Ir al contenido principal

Importancia de la amistad, la cercanía y la presencialidad

José Luis Pacheco Murillo

La presencialidad sigue siendo la mejor manera de relacionarnos. Vernos, darnos la mano, estrecharnos en un abrazo e incluso besarnos, no puede reemplazarse con ningún medio electrónico, por más avanzado que sea.

Pasamos más de dos años con medidas que nos distanciaron y que nos llevaron a vivir situaciones muy difíciles. Ese distanciamiento provocó tristeza, abandono y soledad. Muchas personas se vieron viviendo bajo condiciones de soledad que les provocaron sentimientos que aún hoy no se han superado. Incluso miles de personas murieron en soledad porque no era posible acompañarlos en sus últimos momentos. Que pena y que tristeza para el moribundo y para la familia.

Este domingo participé en una actividad en la que la presencialidad evidenció lo que significa la cercanía en todo su explendor. El saludo, el compartir, el bailar, el cantar, y especialmente el conversar por horas sobre cualquier tema fue algo maravilloso.

La emisora Radio Alajuela, reunió a cientos de sus oyentes en una maravillosa actividad. Después de casi tres años muchas personas, la mayoría adultos mayores se volvieron a juntar y a vivir la maravillosa experiencia de sentirse cercanos y poder disfrutarse, poniendo nuestra naturaleza de seres sociales como prioridad.

Fue muy agradable observar las sonrisas, ver esos ojos brillando de felicidad por el reencuentro y disfrutar de compartir experiencias que hacía tiempo no se expresaban. Máxime cuando quienes participaron en su mayoría eran personas mayores, que mostraron la juventud de su espíritu a cada momento.

La pandemia fue y ha sido muy cruel y afectó y sigue afectando a miles de personas, pero no podemos perder la esencia de nuestro ser humano como lo es el ser sociable, el compartimos y disfrutarnos. Eso no tiene precio y hay que vivirlo.

Dios quiera que a través de esos reencuentros se puedan sanar tantas heridas causadas por la pandemia y que olvidemos lo importante que es para nosotros el poder estar cerca, presentes y dispuestos a compartir lo que tenemos, especialmente lo que somos.

Felicidades s los organizadores de tan bella actividad que le dio oportunidad a cientos de personas de volver s vivir la experiencia de la amistad, la cercanía y la presencialidad en vivo y a todo color.

Disputa de hegemonías en América Latina

Mauricio Ramírez Núñez
Académico

En la Cumbre de las Américas celebrada en Los Ángeles el año pasado, el gobierno estadounidense presentó una propuesta de comercio sobre la cual no agregó mucho detalle en aquel momento; la Alianza de las Américas para la Prosperidad Económica. Una alternativa para la contención de China que entra en una novedosa estrategia de la Casa Blanca denominada la Doctrina de la Disuasión Integrada (integrated deterrence), dada a conocer también el año pasado en la XV Reunión de Ministros de Defensa de las Américas, realizada en Brasil bajo la presidencia de Bolsonaro. Esta estrategia es una forma de lucha por todos los frentes, medios, recursos y de manera integrada contra lo que para ellos es la “gran amenaza china”.

La coyuntura política de América Latina ha cambiado en los últimos meses y la llegada de Lula al poder en Brasil, así como la presencia de otros gobiernos de izquierdas o no alineados en la región están ocasionando las inquietudes geopolíticas de la nación del norte; las ideas soberanistas y el posible fortalecimiento del eje Argentina-Brasil en el sur, sumado a la amistad de la República Popular China con América Latina y el Caribe, no son para nada compatibles con los intereses de Washington que sigue creyendo en aquel viejo adagio de la doctrina Monroe. En ese contexto, sumado al interés de este país en los recursos estratégicos de la región, demostrado así en las declaraciones de la semana anterior de Laura Richardson, la general jefa del Comando Sur de Estados Unidos al respecto, con la trascendencia que ha tomado ahora el famoso triángulo del litio, y las complejidades de la guerra en Europa, es que el gobierno de Biden vuelve los ojos hacia el sur.

La semana anterior se llevó a cabo la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en Buenos Aires, Argentina. Sin bien es cierto, se mostraron algunas debilidades típicas del proceso de integración latinoamericano, se dio un hecho de peso, que fue el regreso de Brasil al bloque y el fortalecimiento del proceso de cooperación entre ese país y Argentina, lo que geopolíticamente tiene su relevancia, en especial porque uno de los temas a tratar tuvo que ver con recuperar la idea de la creación de una moneda regional propia para no depender de la hegemonía del dólar. Eso implica la búsqueda del fortalecimiento del Mercosur y del comercio en la zona, así como del papel protagónico de Brasil como potencia regional y miembro estratégico de los BRICS en un entorno de transición internacional con miras a Asia-Pacífico y no solo a occidente.

Otro hecho importante de esta cumbre fue el mensaje que envió el presidente Xi Jinping por medio de un video, donde recalca el apoyo de la República Popular China al proceso de integración de América Latina y el Caribe, en la cual la CELAC se ha convertido en una fuerza indispensable para la cooperación sur-sur, la defensa de la paz y el fomento del desarrollo compartido de todos los pueblos de la región. El presidente Xi subrayó que el Foro China-CELAC es una herramienta importante para la construcción de confianza y cooperación en medio de un mundo que ha entrado en un periodo de turbulencias y profundas transformaciones. China por su parte, ha mostrado altos niveles de pragmatismo, apertura y deseos de cooperar con todos los países de la región, sin importar su tinte ideológico o con quienes tengan comercio esos países, bajo una filosofía de buscar que todos se vean beneficiados del libre intercambio comercial, respetando las diferencias y la soberanía de los pueblos.

En un escenario tan volátil donde se dan muestras de lo que puede ser un camino, pero no hay nada seguro, y después de la cumbre de CELAC, los EEUU anunciaron de manera oficial aquella idea lanzada en la cumbre de las Américas para la contención china, de la alianza para la prosperidad económica. El objetivo de esta iniciativa es neutralizar las inversiones que vienen de Asia en la región y poner freno a China en un momento histórico donde este país ha pasado a ser el segundo socio comercial más importante para la región. Según datos del Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA), el comercio entre las dos partes alcanzó los US$ 451.591 millones en 2021, registrando un aumento del 41,1% respecto al 2020.

El presidente Biden dijo que es algo histórico y que busca unir a todo el hemisferio, que generará crecimiento económico sostenible e inclusivo, y beneficiará a todos los trabajadores de la región. Veamos el guiño ideológico a las izquierdas que trata de hacer usando el término trabajadores, en una clara y directa disputa con China. Ambos hablan de fortalecer el multilateralismo, de un desarrollo sostenible e inclusivo, de mayor inversión, pero parece que el camino y el fin que tienen no es el mismo. Mientras China ha demostrado su apertura a trabajar con todos los países sin hacer exclusión alguna, en esta iniciativa lanzada por Washington no se incluyó ni a Brasil y Argentina, las dos economías más importantes del sur, aunque no descartaron que en un futuro puedan unirse.

Los países que se unieron a esa asociación son: Barbados, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, México, Panamá, Perú y Uruguay. Como parte de esos objetivos formales se encuentran, en palabras del presidente Biden: impulsar nuestra competitividad, construir cadenas de suministro regionales más resilientes, crear empleos de calidad, combatir el cambio climático y revitalizar las instituciones económicas de nuestro hemisferio. En una entrevista al diario El Clarín, el profesor de Mercados Financieros Emergentes de la Universidad de Columbia, dijo que una de las razones más importantes por la que EEUU lanza esta alianza es la creciente tensión entre China y Estados Unidos, no solo en lo comercial sino también en lo geopolítico, dada la actitud de China hacia Taiwán y la guerra en Ucrania.

