios”.

Nos recuerda que Trump inició una política de desacoplamiento de la economía norteamericana de la china, elevando los aranceles sobre aproximadamente la mitad de las exportaciones chinas a Estados Unidos. Ahora –afirma– “es el momento de presionar aún más, con un arancel del 60% sobre los productos chinos”.

Por otro lado, propone renovar el arsenal norteamericano. Se lamenta de que la marina tiene hoy menos de 300 barcos, comparados con los 592 que tenía durante la administración Reagan; que el proyecto de desarrollar misiles hipersónicos fue desfinanciado durante la administración Obama.

Pero estos cambios fundamentales deben tomar en cuenta los niveles de la deuda, y la necesidad de reducir el déficit fiscal. “¿Puede Estados Unidos resurgir con una nación dividida, donde las encuestas indican que una amplia mayoría de ciudadanos cree que el país va por el camino equivocado?”, se pregunta.

No hay una respuesta para esta pregunta. Hay muchas. Para el diario francés Le Monde, el camino que Trump deberá recorrer en este segunda mandato es radicalmente distinto al que el país ha recorrido desde el fin de la II Guerra Mundial. “Es el fin de la era norteamericana, la de una superpotencia comprometida con el mundo, ansiosa de mostrase a sí misma como un modelo democrático”.

A Le Monde le preocupa, como es natural, el destino de Europa en ese nuevo mundo. Presiente en fin de la era norteamericana, de una superpotencia comprometida con el mundo. Es una forma de ver las cosas. Pero no es la única. Quizás no es solo Estados Unidos el que ha cambiado sino, principalmente, el mundo. Un cambio que obliga también a Washington cambiar. Lo obliga a buscar nuevas formas de adaptarse.

Las propuestas hechas por Trump son, de cierta forma, un intento original, como explica Branko Milanovic en su artículo “The ideology of Donald J. Trump”. Para Trump –dice Milanovic– Estados Unidos es una nación rica y poderosa, pero no una “nación indispensable”, como le gustaba decir a la exSecretaria de Estado, Madelaine Albright. Es una visión distinta, pero sus propuestas no despiertan certezas, sino renovadas inquietudes.

FIN

¿Seguiremos con posibilidades electorales confusas?

Vladimir de la Cruz

Los partidos políticos que llamamos tradicionales en Costa Rica, que son a la vez los históricos, Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana, los que han dominado el escenario nacional, ganando las campañas electorales presidenciales, y dominando la mayoría parlamentaria de diputados hasta el 2014, cuando emergió otro partido con carácter gobernante, Acción Ciudadana, al haber abandonado sus banderas sociales y sus banderas alrededor de la construcción de un Estado benefactor, asistencialista, protector y desarrollador de las clases medias urbanas y rurales, entre otros aspectos y haberse plegado a las políticas neoliberales, lenta y rápidamente, desde la década de los 80s y 90s, sin estar estos partidos con voz opositora política, ni controladora política, son los que han contribuido, en medio de las crisis internacionales de este período, a no perfilar el futuro del país, a no darle rumbo certero y a crear los sustentos fundamentales que han dado origen a las tendencias populistas que están emergiendo desde el 2014 en Costa Rica.

Todavía no se ha hecho un buen balance político de los ocho años del gobierno del Partido Acción Ciudadana, PAC, especialmente del segundo de sus gobiernos, el de Carlos Alvarado, que fue el que precipitó el ascenso del actual presidente y de crearle la base legislativa e institucional de sus políticas, y de quedarse Acción Ciudadana sin representación parlamentaria, después de haber gobernado y dirigido el país en dos gobiernos seguidos.

