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Costa Rica: el Fitness Center de la Democracia

Por: Msc. Esteban Guisseppe Cavallini Espinoza
Comunicador

Este comentario parte de lo que debería ser el ideal de un Estado: un «Fitness Center» democrático que opere bajo el concepto de libertad ética racional. Es decir, una nación donde las decisiones se toman con base en principios de autonomía individual y colectiva, pero siempre guiadas por la razón, el derecho y la ética, priorizando el bienestar común y la soberanía.

Ejemplos de esta búsqueda de equilibrio se observan en naciones como Noruega, Singapur o Suiza, por citar algunas, donde la planificación estratégica, la democracia directa y el compromiso con objetivos nacionales claros definen un camino de progreso sostenido. Sin embargo, en Costa Rica, la realidad de nuestro «gimnasio» dista mucho de este ideal.

Los atletas en la pista de entrenamiento

En el área de las máquinas de pesas, encontramos a los actores que representan el estancamiento y el sabotaje. Hacienda se mantiene como el «gordo» del gimnasio, un personaje que ocupa demasiado espacio y consume recursos sin traducirlos en progreso. Junto a él, aparece la figura de un oficialismo obeso, malcriado, prepotente, mal educado y gritón. Este actor, en lugar de entrenar o facilitar el espacio, se dedica acaparar las máquinas, insultar, descalificar a los otros usuarios y generar un ruido ensordecedor que impide la concentración y el trabajo serio.

Sus víctimas principales, los contrapesos, es decir, los pilares mismos del establecimiento: la Constitución Política, la Democracia y la Sala Cuarta yacen como atletas lesionados en la banca. No fue la falta de voluntad lo que las retiró de la pista, sino las zancadillas y la actitud prepotente de este oficialismo (y gobiernos anteriores) que les lanzaron peso muerto para frenar su carrera, dejándolas debilitadas para arbitrar el juego limpio que la soberanía exige.

El Poder Judicial intenta mantenerse «fit», pero sigue consumiendo únicamente leyes desactualizadas que lo mantienen en un estado de desnutrición funcional. Mientras tanto, los «Musculosos» del sistema están bajo condiciones de exhibición críticas. La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) resiste el embate de un contrapeso peligroso: el oficialismo gritón y los anteriores se niegan sistemáticamente a pagarle la cuota de mantenimiento (la deuda estatal), asfixiando a la atleta más fuerte para forzar su caída.

Al mismo tiempo, el Banco de Costa Rica-BCR, el Instituto Nacional de Seguros-INS, el Instituto Costarricense de Electricidad-ICE y el Agro son exhibidos en vitrinas para acreedores extranjeros, impidiéndoles renovarse para justificar su eventual liquidación.

El cuerpo técnico y la métrica manipulada

Los entrenadores secundarios son los tres poderes de la República: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Entre ellos, la división es ética: están los que velan por el músculo de la inversión social y los opuestos que recetan una dieta basada únicamente en impuestos y «deuda nueva».

Es en este escenario, los medios de comunicación, quienes deberían ser la báscula y la cinta métrica imparcial, pues han sido intervenidos por filtros trucados que favorecen exclusivamente a los acreedores alineados bursátiles, ignorando la voluntad del pueblo.

Por encima de todos, se encuentra el entrenador principal y dueño del gimnasio, me refiero al Pueblo, quien cuenta con el TSE (Tribunal Supremo de Elecciones) como el gran espejo de la realidad para que su voz sea escuchada.

Cierre: el último set hacia las elecciones racionales

De cara a las próximas elecciones, es imperativo que el buen juicio y la razón nacional tomen el control de la rutina. No podemos permitir que la apatía de los jóvenes en las gradas, distraídos por sus pantallas, sea el silencio que acompañe la caída del edificio. Se requiere una actitud crítica y feroz para silenciar los gritos del oficialismo malcriado y evitar que el gimnasio colapse en el cierre del periodo.

El objetivo es claro: evitar que terminemos con deportistas «musculosos» muertos por negligencia o sabotaje, y que los esfuerzos de quienes sí quieren trabajar terminen en una frustración irreversible. La soberanía nacional se defiende levantando el peso de la responsabilidad en las urnas; solo una elección racional podrá sanar a los lesionados, pagar las deudas del entrenamiento y garantizar que este Fitness Center de la Democracia vuelva a ser un lugar de salud, disciplina y progreso real, donde la educación del soberano se imponga sobre la prepotencia de los gritones y confrontativos quienes se creen ser dueños de la verdad y del mundo.

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