Sin duda esta iniciativa puede entenderse dentro de la doctrina de la disuasión integrada desde el punto de vista geopolítico, una estrategia de contención y de hegemonismo en el siglo XXI. No obstante, y sin ser contradictorio, si se convierte en una forma real de hacer que nuestros países tengan más y mejores opciones de desarrollo independiente y mayor justicia social, puede ser una oportunidad muy buena, que, sumada con China, logre generar avances importantes en la lucha estructural contra la pobreza y la desigualdad en la región. Al final, no hay problema de donde vengan las iniciativas que puedan ayudar al bienestar, ese es el objetivo del libre comercio, no el de imponer restricciones políticas o exclusiones ideológicas, sino promover el libre y justo intercambio que beneficie a todas las partes involucradas, en una lógica pragmática y de respeto como hasta el momento lo ha hecho China.

América Latina no está para caer en los juegos típicos de épocas pasadas donde las potencias imponían el imperativo de alinearse con una u otra, esos tiempos ya pasaron, en ese sentido estamos en una coyuntura post hegemónica, como llaman autores de la región, y es necesario tener una sana equidistancia entre todas las potencias, para poder poner por delante los intereses propios, mirar lo que nos conviene y entender que ya no es un tema de uno contra otro, sino de unión, supervivencia y comunidad.

Los retos que enfrenta la humanidad son compartidos, por lo tanto, y como bien lo dijo el presidente Xi Jinping en su momento, todos vamos en un mismo barco, y el solo hecho de pensar echar a uno por la borda es impensable. El verdadero multilateralismo es incompatible con las practicas hegemonistas de poder, suma-cero, manipulación y hostigamiento que responden a tiempos ya superados. América Latina y el Caribe tiene en sus manos la capacidad de volver a brillar en el mundo con una posición propia, soberana, siendo un ejemplo de paz, diálogo, pragmatismo y de defensa del planeta.

Criterio de la Conferencia Episcopal de Costa Rica a la discusión democrática sobre el proyecto legislativo Ley de control y regulación del cannabis para uso recreativo

SURCOS comparte el siguiente documento a solicitud del presbítero Luis Alejandro Rojas.

P . CECOR 120 -2022.

San José, 23 de diciembre de 2022.

Señoras Diputadas y señores Diputados miembros de la Comisión Especial Permanente de Ambiente.
Asamblea Legislativa de Costa Rica.

Señora Cinthya Díaz Briceño.
Jefa de Comisiones Legislativas.
Asamblea Legislativa de Costa Rica.

Estimados señoras y señores:

Agradecemos el oficio AL-CPEAMB-0354-2022, del 20 de diciembre recién pasado, suscrito por la señora Cinthya Díaz Briceño, jefa de Área Comisiones Legislativas, mediante el cual nos brindan la oportunidad de expresar nuestro criterio con relación al Expediente legislativo 23.383, que contiene el proyecto de Ley de control y regulación del cannabis para uso recreativo. Para nosotros, representa una oportunidad de contribuir al debate democrático de tan importante tema, el cual nos atañe profundamente.

Entre las dimensiones de la Iglesia Católica en Costa Rica, está la de ser una entidad de la sociedad civil costarricense comprometida fuertemente con el fomento del desarrollo humano integral. Entre sus múltiples acciones, su servicio a los niños y jóvenes constituye un aporte a la sociedad en materia de prevención del delito y de la adicción a las drogas, por cuanto inculca valores y contribuye a un sano proceso de crecimiento y maduración.

También contamos con servicios en la recuperación de personas adictas drogas. Numerosas parroquias y grupos católicos atienden a personas en situación de calle, la inmensa mayoría de las cuales ha llegado a ese doloroso estado como consecuencia del trastorno de consumo de sustancias psicoactivas. Los sacerdotes y personas consejeras en nuestras parroquias brindan apoyo emocional y espiritual a innumerables familiares de personas hundidas en el consumo de drogas. Desde esta múltiple colaboración con el Estado y la sociedad costarricenses en los esfuerzos de prevención, atención y acompañamiento a personas consumidoras de sustancias psicoactivas y sus familiares, manifestamos que el inmenso problema de salud pública que representa la adicción a sustancias psicoactivas, así como el de seguridad derivado del narcotráfico en todas sus escalas, no solo no nos es ajeno, sino, por el contrario, nos atañe grandemente.

A continuación, exponemos los aspectos medulares de nuestro punto de vista y recomendaciones relacionadas con el proyecto en discusión. Agradecemos la amable atención de ustedes a la presente. Con toda consideración,

MONS. JOSÉ MANUEL GARITA HERRERA.
Obispo de Ciudad Quesada,
Presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica.

Puede descargar el documento completo en este enlace o bien en el vínculo siguiente:

La Política para el Sector Agropecuario 2023-2032: propuestas insuficientes y escasas soluciones

German Masís Morales

Este jueves 25 de enero, se presentó la política pública para el sector agropecuario, en las instalaciones del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), con la participación del Ministro de Agricultura y Ganadería, el Presidente de la República y representantes de instituciones y organizaciones del Sector agropecuario.

En la presentación e introducción se incluyen las características de la actividad agropecuaria, en el estado de situación del sector, la evolución y comportamiento del mismo y en la estrategia, los desafíos, ejes y acciones a ejecutar para los próximos 10 años. (MAG,2023,32 p.)

Menciona en la presentación, que “el sector agropecuario costarricense atraviesa una situación crítica, por lo que requiere de un esfuerzo interinstitucional que, bajo la rectoría del Ministerio de Agricultura y Ganadería; permita rescatar al sector productivo nacional”, en completa alusión a la realidad.

Agrega “durante muchos años, el Ministerio y las instituciones del Sector han reducido su presencia en el campo, por lo que la asistencia técnica, la investigación y el traslado de conocimiento se han visto reducidos, ocasionando afectaciones importantes en quienes se beneficiaban de dichos servicios, las personas productoras”, enorme verdad, el desmantelamiento de la institucionalidad ocurrido desde la década de los 80 y 90, ha tenido efectos negativos para los agricultores, que los distintos gobiernos han hecho muy poco por revertirlos.

Establece el Gobierno, que “con la presente Política, esperamos materializar una serie de acciones concretas, orientadas a la reactivación de un sector económico, que más que importante es indispensable para el desarrollo rural, haciendo uso de herramientas tecnológicas y generando más puestos de trabajo, calificados y no calificados, (orientadas) a recuperar el atractivo económico de invertir en el Sector Agropecuario nacional”, esta parece ser la gran aspiración de la propuesta.

Afirma que “estamos iniciando un cambio radical y asignando más recurso humano para potenciar las áreas de mayor impacto para las personas productoras. Acompañando las acciones antes mencionadas, debemos impulsar aquellos cultivos que a su vez podamos procesar en el país, exportar o vender localmente ya transformados; buscando el beneficio de las zonas rurales, mediante encadenamientos y agregando valor para generar riqueza”, perdiendo de vista la tradicional división de la actividad, en una actividad exportadora y otra para el mercado interno, que disponen de condiciones y recursos muy desiguales.