Recientemente, los dirigentes del Partido Acción Ciudadana, Elizabeth Fonseca y Eduardo Trejos, como editores, han publicado un libro, “Partido Acción Ciudadana: 20 años de Historia”, que recoge una historia política de este partido, en 21 puntos de vista de sus principales dirigentes y activistas públicos del PAC. Es un gran esfuerzo, bien escrito, cuidadoso, bien concebido en la temática que aborda para ver la trayectoria del partido y de sus gobiernos, sin que se haga una revisión crítica a fondo de su organización partidaria ni de los factores que impidieron su desarrollo para mantenerse como la tercera opción política alternativa al PLN y al PUSC, y haber ellos tres marcado los derroteros futuros del país, que parecen estar hoy en manos de fuerzas populistas de nuevo tipo, encabezadas por el presidente Chaves, aunque él carezca de partido político propio, aunque no tenga organización política territorial, ni sea por ahora el principal líder político nacional, salvo que lo que hace como Presidente en ejercicio, lo coloca en ese nivel principal no por su liderazgo conductor político y visionario del país, sino por su arrogancia, desplantes, enfrentamientos destructivos hacia los poderes e instituciones públicas, ocurrencias deslegitimadoras y por sus fracasos gubernativos en la gestación de las leyes que le son propias.

El libro de la Historia del PAC termina con un apartado sobre el III Congreso Ciudadano que convocaron el 30 de julio del 2023, que llevó el nombre de una querida amiga mía y familiar, de muchos años, desde las luchas estudiantiles en la década de 1970, Olga Marta Sánchez Oviedo. Sería interesante que el esfuerzo de este Congreso se concretara en la publicación de sus actas, ponencias y discusiones si existen recogidas, para mejor valorar al PAC y sus eventuales posibilidades próximas, frente a la crisis que tienen Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana, que hoy carecen justamente de esta elaboración de pensamiento político, tan necesario para motivar más pensamiento político, más conocimiento del pensamiento y planteamientos políticos de los partidos existentes, de cara a las elecciones próximas.

Sin estas elaboraciones partidarias, y otras que pudieran gestar otros partidos, al menos los que tienen representación parlamentaria, que seguramente todos ellos irán tras las elecciones del 2026, el electorado costarricense, los ciudadanos, el pueblo electoral está ayuno de visiones políticas sobre el futuro del país, y estará más a las puertas de caer en las visiones esperanzadoras, de humo, que puedan llamar la atención de los votantes, con nuevos candidatos populistas peores que el actual gobernante, algunos de ellos haciéndose abanderados del continuismo presidencial actual y otros quizá, enfrentando al actual gobernante y su errado gobierno, levanten banderas más peligrosas y explosivas para el proceso democrático nacional y el futuro de la democracia costarricense.

Estos nuevos populistas ya están sonando cornetas y clarines, siguen siendo los llamados outsiders, los que están o vienen de afuera de las fuerzas políticas conocidas y tradicionales, que no trabajan bajo consensos políticos, ni con compromisos porque se montan en sus mensajes personales exacerbando las bajas pasiones, las frustraciones ciudadanas y populares, impulsando tensiones, como las que realiza cotidianamente el presidente Chaves, convocando a los ciudadanos para que le den el poder, de forma autoritaria, que dice le niegan para poder resolver los problemas de las gentes, del pueblo.

Todavía el animal de Zapote, el Jaguar, no ha dicho que quiere fundar una nueva República, la Tercera. No plantea la refundación de la Nación costarricense. Tal vez masculla, hablando entre dientes, gruñendo, mascando mal, rezongando, que la única Nación en posibilidad de “refundarla” es un periódico homónimo, lo que se verá en los siguientes meses electorales, de su éxito en ese sentido después de doblegar algunos brazos de sus accionistas e intereses publicitarios. En corrillos se dice que está feliz por los cambios en ese periódico.

Los nuevos candidatos populistas que se avecinan probablemente se montarán en este discurso, de nuevo gobierno, nueva república, nueva Costa Rica, con lo cual estarán enfrentando al inquilino de Zapote, salvo que el Jaguar logre llevar su jaguarcito político bien envuelto para continuar la destrucción y desmantelamiento del Estado Social de Derecho y del Estado de Derecho costarricense, como la está realizando.

La campaña electoral próxima tiene, por ahora, como escenario enfrentar al Jaguar, sus jaguarcitos, sus tendencias populistas extremas, su autoritarismo y sus pretensiones militaristas de la sociedad costarricense.

