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Con cada libro exaltamos la riqueza de nuestro idioma – Vladimir de la Cruz, presidente de EUNED

Con cada libro exaltamos la riqueza de nuestro idioma, su defensa, su cultivo, hacemos un encuentro con la palabra, con el pensamiento, con la reflexión, fortalecemos nuestra Independencia, nuestra Libertad, nuestra Soberanía

Vladimir de la Cruz

(Intervención como Presidente de la Editorial de Universidad Estatal a Distancia, EUNED, en la entrega anual de libros, realizada el 21 de noviembre del 2024, en el auditorio Daniel Oduber Quirós, de la UNED)

Existe, a los efectos públicos, la celebración del Día del Libro, que se realiza todos los años el 23 de abril. Para ese día se hacen distintas actividades nacionales, por parte de las editoriales y librerías con apoyo de algunas instituciones públicas.

Con la celebración del Día del Libro se impulsa el buen uso de la lengua castellana o del español, su defensa, su cultivo y su culto. Esta batalla por el idioma se da en diferentes trincheras. Una de ellas es la producción de libros nacionales. Por ello, una noche como la que nos reúne, para celebrar la entrega anual de la producción de libros de la EUNED, es para nosotros de la mayor importancia.

Para nosotros, como Editorial, la más importante en toda Centroamérica en producción de libros, celebramos el día del libro todos los días, en cada publicación que vamos editando, que ponemos al servicio del público lector. Con cada libro exaltamos nuestra riqueza de nuestro idioma, su defensa, su cultivo.

Si el Día del Libro se recuerda a Cervantes y a Shakespeare, nosotros en nuestra producción diaria, y en una noche como la de hoy, celebramos a nuestros autores, a los de este año, y con ellos a todos los que hemos editado.

Esta noche nuestra celebración es con 65 autores, en 50 obras individuales y colectivas que les hemos publicado su creación literaria en diversos géneros, en Álbum ilustrado, en coediciones, en ensayo, en historia, en obras de interés general, en investigación, en libros didácticos, en literatura infantil y juvenil, en narrativa, en poesía, en la Revista Nacional de Cultura, en teatro.

Esta noche hacemos un reconocimiento a nuestros autores Álvaro Borrasé Fernández, José Morales González, Emilio Vargas Mena y Gustavo Solórzano, Director de nuestra Editorial, por haber tenido premios literarios por sus obras. Igualmente, hacemos un reconocimiento por su trayectoria a Otto Apuy Sirias, a Emilia Macaya Trejos, a Marjorie Ross González y a Rafael Ángel Herra, miembro de nuestro Consejo Directivo.

Recordamos esta noche a quienes nos han dejado físicamente, pero que les mantenemos en el corazón institucional, grandes autores y productores culturales, Rafael Felo García, Virgilio Mora Rodríguez y dos compañeros de nuestro Consejo Directivo, a Santiago Porras e Inés Trejos Araya.

La entrega de Libros que realizamos hoy es un encuentro con la palabra, con el pensamiento, con la reflexión. Es una provocación a la comunidad nacional para provocar mayor interés por la lectura de los niños y los jóvenes, los adultos y personas de la tercera edad o adultos mayores, como los llamamos ahora. Pero, es también lanzar un reto a la lectura, al fomento de la lectura, que debe ser diaria, debe convertirse en un hábito de las personas.

Lamentablemente, hoy el proceso escolar nacional no estimula la lectura. Se ha caído en el facilismo de la lectura de dar resúmenes de libros a los estudiantes, el peor vicio que se ha impulsado desde hace muchos años a todos nuestros educandos, que a veces alcanza también a los jóvenes universitarios.

Hoy, con los medios electrónicos no se ha fortalecido esta condición de la lectura. Lamentablemente, el uso de las técnicas digitales de comunicación interpersonales conduce a una reducción del idioma por signos o por simplificación de las palabras. Peor aún, que se haya estimulado como una práctica social, que se impulse a comunicaciones textuales u orales que no pasen de cierta cantidad de palabras o que no se excedan de 20 minutos de exposición, porque hoy los jóvenes, y los llamados cibernautas, no tienen mayor capacidad de concentración. En el mundo de los comentarios de artículos, en las redes sociales, se ha caído en la simpleza de que personas se agarran únicamente del título para opinar o realizar un comentario, sin leer el artículo, o de agarrarse o criticar al mensajero sin leer el mensaje.