La pretensión del Gobierno es que “con esta política, se busca que las instituciones que forman parte del Sector Agropecuario respondan a las necesidades actuales del sector productivo, y repercutan en un sector más productivo, competitivo y sostenible, que cada día genere más y mejores retornos tanto económicos como sociales”, viejos propósitos que igual se quedaron en el discurso en anteriores Gobiernos.

Por su parte, en una práctica que ha sido común en todos los Gobiernos, se deja a la Secretaría Ejecutiva de Planificación Sectorial (SEPSA, la elaboración del Plan Sectorial para operativizar la política, la definición de las acciones concretas, plazos y los indicadores de seguimiento, labor por lo general sin la participación de los productores y sus organizaciones.

En la argumentación sobre la importancia y la situación de la actividad agropecuaria, se reconoce la gran relevancia económica y social del Sector agropecuario; en su participación en el Producto Interno Bruto (PIB), en las exportaciones y en su contribución al empleo, pero muy poco en cuanto a la mejora de las condiciones socioeconómicas de la población rural y en la producción de alimentos, que revela una de las grandes carencias de la política, su compromiso con la reducción de la pobreza rural y con la seguridad alimentaria y nutricional del país.

“Según datos del Banco Central de Costa Rica, la participación de la agricultura ampliada en el PIB fue de un 9,6% en el año 2021, de este porcentaje el 4,5% corresponde al sector primario y un 5,1% a la agroindustria. Con respecto al valor agregado agropecuario, el 69% corresponde a actividades agrícolas, un 21% a la actividad pecuaria y el restante 10% se compone de actividades de apoyo (6%), silvicultura y extracción de maderas (3%) y, pesca y acuicultura (1%)”, datos que invisibilizan la evolución descendente de la actividad agrícola en la economía, el aporte diferenciado de las actividades de exportación con respecto a la producción alimentaria para el mercado interno y el reducido papel de la pesca en la actividad en su conjunto.

“En cuanto al comercio internacional, el sector agropecuario es superavitario; con datos del año 2021 se registró exportaciones por USD 5.610,9 millones de dólares e importaciones de USD 3.156,9 millones, lo que significa una balanza comercial de USD 2.454 millones. El 39,1% del total exportado está vinculado con el sector agropecuario, e incluye productos agrícolas (21,3%), de la industria alimentaria (14,0%), el pecuario y pesca (2,7%) y otros de cobertura agropecuaria (1,1%)”. Los datos del comercio agropecuario, por su parte destacan el predominio de la agroexportación, el sector más dinámico y el principal motor de la actividad y el que a la postre resulta ser el prioritario en la política pública hacia el Sector.

La generación de empleo del sector agropecuario continúa siendo el indicador de mayor significado, pero soslayado cuando se trata de reconocer la importancia que sigue teniendo la actividad desde el punto de vista social, ya que” ocupa el segundo lugar a nivel sectorial como generador de empleos con unas 238.227 personas ocupadas, lo que representa un 11,7% de la población total ocupada. De este grupo de personas, un 87,7% corresponde a población masculina y un 12,3% a población femenina”.

No obstante, es inevitable mencionarlo “el Índice Mensual de Actividad Económica del sector agropecuario (IMAGRO) muestra variaciones interanuales negativas en el año 2020 y una desaceleración a partir del mes de abril del 2021, llegando a valores negativos desde el mes de febrero del 2022”, es decir la actividad agropecuaria, viene teniendo un crecimiento negativo desde hace más de dos años.

Lo anterior, (revela la introducción) “muestra la urgencia de reactivar el sector primario, pues es innegable que su desenvolvimiento impacta el desarrollo socioeconómico del país, en especial la periferia costarricense”, es decir el deterioro de la actividad agropecuaria impacta sobre todo las regiones periféricas del país, una realidad incuestionable.

Diversos elementos de la introducción de la política muestran algunas de las características del sector, que lo hace particular, diverso y heterogéneo y que por ello debiera demandar una política diferenciada y no una generalista.

Entre esos aspectos está “la coexistencia de micro, pequeño, medianos – donde un importante número de unidades productivas se enmarcan en lo que se ha denominado Agricultura Familiar (AF)- así como grandes productores, orientados hacia los mercados internacionales.  Este Sector presenta importantes asimetrías entre productores agroexportadores y productores para mercado local. Esto sumado a insumos agrícolas que no responden a las nuevas tecnologías y con una importante concentración de mercado”, en consecuencia, la heterogeneidad y diversidad de actores con condiciones y recursos diferenciados es una característica que define el sector.

Otra característica que también lo define, es la dualidad y diferenciación interna del sector, donde la política manifiesta que “de los beneficios de este modelo de apertura comercial, el sistema económico generó una dualidad productiva, por un lado un sector productivo dinámico y vinculado a cadenas globales de valor, y por otra parte, una estructura productiva dedicada al mercado interno con poco encadenamiento y dispersión de las instituciones llamadas a su fomento, asimismo, los programas de apoyo se han visto reducidos producto de la contracción del gasto para controlar el déficit fiscal”, otra enorme realidad, que pone en evidencia dos motores de la actividad agropecuaria, uno dinámico y estimulado y el otro apagado y desestimulado.

La tercera característica refiere a la pobreza, que “las zonas rurales enfrentan índices mayores. Por ejemplo, en el 2021 el Índice de pobreza ascendió al 26,3% en las zonas rurales, mientras que en las zonas urbanas fue de 21,8%, y la pobreza extrema se estimó en 5,5% para zonas urbanas y 8,3% para zonas rurales.   La desigualdad en los ingresos de la población total, medida por el Coeficiente Gini en la última década, presenta valores que oscilan entre 0,524 y 0,515.

Por otro lado, en el Sector Agropecuario las personas con actividad independiente tienen valores del coeficiente más altos (fluctúa entre 0,575 y 0,618 para los años 2015 a 2019) que para las personas asalariadas (entre 0,414 a 0,447)1.   (Además), en el tema de inclusión, las mujeres productoras presentan menores oportunidades que los hombres en cuanto a empleo formal, acceso a activos, asistencia técnica, financiamiento, entre otras condiciones. Asimismo, tienen un limitado acceso a tierras para la producción, lo que reduce aún más sus posibilidades de salir de la pobreza.”

El documento de política presentado identifica los principales desafíos y retos que enfrenta la actividad y Sector y propone ejes estratégicos, con sus respectivas líneas y acciones para los próximos 10 años

Entre los principales desafíos del sector se plantean:

-Respuesta institucional eficiente a las necesidades de la persona productora.

-Aumento de la competitividad y productividad.

-Producción sostenible y adaptación del cambio climático

-Tecnificación agroproductiva.

-Estímulo a una comercialización eficiente.

-Incidir en el mejoramiento de la calidad de vida en las zonas rurales

En los desafíos, pese a la validez y reiteración de algunos de ellos en varios Gobiernos como, la respuesta a las necesidades de los productores, la producción sostenible y la adaptación del cambio climático y el aumento de la productividad y competitividad, la retórica, debe estar acompañada de los mecanismos para hacer efectiva una acción institucional que garantice la forma en que se enfrentarán dichos desafíos.

Mientras que los demás desafíos, como la tecnificación productiva, el estímulo a una comercialización eficiente y el mejoramiento de la calidad de vida en las zonas rurales, son tibios señalamientos que carecen de profundidad y que debieran plantearse como verdaderas transformaciones tecnológicas y comerciales de la actividad y de los medios de vida en las zonas rurales.

