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Occidente vs Oriente: la pugna entre el orden Terrenal y el Celestial

“Hay civilizaciones que, en su afán de grandeza, terminan negando su propia sabiduría”.

Mauricio Ramírez Núñez
Académico

En el devenir de la historia, las civilizaciones han forjado su identidad a través de sus distintas interpretaciones del cosmos y su relación con la Tierra. En el contexto actual, se destaca una dicotomía fundamental entre la visión occidental modernista, que se alejó del cielo para conquistar la tierra, y la perspectiva tradicional Oriental, que ha buscado replicar la armonía celestial en su realidad terrenal.

La narrativa occidental, marcada por el ansia de conquista, poder y dominio, se apartó del cielo como si este fuese un mero espectador ajeno y sin importancia en el escenario de la existencia humana. La controversial frase sobre la muerte de Dios que expresó Nietzsche a finales del siglo XIX fue una metáfora para tratar de explicar los cambios más significativos en la cosmovisión y valores de la sociedad occidental. Para este filósofo, la muerte de Dios representaba la crisis de las antiguas creencias religiosas, morales y metafísicas que habían sido fundamentales en la estructura y conformación de la civilización occidental.

Nietzsche sostuvo que la creencia en un ser supremo y en principios morales absolutos perdían su influencia en la vida de las personas de manera rápida. La secularización y el avance de la ciencia habían socavado las bases de la religión y toda metafísica conocida hasta el momento, dejando un vacío moral, filosófico y antropológico, el cual fue el principal caldo de cultivo del nihilismo, o lo que es igual, la pérdida de valor de todos los valores y pilares base de Occidente.

El Renacimiento, si bien fue un renacer cultural y artístico, también estuvo marcado por la destrucción de la cosmovisión tradicional. La ciencia se erigió como un bastión, desafiando las creencias arraigadas y generando un distanciamiento significativo de la espiritualidad. El mito del progreso, alimentado por la Europa renacentista y sus ideólogos, justificó las acciones expansionistas y colonizadoras de ésta sobre el resto del planeta. La visión de una civilización avanzada, destinada a liderar el mundo hacia una era de prosperidad, permitió la explotación de otras culturas en pos de este supuesto destino inexorable. En el caso de la filosofía oriental, el progreso ha sido abordado no como una conquista del hombre sobre la naturaleza, sino como una construcción armoniosa y colaborativa, con ritmo propio que tiene sus altos y bajos. Esto marca otra diferencia fundamental entre la visión lineal occidental y una basada en ciclos, propia de todas las filosofías tradicionales.

Comparando estos cambios con filosofías tradicionales orientales arraigadas en la armonía celestial, se revela un contraste fundamental. Mientras Occidente se sumía en un materialismo e individualismo absoluto, y desafiaba sus propias raíces metafísicas, en Oriente países como China han mantenido de alguna manera una conexión intrínseca entre el Cielo y la Tierra. El Renacimiento europeo consolidó la visión occidental enfocada en el hombre y su capacidad de conquistar y comprender el mundo, la perspectiva Oriental resuena con una comprensión más holística del ser humano y el cosmos. En el trasfondo de las divergentes perspectivas entre Occidente y Oriente, el Renacimiento emergió como un hito trascendental que marcó un quiebre con la tradición metafísica occidental. Este periodo cúspide, con la consolidación del humanismo, llevó a la reducción de todo a proporciones humanas, sumergiéndose en un materialismo absoluto, como afirmó en su momento el pensador francés René Guenón.

Esta desconexión con la propia tradición filosófica y espiritual por parte de Occidente ha profundizado prácticas en la política internacional relacionadas con el hegemonismo, la competencia desmedida, el unilateralismo, la imposición de ideologías y grandes esfuerzos por borrar la memoria histórica y cultural de los pueblos que se encuentran bajo su influencia, justificando aquella barbarie en nombre del progreso y el tan anhelado desarrollo. La política de bloques, las sanciones económicas y el revanchismo son testigos de esta desconexión con el orden celestial-espiritual, negando la posibilidad a la búsqueda de un bienestar común más allá del material e individual.

En contraste, la filosofía china, por ejemplo, arraigada en su propia tradición milenaria, ha trazado un camino que busca replicar la armonía del Cielo en la Tierra. Desde esta perspectiva, todo en la Tierra se rige por el orden celestial, estableciendo una conexión innegable entre el macrocosmos y el microcosmos, cuya racionalidad no niega la existencia de un plano superior del cual emana el orden universal que debe tratar de replicarse en la Tierra. El concepto tradicional de Tianxia es el mejor ejemplo de ello, con cerca de cuatro mil años de existencia, esta mirada implica una comprensión integral de literalmente «todo bajo el cielo», donde la cooperación, las ganancias compartidas y el multilateralismo son los pilares fundamentales para mantener el orden y la estabilidad del sistema internacional.

La tradición oriental aboga por respetar la diversidad cultural, reconociendo el valor intrínseco de cada proceso histórico y la identidad de cada pueblo. Contrario a imponer su voluntad por la fuerza, en el caso de la filosofía china, se propone trabajar en armonía para alcanzar beneficios compartidos. En este enfoque, la ley y el diálogo se erigen como herramientas fundamentales para resolver diferencias, dando paso a una construcción conjunta de la armonía de ese «todo bajo el cielo».

La dicotomía entre las perspectivas de Occidente y Oriente refleja no solo diferentes modos de entender la relación entre el Cielo y la Tierra en su comprensión del mundo y la política internacional, sino también distintas filosofías de vida. Mientras una se sumerge en el materialismo acérrimo, la competencia sin fin y el afán de poder, la otra abraza la cooperación y la construcción de un orden armonioso en el marco del respeto mutuo. Esta visión oriental subraya la importancia de la cooperación y el multilateralismo, ya que la búsqueda de armonía implica reconocer y respetar la interdependencia de todas las cosas. En contraste con la mentalidad occidental, que a menudo ha priorizado el individualismo y la competencia, la filosofía china aboga por trabajar en conjunto para el beneficio mutuo, reconociendo que la prosperidad de una parte está inextricablemente ligada a la prosperidad del todo y, además, es parte de la armonía celestial.

Una civilización que no reconoce ningún principio rector superior o demiurgo más que el de su propia razón, y que se fundamenta en la negación de los principios tradicionales comunes a toda cultura humana, se encuentra inherentemente limitada en su capacidad para establecer entendimientos significativos con otras culturas. Al negar la existencia de principios compartidos o superiores, esta civilización se adentra en un aislamiento conceptual que dificulta la comunicación efectiva y la comprensión mutua. La ausencia de un terreno común de valores o referencias deja a esta civilización sin los fundamentos necesarios para construir puentes de entendimiento, ya que su estructura misma se erige sobre la negación de principios que podrían servir como puntos de convergencia cultural.

Esta diferencia trasciende ampliamente la antigua dicotomía de la Guerra Fría entre izquierda y derecha, ya que el retorno a la tradición para reflexionar sobre la política actual y respetar el camino singular de cada pueblo rompe con el esquema modernista que ha prevalecido en ambas narrativas. En lugar de enmarcar las discrepancias políticas dentro de una lucha ideológica binaria, esta perspectiva pone de relieve la importancia de reconocer las diversidades culturales y las trayectorias histórico-espirituales únicas de cada sociedad. Al retornar a la tradición, se abraza un enfoque más holístico que valora la riqueza de las experiencias pasadas y reconoce que el futuro político de una nación no puede ni debe ser uniforme o impuesto desde fuera. Este rechazo a dichas visiones modernistas establece las bases para un diálogo intercultural más enriquecedor y una comprensión más profunda entre las civilizaciones.

En el caso de la política exterior de China, ésta se encuentra arraigada en una comprensión profunda de la interconexión entre el planeta, la humanidad y la naturaleza, destaca por su visión amplia y sostenible del futuro. En contraposición al individualismo egoísta que prevalece en algunas narrativas occidentales, la perspectiva china abraza la idea de un futuro compartido de la humanidad en el que todos participen y se beneficien. Con una conciencia clara de la delicada relación entre la humanidad y su entorno, la política china aboga por una cooperación que trascienda fronteras y promueva un desarrollo en armonía con la naturaleza. Este enfoque refleja una comprensión madura de la responsabilidad colectiva hacia el planeta y resalta los peligros inherentes al simple deseo de ganar a expensas de la misma naturaleza que sustenta la vida de todos.

Al considerar estas perspectivas, se revela una dicotomía filosófica, espiritual y geopolítica necesaria para reflexionar sobre la historia y las interacciones globales de nuestros días. La ideología moderna del progreso, donde «triunfan los más aptos» en detrimento de la naturaleza y gran parte de la humanidad, así como la historia de la conquista y colonización occidental, contrasta con la idea oriental de construir una armonía que abrace a toda la comunidad humana, sin distinción de ningún tipo. En un mundo cada vez más interconectado, la meditación sobre estas filosofías opuestas ofrece una oportunidad para explorar caminos hacia una coexistencia más equitativa y respetuosa entre los diversos actores y civilizaciones que en su conjunto dan forma a la comunidad internacional.

El sindicato: promotor de los derechos humanos

Walter Antillón

            Sumario

  1. La contradicción (1)
  2. La empresa (3)
  3. La lucha
  4. Conclusiones

I. La contradicción:

I. Pienso que la relación institucionalizada entre capital invertido y trabajo asalariado es el fenómeno básico del Capitalismo Industrial:

a) Una relación nacida entre sujetos que son libres e iguales según la ley civil (Revolución Francesa y Código Civil);

b) aunque, de hecho, uno de ellos pertenece a un grupo minoritario de ciudadanos propietarios de los bienes de capital existentes en la comunidad (protección jurídica del derecho de propiedad;

c) y el otro sujeto sólo tiene su fuerza de trabajo, la que aporta a cambio de una remuneración dineraria determinada, dentro de una típica relación jurídica consensual y duradera (locatio-conductio operarum).

La explicación de este asunto debe empezar por una referencia a la empresa de negocios, para entender mejor las relaciones laborales que en ella tienen lugar. Entonces, de acuerdo con un esquema que comparten el liberal David Ricardo y el socialista Carlos Marx, el interés dominante del dueño de la empresa de negocios es la optimización de la ganancia que espera obtener. Esto coloca a los gastos necesarios para producirla, en una relación de recíproca exclusión respecto de aquella, en términos cuantitativos: a mayores gastos, menor ganancia, y viceversa: si querés mayor ganancia, bajar los gastos.

    Si por su parte, el interés dominante del trabajador asalariado es la optimización del salario y las otras prestaciones que recibe por su trabajo, a fin de tener una vida digna para él y su familia; entonces, la prestación del trabajo en la empresa colocará los dos intereses mencionados en una relación de contraposición: a mayores salarios y beneficios para los trabajadores, menor ganancia para el patrón, y viceversa: si querés más ganancia, entonces pagá menos salarios y menos beneficios a los trabajadores.

    La consecuencia de lo anterior será la inevitable formación de un clima de tensión: los trabajadores tratarán de evitar que un trabajo que consume el tiempo de su vida, sea retribuido con un ingreso que los condene a la escasez y a la exclusión, mientras sospecharán inequidad en los patronos, cuya riqueza permite a éstos una vida lujosa; y de su lado, los patronos alegarán su necesidad de mantener a flote la empresa y verán en los reclamos proletarios una amenaza constante para la incolumidad de su hacienda, de su derecho de propiedad y de su tren de vida.

    Ahora bien, en los albores del Capitalismo Industrial en Europa y Estados Unidos, con una estratificación social en la que los presidentes, los diputados, los ministros, los magistrados, los directores de policía, los dueños de los medios de comunicación y los grandes y medianos empresarios pertenecían todos a la burguesía o a una pequeña burguesía en ascenso, aquella desnuda contraposición de intereses entre trabajadores y patronos se resolvió obviamente a favor de estos últimos, cuya propiedad sobre el capital contó con la protección del Estado, frente a la frágil posición del trabajador. Y la Historia nos enseña que eso dio lugar a los innumerables, ignominiosos atropellos del tristemente célebre Capitalismo Salvaje. Pero fue precisamente durante ese período cuando tuvo su desarrollo la institución del sindicato.

    En efecto, en la primera mitad del siglo XIX, las fábricas con maquinarias movidas con vapor fueron el escenario en el que multitud de trabajadores no asegurados contra riesgos cumplían jornadas de trabajo de 18 horas diarias a cambio de salarios exiguos; el mismo escenario que frecuentemente vio cumplirse el despido inexorable de los trabajadores mutilados por aquellas máquinas, cuando durante las jornadas interminables se quedaban dormidos en plena labor. Pero es precisamente en la inevitable proximidad del ambiente de la fábrica que los reúne, donde aquella masa obrera desesperada va a buscar y encontrar las formas colectivas de lucha, y a descubrir la fuerza de la unión: a descubrir que la unión contra el abuso del poder hace la fuerza de los débiles.

    Porque el hallazgo más fecundo de aquella época fue precisamente esa comprobación de que cada trabajador, aisladamente, está indefenso frente al poder del patrono: esa indefensión es, entonces, el problema común de los trabajadores, y su remedio está, repito, en agruparse. Y fue entonces que se desarrolló la idea del sindicato, que es la agrupación permanente de los trabajadores de un mismo oficio o profesión, de una empresa, de una zona, etc., con el fin de luchar juntos por sus derechos e intereses; y también fue en esas mismas circunstancias que se desarrollaron los instrumentos, también grupales, de la huelga y de la convención colectiva laboral, como garantías secundarias de satisfacción de aquellos derechos e intereses.