A la vista, los partidos Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana no están figurando como las principales fuerzas electorales hacia las elecciones del 2026. Participarán en las elecciones luchando por mantener en primer lugar el número de diputados que ya tienen, y, en segundo lugar, tratar de aumentar sus diputados. Por ahora no le veo más perspectivas que éstas. Esos diputados dependerán de lo que lleven en propuestas de candidatos.

Lamentablemente estos partidos han caído en las redes de las 84 tribus cantonales que los han invadido sin liderazgos nacionales, algunas de esas tribus actuando como verdaderas mafias políticas, de manera oportunista buscando y medrando poder en las estructuras partidarias, anulando y devaluando las dirigencias nacionales e históricas de esos partidos, enredándose en sus propios mecates.

Es triste el panorama que se nos avecina. En ausencia de fuerzas políticas en capacidad de actuar unitariamente, de alianzas reales y efectivas, con una plataforma común, con la certeza de que quienes la suscriban se atenderán a ella, sin rechazar los orígenes partidarios o ideológicos de quienes puedan compactarse, las posibilidades electorales, para la mayoría nacional, es confuso. En esta confusión caótica el discurso populista continuador del gobierno o neopopulista, alterno y confrontativo al gobierno, serán los ejes de la campaña.

No estamos atravesando una época tranquila ni sencilla. Es compleja. A nivel internacional, para América Latina, la llegada de Trump a la presidencia de los Estados Unidos y del senador Marco Rubio, como su jefe de política exterior, va a ser de tiempos difíciles. Los populistas, tipo Rodrigo Chaves, y sus congéneres, empatarán más con las directrices del Departamento de Estado. Ya Chaves se ha alineado dócilmente, alejándose de la Soberanía nacional, con relación a lo que Washington dicta respecto a las relaciones económicas con China. Políticamente no está muy alejado tampoco.

Estados Unidos, en sus estertores de potencia en declive, puede arrastrarnos a una guerra mundial de carácter nuclear de baja intensidad, con sus guerras regionales en Ucrania y en el encendido Medio Oriente, con eje en la situación de palanca que tiene Israel en la proyección de sus conflictos con Hamas y la aniquilación e intento de desaparición de Palestina, y sus ataques en Siria e Irán. El Mar de la China, Mar de Japón, Taiwán, Coreas, son escenarios que atender en este panorama.

El populismo y el neopopulismo en la Comunidad Europea y el péndulo populista en América Latina son igualmente preocupantes. En Centroamérica el eje Bukele-Chaves se articula hacia un nuevo proyecto de centroamericanización autoritarista. El triángulo norte, Guatemala, el Salvador y Honduras sigue funcionando en sus aspectos migratorios y económico comerciales.

En la visión de Bukele hay una nueva visión morazánica como él la ve. Chaves, falderillo de Bukele, no tiene idea de lo que es esto. No casualmente se han desarrollado partidos, en procesos de inscripción electoral en el país, que tienen vínculos con Bukele o el bukelismo. No sería nada raro que el mismo Chaves se aproveche de una estas opciones para sus aspiraciones electorales en el 2026. No hay que negar ni ocultar, ni engañarse, de que el presidente Chaves está en campaña electoral permanente, para quienes él llegue a apoyar o para impulsar su propia candidatura y las de los diputados que él quiere llevar a la Asamblea Legislativa de manera mayoritaria.

Igual que en la época de Morazán las contradicciones internas en cada país centroamericano impiden la realización de un proyecto regional. Bukele, sin embargo, cultiva esa posibilidad viéndose él como el líder regional.

Los organismos regionales como el Parlamento Centroamericano y la Corte Centroamericana no funcionan, ni tienen carácter vinculante importante. Solo gastos a sus países les generan. El Sistema de Integración Centroamericano, SICA, y el Banco Centroamericano de Integración Económica, sí funcionan en el campo de apoyos económicos para todos los países miembros. El gobierno de Chaves ha sacado provecho de esa pertenencia.