Están ausentes grandes desafíos de la actividad agropecuaria, como la seguridad y la soberanía alimentaria de la población y el fortalecimiento institucional y presupuestario del sector agropecuario, esenciales en el futuro de un aparato institucional débil y deficitario, que no protege la producción alimentaria del país.

La política agropecuaria 2023-2032, incluye y está estructurada mediante 4 ejes de acción, llamados a ser los pilares y el soporte de la acción institucional del sector agropecuario para los próximos 10 años, sin embargo, es conveniente valorar los posibles alcances a la luz de planteamientos que en el pasado han tratado de articular una política más integral y consistente.

El primer eje es la Modernización de las instituciones del sector agropecuario, que se propone mejorar la gobernanza y reforzar la coordinación institucional, no obstante este cometido ha estado sujeto tanto a una reforma del sector, que redefina las competencias de las diferentes instituciones, como la posibilidad de disponer de mayores recursos financieros y humanos en el sector, no es posible que el Ministerio de Agricultura disponga menos de 1% del presupuesto nacional y que algunas instituciones sean deficitarias en su funcionamiento, como el CNP y que la articulación institucional entre el desarrollo agropecuario y el desarrollo rural(que realiza el INDER) sea un constante reto institucional no resuelto.

El segundo eje, el fomento de la competitividad, dirigida a generar información de interés para los productores, es una pujante realidad para la empresas agroexportadoras, pero una quimera para la producción para el mercado interno, porque las condiciones diferenciadas de ambas, provoca que las primeras mantenga y eleven su competitividad, mientras que la segunda, dependiente de una institucionalidad debilitada y de una asistencia intermitente presenta niveles de competitividad persistentemente bajos.  En este ámbito sería fundamental, crear un sistema de información más eficiente para los agricultores y un fondo de crédito agropecuario para los pequeños productores.

El tercer eje, la productividad y sostenibilidad, que busca la implementación de un modelo de asistencia técnica que maximice los beneficios de los diversos sistemas productivos, similar al caso de la competitividad es un tema diferenciado, ya que incorpora constantes avances tecnológicos en la empresa agroexportadora y presenta serias limitaciones en el desarrollo tecnológico de la producción interna muy ligado a las posibilidades de asesoría y asistencia de las instituciones del sector.

Con el propósito de mejorar la productividad y sostenibilidad de las actividades agropecuarias para el mercado interno, en el pasado un grupo de expertos en políticas agrícolas había recomendado establecer centros de innovación y difusión de tecnologías sostenibles para el pequeño agricultor, redefinir el INTA como una entidad de investigación en tecnologías sostenibles, promover un programa de formación y difusión de tecnologías para la adaptación al cambio climático de las actividades agropecuarias.

El cuarto eje, valor agregado y comercialización, que pretende promover la agregación de valor para lograr una oferta diferenciada de productos y generar nuevas oportunidades de acceso a los mercados, requiere establecer con claridad los mecanismos que implementará para lograrlo y en ese sentido, igualmente la propuesta de política agrícola alternativa había recomendado el impulso de un programa de fomento de la agroindustria, y el valor agregado y de productos de calidad con identidad territorial en apoyo a microempresas, mejorar el sistema de comercialización de productos agrícolas, que incluía la reestructuración del PIMA-CENADA, la modernización de las ferias del agricultor y el fortalecimiento del programa de abastecimiento Institucional(PAI).(Grupo de Políticas agrícolas,2014)

De acuerdo con lo anterior, la política agropecuaria 2023-2032, no sólo carece de mecanismos de ejecución concretos y apropiados a los ejes de acción que propone, si no que no parece ofrecer soluciones adecuadas a los grandes problemas de la actividad agropecuaria, especialmente la dirigida al mercado interno.  

En definitiva, las propuestas de la política son insuficientes tanto en sus contenidos frente a una realidad agropecuaria y pesquera, que demanda grandes transformaciones para alcanzar una agricultura y una pesca, más sostenible, equitativa e incluyente, como en sus pretensiones de cobertura para un plazo de 10 años.

La larga noche de las familias camaroneras

Freddy Pacheco León

En respuesta a resoluciones de los tribunales de justicia, dirigidas a mitigar sustancialmente el impacto ambiental de la pesca del camarón de fondo, se ha propuesto continuar con el proyecto de investigación que fuere truncado por un veto desafortunado del presidente Carlos Alvarado.

Un calificado grupo de trabajo formado por biólogos pesqueros de gran experiencia académica y práctica (la mayoría con posgrado académico) por medio de un formal estudio de investigación, coincidente con un fallo del Tribunal Contencioso Administrativo, se valoraron científicamente diversas técnicas de captura por arrastre, con resultados significativamente positivos. Con una de las hipótesis, evaluada con especies de camarón fidel y pinky, se obtuvieron resultados extraordinarios al mutarse desde la técnica llamada «de arrastre» hacia la técnica «de fondo», donde las pequeñas redes se desplazan (no se arrastran) 25 centímetros por arriba del fondo arenoso.

Así, se logró disminuir la pesca incidental de especies de peces no comerciales -65,5% con camarón pinky y -65,7% con camarón fidel. Hecho significativamente relevante pues se logró demostrar que, con las innovadoras redes, es posible avanzar hacia una pesca sostenible del camarón costarricense, beneficiosa para esos apetecidos crustáceos y, algo que se tiende a «olvidar», en beneficio de las familias que han de sustentar su calidad de vida, en una pesquería tradicional que constituye casi su única fuente de empleo. ¡Jamás antes se había hecho un estudio semejante en Costa Rica! Esfuerzo que erróneamente fue desdeñado con un veto presidencial acomodado a una muy fuerte e interesada campaña de desinformación, que logró crear una opinión pública contraria a una pesquería limitada, común en casi todos los mares, pero presentada tendenciosamente en Costa Rica, como la causa de todos los males, en contra de valiosa información profesional, que cumple plenamente lo determinado por los señores magistrados.

Corresponde ahora seguir adelante con el hasta ahora exitoso proyecto de investigación, ampliándolo a otras especies y por un tiempo más prolongado, mediante el uso adecuado de la ciencia y la técnica que tenemos a disposición, con la esperanza de que el ambientalismo mal practicado, permita trabajar en paz a los científicos.

Ha de recordarse, que la causa de los graves problemas que enfrentan los pescadores artesanales, no se debe a la pesca del camarón. Desde hace más de medio siglo, por cuestiones como la sobrepesca, la destrucción de manglares, la contaminación, los errores administrativos, las deficientes políticas públicas, etc., se ha venido dando la destrucción de la actividad pesquera artesanal que hoy, lamentablemente, no permite siquiera subsistir a las golpeadas familias pescadoras, que siguen dependiendo de la muy limitada ayuda del Instituto Mixto de Ayuda Social.

Es muy triste admitirlo, pero la alta delincuencia que permea a los habitantes de nuestras costas se sustenta en un inhumano desempleo vinculado a políticas erradas como las promovidas por quienes prefieren que nuestros camarones se mueran de viejos, mientras se amarran las manos de piel curtida de unos compatriotas que no merecen tal maltrato, cuyas familias, desde hace años, parecen vivir una larga noche de insomnio que se les hace interminable.

¿De qué han servido los informes de las comisiones legislativas?