Mi madre que falleció a los 82 años me inculcó la lectura desde pequeño, antes de entrar a la escuela, como se acostumbraba antes, que nuestros padres nos leían durante el día o antes de dormirnos. Ella fue una gran lectora. Disculpen que haga este recuerdo. Pero a sus 80 años, ya pensionada de muchos años de trabajo, dedicaba alrededor de seis horas diarias a leer. Pedía libros o autores a su gusto. Cuando era yo el que le llevaba libros, y no le gustaban me decía, “lo leí hasta el final aunque no me gustó”. Esa era su disciplina de lectura, hasta el final del libro. Cuando fue con audiolibros que le atendía, a veces me decía, “el próximo conseguímelo con otro narrador porque ese que me trajiste no me gustó.”

Nuestra producción editorial es también un acercamiento a las personas para involucrarlas a disfrutar con los libros las bondades de nuestro idioma, en su sabor nacional, a enriquecerse ellos mismos por la vía de la lectura

Parte de nuestra Independencia, de nuestra Libertad, de nuestra Soberanía es justamente con el fortalecimiento de nuestro idioma, con la posibilidad de enseñarle al pueblo, a nuestros lectores, a expresarse, enseñarle a pensar, para tomar decisiones propias. Los próceres de la Independencia latinoamericana fomentaron la lectura como una arma de liberación anticolonial, anti opresiva. “Luz o luces”, como decía Bolívar para el pueblo, porque un pueblo instruido, educado, es menos fácil de dominarlo, doblegarlo oprimirlo.

El actual gobierno de la república con sus políticas educacionales y culturales se orienta a alejar al pueblo, a los estudiantes en todas sus categorías, a los ciudadanos en general, de la cultura y de la educación. Negarse a dar los fondos constitucionales a la educación pública y a las universidades es actuar contra el pueblo, contra los niños y jóvenes de hoy para que en el futuro no tengan mayores opciones educativas.

En el campo de la cultura, el actual gobierno, que es proclive a la mayor ignorancia del pueblo, hace pocas semanas redujo el presupuesto de la Editorial Costa Rica, efectivo a este año al punto que esa editorial del Estado, casi se queda sin poder pagar aguinaldos a sus trabajadores y casi paralizaba la producción de las obras nacionales que tiene a su cargo. Dichosamente la Asamblea Legislativa le enmendó la plana y garantizó esos fondos para terminar este año. Pero quedó claro que hay un ataque frontal del inquilino de Zapote a toda la cultura nacional, especialmente en su debilitamiento de la educación pública y universitaria.

La tendencia del actual gobierno es asegurar la educación privada más que la pública. Las becas para los estudiantes en la educación pública las han eliminado. Sin embargo, han puesto a funcionar, en el Ministerio de Educación, un llamado sistema de becas para quienes quieran estudiar en colegios privados, porque hay igualmente una política de disminuir el papel de la educación pública nacional en la formación de los costarricenses.

Si las autoridades de gobierno no están todavía vendiendo el país, sí lo están empobreciendo, rebajando, engañando, atontando y atrasando, para convertir a nuestra población en fácil presa de los demagogos, de las malas artes y perversas de los políticos populistas, que ni siquiera tienen un buen uso del lenguaje, como el actual presidente.

Esta noche, permítanme referirme brevemente a unos de los libros que presentamos, que parimos como nuevos hijos de esta Editorial. Lo hago con unos porque no podría detenerme con todos porque no dejaría hablar a nadie o haría de este acto una reunión larguísima.

En esta entrega llamo la atención de tres libros.

“Páginas de mi memoria”, que es una autobiografía del Presidente Oscar Arias Sánchez. Es un libro de una lectura que atrapa, en todos los capítulos que trata, desde sus ancestros hasta su paso por la vida pública, proyectada al escenario internacional con el reconocimiento que se le hiciera del Premio Nobel. De los políticos nacionales que han ocupado la presidencia de la República, es de los pocos que escriben, que piensan en voz alta, que recogen su obra y paso por el ejercicio de las funciones que han tenido. El libro es una visión, recorrida por una biografía activa y fecunda, de la Costa Rica desde 1940 hasta nuestros días.