    UNIR A LA CLASE TRABAJADORA SIGNIFICA VALORIZAR A LA PERSONA DEL TRABAJADOR.

    La doctrina jurídica de los contratos estipula que ninguna de las partes queda obligada si otorga su consentimiento encontrándose involuntariamente en situación de inferioridad con respecto de su contraparte; pero como en la relación laboral, la inferioridad de la posición del trabajador no es casual, sino estructural, el remedio, que es la intervención sindical, debe ser institucionalizado. El sindicato es unión, y cuando en 1970 se promulgó en Italia el Estatuto de los Trabajadores, el entonces Ministro de Trabajo Giacomo Brodolini declaraba que su Gobierno (socialista) estaba convencido de que

    “…no puede haber un clima de respeto a la libertad y a la dignidad del trabajador si el instrumento de representación y de autodefensa de los trabajadores, es decir, el sindicato, no es adecuadamente potenciado…”

    Esto es así porque el sindicato está llamado a procurar al trabajador lo que le hace falta para contratar con el patrono en condiciones de paridad. Entonces, en buena doctrina jurídico-laboral, los auténticos adversarios que, de hecho, se enfrentarán en paridad de condiciones para convenir las cláusulas que regirán el contrato de trabajo son el patrono y el sindicato.

    Dicho lo anterior, paso a hablar de la empresa de negocios, como agente económico-social en la Historia.

    II. La empresa

    1. El ascenso de la “empresa de negocios”

    Como organización en sí, la moderna empresa de negocios se incuba en la Baja Edad Media, usando inicialmente la forma de la antigua ‘commenda’ romana, y alcanza dimensiones muy respetables ya en el Siglo XVII, con las llamadas Compañías de las Indias Orientales y de las Indias Occidentales: verdaderas transnacionales al amparo de las monarquías colonialistas, que aportan un modelo avanzado de la sociedad por acciones, y subsisten prácticamente hasta el Siglo XIX

    2. Con avances y retrocesos, el proceso de consolidación de la empresa de negocios corre paralelo al del Capitalismo mercantil y al de la Primera Revolución Industrial; y se completa a lo largo del Siglo XIX, cuando todas las constituciones de Occidente, bajo el influjo de la Revolución Francesa, proclaman la libertad de empresa y la inviolabilidad de la propiedad privada. Es el tiempo del apogeo de la Revolución Industrial, del Liberalismo (con capitalismo salvaje) y del impulso colonialista de Europa (la celebrada ‘Carga del Hombre Blanco’ con respecto a los continentes ‘de color’, según el poema que Rudyard Kipling dedicó a la colonización de los Estados Unidos).

    3. A partir de entonces la empresa de negocios -en la forma dominante de sociedad por acciones- crece vigorosamente, cada vez más libre del tutelaje del Estado, y comienza a desplegar sus potencialidades: fusiones y transformaciones; creación de empresas subsidiarias, formación de carteles y grupos de interés económico, acciones en la bolsa, etc.

    4. Es así como las actividades privadas industriales, bancarias, comerciales, de transportes, etc., sustentadas en las doctrinas individualistas del “Homo Economicus” de la Economía Política Liberal, producen los primeros grandes millonarios del sistema capitalista, inaugurándose también con ello la era moderna de las colusiones entre empresarios y políticos. Todavía en el Siglo XIX las empresas no intentan enfrentarse y domeñar el poder del Estado, pero alcanzan sus objetivos convidando a los funcionarios y a los políticos al festín de las concesiones y los suministros.

    5. Y entonces, afianzada como fin en sí misma dentro de las comunidades nacionales modernas, la empresa de negocios aprende a maniobrar en los grandes espacios que autoriza el Estado Liberal; resiste y medra en el Siglo XX, durante los largos años del Socialismo Real y del Estado Benefactor; y al final, mediante la transnacionalización de los capitales, consigue ponerse relativamente fuera del alcance de los Estados, adoptando libremente sus propias políticas de desarrollo.

    6. Porque en ese momento ya las empresas pueden fácilmente desplazarse, en sentido físico y en sentido jurídico, a cualquier sitio del Mundo que les parezca conveniente, de modo que la amenaza de levantar vuelo de un país, con el consiguiente desempleo de grandes núcleos de la población de dicho país, debilita la posición de lucha de los trabajadores en general.

    7. Porque la tecnología industrial más avanzada va permitiendo cada vez más fácilmente reemplazar con unas pocas máquinas un número creciente de trabajadores.

    8. Porque precisamente en ese fin del Siglo XX se derrumbaron la Unión Soviética y los países europeos del socialismo real; y con eso el equilibrio del poder mundial se rompió a favor de las potencias capitalistas y pareció alejarse, casi hasta desaparecer, el peligro de un socialismo mundial.

    9. De modo que al finalizar el Siglo pasado la empresa de negocios se nos muestra en todo su poder: por ejemplo, la suma de las ventas anuales de las diez transnacionales más grandes supera el PIB total de ciento veinte Estados que constituyen el sesenta y cinco por ciento de los que forman la ONU; hace más de treinta años el producto interno bruto anual de la General Motors ya era mayor al de cualquiera de los países del Tercer Mundo, salvo Brasil, La India y México. Parece, pues, que para las transnacionales había llegado el momento de forzar un cambio en el ámbito institucional, y ese cambio será, por supuesto, a costa de los Estados débiles.

    10. Las cosas avanzaron por ese camino, porque es razonable suponer que tanto poder en tan pocas manos no podía asumir una posición neutral en la política del Mundo: a lo largo del Siglo XX los líderes de las empresas más poderosas de Occidente (sobre todo las financieras) fundaron organizaciones cuyo propósito era crear una influencia irresistible sobre los supremos poderes de los gobiernos de los Estados Unidos, la Unión Europea y Japón, los cuales a su vez, mediante las agencias internacionales bajo su control, dictaron las reglas a seguir por parte de casi todos los demás Estados del Planeta. Digo casi todos, porque China y Rusia y otros Estados acusan cada vez más fuertemente una tendencia a liberarse de la tutela de las grandes corporaciones transnacionales operantes a través del aparato formal de los Estados Unidos y la Unión Europea.
    LAS MULTINACIONALES FINANCIERAS HAN SOMETIDO EL PODER DE LOS ESTADOS AL PODER ECONÓMICO DE ÉLLAS.

    11. ¿Qué fue de la promisoria expectativa de aquella forma política llamada Estado Nacional, en su modalidad de Estado de Derecho, que sería el medio más eficaz de promoción humana y justicia social, cuyo último halagüeño nombre es el Estado Constitucional de los Derechos Humanos? Todo parece indicar que, de prevalecer la tendencia marcada por el Neoliberalismo impulsado por Estados Unidos y la Unión Europea, la forma Estado, junto con los valores de la Democracia y la Soberanía Popular desaparecerá en la mayor parte de los países subdesarrollados de Asia, África y América Latina, para dar lugar a formas neocoloniales de administración de personas y territorios, a cargo posiblemente de las grandes transnacionales; en vista de que, según se afirma en los cónclaves del Capitalismo, aquellos pseudo-Estados que inmerecidamente gozaron durante un siglo o dos de la condición de sujetos de Derecho Internacional, miembros de la Organización de las Naciones Unidas con iguales derechos que las Grandes Potencias, etc., no llegaron a sostenerse como Estados efectivos, por no alcanzar verdadera autonomía política y económica.

    III.- La lucha

    A. En el Mundo

    El Siglo XIX es un período muy complejo en la Historia de Occidente, pero uno de los aspectos que más lo caracterizan es el de las luchas obreras. Durante ese período que ve aparecer y difundirse el proceso de industrialización en la mayor parte de Europa Occidental y los Estados Unidos, paralelamente tienen lugar los episodios más importantes de la lucha obrera por remover los obstáculos que se erigieron, una y otra vez, para impedir su organización y su avance. Porque, en efecto, a lo largo del siglo XIX, un siglo que incluye:

    la Independencia de las Colonias Americanas de España;

    la formación del Imperio Napoleónico y su disolución;

    la Restauración Monárquica y la Santa Alianza;

    los amagos revolucionarios de los años treinta y cuarenta y ocho;

    el Segundo Imperio en Francia; la unificación de Italia; la Guerra Franco-Prusiana, la Comuna de Paris y la fundación del Segundo Reich Alemán por Bismarck, etc., a lo largo de ese siglo, a pesar de la salvaje represión que sufren constantemente sus reivindicaciones, con saldo de miles de muertos, los obreros europeos terminan consiguiendo el reconocimiento de sus derechos al sufragio, a la libertad de sindicalización y de contratación colectiva y al derecho de huelga, de parte de los Estados. Siguiendo esa trayectoria pudimos entonces presenciar cómo la sindicalización y la huelga pasaron alternativamente de ser calificados como graves delitos fuertemente castigados en los Códigos Penales, a ser declarados como derechos fundamentales de la persona humana, previstos y garantizados en las Constituciones de todo el Mundo Civilizado.

    Lo que sigue después de eso es que, pasada la Primera Guerra Mundial, en vista de que para entonces los trabajadores eran considerados insustituibles; de que habían aprendido a conformar y usar sus instrumentos de lucha; y sobre todo, en vista de que en 1917 había nacido en el Este de Europa un gran Estado Socialista (UNION DE REPÚBLICAS SOCIALISTAS SOVIÉTICAS), los capitalistas occidentales aceptaron la agenda de los trabajadores: salario mínimo, jornada de 8 horas, indemnización por despido, sindicatos, huelga, convención colectiva, etc.

    B. En Costa Rica

    Dos períodos de nuestra Historia

    b) el período 1920-1948, durante el cual crece constantemente el sindicalismo y la conciencia de clase de los asalariados costarricenses, bajo la guía inicial de la Confederación General de Trabajadores y el Bloque de Obreros y Campesinos; y después por la acción conjunta del Gobierno de Calderón Guardia, la Iglesia de Monseñor Sanabria y el Partido Vanguardia Popular: hasta 1948 hay más de 200 sindicatos de empresa inscritos en el Ministerio de Trabajo. Con tales antecedentes, el País va en la dirección de formar una clase trabajadora organizada y consciente de sus derechos; y

    b) el período 1948-1975, durante el cual los gobiernos persiguen, matan, detienen, aprisionan, despiden, exilian, anatematizan a los dirigentes, a los sindicalistas, a los trabajadores afiliados a sindicatos y al Partido Vanguardia Popular; prohíben ese Partido y la Confederación General de Trabajadores y eliminan del registro del Ministerio de Trabajo a 194 sindicatos, aduciendo como motivo (falso) que eran organizaciones anti-democráticas.

    Durante el cual la Iglesia Católica ahora los ataca en el ECO CATÓLICO y en los sermones dominicales de los curas, acusándolos de Ateísmo, Comunismo y Fascismo, apelando a su fe católica y amenazándolos con castigos humanos y divinos.

      Y los medios comerciales principales (Diario de Costa Rica y La Nación) descalifican diariamente el pensamiento de izquierda y a los gobiernos socialistas del Mundo; y en nombre de la Democracia alaban la política de los EEUU, a pesar de que participa en golpes de Estado y apoya a las dictaduras más brutales (Franco, Salazar, Trujillo, Somoza, Carías, Ubico, Martínez, Stroessner, Gómez, etc.).

      En este período 1948-1975, los únicos sindicatos que se sostienen al mínimo son los bananeros en algunas zonas rurales del País, y los incipientes primeros sindicatos del sector público. Una investigación realizada por Mario Blanco Vado y María Eugenia Trejos demuestra que en la Meseta Central y restantes zonas los sindicatos del sector privado prácticamente desaparecen, de modo que la gran mayoría de los trabajadores quedan indefensos frente a los patronos y sometidos a la presión ideológica del Estado, de la Iglesia y de la prensa diaria.

      Esa misma situación y esa misma presión va a pesar sobre las siguientes generaciones de asalariados en las siguientes etapas históricas, hasta el presente.

      2. Hay que hablar aquí del shock aplicado a los trabajadores por el Estado y los patronos.

      a) Figueres, Orlich y el Padre Núñez eran, aparentemente, menos reaccionarios de lo que fueron Otilio Ulate, Mario Echandi, José Joaquín Trejos Fernández y Luis Alberto Monge, pero estando en la Junta Fundadora con poderes amplísimos en 1948, no pudieron eludir la presión de EEUU de empezar a golpear con fuerza a las organizaciones comunistas, intentando destruir hasta los cimientos lo que ellas habían conseguido en el campo político y sindical.

      b) Durante la 2ª Guerra Mundial, en 1942 EEUU exigió a Calderón Guardia limpiar a CR de hombres con apellido alemán, con el fin de combatir el Nazismo; y Calderón deportó un numeroso grupo de ciudadanos de apellido alemán, mayoritariamente nacidos en CR: costarricenses por nacimiento.

      c) Durante la Guerra Fría, en 1948, EEUU exigió a Figueres y compañeros hacer desaparecer o poner fuera de combate a los comunistas y sus organizaciones, y Figueres & Cía cumplieron en gran medida la orden. Con ese fin, actuando Figueres & Cía sin los frenos contemplados en la derogada Constitucion del 71, practicaron terrorismo de Estado, persiguiendo, matando, encarcelando, exiliando y acorralando dirigentes y militantes políticos y sindicales, proscribiendo el Partido Vanguardia Popular, eliminando de un tirón la Confederación General de Trabajadores y cerca de 200 sindicatos organizados, casi todos en empresas privadas de la Meseta Central.

      d) Despidieron sin prestaciones a todos los empleados públicos conocidos o sospechosos de calderonistas o comunistas; y autorizaron por decreto a todos los patronos privados para que, sin temer consecuencias negativas, hicieran lo mismo con los empleados u obreros de sus negocios. De esa manera miles de trabajadores se vieron de pronto en la calle, sin ningún recurso de defensa.

      e) De ahí en adelante autorizaron a los patronos a practicar impunemente toda forma de persecución sindical, por ejemplo despedir a todos los trabajadores que intentaran formar sindicatos, o se lo propusieran a sus compañeros, o si comentaban, por ejemplo, que los salarios eran muy bajos. Y formaron listas negras para que los despedidos no fueran contratados por los otros patronos.