José Luis Pacheco Murillo

¿Qué resultados han tenido y de qué han servido los informes que han brindado las diferentes comisiones investigativas que se han formado en la Asamblea Legislativa? Desde que tengo memoria, esas comisiones para lo que han servido es para hacer de la lucha político electoral un circo y un show y no han producido ningún resultado positivo para el país.

Muchas de esas comisiones se han formado para investigar actuaciones de gastos, de inversiones improductivas, de acciones de funcionarios públicos, de decisiones de alcaldes, ministros y hasta el presidente de la República. ¿Cuáles han sido los resultados? ¿Podríamos los costarricenses sentirnos complacidos por los resultados de esas comisiones? Desde luego que no. En realidad, no han aportado nada. Han servido en muchos casos para linchar y despedazar a personas que por lo general tenían aspiraciones políticas y lo mejor era quitarlos del camino.

Lo que sí es real y completamente cuantificable son los miles de millones de colones que hemos tenido que pagar los costarricenses para que grupos de diputados confirmen esas comisiones que no producen nada.

Además, en muchos casos estas comisiones afectan en mucho las investigaciones que en ocasiones efectúa el Ministerio Público y eso en lugar de ayudar afecta negativamente posibles acciones que conduzcan a sancionar penalmente a responsables de actos de corrupción.

“Zapatero a tus zapatos” cada quien debe dedicarse especialmente a aquello para lo que se le ha elegido y los señores y señoras diputados deben abocarse especialmente a legislar y producir leyes que permitan el adecuado desarrollo del país y que ayuden a mejorar la calidad de vida de todos los habitantes de la República.

Las recomendaciones de esas comisiones no son ni obligatorias ni producen efectos en las acciones a tomar por parte de los otros poderes de la República. Por ende, en la mayoría de los casos, sus actuaciones y resultados son lo que el pueblo conoce como “un saludo a la bandera” o “una producción de humo””, es decir, no afectan ni positiva ni negativamente.

Aún tenemos a un magistrado que una comisión legislativa indicó que debía de renunciar y que no se eligiera más, esto hace más de cuarenta años, ese es un monumento a la ineficacia de dichas comisiones.

Dios quiera que los que ocupan cargos en la Asamblea Legislativa se dediquen a lo que les corresponde y no tomen cada situación que se presenta para crear comisiones. Ya hay comisiones permanentes que deben sacar los mejores proyectos para bien del país. Dedíquense a eso por el bien de todos.

Microempresas en Costa Rica: sobreviviendo al límite

Luis Paulino Vargas Solís

Según la encuesta del INEC sobre microempresas (año 2022), en Costa Rica hay cerca de 411 mil empresitas de este tipo. Son emprendimientos minúsculos: en el 75,5% de los casos, solo hay una persona laborando; en un 12,5% adicional, hay dos personas. O sea: el 88% de estas microempresas emplean solamente una o dos personas (incluyendo a la persona dueña).

En total, proveen empleo a poco más de 647 mil personas, lo que nos da un promedio de 1,57 empleos por cada microempresa. Representan aproximadamente el 30% del empleo total en Costa Rica. Eso significa que aportan 5,4 veces el número de empleos que proveen las zonas francas.

Estas últimas, como sabemos, gozan de toda clase de privilegios. Las microempresas, en cambio, deben bregar con condiciones extremadamente adversas y limitantes.

Cierto que cuentan a su favor con una retórica de lo más florida y corronga. Políticos, cámaras empresariales, prensa. Nadie desea contener su exuberancia verbal, si de las microempresas se trata. Pero, en la práctica, su pan de cada día es el abandono y el olvido. Incluso la banca de desarrollo, es, para ellas, solo un cuento de hadas.

Puede que algunas sean exportadoras. Pero, con toda seguridad, la enorme, enorme mayoría, están orientadas hacia el mercado interno. Y ese mercado interno se les vuelve cada día más hostil. Primero, porque está sometido a fuertes presiones restrictivas: el sector público bajo el amarre asfixiante de la regla fiscal, y los salarios que, por todo lado, van en caída libre. Súmele que las importaciones entran cada vez más baratas y gozan de toda clase de graciosas concesiones.

Son, con gran diferencia, empresitas informales (el 98,3% no están inscritas; el 80,5% ni siquiera llevan registros contables; el 99,0% no tienen un salario fijo asignado). Los ricos de Costa Rica dicen que, por ser informales, son “evasoras” de impuestos. Bonita manera de criminalizar a quien lucha cotidianamente para no morirse de hambre. Bonita manera, asimismo, de encubrir sus indecentes y carísimas “ingenierías financieras”, gracias a las cuales se “ahorran” en forma “legal” el pago de muchísimos miles de millones en impuestos.

En las microempresas trabajan básicamente personas con bajo nivel educativo (43,9% solo tiene primaria; un 86,3% jamás hizo estudios universitarios). Recuérdese que Costa Rica es un país donde, desde hace muchos años, y hasta hoy día, se decidió que las personas que no cumplen con los requisitos que solicitan las transnacionales de zona franca, no tienen derecho a trabajar. Pues, vea usted, esas son las personas que están en las microempresas.

En conclusión: las microempresas son el último hilito de esperanza al que se aferran centenares de miles de personas, para no caer en el desempleo. Ni más ni menos. De otra forma, las tasas de desempleo fácilmente se triplicarían, hasta sobrepasar cómodamente el umbral del 30%.

Todo esto nos confirma dos cosas: el ruidoso fracaso del modelo de desarrollo vigente, y la absoluta falsedad de la retórica hueca de los gobiernos.

Oh, oh, la guerra

Alberto Salom Echeverría

Introducción

Después de trajinar por el mundo ya durante siete décadas, comprendo ahora más que nunca que, no puedo escribir sobre la guerra solamente desde una perspectiva estrictamente teorética, o puramente politológica, sin que se vean involucrados mis principios éticos y morales. Ya no estoy tan joven, me digo a mí mismo, pero sí con más ganas de vivir que nunca, para disfrutar a mis nietos, hijos y familiares en general, a mis amistades e intentar llevar a la práctica lo aprendido, marcado por una filosofía no violenta. Además, seguro de que el complejo mundo de hoy requiere para entenderlo de una simbiosis de saberes, pensares y sentires, o bien de una sinergia entre todo ello. Estoy cierto también que, en la actualidad una conflagración entre potencias, como la que se podría desatar en el llamado “conflicto ruso-ucraniano”, puede conllevar a la destrucción de la vida en “nuestra casa común”, así de simple.

La guerra, albergo la convicción, riñe con los principios éticos y humanistas que constituyen el meollo de mi formación integral como ser humano. Por esa razón, escribo sobre la guerra con el espíritu conturbado; no solo por los males que ella trae consigo a las personas que se enlistan como soldados e inclusive a la población civil que no está directamente implicada en el conflicto pero que lo padece, sino porque por añadidura, en dependencia de las naciones que se vean enfrascadas en el conflicto armado, puede resultar, un mal para todo el orbe. La guerra hoy, entre potencias militares, deviene infinitamente más destructiva que los supuestos problemas que pretende resolver.

Sin embargo, no puedo dejar de señalar que, una gran parte de los seres humanos están aún cegados por consideraciones ideológicas que los llevan a seguir justificando la guerra, de un lado o del otro, por cruel que esta sea; en eso, este sector de la especie humana diría que se ha vuelto testarudo hasta donde no más, o bien se ha vuelto totalmente inconsciente.