Honduras con debilidad política y Guatemala con graves contradicciones que pueden tumbar, si se agudizan, al gobierno de Bernardo Arévalo. La no aceptación del candidato de Nicaragua a la dirección del SICA es una contradicción importante, de todos los demás países centroamericanos, con el gobierno de la dinastía dictatorial que se ha establecido en Nicaragua, dando margen para que trascurra el breve período que falta sin ese nombramiento para que en su lugar lo asuma Costa Rica, como corresponde en el trámite protocolario que existe.

Nicaragua y Venezuela se mueven en la afirmación de dictaduras no deseadas en el continente, sin que se pueda actuar, por ahora, diplomáticamente con ellas. Lo de Venezuela sigue pendiente hasta el 10 de enero, cuando Maduro tenga que asumir su ilegítima presidencia.

Brasil con Luiz Inácio Lula, Colombia con Gustavo Petro y México con la presidente Claudia Sheinbaum se perfilan como el eje más democrático y progresista del continente. Uruguay con su reciente electo presidente, Yamandú Orsi, se sumará a este trío. En Bolivia hay una situación confusa. El presidente de Paraguay Santiago Peña, de paso el más joven presidente del continente y el presidente de Panamá José Raül Mulino, calzan entre los neoliberales y populistas del continente.

Así se visualiza el término del 2024 y el inicio del 2025. Pero, no pierdo la esperanza.

La voz presente de don Rodrigo Carazo Odio

Freddy Pacheco León

Vivimos momentos álgidos alrededor de la institucionalidad de Costa Rica, de tan profundas raíces históricas. Al revisar acciones reiteradas del cogobierno Chaves-Cisneros, vemos que intencionalmente, con perversas intenciones, han arriado los símbolos patrios, y, con ellos, caros valores característicos del ser costarricense. Ante ello, y cuando todavía estamos a tiempo de rescatar la nación que ellos desprecian, sentimos la necesidad de nutrirnos del pensamiento y la acción, de grandes compatriotas.

Por ello, rescatamos un mensaje brotado de su corazón, de gran sentido, que el expresidente don Rodrigo Carazo, enviara por correo-e, dos años antes de fallecer, dirigido a los cientos de miles de compatriotas, que se habían “atrevido” a enfrentar la ola neoliberal que, desde entonces, permeaba la dirigencia política nacional, y que, se expresaba como parte de un TLC negociado a espaldas del pueblo.

Hoy, aunque la emergencia tiene matices diferentes, demanda de voces como la del querido gran patriota, que desde cualquier posición en que se encontrara, siempre fue ejemplo de entereza. Su amor por Costa Rica, siempre estuvo por encima de cualquier calculillo partidista, y por ello, se ganó, aunque todavía a algunos les duela, el cariño y agradecimiento de su pueblo. No está con nosotros, pero sí su mensaje oportuno, que, esperamos, sea una invitación a reflexionar, acerca del presente y el mañana de Costa Rica.

Nos dice don Rodrigo, lo siguiente:

“Queridas mujeres y hombres dignos de la Costa Rica de siempre.

Amigas y amigos que saben respetar los valores cívicos que engalanan a esta Patria madre de todos aquellos que realmente la honran.

¡Ustedes han escrito historia!

Ya sabemos bien quiénes la aman y respetan y cuáles son los que realmente desean aprovechar en su exclusivo beneficio lo que es Costa Rica.

¡Cómo han llorado nuestros cielos después del 7 de octubre, el dolor de esta tierra desgarrada por el trago amargo producido por el miedo y la avaricia! Llorado tanto o más, que como nos duelen a todos, los males causados por un clima inclemente que golpeó a nuestros suelos.

Pero bien lo sabemos: Costa Rica es eterna y jamás será doblegada. Esclavos, de nadie.

Nadie en particular ganó el referendo. El triunfo ha sido del pueblo de Costa Rica, puesto que, en esta consulta popular, vimos claramente que estamos a punto de perder la Patria.

El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), es un poder en Costa Rica, por lo tanto, tiene deberes y responsabilidades que afrontar; hay reglas claras y precisas que no puede ignorar. El TSE ha confundido su misión: no fue creado sólo para contar votos. Su misión es enmarcar las elecciones populares dentro de la legalidad y la paz, debe ser objetivo y neutral y no permitir el más mínimo desacato a la Constitución y las leyes.