      3.- De los efectos sindicales, económicos y políticos del shock

              Los efectos de esta campaña de terror fueron devastadores:

      ¿QUÉ SE HIZO EL ESFUERZO DE AQUELLOS MILES DE TRABAJADORES COSTARRICENSES QUE EN LOS AÑOS 40s FUNDARON CIENTOS DE SINDICATOS EN LA MESETA CENTRAL, PARA LUCHAR POR SUS DERECHOS, CON EL APOYO DE LA CONSTITUCIÓN Y EL RECIÉN PROMULGADO CÓDIGO DE TRABAJO?

      ¿POR QUÉ RAZÓN SUS NIETOS Y SUS BISNIETOS, LOS COSTARRICENSES DE AHORA, RECHAZAN SUS DERECHOS A SINDICALIZARSE, A FIRMAR CONVENCIONES COLECTIVAS, A LA HUELGA, DERECHOS FUNDAMENTALES QUE LES BRINDAN LAS LEYES PATRIAS y los tratados internacionales, Y ACEPTAN, SIN LUCHAR, LA CONDENA A SER CADA VEZ MÁS POBRES Y POLÍTICAMENTE INSIGNIFICANTES?

      ¿EN QUÉ MOMENTO EL SHOCK DE LA REPRESIÓN Y LA PERSECUCIÓN PRODUJO ESOS TERRIBLES EFECTOS?

      ¿EN QUÉ MOMENTO LA MAYORÍA DE LOS ASALARIADOS COSTARRICENSES DEL SECTOR PRIVADO RENUNCIÓ MASIVAMENTE A EJERCER SUS LEGÍTIMOS DERECHOS, Y SE SITUÓ DÓCILMENTE EN EL QUINTIL MÁS POBRE DE LA BRECHA ECONÓMICA, COMO OVEJAS EN EL MATADERO?

      Los decenios del sacrificio forzado de los derechos sindicales de los trabajadores del sector privado de Costa Rica, que en su tiempo se tradujeron en desamparo e indefensión, y en la miseria y la desdicha de innumerables familias humildes, terminaron al cabo siendo concausa, retardada pero acumulativa, de la infame brecha económica que pone un abismo entre los ricos y los pobres. Pero pensar en aquellos decenios de sacrificio debe también mover la conciencia de los trabajadores costarricenses: enseñarles a identificar a sus verdaderos amigos, …y a los otros.

      Estoy convencido, además, de que el vacío político producido por la ausencia de una populosa clase trabajadora organizada y beligerante, que hubiera sido un fuerte interlocutor en la palestra política, poniendo en la balanza del poder el peso de sus legítimos intereses para sacar lo mejor de cada partido y de cada gobierno; repito: la ausencia de esa clase trabajadora unida y consciente que Costa Rica bien se merecía por sus tradiciones de civismo, hizo posible lo que podemos llamar LA DERECHIZACIÓN DE LA POLÍTICA NACIONAL, por el deslizamiento y la degradación de un socialcristianismo y una socialdemocracia ideológicamente anémicas y sin contrapesos, hacia aquel neoliberalismo oportunista y chapucero que ha sido la tónica de quienes nos han venido gobernando:

      a) Con las consecuencias político-jurídicas disolventes que hoy se reflejan por doquier: se reflejan en el control politiquero consumado sobre las cúpulas judiciales y otros órganos de garantía; se reflejan en los contubernios entre los Poderes para asegurarse la impunidad de los excesos y de los compadrazgos en las altas esferas de la política y la economía que nos condujeron al Cementazo; en el desmantelamiento del MOPT y la concesión de las obras a un oligopolio que nos condujo a Cochinilla y al Diamante; en el abandono de toda política asistencial constructiva, junto a la carta blanca de los empresarios en la aplicación de la infame “flexibilización de las relaciones laborales”; en el ataque a los últimos bastiones institucionales del servicio público (la CCSS, el ICE). Todo lo cual se tradujo en la violación reiterada y flagrante de los derechos humanos económicos, sociales y culturales consagrados en beneficio de nuestro Pueblo por la Constitución y las Convenciones Internacionales.

      b) Con las nefastas secuelas económico-financieras que se transparentaron en el sempiterno e inducido desequlibrio fiscal, en el creciente desempleo, en la profunda y acusadora brecha entre ricos y pobres que se ha ensanchado bajo los pliegues del modelo del derrame.

      c) Y últimamente con la artera política legislativa del Gobierno Alvarado, en connivencia con los partidos Liberación Nacional, Unidad Social Cristiana y los Pentecostales, tendientes a debilitar las instituciones de control jurisdiccional y a eliminar las universidades públicas, los sindicatos del sector público y, por esa vía, toda forma de crítica racional y de resistencia ciudadana.

      ¿Cómo podrán nuestra clase gobernante y el País entero reparar el inmenso daño económico, social, moral y político infligido a varias generaciones de trabajadores costarricenses a partir del 48, por haberlos privado ilícitamente de su derecho a formar sindicatos, y de los legítimos y esenciales servicios de dichos sindicatos que el Código de Trabajo, la Constitución y las Convenciones Internacionales habían creado en beneficio de aquellos trabajadores? Usando la fuerza, el terror, la injusta violencia, el abuso y la mentira ¡les pintaron como crímenes los que no eran sino sus legítimos derechos!

        Está a la vista que Costa Rica no tiene ejército, pero tampoco le permitieron tener mayorías de trabajadores capaces de defenderse de la inanidad y la domesticación que les han decretado sus gobiernos. A fin de cuentas, como predijo el escritor y mártir argentino Rodolfo Walsh, muchas más vidas serían arrebatadas por la «miseria planificada» que por las balas.

        Y así fue: como casi todos aquí recordarán, en vista de que ya desde los años setentas, las grandes agencias financieras internacionales, ejecutoras del ideario neoliberal, proponían para nuestros países un nuevo modelo económico consistente en una drástica reducción del tamaño del Estado, un prometido aumento de la eficiencia y la competitividad en los sectores productivos y su más proficua conexión con los mercados internacionales, así como la privatización de las empresas e instituciones de servicios del sector público, algunos de aquellos pseudo-socialistas que recién en los 50 y 60s habían sido partícipes de la construcción del Estado Empresario en Costa Rica, y muchos de sus copartidarios más jóvenes (que habían aprendido a hacer negocios mientras tripulaban las juntas directivas de las instituciones y de las empresas públicas, dos décadas después habían pasado a formar parte de grupos empresariales, y empezaban a ver con ojos voraces la posibilidad de hacer negocios en los campos hasta entonces monopolizados por instituciones y empresas estatales, aprovechando la capacidad instalada de éstas.

                XI. Ahora bien, a fines del Siglo 20 las cosas cambiaron en el Mundo:

        a) Porque en ese momento ya las empresas pueden fácilmente desplazarse, en sentido físico y en sentido jurídico, a cualquier sitio del Mundo que les parezca conveniente, de modo que la amenaza de levantar vuelo de un país, con el consiguiente desempleo de grandes núcleos de la población de dicho país, debilita la posición de lucha de los trabajadores en general.

        b) Porque la tecnología industrial más avanzada va permitiendo cada vez más fácilmente reemplazar con unas pocas máquinas un número creciente de trabajadores.

        c) Porque precisamente en ese fin del Siglo XX se derrumbaron la Unión Soviética y los países europeos del socialismo real; y con eso el equilibrio del poder mundial se rompió a favor de las potencias capitalistas y pareció alejarse para ellos, casi hasta desaparecer, el peligro de un socialismo mundial.

                XII. De modo que, en el plano de las relaciones internacionales, pronto las Potencias Imperialistas, instrumentalizando a la OTAN, la OEA y otras, y neutralizando a la ONU, pudieron entonces practicar el imperialismo rapaz: Se lanzan contra Iraq, Siria, Libia para quitarles el petróleo y el gas. Mientras que, mediante la Deuda Externa, los TLC y otros organismos, consiguen debilitar gravemente a los Estados del Tercer Mundo.

                XIII. Y en el terreno laboral, resulta que aquel Capitalismo mundial que frente a las pretensiones de los trabajadores había cedido en el Siglo XX un lote significativo de beneficios, vuelve a la carga con gran fuerza, para tratar de recuperar todo el terreno perdido, y vender las empresas públicas, desmantelar las garantías sociales y los Códigos Laborales, privatizar la seguridad social y la educación universitaria, etc. En Costa Rica los gobiernos neoliberales hacen varios intentos, y quienes logran frenarlos en varios frentes son los sindicatos del sector público.

                XIV. Por otra parte, coincidiendo con el tiempo de los PAEs (1984/1994) y del ‘Consenso de Washington’ (1989), en Costa Rica, muchos de miembros de las juntas directivas de instituciones y empresas públicas empezaron a sabotear, desmantelar y desprestigiar a las empresas e instituciones públicas que habían jurado servir, para de ese modo contribuir a la antipatriótica tarea de justificar las políticas neoliberales que ya se venían implementando por los presidentes Monge, Arias y Calderón, y que continuaron viento en popa en los gobiernos de Figueres Olsen, Rodríguez, Pacheco, Arias DOS, Chinchilla, Solís, Alvarado y el de ahora.

        El papel de los sindicatos públicos.

                XV. Ahora bien, como lo mencioné líneas arriba, durante estos últimos cuarenta años de asedio neoliberal coadyuvado en grado variable por los distintos gobiernos nacionales, quienes han resistido, tratando de defender con uñas y dientes las conquistas del Estado Social de Derecho, han sido, hasta donde han podido, algunos grupos estudiantiles y de la clase trabajadora y algunos diputados de izquierda desde posiciones muy minoritarias, y en particular los diputados Manuel y Eduardo Mora Valverede, Arnoldo Ferreto, Rodrigo Ureña Quirós, Humberto Vargas Carbonell, Alvaro Montero Mejía, José Merino del Río, José María Villalta, Patricia Mora, Edgardo Araya, Célimo Guido y algún otro del Frente Amplio y de otros partidos;

        PERO SOBRE QUIENES ha pesado mayoritariamente esa lucha ha sido sobre los sindicatos del Sector Público, los cuales, en mi criterio, se han destacado por su coraje y determinación, escribiendo páginas gloriosas de la Historia de Costa Rica.

        La aprobación del Contrato/Ley de Alcoa en la Asamblea Legislativa, en los últimos meses de la Administración Trejos Fernández fue adversado a comienzos de 1970 por un masivo movimiento estudiantil coordinado por la FEUCR, el cual gozó de un amplio respaldo popular, y fue apoyado por el movimiento sindical, particularmente por los sindicatos de educadores (entre los que destacó el SEC, con una participación constante durante todo el proceso). De modo que la gesta de Alcoa no se generó en el seno del sindicalismo, sino en el estudiantil, pero para los sindicatos públicos constituyó una rica experiencia de movilización de masas, que aprovecharía en sus luchas de los años futuros.

        Si no recuerdo mal, la poderosa transnacional Millicom negoció su instalación en Costa Rica por acuerdo con el gobierno de Oscar Arias (1986-1990), y operó efectivamente durante la Administración Calderón Fournier; pero los sindicatos del ICE determinaron que su funcionamiento, además de ilegal, constituía el primer paso para la penetración de la telefonía transnacional, de modo que primero trataron, infructuosamente, de que el Gobierno y la Directiva del propio ICE hicieran valer aquella ilegalidad; y finalmente fueron a la huelga, ya durante la presidencia de Figueres Olsen (1995). El movimiento triunfó, y el Gobierno firmó el levantamiento de la huelga con los 11 sindicatos del ICE involucrados en la lucha. Pero de todo esto, lo que me parece más hermoso es que se trató de la primera vez que un grupo de sindicatos de una empresa pública tomó a su cargo la tutela de los intereses de toda la comunidad costarricense, en contra de las cúpulas gubernativas compuestas por el Presidente, los Ministros y los Directores del propio ICE, que eran los que tenían institucionalmente a su cargo la tutela de dichos intereses populares y, alevosamente, los estaban sacrificando.

        Esto se va a repetir en los movimientos siguientes, que tienen lugar en los últimos treinta años de nuestra historia, donde vamos a ver siempre a sectores del pueblo (¡que eso son los sindicatos!) supliendo el papel de protectores de los intereses nacionales, en sustitución de los gobernantes perjuros que fueron elegidos y nombrados por el propio pueblo para que cumplieran ese papel.

        La prensa reaccionaria fustiga a los sindicatos públicos acusándolos de hacer política. Pero lo que no quieren reconocer es que cuando los sindicatos defienden en una convención colectiva los salarios de grandes contingentes de trabajadores, están inevitablemente co-gobernando aspectos sustanciales de la vida del país, y eso es precisamente una actividad política que la Constitución ha puesto en manos de los sindicatos, al instaurar las convenciones colectivas en su artículo 62.