Si las guerras han estado presentes en nuestra especie desde épocas prehistóricas, como existe evidencia ya entre científicos, principalmente antropólogos especializados en la paleontología, es procedente que nos preguntemos si en esta época, seremos capaces de resolver nuestras hondas diferencias por otro medio que no sea la guerra. De todo esto trata este ensayo.

¿Es la humanidad una especie inherentemente violenta? ¿Desde cuándo la especie humana hace la guerra?

En filosofía política en el período de la Ilustración surgen dos teorías radicalmente contrapuestas en lo relativo a la violencia que está asociada a ciertos comportamientos del ser humano. Una de las dos corrientes se expresa en la teoría que tuvo como uno de sus más preclaros exponentes al inglés Thomas Hobbes (n. en 1588 m. 1679). El filósofo y politólogo fue un prolífico autor, quien escribió entre sus obras principales “el Leviatán” en el año 1651. En ella sostiene la tesis de que “el hombre” es malo por naturaleza. Esa es la razón por la que Hobbes pensaba que, desde el principio de los tiempos existió “la guerra de todos contra todos”. El “hombre” -consideraba Hobbes- es un lobo para el “hombre”, es la sociedad la que lo educa.

Muchos de los seguidores de los postulados de Hobbes, cayeron en la simpleza de considerar al “Homo Sapiens” (antecesor del Homo Sapiens Sapiens, como se le denomina a la especie humana), un animal brutal por haber sido un predador. Este comportamiento, generalmente se sustenta en el hecho de que el Homo Sapiens se extendió fuera de África, a través de Eurasia y desde otros puntos, eliminando a los demás grandes simios bípedos. La peregrina tesis fue planteada originalmente por Raymond Dart, quien se dedicó a investigar la prehistoria, dejando plasmados sus escritos en 1925. Estos se popularizaron en 1961 gracias a Robert Ardrey en su conocida obra “Los hijos de Caín”. De allí se sigue la falacia según la cual, como los Sapiens eran cazadores, su tendencia fue consustancialmente predadora y esa sería la razón por la que, los hombres prehistóricos se habrían convertido en seres agresivos por naturaleza. La falacia remata con el simplismo de que la guerra consistiría en una cacería de hombres, similar a la caza de animales llevada a cabo por los homínidos y los antecesores directos del Homo Sapiens Sapiens. De esta manera, el ser humano habría heredado de sus ancestros un carácter violento intrínseco. Volviendo a Hobbes, es preciso indicar que, el pensador postuló el despotismo ilustrado como la única vía de contener la maldad supuestamente innata en la especie humana. ¡Menuda solución!

La otra corriente, tiene como destacado expositor a Jean Jacques Rousseau, quien nació en Ginebra, Suiza en el año 1712 y murió en 1778. También fue, como lo había sido Hobbes, un pensador y escritor fecundo en la literatura. Respecto al tema que nos ocupa, Rousseau por contraposición al filósofo inglés, creía en la bondad del “hombre” desde su nacimiento; sin embargo, consideraba que, el espíritu concupiscible que induce a los seres humanos a la codicia, la ambición desmedida por lo material, o a la liviandad en el goce de los placeres de la carne, radica en la sociedad. En consecuencia, es esta la que lo corrompe. El desarrollo de su pensamiento en todos estos extremos está contenido fundamentalmente en “El discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres”, obra escrita en 1755. Rousseau, como es harto conocido, tuvo una enorme influencia en la Revolución francesa y se le considera un precursor del romanticismo, por su amor a la naturaleza. El hombre en su estado salvaje subrayaba Rousseau, no era proclive a las pasiones, pero, al revés de Hobbes, fue inducido “al estado de guerra más horrible” por la sociedad.

Ambas teorías aquí expuestas, fueron consideradas por ambos pensadores, inmanentes al ser humano, pues tanto la maldad desde la perspectiva de Hobbes le es innata, como la bondad, desde la óptica de Rousseau fue considerada una cualidad inherente a cada uno de los individuos de la especie. No obstante, de acuerdo con lo expresado, hay una contraposición radical entre los dos planteamientos por lo que cada una de las corrientes emplea métodos y busca soluciones muy distintas en la corrección de los problemas sociales.

Algunos estudiosos, en sus investigaciones llegaron a la conclusión, muy conectada con la hipótesis de Hobbes, de que las guerras han acompañado a la humanidad desde épocas prehistóricas, de acuerdo con evidencias de heridas con armas encontradas en Europa, en esqueletos de homínidos hace aproximadamente 35.000 años.

Otros científicos, más recientemente, han intentado demostrar que la premisa anterior, de una prehistoria salvaje y bélica es tan solo un mito y que el ser humano no ha hecho siempre la guerra. A continuación, traigo a colación una conclusión contundente a la que llegan varios científicos contemporáneos estudiosos de la neurociencia, mediante una cita textual de la investigación que hicieron. Ellos afirman que: “el comportamiento violento no se determina genéticamente. Incluso si está condicionado por ciertas estructuras cognitivas, el entorno familiar y el contexto sociocultural tienen un papel importante en su génesis. Además, muchos trabajos, tanto en Sociología o Neurociencia como en Prehistoria, evidencian que el ser humano sería empático por naturaleza. La empatía, e incluso el altruismo, habrían sido los catalizadores de la humanización.” (Cfr. Mirylene, Patou-Mathis. “El Ser Humano no ha hecho siempre la guerra”, Le Monde Diplomatique, Francia. Julio, 2015.)

Concluyo este apartado dejando sentado que, uno de los postulados más aceptados en las investigaciones antropológicas, de la historia y la arqueología modernas, considera que la guerra surge aparejada a la economía de producción y el consiguiente cambio radical que esto conllevó en las estructuras sociales en el período Neolítico, hace unos diez mil años. Por añadidura, es preciso tener presente que la violencia en el ser humano es un impulso que generalmente conduce a conductas fuera del estado normal de las personas, pero que, puede ser canalizado para proveerse de la fuerza necesaria para acometer una tarea o emprender una iniciativa. Hago la advertencia de que, en modo alguno debe caerse en el error de confundir la violencia con la guerra. Al hablar del fenómeno de la guerra es indispensable primero conceptualizarla.

¿Qué es la guerra, según algunos autores? ¿Qué se espera obtener de ella? ¿Qué puede ocurrir si, como muchas personas temen ahora, el conflicto “ruso ucraniano” por ejemplo, se convierte en una hecatombe por el uso de armas nucleares?

Acudo primero, para conocer debatiendo, al estratega Prusiano que nació en 1780 y murió en 1831, Karl von Clausewitz. Expresa Clausewitz en su extraordinario escrito “De La Guerra”, lo siguiente: “…no solo la guerra “debe tener necesariamente un carácter político y medirse con criterios políticos” o “que la guerra no es un simple acto de política, sino un instrumento político, una continuación de las relaciones políticas, proseguidas por otros medios” (Cfr. Moliner González, Juan A. (2018), “¿Qué es la ética militar?”, IEEE, España. Documento Marco 16/2018).

Debo, antes de proseguir advertir que los dos tomos de la obra de Clausewitz son de una gran calidad desde el punto de vista teórico, de estrategia militar. Leí completa la obra en mis estudios de ciencias políticas, y he releído parcialmente después, partes de ella. De su valor no me cabe duda alguna. Pero como he advertido que hoy no tengo ningún reparo en criticar lo que considero errado, voy a explicitar para ustedes mis consideraciones. Clawsewitz aborda la temática desde un punto de vista politológico en la Europa de hace 200 años.

