La larga noche de las familias camaroneras

Freddy Pacheco León

En respuesta a resoluciones de los tribunales de justicia, dirigidas a mitigar sustancialmente el impacto ambiental de la pesca del camarón de fondo, se ha propuesto continuar con el proyecto de investigación que fuere truncado por un veto desafortunado del presidente Carlos Alvarado.

Un calificado grupo de trabajo formado por biólogos pesqueros de gran experiencia académica y práctica (la mayoría con posgrado académico) por medio de un formal estudio de investigación, coincidente con un fallo del Tribunal Contencioso Administrativo, se valoraron científicamente diversas técnicas de captura por arrastre, con resultados significativamente positivos. Con una de las hipótesis, evaluada con especies de camarón fidel y pinky, se obtuvieron resultados extraordinarios al mutarse desde la técnica llamada «de arrastre» hacia la técnica «de fondo», donde las pequeñas redes se desplazan (no se arrastran) 25 centímetros por arriba del fondo arenoso.

Así, se logró disminuir la pesca incidental de especies de peces no comerciales -65,5% con camarón pinky y -65,7% con camarón fidel. Hecho significativamente relevante pues se logró demostrar que, con las innovadoras redes, es posible avanzar hacia una pesca sostenible del camarón costarricense, beneficiosa para esos apetecidos crustáceos y, algo que se tiende a «olvidar», en beneficio de las familias que han de sustentar su calidad de vida, en una pesquería tradicional que constituye casi su única fuente de empleo. ¡Jamás antes se había hecho un estudio semejante en Costa Rica! Esfuerzo que erróneamente fue desdeñado con un veto presidencial acomodado a una muy fuerte e interesada campaña de desinformación, que logró crear una opinión pública contraria a una pesquería limitada, común en casi todos los mares, pero presentada tendenciosamente en Costa Rica, como la causa de todos los males, en contra de valiosa información profesional, que cumple plenamente lo determinado por los señores magistrados.

Corresponde ahora seguir adelante con el hasta ahora exitoso proyecto de investigación, ampliándolo a otras especies y por un tiempo más prolongado, mediante el uso adecuado de la ciencia y la técnica que tenemos a disposición, con la esperanza de que el ambientalismo mal practicado, permita trabajar en paz a los científicos.

Ha de recordarse, que la causa de los graves problemas que enfrentan los pescadores artesanales, no se debe a la pesca del camarón. Desde hace más de medio siglo, por cuestiones como la sobrepesca, la destrucción de manglares, la contaminación, los errores administrativos, las deficientes políticas públicas, etc., se ha venido dando la destrucción de la actividad pesquera artesanal que hoy, lamentablemente, no permite siquiera subsistir a las golpeadas familias pescadoras, que siguen dependiendo de la muy limitada ayuda del Instituto Mixto de Ayuda Social.

Es muy triste admitirlo, pero la alta delincuencia que permea a los habitantes de nuestras costas se sustenta en un inhumano desempleo vinculado a políticas erradas como las promovidas por quienes prefieren que nuestros camarones se mueran de viejos, mientras se amarran las manos de piel curtida de unos compatriotas que no merecen tal maltrato, cuyas familias, desde hace años, parecen vivir una larga noche de insomnio que se les hace interminable.