        El ICE es justa y unánimemente calificado como una institución benemérita y amada por el pueblo costarricense, porque ha impulsado con patriotismo y eficiencia la electrificación, la industrialización, la intercomunicación, la modernización y por ahí también la democratización y el bienestar del País. Forma, junto con la Caja Costarricense de Seguro Social, los dos mayores tesoros institucionales de nuestro pueblo; y al igual que la Caja, su existencia estorba a la voracidad insaciable de los mercachifles neoliberales, quienes en la presidencia de Miguel Angel Rodríguez le prepararon el tristemente célebre ‘Combo’ (2000). Y otra vez fueron los sindicatos del ICE, con fuerte apoyo popular y el respaldo de muchos otras organizaciones gremiales, quienes se extenuaron en la tutela de aquella institución que los burócratas y los políticos neoliberales querían desmantelar alegremente.

        Y veremos a los sindicatos públicos formando en el 2004 el Movimiento Cívico Nacional durante la presidencia de Abel Pacheco, protestando contra el monopolio RITEVE; y otra vez los veremos en el 2007 formando filas con el pueblo para el Referéndum del TLC; y así en otras ocasiones, hasta la última dilatada huelga sostenida principalmente por los sindicatos de educadores del MEP, durante la Administración de Alvarado.

        Lo que en realidad ha ocurrido en Costa Rica es que, frente a la monótona caravana de los gobiernos neoliberales y su política privatizadora y desmanteladora de la Res Publica, las únicas contrapartes eficaces que van quedando, con capacidad de ponerles freno, son los grupos organizados de la izquierda, el sector estudiantil secundario y universitario y muy principalmente los sindicatos del sector público: las mujeres y los hombres que constituyen la masa de los empleados y funcionarios públicos sindicalizados de la Administración Central, de la Asamblea Legislativa, del Poder Judicial y de los Entes Públicos menores, como las Universidades Públicas, las Municipalidades y demás instituciones autónomas, etc. Se trata de los técnicos, los administrativos, los bancarios, los jueces, los jardineros, los ingenieros, los conserjes, los enfermeros, los médicos, los albañiles, los trabajadores sociales, los economistas, los historiadores, los oficinistas, los químicos, los cocineros, los profesores, los maestros, los laboratoristas, los choferes, etc., que forman dichos sindicatos. En manos de esa fuerza ciudadana están, en el presente, los destinos de nuestro País.

        Como acompañamiento de los embates de los últimos gobiernos neoliberales, brotan por todas partes las sugerencias de medidas ‘aconsejables para mejorar’ las relaciones obrero-patronales, como la flexibilidad laboral, el 4/3, la libre contratación del salario, la denuncia o la supresión de las convenciones colectivas existentes; la eliminación de los sindicatos y las huelgas, etc.; medidas que posiblemente hubieran sido rápidamente adoptadas por los gobiernos, si no fuera porque: a) el carácter rígido de nuestra Constitución dificultaba y sigue dificultando la derogación de los derechos y de las garantías laborales por la vía de la reforma legal; y b) la existencia de los Convenios suscritos por Costa Rica en el seno de la OIT, que dicha organización y lo que queda del movimiento sindical mundial se ha empeñado en hacernos respetar.

                Frente a toda laya de sugerencias y presiones oficiales, nuestros dirigentes sindicales deben unir sus fuerzas, mantenerse firmes y redoblar la lucha, incrementando su presencia mediática para fortalecer la conciencia política democrática de los trabajadores; y coordinando la fuerza de sus organizaciones para un día venidero reclamar, con una sola y potente voz, el restablecimiento de todos los poderes y atribuciones que la Constitución y los Convenios Internacionales tienen acordado a favor de los trabajadores y sus organizaciones, y que una mayoría parlamentaria irresponsable durante el Gobierno Alvarado ha pretendido vanamente desvirtuar.

        IV. Conclusiones

        1. A mí me parece que se han juntado las condiciones y ha llegado la hora de terminar con la patraña neoliberal, sostenida a base de una gran adulteración de la Historia: de una Historia escrita por los poderosos y que, por supuesto, falsifica los hechos y crea una imagen ilusoria del Mundo: un relato en donde los explotadores como Bill Gates y Carlos Slim son los dueños de las virtudes morales, agresores como Kissinger y Obama merecen el Premio Nobel de la Paz, los genocidas como Bush y Cheney gozan de plena impunidad, y los campeones del golpe de Estado como Pinochet y Videla son ensalzados por las derechas continentales como ejemplos de civismo y amor a la patria.
        2. Creo que en América Latina, la falsedad de esa ‘historia oficial’ se va revelando masivamente en sectores medios y bajos, y esto se ha visto reflejado en tendencia progresista de los resultados electorales y en la fuerza de los movimientos indígenas y campesinos.
        3. América Latina y el Mundo sólo se salvarán por la virtud de una democracia depurada, la que surge de la justicia social y, a la vez le sirve de sustento; y América Latina lo está entendiendo así, y está uniendo sus fuerzas para avanzar por ese camino, revitalizando democráticamente sus Estados; mientras que, por el contrario, la burocrática Unión Europea, dominada por los usureros transnacionales, pisoteando las mejores tradiciones de sus Estados miembros, se empantana en la crisis económica y social, y su Gobierno se envilece al servicio de los peores intereses: hemos pasado por la “vergüenza ajena” de presenciar el triste papel de una Europa facistizada y arrodillada ante los Estados Unidos y la OTAN, contribuyendo a agravar el conflicto creado con ocasión de la agresión de Rusia a Ucrania.

        FINALMENTE ¿QUÉ HACER?

        En primer lugar, lo que no debemos ni podemos permitirnos hacer es no hacer nada: soportar la injusticia, la marginación, el desgobierno, la pesada e inicua carga fiscal, la criminalización de la inconformidad, el desempleo y el empobrecimiento de los asalariados en general, y de los grupos más vulnerables en particular.

        Entre lo que podemos y debemos hacer está, en primer lugar, organizarnos para hacer valer en los tribunales nacionales o internacionales, todas las veces que se necesite, la garantía constitucional y convencional de los derechos económicos, sociales y culturales del pueblo, regulados en la Constitución y las leyes; y en segundo lugar, aún más importante, trabajar con el pueblo, acompañándolo en sus luchas, para que tome conciencia de aquellos derechos y se organice para defenderlos usando las garantías instrumentales que le ofrecen el sindicato, la convención colectiva y la huelga: sus armas naturales contra la agresión neoliberal que nos acosa.

        No podemos descansar hasta transmitir a cada trabajador la necesidad de pertenecer a un sindicato, porque el sindicato está en posibilidad de otorgar a cada trabajador los medios y los poderes que necesita para no ser avasallado por la superioridad fáctica y jurídica que posee el patrono privado, en su condición de dueño del capital invertido en la empresa, o que posee el patrono público, como órgano del Estado u otro entes públicos, titular de poderes en la relación de empleo público.

        Termino leyendo unos versos que son una modesta parodia del famoso poema de Bertolt Brecht titulado Lob der Partei (Elogio al Partido). Los versos dicen así:

        Elogio al Sindicato

        El trabajador tiene dos brazos,
        El sindicato tiene mil.
        El sindicato dialoga con la empresa,
        el obrero depende de su empleo.
        El trabajador vive al día,
        pero el sindicato puede resistir muchos días.
        El trabajador aislado es doblegado,
        pero el sindicato sabe argumentar y pelear,
        porque es la unión de los débiles
        y lidera su lucha con la sabiduría acumulada
        en las diez mil batallas de la historia de las clases oprimidas.

        Muchas gracias.

        APENDICE

        LOB DER PARTEI

        (Bertolt Brecht)

        Der Einzelne hat zwei Augen
        Die Partei hat tausend Augen.
        Die Partei sieht sieben Staaten
        Der Einzelne sieht eine Stadt.
        Der Einzelne hat seine Stunde,
        Aber die Partei hat viele Stunden.
        Der Einzelne kann vernichtet werden,
        Aber die Partei kann nicht vernichtet werden.
        Denn sie ist der Vortrupp der Massen
        Und führt ihren Kampf
        Mit den Methoden der Klassiker, welche geschöpft sind
        Aus der Kenntnis der Wirklichkeit.

        ELOGIO AL PARTIDO
        (Bertolt Brecht)

        El individuo tiene dos ojos
        El partido tiene mil ojos.
        El partido controla siete Estados
        el individuo mira una ciudad.
        El individuo tiene su hora,
        pero el partido tiene muchas horas.
        El individuo puede ser aniquilado,
        pero el partido no puede ser aniquilado
        porque es la vanguardia de las masas
        Y lidera su lucha
        con los métodos de los Clásicos, que son extraídos
        del conocimiento de la realidad.

        Algunas reflexiones sobre las elecciones municipales del 4 de febrero

        Vladimir de la Cruz

        La próxima semana, el año 2024 nos recibe con una elección especial en el país, las elecciones municipales; una en cada cantón del país, para un total del 84 procesos donde los ciudadanos y las comunidades se movilizan por integrar sus Alcaldías, sus Concejos Municipales y Distritales, las Intendencias. De los 84 cantones 82 tiene una municipalidad que los dirige o gobierna.

        Hay territorios cantonales pequeños de 7 km cuadrados y los hay gigantescos, como San Carlos, de la Provincia de Alajuela, con casi 3400 km cuadrados. En las elecciones últimas hubo 82 cantones, para ésta hay 84. Existe una tendencia en los diputados por estar creando cantones pequeños. Así ha sucedido con los dos últimos.

        Las elecciones municipales son una prueba de participación ciudadana, de espíritu cívico, de responsabilidad política.

        Los territorios cantonales son, comparativamente, como el territorio nacional. Cada Cantón es una unidad política. Tiene su territorio bien delimitado, está bien demarcado. Es independiente uno de otros. Tiene su propio gobierno municipal, su propia administración, su propio presupuesto. Definen sus propias políticas cantonales y planifican, elaboran y gestionan los llamados planes reguladores locales. Los cantones se dividen en distritos. Nacionalmente hay casi 500 distritos, que son las circunscripciones más pequeñas territoriales que tenemos.

        Es en cierta forma cada cantón es soberano en todo lo que le atañe de políticas cantonales.

        La referencia de un ciudadano costarricense se da por su referencia de nacimiento y de ubicación geográfica. Así, por ejemplo, Vladimir de la Cruz es ciudadano costarricense, nacido en Costa Rica, en mi caso de madre y padre costarricense. Soy costarricense tanto por el ius solis como por el ius sanguinis, el derecho del sol que me vio nacer y el derecho de sangre dado por mis padres. Nací en la Provincia de San José, en la Maternidad Carit, por lo que mi cédula inicia con el número 1. La Provincia número 2 es Alajuela, la 3 Cartago, la 4 Heredia, la 5 Guanacaste, la 6 Puntarenas y la 7 Limón. Los otros números de la cédula corresponden al Tomo de inscripción en el Registro Civil y al número de Asiento en que consta esa inscripción. Estos son datos que no se pueden alterar ni cambiar.

        Todos los ciudadanos costarricenses en nuestra carta de identidad iniciamos con el número de la Provincia. Le siguen el del tomo y el del asiento de inscripción. Hay otros números de inicio para nacionalizados y nacidos en el exterior, por ejemplo.

        Todos los ciudadanos independientemente de la provincia en que nacimos, vivimos o moramos en un barrio, en una localidad, que pertenece a un distrito, y este distrito pertenece a un cantón de una provincia. Así, por ejemplo, Vladimir de la Cruz, nacido en San José, vive en el distrito de San Ramón, del cantón de la Unión, de la Provincia de Cartago. Esta condición hace residente a Vladimir de esta comunidad, y lo puede hacer ciudadano de esta comunidad si en el Registro Civil, a la hora de solicitar o renovar su cédula, cambia el lugar de residencia. En mi caso nunca lo he hecho. Sigo siendo ciudadano inscrito, para todos mis derechos electorales y cívicos, en el distrito y en el cantón de San José, donde fui inscrito al momento de solicitar mi cédula. Mi esposa y un hijo cambiaron su dirección a la Provincia de Cartago, votan, y son ciudadanos activos, del cantón de la Unión.

        Cuando un ciudadano renueva su cédula, y coincide esa renovación, con un cambio de dirección habitacional, el Registro Civil y Electoral, automáticamente le cambia el lugar de votación, colocándolo en el distrito y el cantón de la nueva dirección declarada. Por esta razón el número de votantes en los cantones puede variar, porque entran o salen ciudadanos registralmente inscritos.

        La nacionalidad costarricense es irrenunciable. La “nacionalidad” provincial de cada ciudadano también es irrenunciable. La provincia que lo vio nacer a uno es un sello indeleble. No es así la condición de morador declarado registralmente, que define al ciudadano de un cantón.

        Los cantones son como pequeñas repúblicas. En esa misma dimensión, guardando las proporciones, el Alcalde es como el Presidente del país, y los vicealcaldes son como los vicepresidentes de la República; los Concejos Municipales son como la Asamblea Legislativa. Estos son los que constituyen el gobierno municipal, en su Poder Ejecutivo y su Poder Legislativo cantonal.

        Al igual que en las elecciones nacionales, la elección cantonal elige al alcalde y sus vice alcaldes, a sus miembros de Concejo municipal y Concejos distritales, de manera directa y secreta, con participación de partidos políticos que se organizan con ese fin, de ganar los puestos políticos de la Municipalidad en toda la línea.