No voy a usar ningún argumento de autoridad que resulte descalificador, porque los considero deleznables. Lo digo, por la alusión que he hecho a que es una obra de hace 200 años. Más bien, he mencionado la fecha para tener en cuenta el contexto tan diferente del mundo de entonces respecto del que vivimos hoy. Es decir, es más bien una consideración con el afamado estratega militar. Por ejemplo, en algún momento de su enjundioso documento, Clausewitz razona que “las guerras entre las naciones civilizadas (¿?) son mucho menos crueles y destructivas que las libradas entre salvajes… debido a los avances que existen en esas sociedades y la forma de relacionarse entre ellas, pero no forman parte de la guerra por sí mismas; ya existen antes del comienzo de las hostilidades.” (Cfr. Clausewitz, K.V. (1999) “De la Guerra”. (Volúmenes I y II), Madrid: Ministerio de Defensa.) Esta frase, extraída fuera del contexto del siglo XIX, resultaría completamente abstrusa, por incomprensible y abyecta, por despreciable y rastrera.

Solo echando una rápida mirada sobre algunas de las guerras actuales, bastaría para comprender lo desajustado que serían las consideraciones de Clausewitz acerca de “las naciones civilizadas”. Considérese por ejemplo, la intervención de Los Estados Unidos en Viet Nam, donde se emplearon bombas de gases quemantes contra las personas; o en Iraq, cuyos bombardeos inmisericordes cayeron indiscriminadamente sobre la población civil; o el estallido de las primeras bombas atómicas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki en Japón, que las hicieron estallar básicamente con el ánimo de probar su efecto devastador sobre ciudades enteras, ya que a esas alturas de la II guerra mundial, tal acto de barbarie y salvajismo resultaba totalmente innecesario; o la actual guerra que libran Ucrania y Rusia, la primera fuertemente armada y respaldada por las potencias occidentales y la segunda considerada una de las principales potencias militares de la contemporaneidad. En ninguno de los dos casos ha habido ahorro de crueldad. Por lo tanto, no saquemos a Clausewitz fuera de contexto, porque más de una persona cerraría su libro de inmediato.

La segunda observación de peso respecto de la obra mencionada es que la misma, no es una obra que tenga consideraciones de tipo ético. Aquí sí que no le hago al autor ninguna concesión. La ética no es, obviamente, una perspectiva del siglo XXI; de la ética y la moral nos hablaron prolijamente los pensadores griegos de la Antigüedad. En mi concepto, no existe en la ciencia teoría desprovista de consideraciones éticas y morales. En ese sentido la bioética es una disciplina y a la vez una perspectiva, cuyo concurso es imprescindible en la investigación. Están descartados los experimentos con seres humanos que no respeten rigurosamente su dignidad. ¿Qué pensar del empleo de la violencia y la fuerza -como dice el autor Moliner González-, que tiende a escalar a los extremos y hacia la guerra absoluta, en donde no hay limitaciones en sistemas de avisos, procedimientos, tecnología y personas implicadas? O sea, que en la teoría y en la concepción ideal de la guerra de Clausewitz, tan utilizada por los estrategas militares occidentales, los principios y restricciones éticas y las consideraciones de la Guerra Justa, no tienen cabida. De hecho, dice que “la guerra es un asunto tan peligroso que los errores debidos a la benevolencia son los más graves de todos” (Clausewitz, 1999: 180). O sea, la benevolencia en la guerra era para Clausewitz tan solo un error por el que se paga muy caro. En ella, no se atienden códigos éticos ni morales. Imaginemos tan solo, ¿en qué quedan todos los convenios y acuerdos internacionales sobre el respeto a los prisioneros de guerra, sin consideraciones éticas y tratados sobre derechos humanos? En la vida contemporánea, con todo y convenios se irrespetan los derechos humanos de prisioneros de guerra y de la población civil; ¿Qué pensar, si como lo propuso Clausewitz, no tuvieran lugar tales convenios internacionales?

La tercera observación que planteo estriba en algo que estimo es lo medular. Dice nuestro estratega que la guerra es un instrumento de la política, que es la continuación de la política por otros medios. Hasta hace poco tiempo me parecía un aforismo genial. Pero la verdad, ahora lo encuentro descabellado. A lo sumo, la guerra continúa cuando la política se acabó y no veo ninguna continuidad entre una actividad y la otra. Tienen en común que en ambos casos se busca el poder, pero en la guerra el instrumento por excelencia por el que se pretende el poder, son las armas y, cuando se tiene poderío militar y económico, las armas nucleares, para reducir, si se puede, a cero al enemigo, como lo buscan con denuedo Rusia y Ucrania. O, como los Estados Unidos y Rusia, cada país por su lado, cuando buscaron derrotar a los talibanes en Afganistán. En la política en cambio, por encarnizada que sea la lucha, el instrumento principal es la palabra, escrita o hablada. Pocas veces acudo a los diccionarios para buscar definiciones de conceptos politológicos, sin embargo, en este caso lo voy a hacer para aclarar lo elemental. Según la definición de Oxford, la continuidad es una circunstancia de sucesión o bien, ocurre al hacerse algo sin interrupción. Por su parte la RAE define continuidad como la unión natural que tienen entre sí las partes del continuo. En su segunda acepción dice: cualidad o condición de las funciones o transformaciones continuas. Parece más bien que lo único que hay entre la política y la guerra, es una suspensión de la primera para que siga la otra, o viceversa. Es decir, lo que hay se llama una solución de la continuidad, para que nazca un proceso regido por otra lógica.

Me viene bien acudir a un tercer pensamiento sobre la guerra, porque coincidentemente aclara bastante las cosas relacionadas con el postulado anterior de Clausewitz. Se trata de la siguiente frase, que se le atribuye a Albert Einstein: “no sé -habría dicho- cómo será la tercera guerra mundial, solo sé que la cuarta será con piedras y lanzas”. O sea, con toda la razón Einstein o, en todo caso, un pensador pacifista, tuvo el talento de visualizar con mucha certeza, el efecto devastador que tendría una tercera guerra mundial. El calentamiento global se vería acicateado con el lanzamiento de las bombas nucleares u otras superiores a estas. Posiblemente el mundo como lo conocemos desaparecería, o la vida en él.

Termino con un extraordinario “platillo”, que les ofrezco por generosidad de mi parte … Dijo don Quijote, mi admirado don Quijote de la Mancha y uno de mis mejores amigos, aunque él mismo no lo sepa, en el discurso sobre las armas y las letras, ocasión en la que compara a un estudiante con un soldado: “…veamos si es más rico el soldado. Y veremos que no hay ninguno más pobre en la misma pobreza, porque está atenido en la miseria de su paga, que viene o tarde o nunca, o lo que gabeare (robare) por sus manos, con notable peligro de su vida o de su conciencia. Y a veces suele ser su desnudez tanta, que un coleto (vestidura hecha de piel, con mangas o sin ellas, que cubre el cuerpo ciñéndolo hasta la cintura) acuchillado le sirve de gala y de camisa, y en la mitad del invierno se suele repara de las inclemencias del cielo, estando en la campaña rasa, con solo el aliento de su boca, que, como sale de lugar vacío, tengo por averiguado que debe de salir frío, contra toda naturaleza. Pues esperad -continuó “el ingenioso Hidalgo” siempre tan socarrón- que espere que llegue la noche para restaurar de todas estas incomodidades en la cama que le aguarda, la cual, si no es por su culpa, jamás pecará de estrecha; que bien puede medir en la tierra, los pies que quisiere, y revolverse en ella a su sabor, sin temor que se le encojan las sábanas. Lléguese, pues, a todo esto, el día y la hora de recibir el grado de su ejercicio: lléguese un día de batalla; que aquí le pondrán la borla en la cabeza, hecha de hilas, para curarle algún balazo, que quizá le habrá pasado las sienes, o le dejará estropeado de un brazo o pierna. Y -dijo en esta parte de su razonamiento para rematar- cuando esto no suceda, sino que el cielo piadoso le guarde y conserve sano y vivo, podrá ser que se quede en la mesma pobreza que antes estaba, y que sea menester que suceda uno y otro rencuentro, una y otra batalla, y que de todas salga vencedor, para medrar en algo; pero este milagro vence raras veces…” A don Quijote es mejor tomarlo en serio (Cfr. Cervantes S. Miguel. “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”. dcom@art-enterprise.com Unión Europea, 2004. T.I. PP. 350)