Otro libro, es “La falaz biografía de Lou Vald”, del exdiputado, exministro y expresidente legislativo, exrector y fundador de la UNED, Francisco Antonio Pacheco, persona y ciudadano que sabe pensar, que se preocupa por el devenir de la Patria. Igualmente, es de los pocos funcionarios públicos que siguen pensando y que escriben, dejándonos su perenne huella intelectual.

Quisiera también destacar el libro “Díaz, de turbulencia. El Zapallo de Lata” del periodista Carlos Morales, que recoge la fecunda producción caricaturesca de nuestro gran caricaturista Hugo Díaz, en una sección que Carlos Morales creó, cuando dirigía el Semanario Universidad, bajo el nombre de la “Orden del Zapallo de lata”, que era la forma crítica que se estiló para tratar a diferentes personalidades públicas, y a eventos políticos nacionales, a quienes semanalmente el Jurado de esa Orden premiaba o reconocía de manera crítica y jocosa lo actuado. Se recoge en esos “días de turbulencia”, desde el gobierno de Rodrigo Carazo al de Luis Alberto Monge entre los años 1979-1985, que fueron días intensos en el país en el contexto del conflicto armado en Centroamérica, especialmente vinculado a la lucha triunfante del Frente Sandinista de Liberación Nacional contra la dictadura de los Somoza y el período que le siguió, cuando el país se prestó y se vendió, por un millón de dólares diarios, para impulsar la lucha contra el gobierno sandinista que estaba surgiendo.

El jurado que daba esta Orden del Zapallo de lata era anónimo y diverso, aunque Carlos los descubre, a quienes les tocaba emitir cada semana su fallo.

Hoy nos falta mucho un espacio periodístico como ése. Por eso la publicación que hacemos tiene un enorme valor. Su lectura, la de los fallos, y las caricaturas en mucho son un espejo de situaciones que se siguen viviendo. Nos falta todavía recoger toda la obra de Hugo Díaz.

Un fallo de una de esas caricaturas, bien podría aplicarse a los actuales Ministros de Educación y Cultura. El fallo en verso decía:

Si las cosas siguen como están:
la Cultura, al taran tan tán,
en el Deporte, ya no la vemos
y en Juventud, tenemos menos;
no nos queda otra solución
que humanizar la Promoción,
condecorar a la Ministra Volio
y pedirle al próximo gobierno
que para resolver tal situación,
en vez de Ministro del ramo,
nombre una Junta de Reconstrucción.

Y sobre la situación de cambios y renuncias en el gobierno de Carazo, situación muy parecida a la actual, el Zapallo de lata falló así:

De los quince que tenía,
ya me quedan solo tres:
una ministra sin cartera
y dos que no he vuelto a ver.
Los deslumbra mi talento,
mi lucidez los espanta,
por mi obra de portento…
Altman ya rompió la manta.
Al final quedaré solo,
con mi ego de primero,
aunque todos se me vayan…
no creo que lo haga Cordero.
Si sigue esta cruel carrera
y en febrero no me hallo,
por carecer de cartera,
me darán otro Zapallo.

Hacia el 2025 seguimos con los mismos retos editoriales, pero cargados de mayor experiencia, de mayor compromiso con la educación, la cultura y la producción de libros como armas de liberación mental, como instrumentos de conocimiento, para procurar un mundo mejor, un mundo de esperanza, de paz, ojalá sin guerras, sin exclusiones sociales, sin racismos, sin políticas y acciones políticas de exterminios étnicos, un mundo costarricense más rico intelectualmente para los costarricenses, en donde nuestros libros puedan contribuir a la búsqueda de soluciones a los importantes problemas de nuestro tiempo, y de la sociedad costarricense.

Compartimos esta noche con los autores la emoción de las publicaciones, de la alegría especial y particular, íntima que produce, como un nuevo parto, cada libro que hoy entregamos, como una huella indeleble de este momento en nuestra cultura y vida social.

Con nuestro trabajo editorial enfatizamos que la UNED es una universidad para la vida fecunda de país, de la Patria.

Esta noche hacemos un homenaje a los creadores, escritores que con sus trabajos publicados honran a Costa Rica.

En síntesis, con cada libro exaltamos la riqueza de nuestro idioma, su defensa, su cultivo, hacemos un encuentro con la palabra, con el pensamiento, con la reflexión, fortalecemos nuestra Independencia, nuestra Libertad, nuestra Soberanía.

cultura, EUNED, libros, literatura, Vladimir de la Cruz