        Igual que en las elecciones nacionales, los puestos se eligen por mayoría de votos a favor de un partido en sus candidaturas de alcaldes, regidores y síndicos municipales. Aquí no funciona el 40% de votos emitidos a favor para elegir, suponiendo segunda vuelta electoral, en el caso de que no se alcanzara ese porcentaje. Esto es interesante porque a nivel nacional sí se hace esa distinción porcentual, pudiendo homologarse la situación electoral, lo que eliminaría las segundas rondas presidenciales. Pero, esto es otra discusión y reflexión.

        Para integrar la alcaldía y el gobierno municipal se convoca a elecciones populares, bastión de la democracia costarricense, desde la Independencia. Estas elecciones desde el 2006 se han separado de las nacionales, hasta llegar a ponerlas a distancia de dos años de ellas. La idea es que los ciudadanos se concentren más y mejor en los problemas de su propia comunidad, de su propio gobierno municipal, que tiene que ver con los problemas que son propios de los cantones, de las comunidades, del buen vivir ciudadano en cada una de estas 84 regiones del país.

        No ha sido fácil desarrollar esa conciencia cívica, esa participación ciudadana, ese interés por el gobierno local. Hay, igualmente, que con las elecciones nacionales desinterés, apatía, desánimo de los ciudadanos con sus gobiernos locales, por las mismas razones que le imputan o cobran a los gobiernos nacionales, para provocar el abstencionismo electoral. Aun así, históricamente ha ido decreciendo cada vez más el abstencionismo municipal.

        Para el ciudadano del cantón, como para el ciudadano nacional, el abstenerse de votar no lo aleja del gobierno municipal ni del nacional. Siguen existiendo con sus virtudes o vicios. El que no vota de hecho participa pasivamente en el triunfo del candidato y partido ganador.

        En las elecciones municipales hay tres elecciones, la del alcalde y sus vice alcaldes, la de los regidores y la de los síndicos. En la del Alcalde, como en las elecciones nacionales, gana el que tenga más votos. En las elecciones de regidores y síndicos se eligen, igual que las elecciones de diputados, por porcentaje de votos recibidos en las distintas papeletas. Por eso los gobiernos locales pueden tener un alcalde de un partido y un Concejo municipal totalmente en contra, integrado por representantes de varios partidos. Esto es parte de las dificultades de los gobiernos locales, como lo es para el gobierno nacional. Los ciudadanos “parten” su decisión de votar en el alcalde, los regidores y los síndicos, distribuyendo poder, por distintas razones.

        En buena cultura, y educación política y cívica, los ciudadanos a la hora de emitir su voto deberían hacerlo en toda la propuesta del candidato y partido por el que decidan votar. Esto le daría “poder” al candidato principal para impulsar sus políticas de gobierno, en este caso, municipal, con las propias iniciativas que a los Concejos municipales lleven los representantes de los distintos partidos políticos.

        En la vida diaria de nuestros cantones no hay partidos políticos que realmente existan, vinculados a las comunidades por medio de sus dirigentes distritales y cantonales. Son como los abejones de mayo, solo se asoman en los tiempos de elección. Los Concejos municipales no hacen mucho por entusiasmar a sus ciudadanos sobre los problemas que se debaten en esos Concejos, no convocan a plebiscitos ni referéndum, ni tampoco a la figura de los cabildos abiertos, para enterar de sus discusiones y para oír opiniones de los ciudadanos.

        Los candidatos a alcaldes, vice alcaldes, regidores y síndicos, para serlo, tienen que tener al menos dos años de residir pública y registralmente en el cantón. No se permite que una persona que no esté registrada en el cantón pueda aspirar a puesto alguno en ese cantón, como tampoco se permite que alguien registrado electoralmente en un cantón, si no vive en él, pueda ser candidato en el cantón donde están inscrito como votante. Por ejemplo, el ciudadano Vladimir de la Cruz, no podría ser candidato a ningún puesto municipal por no vivir en el cantón de San José, aunque siempre haya votado allí, porque nunca ha cambiado su domicilio electoral; y tampoco puede aspirar a puesto alguno en el cantón de la Unión, aunque tenga 40 años de vida pública en ese cantón, porque nos e ha registrado como ciudadano residente de ese cantón. Estas cosas parecieran no tener sentido en comunidades territoriales pequeñas, donde esas condiciones de territorialidad podrían no tener ninguna trascendencia e importancia práctica política. Pero, así es como funciona el sistema electoral nacional.

        A todo esto se agrega que los partidos políticos están obligados actualmente a considerar una igualdad total en la conformación de las listas de candidatos, de manera que haya alternabilidad vertical de género, hombre mujer, en la lista de cada distrito y cantón, y a la vez haya una igualdad similar en la alternabilidad horizontal de cantones, cuando un partido político está inscrito en varios cantones de una misma provincia. Cuando esto ser incumple se viola la ley electoral de la igualdad paritaria. Esto le ha sucedido a los partidos cantonales, en esta ocasión, que apoyan al Presidente Rodrigo Chaves y se identifican totalmente con él, “Aquí Costa Rica Manda” y “Pueblo Soberano”.

        Las elecciones municipales son un reto, un desafío, para todos. En ellas se van a elegir 84 gobiernos municipales, que tienen que ver con el diario vivir de todos nosotros. Por ello es importante ir a votar el 4 de febrero. Es igualmente importante enterarse de cuáles partidos están participando en cada uno de los cantones, y en el nuestro, donde ejercemos el voto. Podemos votar por partidos cuando tenemos confianza en esos partidos, o podemos escoger votar por candidatos, por la misma razón, porque nos merecen más confianza, aunque vayan postulados por un partido. Lo que debemos tener claro es que por quien decidamos votar, debemos darle el voto a él y a la papeleta de candidatos que él impulsa, para que lo acompañen en las tareas del gobierno municipal, para garantizar mejor su próximo gobierno, que es el que tiene que ver con los problemas inmediatos que nos aquejan en cada cantón.

        Dos bufones amargados y tristes por el triunfo de Venezuela

        Mg. José A. Amesty Rivera

        El pasado miércoles 20 recibimos con agrado y regocijo la noticia de la liberación del diplomático venezolano Alex Saab. El funcionario del gobierno venezolano viajó a Teherán en 2020, para proponer al gobierno iraní, un intercambio entre Venezuela e Irán, dada la hostilidad imperial contra ambos países.

        La liberación se da en un canje por ciudadanos estadounidenses capturados en Venezuela.

        Las acusaciones del imperialismo contra Saab, fueron ser un peligroso agente, con instrucciones secretas y acuerdos ilegales contra EEUU, en acuerdo con Irán, denuncias que nunca lograron probar.

        Inmediatamente al hecho noticioso, surgen muchas reacciones a favor y en contra, pero la que nos llaman más la atención es la de dos senadores cubano-americanos de larga data como anti reaccionarios a todo lo que se llame Revolución. Los tales son: Marco Rubio García y Robert «Bob» Menéndez.

        Las reacciones de Rubio García, senador republicano por Florida, las resumimos así:

        «La decisión del presidente Biden es una vergüenza»; «la medida le otorgó una nueva concesión al régimen de Nicolás Maduro»; «Saab es el arquitecto de la operación de corrupción y lavado de dinero de Maduro, esquema que ha privado de recursos al pueblo de Venezuela»; «desafortunadamente, este intercambio sólo incentiva a los dictadores a que secuestren más norteamericanos”.

        Por su parte, el senador demócrata, por Nueva Jersey, Bob Menéndez señalo: «Estos acuerdos incentivan a matones como Maduro a tomar rehenes estadounidenses, para presionar al gobierno estadounidenses a hacer concesiones»; acusó a la Casa Blanca de haber negociado este canje de prisioneros con Venezuela «en secreto» y calificando el intercambio de «inconcebible».

        Recordemos que estos personajes nefastos, tienen su historia antirrevolucionaria contra Venezuela y por supuesto contra Cuba.

        Marco Rubio García

        • En algún momento afirmó, que «hay elementos del extranjero, de la izquierda, en Venezuela y Cuba” que “están buscando desestabilizar al Gobierno de Colombia”. Cuando la realidad es, según la camarada Norelys Morales Aguilera, la realidad testimonia la aguda crisis, la represión y las medidas ultra neoliberales, que han hecho que los colombianos se lancen a las calles, además de los desaparecidos durante las protestas y los videos que han circulado sobre ataques de la policía a la sociedad civil.
        • Igualmente, recordamos las denuncias del compañero, Tony López R., periodista, politólogo y analista internacional, quien señala: «debemos enfatizar que es un Señor de la Guerra, al desear borrar las ideas y ejemplos de Bolívar y Martí, que guiaron a los dos grandes líderes de esta época, Fidel Castro y Hugo Chávez, y que protagonizaron esta gesta libertaria en los albores del Siglo XXI frente al imperialismo yanqui.
        • En este sentido, Marco Rubio (cabeza política e ideológica) es el arfil más importante en este ajedrez político, para manejar el tema cubano- venezolano, el senador cuenta con el respaldo de la mafia cubana-americana y venezolana de Miami.
        • También, desde hace algunos años, Marco Rubio, se vinculó a la tarea de provocar el derrocamiento del gobierno de Maduro, y lo ha hecho siempre. A su vez, el senador Rubio fue uno de los promotores del Concierto Aid Live Venezuela. Esta actividad, tenía el propósito tratar de ingresar, ilegalmente, una supuesta ayuda humanitaria a Venezuela.
        • A su vez, recordemos el escándalo que se produjo, vinculando al excongresista cubano americano, David Rivera de reconocida posición contra los gobiernos de Cuba y Venezuela, en una estafa o fraude, por una demanda puesta por el gobierno bolivariano de Venezuela en su contra, quien en el año 2017 fue contratado por la empresa PVDSA, pese a sus relaciones íntimas con Marco Rubio, aparece involucrado en un escándalo que lo vincula a dicha empresa perteneciente al Estado venezolano, que lo involucra en una estafa de 50 millones de dólares, de los cuales había recibido 15 millones, un dineral nada despreciable para que Rubio perdone a su amigo Rivera, o no es descartable que ser cómplice.
        • A todo lo anterior se suma, los esfuerzos y trabajos de Rubio, que realizo con delegaciones miembros de la OEA, para lograr la condena del gobierno venezolano y así poder justificar, legalmente, una intervención militar a través del TIAR y respaldo de la OEA, las condenas nunca fueron logradas, a pesar de que, junto al Secretario General de la OEA, el mercenario Luis Almagro, presionaron y chantajearon a muchos gobiernos.
        • Recordemos igualmente, la jugada de Rubio contra Venezuela de promover la designación de Carlos Trujillo, cubano americano y excongresista estatal de la Florida, como embajador de Estados Unidos ante la OEA, quien tuvo la tarea de que en plena complicidad con el Secretario de la OEA Luis Almagro, se reconociera al inexistente gobierno de Guaidó y se nombrara a un “embajador” que recayó en el derechista opositor Gustavo Tarre Briceño, que no representa a ningún Estado y ejerce fraudulentamente ese cargo.
        • En el año 2019, afirmo: “Hoy otra explosión de transformadores en la presa alemana (’German Dam’) en el Estado Bolívar-Venezuela, causó otro apagón masivo. ¿El resultado? Han muerto pacientes gravemente enfermos, el metro Caracas sigue fuera de servicio y pocos o ninguno de los vuelos han llegado o salido de Caracas durante más de 20 horas”, aseguró el político, informando falsa y descaradamente sobre sucesos que nunca ocurrieron.
        • En 2016, el congresista republicano Marco Rubio mencionó que Cuba estaba utilizando ataques sónicos para afectar la salud de los diplomáticos de EEUU, residentes en la Habana llamando a las ondas el “rayo de la muerte”.

        Estas son solo algunas muestras, de la mitomanía y lo monotemático de Rubio García, quien ha labrado su carrera política con base en estas prácticas.

        Robert «Bob» Menéndez

        • Su vida política está sellada por un largo historial de acciones contra Cuba, Venezuela, Nicaragua y gobiernos o movimientos populares de América Latina y el Caribe, nunca se ruborizo, al empeñarse durante años en recrudecer el genocida bloqueo a Cuba y en fomentar el golpismo y la violencia fascista en Venezuela.
        • Pero su historial oscuro, viene de más atrás (2009), cuando con su obsesión anticubana, emprendió una acción-jugarreta chantajista para bloquear la visita de la Orquesta Sinfónica de New York a La Habana, lo cual publicaron varios sitios en internet, entre ellos Cubadebate.
        • Menéndez es un enemigo jurado de Cuba, a la cual ha acusado de todo lo peor. Recuerden que, en su época, quiso hacer ciudadano americano al niño Elián, para que no fuera a reunirse con su padre.
        • Bob Menéndez, introdujo un recurso en el Congreso estadounidense, que busca restablecer un programa de robo de cerebros dirigido a los médicos cubanos que cumplen misión en el exterior.
        • Así mismo, presento un proyecto de Ley ante el Congreso, que busca prohibir a los tribunales de Estados Unidos, el reconocimiento de marcas comerciales cubanas, supuestamente vinculadas con propiedades nacionalizadas después del triunfo de la Revolución en enero de 1959. Con el título “Ninguna marca robada reconocida en Estados Unidos”, la legislación busca aumentar el cerco económico contra Cuba.
        • En New Jersey, estado que representa en el Senado, los enterados vieron con asombro cómo desviaba fondos de la campaña, para impulsar la reelección a la cámara de diputados de su amigo, el también cubanoamericano y enemigo jurado de la Revolución Cubana Albio Sires.
        • Menéndez se manifestó reiteradamente contra la política del gobierno de Obama y Biden hacia Cuba, de la que llegó a decir que era “dramática y errada”, mientras clamaba ardorosamente junto a ellos por el endurecimiento del bloqueo.
        • Por otro lado, desde su asiento, Bob Menéndez, intenta sabotear el reinicio del acercamiento a Cuba y el diálogo de Estados Unidos con los gobiernos de Nicaragua y Venezuela, junto a Marco Rubio.
        • En general, con su asiento en el senado norteamericano, mantiene la presión contra la administración Biden respecto a Cuba y otros asuntos de política exterior.