Anna Cherkasova, la ingeniera soviética que atravesó Gran Bretaña y Estados Unidos

Gabe Abrahams

Anna Cherkasova (1903-1977) nació en Rusia y estudió para ser ingeniera. Una vez consiguió su título, se unió al proceso revolucionario en el que se encontraba inmerso su país y fue una de las primeras ingenieras soviéticas tras el triunfo de la revolución.

En 1932, Anna Cherkasova ganó el Campeonato de motocicletas de larga distancia de la Unión Soviética y generó una gran admiración hacia ella en la URSS. Una destacada ingeniera soviética había conseguido un título nacional en un deporte de motor, lo cual probaba la valía de la revolución en diferentes campos.

Pero, en 1939, Cherkasova emigró a Inglaterra, se casó con el profesor de arte Harry Moore y cambió su nombre por el de Barbara Moore por vía de su matrimonio. Aunque años después la pareja se separó, ella mantuvo el nombre adquirido al casarse hasta su fallecimiento.

No debió ser fácil para una rusa, que había estado unida a los revolucionarios rusos, que tenía una buena reputación científica en la URSS y que era campeona de motocicletas de larga distancia en su país, vivir en el Londres de los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado.

Durante la Segunda Guerra Mundial, los ataques nazis habían complicado la vida londinense. Y, concluida la guerra, el espionaje soviético se había infiltrado en la cúpula del servicio de inteligencia y en otras instituciones británicas, a través de un grupo de espías denominado el Círculo de Cambridge, generando una sospecha generalizada hacia los inmigrantes rusos que residían en Gran Bretaña.

En medio de ese ambiente hostil, Barbara Moore prosiguió sus actividades dedicadas al deporte de larga distancia, aunque cambiando el motor por las grandes caminatas.

En 1944, acudió a la primera reunión de la Vegan Society de Londres, reunión en la que quedó fundada una asociación vegetariana que ha perdurado hasta nuestros días.

En diciembre de 1959, arrastrada por su gran afición a las caminatas de largas distancias, caminó desde Edimburgo a Londres en siete días y consiguió la plusmarca de la Travesía de Inglaterra.

A principios de 1960, Moore también caminó desde John O’Groats hasta Land’s End en 23 días y alcanzó la plusmarca mundial de la Travesía de Gran Bretaña.

A los pocos meses, Moore caminó de San Francisco a Nueva York en 86 días y logró las plusmarcas mundiales de la Travesía de Estados Unidos y de la Travesía California-Nueva York. Llegó a Nueva York el 6 de julio de 1960, rodeada de un público entregado a su gesta.

Cerca de los sesenta años de edad, Barbara Moore alcanzó hitos excepcionales caminando miles de millas. Basta decir que sus dos plusmarcas logradas en los Estados Unidos no han sido batidas y permanecen vigentes más de medio siglo después.

Junto a su actividad deportiva, Moore fue fiel el resto de su vida al credo vegetariano, defendiendo teorías extremas que conducían, según ella, a vivir más de un siglo. Su paso por la sociedad vegetariana de Londres influyó claramente en esas posiciones, de la misma forma que en sus dietas estrictas.

Barbara Moore falleció en el St. Giles Hospital de Londres el 14 de mayo de 1977, en parte por seguir una dieta estricta y no hacer caso de las recomendaciones médicas.

El New York Times le dedicó un artículo tras su fallecimiento, recordando su condición de joven ingeniera unida a la Revolución Rusa, su victoria en el Campeonato de motocicletas de larga distancia de la Unión Soviética de 1932, su matrimonio con un inglés, sus grandes caminatas atravesando Gran Bretaña y Estados Unidos, algunos problemas personales y su final.

De todo eso, nos quedan las plusmarcas de la caminadora Barbara Moore, especialmente las dos que consiguió en Estados Unidos. Ambas permanecen vigentes más de medio siglo después, a pesar de que no pocas caminadoras han atravesado Estados Unidos detrás de ella.

Y es que la joven ingeniera y campeona soviética de motocicletas de larga distancia, que se marchó a Inglaterra como Anna Cherkasova y se convirtió en Barbara Moore, continúa siendo a día de hoy la más grande caminadora de travesías de todos los tiempos.

Día Mundial de la Educación Ambiental

José Luis Pacheco Murillo

El 26 de enero se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental, con la finalidad de concienciar a las personas acerca de la importancia de preservar y proteger el medio ambiente, así como incentivar su participación en las iniciativas que se están llevando a cabo a nivel mundial, para su conservación. Es fundamental cuidar los recursos naturales de nuestro planeta para que las futuras generaciones puedan disfrutar y vivir en un mundo mejor.

Ya hemos dicho que la educación es fundamental para el desarrollo humano y la educación ambiental es fundamental para el desarrollo del medio ambiente, su defensa y conservación. La importancia de la educación para el cuidado del ambiente sirve para identificar la problemática climática, para concienciar a la sociedad en cuanto a la necesidad de participación por conservar y proteger nuestro planeta.

Se han realizado muchos esfuerzos en defensa del medio ambiente, sin embargo, seguimos debiendo pues en la mayoría de los países las políticas ambientales han sido ubicadas en los lugares últimos para invertir y procurar mejoras en la protección de la naturaleza.

La educación ambiental es un aspecto primordial para entender la importancia de respetar el medio ambiente y contribuir a la conservación de los recursos naturales, para lograr sociedades sostenibles.

En el marco del Seminario Internacional de Educación Ambiental, celebrado en Belgrado del 13 al 22 de octubre de 1975, se proclamó como fecha de celebración de esta efeméride el día 26 de enero.

Hay que valorar los esfuerzos que personas y organizaciones llevan a cabo para educar y proteger la naturaleza y el medio ambiente, debo mencionar el caso particular de Rotary Internacional que hace cuatro años decidió establecer un área de interés adicional para la ejecución de proyectos en todo el mundo para la protección del medio ambiente. Rotary comparte el interés por la protección de nuestro legado común: el medioambiente. Estamos comprometidos a apoyar actividades que fortalezcan la conservación y protección de los recursos naturales, fomenten la sostenibilidad ecológica y promuevan la armonía entre las comunidades y el medioambiente.

Dios quiera que sean muchas más organizaciones y persona a las que se involucren en este tema fundamental para la conservación del planeta y que los gobiernos de todos los países de igual

Manera hagan lo posible por implementar leyes y políticas de Estado en favor de la educación ambiental y con ello a la preservación del único hogar que tenemos: la tierra.