Mi posición como Expresidente me permite no pertenecer a ningún partido político, sino más bien, apoyar libremente todo lo bueno que cualquiera de ellos pueda aportar para el bien de los costarricenses y el progreso del país. Con esa libertad, es que hoy vengo a recordar que es la segunda vez – y en un lapso muy corto, 20 meses apenas – que el TSE ha sido indolente y descuidado, haciendo a un lado las leyes y las normas que deben regir un proceso electoral.

Conocedor del tristemente conocido “memorando del miedo”, el TSE permitió que se violara la tregua electoral, dejando que un embajador extranjero se metiera en el proceso y permitiendo que altas autoridades del gobierno, usaran todos los medios de comunicación (radio, periódicos y televisión) para asustar y propalar las amenazas que un gobierno extranjero le hacía a Costa Rica.

De esto que les digo, somos testigos todos en Costa Rica, por las declaraciones dadas por el propio Embajador desde el TSE, felicitándose por haber sido él mismo, el que había traído el comunicado de la secretaria de Comercio Exterior de su país, oficiosamente, ya que no fue un comunicado oficial de gobierno a gobierno. Esto es inadmisible y no podemos dejarlo pasar sin una firme protesta, no contra el país extranjero, sino contra un Embajador inescrupuloso.

La gesta valiente de los costarricenses que se expresaron de una manera contundente contra el TLC “vende patria”, a pesar de los enormes obstáculos que se les pusieron enfrente – El Poder del Dinero, el Poder del Gobierno y el Poder de la Prensa – debe ser recordada en nuestra historia. A pesar de todo eso sacamos el 48% – lo que indica que el resultado de ese referendo está parejo; que las autoridades del Gobierno y de la Asamblea Legislativa, deben medir muy bien esta circunstancia, especialmente porque en este referendo, no se votó por un candidato ni por un partido, lo que se “votó” fue la suerte de Costa Rica y de su pueblo y con eso no se puede jugar tan fácilmente.

Un candidato puede ganar por un voto de diferencia, pero la suerte de un pueblo entero no es posible definirla por un tan escaso margen, como el que se dio a pesar de la inequidad de la lucha, de la presión ejercida y de la debilidad del TSE. Y menciono de nuevo el dinero, porque bien sabemos que a Costa Rica no la puede comprar nadie. El dinero compra a los corruptos y a los necesitados. La gente con miedo desnaturaliza la razón de ser de la democracia.

Aprendimos que el interés de un pequeño grupo, logra la ausencia de una agenda social que podría ser instrumento histórico para enfrentar los efectos nocivos de este TLC. Debemos estar alerta y trabajar muy duro para mantenernos independientes.

Lo más importante: vimos a un pueblo valiente, decidido, poderoso, enfrentarse con un civismo digno de lo mejor de nuestra historia al Poder del Dinero, de la avaricia y de la sumisión al dominio político de las transnacionales, al que vimos hacer gala de posesión por medio de la corrupción que transforma la amistad y el respeto entre los pueblos en obediencia y servilismo.

Los grupos cívicos, los sindicatos, las organizaciones agrícolas y tantas gentes organizadas, dieron un ejemplo histórico.

Los comités patrióticos nos hicieron y hacen ver que la vitalidad de este pueblo es inagotable. ¡Benditos sean!

Aprendimos una lección que debe seguir dando frutos, en beneficio del bienestar popular y la democracia. Aprendimos que la Patria vale más que los partidos y los grupos. Aprendimos que el Poder del Pueblo nos hará recuperar los valores nacionales y que nada se agota mientras haya civismo. Aprendimos que podemos recordar los triunfos de nuestra historia y nos convencimos de que juntos seremos capaces de que todos los ciudadanos, recuperen la vergüenza como arma cívica y que de nuevo, por amor a las generaciones futuras, levantemos lo mejor de los valores nacionales como estandarte.

Sí, reafirmemos una realidad: la de que sabemos respetar y seguir la hora de Juanito Mora.

¡Viva Costa Rica independiente!

Rodrigo Carazo Odio

30 de octubre del 2007