        En fin, estos personajes ante el triunfo de Venezuela con la liberación de Alex Saab, descargaron todo su veneno anti revolucionario, cuales bufones del imperio, sintiéndose afligidos y resentidos.

        La Patria en juego (2)

        Dr. Oscar Aguilar Bulgarelli

        En un artículo anterior, bajo este mismo título, explicamos como algunas de las formas autocráticas de gobernar del presidente Rodrigo Chaves, ponían en juego a nuestra Patria. Por supuesto que los errores y las pifias no han disminuido durante este año que termina, sino que, por el contrario, han aumentado exponencialmente; lo que es motivo de congoja permanente para todos aquellos que nos negamos a caer en el limbo de la indiferencia y del “qué me importa a mí”.

        Sin embargo, cuando el presidente de la República anunció que saldría del país por los días de las fiestas de Navidad y Año Nuevo, muchos respiramos y pensamos: ¡nos vamos a comer el tamalito con tranquilidad!; pero no, nos equivocamos de medio a medio, como dicen, pues no contamos con la astucia mañosa del chavismo y que iba a dejar al mando del descrédito de nuestra democracia a la diputada Pilar Cisneros y su infatuada forma de proceder y hablar…con base en el texto de su telepronter.

        Siendo así, con altanería nunca vista, se atrevió a decir que vivíamos en una dictadura de tres instituciones: El Tribunal Supremo de Elecciones, la Contraloría General de la República y la Sala Constitucional; personalmente en mis libros he realizado severas críticas a estas tres instituciones por su actuación en casos específicos, pero jamás he utilizado semejante y oprobioso término hacia esas tres instituciones. Será que por haber nacido en esta tierra, si conozco también sus virtudes y su papel fundamental para la democracia.

        No tengo idea quien o que asesor le escribe sus intervenciones en el telepronter, pero no me cabe duda de que tiene un cerebro choreco, porque solo así se puede explicar estos ataques desaforados de doña Pilar a tres bastiones institucionales de nuestra democracia. Se puede estar en desacuerdo con las decisiones que se tomen en esas instituciones, discutir democrática e inteligentemente sobre las mismas; pero jamás hacer un llamado al odio que enciende los comentarios en sus granjas de troles, bien pagados por el chavismo, y que abiertamente gritan en favor de la destrucción institucional de la democracia.

        Lo anterior, me hizo recordar una frase del comunicador y sociólogo español Manuel Castells en su libro “Ruptura”, en el cual al referirse a situaciones como la que propicia el chavismo irresponsable dice, “…esto abre las puertas a soluciones autoritarias que acabarían de descomponer las bases de la convivencia democrática, con consecuencias dramáticas que, sin necesariamente reproducir las atroces experiencias del siglo XX, podrían ser inductoras de nuevos dramas…” Cuidado doña Pilar, no jueguen con fuego.

        Precisamente, en otro artículo Mía Fink U. una joven activista cívica, señaló claramente que la labor de los defensores de la democracia contrasta con el silencio ante la opresión; vea doña Pilar qué contradicción. Usted vivió en carne propia eso, la opresión; y huyendo de ella la recibieron los costarricenses de brazos abiertos; pero ahora usted y el régimen que aúpa, quieren que a todo se le diga sí, porque si no, la prensa vasalla que ha creado el Chavismo viene como jauría a dentelladas, contra quienes si defendemos el derecho a disentir y tener libertad de pensar y actuar.

        Vamos a suponer una cosa, doña Pilar, que lo dicho por usted y su líder Rodrigo Chaves es cierto y que los ejemplos que ponen para afirmar que, anteriormente, las tres instituciones aprobaron proyectos semejantes y que hoy los rechazan. Pero resulta doña Pilar, que en todos esos proyectos rechazados se han dado los argumentos jurídicos más que suficientes para demostrar, sin lugar a duda, que hay serias violaciones a la legalidad. Ahora bien, resulta que ustedes ganaron las elecciones alegando que todo lo hecho anteriormente estaba mal, que era ilegal y corrupto; supongamos que ahora esas tres instituciones quieren corregir los errores del pasado (si en realidad los hubo, no se), pero ustedes ahora quieren que sigan pecando, cayendo en la ilegalidad y la corrupción y hasta han llegado a bendecir procedimientos que antes maldijeron. Ven don Rodrigo y doña Pilar, ¡qué fácil se les “deschoreca” su argumento!

        No don Rodrigo, Doña Pilar, todos sus acólitos y vasallos, así no jugamos en esta bendita democracia, muchos la defenderemos hasta el final, y como principio fundamental deben saber que, ante una Patria en peligro, por el futuro de nuestros hijos, nietos y bisnietos, no tenemos miedo de decir lo que pensamos.

        Es urgente una desescalada a la xenofobia en el país

        Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

        Terminamos este 2023 conociendo los resultados de un estudio a todas luces preocupante. Promovido por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y llevado a cabo entre agosto y octubre, revela tres datos de peso que requieren ser abordados urgentemente.

        El primero: 8 de cada 10 jóvenes costarricenses consultados ha estado en una situación en la que ha presenciado chistes o comentarios xenofóbicos. Este dato expresa la normalización de una conducta discriminatoria en la que el temor y en particular el rechazo y el odio al extranjero son el principal sentimiento construido.

        En otras oportunidades hemos comentado que la xenofobia no es un hecho monolítico. Más bien sucede dependiendo de situaciones como crisis económicas, coyunturas políticas, conflictos entre países vecinos. Pero su instalación de forma permanente sí que debe alertar en una sociedad que ha dejado hace tiempo de convivir y ha puesto la violencia como su principal motor de búsqueda en las relaciones sociales.

        El segundo dato es aún más preocupante. Cerca del 70% de personas jóvenes consultadas dijeron haber recibido bromas o comentarios negativos con respecto a su país de origen. Ya se ha planteado cómo el humor es un recurso de violencia que tiende a ser más intenso aún que la violencia misma. El chiste, la broma xenofóbica esconden una forma de discriminación que, bajo el argumento de la risa, naturaliza peligrosamente esas actitudes. El humor puede ser peligroso si no se aborda con respeto y cuidado.

        El tercer dato a destacar enciende todas las alertas: es en los centros educativos y los espacios laborales donde más ocurren actos de xenofobia y discriminación. La vida cotidiana está impregnada entonces de estos hechos violentos. Este aspecto debiera conducir justamente a trabajar campañas y estrategias de sensibilización orientadas a conocer las causas y los impactos de los procesos migratorios en el país.

        Es urgente desescalar estos procesos discriminatorios. En otros escenarios, los discursos de odio han antecedido a las prácticas violentas en contra de los otros y las otras. Debemos prevenir a toda costa que esto suceda en nuestro país. Estamos a tiempo.

        Mario Devandas Brenes, hito y bastión del movimiento social costarricense a tres años de su fallecimiento

        Adalberto Fonseca

        El 25 de diciembre, hace tres años, -a sus 74 años-, fallece Mario Enrique Devandas Brenes, un hito y bastión del movimiento social costarricense.

        Hacemos recuento de su aporte invaluable al fortalecimiento político y organizativo de la clase trabajadora en Costa Rica, partiendo de la década de los setenta y años subsiguientes, su participación en organizaciones de trabajadores en instituciones como el INVU, el ICE, el MOPT, en las que fue esparciendo la semilla de organización y cultura política.

        Mario fue integrante del Partido Socialista Costarricense (PSC), y testigo directo del surgimiento de otros grupos políticos como el Movimiento Revolucionario del Pueblo, el Frente Popular y la articulación del Partido Vanguardia Popular, que pueblan los años 70’s; en parte gracias a la derogatoria del artículo 98 constitucional que, desde la Guerra Civil del 48, prohibía la organización de grupos y partidos políticos cuyo pensamiento y acción atentara contra la “democracia”.

        Ya en la década de los 70’s participó en la consolidación de la Federación Nacional de Trabajadores Públicos (FENATRAP), de la que fue secretario general, al igual que en el fortalecimiento del Comité de Unidad Sindical (CUS).

        Fue electo diputado por la coalición Pueblo Unido en 1978, acompañado por Humberto Vargas Carbonell y Rodrigo Ureña Quirós.

        Para el inicio de la década de los 80’s nace la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), de la que Mario será presidente y se incoan otros procesos unitarios en los que fue protagonista.

        En junio de 1986 surge el Consejo Permanente de Trabajadores (CPT), espacio unitario que sumaría a todas las centrales sindicales, grupos cooperativos, productores y trabajadores independientes. El CPT presenta una visión y propuesta de desarrollo económico y social para el país: el Programa Económico Costarricense (PEC1), proyecto liderado por Mario Devandas y un grupo de economistas de la Universidad Nacional, presentado al Gobierno de la República y discutido por los trabajadores costarricenses en foros y mesas de trabajo.

        Para las elecciones de 1986 fue candidato a la Vicepresidencia de la República por la coalición “Pueblo Unido”.

        Devandas también se distinguió en las luchas contra el “Combo del ICE”, y los movimientos derivados de ese proceso. Adelante tuvo intensa agenda de trabajo y esclarecimiento en muchas jornadas a nivel nacional sobre las implicaciones del Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos de América.

        Fue en su momento asesor político del diputado José Merino del Río.

        Gestor y propulsor de la Asamblea de Trabajadores del Banco Popular, donde asumió también puestos de dirección.

        Devandas asume nombramiento en representación de los trabajadores en la Junta Directiva de la CCSS en junio de 2014, juramentado por el presidente Solís Rivera, luego de una postergación y negación de la presidenta Chinchilla Miranda, al desconocer una decisión de los trabajadores años atrás.

        Una figura mediática en la prensa costarricense, la voz disonante y disidente ante la visión de aquellos defensores del “status quo”, siempre persistente a favor de un pueblo que le respeta.

        Santa Claus, San Nicolás, Papá Noel y el Abuelo de la Nieve

        Vladimir de la Cruz

        Las tres figuras me han acompañado. Papá Noel y el Abuelo de la Nieve después de 1965. Antes de ese año no los conocía.

        Mi crianza familiar me tuvo en contacto con Santa Claus, débilmente, para la época navideña, por el entorno cristiano en que me desenvolví. Una parte de mi familia, la más dominante en esos años, la materna, creyente en Dios y Cristo, pero alejada de la iglesia y sus prácticas religiosas; la paterna, totalmente identificada con la tradición católica en todas sus formas.

        En los barrios donde viví pesaba más la tradición católica. Todavía hasta la década de 1970 en los barrios, en algunas casas, ponían letreritos en las ventanas que advertían que no admitían propaganda protestante, rechazando de esa manera a quienes visitaban casas llevando su mensaje cristiano y tratando de ganar adeptos, para las corrientes no católicas.

        Diciembre me llegaba en esa doble dimensión. Por la vía materna con un sentido de la realidad, esperando algún regalo, que no lo recibiría de Santa Claus, sino del esfuerzo económico que podía hacer mi madre, de acuerdo, en primer lugar, a mis necesidades inmediatas y, luego, en la posibilidad a mis peticiones. Nunca fui exigente en peticiones de regalos. Me conformaba con lo que se podía. Nunca en las dificultades que pasamos mi madre me hizo sentirlas. Era sumamente orgullosa en ese sentido. Quizá también trataba de criarme sin angustias o estreses. Pero supo hacerme entender la importancia del trabajo, la austeridad y sencillez ante la vida, de lo superfluo e innecesario, y la importancia y valor del ahorro. En esto, mi madre, nunca estableció límites para los libros. Para ella, fueron necesarios y grandes compañeros.

        Con ella iba a comprar algún regalo para compartir o distribuir con algunos familiares. Así descubrí finamente quién adquiría los regalos y quien los distribuía.

        Allá por 1957, con un apoyo económico de mi padre, que estaba en Venezuela, la Navidad me dio una bicicleta, el más grande de los regalos hasta ese momento recibido. La estrené inmediatamente. La usé en los días de la campaña presidencial de Mario Echandi, en enero de 1958, con un letrero en cartón al frente, que decía, según la foto de recuerdo que tengo, “La oposición triunfará” … y triunfó.

        El personaje de Santa Claus se me presentaba sin una historia. Aparecía en los días de diciembre, como una gran esperanza, especialmente de regalos, para la noche de Navidad, del 24 al 25 de diciembre, que son dos noches, la Nochebuena y la Noche de Navidad.

        La imagen de esa noche, que sigue siéndolo, cada vez más desdibujada, era la de un personaje en trineo volador, llevado por renos, iba cargado de regalos dejándolos a todos los niños, juguetes, golosinas de distinto tipos. El personaje era grande, con barba blanca, vestido de rojo, alegre y panzón. De cachetes colorados, que más parecían resultado de una borrachera que de su natural fisonomía. También estaba el personaje del “niño”, que no se asociaba tanto a regalos.

