Héctor Ferlini-Salazar
Comparto mi libro La ruta de la democracia participativa: entre riscos y planicies. Es una producción de la Editorial de la Sede del Pacífico de la Universidad de Costa Rica.
En la Introducción expongo lo siguiente:
En mi artículo “Los Derechos de la Niñez y la Adolescencia, las juventudes, y la participación en política pública”, -que se puede consultar en el anexo de este libro y fue publicado en 2017 por la Revista Estudios de la Universidad de Costa Rica-, señalo que “hablar de democracia, o incluso de democracia participativa resulta un ejercicio cotidiano y en riesgo de estar vaciado de contenido. Por esto, como primer elemento, es necesario establecer una conceptualización para la democracia participativa no como un momento culminante o punto de llegada sino como un proceso de acumulación orientado al logro de un sistema político, según el cual, se supera la democracia representativa (o delegativa) para dar paso a la participación o incorporación efectiva de la ciudadanía en cuatro dimensiones: la formulación de la política pública, su ejecución, el control, y la re-formulación de política pública”.
A tono con este enfoque, en este volumen se incorporan tres artículos: “El consumismo como práctica irracional en una sociedad que se define como solidaria”, “Formación de estrategas para construir ciudadanía desde la dignidad como piedra angular” y “Construcción de comunidad y patrimonio cultural”. En estas reflexiones se muestra una situación que alude al título principal de portada: La ruta de la democracia participativa: entre riscos y planicies.
Efectivamente, en el primer capítulo se aborda lo que denomino una supra-relación clave en la construcción de bloqueos a la participación consciente: la promoción del consumismo irracional; en el segundo se avanza en cuanto a la conceptualización de los procesos que pueden llevar a la construcción de cultura de ciudadanía, para, precisamente, superar ese bloqueo; el tercer artículo refiere a una experiencia concreta de construcción de cultura de ciudadanía mediante la patrimonialización de valores comunitarios.
Esa dinámica entre los recursos del sistema dominante para evitar la participación ciudadana consciente y comprometida y la construcción de ciudadanía gracias a la vida comunitaria, es lo que permite imaginar la ruta hacia la democracia participativa como un viaje entre los riesgos y durezas del risco y la fertilidad de la planicie que propicia los asentamientos humanos y la producción de la tierra.
Como resulta evidente, que en el 2003 se haya reformado el Artículo 9 de la Constitución Política para incluir el concepto de gobierno participativo, no es suficiente para asegurar la presencia ciudadana en la toma de decisiones claves. Por ello, en las siguientes páginas se aborda el reto de construir democracia de calidad teniendo presente las murallas que hay que enfrentar, la metodología que nos permite hacerlo con éxito, y los avances comunitarios que podemos tener en cuenta.
Puede descargar el libro desde este enlace.