        Allá por el año de 1963 o 1964, la Librería Lehmann ponía en una de sus ventanas, a modo de una vitrina, un San Nicolás, rodeado de regalos y objetos relacionados con la Navidad, que pasaba riéndose todo el día, frente a sus observadores de la calle. Militaba yo en la Juventud Socialista Costarricense, que era la organización juvenil del Partido Vanguardia Popular, y decidimos decir, y repartir algunas hojas sueltas, que ese San Nicolás, de la Librería Lehmann, lo que hacía era reírse de lo que la gente y los niños pobres le pedían, burlándose de sus pedidos. En su momento tuvo su impacto nuestra crítica. Después, desapareció este San Nicolás de esa vitrina.

        Durante los años 1965 y 1966 viví en la Unión Soviética, estudiando en Moscú. En noviembre de 1965, cuando estaba en la Plaza Roja, viendo el desfile de celebración de la Gran Revolución Rusa, en un gran almacén, GUM, que estaba a mis espaldas, ya había algunas referencias al fin de año. Sorpresa para mí fue el Abuelo de la Nieve, que destacaba como elemento atractivo de esos días. De momento interpreté que era la versión soviética del Santa Claus cristiano y de los países occidentales.

        Las iglesias ortodoxas que empecé a conocer, y cerca de donde estudiaba había una, no estaban adornadas con motivos navideños como se acostumbra en nuestros países. No recuerdo, por ejemplo, que en ellas hubiera un portal.

        Pensé, igualmente, que el Abuelo de las Nieves podría estar relacionado con la separación Iglesia Estado que existía en la sociedad soviética, donde tampoco había cursos o clases de religión en el sistema educativo, como se había hecho en Costa Rica con las reformas liberales entre 1882 y 1940. Aquí, la tradición religiosa se fortaleció por la enseñanza del cristianismo en el hogar y en la Iglesia. En la URSS la tradición religiosa se mantuvo de igual manera en el hogar y en las iglesias, sin que desapareciera. Había restricciones de ejercicio religioso, con tolerancia para que iglesias ortodoxas trabajaran; había centros religiosos como el de Zagorsk, cerca de Moscú, que se me parecía a un Vaticano ortodoxo.

        En Rusia la iglesia ortodoxa se había empezado a manifestar al final del primer milenio, hacia el año 988, cuando se fortalecieron las relaciones entre los pueblos de la Rus de Kiev y Constantinopla, y se produjo el matrimonio de Vladimiro I de Kiev con la hermana del emperador Basilio II, motivo por el cual Vladimiro I se bautizó y adoptó el cristianismo ortodoxo.

        En 1927, al asumir el patriarca Sergio I, a nombre del Patriarcado de Moscú y de toda Rusia proclamó lealtad al gobierno soviético y a colaborar con la Revolución, desarrollándose una relación de cercanía y distancia, de tolerancia y de persecución.

        Durante la II Guerra Mundial, la Iglesia ortodoxa rusa se sumó a la defensa de la URSS y de la Gran Patria Socialista. Stalin autorizó a los obispos, sacerdotes y patriarcas a bendecir, en ceremonias públicas, las banderas de los regimientos militares que partían a los campos de batalla. Los templos religiosos tuvieron gran activismo religioso. Sacerdotes que estaban presos fueron liberados. Los patriarcas ortodoxos Serguéi Starogorodski, Alexéi Simanski y Nikolái Yarushévich, se reunieron en el Kremlin y restablecieron el Santo Sínodo de Moscú y el patriarcado. La Iglesia se había convertido en un aliado estratégico en la lucha contra el nazi fascismo. Parecido fue en Costa Rida cuando el Obispo Anselmo LLorente y la Fuente, en 1855, se sumó llamado del Presidente Juan Rafael Mora para ir a combatir contra William Walker y su horda filibustera.

        De la lucha contra el nazi fascismo la Iglesia ortodoxa rusa salió victoriosa. Entiendo que a uno de sus Patriarcas, a Alexei, le dieron el reconocimiento mayor de la URSS, en aquellos tiempos, de Héroe de la Unión Soviética, por el papel que habían jugado.

        Con la llegada de Mijail Gorbachov, y la celebración del milenario de la cristianización de la Rus de Kiev, se flexibilizaron las relaciones del Estado y gobierno soviético con la Iglesia ortodoxa rusa.

        A la caída y desintegración de la URSS la Iglesia ortodoxa rusa inició un proceso de reunificación, lo que terminó el 17 de mayo del 2007 cuando se firmó el «Acta de comunión canónica«, entre el Patriarca Alejo II, del Patriarcado de Moscú y toda Rusia, y el Metropolitano Laurus , de la Iglesia rusa en el exilio, acto en el cual estuvo presente el presidente ruso Vladímir Putin y muchas destacadas personalidades de Rusia, acabando así a los 90 años de cisma que existían.

        Con Putin la Iglesia ortodoxa rusa se ha fortalecido. Putin negoció con Grecia y con la Iglesia ortodoxa griega el retorno de reliquias y tesoros de la Iglesia ortodoxa rusa, que durante la II Guerra Mundial, se habían depositado en la Iglesia ortodoxa griega.

        Cuando Boris Yeltsin falleció se le hizo un Funeral de Estado en la Catedral de Cristo Salvador en Moscú, que había sido reconstruida en 1994.

        El Presidente Putin algunas veces se retrata haciendo lucir en su pecho una cruz ortodoxa cristiana.

        La Iglesia ortodoxa rusa no tiene la imagen navideña del Santa Claus o San Nicolás. En ese tiempo de estancia en la URSS me acompañó el Abuelo de la Nieve o Ded Moroz, que también puede traducirse como Abuelo del Frío. De rebote oía de Papá Noel, tal vez por la cercanía de los países nórdicos en Rusia, que por ahí me llegó esa imagen. Papá Noel era tan solo el cambio de nombre de Santa Claus o San Nicolás para otras comunidades de cristianos.

        Todo se concentraba en el obsequio de regalos, especialmente para niños, en esos días del 24 y 25 de diciembre.

        Muchos años después, por inquietudes intelectuales, aprendí que la fiesta de los regalos a los niños se hacía en la Roma antigua, cuando en diciembre, recordando a Saturno, el dios Cronos, para los griegos, se acostumbraba a obsequiar a los niños.

        También, descubrí que Santa Claus estaba relacionado con un obispo católico, nacido en la ciudad de Patara, en el Asia Menor, que era conocido como San Nicolás, Nicolás de Bari, hijo de una familia rica, que a la muerte de sus padres, decidió repartir su riqueza en hogares de familias pobres. Especialmente ayudó a una familia para que sus hijas, por pobreza, no se tuvieran que dedicar a la prostitución.

        Nicolás vivió en el siglo III después de Cristo. Murió con certeza el 6 de diciembre del año 345. En el siglo VI se empezaron a construir templos en su nombre, y en 1807 sus restos se trasladaron a la ciudad de Bari, en Italia.

        Originalmente, en la Edad Media, en la tarde del 5 de diciembre, se daban los regalos, antes de la fiesta de San Nicolás, que ya se había establecido. La Reforma Protestante, de Martín Lutero, movió la fecha para los días 24 y 25 de diciembre, por la oposición que hacían los protestantes a la veneración de santos, y centrarse en la veneración de Cristo. Lutero impulsó el Christkind como el repartidor de regalos, pero se mantuvo más fuertemente el San Nicolás.

        En los países nórdicos, de conformidad con la mitología de estos países, se desarrolló Mikulás, con raíces en la leyenda de San Nicolás, haciendo los regalos el día del solsticio de invierno, 21 de diciembre, cuando el dios Odin volaba en un coche repartiendo regalos.

        En la tradición inglesa se desarrolló desde 1510 el “Padre Navidad”, “Father Christmas”. Durante los reinados de los Tudor, 1485-1603, y los Estuardo, 1567-1625, surgieron personajes como ‘Capitán Navidad’, ‘Príncipe Navidad’, ‘Señor de la Navidad’, que presidian banquetes y entretenían. Con la reforma anglicana se intentó prohibir la Navidad, situación que se mantuvo hasta 1652, cuando a partir de 1660 se revivieron las tradiciones navideñas, refortalecidas en la era victoriana, 1837-1901, en el siglo XIX y XX.

        La tradición de San Nicolás, sin embargo, desde el siglo XIII tiene su relevancia. En otros países, europeos, se celebró el personaje Papá Noel. La imagen de Santa Claus sobre la de San Nicolás se empezó a imponer, en 1624, cuando los inmigrantes holandeses, en Estados Unidos, fundaron la ciudad de Nueva Amsterdam, actualmente New York.

        En algunos países europeos, de tradición cristiana, se exalta a Sinterklaas, representativo de San Nicolás. En Estados Unidos, desde 1809 fue anglicanizado a Santa Claus, por el escritor Washington Irving, sin apariencia de Obispo, y su Papá Noel surgió como un marino gordo, vestido de verde, tratando de disminuir la tradición navideña.

        Desde 1863 Santa Claus tiene la fisonomía con la que se le retrata y expresa, gordo, de barba blanca, bonachón. Su figura la pintó el alemán Thomas Nast, publicada en Harpers Weekly. La vestimenta que se le puso fue en alusión a la de los obispos de la viejas épocas.

        De los Estados Unidos la figura regresó a Europa a mediados del siglo XIX y dio origen a Papá Noel, cuando una compañía norteamericana, Lomen Company, anunció que Papá Noel venía del Polo Norte, con su coche y sus renos navideños.

        En el siglo XX la empresa Coca Cola, encargó al pintor Haddon Sundblom para que le hiciera un cartel publicitario, en 1931, con la figura de Papá Noel más humano y creíble, con lo que su imagen, llámese como se llame, se popularizó más universalmente. En los colores del traje predomina el rojo y el blanco, pero puede acompañarse del verde. Fred Mizen fue el pintor del anuncio de Navidad en el que se coloca a Santa Claus en medio de una multitud bebiendo el refresco.

        El Polo Norte siguió siendo el sitio de residencia de Santa Claus, Papá Noel o el Abuelo de las Nieves. Hay ciudades o lugares que tratan de atribuirse este sitio, casi por razones turísticas.

        Los renos del trineo volador son dirigidos por el reno Rodolfo o Rudolph, que ilumina el camino con su nariz roja. Los nombres de los otros renos son Dasher, Dancer, Vixen, Prancer, Cupid, Comet, Blitzen y Donner. Responden a nombres como Trueno, Relámpago, Bromista, Cupido, Cometa, Alegre, Bailarina, Pompón.

        Antes de los medios electrónicos y digitales que se disponen hoy, para las comunicaciones a Santa Claus, al estilo y visión de un Julio Verne, ya se le había dotado de cualidades excepcionales, inmortalidad, telepatía, teletransportación, inmunidad al frío y al calor, capacidad para dominar la gravedad y otras más.

        Santa Claus sigue representando una gran ilusión para niños. Es el encargado de dotar juguetes en estos días.

        Santa Claus, San Nicolás, el Abuelo de la Nieve o Papá Noel desplazó a los tres reyes magos en la dación de regalos, que se asocia al 6 de enero. Los Reyes Magos, Melchor, el mayor, de barba blanca, Gaspar, el más joven, de pelo negro y Baltasar, un negro, con sus regalos, incienso, la mirra y oro, al niño recién nacido, niño Jesús. En la entrega de estos regalos se basa la tradición de regalar a niños en la noche del 24 al 25 de diciembre, que es cuando se celebra el nacimiento del niño Jesús.

        En México, por ejemplo, se acostumbra a hacer los regalos el día de los Reyes Magos, el 6 de enero; no en la navidad.

        Para mí, el mejor de mis regalos fue mi madre, que nació un 6 de enero.

        En 1988, mi hijo Tupac estaba en la Guardería de la Universidad Nacional, donde yo trabajaba como Decano de la Facultad de Ciencias Sociales, en ese momento. En la guardería, excelente que era, estaban los hijos de amigos, profesores, académicos y funcionarios universitarios. Muchos de los niños eran muy cercanos a mí, porque ayudaba a veces a su transporte, así como me ayudaban con Tupac, de igual manera.

        Ese año, para la Navidad, me pidieron, en la Guardería, colaborar llegando disfrazado de San Nicolás. Acepté la invitación y el reto que esos significaba. Por mi relación con mis amigos y sus hijos conocía prácticamente los nombres de casi todos los niños.

        Me puse el traje de San Nicolás, que me habían dado, en casa de mi suegra, en la Uruca. Salí en carro disfrazado. Me divertí a montones en la calle, cuando los conductores de otros carros, se sorprendían de ver un Colacho manejando. Llegué a la Guardería avisando de mi proximidad para que prepararan a los niños. Los tenían a todos en el patio cuando les avisaron de mi presencia y llegada. ¡Asombro en todos!, que no esperaban a San Nicolás. Más asombro cuando ese San Nicolás los reconocía por sus nombres, cuando jugaba con ellos en el patio de diversas maneras, los perseguía haciéndolos correr por toda la Guardería… El más sorprendido quizás era mi hijo Tupac. No me reconocía de plano pero sospechaba que podía ser su papá. Se quedaba viéndome fijamente, como diciendo… a ese yo lo conozco… ese se me parece a… esa voz es conocida… Finalmente me descubrió…

        Fue una gran experiencia haber hecho de San Nicolás, haberlo encarnado, haber hecho alegres por un buen rato a un grupo de niños, haber fortalecido en ellos sentimientos nobles, solidarios, alegres, de paz, con lo que les decía, y de haber repartido regalos que la guardería les tenía como recuerdos de ese año.

        La ruta de la democracia participativa: entre riscos y planicies – libro

        Héctor Ferlini-Salazar

        Comparto mi libro La ruta de la democracia participativa: entre riscos y planicies. Es una producción de la Editorial de la Sede del Pacífico de la Universidad de Costa Rica.

        En la Introducción expongo lo siguiente:

        En mi artículo “Los Derechos de la Niñez y la Adolescencia, las juventudes, y la participación en política pública”, -que se puede consultar en el anexo de este libro y fue publicado en 2017 por la Revista Estudios de la Universidad de Costa Rica-, señalo que “hablar de democracia, o incluso de democracia participativa resulta un ejercicio cotidiano y en riesgo de estar vaciado de contenido. Por esto, como primer elemento, es necesario establecer una conceptualización para la democracia participativa no como un momento culminante o punto de llegada sino como un proceso de acumulación orientado al logro de un sistema político, según el cual, se supera la democracia representativa (o delegativa) para dar paso a la participación o incorporación efectiva de la ciudadanía en cuatro dimensiones: la formulación de la política pública, su ejecución, el control, y la re-formulación de política pública”.

        A tono con este enfoque, en este volumen se incorporan tres artículos: “El consumismo como práctica irracional en una sociedad que se define como solidaria”, “Formación de estrategas para construir ciudadanía desde la dignidad como piedra angular” y “Construcción de comunidad y patrimonio cultural”. En estas reflexiones se muestra una situación que alude al título principal de portada: La ruta de la democracia participativa: entre riscos y planicies.

        Efectivamente, en el primer capítulo se aborda lo que denomino una supra-relación clave en la construcción de bloqueos a la participación consciente: la promoción del consumismo irracional; en el segundo se avanza en cuanto a la conceptualización de los procesos que pueden llevar a la construcción de cultura de ciudadanía, para, precisamente, superar ese bloqueo; el tercer artículo refiere a una experiencia concreta de construcción de cultura de ciudadanía mediante la patrimonialización de valores comunitarios.

        Esa dinámica entre los recursos del sistema dominante para evitar la participación ciudadana consciente y comprometida y la construcción de ciudadanía gracias a la vida comunitaria, es lo que permite imaginar la ruta hacia la democracia participativa como un viaje entre los riesgos y durezas del risco y la fertilidad de la planicie que propicia los asentamientos humanos y la producción de la tierra.

        Como resulta evidente, que en el 2003 se haya reformado el Artículo 9 de la Constitución Política para incluir el concepto de gobierno participativo, no es suficiente para asegurar la presencia ciudadana en la toma de decisiones claves. Por ello, en las siguientes páginas se aborda el reto de construir democracia de calidad teniendo presente las murallas que hay que enfrentar, la metodología que nos permite hacerlo con éxito, y los avances comunitarios que podemos tener en cuenta.

        Puede descargar el libro desde este enlace.

        El Presidente Chaves se quedó sin posibilidades electorales municipales propias

        Vladimir de la Cruz

        Antes de 1890 en Costa Rica no había partidos políticos, como las organizaciones que hoy tenemos. Había sistema electoral, sin partidos políticos, con restricciones electorales significativas. Solo votaban los hombres, mayores de edad, que tuvieran cierta capacidad económica, que no fueran analfabetos, que constituían los electores. El voto era público, no secreto. De esa manera se podía determinar cuál candidato iba ganando el proceso electoral al conocerse los electores que por él iban a votar o le apoyaban. Eso fue lo que ocurrió con las movilizaciones del 7 de noviembre de 1889, para evitar un posible fraude electoral que se rumoraba.

        Los electores, ya definidos, elegían entre ellos a un grupo, que pasaba a una ronda electoral, lo que se conocía como voto indirecto, disminuyendo su número. Así, por ejemplo, en las elecciones de 1889-1890 el número de electores era de 920 sobre una población nacional que rondaba los 340.000 habitantes, incluyendo los extranjeros que vivían en el país, lo que significaba el 0.3% de la población.

        ¿Eso era democrático? No, comparado con el sistema electoral actual, en el que votan todos los ciudadanos mayores de 18 años, de manera directa y secreta. Pero, así se construyó el Estado, 1821-1848, y la República de Costa Rica, 1848-1948.

        Para este momento, 1948, se había eliminado la votación de segundo grado, en 1913, cuando se estableció el voto directo, y se había establecido el voto secreto en 1924. También se había establecido desde 1935 que el resultado de elecciones se definía por el 40% de votos a favor de un candidato. Estas tres medidas, aprobadas en gobiernos de Ricardo Jiménez Oreamuno, fueron altamente democráticas e importantes para el régimen electoral.

        Desde 1890 al imponerse el sistema de partidos políticos para participar en elecciones, se estableció que solo por medio de estos los ciudadanos podían aspirar a algún puesto de elección popular. En cierta forma, se restringió y controló más a quiénes podían ser candidatos, porque primero había que ganarse el puesto de candidato en el partido y, luego, presentarse como candidato del partido, enfrentado a otros candidatos de otros partidos políticos. Este sistema sigue existiendo hoy. Así es como funciona hoy la democracia electoral nacional.

        En 1946 se aprobó el Código Electoral, que se proyectó hasta el 2009, donde se reguló el sistema de partidos políticos y de elecciones. Con la Constitución de 1949 se le dio autonomía institucional al Tribunal Supremo de Elecciones, que se igualó a los otros poderes estatales, como el órgano que regula, administra, organiza y hace la declaración final de los resultados electorales sin apelación alguna.

        Con motivo de la guerra civil de 1948 se proscribió al Partido Comunista, o Vanguardia Popular, por el Decreto No. 105 de la Junta Fundadora de la Segunda República. Al aprobarse la Constitución Política de 1949 se incluyó en el Artículo 98 una prohibición de participación electoral a los partidos que por sus vinculaciones internacionales pudieran afectar la democracia costarricense, aspecto que por interpretación del Tribunal Supremo de Elecciones se aplicó casi a una decena de partidos políticos entre 1951 y 1969.

        Con la reforma electoral que se hizo al Artículo 98, de la Constitución Política, entre 1974-1975, se amplió la democracia electoral permitiendo la participación de partidos de izquierda. Condición de participación para todos los partidos políticos es hacer una declaratoria de principios democráticos y de defensa del sistema democrático nacional, lo que debe establecerse en los Estatutos y programas de los partidos.

        En 1898, bajo el poder de los gobiernos liberales se prohibió la participación del partido Unión Católica, porque tenía el apoyo de la Iglesia Católica. De esa manera se prohibió utilizar los sentimientos cristianos para la propaganda electoral.

        En 1970 empezó a participar el partido Demócrata Cristiana, que luego en 1978 se integró a la Coalición Unidad, que postuló a Rodrigo Carazo, y en 1983 se fusionó en la Unidad Social Cristiana. En 1986 con el partido Alianza Nacional Cristiana emergieron las tendencias claramente político religiosas, no católicas, en el escenario electoral, sin que se pueda actuar contra su participación, porque la prohibición constitucional afecta solo a los católicos. En 1998 los grupos políticos evangélicos eligieron su primer diputado, Justo Orozco. De ahí en adelante tenemos un panorama diverso de grupos no católicos participando en elecciones, con toda su carga conservadora, respecto al Estado Social de Derecho y los Derechos Humanos que se han ampliado en el país.

        Resultado de esta evolución electoral, en el campo de la presencia de la mujer, desde 1949 se reconoció el voto, que desde 1889, el Presidente José Joaquín Rodríguez, ya había señalado que debía reconocerse, con motivo del importante papel que jugaron las mujeres en las movilizaciones del 7 de noviembre de 1889. Participaron con su voto por primera vez en 1951, en el Plebiscito de la Tigra de San Carlos, y en elecciones nacionales desde 1953, cuando fueron electas las primeras tres diputadas.

        Empezaron a lucir como candidatas a vicepresidentas y luego a presidentas de la República. La primera Presidenta lo fue Laura Chinchilla Miranda en el 2010. A nivel legislativo la primera Presidenta del Congreso lo fue Rosemary Karpinski. Después siguieron otras.

        Reformas posteriores en el campo electoral le dieron cada vez más fuerza a la igualdad de género, como se dice, de manera que hoy obligatoriamente, por disposiciones legales electorales, los partidos políticos que quieran participar en elecciones, tienen que garantizar una alternabilidad entre hombres y mujeres en la postulación de sus candidatos a diputados, regidores y síndicos municipales, en cada una de las provincias.

        Esta igualdad se amplió, recientemente, a exigir que cuando un Partido político está inscrito en escala nacional, la igualdad o paridad de género, se amplía a que en las siete provincias, al menos en tres de ellas deban ir encabezadas por candidatas, por mujeres.

        Igual sucede en los Partidos políticos provinciales, que participan en sus respectivos cantones, de manera que en la mitad de ellos, al menos, las papeletas de candidatos deban ser encabezadas por mujeres. Igual se procede con los candidatos a los síndicos distritales.

        Cómo se puede apreciar, esto es un verdadero enredo y dilema para todos los partidos políticos, asegurar la alternabilidad vertical y horizontal en todas las papeletas con que se participa.

        Los partidos políticos han aprendido esta integración para que el Tribunal Supremo de Elecciones no les anule inscripciones.

        En la elección del 2018 el Tribunal Supremo de Elecciones obligó al partido Unidad Social Cristiana a modificar, invirtiendo el encabezamiento de la papeleta de diputados de San José, para poder participar, de lo contrario se la anularía porque no se respetaba la igualdad horizontal nacional de sus candidatos provinciales.

        En la elección del 2006 al partido que postulaba a Álvaro Montero Mejía a la Presidencia de la República, el Tribunal Supremo de Elecciones le anuló todas, TODAS, la candidaturas de diputados, de regidores y síndicos y las de las dos vicepresidencias, por no haber corregido advertencias que le hicieron sobre sus inscripciones.

        En el proceso de las elecciones municipales que tenemos encima, a realizarse el próximo 4 de febrero, en los 84 cantones del país, el Tribunal Supremo de Elecciones, prácticamente, ha anulado la inscripción de las papeletas de dos partidos totalmente identificados con el Presidente Rodrigo Chaves y su gobierno, los partidos Pueblo Soberano y Aquí Costa Rica Manda. Ambos partidos dirigidos desde la propia Casa Presidencial, porque sus principales activistas allí trabajan. Al partido Aquí Costa Rica Manda le anularon 69 postulaciones a alcaldes, éste dirigido principalmente por el asesor presidencial Federico Cruz, conocido como Choreco.

        Esto es un duro revés al propio Presidente Chaves. Ha venido realizando un trabajo de proyección de imagen, que todavía la conserva alta en las zonas rurales y periféricas del país. Las elecciones municipales le hubieran servido para valorar mejor esa proyección y calcular su participación, como grupo político, en las elecciones nacionales del 2026.

        Cuando el Partido Acción Ciudadana, en las elecciones municipales del 2014 y del 2018, era gobierno, no pudo elegir más de 12 y 10 alcaldes en esas elecciones, demostrando su debilidad organizativa como partido.

        El gobierno de Rodrigo Chaves, sin partido propio, porque el que lo llevó a la Presidencia, el Partido Progreso Social Democrático, fue prestado, no le pertenece. Con este partido el Presidente tiene importantes pleitos, manifestados por la mayoría de sus diputados electos, que se identifican totalmente con el Presidente, y se manifiestan como la fracción oficial del gobierno. La Presidenta del Partido Progreso Social Democrático, en esta lucha, mantiene un proceso interno de expulsarlos de ese partido.

        La Ministra de la Presidencia, Natalia Díaz, que tiene su propio partido, Unidos Podemos, mantiene la existencia de este partido, que lo inscribió para las elecciones municipales próximas. En algunos cantones se enfrentaba a los partidos Pueblo Soberano y Aquí Costa Rica Manda, ambos del Presidente Chaves. De esta manera, pareciera que Unidos Podemos puede resultar una expresión del apoyo al Presidente como a su Ministra, en las próximas elecciones municipales.

        Hacia las elecciones nacionales del 2026 si el Presidente mantiene los dos partidos, Pueblo Soberano y Aquí Costa Rica Manda, se le convertirá en un enredo político. Él no puede postularse. Tiene que apoyar a un candidato. No tendría ninguna lógica que lance dos candidatos porque entre ellos se roban votos, o se los disminuyen.

        La nulidad que hizo el Tribunal Supremo de Elecciones de las candidaturas de los partidos Pueblo Soberano y Aquí Costa Rica Manda, es absolutamente válida. Impide la participación de estos dos partidos.

        La Sentencia del Tribunal Supremo de Elecciones que las anuló tiene sus bemoles. La analizaré en enero.

        Por ahora solo diré que arrancó dos votos de cinco a favor del Presidente, de sus partidos, de la inscripción de sus candidaturas aun cuando violaban lo que la legislación electoral ha establecido y que ya el Tribunal ha sancionado.

        ¿Fue resultado de alguna presión sobre los magistrados que así se pronunciaron a su favor? ¿O fue, simplemente, un razonamiento jurídico orientado a no ser tan rígidos en materia de igualdad vertical y horizontal de género en la integración de las papeletas de diputados, regidores y síndicos municipales, lo que rompería hacia el futuro esta obligatoriedad para los partidos políticos?